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Principios de Fe

LA ALTERACIÓN
DE LA LEY
DE DIOS
Creemos que la profecía de Daniel
7:25, ”…y pensará en cambiar los
timepos y la ley…”, se ha
cumplido. Se anuló de los Diez
Mandamientos el segundo que
prohibe la veneración y adoración
de las imágenes. El sábado,
establecido en el cuarto
mandamiento, se cambió por la
introducción injustificada del
primer día de la semana, el
domingo, como día de reposo del
estado y de la iglesia. El décimo
mandamiento fue dividido en dos
para restablecer de nuevo el
número ’diez’.
Por medio del profeta Daniel
Dios declaró lo que pasaría en
el futuro y lo que pensaría
hacer el poder representado
por ’el cuerno pequeño’: ”Y
hablará palabras contra el
Altísimo, y a lo santos del
Altísimo quebrantará, y
pensará en cambiar los
tiempos y la ley” Daniel 7:25.
”…un cuerno pequeño que
creció mucho …Y se
engrandeció …”
Daniel 8: 9, 10.
Este ’cuerno’ se
describe en una
forma muy detallada
en la Sagrada
Escritura: ”…he aquí,
en este cuerno había
ojos como ojos de
hombre, y una boca
que hablaba
grandezas”
Daniel 7:8
“…hacía guerra contra los santos, y los
vencía” Daniel 7:21.
”… cuernos significan …
reyes…”. Así pues, éste será un
poder que directamente en
contra de Dios, su verdad y su
pueblo, tal como se describe en
2 Tesalonicenses 2:3, 4 ”… se
manifieste el hombre de
pecado, el hijo de perdición,
oponiéndose, y levantándose
contra todo lo que se llama
Dios, o que se adora, tanto que
se sienta en el templo de Dios
como Dios, haciendose parecer
Dios.”
”El rasgo más característico de la bestia,
y por consiguiente de su imagen, es la
violación de los mandamientos de Dios.
Daniel dice del cuerno pequeño, o sea
del papado: ’Pensará en mudar los
tiempos y la ley.’ (Daniel 7:25.) Y San
Pablo llama al mismo poder el ’hombre
de pecado,’ que había de ensalzarse
sobre Dios. Una profecía es
complemento de la otra. Sólo
adulterando la ley de Dios podía el
papado elevarse sobre Dios; y
quienquiera que guardase a sabiendas
la ley así adulterada daría honor
supremo al poder que introdujo el
cambio. Tal acto de obediencia a las
leyes papales sería señal de sumisión al
papa en lugar de sumisión a Dios.”
El Conflicto de los Siglos, 500
La alteración de la ley de Dios o el
cambio en algunas de sus palabras
es de máxima gravedad, pues al
respecto se nos dice en las
Sagradas Escrituras: ”…Si alguno
añadiere a estas cosas, Dios
pondrá sobre él las plagas que
están escritas en este libro. Y si
alguno quitare de las palabras del
libro de esta profecía, Dios quitará
su parte del libro de la vida, y de la
santa ciudad y de las cosas que
están escritas en este libro”
Apocalipsis 22:18, 19
Esta declaración bíblica se
refiere directamente al mensaje
incluido en el libro de
Apocalipsis, pero el principio es
aplicable a todo mensaje
enviado por Dios, el cual no
puede ser manipulado de
acuerdo a la idea humana. La
sentencia que se pronuncia
acerca de cambiar la Palabra de
Dios es la perdida de la salvación
y la condenación irremisible.
Las Palabras divinas a su
pueblo antes de la entrada a
Canaán son realmente
importantes, en cuanto al
tema que se trata: ”Ahora
pues, oh Israel, oye los
estatutos y derecho que yo
os enseño, para que los
ejecutéis, y viváis, y entréis,
y poseáis la tierra que
Jehová el Dios de vuestros
padres te da.
No añadiréis a la palabra que yo
os mando, ni disminuiréis de ella,
para que guardéis los
mandamientos de Jehová
vuestro Dios que yo os ordeno”
Deuteronomio 4:1, 2; y un
pensamiento semejante se
encuentra en el mismo libro
12:32 ”Cuidaréis de hacer todo lo
que yo os mando: no añadirás a
ello, ni quitarás de ello”. Está,
absolutamente, prohibido por
Dios alterar su Palabra.
”Toda palabra de Dios es limpia; es escudo a los que en él
esperan. No añadas a sus palabras, porque no te reprenda, y
seas hallado mentiroso” Proverbios 30:5, 6. Añadir a la
palabras divinas es considerado un acto digno de reprensión y
mentiroso y acerca del último se dice: ”… a todos los
mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y
azufre, que es la muerte segunda” Apocalipsis 21:8
”En contestación al aserto de que a la muerte de
Cristo quedaron abolidos los preceptos del
Decálogo juntamente con los de la ley ceremonial,
decía Wesley: "La ley moral contenida en los diez
mandamientos y sancionada por los profetas,
Cristo no la abolió. Al venir al mundo, no se
propuso suprimir parte alguna de ella. Esta es una
ley que jamás puede ser abolida, pues permanece
firme como fiel testigo en los cielos... Existía desde
el principio del mundo, habiendo sido
escrita no en tablas de piedra sino en el
corazón de todos los hijos de los hombres
al salir de manos del Creador.
”Y no obstante estar ahora borradas en gran
manera por el pecado las letras tiempo atrás
escritas por el dedo de Dios, no pueden serlo del
todo mientras tengamos conciencia alguna del
bien y del mal. Cada parte de esta ley ha de seguir
en vigor para toda la humanidad y por todos los
siglos; porque no depende de ninguna
consideración de tiempo ni de lugar ni de ninguna
otra circunstancia sujeta a alteración, sino
que depende de la naturaleza de Dios
mismo, de la del hombre y de la
invariable relación que existe entre uno y
otro.” El Conflicto de los Siglos, 306
La alteración de la ley de Dios implicó cambio
en el orden de los mandamientos, supresión de
algunos y adición de otros.
•CAMBIO:
El primer mandamiento declara: ”No tendrás dioses
ajenos delante de mí” Éxodo 20:3. Este principio ha
desaparecido completamente de los mandamientos
que se encuentran en cualquier catecismo.

•CAMBIO:
El primer mandamiento ha sido sustituido por uno de
completa adición humana: ”Amarás a Dios sobre
todas las cosas”.
•CAMBIO:
El segundo mandamiento declara: ”No te harás
imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba
en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas
debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las
honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte,
celoso, que visito la maldad de los padres sobre los
hijos hasta la tercera y cuarta generación de los
que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a
los que me aman y guardan mis mandamientos.”
Éxodo 20:4-6. Este principio ha desaparecido
completamente de los mandamientos que se
encuentran en cualquier catecismo.
•CAMBIO:
El lugar del segundo mandamiento original ha sido
tomado por el tercer mandamiento transformado.

•CAMBIO:
El tercer mandamiento declara: ”No tomarás el
nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará
por inocente Jehová al que tomare su nombre en
vano.” Éxodo 20:7. Este principio en su formulación
original no se encuentra en ningún catecismo, sino
una versión humana de éste: ”No jurarás el nombre
de Dios en vano”.
•CAMBIO:
En lugar del tercer mandamiento, en relación al orden
original de los principios se colocó un mandamiento de
completa invención humana: ”Santificarás las fiestas.”

•CAMBIO:
El cuarto mandamiento declara: ”Acuérdate del día del
sábado para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda
tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no
hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo,
ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de
tus puertas. Porque en seís días hizo Jehová los cielos y la
tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en
el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo
santificó.” Éxodo 20: 8-11. Este mandamiento no se
encuentra en ningún catecismo.
•CAMBIO:
Al anular el cuarto mandamiento original se ha
colocado únicamente la primera parte del quinto
mandamiento original, que se encuentra así en los
catecismos: ”Honrarás a tu padre y tu madre.”

•CAMBIO:
El orden de los mandamientos ha sido violentado
una vez más, pues el quinto mandamiento de
Éxodo 20 se convierte en el cuarto del catecismo.
•CAMBIO:
El quinto mandamiento declara: ”Honra a tu padre y a tu
madre, para que tus días se alarguen en la tierrra que Jehová tu
Dios te da.” Éxodo 20:12, pero a éste se le ha eliminado la
promesa y sólo conserva la primera parte en el catecismo.

•CAMBIO:
El sexto mandamiento declara: ”No matarás” Éxodo 20:13. Este
se mantiene en el catecismo con el mismo texto, pero ocupa el
número quinto de los mandamientos; cambio de orden.

•CAMBIO:
El séptimo mandamiento declara: ”No fornicarás” Éxodo 20:14.
Este se mantiene en el catecismo con el mismo texto, pero
ocupa el número sexto de los mandamientos; cambio de orden.
•CAMBIO:
El octavo mandamiento declara: ”No hurtarás” Éxodo
20:15. Este se mantiene en el catecismo con el mismo
texto, pero ocupa el número séptimo de los
mandamientos; cambio de orden.

•CAMBIO:
El noveno mandamiento declara: ”No levantarás
falso testimonio contra tu prójimo” Éxodo 20:16. Este
se mantiene en el catecismo con el mismo texto,
pero ocupa el número octavo de los mandamientos;
cambio de orden.
•CAMBIO:
Al noveno mandamiento, original, se le ha añadido algo
más, siendo la formulación que se encuentra en los
catecismos la siguiente: ”No levantarás falso testimonio,
ni mentiras.”

•CAMBIO:
El decimo mandamiento declara: ”No codiciarás la casa
de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su
siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna
de tu prójimo.” Éxodo 20:17. Este mandamiento en su
versión original no se encuentra en ningun catecismo.
•CAMBIO:
El noveno mandamiento del
catecismo declara: ”No desearás
la mujer de tu prójimo”.

•CAMBIO:
El decimo mandamiento del
catecismo declara: ”No
codiciarás las cosas ajenas”.
”La profecía había declarado que el papado
pensaría "mudar los tiempos y la ley." (Daniel 7:
25.) No tardó en iniciar esta obra. Para dar a los
convertidos del paganismo algo que equivaliera al
culto de los ídolos y para animarles a que
aceptaran nominalmente el cristianismo, se
introdujo gradualmente en el culto cristiano la
adoración de imágenes y de reliquias. Este
sistema de idolatría fue definitivamente
sancionado por decreto de un concilio general.
Para remate de su obra sacrílega, Roma se atrevió
a borrar de la ley de Dios el segundo
mandamiento, que prohibe la adoración de las
imágenes y a dividir en dos el último
mandamiento para conservar el número de éstos.
”El espíritu de concesión al
paganismo fomentó aún más el
desprecio de la autoridad del Cielo.
Obrando por medio de directores
inconversos de la iglesia, Satanás
atentó también contra el cuarto
mandamiento y trató de echar a un
lado el antiguo sábado, el día que
Dios había bendecido y santificado
(Génesis 2:2, 3), para colocar en su
lugar el día festivo observado por los
paganos como ”el venerable día del
sol.” El Conflicto de los Siglos, 56
“El culto de las imágenes... fue una de
esas corrupciones del cristianismo que se
introdujeron en la iglesia furtivamente y
casi sin que se notaran. Esta corrupción
no se desarrolló de un golpe, cual
aconteció con otras herejías, pues en tal
caso habría sido censurada y condenada
enérgicamente, sino que, una vez iniciada
en forma disfrazada y plausible, se fueron
introduciendo nuevas prácticas una tras
otra de modo tan paulatino que la iglesia
se vio totalmente envuelta en idolatría no
sólo sin enérgica oposición, sino sin
siquiera protesta resuelta alguna.
“Las imágenes y los
cuadros fueron
introducidos al principio
en la iglesia no para que
fueran adorados, sino
para que sirvieran como
de libros que facilitaran
la tarea de enseñar a los
que no sabían leer o
para despertar en otros
los sentimientos de
devoción.
El Diccionario Enciclopédico Hisp.-
Amer., art. Domingo, dice: ”El
emperador Constantino, en el año 321,
fue el primero que ordenó una rigurosa
observación del domingo, prohibiendo
toda clase de negocios jurídicos,
ocupaciones y trabajos; únicamente se
permitía a los labradores que trabajaran
los domingos en faenas agrícolas, si el
tiempo era favorable. Una ley posterior
del año 425 prohibió la celebración de
toda clase de representaciones
teatrales, y finalmente en el siglo VIII se
aplicaron en todo su rigor al domingo
cristiano las prohibiciones del Sábado
judaico.” El Conflicto de los Siglos, 740
”El paganismo que parecía haber sido vencido, vino a ser el vencedor. Su
espíritu dominó a la iglesia. Sus doctrinas, ceremonias y supersticiones se
incorporaron a la fe y al culto de los que profesaban ser discípulos de Cristo.
Esta avenencia entre el paganismo y el cristianismo dio por resultado el
desarrollo del "hombre de pecado" predicho en la profecía como
oponiéndose a Dios y ensalzándose a sí mismo sobre Dios. Ese gigantesco
sistema de falsa religión es obra maestra del poder de Satanás, un
monumento de sus esfuerzos para sentarse él en el trono y reinar sobre la
tierra según su voluntad.” El Conflicto de los Siglos, 54
Pero no paró aquí la obra del jefe engañador.
Había resuelto reunir al mundo cristiano bajo su
bandera y ejercer su poder por medio de su
vicario, el orgulloso pontífice, que aseveraba ser el
representante de Cristo. Realizó su propósito
valiéndose de paganos semiconvertidos, de
prelados ambiciosos y de eclesiásticos amigos del
mundo. Convocábanse de vez en cuando grandes
concilios, en que se reunían los dignatarios de la
iglesia de todas partes del mundo. Casi en cada
concilio el día de reposo que Dios había instituído
era deprimido un poco más en tanto que el
domingo era exaltado en igual proporción. Así fue
cómo la fiesta pagana llegó a ser honrada como
institución divina, mientras que el sábado de la
Biblia era declarado reliquia del judaísmo y se
pronunciaba una maldición sobre sus
observadores.
El advenimiento de la iglesia
romana al poder marcó el
principio de la Edad Media. A
medida que crecía su poder, las
tinieblas se hacían más densas.
La fe pasó de Cristo, el
verdadero fundamento, al papa
de Roma. En vez de confiar en el
Hijo de Dios para obtener el
perdón de sus pecados y la
salvación eterna, el pueblo
recurría al papa y a los
sacerdotes y prelados a quienes
él invistiera de autoridad.
Se le enseñó que el papa era su mediador terrenal y que nadie
podía acercarse a Dios sino por medio de él, y andando el tiempo
se le enseñó también que para los fieles el papa ocupaba el lugar
de Dios y que por lo tanto debían obedecerle implícitamente. Con
sólo desviarse de sus disposiciones se hacían acreedores a los más
severos castigos que debían imponerse a los cuerpos y almas de
los transgresores. Así fueron los espíritus de los hombres
desviados de Dios y dirigidos hacia hombres falibles y crueles; sí,
aun más, hacia el mismo príncipe de las tinieblas que ejercía su
poder por intermedio de ellos. El pecado se disfrazaba como
manto de santidad. Cuando las Santas Escrituras se suprimen y el
hombre llega a considerarse como ente supremo, ¿qué otra cosa
puede esperarse sino fraude, engaño y degradante
iniquidad? Al ensalzarse las leyes y las tradiciones
humanas, se puso de manifiesto la corrupción que
resulta siempre del menosprecio de la ley de Dios.” El
Conflicto de los Siglos, 56-60
“En contestación al aserto de que a la
muerte de Cristo quedaron abolidos los
preceptos del Decálogo juntamente con
los de la ley ceremonial, decía Wesley: “La
ley moral contenida en los diez
mandamientos y sancionada por los
profetas, Cristo no la abolió. Al venir al
mundo, no se propuso suprimir parte
alguna de ella. Esta es una ley que jamás
puede ser abolida, pues permanece firme
como fiel testigo en los cielos... Existía
desde el principio del mundo, habiendo
sido escrita no en tablas de piedra sino en
el corazón de todos los hijos de los
hombres al salir de manos del Creador.
“Y no obstante estar ahora borradas en
gran manera por el pecado las letras
tiempo atrás escritas por el dedo de
Dios, no pueden serlo del todo mientras
tengamos conciencia alguna del bien y
del mal. Cada parte de esta ley ha de
seguir en vigor para toda la humanidad y
por todos los siglos; porque no depende
de ninguna consideración de tiempo ni
de lugar ni de ninguna otra circunstancia
sujeta a alteración, sino que depende de
la naturaleza de Dios mismo, de la del
hombre y de la invariable relación que
existe entre uno y otro.”
El Conflicto de los Siglos, 306
“No penséis que he
venido a abolir la
Ley y los Profetas.
No he venido a
abolir, sino a dar
cumplimiento”

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