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EMBRIOLOGÍA DEL
SISTEMA NERVIOSO
CENTRAL
Hacia la mitad del embarazo las células transmisoras del impulso nervioso
(neuronas) comienzan a cubrirse de una grasa denominada mielina. Este proceso,
llamado mielinización, proseguirá a lo largo del primer y segundo año de edad.
Posteriormente continua a buen ritmo el crecimiento de las prolongaciones
neuronales (axones y dendritas) y la elaboración de interconexiones entre las
células nerviosas (sinapsis).
Las partes laterales derecha e izquierda constan de: SOMITOS a expensas de los cuales
se formará el aparato locomotor (huesos, ligamentos y músculos). GONONEFROTOMO: a
partir del cual se formarán las gónadas y el riñón. Este se divide en dos láminas:
SOMATOPLEURA: o lámina externa que tapiza el interior del cuerpo embrionario.
ESPLAGNOPLEURA: o lámina interna que tapiza el tubo digestivo
Las paredes que limitan dicho canal crecen de un modo desigual, dando lugar
a la formación de un surco longitudinal llamado SURCO LIMITANTE DE HIS.
Este surco nos permite diferenciar en las paredes del canal:
Dos PLACAS BASALES: situadas por delante del surco de His. La zona de
contacto entre ambas placas constituye la Comisura Basal. Todo lo que en el adulto
deriva de las placas Basales, tendrá significación motora.
Dos PLACAS ALARES: situadas por detrás del surco de His. La zona de
contacto entre ambas placas constituye la comisura alar. Todo lo que en el adulto
deriva de las Placas Alares, tendrá significación sensitiva.
Las paredes que limitan la luz del IV Ventrículo crecen de un modo desigual,
formándose un surco que recorre longitudinalmente todo el IV ventrículo y se denomina
SURCO LIMITANTE DEL IV VENTRÍCULO el cual se continua en dirección caudal
con el Surco limitante de His. Este surco permite dividir el Rombencéfalo en:
La luz del Mesencéfalo está limitada por unas paredes que crecen de una
manera uniforme, ahogando su luz hasta dar lugar a un conducto denominado
ACUEDUCTO DE SILVIO. Una línea transversal imaginaria nos permite
diferenciar por delante la Placa Basal y por detrás la Placa Alar. Posteriormente a la
Placa Alar se nos formará en el adulto la LAMINA CUADRIGEMINA y de la Placa
Basal los PEDÚNCULOS CEREBRALES.
Las paredes que determinan su luz crecen de forma desigual dando lugar a la
formación de un surco, el SURCO HIPOTALÁMICO DE MONRO. La presencia
de dicho surco en las paredes del Diencéfalo nos permite distinguir:
LAS PLACAS BASALES: situadas por debajo del surco hipotalámico de Monro
LAS PLACAS ALARES: situadas por encima del surco
LA COMISURA BASAL: zona de unión de las Placas Basales. También recibe el
nombre de Suelo del Diencéfalo.
LA COMISURA ALAR: zona de unión de las Placas Alares. También recibe el
nombre de Techo del Diencéfalo.
Las paredes que delimitan la luz de los ventrículos laterales, crecen de manera
desigual según las consideremos a nivel de su parte inferior o a nivel de su parte
medial.
En la parte inferior crecen de manera considerable, dando lugar a un acúmulo
de substancia gris situado inmediatamente por fuera del Tálamo, llamado
MONTECILLO GANGLIONAR. En estadios posteriores numerosas fibras
nerviosas pasan a través suyo dividiéndolo en dos partes:
• Una que permanece siempre en íntimo contacto con la luz de los ventrículos
laterales y se le denomina NÚCLEO CAUDADO.
El "tono muscular" (es decir, el estado de contracción que posee el músculo en ese
momento) del recién nacido es de flexión. El niño recién nacido permanece con sus brazos y
piernas flectadas durante todo el día, incluso, si procedemos a estirar alguno de sus miembros,
al soltar éstos volverán automáticamente a su estado de flexión. Con esto podemos ver que sus
músculos "extensores", aquellos que le permitirán más adelante estirar sus extremidades, no se
han fortalecido aún completamente. Lo mismo ocurre con la musculatura del cuello, ésta no
se encuentra lo suficientemente fuerte como para lograr levantar y sostener el peso de la
cabeza. Sólo logra girar la cabeza de lado a lado estando acostado.
Llegado a los 4 meses de edad, el niño al ser colocado boca abajo, levanta la
cabeza en un ángulo de 45 grados con apoyo de los codos. Al sentar al niño desde
la posición acostado, a los 4 meses será capaz de mantener su cabeza alineada hasta
sentarse; y a los 5 meses ya será capaz de realizar un esfuerzo activo de flexión
para sentarse. Esta fijación de la cabeza le permitirá el mantenimiento de la mirada,
y la exploración visual de su medio ambiente. Esta información dispondrá al niño a
iniciar el impulso de querer tomar algún objeto y del traslado, y lograr colocarse
posteriormente en “cuatro puntos" para gatear y alcanzar su objetivo.
Los primeros pasos empiezan a aparecer cerca del año de edad, se dan con una
amplia base de sustentación (piernas abiertas para dar mayor estabilidad) y los
brazos abiertos y el cuerpo proyectado hacia adelante, con pasos que se dan cortos
y muy rápidos.
El niño ya se siente seguro al estar sobre sus pie, y tiene mayor control de la
marcha. Puede correr y graduar la velocidad de la carrera, frenar, saltar ,caminar en
puntillas, subir y bajar escalas. A los 5 años, su marcha y equilibrio están bien
desarrollados.