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Este documento describe las tres dimensiones principales de la formación de los catequistas: el ser, el saber y el saber hacer. La dimensión del ser se refiere al crecimiento personal y espiritual del catequista. La dimensión del saber implica el conocimiento de la doctrina católica, la pastoral y el contexto sociocultural. La dimensión del saber hacer incluye el desarrollo de habilidades pedagógicas y de comunicación para transmitir efectivamente la fe.
Este documento describe las tres dimensiones principales de la formación de los catequistas: el ser, el saber y el saber hacer. La dimensión del ser se refiere al crecimiento personal y espiritual del catequista. La dimensión del saber implica el conocimiento de la doctrina católica, la pastoral y el contexto sociocultural. La dimensión del saber hacer incluye el desarrollo de habilidades pedagógicas y de comunicación para transmitir efectivamente la fe.
Este documento describe las tres dimensiones principales de la formación de los catequistas: el ser, el saber y el saber hacer. La dimensión del ser se refiere al crecimiento personal y espiritual del catequista. La dimensión del saber implica el conocimiento de la doctrina católica, la pastoral y el contexto sociocultural. La dimensión del saber hacer incluye el desarrollo de habilidades pedagógicas y de comunicación para transmitir efectivamente la fe.
para comunicar tu enseñanza y tu amor. Concédeme poder cumplir la misión de catequista, con humilde y profunda confianza. Hazme verdadero educador de la fe, Que mi catequesis sea un servicio a los atento a la voz de tu Palabra, demás, amigo sincero y leal de los demás, una entrega generosa y viva de tu especialmente de mis compañeros catequistas. Evangelio. Que sea el Espíritu Santo quien conduzca mi Recuérdame continuamente vida que la fe que deseo irradiar, para que no deje de buscarte y quererte; la he recibido de Ti como don gratuito. para que no me venza la pereza y el egoísmo, Ayúdame a vivirla con responsabilidad para combatir la tristeza. para conducir a Ti a los que me confías. Señor, te sirvo a Ti y a la Iglesia unido a tu Madre María; que como ella yo sepa guardar tu Palabra y ponerla al servicio del mundo. Amén. San Juan Pablo II Cuándo nos referimos a la formación de los catequistas, Qué queremos decir? ¿Qué abarca? ¿Por dónde comenzar? El Directorio General para la catequesis (DGC) nos ofrece útiles orientaciones para la formación de los catequistas. Al respecto, en el número 233 señala: “Para el buen funcionamiento del ministerio catequético en la Iglesia particular es preciso contar, ante todo, con una adecuada pastoral de los catequistas”. Advierte por qué es importante la formación de los catequistas: “Todos estos quehaceres nacen de la convicción de que cualquier actividad pastoral que no cuente para su realización con personas verdaderamente formadas y preparadas, pone en peligro su calidad” (DGC 234). A continuación en el número 238 describe las dimensiones de la formación: EL SER, EL SABER, EL SABER HACER. Dimensión de la Formación del Catequista en el “Ser”
Objetivo: Que el catequista crezca como persona,
como creyente, como apóstol y cristiano en el mundo.
Abarca los siguientes aspectos:
IDENTIDAD HUMANA IDENTIDAD CRISTIANA IDENTIDAD ECLESIAL IDENTIDAD SOCIAL Dimensión de la Formación del Catequista en el “Saber” Objetivo: Conocer los elementos esenciales de la pastoral evangelizadora, del mensaje cristiano, conocer a los interlocutores y su contexto socio cultural.
Abarca los aspectos de:
EL PROYECTO DE PASTORAL DE SU IGLESIA
NATURALEZA Y COMETIDOS DE LA CATEQUESIS EL CONTENIDO DE LA CATEQUESIS DIMENSIÓN DE LA FORMACIÓN DE CATEQUISTAS EN EL “SABER HACER” Objetivo: Desarrollar en los catequistas aquellos conocimientos, habilidades, técnicas y actitudes pedagógicas que son necesarios para hacer operativos los procesos de educación en la fe.
Abarca los siguientes aspectos:
EL CATEQUISTA DEBE SER EXPERTO EN PROGRAMACIÓN CATEQUÍSTICA
EDUCADOR CON COMPETENCIA PEDAGÓGICA Y DIDÁCTICA SER CAPAZ DE ANIMAR UN GRUPO EL CATEQUISTA debe ser experto en el arte de la comunicación El Catequista debe ser experto en el arte de la “Comunicación” El campo de la formación se presenta hoy lleno de exigencias, pero también de esperanzas. Es la esperanza en una acción evangelizadora más incisiva y madura, más significante y sugestiva, capaz de renovar desde dentro el rostro de la Iglesia.