Está en la página 1de 22

ACTIVIDAD FUNCIONES EJECUTIVAS

CLAUDIA P. RODRÍGUEZ LOCARNO


NEUROPSICÓLOGA CLÍNICA
RESPUESTA:

12 AÑOS
RESPUESTA:

26 ESTUDIANTES
RESPUESTA:

117
CREENCIAS LIMITANTES
Cuando nos marcamos objetivos, además de un
plan de acción, debemos lidiar con las creencias
limitantes: “Yo siempre he pensado que en la vida
me va todo mal”, “No soy capaz de hacer nada de
lo que me propongo”,  “No puedo”, “No tengo
edad para ponerme a estudiar”, “No se me da
bien hablar en público”.
Las creencias limitantes son ideas, opiniones o pensamientos
negativos que consideramos como ciertas, sin que lo sean, y que
tienen una influencia condicionante en nuestra vida.   Quizá por una
mala experiencia, quizá porque nos lo han repetido cien veces, nos
creemos algo que no se corresponde con la realidad.  En el campo
opuesto, tenemos las creencias potenciadoras, las ideas en positivo.
 Las creencias limitantes nos bloquean o anulan, las creencias
potenciadoras nos impulsan a avanzar.
¿Dónde se originan estas creencias?
Las adquirimos en nuestra infancia, que es cuando somos
fácilmente programables y cuando las ideas se graban
automáticamente en nuestro subconsciente. Especialmente durante
el proceso de socialización: antes de los 7 años al no intervenir la
mente consciente y racional, todo lo que vemos y oímos lo grabamos
y archivamos directamente, sin cuestionarlo.  Por tanto, nuestras
creencias proceden del entorno en el que hemos vivido, la
experiencia o las opiniones de los demás.
¿Dónde se originan estas creencias?

Frecuentemente, pensamos que “no podemos” hacer tal cosa


sencillamente porque un día, o quizá más veces, hace mucho
tiempo, lo intentamos y no lo conseguimos. O alguien cercano
(familia, compañeros, profesores) nos dijo que no lo podríamos
hacer, no servíamos, etc. Ese recuerdo queda grabado y ante una
situación similar, es la primera frase que nos viene, y la pensamos o
decimos sin cuestionarla en absoluto.  Seguramente, en una etapa
adulta tenemos otras capacidades, otros conocimientos o recursos,
estamos mejor preparados, pero esta idea en nuestra mente nos
frena, y nos impide actuar.
Necesito amor y aprobación de cuantos me rodean.
Para ser valioso debo conseguir todo lo que me propongo.
Hay que tener a alguien más fuerte en quien confiar
Cada problema tiene una solución acertada,
y es catastrófico no encontrarla.
El gran problema de estas creencias limitantes es que no son tan fáciles
de reconocer por uno mismo, ya que están consideradas como
una creencia certera y causan muchísimo sufrimiento emocional en la
persona, pues estas creencias son pensamientos irracionales y pueden
vivirse como algo persecutorio, a lo que no se le puede poner límites o
uno no puede dejar de pensar.
CONSEJOS
• Identifica cuáles son tus creencias limitantes.
• Haz una lista de creencias limitantes que pueden estar afectándote
emocional y psicológicamente.
• Analiza tus creencias limitantes y piensa una nueva forma de afrontar
esa situación.
• Visualiza esos cambios. Trabaja cada día en cambiar una creencia por
algo positivo y mejor.

También podría gustarte