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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para la Educación Universitaria


Instituto Universitario de Diseño de las Mercedes
Carrera: Diseño de moda
Unidad Curricular: Historia
Sección: B

Infografía de Historia

Profesor: Abdón Ortiz Alumna: María Eugenia Velazco


Siglo XIX Moda Victoriana El cuerpo y la falda estaban por lo general unidos,
y para dar volumen a las faldas se utilizaban
muchas enaguas (lo que producía el
Los sombreros: desaparecieron las alas anchas y los exagerados llamado "efecto cubretetera"
adornos hacia 1837, siendo sustituidos por cofias o bonetes en forma
de cubo. Este tipo de sombrero expresaba perfectamente el recato y
modestia que se esperaba de la mujer victoriana, porque era casi una
cofia y cubría prácticamente el rostro de perfil, Se extendió el uso del calzado femenino sin tacón
su uso se extendió hasta 1870. En 1840 las exageradas mangas de durante la década de 1830, eran básicamente unas
pernil o jamón desaparecieron del panorama de la moda, siguieron zapatillas atadas con cordones, pero la primera bota
siendo anchas en los primeros años, pero normalmente este femenina La moda femenina de 1840 se puede
resumir en tres grandes rasgos: cintura baja, mangas
más ceñidas o abombadas solo en el antebrazo,
Los peinados también se moderaron, faldas largas y voluminosas
descendiendo de las alturas románticas: la única complicación
que presentaban eran los tirabuzones que enmarcaban el rostro o los
trenzados que se recogían en un pequeño moño en la parte posterior.
Hacia el final de los cuarenta el cabello se usaba con carrera al medio y
los moños aumentaron su volumen, se ubicaban a la altura del cuello
con complicados trenzados.

Los escotes para los vestidos de noche se pronunciaron más Es en esta década cuando aparecieron los primeros miriñaques
y los hombros se redondearon, este es conocido como escote a de crin de caballo, lo que facilitó que las faldas se ensancharan sin la
la Berta (bordeado con volantes, frunces, encajes u otros necesidad de tantas enaguas de fondo. La cintura descendió y se
decorados). Las faldas se alargaron definitivamente, y no estrechó todavía más, bajando muchas veces en punta y con el
dejaban ver los tobillos y aumentaron su volumen, con artilugio de los corsés, cada día más sofisticados. La paleta de
muchas capas de enaguas internas. colores fue más oscura que en la década anterior abundando
los verdes y marrones o pardos.
En los últimos años este
No podemos dejar de mencionar la efecto se exageró con el uso de un
importancia del "chal", como complemento que armador llamado "porque estaba
volvió a estar de moda en esta década y no solo los de hecho de crin de caballo
cachemira, sino también los de Paisley.
También se siguieron usando los fichús así como
distintos tipos de capas o tapados.

Desde 1820 y hasta mediados de los 30, se mantuvo el legado del dandismo,
con cinturas muy ajustadas, colores brillantes, grandes colas en las chaquetas y los
calzones ceñidos. El redingote a partir de 1821 fue la pieza más importante del
guardarropa masculino, en azul o marrón, de cuello siempre enrollado y con las
ornamentadas botonaduras de alamares.
Hasta el inicio de 1830 imitaba las líneas femeninas: con faldones acampanados y
talle estrecho, incluso se usó con mangas jamón, pero éstas eran más comunes para
las damas y menos exageradas para los hombres

Los cambios en la moda masculina hasta mediados de los 30, Trajes de montar.
fueron menos llamativos que los de la moda femenina. A partir Estos atuendos tenían un aire masculino, de
de 1830 el redingote perdió la amplitud de sus faldones y su chaqueta entallada, sombrero de copa, cuello y
excesivo ajuste en la cintura. Los calzones también corbata de hombre, pero de cintura para abajo no
perdieron su exagerado entalle y se ampliaron en las perneras, podía ser menos práctico pues por lo
cambiando su apariencia y convirtiéndose en el pantalón. general tenían faldas tan largas, que casi
arrastraban por el suelo cuando la amazona se
encontraba al lomo del caballo.
A partir del reinado de Victoria, la indumentaria Las capas y el sobretodos tan utilizados por los Dandis
masculina tomó mayor sobriedad en forma y color. Los amplios en las décadas pasadas, abotonados con alamares y engalanados con cordones,
hombros, las cinturas ajustadas y los colores estridentes quedaron siguieron usándose en colores oscuros y con menos ornamentación. Los
relegados a favor de la discreción. El modelo a seguir dejó de ser el pantalones eran menos ceñidos que en la década anterior, de bota recta conocidos
Dandi y se impuso el estilo del respetable Burgués de elegante con el nombre Smart, en general eran confeccionados del mismo tejido que la
apariencia y mayor discreción. chaqueta, y eran muy populares las telas escocesas para el invierno y el dril para
Los llamativos colores pasaron a considerarse como extravagantes y se el verano. Los calzones ceñidos quedaron relegados para el uso en el campo o
impuso una paleta de tonos oscuros para la ciudad, entre los que para el traje de montar, y se confeccionaban de cuero o
resaltaron el azul marino y el negro. Londres se convirtió en el mayor lana.
generador de tendencias para los caballeros.

El sombrero de copa
o chistera, casi cilíndrico y forrado de felpa negra, otro icono
de la época, se extendió a todas las clases sociales y se
utilizaba en todo momento; al principio de la década
la copa era muy alta, pero progresivamente fue
disminuyendo de tamaño. En el campo, se usaba
a veces un sombrero informal de copa baja..

Las camisas de volantes en el pecho y puños


desaparecieron, aunque en los primeros años
A pesar de la sobriedad de
todavía se usaban durante la noche; las corbatas se usaron
la indumentaria en este
más pequeñas, pero el cuello de las camisas siguió
período victoriano, hacia
llevándose alto hasta las mejillas, y en ocasiones
1840 siguieron existiendo
cubría por completo el de la chaqueta. Para el deporte
los Dandis, pero eran vistos
(equitación), se usaba un pañuelo sujeto con un alfiler.
como reliquias del pasado
1850-1979 Segundo Imperio Francés
A partir de 1850 las faldas se hicieron
más grandes y voluminosas, presentando La crinolina, armador de crin de caballo que
un corte acampanado que se usó desde 1840 se convirtió en un círculo
eliminaba exceso de fruncidos en la perfecto y el creciente tamaño de las faldas
cintura. Se impuso la moda de necesitó de muchas capas enaguas para de
ornamentarlas con muchas hileras de estas ahuecarlas haciéndolas pesadas, por lo
volantes dispuestos de manera que se hizo necesario un ahuecador que
horizontal, que resaltaban aún más su estructurara y aliviará el peso de tantas telas
forma acampanada.

En 1856 el francés C. Amet patentó un armador estructurado que fue el más exitoso.
Se trató de una enagua fabricada con aros de alambre de acero, forrados en tela y
sujetos con fuertes cintas que formaban un armazón o esqueleto.

El volumen de las faldas se hizo tan exagerado, que la Cage se


volvió desproporcionada y resultaba molesta para andar o cruzar
una puerta, complicando la vida de las mujeres. A mediados de los
60, esta armazón se abrevió por delante, prolongándose en la
espalda con extensión de cola, lo que le permitió a las damas ser
tomadas del brazo y bailar con comodidad. Posteriormente tomó
volumen en la parte superior trasera y la atención de las faldas se
concentró en esta zona, ornamentándose de diversas maneras. Hacia
el final de la década, la Jaula perdió la cola, curvándose y
aumentando su volumen, y convirtiéndose en el Polisón, que marcó
las tendencias de la siguiente década.
Evolución Industrial
La Belle Époque es un periodo comprendido entre la última década del siglo XIX y el estallido de la Primera Guerra Ky Mundial en 1914, relacionado directamente con el
movimiento arquitectónico y artístico conocido como Art Nouveau. Los motivos más frecuentes eran flores, hojas y la figura femenina. Se aplicó al diseño de interiores,
joyas, forja, vidrio, cerámica, telas y sobre todo, a la ilustración, que alcanzó gran popularidad gracias al invento de la litografía.
Durante los primeros años del periodo de la Belle Époque, la forma imperante para los vestidos era un pecho saliente y abundante, un abultamiento trasero de la falda
causado por el polisón y entre ambos, un talle increíblemente estrecho, lo que daba al cuerpo una forma de "S", se dice que esto fue resultado de la evolución del corsé
(Corsé Racional). En este estilo, se observa la plasticidad y los contornos que compartía y enfatizaba el nuevo movimiento artístico del Modernismo.
Antes de que el polisón perdiera su vigencia en la moda, fue perdiendo algo de su volumen, y las nuevas faldas de pliegues entraron a competir con las drapeadas. El traje
estilo sastre, que para entonces era conocido simplemente como "sastre", consistía en un corpiño chaqueta muy ajustado o chaquetilla de faldones pequeños formando
por detrás el llamado postillón con una falda doble, con la de encima moderadamente levantada, adornada de manera simple con guardas de otra tonalidad o ribeteada, sin
extensión de cola. A partir de 1885 aparece el término "abrigo", el cual se aplicaba a una prenda larga cerrada por delante y de mangas largas.
Hacia 1990 los vestidos se simplificaron y las faldas abandonaron su anchura cediéndole el volumen a las mangas, pues estas se habrían hinchado progresivamente, y hacia
1895 volvieron a ser tan grandes como en los comienzos del reinado de Luis Felipe. Conocidas como mangas jamón y llamadas en esta época mangas globo, podían ser de
un tejido o color diferente al del vestido. Se e usaron también las esclavinas, especies de capas de diversos cortes, cortas y anchas de cuello alto Hacia
finales de la los 90 las faldas se hicieron más sencillas y la atención se concentró en los bodices.
Se usaron también las esclavinas, especies de capas de diversos cortes, cortas y anchas de cuello alto, que se acoplaban perfectamente con las mangas globo. Las mangas
para vestidos de noche eran por lo general cortas y abombadas y las de ciudad del tipo jamón o globo. Los vestidos de baile no siguieron las líneas generales de la moda, en
estos la silueta se afinó más, lucían grandes escotes y por lo general tenían largas colas. Hacia finales de la los 90 las faldas se hicieron más sencillas y la atención se
concentró en los bodices.
Estas modas se prolongaron con innumerables variantes, pero a partir de 1898 se impone la falda campana o circular, sobrecargada de
volantes, fruslerías de linón, bandas plegadas de encaje y adornos, acompañada de una cintura avispa, obtenida con la ayuda del corsé
racional. Las mangas ceñidas o entalladas van a tener por lo general un volumen en su copa y se acompañan con cuellos altos dando la
sensación de estar hundido entre los hombros.
Los sombreros también crecieron en tamaño y ornamentación, cubriéndose de plumas, abundantes flores, nudos, drapeados de cintas y tul; acompañados
en su uso de otros tocados más sobrios levantados de un lado Se usa usaron abrigos de hasta tres cuellos levantados, recordando a la época romántica, se
instaura el traje deportivo para las mujeres elegantes que conducían sus carruajes de caballos, y que pronto se exhibieron en los primeros automóviles, con
amplios guardapolvos de tonos neutros y sombreros que ocultaban unas gafas gigantes, acompañados de grandes velos destinados a sujetar los sombreros y
a protegerlas a causa de la. velocidad de estos nuevos corceles de hierro.
En 1886 los primeros trajes sastre llegados de Inglaterra en un principio desagradó por su simplicidad, pero los modistos franceses los adaptaron rápidamente al gusto de una
clientela que apreció la comodidad que estos brindaban, de todas formas En cuanto a los zapatos se usaron largos y puntiagudos; hacia 1890 se hicieron ensayos con cuero de
colores, existían numerosas variantes, abiertos para la noche, cubiertos para el verano y los borceguíes abotonados o atado para andar y para el invierno.
Durante la década de 1880 varios movimientos reformistas propugnaron liberar a las mujeres de los corsés, los tacones y las faldas ampulosos. Los defensores del "vestir
estético" se oponían a la rigidez de la moda imperante.
Propugnaron liberar a las mujeres de los corsés, los tacones y las faldas ampulosos. Los defensores del "vestir estético" se oponían a la rigidez de la moda imperante.
Inspirados por el movimiento artístico Prerrafaelita surgido en la década de los 50, las defensoras del Vestir Estético lucían como las musas de sus cuadros, de expresión
melancólica, esbeltas, con tez pálida, cabellos sueltos al descuido y labios escarlata. Los vestidos que usaban eran de calda fluida, abandonaron los perifollos en favor de los
fruncidos o sencillos bordados e Incorporaron amplias mangas. Esta tendencia desafió los estándares victorianos y desencadenó una gran controversia. Pero, más allá de
enfrentarse a los estereotipos de belleza de la época, contribuyó a crear la imagen de la mujer moderna del siglo XX.

La Rational Dress Society (Asociación por la racionalidad en el vestir), fue creada en Londres en 1881 por la vizcondesa Haberton y Emily M.
King con la intención de revolucionar la moda femenina. La a predilección de la moda por el corsé había sido una constante en la moda victoriana.
Profundamente incómodo y poco higiénico, el corsé tenía según informes médicos, peligrosos efectos secundarios para la salud.

En 1884 el eminente zoólogo alemán Gustav Jaeguer, desarrolló teorías científicas sobre la higiene de la vestimenta y recomendó el uso
exclusivo de la lana para estar en contacto directo con la piel pues según él, las fibras de origen vegetal como el algodón y el lino eran altamente
perjudiciales para la salud, comparándolos con la ingesta de veneno. Jaeguer concedió una licencia bajo su nombre a una compañía británica de
confección. Esta compañía promovía el uso de pantalones y túnicas en lana de una sola pieza que
hacían innecesarias la camisa y la corbata o pañuelo para el cuello.
Nacimiento de la alta costura

La moda de la corte francesa en Versalles fue imitada en


toda Europa. Los que visitaban París regresaban con
prendas rápidamente imitadas por costureros locales.
Mujeres con estilo también ordenaban muñecas vestidas
con la última moda parisina para usarlas como modelos.
Cuando se desarrolló el transporte en Europa, a través de
las vías de tren y los barcos de vapor, cada vez era más
frecuente que mujeres adineradas viajaran a París para
comprar ropa y accesorios. Costureros y modistos
franceses eran comúnmente conocidos como los mejores
en Europa, y las prendas parisinas auténticas eran
consideradas mejores que las imitaciones locales

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