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Este documento es una oración del Papa Juan Pablo II para los catequistas en la que pide a Dios que les conceda ser testigos de su enseñanza y amor, cumplir su misión de catequesis con humildad y confianza, y ofrecer el Evangelio de forma generosa. También incluye un decálogo con consejos prácticos para los catequistas como cuidar su vocación con oración y formación, amar la Palabra de Dios, dar testimonio de Cristo, y servir con humildad confiando en el Espírit
Descripción original:
Orando y meditando como catéquista
Título original
00 Oración del Catequistas y decálogo del catequista
Este documento es una oración del Papa Juan Pablo II para los catequistas en la que pide a Dios que les conceda ser testigos de su enseñanza y amor, cumplir su misión de catequesis con humildad y confianza, y ofrecer el Evangelio de forma generosa. También incluye un decálogo con consejos prácticos para los catequistas como cuidar su vocación con oración y formación, amar la Palabra de Dios, dar testimonio de Cristo, y servir con humildad confiando en el Espírit
Este documento es una oración del Papa Juan Pablo II para los catequistas en la que pide a Dios que les conceda ser testigos de su enseñanza y amor, cumplir su misión de catequesis con humildad y confianza, y ofrecer el Evangelio de forma generosa. También incluye un decálogo con consejos prácticos para los catequistas como cuidar su vocación con oración y formación, amar la Palabra de Dios, dar testimonio de Cristo, y servir con humildad confiando en el Espírit
Señor, haz que yo sea tu testigo, para comunicar tu enseñanza y tu amor. Concédeme poder cumplir la misión de catequista, con humilde y profunda confianza. Que mi catequesis sea un servicio a los demás, una entrega generosa y viva de tu Evangelio. Recuérdame continuamente que la fe que deseo irradiar, la he recibido de Ti como don gratuito. Ayúdame a vivirla con responsabilidad para conducir a Ti a los que me confías. Hazme verdadero educador de la fe, atento a la voz de tu Palabra, amigo sincero y leal de los demás, especialmente de mis compañeros catequistas. Que sea el Espíritu Santo quien conduzca mi vida para que no deje de buscarte y quererte; para que no me venza la pereza y el egoísmo, para combatir la tristeza. Señor, te sirvo a Ti y a la Iglesia unido a tu Madre María; que como ella yo sepa guardar tu Palabra y ponerla al servicio del mundo. Amén. Escribe en silencio: ¿Cuál crees que es el sentido de tu vida? ¿Qué quiere Dios de ti ahora? ¿Cuál es tu mayor tesoro en este momento? Decálogo del Catequista Consejos prácticos I.
Cuidar mi vocación de catequista
con la oración y la formación permanente. II.
Estudiar y amar la Palabra de
Dios como fuente principal de la catequesis. III.
Crecer en el amor a Cristo, a la
Iglesia y a cada hermano. IV.
Desarrollar mi vida espiritual con
la vivencia de los sacramentos y la participación activa a favor de la comunidad cristiana. V.
Dar testimonio de Cristo en toda
circunstancia. VI.
Trabajar en común unión con los
sacerdotes y mis hermanos en la fe. VII.
Preparar con seriedad y
creatividad todos los encuentros catequísticos. VIII.
Participar con entusiasmo en los
encuentros de formación, de oración y de programación de las catequesis. IX.
Servir con humildad y respeto,
confiando más en la acción del Espíritu Santo que en mis méritos. X.
Revisar y purificar mis
motivaciones para evitar la rutina y la autosuficiencia.