CURSO DE

PREPARACIÓN BAUTISMAL

CONGREGACIÓN JUDÁ
 CURSO DE
PREPARACIÓN BAUTISMAL

Fechas del Curso:

Febrero 1, 8, 15 y 22, Marzo 8 y 15 del 2015

Publicaciones Congregación Judá

Ave. 509 Número 14
Colonia Aragón 1a. Sección
Delegación Gustavo A. Madero
CP. 07969, México, D. F.
 Escrito por:

Ministro, Hno. Carlos Daniel Medrano García

Diácono, Hno. Pedro Flores Ortega

Febrero 2014

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CONTENIDO

Lección 1 - Dejando el Viejo Hombre 4

Lección 2 - El Pecado y sus Consecuencias 11

Lección 3 - Mis Obligaciones como Cristiano 17

Lección 4 - Un Nuevo Pacto 24

Lección 5 - Conociendo la Doctrina del Señor 35

Lección 6 - El Bautismo del Señor Jesús 42

Los 40 Puntos de Fe de la Iglesia de Dios 49

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 Lección 1 DEJANDO EL VIEJO HOMBRE
Lectura previa al estudio: Libro de Romanos capítulos 5,6 y 8.

Preguntas a reflexionar:
¿Qué es el pecado? ¿Cuál es la condición humana después de Adam?
¿Cómo se redime el pecado? ¿Qué significa ser esclavo del pecado? ¿Cómo
describe la palabra de Dios el cambio del hombre para servir a Dios?

Lectura inicial para el estudio: 2ª Corintios 6:14-18.

INTRODUCCIÓN mente, como explica el apóstol. Todo

candidato al bautismo debe hacer una
"No se unan ustedes en un mismo yugo
profunda reflexión de cambio en la
con los que no creen. Porque ¿qué
vida que hoy tiene y la nueva vida que
tienen en común la justicia y la
iniciará a partir de tener un pacto con
injusticia? ¿O cómo puede la luz ser
Dios por medio del Señor Jesús.
compañera de la oscuridad? No puede
haber armonía entre Cristo y Belial, ni
Pero ese camino no es fácil es nece-
entre un creyente y un incrédulo. No
sario entender como el espíritu de
puede haber nada en común entre el
Dios nos transforma hasta llegar a la
templo de Dios y los ídolos. Porque
plenitud del conocimiento de Cristo y
nosotros somos templo del Dios
esta es la razón de la presente lección,
viviente, como él mismo dijo: «Viviré y
flexionar antes de ser bautizado en
andaré entre ellos; yo seré su Dios y
todo lo que debemos cambiar para
ellos serán mi pueblo.» Por eso
llegar a la meta propuesta que es la
también dice el Señor: «Salgan de en
vida eterna.
medio de ellos, y apártense; no toquen
nada impuro. Entonces yo los recibiré y
seré un Padre para ustedes, y ustedes
serán mis hijos y mis hijas, dice el Señor
todopoderoso. »" (Versión Dios Habla
hoy).
El Proceso de Transformación
El inicio de un cambio verdadero Debemos comprender como punto de
representa el abandono de nuestras partida el término "pecado". Este no
viejas costumbres y la oportunidad de es un término relativo a las personas.
renovarnos en el espíritu de nuestra Por ejemplo, el diccionario de la aca-
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demia de la lengua española dice:
"Pecar es cometer una infracción
moral. Apartarse de una norma por
exceso o por defecto". Esta definición
es comúnmente aceptada por la
generalidad de las personas. Pero
¿Qué dice la palabra de Dios sobre el
pecado?
• "Toda maldad es pecado;
mas hay pecado no de
muerte." 1ª Juan 5:17.
• "El pecado, pues, está en
aquel que sabe hacer lo
bueno, y no lo hace." San-
tiago 4:17.
• "Cualquiera que hace
pecado, traspasa también la
ley; pues el pecado es trans-
gresión de la ley." 1ª Juan 3:4.
Tomando el mensaje de estos pasajes
comprendemos que el pecado no es
una falta a la moral, sino el transgredir
o no respetar la ley de Dios. Deja de
ser relativo al pensamiento de cada
persona y ahora toma un sentido
donde nuestros actos se van a
comparar con una ley o mandamiento
que no son relativos a la débil y
voluble moral humana.
Estos mandamientos son la base de la
doctrina de nuestro Señor Jesucristo.
Los predicó, guardó y enseño cada
uno y puso su ejemplo para su cumpli-
miento. Lea Mateo 5:16-44; Lucas 4:16.
Esta ley es la ley de Dios escrita en
el capítulo 20 del Éxodo.
Y HABLO Dios todas estas palabras,
diciendo: Yo soy JEHOVA tu Dios,
que te saqué de la tierra de
Egipto, de casa de siervos.
1. No tendrás dioses ajenos
delante de mí.
2. No te harás imagen, ni ninguna
semejanza de cosa que esté arriba
en el cielo, ni abajo en la tierra, ni
en las aguas debajo de la tierra:
No te inclinarás á ellas, ni las
honrarás; porque yo soy Jehová tu
Dios, fuerte, celoso, que visito la
maldad de los padres sobre los
hijos, sobre los terceros y sobre los
cuartos, á los que me aborrecen, y
que hago misericordia en millares
á los que me aman, y guardan mis
mandamientos.
3. No tomarás el nombre de
Jehová tu Dios en vano; porque no
dará por inocente Jehová al que
tomare su nombre en vano.
4. Acordarte has del día del
reposo, para santificarlo: Seis días
trabajarás, y harás toda tu obra;
mas el séptimo día será reposo
para Jehová tu Dios: no hagas en
él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu
hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu
bestia, ni tu extranjero que está
dentro de tus puertas: Porque en
seis días hizo Jehová los cielos y la
tierra, la mar y todas las cosas que
en ellos hay, y reposó en el
séptimo día: por tanto Jehová
bendijo el día del reposo y lo
santificó.
5. Honra á tu padre y á tu madre,
porque tus días se alarguen en la
tierra que Jehová tu Dios te da.
6. No matarás.
7. No cometerás adulterio.
8. No hurtarás.
9. No hablarás contra tu prójimo
falso testimonio.
10. No codiciarás la casa de tu
prójimo, no codiciarás la mujer de
tu prójimo, ni su siervo, ni su criada,
ni su buey, ni su asno, ni cosa
alguna de tu prójimo.
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Muy lejos del pensamiento popular de
que la ley quedó enclavada en la cruz,
y con ello la ley de Dios, lo que real-
mente vamos a comprender con esta
enseñanza es que la Ley de Dios vino a
ser magnificada, esto es que se hizo
más profunda y no sólo quedó en el
pensamiento sino en el corazón de los
creyentes en Cristo. Esto se refiere a
que quedó en la conciencia espiritual
de cada persona y con ello buscar su
transformación.
Así que el punto de partida para lograr
una transformación espiritual es poder
comprender que comparando nues-
tros actos con los mandamientos de
Dios lo que queda es comprender
pecado. Ya que al no ser guardadores
de esta ley venimos a ser trasgresores
y por consecuencia pecadores.
En Romanos la palabra de Dios dice:
"De consiguiente, vino la reconciliación
por uno, así como el pecado entró en el
mundo por un hombre, y por el pecado
la muerte, y la muerte así pasó á todos
los hombres, pues que todos pecaron.
Porque hasta la ley, el pecado estaba en
el mundo; pero no se imputa pecado no
habiendo ley." Romanos 5:12,13.
Así que la condición nuestra es estar
bajo el pecado, ya que por la desobe-
diencia de Adam vino el pecado a
todos los hombres (Génesis 3:8-19).
Hubo también por el sacrificio de un
segundo Adam, este siendo el Señor
Jesús (Romanos 5:14-21).
6
¿Donde Inicia el Proceso de
Transformación?
Es necesario tener fe en Cristo.
Para comprender este paso inicial
tomaremos la definición de fe escrita
en la palabra de Dios. "Es pues la fe la
sustancia de las cosas que se esperan, la
demostración de las cosas que no se
ven. Porque por ella alcanzaron
testimonio los antiguos. Por la fe
entendemos haber sido compuestos los
siglos por la palabra de Dios, siendo
hecho lo que se ve, de lo que no se
veía." Hebreos 11:1-3.
La fe es esa sustancia intangible e
inmaterial que actúa en todos noso-
tros para creer que aún sin ver lo que
ha de ser, estamos seguros que suce-
derá. Así que de igual forma de como
creemos que por esta fe Dios hizo lo
que hoy vemos de los que no se veía,
también comprendemos que por esa
misma fe Cristo Jesús nos salvó y resu-
citó.
En los relatos bíblicos vemos que
cuando Felipe se encontró con aquel
eunuco, después de aclarar sus dudas
sobre los textos del profeta Isaías,
aquel hombre quiso ser bautizado y la
pregunta elemental fue: "He aquí
agua; ¿qué impide que yo sea bauti-
zado?" Así que la única condición que
Felipe le puso fue que aquel hombre
debiera estar seguro y creer de cora-
zón de que Cristo murió por nuestros
pecados y así bajó a las aguas del bau-
tismo (Hechos 8:36-37).
Este es el gran inicio de nuestro
cambio "Creer" es decir, tener fe. Ya
que no tiene un verdadero efecto en
nosotros el bajar a las aguas del
bautismo si no vamos en plena certi-
dumbre de fe que Cristo murió por
nuestros pecados y al tercer día
resucitó. Y este sacrificio encierra el
perdón a de nuestras faltas delante de
Dios.
Pero ¿Que faltas? y ¿En qué forma
pequé? Es natural tener estas dudas
en un proceso de transformación y
donde apenas estamos entendiendo la
importancia del sacrificio de nuestro
Salvador. Estamos en una naturaleza
de pecado dado que es nuestra
condición ya que el pecado entró por
medio de Adam (como ya se explicó) y
esta condición nos imposibilita com-
prender que nuestro comportamiento
esta contra la ley de Dios o bien en
contra de Dios (somos carnales). Así
que por nuestros pecados estamos
destituidos de la gloria de Dios, pero
por medio de nuestro Salvador ahora
venimos a ser justificados por esos
pecados (Romanos 3:22-25).
Creer también significa comprender
que nuestra naturaleza pecaminosa y
carnal hace aún más grande el
sacrificio de aquel santo, ya que es de
entender que cualquier persona daría
su vida por otro como su hijo, su
padre, madre, etc. pero ¿Quién se
sacrificaría por una persona vil y llena
de pecado? que vive en una condición
de hacer mal. Pero Dios, como dice la
Biblia, encarece su caridad porque
siendo aún pecadores Cristo murió
por nosotros (Romanos 5:6-8).
Entonces desde este punto de partida
para una plena transformación, es
necesario creer en Cristo Jesús como
nuestro Salvador para que por medio
de la fe esperemos la resurrección de
los santos cuando venga nuevamente
(Romanos 4:24.25).
Arrepentimiento de Nuestro Pasado
Carnal
Como siguiente paso a esta transfor-
mación que hemos iniciado, es tomar
acción a lo entendido en la palabra de
Dios, esto es el bautismo. Es bueno
creer en Cristo y comprender su sacri-
ficio pero recuerde que aún los de-
monios creen y tiemblan delante de él
(Santiago 2:19).
No basta con saber que Cristo murió
por nuestros pecados, reconocer que
vivimos como un hombre animal, ese
conocimiento debe llevarnos al
arrepentimiento de nuestros actos y
finalmente a tomar una decisión de
suma importancia. Si nosotros recono-
cemos que Cristo es nuestro salvador,
que murió por nuestros pecados y que
nuestra vida está en contra de la
7
voluntad de Dios pero no hacemos
nada, venimos a ser indolentes y cíni-
cos ante Dios.
Cuando Juan el bautista le predicaba
al pueblo de Israel les decía: "arrepen-
tíos y bautícese cada uno para remisión
de pecados." Marcos 1:14-15. Así que
creer en Cristo es un buen paso, pero
bautizarse es necesario para aceptar la
salvación del hijo de Dios.
Todo hermano que está en este pro-
ceso de bajar a las aguas del bautismo
debe tomar en cuenta que para recibir
el perdón de nuestros pecados debe
bautizarse, de lo contrario el poder de
Dios no obrará en él (Hechos 2:33-38;
Hechos 17:30).
Conversión, una Transformación Total
La conversión es un cambio o transfor-
mación de una naturaleza carnal a una
naturaleza espiritual. La palabra de
Dios dice: "Así que, arrepentíos y
convertíos, para que sean borrados
vuestros pecados; pues que vendrán los
tiempos del refrigerio de la presencia
del Señor." Hechos 3:19.
Un punto muy importante para lograr
la transformación espiritual es dejar la
idolatría y venir a ser siervo de Dios (1ª
Tesalonicenses 1:9). Este cambio impli-
ca más de lo que creemos ya que en
alguna forma es claro dejar de adorar
a las imágenes o ídolos como puede
8
ser la imagen de Guadalupe, San Mar-
tín de porras y más ídolos. Pero ir más
allá de la comprensión común significa
las consecuencias que la idolatría tiene
en la vida de los hombres y sobre todo
su fin es muerte y destrucción.
Lea la siguiente porción bíblica:
"Diciéndose ser sabios, se hicieron
fatuos, y trocaron la gloria del Dios
incorruptible en semejanza de imagen
de hombre corruptible, y de aves, y de
animales de cuatro pies, y de serpien-
tes. Por lo cual también Dios los entre-
gó á inmundicia, en las concupiscencias
de sus corazones, de suerte que conta-
minaron sus cuerpos entre sí mismos:
Los cuales mudaron la verdad de Dios
en mentira, honrando y sirviendo á las
criaturas antes que al Criador, el cual es
bendito por los siglos. Amén. Por esto
Dios los entregó á afectos vergon-
zosos; pues aun sus mujeres mudaron el
natural uso en el uso que es contra
naturaleza: Y del mismo modo también
los hombres, dejando el uso natural de
las mujeres, se encendieron en sus
concupiscencias los unos con los otros,
cometiendo cosas nefandas hombres
con hombres, y recibiendo en sí mismos
la recompensa que convino á su extra-
vío. Y como á ellos no les pareció tener
á Dios en su noticia, Dios los entregó á
una mente depravada, para hacer lo
que no conviene, estando atestados de
toda iniquidad, de fornicación, de
malicia, de avaricia, de maldad; llenos
de envidia, de homicidios, de con-
tiendas, de engaños, de malignidades;
murmuradores, detractores, aborrece-
dores de Dios, injuriosos, soberbios,
altivos, inventores de males, desobe-
dientes á los padres, necios, desleales,
sin afecto natural, implacables, sin
misericordia: Que habiendo entendido
el juicio de Dios que los que hacen tales
cosas son dignos de muerte, no sólo las
hacen, más aún consienten á los que las
hacen." Romanos 1:22-32.
El origen de la perdición del hombre es
la idolatría, ya que esta práctica lleva a
la depravación de los hombres al gra-
do de fornicar hombres con hombres
y más pecados de muerte. Es clara la
consecuencia de esas doctrinas idóla-
tras por que no existe un límite para el
mal y tampoco buscan una verdadera
conversión de un hombre de natura-
leza animal a una naturaleza espiritual.
Dejar el viejo hombre significa dejar las
viejas prácticas para no volver a caer
en los errores que hemos cometido
cuando no conocíamos a Cristo como
nuestro salvador (Efesios 4:22-24). Y
como explica el Apóstol Pablo dejando
la pasada manera de vivir a la manera
de un hombre perdido en vicios,
idolatría y obediente a los deseos que
dicta la carne. Al iniciar esta transfor-
mación no será posible regresar a
tomar nuevamente estos errores hu-
manos.
Sabemos que esta lucha entre la
naturaleza actual y la naturaleza espiri-
tual será muy intensa y diaria, pero
debemos procurar en todo momento
que el hombre espiritual deberá
dominar al hombre animal (Gálatas
5:17).
Dejando el Comportamiento Carnal
La idea falsa de sólo confesar que
Cristo es nuestro salvador y el hijo de
Dios y que no hace falta nada más,
sólo traerá que continuemos cayendo
en más errores. Si una hermano que se
bautiza piensa que por el sólo hecho
de bautizarse ya cambiará su vida a
una vida espiritual, está muy confun-
dido y equivocado.
"No todo el que me dice: Señor, Señor,
entrará en el reino de los cielos: mas el
que hiciere la voluntad de mi Padre que
está en los cielos. Muchos me dirán en
aquel día: Señor, Señor, ¿no profeti-
zamos en tu nombre, y en tu nombre
lanzamos demonios, y en tu nombre
hicimos mucho milagros? Y entonces
les protestaré: Nunca os conocí; apar-
taos de mí, obradores de maldad. Cual-
quiera, pues, que me oye estas pala-
bras, y las hace, le compararé á un
hombre prudente, que edificó su casa
sobre la peña." Mateo 7:21-24.
Hay que notar que en esta porción
bíblica el Maestro enseña que aún
cuando digamos que somos bauti-
zados, incluso haciendo milagros, po-
demos no ser aptos para el reino de
Dios. Por esta razón explica que el
que oye la palabra de Dios y hacer lo
9
que esta palabra dice, el hombre está
fincando su fe en cimientos sólidos.
El hombre que cree a Dios debe lograr
controlar su corazón y esto es, no el
corazón físico, sino esa conciencia de
poder comprender el mal ya que de lo
más profundo de nuestros pensa-
mientos vienen todas las conductas
reprobadas delante de Dios (Mateo
15:17-20).
Lea esta recomendación del apóstol
Pedro: "Pues que Cristo ha padecido
por nosotros en la carne, vosotros
también estad armados del mismo pen-
samiento: que el que ha padecido en la
carne, cesó de pecado; para que ya el
tiempo que queda en carne, viva, no á
las concupiscencias de los hombres,
sino á la voluntad de Dios. Porque nos
debe bastar que el tiempo pasado de
nuestra vida hayamos hecho la
voluntad de los Gentiles, cuando con-
versábamos en lascivias, en concupis-
cencias, en embriagueces, abominables
idolatrías." 1 Pedro 4:1-3.
Es claro el mensaje que es suficiente lo
que hemos pecado y lo que nos he-
mos contaminado, ya que no será
posible bautizarse nuevamente para
limpiar nuestros pecados, como dice
el Apóstol Pablo, poniendo en ver-
güenza el sacrificio de nuestro
Salvador (Hebreos 6:4-6). Una vez
limpios por este bautismo nuestro
viejo hombre debe quedar sepultado
en el pecado para renacer un nuevo
hombre dispuesto a cambiar para ser
una persona más espiritual.
¿Está usted listo para iniciar su
transformación?

Una vez transformado, más que nunca, usted

necesita nutrir al nuevo hombre con estas tres
prácticas básicas:
1. Lectura bíblica abundante (diario). Juan 5:39,
Apocalipsis 1:3, Proverbios 2:1-5, Deut. 17:19
2. Oración constante (diario). Marcos 13:33; 14:38,
1 Tesalonicenses 5:17, Colosenses 4:2,
3. Ayunos frecuentes. Marcos 9:29
Practicando esto, todo lo demás que sigue le será
más fácil.

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 Lección 2 EL PECADO Y SUS CONSECUENCIAS
Lectura previa al estudio: Romanos 7.

Preguntas a reflexionar:
¿Qué es el pecado? ¿Reconozco que estoy en condición de pecado? ¿Cuál
es el medio para limpiar mis pecados? De seguir en esta condición ¿tengo
alguna consecuencia?

Lectura inicial para el estudio: Romanos 6:12-23.

INTRODUCCIÓN guardase. Y mandó Jehová Dios al

hombre, diciendo: De todo árbol del
La Palabra de Dios nos muestra que el
huerto comerás; Mas del árbol de
hombre fue creado en condición
ciencia del bien y del mal no comerás de
terrenal, es decir Dios tomo materia
él; porque el día que de él comieres,
para formar con la misma al ser hu-
morirás.” Génesis 2:9-17. Aquella con-
mano, veamos: “Formó, pues, Jehová
dición, además de tener la facultad de
Dios al hombre del polvo de la tierra, y
decidir por sí solo, tenía la condición
alentó en su nariz soplo de vida; y fue el
de ser presa del pecado. Todos sabe-
hombre en alma viviente.” Génesis 2:7.
mos que fue la serpiente quien bajo un
Esa condición estaba presta para que
engaño, sedujo a la mujer y ésta tomo
el hombre tomara decisiones por sí
de aquel árbol de la ciencia del bien y
solo. Cuando Dios lo creó, lo puso
del mal, y lo dio también a su marido,
dentro de aquel Huerto del Edén, en el
así pues ambos cayeron en la grave
cual su tarea o labor, era de labrarlo y
falta de desobedecer la orden dada
guardarlo. En aquel lugar, también
por Dios. A partir de allí, el hombre
Dios puso el árbol de la Ciencia del
quedo sujeto a una ley, una ley que
bien y del mal, así mismo puso el árbol
por consecuencia lo llevaba hacia la
de la Vida. Sin embargo les dio una
muerte, pues recordemos que fue el
orden en cuanto al primero: “Y había
mismo Dios quien determino que de
Jehová Dios hecho nacer de la tierra
comer del árbol de la ciencia del bien y
todo árbol delicioso á la vista, y bueno
del mal, tendrían un pago o castigo
para comer: también el árbol de vida en
que es la muerte. De esta manera
medio del huerto, y el árbol de ciencia
todos los seres humanos quedaron
del bien y del mal… Tomó, pues, Jehová
sujetos al pecado, y por consecuencia
Dios al hombre, y le puso en el huerto
condenados a muerte.
de Edén, para que lo labrara y lo
11
¿Qué es el Pecado? los humanos deben existir normas y
reglamentos, de los cuales podemos
Es muy importante saber que es el
conocer en que fallamos, ante Dios
pecado. Una definición es: Acción,
también existen reglamentos y leyes.
conducta, pensamiento, etc. conde-
Pablo nos define el pecado en la
nado por la ley divina o eclesiástica.
siguiente forma: “¿Qué pues diremos?
Esta acción, conducta o pensamiento,
¿La ley es pecado? En ninguna manera.
lleva hacia una consecuencia. Entre los
Empero yo no conocí el pecado sino por
hombres esa acción o conducta, la
la ley: porque tampoco conociera la
comprendemos como falta o transgre-
concupiscencia, si la ley no dijera: No
sión a una ley. En otras palabras es la
codiciarás.” Romanos 7:7. Para poder
comisión de un delito. Al igual que en
definir y comprender que es el pecado
las leyes humanas existe un castigo o
ante Dios, es necesario conocer la ley.
sentencia condenatoria, ante Dios
Dios emitió un Decálogo Divino, éste
también lo hay. Ese pecado o iniqui-
es considerado como normas morales,
dad por consecuencia debe tener un
dentro del mismo se hallan manda-
castigo.
mientos tanto en respeto y reconoci-
miento hacia Dios, como en respeto
Ya consideramos que al principio, el
hacia los hombres. Toda falta se con-
hombre recibió la justa paga de su
sidera desobediencia. El faltar a uno
pecado. Esto es un punto muy impor-
de ellos, Dios lo considera como una
tante. La justicia existe por medio de
rebelión. El mismo versículo nos indica
una ley. No puede juzgarse un acto sin
que el sinónimo de pecado es concu-
que exista una ley de por medio. Por
piscencia, de lo cual el apóstol Juan
ejemplo: las normas de vialidad nos
nos dice: “Porque todo lo que hay en el
enseñan que el pasar un crucero en luz
mundo, la concupiscencia de la carne, y
roja del semáforo es una falta, motivo
la concupiscencia de los ojos, y la sober-
por el cual existe una sanción o
bia de la vida, no es del Padre, mas es
infracción, a esta reacción la conoce-
del mundo.” 1ª Juan 2:16. Entonces ve-
mos como ejercer justicia. Ante Dios
mos que todo aquello que mueve al
sucede lo mismo, Él es quien deter-
mundo, es decir lo que los hombres
mino una ley y si existe una infracción
practican, piensan y sienten, son el
o falta, lo justo es que exista un pago
conjunto de lo que Dios determina
o castigo: “Porque si la palabra dicha
como concupiscencia. Todo eso es pe-
por los ángeles fue firme, y toda
cado.
rebelión y desobediencia recibió justa
paga de retribución.” Hebreos 2:2.
Otra forma de definir el pecado es la
¿Cómo sabemos que es el pecado ante siguiente: “Toda maldad es pecado… y
Dios? Hemos considerado que entre todo el mundo está puesto en maldad.”
12
1ª Juan 5:17-19. Notemos bien que el
apóstol Juan nos explica que todo el
ambiente que rodea al mundo está
constituido en maldad. La maldad es
toda práctica contraria al orden divino,
de otra forma no podría considerarse
mundano si Dios lo aprobara. Esta
maldad al ser contraria a Dios se de-
fine como enemistad: “Adúlteros y
adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del
mundo es enemistad con Dios? Cual-
quiera pues que quisiere ser amigo del
mundo, se constituye enemigo de
Dios.” Santiago 4:4. Entre Dios y el
mundo, o sea el hombre, existe una
barrera la cual vemos entonces, que
es el pecado, y en esta forma estamos
destituidos de la gloria de Dios: “Por
cuanto todos pecaron, y están desti-
tuidos de la gloria de Dios.” Romanos
3:23. Comprendiendo entonces: por la
desobediencia del primer hombre,
todos los seres humanos quedamos
sujetos al pecado, por cuanto somos
simiente humana. Siendo carnales o
terrenales, somos expuestos a pecar,
por consiguiente la muerte es la paga
del pecado. Todos somos condenados
a esa muerte, por quedar destituidos
de la gloria de Dios, aquella gloria que
Él mismo le dio al primer hombre al
criarlo y que se perdió por la desobe-
diencia.
¿Cuál es la Paga del Pecado?
Aquella paga al principio fue la
muerte, la cual pasó a todos los seres
humanos, pues todos quedamos
expuestos al pecado y habiendo cono-
cido lo malo y lo bueno, es entonces
que formamos una conciencia, así
como al principio, Adán y Eva recono-
cieron que estaban desnudos y esto
como consecuencia de haber tomado
de aquel fruto prohibido. A partir de
allí el hombre comenzó su peregrinaje
en la tierra. Aquel lazo o relación
divina se rompió, motivo por el cual el
hombre quedo sujeto a una ley carnal
que el apóstol Pablo lo explica de esta
manera: “De consiguiente, vino la re-
conciliación por uno, así como el peca-
do entró en el mundo por un hombre, y
por el pecado la muerte, y la muerte así
pasó á todos los hombres, pues que
todos pecaron.” Romanos 5:12. Hemos
visto que en esta forma, todos somos
merecedores de justa paga, es decir
desde el momento en que conocemos
lo que es pecado, sabemos que nues-
tra condición es totalmente adversa y
que estamos condenados a muerte.
Aquel lazo o relación que estaba al
principio entre el hombre y Dios se
rompió por el pecado, fue la causa de
que Dios propusiera un Plan Divino de
Redención.
Para que esa reconciliación tuviera
efecto, era necesaria la paga de
aquella falta. Sin embargo en lugar de
hacer efectivo ese pago, Dios
estableció ese Plan, con lo cual queda
mostrada su misericordia: “Porque de
tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado á su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas
13
tenga vida eterna.” Juan 3:16. La pri-
mera reacción que tuvo el hombre y su
mujer después de haber tomado aquel
fruto, fue el de vergüenza, se dieron
cuenta que ambos estaban desnudos,
que aquella gloria divina se había per-
dido y que entonces aquel pago tenía
que efectuarse. El hombre tuvo mie-
do, prefirió esconderse de la presencia
de Dios y cubrió su desnudez con unas
frágiles hojas: “Y fueron abiertos los
ojos de entrambos, y conocieron que
estaban desnudos: entonces cosieron
hojas de higuera, y se hicieron delan-
tales. Y oyeron la voz de Jehová Dios
que se paseaba en el huerto al aire del
día: y escondióse el hombre y su mujer
de la presencia de Jehová Dios entre los
árboles del huerto. Y llamó Jehová Dios
al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y
él respondió: Oí tu voz en el huerto, y
tuve miedo, porque estaba desnudo; y
escondíme.” Génesis 3:7-10. Fue en-
tonces que la misericordia de Dios se
mostró, les hizo unas túnicas de
pieles. En su amor tan grande prefirió
sacrificar una víctima inocente, y cu-
brir la vergüenza en la cual se hallaba
el hombre. Ahora comprendemos que
aquella víctima inocente estaba repre-
sentando a nuestro Señor Jesucristo.
Entonces, ¿Cuál es el Medio para
Limpiar el Pecado?
La palabra de Dios dice: “Porque
Cristo, cuando aún éramos flacos, á su
tiempo murió por los impíos. Cierta-
mente apenas muere algún por un
14
justo: con todo podrá ser que alguno
osara morir por el bueno. Mas Dios
encarece su caridad para con nosotros,
porque siendo aún pecadores, Cristo
murió por nosotros. Luego mucho más
ahora, justificados en su sangre, por él
seremos salvos de la ira. Porque si
siendo enemigos, fuimos reconciliado
con Dios por la muerte de su Hijo,
mucho más, estando reconciliados,
seremos salvos por su vida,” notemos
hasta donde Dios valora la vida del
hombre, tanto que la forma de dar la
oportunidad de ser salvos, dispone la
vida del inocente como paga del
pecado de todos los hombres. El
profeta Isaías es muy claro y definido
en su discurso: “Despreciado y dese-
chado entre los hombres, varón de
dolores, experimentado en quebranto:
y como que escondimos de él el rostro,
fue menospreciado, y no lo estimamos.
Ciertamente llevó él nuestras enfer-
medades, y sufrió nuestros dolores; y
nosotros le tuvimos por azotado, por
herido de Dios y abatido. Mas él herido
fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados: el castigo de nuestra
paz sobre él; y por su llaga fuimos
nosotros curados. Todos nosotros nos
descarriamos como ovejas, cada cual se
apartó por su camino: mas Jehová
cargó en él el pecado de todos noso-
tros.” Isaías 53:3-6.
Así como al principio, Dios prefirió la
muerte de un inocente para cubrir la
desnudez del hombre, así Dios da esta
oportunidad de vida al hombre, al
establecer como medio de salvación a
nuestro Señor Jesucristo. Aquella vida
que tomo Dios para vestir al hombre,
fue el sacrificio que redimió el pecado,
ahora el sacrificio perfecto es el medio
para cubrir la desnudez y la vergüenza
del hombre. Esta es la forma en que
solamente el hombre puede reconci-
liarse con Dios, no existe otra forma.
Sin embargo Dios en esta oportunidad
pide que el hombre viva una nueva
vida, es decir que aquel estilo de vida
que llevaba, lleno de pecado y
concupiscencia, sea completamente
transformado. El mismo Jesús al ser
entrevistado por Nicodemo lo explica
en la siguiente forma: “Respondió
Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te
digo, que el que no naciere otra vez, no
puede ver el reino de Dios. Dícele
Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre
nacer siendo viejo? ¿Puede entrar otra
vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te
digo, que el que no naciere de agua y
del Espíritu, no puede entrar en el reino
de Dios. Lo que es nacido de la carne,
carne es; y lo que es nacido del Espíritu,
espíritu es. No te maravilles de que te
dije: Os es necesario nacer otra vez.”
Juan 3:3-7. Para poder visualizar y
comprender el amor tan divino, así
como aceptar aquella oferta de sal-
vación es necesario volver a nacer.
Volver a nacer significa dejar atrás el
pecado, la concupiscencia, todo aquel
ambiente que envuelve al mundo,
dejar atrás la mundanalidad y enton-
ces hacer efectivo un cambio de vida.
La forma de aceptar esa oferta es el
bautismo. Todos hemos sido forma-
dos en la carne, somos terrenos, pero
es necesario que esta condición hu-
mana esté sujeta, pero no al pecado
sino a Dios. Por eso el Señor decía: “Os
es necesario nacer otra vez” no es
como lo entendió Nicodemo, éste pen-
saba en la forma humana, pero lo que
el Maestro quería que comprendiera,
era que debía nacer de nuevo pero en
una forma espiritual, con una limpia
conciencia. Una forma de vida limpia,
alejada de todo pecado y de toda
maldad. Para volver a nacer es nece-
sario bautizarse. El bautismo es la
confirmación de aceptar la oferta de
salvación, es dejar sepultado el hom-
bre que está viciado con el pecado y
nacer nuevamente pero para Dios,
dejando la mundanalidad. Pablo lo
explica en la siguiente forma: “¿Pues
qué diremos? ¿Perseveraremos en pe-
cado para que la gracia crezca? En
ninguna manera. Porque los que somos
muertos al pecado, ¿cómo viviremos
aún en él? ¿O no sabéis que todos los
que somos bautizados en Cristo Jesús,
somos bautizados en su muerte? Por-
que somos sepultados juntamente con
él á muerte por el bautismo; para que
como Cristo resucitó de los muertos por
la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en novedad de vida.” Roma-
nos 6:1-4. En el momento en que el
hombre toma la determinación de
bautizarse, acepta a Cristo como su
redentor. Es un pacto. Un pacto queda
sellado con sangre, la cual fue
15
derramada por el Señor. Pero a que al principio fue destinado o conde-
cambio deja sepultado al viejo hombre nado el hombre.
y nace en forma espiritual para entre-
garse a Dios. Motivo por el cual debe
dejar de vivir en pecado. Entonces, ¿Acepta que Usted es
Pecador y que Debe Bautizarse?
No puede ser posible que después de
Ahora conoce qué es el pecado, no
aceptar el ofrecimiento y de haberlo
puede ignorar que está sujeto al
confirmado por medio del bautismo,
pecado, existe una ley divina, la cual
nuevamente practique el pecado. No
define perfectamente el pecado.
es aceptable delante de Dios. Por esta
Conoce que Dios extendió su mano
razón Pablo pregunta: “Porque los que
por medio de un sacrificio perfecto
somos muertos al pecado, ¿cómo
para poder reconciliarse con Él.
viviremos aún en él?...” si el hombre
¿Aceptará la oferta que Dios le hace?
sigue viviendo en el pecado entonces
¿O prefiere seguir condenado a la
tiene que efectuarse la justa paga del
muerte eterna? No lo piense más,
pecado y aquella paga es muerte, pero
acepte a Cristo, Él es el único medio
no la muerte terrenal, sino la muerte
para que usted pueda ser salvo,
eterna: “Porque la paga del pecado es
recuerde que el tiempo es breve y que
muerte…” esa condición es la misma
pasa rápido, quizá el día de mañana
para todo aquel que no decide bauti-
sea tarde y cuando reflexione se dé
zarse. El querer vivir aún en el pecado,
cuenta que la salvación ha cerrado sus
es meritorio de muerte, la muerte a la
puertas.

16
 Lección 3 MIS OBLIGACIONES COMO CRISTIANO
Lecturas de estudio: Capítulos 4 y 5 de la carta a los Efesios.

Preguntas a reflexionar:
¿Qué es una responsabilidad? ¿Qué responsabilidades adquiero cuando me
bautizo? ¿Estoy consciente las responsabilidades adquiridas delante de
Dios?

Lectura inicial para el estudio: Romanos 8:28-39.

INTRODUCCIÓN cinco talentos me entregaste; he aquí

otros cinco talentos he ganado sobre
El diccionario de la lengua española
ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen
describe como una persona respon-
siervo y fiel; sobre poco has sido fiel,
sable de la siguiente manera: "Dicho
sobre mucho te pondré: entra en el
de una persona: Que pone cuidado y
gozo de tu señor... y llegando también
atención en lo que hace o decide".
el que había recibido un talento, dijo:
Esto se entiende que poner atención a
Señor, te conocía que eres hombre
lo que se hace, será estar entendido y
duro, que siegas donde no sembraste, y
siendo cuidadoso de cumplir el com-
recoges donde no esparciste; y tuve
promiso (responsabilidad) adquirido.
miedo, y fui, y escondí tu talento en la
Por lo contrario una persona irrespon-
tierra: he aquí tienes lo que es tuyo. Y
sable es descuidada y sin diligencia
respondiendo su señor, le dijo: Malo y
para responder de sus actos y compro-
negligente siervo, sabías que siego
misos (Santiago 1:8).
donde no sembré y que recojo donde
no esparcí; por tanto te convenía dar mi
Dios no se agrada de las personas
dinero á los banqueros, y viniendo yo,
faltas de compromiso e irrespon-
hubiera recibido lo que es mío con
sables. En la parábola de los talentos
usura. Quitadle pues el talento, y dadlo
Jesús da una enseñanza clara: “Mas el
al que tiene diez talentos.” Mateo
que había recibido uno, fue y cavó en la
25:14-30.
tierra, y escondió el dinero de su señor.
Y después de mucho tiempo, vino el
Así que esta parábola nos ilustra
señor de aquellos siervos, é hizo
claramente cual es la reacción sobre
cuentas con ellos. Y llegando el que
las personas que son irresponsables y
había recibido cinco talentos, trajo
principalmente con las bendiciones o
otros cinco talentos, diciendo: Señor,
dones que Dios nos da.
17

Misión
La Iglesia de Dios tiene
como misión, Predicar el
evangelio de nuestro Señor
Jesús a toda raza, pueblo o
nación, para anunciar el
perdón por la gracia de
Dios y el arrepentimiento
por medio del bautismo. Así
como el buscar la
santificación de todos los
que aman la venida del
Maestro, y conformar un
pueblo celoso de buenas
obras.
Visión
Ser dignos discípulos y
practicantes de las
doctrina dada a los santos,
mostrando el amor fraterno
como la Iglesia primitiva
donde todas las cosas las
tenían en común y siendo
principalmente ayudadores
de los domésticos de la fe y
las comunidades donde
predica y reconocidos
como ejemplo ante el
mundo en palabra,
conversación, caridad,
espíritu, fe y limpieza
18
Somos Llamados
Lo primero que tenemos que recono-
cer es el hecho de que al bajar a las
aguas del bautismo estamos respon-
diendo al llamado de salvación para
ser considerados un pueblo singular y
escogido. "Todos los llamados de mi
nombre; para gloria mía los críe, los
formé y los hice" (Isaías 43:7). Así que
nuestro llamado es para la honra y
gloria de Dios y manifestar lo que
realmente somos. Pero debemos com-
prender que hemos sido llamados de
lo más vil y pecador del mundo para
demostrar que el poder de Dios
transforma a las personas y las re-
construye espiritualmente. No es posi-
ble jactarnos al pensar que somos
singulares para ser considerados algo
especial; sino que Dios en su infinita
misericordia tuvo compasión de noso-
tros y nos salvó. Esto se comprende
que no debemos tener una arrogante
posición delante de Dios (1a. Corintios
1:25-27).
Sin embargo, lo que sí debemos tener
muy claro es que fuimos llamados a
una vocación santa, llena de distinción
a la cual no podemos renunciar (2ª
Timoteo 1:9). Así que a tanta miseri-
cordia corresponderá un verdadero
cambio de vida y con ello la adopción
de nuevas responsabilidades.
Comprender el Propósito de la Iglesia
de Dios
Lo primero que como miembro bauti-
zado dentro de la Iglesia de Dios
debemos comprender es la razón por
la cual esta Iglesia fue creada. Esto es
comprender la misión.
Todo miembro debe comprender
claramente que al pertenecer al
cuerpo de Cristo, nuestra obligación
es velar por el cumplimiento que
desde el tiempo bíblico fue marcado
para nosotros. Esta misión está des-
crita en la palabra de Dios: “Mas los
once discípulos se fueron á Galilea, al
monte donde Jesús les había ordenado.
Y como le vieron, le adoraron: mas
algunos dudaban. Y llegando Jesús, les
habló, diciendo: Toda potestad me es
dada en el cielo y en la tierra. Por tanto,
id, y doctrinad á todos los Gentiles,
bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo:
Enseñándoles que guarden todas las
cosas que os he mandado: y he aquí, yo
estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo. Amén.” Mateo 28-16-
20.
La predicación del evangelio es una
obligación fundamental para todo
miembro de la Iglesia, ya que hemos
recibido de manera gratuita la
salvación que por el Maestro hemos
obtenido y por lo tanto, estamos
obligados a compartir esta bendición
(Mateo 10:8).
Valores de la Iglesia
de Dios.
Amor a Dios. El amor a Dios
se comprende como el
respeto a los
mandamientos eternos de
Dios conocido como el
decálogo divino, a lo cual
todo miembro respeta al
no tener ídolos o imágenes,
tomar el nombre de Dios en
vano, guardando el día de
Sábado como el día santo.
Amor al prójimo. El amor al
prójimo lo comprendemos
como el cumplimiento de
la eterna ley de Dios, la
cual sumariamente expone
que además de la caridad,
respetamos y honramos a
nuestros padres, no
matamos, no robamos, no
adulteramos, no hablamos
falso testimonio, ni
codiciamos los bienes de
nuestros prójimos y
hermanos.
Obras de justicia. Toda
acción que en nuestra vida
diaria reflejan el
conocimiento de la
doctrina bíblica en actos
humanitarios a lo cual
llamamos frutos espirituales,
lo cual representa el
dominio de nuestras
condiciones carnales las
cuales son sometidas por el
razonamiento espiritual de
nuestros principios
doctrinales
19
Así que no debemos ser renuentes
para comprender cual es nuestra res-
ponsabilidad y con ello el cumplimien-
to de nuestra misión como miembros
del cuerpo de Cristo.
Otro importante alcance de esta
misión es el conservarnos en Santidad.
“Porque la voluntad de Dios es vuestra
santificación.” 1ª Tesalonicenses 4:3.
Estando en el entendido que una per-
sona santa es una persona apartada
del mal.
Debemos recordar que al bajar a las
aguas del bautismo venimos a reno-
varnos en el entendimiento de nuestra
mente, que no es otra cosa más que
tener la firme convicción de que
hemos venido a tener una nueva vida
y así debemos permanecer apartados
del mal.
Comprender el propósito o misión de
la Iglesia de Dios es el punto de par-
tida para tener claramente entendidas
nuestras obligaciones, ya que de aquí
llegaremos a una mejor comprensión
de nuestra participación en el creci-
miento de la obra de Dios.
Mantener la Fe y la Unidad
Otra obligación fundamental para
todos nosotros, miembros de la Iglesia
de Dios es mantenernos firmes en la
doctrina y fe del Señor Jesús. El após-
tol Pablo escribió a los Efesios de esta
manera: “Yo pues, preso en el Señor, os
20
ruego que andéis como es digno de la
vocación con que sois llamados; con
toda humildad y mansedumbre, con
paciencia soportando los unos á los
otros en amor; solícitos á guardar la
unidad del Espíritu en el vínculo de la
paz. Un cuerpo, y un Espíritu; como sois
también llamados á una misma espe-
ranza de vuestra vocación: Un Señor,
una fe, un bautismo, Un Dios y Padre
de todos, el cual es sobre todas las
cosas, y por todas las cosas, y en todos
vosotros.” Efesios 4:1-6.
Este mensaje Apostólico nos pide pri-
mero que andemos como es digno en
la vocación (llamado o misión), donde
esta dignidad se respeta por el cum-
plimiento consistente de nuestras obli-
gaciones que conlleva como cristia-
nos. En otras palabras, no ser herma-
nos de pobre decisión andando entre
lo santo y lo profano.
Añade explicando que debemos estar
prestos y con esmero a mantener la
unidad de la Iglesia de Dios por medio
de la paz. Y es precisamente este un
punto muy importante para el cuidado
de la Iglesia y de nosotros como miem-
bros. El tener cuidado de la doctrina,
convivir en paz y tolerancia entre los
hermanos hace que nuestra congre-
gación mantenga la unidad.
Por otro lado el estudio y ejercicio de
la fe, o bien la práctica de la doctrina
nos hace permanecer con menos pro-
blemas en la Iglesia.
 “Que ya no seamos niños fluctuantes, y
llevados por doquiera de todo viento de
doctrina, por estratagema de hombres
que, para engañar, emplean con astucia
los artificios del error.” Efesios 4:14.
Como parte de nuestras responsa-
bilidades está el conocer y defender la
sana doctrina y esto representa, por lo
menos, conocer los 40 puntos de fe
que conforman la base de nuestra
creencia. Es claro esta obligación, ya
que de no conocer la base de nuestra
creencia podemos vacilar y caer en
apostasía.
“Empero tú, habla lo que conviene á la
sana doctrina…Que se dio á sí mismo
por nosotros para redimirnos de toda
iniquidad, y limpiar para sí un pueblo
propio, celoso de buenas obras.” Tito
2:1,14.
Este celo no debe comprenderse
como un celo intolerante e irracional,
muy contrario a ello es un celo cer-
cano a lo demostrado por el Señor
Jesús y el apóstol Pablo, los cuales
buscaron que prevaleciera la verdad y
abandonar la mentira.
Por otro lado, el mantener la unidad
significa también no estar de congre-
gación en congregación, sólo buscan-
do un mejor ambiente social, lo cual
lleva a que estemos sin compromiso y
responsabilidades (Hebreos 10:25).
Así que al acercarnos a Dios por medio
del bautismo, debemos llegar con
toda seguridad del conocimiento de su
palabra a fin de no caer en la tentación
de satanás buscando disolver las con-
gregaciones, y que mucho de esto
tiene su origen por una falta de
entendimiento de la doctrina, lo cual
lleva a permitir la entrada de ideas no
nacidas de la palabra de Dios (Hebreos
10:22).
Eliminar Conversaciones que no
Edifican
Otro responsabilidad que tenemos al
venir a ser parte del cuerpo de cristo
es mostrar un comportamiento
correcto de nuestra forma de comuni-
carnos y no ser parte de prácticas que
poco edifican entre los hermanos.
“Hermanos míos, no os hagáis muchos
maestros, sabiendo que recibiremos
mayor condenación. Porque todos
ofendemos en muchas cosas. Si alguno
no ofende en palabra, éste es varón
perfecto, que también puede con freno
gobernar todo el cuerpo. He aquí
nosotros ponemos frenos en las bocas
de los caballos para que nos obedezcan,
y gobernamos todo su cuerpo. Mirad
también las naves: aunque tan grandes,
y llevadas de impetuosos vientos, son
gobernadas con un muy pequeño timón
por donde quisiere el que las gobierna.
Así también, la lengua es un miembro
pequeño, y se gloría de grandes cosas.
He aquí, ¡un pequeño fuego cuán
grande bosque enciende!” Santiago
3:1-5.
21
El no tener la capacidad de controlar
nuestra boca es una demostración que
aún no hemos crecido a la necesidad
que demanda nuestra condición como
cristianos. Aún que todo es un pro-
ceso de cambio y esto representa un
crecimiento paulatino (Proverbios
4:18), desde un inicio debemos corre-
girnos de este tipo de prácticas.
Los chismes son un factor de destruc-
ción para la Iglesia de Dios. Al mismo
pueblo de Israel le fue prohibido andar
chismeando (Levítico 19:16) ya que
esto lleva a la calumnia y demás pen-
samiento que no son parte de nuestra
costumbre.
Como miembros de la Iglesia de Dios
no debemos dar pie a ser escuchas de
estas prácticas; aún más, debemos
eliminarlas de entre nosotros. (1ª
Corintios 11:16).
Nuestra obligación es ser todos de un
mismo parecer espiritual, caminar
como una gran familia donde el
espíritu de Dios se manifiesta en todos
nosotros: “Os ruego pues, hermanos,
por el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, que habléis todos una
misma cosa, y que no haya entre
vosotros disensiones, antes seáis per-
fectamente unidos en una misma
mente y en un mismo parecer” (1ª
Corintios 1:10).
Respeto a los Pastores
Aunque el respeto es un camino de
dos vías, donde los pastores deben
22
ganarse esa honra, los miembros
también deben respetar a los herma-
nos que han mostrado un testimonio
de vocación al cuidado de la Iglesia.
Es triste ver que los hermanos de la
congregación le hablé en un tono
irrespetuoso al pastor o miembro del
ministerio. En ocasiones tenemos más
respeto de los impíos por el grado que
desempeñan en su trabajo, gobierno o
escuela ¿Por qué no tener respeto a un
ungido de Dios? (Proverbios 18:5).
El pastor dentro de la Iglesia de Dios
es un misionero que generalmente no
recibe paga por su dedicación a la
grey, el cual procura ayudar a todos
los hermanos en sobre llevar sus
problemas aconsejando de la mejor
manera posible a todo aquel que se
acerca a pedir su consejo y muchas
ocasiones se cumple lo que está
escrito en la palabra de Dios: “Las
palabras de los sabios son como agui-
jones; y como clavos hincados, las de los
maestros de las congregaciones, dadas
por un Pastor.” Eclesiastés 12:11.
Demos respeto a los ministros y minis-
terios que se ha ganado con trabajo
dicho lugar de honor. También seamos
buenos congregantes al atender sus
exhortaciones y consejos.
“Obedeced á vuestros pastores, y
sujetaos á ellos; porque ellos velan por
vuestras almas, como aquellos que han
de dar cuenta; para que lo hagan con
alegría, y no gimiendo; porque esto no
os es útil. Orad por nosotros: porque
confiamos que tenemos buena concien-
cia, deseando conversar bien en todo.”
Hebreos 13:17-18.
Fieles y Diezmadores
El propósito de la Iglesia de Dios no
son las riquezas materiales, sino el
cumplimiento de los mandamientos
de Dios. No hay un interés de parte del
Pastor o ministerio para pensar en
tener un ingreso lucrativo por medio
del diezmo. Pero debemos considerar
dos puntos muy importantes:
• Que el diezmo es un
mandamiento de Dios
• Existen gastos que im-
plica el sostenimiento
de la obra.
Para la Iglesia de Dios esta décima de
las ganancias representan algo consa-
grado a Dios: “Y todas las décimas de la
tierra, así de la simiente de la tierra
como del fruto de los árboles, de
Jehová son: es cosa consagrada á
Jehová.” Levítico 26:30.
toda, me habéis robado. Traed todos
los diezmos al alfolí, y haya alimento en
mi casa; y probadme ahora en esto,
dice Jehová de los ejércitos, si no os
abriré las ventanas de los cielos, y
vaciaré sobre vosotros bendición hasta
que sobreabunde.” Malaquías 3:8-10.
Esta lista de responsabilidades podría
ser reducida, pero son las responsa-
bilidades básicas que como miembros
del cuerpo de Cristo podemos cumplir
al ser miembros bautizados porque
ahora somos ciudadanos.
“Que en aquel tiempo estabais sin
Cristo, alejados de la república de Israel,
y extranjeros á los pactos de la
promesa, sin esperanza y sin Dios en el
mundo. Mas ahora en Cristo Jesús,
vosotros que en otro tiempo estabais
lejos, habéis sido hechos cercanos por la
sangre de Cristo.” Efesios 2:12-13.

Muchos hermanos al ser bautizados

no cumplen con este mandamiento, ya
que de alguna forma no han probado
las bendiciones que Dios da por medio
del cumplimiento del diezmo.

“¿Robará el hombre á Dios? Pues

vosotros me habéis robado. Y dijisteis:
¿En qué te hemos robado? Los diezmos
y las primicias. Malditos sois con
maldición, porque vosotros, la nación
23
 Lección 4
Lectura previa al estudio: Hebreos 9.
Preguntas a reflexionar:
¿Necesito hacer un pacto con Dios? ¿Qué obtengo a cambio? Para sellar
ese pacto ¿es necesario bautizarme?
Lectura inicial para el estudio: Génesis 17:1-14.
INTRODUCCIÓN
En el principio cuando el hombre cayó
delante de Dios, en desobediencia,
trajo consigo la muerte. Era entonces
necesario establecer un medio para
poder resarcir el daño causado. Dios
estableció ese medio, entregó a su
propio Hijo en pago por aquel pecado,
así también por el pecado de toda la
humanidad. Ya que por esa desobe-
diencia el hombre y toda su simiente
quedaron sujeta al pecado y por con-
secuencia a condena de muerte.
El mismo Jesús dijo: “Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha
dado á su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna.” Juan 3:16. En
efecto, Jesús fue el pago, Él se
entrego a favor nuestro para poder
rescatar al hombre de aquella con-
dena de muerte. Cuando Pablo explica
a los hebreos lo manifiesta en la
siguiente forma: “Por lo cual, entrando
en el mundo, dice: sacrificio y presente
no quisiste; Mas me apropiaste cuerpo:
UN NUEVO PACTO
Holocaustos y expiaciones por el
pecado no te agradaron. Entonces dije:
Heme aquí (En la cabecera del libro está
escrito de mí) Para que haga, OH Dios,
tu voluntad. Diciendo arriba: Sacrificio y
presente, y holocaustos y expiaciones
por el pecado no quisiste, ni te agra-
daron, (las cuales cosas se ofrecen
según la ley,) Entonces dijo: Heme aquí
para que haga, OH Dios, tu voluntad.
Quita lo primero, para establecer lo
postrero.” Hebreos 10:5-9.
Cuando el hombre quedo desnudo y
expuesto ante su Creador, Dios lo
vistió de pieles, pieles que segura-
mente tomo de una víctima inocente.
Fue así que entonces se estableció un
pacto. Aquel sacrificio vino represen-
tando al mismo Señor Jesús. Durante
la etapa levítica, fue dispuesto por
Dios un pacto y dentro de ese pacto,
una serie de sacrificios que el pueblo
tenía que ejecutar. Aquel pacto
primeramente fue con Abraham, ya
que este hombre se hallo justo dentro
de un mundo de pecado. Motivo por
el cual Dios lo sacó de su propia
parentela para que disfrutara de sus
bendiciones.
La Importancia de un Pacto
Un pacto significa una alianza, un
convenio, un contrato; en el cual las
partes aliadas o convenidas, esta-
blecen una serie de cláusulas de
cumplimiento, en las que éstas se
comprometen a llevar a cabo ciertas
condiciones acordadas por ambas
partes. Dios estableció un pacto,
primeramente fue con Abraham. Aun-
que anteriormente ya había estable-
cido uno con Noé, en el cual Dios se
comprometió a no destruir nueva-
mente la generación humana con
agua. A cambio el hombre nueva-
mente tenía que obedecer las órdenes
que ya había establecido con Adán: “Y
los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fruc-
tificad y multiplicad, y henchid la tierra,
y sojuzgadla, y señoread en los peces de
la mar, y en las aves de los cielos, y en
todas las bestias que se mueven sobre
la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he
dado toda hierba que da simiente, que
está sobre la haz de toda la tierra; y
todo árbol en que hay fruto de árbol
que da simiente, seros ha para comer.”
Génesis 1:28-29. El hombre en ese
principio quedaba como encargado de
toda la creación. Así mismo debía de
abstenerse de tocar el árbol de la
ciencia del bien y del mal. De lo cual
sabemos que desobedeció.
En la misma forma, Dios estableció el
pacto con la nueva generación: “Y
habló Dios á Noé y á sus hijos con él,
diciendo: Yo, he aquí que yo establezco
mi pacto con vosotros, y con vuestra
simiente después de vosotros; Y con
toda alma viviente que está con
vosotros, de aves, de animales, y de
toda bestia de la tierra que está con
vosotros; desde todos los que salieron
del arca hasta todo animal de la tierra.
Estableceré mi pacto con vosotros, y no
fenecerá ya más toda carne con aguas
de diluvio; ni habrá más diluvio para
destruir la tierra. Y dijo Dios: Esta será la
señal del pacto que yo establezco entre
mí y vosotros y toda alma viviente que
está con vosotros, por siglos perpetuos:
Mi arco pondré en las nubes, el cual será
por señal de convenio entre mí y la
tierra. Y será que cuando haré venir
nubes sobre la tierra, se dejará ver
entonces mi arco en las nubes. Y
acordarme he del pacto mío, que hay
entre mí y vosotros y toda alma viviente
de toda carne; y no serán más las aguas
por diluvio para destruir toda carne. Y
estará el arco en las nubes, y verlo he
para acordarme del pacto perpetuo
entre Dios y toda alma viviente, con
toda carne que hay sobre la tierra. Dijo,
pues, Dios á Noé: Esta será la señal del
pacto que he establecido entre mí y
toda carne que está sobre la tierra”
Génesis 9:8-17. Aquel pacto entonces,
estaba establecido por Dios, del cual
no volvería a ser destruida la especie
humana con agua a cambio de cuidar y
proteger todo lo que Dios les entre-
gaba.
25
Fue con Abraham precisamente, cuan-
do realiza un pacto. Era necesario, el
hombre nuevamente había crecido en
maldad. Recordemos que Abraham
habitaba entre gente idolatra. Gente
que aunque sabía que existía un Dios,
preferían vivir en la maldad. Abraham
tuvo que dejar parentela y casa para
salir a una nueva tierra, esto por orden
divino. Demostró así su fe: “Por la fe
Abraham, siendo llamado, obedeció
para salir al lugar que había de recibir
por heredad; y salió sin saber dónde
iba.” Hebreos 11:8. Así entonces actuó
por medio de la fe. Dios miro con
agrado esto y lo eligió para establecer
un pacto.
“…y Dios habló con él diciendo: Yo, he
aquí mi pacto contigo: Serás padre de
muchedumbre de gentes: Y no se
llamará más tu nombre Abram, sino
que será tu nombre Abraham, porque
te he puesto por padre de muche-
dumbre de gentes. Y multiplicarte he
mucho en gran manera, y te pondré en
gentes, y reyes saldrán de ti. Y
estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu
simiente después de ti en sus genera-
ciones, por alianza perpetua, para
serte á ti por Dios, y á tu simiente
después de ti. Y te daré á ti, y á tu
simiente después de ti, la tierra de tus
peregrinaciones, toda la tierra de
Canaán en heredad perpetua; y seré el
Dios de ellos. Dijo de nuevo Dios á
Abraham: Tú empero guardarás mi
pacto, tú y tu simiente después de ti
por sus generaciones. Este será mi
26
pacto, que guardaréis entre mí y
vosotros y tu simiente después de ti:
Será circuncidado todo varón de entre
vosotros. Circuncidaréis, pues, la carne
de vuestro prepucio, y será por señal
del pacto entre mí y vosotros. Y de
edad de ocho días será circuncidado
todo varón entre vosotros por vuestras
generaciones: el nacido en casa, y el
comprado á dinero de cualquier
extranjero, que no fuere de tu simien-
te. Debe ser circuncidado el nacido en
tu casa, y el comprado por tu dinero: y
estará mi pacto en vuestra carne para
alianza perpetua. Y el varón incir-
cunciso que no hubiere circuncidado la
carne de su prepucio, aquella persona
será borrada de su pueblo; ha violado
mi pacto.” Génesis 17:1-14.
Notemos la importancia de este pacto.
Por principio, es Dios quién elige con
quien hacer su pacto; propone y
establece las condiciones. Segundo, el
primero en comprometerse es Dios, es
decir Él es quien promete cumplir con
su ofrecimiento a cambio de que la
otra parte obedezca las condiciones
establecidas. Y tercero, amplia dicho
ofrecimiento.
En el caso de Abraham, Dios lo eligió
por haber conservado su fidelidad,
aún en una nación idolatra. Esa ya era
una bendición. Dios lo constituye
como padre de muchedumbre de
gentes, fue en ese momento cuando
le cambia su nombre; ya no le llama
Abram, que significa Padre exaltado o
Padre enaltecido y lo llama Abraham
que significa Padre de multitud de
naciones. Enaltece su nombre entre
las gentes haciéndolo bendición. Lo
nombra como cabeza de príncipes y
reyes y le promete una simiente nume-
rosa, una tierra por heredad y como
principal de bendiciones, hacia las
naciones.
A cambio Dios se constituye como un
Dios para Abraham de lo cual también
a toda su simiente por generaciones,
así mismo tendrían que circuncidar la
carne de su prepucio. Esto no quiere
decir que las mujeres quedaban
exentas del pacto, por el contrario
tendrían que obedecer los manda-
mientos de Dios. Esta circuncisión, fue
la señal que distinguía a todos éstos
del resto de las gentes. Una señal,
significa una distinción, una marca que
representa posesión: “Y andaré entre
vosotros, y yo seré vuestro Dios, y
vosotros seréis mi pueblo.” Levítico
26:12. Todos aquellos que obedecían
para efectuar la circuncisión, automá-
ticamente quedaban sellados, es decir
eran propiedad de Dios, por lo cual
disfrutaban de las bendiciones que
Dios prometía. Por el contrario aque-
llos que no la obedecían quedaban
fuera del convenio: “Y el varón
incircunciso que no hubiere circun-
cidado la carne de su prepucio, aquella
persona será borrada de su pueblo; ha
violado mi pacto.” de tal forma que
quedaban exentos de recibir las
bendiciones prometidas.
Aquel pacto que Dios estableció con
Abraham, fue confirmado a Isaac
según leemos en Génesis 26:1-5, y
después a Jacob: “Y díjole Dios: Tu
nombre es Jacob; no se llamará más tu
nombre Jacob, sino Israel será tu
nombre: y llamó su nombre Israel. Y
díjole Dios: Yo soy el Dios Omnipotente:
crece y multiplícate; una nación y
conjunto de naciones procederá de ti, y
reyes saldrán de tus lomos: Y la tierra
que yo he dado á Abraham y á Isaac, la
daré á ti: y á tu simiente después de ti
daré la tierra.” Génesis 35:10-12.
Notemos que la promesa que Dios
hace a Abraham, es la misma que le
confirma a Isaac y la reafirma con
Jacob. Dentro de aquella bendición,
Dios también le cambia el nombre de
Jacob por Israel, del cual vino a ser
éste el nombre por el cual se conoció
al pueblo de Dios. Y entonces fue
conocido Jehová como el Dios
Abraham: “Y dijo: Yo soy el Dios de tu
padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac,
Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió
su rostro, porque tuvo miedo de mirar á
Dios.” Éxodo 3:6.
El Pacto ¿Leyes Judaicas o Levíticas?
“Y ciertamente los que de los hijos de
Leví toman el sacerdocio, tienen man-
damiento de tomar del pueblo los
diezmos según la ley, es á saber, de sus
hermanos aunque también hayan salido
de los lomos de Abraham. Mas aquél
cuya genealogía no es contada de ellos,
tomó de Abraham los diezmos, y
27
bendijo al que tenía las promesas. Y sin
contradicción alguna, lo que es menos
es bendecido de lo que es más. Y aquí
ciertamente los hombres mortales
toman los diezmos: mas allí, aquel del
cual está dado testimonio que vive. Y,
por decirlo así, en Abraham fue diez-
mado también Leví, que recibe los
diezmos; Porque aun estaba en los
lomos de su padre cuando Melchîsedec
le salió al encuentro. Si pues la perfec-
ción era por el sacerdocio Levítico
(porque debajo de él recibió el pueblo la
ley) ¿qué necesidad había aún de que se
levantase otro sacerdote según el
orden de Melchîsedec, y que no fuese
llamado según el orden de Aarón? Pues
mudado el sacerdocio, necesario es que
se haga también mudanza de la ley.
Porque aquel del cual esto se dice, de
otra tribu es, de la cual nadie asistió al
altar. Porque notorio es que el Señor
nuestro nació de la tribu de Judá, sobre
cuya tribu nada habló Moisés tocante al
sacerdocio.” Hebreos 7:5-14.
Es muy importante el análisis de estos
pasajes, veamos: las leyes que com-
ponían los ritos, ceremonias, viandas y
bebidas, fueron dentro del pacto
antiguo, es decir, aquel conjunto de
festividades fueron para el pueblo de
Israel. El sacerdocio levítico fue el
encargado de ministrarlos, recorde-
mos que el primer sumo sacerdote fue
Aarón: “Y tu allega á ti á Aarón tu
hermano, y á sus hijos consigo, de entre
los hijos de Israel, para que sean mis
sacerdotes; á Aarón, Nadab y Abiú,
28
Eleazar é Ithamar, hijos de Aarón. Y
harás vestidos sagrados á Aarón tu
hermano, para honra y hermosura. Y tú
hablarás á todos los sabios de corazón,
á quienes yo he henchido de espíritu de
sabiduría; á fin que hagan los vestidos
de Aarón, para consagrarle á que me
sirva de sacerdote.” Éxodo 28:1-3.
Aarón hermano de Moisés, ambos
levitas, de éste y su descendencia, fue
la tribu escogida del Señor para que
fueran sacerdotes, ellos eran quienes
hacían los sacrificios y llevaban a cabo
todas las festividades, por ello es que
las fiestas se consideran levíticas no
judías o judaicas. Así que el pacto
antiguo fue ordenado con el sacerdo-
cio levítico, no judío o judaico. Aquel
sacerdocio quedo concluido al morir
Cristo Jesús en la cruz, ofreciendo el
sacrificio perfecto. Ahora El es Sumo
Sacerdote, interviniendo por nosotros
ante el Padre. Más adelante veremos
esto más a detalle. (*)
El Antiguo Pacto, Establecido por Dios
con el Pueblo de Israel
Como ya vimos, fue en Jacob en quien
Dios realizo su obra, al determinar que
de éste patriarca nacieran los doce
patriarcas que conformaron la nación
de Israel. Todos conocemos la historia
desde la llegada de José a Egipto,
hasta la salida del pueblo en manos de
Moisés. Era importante que este
pueblo tuviera leyes, mandamientos.
Una constitución por la cual se
regirían.
Dios estableció en el mismo modo que
con Abraham, Isaac y Jacob, un pacto
con aquel pueblo: “Ahora pues, si
diereis oído á mi voz, y guardareis mi
pacto, vosotros seréis mi especial
tesoro sobre todos los pueblos; porque
mía es toda la tierra. Y vosotros seréis
mi reino de sacerdotes, y gente santa.
Estas son las palabras que dirás á los
hijos de Israel. Entonces vino Moisés, y
llamó á los ancianos del pueblo, y
propuso en presencia de ellos todas
estas palabras que Jehová le había
mandado. Y todo el pueblo respondió á
una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha
dicho haremos. Y Moisés refirió las
palabras del pueblo á Jehová.” Éxodo
19:5-8. Así quedo de esta forma aquel
compromiso entre Dios y el pueblo de
Israel. Dios fue quien extendió su
misericordia hacía ese pueblo dándole
el privilegio de ser el “especial tesoro”
de Dios.
Este compromiso tenía que estar
sellado, es decir así como un convenio
o acuerdo se firma en un documento
así también Dios lo hizo con su pueblo:
“Y Moisés vino y contó al pueblo todas
las palabras de Jehová, y todos los
derechos: y todo el pueblo respondió á
una voz, y dijeron: Ejecutaremos todas
las palabras que Jehová ha dicho. Y
Moisés escribió todas las palabras de
Jehová, y levantándose de mañana
edificó un altar al pie del monte, y doce
columnas, según las doce tribus de
Israel. Y envió á los mancebos de los
hijos de Israel, los cuales ofrecieron
holocaustos y sacrificaron pacíficos á
Jehová, becerros. Y Moisés tomó la
mitad de la sangre, y púsola en tazones,
y esparció la otra mitad de la sangre
sobre el altar. Y tomó el libro de la
alianza, y leyó á oídos del pueblo, el cual
dijo: Haremos todas las cosas que
Jehová ha dicho, y obedeceremos.
Entonces Moisés tomó la sangre, y roció
sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre
de la alianza que Jehová ha hecho con
vosotros sobre todas estas cosas.”
Éxodo 24:3-8.
También como en el caso de Abraham,
todo varón tuvo que circuncidarse,
“Mas si algún extranjero peregrinare
contigo, y quisiere hacer la pascua á
Jehová, séale circuncidado todo varón,
y entonces se llegará á hacerla, y será
como el natural de la tierra; pero
ningún incircunciso comerá de ella. La
misma ley será para el natural y para el
extranjero que peregrinare entre
vosotros.” Éxodo 12:48-49.
Notemos bien que dentro de esta
alianza quedaron como muestra doce
columnas, según el número de las
tribus, pero también hubo derrama-
miento de sangre. Moisés mando a
ofrecer sacrificios y de la sangre de
esas víctimas roció tanto el altar como
al mismo pueblo, quedando como
señal de confirmación de dicho pacto.
Esa fue la formalidad que se dio en
aquel acuerdo, lo cual conocemos
como Antiguo Pacto.
29
Este pacto contenía entonces una
serie de ordenanzas: “Tenía empero
también el primer pacto reglamentos
del culto, y santuario mundano.”
Hebreos 9:1. Todos aquellos reglamen-
tos, eran sacrificios, ritos, festividades.
Un conjunto de leyes que conocemos
como una cédula de ritos. Esta cédula
tuvo su vigencia hasta el sacrificio de
Jesús, el apóstol Pablo lo explica de
esta forma: “Porque la ley, teniendo la
sombra de los bienes venideros, no la
imagen misma de las cosas, nunca
puede, por los mismos sacrificios que
ofrecen continuamente cada año, hacer
perfectos á los que se allegan. De otra
manera cesarían de ofrecerse; porque
los que tributan este culto, limpios de
una vez, no tendrían más conciencia de
pecado. Empero en estos sacrificios
cada año se hace conmemoración de los
pecados. Porque la sangre de los toros y
de los machos cabríos no puede quitar
los pecados. Por lo cual, entrando en el
mundo, dice: sacrificio y presente no
quisiste; Mas me apropiaste cuerpo:
Holocaustos y expiaciones por el
pecado no te agradaron. Entonces dije:
Heme aquí (En la cabecera del libro está
escrito de mí) Para que haga, oh Dios,
tu voluntad. Diciendo arriba: Sacrificio y
presente, y holocaustos y expiaciones
por el pecado no quisiste, ni te
agradaron, (las cuales cosas se ofrecen
según la ley,) Entonces dijo: Heme aquí
para que haga, oh Dios, tu voluntad.
Quita lo primero, para establecer lo
postrero. En la cual voluntad somos
santificados por la ofrenda del cuerpo
30
de Jesucristo hecha una sola vez. Así
que, todo sacerdote se presenta cada
día ministrando y ofreciendo muchas
veces los mismos sacrificios, que nunca
pueden quitar los pecados: Pero éste,
habiendo ofrecido por los pecados un
solo sacrificio para siempre, está
sentado á la diestra de Dios.” Hebreos
10:1-9.
Fue como aquel pacto cumplió su
encomienda mientras fue efectivo, al
principio se llevó a cabo fielmente,
pero después el pueblo lo fue
trasgrediendo de tal suerte que lo
invalidaron. Fue entonces que el Señor
Jesús se apropio cuerpo con el fin de
venir y ofrecerse a sí mismo para ser el
sacrificio perfecto. Nosotros no tene-
mos porque observar los reglamentos
de culto del Antiguo Pacto, en otras
palabras no tenemos que judaizarnos
o pensar que por hacer un pacto con
el Señor ya somos judíos espirituales.
La misma Biblia no menciona esto, por
el contrario el Nuevo Pacto está
fundamentado sobre nuevas prome-
sas. Para el pueblo de Israel fue la
tierra prometida que es Jerusalem.
Para nosotros la vida eterna.
Un Nuevo Pacto
Al igual que Israel firmo un pacto con
Dios en aquel tiempo, ahora en esta
dispensación de gracia, también todo
aquel que acepta ser parte de su
Iglesia debe confirmar este pacto.
¿Cómo se debe hacer? Dios determino
la forma, el mismo Señor Jesús antes
de iniciar su ministerio puso el ejem-
plo: “Entonces Jesús vino de Galilea á
Juan al Jordán, para ser bautizado de él.
Mas Juan lo resistía mucho, diciendo: Yo
he menester ser bautizado de ti, ¿y tú
vienes á mí? Empero respondiendo
Jesús le dijo: Deja ahora; porque así nos
conviene cumplir toda justicia. Enton-
ces le dejó. Y Jesús, después que fué
bautizado, subió luego del agua; y he
aquí los cielos le fueron abiertos, y vió al
Espíritu de Dios que descendía como
paloma, y venía sobre él.” Mateo 3:13-
16. En esta forma el hombre tiene que
confirmar este convenio. El pueblo de
Israel lo confirmo al responder a
Moisés: “Ejecutaremos todas las pala-
bras que Jehová ha dicho” y después
ser rociado con la sangre de aquellos
sacrificios.
El sacrificio que Jesús hizo al entre-
garse a sí mismo, representa la sangre
con la cual es validado el Nuevo Pacto.
Al aceptar este pacto, de forma auto-
mática está siendo rociado por la
sangre del Señor, esto en forma repre-
sentativa. Aceptar aquel sacrifico,
significa aceptar el cumplir con los
reglamentos o leyes establecidas por
Dios. No sobre aquel sistema ritual,
por ese sistema quedo cumplió y
renovado con el sacrificio de Jesús.
Ahora no tenemos porque observar
festividades, ni viandas, ni lunas nue-
vas, ni ritos, porque nuestro sacrificio
es como dice Pablo: “Así que, herma-
nos, os ruego por las misericordias de
Dios, que presentéis vuestros cuerpos
en sacrificio vivo, santo, agradable á
Dios, que es vuestro racional culto.”
Romanos 12:1. Entonces es el bautismo
la confirmación del Nuevo Pacto, este
pacto que al igual que el antiguo tuvo
promesas, y éste también las tiene: “El
que come mi carne y bebe mi sangre,
tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el
día postrero.” Juan 6:54.
¿Bautismo o Circuncisión?
La señal que instituyó Dios para
Abraham cuando estableció su pacto,
fue que todo varón se circuncidara. La
circuncisión es entonces esa señal,
pero para la simiente de Abraham.
Para todo gentil que acepta este pacto
y que decide pertenecer a Dios, debe
también sellar el compromiso. El sello
de este compromiso es el bautismo.
Notemos bien esta descripción: “En-
tonces oído esto, fueron compungidos
de corazón, y dijeron á Pedro y á los
otros apóstoles: Varones hermanos,
¿qué haremos? Pedro les dice: Arrepen-
tíos, y bautícese cada uno de vosotros
en el nombre de Jesucristo para perdón
de los pecados; y recibiréis el don del
Espíritu Santo. Porque para vosotros es
la promesa, y para vuestros hijos, y para
todos los que están lejos; para cuantos
el Señor nuestro Dios llamare.” Hechos
2:37-39.
Aquella primera predicación de los
apóstoles, causo el efecto esperado,
todos aquellos oyentes redarguyeron
sus conciencias, y más aún aceptaron
31
que estaban mal delante de Dios.
Aceptaron su culpa, por eso pregun-
taron a Pedro sobre lo que debían
hacer. El arrepentimiento es el senti-
miento de culpabilidad, pero también
de querer cambiar, de una transfor-
mación total. Esa es la primera condi-
ción, después ya estando convencidos
de ese cambio necesario, viene enton-
ces la confirmación del mismo. El
bautismo viene a ser esa confirmación,
de esa forma los pecados quedan
borrados, y entonces se obtiene la
dádiva de Dios: El Espíritu Santo, el
cual nos guía a toda verdad. Además
de este don, adjunto está una serie de
promesas, que al igual que Abraham le
fueron dadas, también a todos los que
confirman el pacto: la vida eterna y la
tierra por heredad, ser parte del reino
de Dios sirviendo por siempre.
Existen denominaciones religiosas que
perciben que esa señal debe ser aún la
circuncisión, sin embargo debiéramos
preguntarnos si la circuncisión es en la
carne, ¿qué efecto tendrá en el reino
de Dios?, pues la Escritura dice: “…la
carne ni la sangre pueden heredar el
reino de Dios…” 1ª Corintios 15:50.
En efecto la circuncisión era la
muestra de quedar al servicio de Dios,
es decir todo aquel circuncidado
pertenecía a Dios. ¿Pero cual es
entonces la circuncisión para los que
pertenecen a Dios en el Nuevo Pacto?
Pablo lo explica así: “¿Es pues esta
bienaventuranza solamente en la
circuncisión ó también en la incircun-
32
cisión? porque decimos que á Abraham
fue contada la fe por justicia. ¿Cómo
pues le fue contada? ¿en la circuncisión,
ó en la incircuncisión? No en la
circuncisión, sino en la incircuncisión. Y
recibió la circuncisión por señal, por
sello de la justicia de la fe que tuvo en la
incircuncisión: para que fuese padre de
todos los creyentes no circuncidados,
para que también á ellos les sea
contado por justicia.” Romanos 4:9-11.
Lo que motivo a Abraham a obedecer
fue la Fe, y esto antes de haber reci-
bido la circuncisión en la carne. La
circuncisión solo era la señal de aquel
pacto que tuvo fue efecto hasta la
muerte de Cristo.
Ahora los que obedecen y tienen esa
Fe, deben circuncidarse pero la circun-
cisión es la del corazón, esa es la señal,
ya que es el corazón el centro de
todos los sentimientos del hombre, los
cuales lo llevan a un comportamiento.
“Porque la circuncisión en verdad apro-
vecha, si guardares la ley; mas si eres
rebelde á la ley, tu circuncisión es hecha
incircuncisión. De manera que, si el
incircunciso guardare las justicias de la
ley, ¿no será tenida su incircuncisión por
circuncisión? Y lo que de su natural es
incircunciso, guardando perfectamente
la ley, te juzgará á ti, que con la letra y
con la circuncisión eres rebelde á la ley.
Porque no es Judío el que lo es en
manifiesto; ni la circuncisión es la que es
en manifiesto en la carne: Mas es Judío
el que lo es en lo interior; y la circun-
cisión es la del corazón, en espíritu, no
en letra; la alabanza del cual no es de
los hombres, sino de Dios.” Romanos
2:25-29.
Los actos del ser humano son los que
denotan su forma de pensar, en el
caso de la Iglesia de Roma, aquellos se
consideraban judíos por el hecho de
estar circuncidados, pero no obede-
cían a la ley, motivo por el cual su
circuncisión quedaba invalidada, Pablo
los reprende al decirles que cualquier
extranjero aun incircunciso obedecía a
la ley, su fe era contada y era hecha
circuncisión, porque su pensar y com-
portamiento había cambiado. Lo cual
nos define que la circuncisión es en el
corazón, en espíritu y no en letra.
Para que este cambio pueda efec-
tuarse, es necesaria la conversión, una
conversión total, y eso es en el cora-
zón. Aceptar a Cristo es el primer
paso, para confirmarlo es necesario
morir pero en los pensamientos, en los
sentimientos inicuos y volver a nacer
en forma espiritual. El bautismo es
prácticamente la representación de
todo esto: “¿O no sabéis que todos los
que somos bautizados en Cristo Jesús,
somos bautizados en su muerte? Por-
que somos sepultados juntamente con
él á muerte por el bautismo; para que
como Cristo resucitó de los muertos por
la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en novedad de vida.” Roma-
nos 6:3-4.
Sepultar al viejo hombre es dejar
todas aquellas costumbres que nos
mantenían atados al pecado. Al surgir
o nacer de nuevo, debe ser para
quedar libres, pero libres del pecado,
mas no en libertinaje. Y entonces vivir
una nueva vida. Ahora quien confirma
este nuevo pacto, no tiene porque
considerarse judío espiritual o judío
renovado, pues la promesa legitima
no fue hecha con Judá sino con
Abraham y por el hecho de actuar
como lo hizo Abraham por Fe, pasa a
ser su simiente, no carnal sino
espiritual, pues éste patriarca fue
llamado Padre de Multitud de Gentes,
en donde todas las naciones estaban
consideradas.
Cristo, Sumo Pontífice
Como ya vimos, Cristo fue la ofrenda
perfecta. El tuvo que venir a la tierra,
tomando forma humana, y así como el
sumo sacerdote en la antigüedad que
entraba una sola vez al año a ofrecer
el sacrificio por todo el pueblo, así
también el Señor Jesús entro una sola
vez al lugar santísimo celestial a
interceder por nosotros: “Porque no
entró Cristo en el santuario hecho de
mano, figura del verdadero, sino en el
mismo cielo para presentarse ahora por
nosotros en la presencia de Dios. Y no
para ofrecerse muchas veces á sí
mismo, como entra el pontífice en el
santuario cada año con sangre ajena; De
otra manera fuera necesario que
33
hubiera padecido muchas veces desde
el principio del mundo: mas ahora una
vez en la consumación de los siglos,
para deshacimiento del pecado se
presentó por el sacrificio de sí mismo. Y
de la manera que está establecido á los
hombres que mueran una vez, y
después el juicio; Así también Cristo fue
ofrecido una vez para agotar los
pecados de muchos; y la segunda vez,
sin pecado, será visto de los que le
esperan para salud.” Hebreos 9:24-28.
Cristo es la ofrenda perfecta, así
también el sacerdote perfecto que
ahora, sentado a la diestra del Padre
intercede por nosotros.
Que Plan tan hermoso, ¿no lo cree así
usted? Cristo le ofrece interceder por
usted ante el Eterno, ¿Qué hará usted
ahora? ¿Aceptará sellar ese pacto con
Dios en el bautismo? O ¿quedará
exento de todas esas promesas? No lo
piense más y acepte a Cristo, él es el
único que puede salvarlo.

¡Así como en la parábola del hijo pródigo; cuando usted hace este pacto con Dios,
Él perdona todo su pasado dándole vestiduras nuevas y le recibe llamándolo HIJO!

34
 Lección 5 CONOCIENDO LA DOCTRINA DEL SEÑOR
Lectura previa el estudio: 1ª Timoteo 1

Preguntas a reflexionar:
¿Qué es doctrina? Al bautizarme ¿lo hago dentro de una doctrina? ¿Debo
estar plenamente convencido de la doctrina al bautizarme? Después de
bautizado ¿debo practicar la doctrina que enseña la Palabra de Dios?

Lectura inicial para el estudio: Tito 2.

INTRODUCCIÓN encargaban de difundir está doctrina y

practicarla: “Y perseveraban en la
El conocimiento de la Sana Doctrina,
doctrina de los apóstoles, y en la
tal como la califica el Apóstol Pablo,
comunión, y en el partimiento del pan,
debe ser importante para todo aquel
y en las oraciones.” Hechos 2:42. Al
que desea bautizarse y tener parte
predicarla a la Iglesia cumplían con la
con el Señor. El apóstol Pablo dio
misión que el mismo Señor Jesús
instrucciones muy precisas y claras a
había ordenado: “Y llegando Jesús, les
Tito, un hermano que fue puesto
habló, diciendo: Toda potestad me es
como obispo en la Iglesia de Creta:
dada en el cielo y en la tierra. Por tanto,
“Empero tú, habla lo que conviene á la
id, y doctrinad á todos los Gentiles,
sana doctrina.” Tito 2:1.
bautizándolos en el nombre del Padre, y
Doctrina es una enseñanza clara, del Hijo, y del Espíritu Santo: Enseñán-
definida y total sobre una religión. doles que guarden todas las cosas que
Para la Iglesia de Dios, dicha doctrina os he mandado.” Mateo 28:18-20.
es el conjunto de puntos de fe sobre la
Dicha potestad que Dios dio a su Hijo,
cual la misma profesa su credo y
fue puesta o dada a los Doce Após-
vocación. Así mismo la práctica de la
toles por el Señor Jesús. Ellos hicieron
Sana Doctrina se ve en la disciplina
uso de esta facultad para predicar el
que mantiene la Iglesia tanto en lo
evangelio. El propósito fue, que al
exterior como en lo interior y ante
recibir la Sana Doctrina, adoctrinaran a
Dios como ante los hombres. Por ello
todos aquellos oyentes, propagando
Pablo da estas instrucciones a este
así el conocimiento de ésta doctrina.
pastor de Creta.
Todo creyente o simpatizante que
En la Iglesia primitiva, dicha doctrina tiene en su corazón aceptar a Cristo
fue dada por los apóstoles, ellos se como su salvador, debe ser previa-
35
mente adoctrinado, para que bajando
a las aguas del bautismo, practique,
cumpla y enseñe a otros la misma
doctrina del Señor, dejando de ser
simpatizante para ser miembro de la
Iglesia de Dios.
La Importancia de la Doctrina
El apóstol Pablo da ciertas amonesta-
ciones y consejos a Timoteo, ministro
y pastor de Éfeso. Le da instrucciones
muy precisas para que enviara a
algunos siervos a no enseñar diversa
doctrina, a no desviarse de la verdad,
ni prestar atención a fábulas y genea-
logías sin sentido, sin fundamentos,
porque lo único que provocaría sería
confusión, controversias, disputas;
que definitivamente en nada edificaría
en la fe, a la Iglesia de Dios.
En aquellos días, un problema que
sufría la Iglesia, era precisamente que
algunos enseñaban una doctrina
diferente. Las fábulas sobre otros
dioses y genealogías diversas, por lo
regular eran de origen griego.
Recordemos que fue Grecia donde los
grandes filósofos enseñaron sus
ideologías en base a un conocimiento
humano. Dichas formas de pensar
afectaban a la Doctrina, la Iglesia se
veía afectada y estaba entre dos
formas de pensar. Ninguna de esas
filosofías tenían fundamento alguno,
solo eran pensamientos humanos que
casi en todo eran contrarios al
evangelio. Según el capítulo 1 de 1ª
36
Timoteo, Pablo menciona dos perso-
najes que fueron contrarios a la Iglesia
y a su doctrina: Alejandro e Himeneo.
Para Pablo, fue de gran importancia
que la Iglesia tuviera un amplio
conocimiento de la Sana Doctrina.
Pues conocer la doctrina del Señor es
tan importante, porque de esto
depende la firmeza y la convicción de
sus congregantes. Una persona mal
instruida, una persona con una
doctrina equivocada, torcida, des-
viada, alterada, etc., corre un grave
peligro de nunca conocer la verdad y
sobre todo, contaminar a otros
predicándoles una doctrina apóstata.
Por lo tanto nunca llegaran a ser
verdaderamente libres del pecado: “Y
conoceréis la verdad, y la verdad os
libertará.” Juan 8:32. Es como si un
ciego tratara de guiar a otro ciego, de
lo cual el Señor Jesús lo enseño: “…y
si el ciego guiare al ciego, ambos caerán
en el hoyo.” Mateo 15:14.
Existen muchas denominaciones que
se dicen ser cristianos, que a pesar de
creer según ellos en un Dios
verdadero, en un Dios que nos saco de
la esclavitud del pecado y nos dio
libertad por medio de nuestro Señor
Jesucristo, no son libres, porque no
hacen la voluntad de Dios, Manifes-
tando así el desconocimiento de la
verdad y manteniéndose aún atados a
una servidumbre al pecado. Porque la
verdad que conocen está diluida, alte-
rada, maquillada etc., por lo tanto
aquella verdad que conocen es una
doctrina de hombres: “Este pueblo de
labios me honra; Mas su corazón lejos
está de mí. Mas en vano me honran,
Enseñando doctrinas y mandamientos
de hombres.” Mateo 15:8-9. Cuando es
así, es UNA VERDAD A MEDIAS, por lo
tanto hay que tener mucho cuidado,
porque ahí está la confusión.
Es probable que usted haya escu-
chado o leído la frase:
“SANA DOCTRINA”
Quizá la ha escuchado aquí mismo en
la iglesia o en otro lugar. Pero lo
importante no es si la ha escuchado o
leído, sino que si realmente sabe qué
es la “SANA DOCTRINA” y si está
usted practicándola, porque la sana
doctrina es clara, sencilla pero a la vez
muy profunda de acuerdo a las Santas
Escrituras. Para conocer más acerca
de la doctrina del Señor, veamos algu-
nos otros pasajes con respecto a la
sana doctrina en las Santas Escrituras.
“Para los fornicarios, para los sodo-
mitas, para los ladrones de hombres,
para los mentirosos y perjuros, y si hay
alguna otra cosa contraria a la sana
doctrina.” 1ª Timoteo 1:10. Los que
practican la inmoralidad sexual; los
secuestradores, los que robaban a las
personas y las vendían como esclavos
(Éxodo. 21:16). Repetidas ocasiones
Pablo enfatiza la necesidad de
predicar y enseñar la sana doctrina:
“Retenedor de la fiel palabra que es
conforme á la doctrina: para que
también pueda exhortar con sana
doctrina, y convencer á los que contra-
dijeren.” Tito 1:9, pues muchas falsas
doctrinas eran enseñadas. Lea tam-
bién con detenimiento 1ª Timoteo 6: 3-
4; 2ª Tim 4:3 y Tito 2:1. En todas estas
citas se han encontrado dos palabras
claves que son SANA Y DOCTRINA
veamos su significado.
SANA: significa saludable,
estar bien, tener buena salud
(en cuerpo) físicamente. En
forma figurada sería fiel, en
doctrina: no corrupta. Y la
palabra fiel la encontramos en
las siguientes citas 1ª Timoteo
1:15; 4:9; 2ª Timoteo 2:11 y Tito
1:9.
DOCTRINA: significa instruc-
ción, enseñanza. Es también
una sabiduría. Es verdad.
Así que la “SANA DOCTRINA” es la
palabra fiel, que no ha sido torcida, el
conjunto de enseñanzas y manda-
mientos dados por el Padre Eterno, a
través de nuestro Señor Jesucristo y
que son útiles para alcanzar la
misericordia de Dios y su cumpli-
miento es necesario e indispensable
para obtener la vida eterna: “Mas la
sabiduría que es de lo alto, primera-
mente es pura, después pacífica,
modesta, benigna, llena de misericordia
y de buenos frutos, no juzgadora, no
fingida.” Santiago 3:17. Esta sabiduría
la encontramos precisamente dentro
de las Escrituras. De lo cual el Señor
37
Jesús dijo: “Santifícalos en tu verdad,
tu palabra es verdad.” Juan 17:17.
Así que, ¿de dónde viene la sana
doctrina? “Y maravillándose los Judíos,
diciendo: ¿Cómo sabe este letras, no
habiendo aprendido? Respondiéndoles
Jesús, y dijo: Mi doctrina no es mía, sino
de aquel que me envió. El que quisiere
hacer su voluntad, conocerá de la
doctrina si viene de Dios, ó si yo hablo
de mí mismo.” Juan 7:15-16.
¿Necesito Conocer la Sana Doctrina?
Es muy necesario conocer la sana
doctrina. Porque hay demasiado
riesgo de caer en confusiones y ser
llevados por las diferentes corrientes
de doctrinas falsas y creer en cosas
que no tienen fundamento en Dios:
“Porque vendrá tiempo cuando no
sufrirán la sana doctrina; antes,
teniendo comezón de oír, se amon-
tonarán maestros conforme á sus
concupiscencias.” 2ª Timoteo 4:13.
El apóstol Pablo advertía a Timoteo
que vendrían tiempos en los que la
gente no iba a soportar la sana
doctrina y más bien por sus propios
caprichos se buscarían un montón de
maestros que solo les enseñarían lo
que ellos quieren oír. Y el tiempo ha
llegado pues miles de gentes no
quieren escuchar la sana doctrina. Así
que, todo candidato que desea bajar a
las aguas del bautismo, necesita
conocer esta Sana Doctrina. Debe
38
estar plenamente convencido del
credo que va a profesar.
Recordemos que los apóstoles antes
de bautizar aquellos oyentes debían
doctrinarlos y entonces ya en un pleno
convencimiento, efectuar el bautismo
que viene a ser la confirmación de esa
plena convicción: “En el cual espe-
rasteis también vosotros en oyendo la
palabra de verdad, el evangelio de
vuestra salud: en el cual también desde
que creísteis, fuisteis sellados con el
Espíritu Santo de la promesa.” Efesios
1:13.
¿Cuándo considero entonces que he
creído? Es todo un proceso. Quizá al
principio de la Iglesia, los conversos
eran convertidos rápidamente y tal
vez algunos piensen que ese adoctri-
namiento era nulo. Pero debemos
entender que aquellos oyentes ya
tenían el pleno conocimiento de la
doctrina, lo que faltaba era reconocer
que Jesús era el Salvador y que por
medio de su sacrificio, hacía perfectos
a aquellos. Para creer es necesario
escuchar: “Luego la fe es por el oír, y el
oír por la palabra de Dios.” Romanos
10:17.
Cuando el hombre ha escuchado la
Palabra de Dios, entonces procede a
creer. Pero creer no basta, cualquiera
puede decir creo en el Señor
Jesucristo, pero el confirmarlo, solo
con el bautizo por inmersión. Una
parte importante para creer es el
arrepentimiento, éste es el senti-
miento de contrición reconociendo
que ha obrado mal y que está en
pecado, cuando está convencido de su
arrepentimiento y de que su vida debe
cambiar entonces procede a la confir-
mación por medio del bautismo.
Después de que baja a las aguas
bautismales, el ministro impone las
manos en su cabeza y entones el don
del Espíritu Santo es depositado en la
persona, así de este modo queda
sellado. Ya puede considerarse como
hijo de Dios: “Mas a todos aquellos que
le recibieron, dióles potestad de ser
hechos hijos de Dios, a los que creen en
su nombre.” Juan 1:11.
Ponga atención a esto: es necesario
conocer la doctrina del Señor y así
entonces recibir dos dadivas o dones,
uno: el Espíritu Santo y segundo: ser
hechos hijo de Dios. A esto en
concreto el Señor Jesús dijo: “El que
creyere y fuere bautizado, será salvo;
mas el que no creyere, será conde-
nado.” Marcos 16:16.
¿Debo Enseñar esta Doctrina a Otros?
Este es un punto muy importante: “Y
yendo, predicad, diciendo: El reino de
los cielos se ha acercado. Sanad
enfermos, limpiad leprosos, resucitad
muertos, echad fuera demonios: de
gracia recibisteis, dad de gracia.”
Mateo 10:7-8. A los discípulos del
Señor, les fue dada potestad; aquellos
milagros se hacían en nombre del
Señor.
En nuestros días quizás no sea en la
misma forma, pero todos aquellos
lastimados, heridos por causas del
pecado, reciben esa sanidad divina,
sanidad que sólo la palabra de Dios
puede curar. El hombre cuando llega
al conocimiento de la palabra llega en
cierta forma enfermo, lastimado,
puede comprenderse en los términos
ciegos, cojos, leprosos, pero
espiritualmente, es cuando el poder
del evangelio prácticamente sana esas
enfermedades, aquellas necesidades
que sólo Dios puede curar: “…Toda
cabeza está enferma, y todo corazón
doliente. Desde la planta del pie hasta la
cabeza no hay en él cosa ilesa, sino
herida, hinchazón y podrida llaga: no
están curadas, ni vendadas, ni suavi-
zadas con aceite.” Isaías 1:5-6. La
sanidad divina llega en el momento
preciso y así c0mo en aquellas per-
sonas que eran sanadas en manos del
Señor, así también ahora los que se
acercan para ser limpiados.
¿Qué debe hacer aquel que ha sido
sanado? Esta sanidad es gratuita, Dios
lo único que pide a cambio es un
cambio de vida. Pero así como ha sido
gratuita para el que ya es limpio, éste
debe compartir también a otros. Es
decir, los que ya son limpios y
convertidos, deben ahora también
predicar y enseñar la Sana Doctrina, de
ésta forma también otros serán
limpiados.
39
El peligro de las falsas doctrinas,
amenazan la verdad del evangelio.
Pero la verdadera enseñanza se
encuentra en el evangelio, la buena
noticia es la que viene de Dios. Es
importante que analicemos la doctrina
que recibimos, lo que hemos apren-
dido, lo que se nos ha enseñado,
porque como seres humanos,
podemos nosotros mismos torcer las
Sagradas Escrituras y aprender y
enseñar cosas que no son verdaderas.
Por eso el apóstol Pablo exhortaba a
Timoteo a tener cuidado: “Ten cuidado
de ti mismo y de la doctrina; persiste en
ello; pues haciendo esto, á ti mismo
salvarás y á los que te oyeren.” 1ª
Timoteo 4:16.
¿Cómo debo enseñarla? El predicar la
palabra de Dios debe ser con inte-
gridad, así como la ha recibido, así
debe enseñarla, teniendo cuidado de
no torcerla o de adulterarla. El Apóstol
Pablo decía: “Si alguno enseña otra
cosa, y no asiente a sanas palabras de
nuestro Señor Jesucristo, y á la doctrina
que es conforme a la piedad, Es
hinchado, nada sabe, y enloquece
acerca de cuestiones y contiendas de
palabras, de las cuales nacen envidias,
pleitos, maledicencias, malas sospe-
chas.” 1ª Timoteo 6:3-4.
Debe mantenerla pura, practicándola,
escudriñándola y enseñándola limpia-
mente. La sana doctrina, esa ense-
ñanza fiel viene de Dios. El Señor
Jesucristo hablo palabras sanas y dijo
40
que su doctrina no era de Él, sino del
Padre.
Y si Alguno Enseña otra Doctrina, ¿Qué
Sucede?
“Más aún si nosotros o un ángel del
cielo os anunciare otro evangelio del
que os hemos anunciado, sea ana-
tema.” Gálatas 1:8. La palabra de Dios
es clara, hay una maldición para aquel
que comete apostasía y pero aún que
habiéndose desviado de la Fe, enseñe
a otros una doctrina impura, adulte-
rada. Y así haga que otros pierdan su
fe y por consecuencia la vida eterna.
En la antigüedad hubo quienes preten-
dían desviar al pueblo con falsas
profecías, falsas señales, de lo cual
Jehová dijo a Moisés: “Empero el
profeta que presumiere hablar palabra
en mi nombre, que yo no le haya
mandado hablar, ó que hablare en
nombre de dioses ajenos, el tal profeta
morirá. Y si dijeres en tu corazón:
¿Cómo conoceremos la palabra que
Jehová no hubiere hablado? Cuando el
profeta hablare en nombre de Jehová, y
no fuere la tal cosa, ni viniere, es
palabra que Jehová no ha hablado: con
soberbia la habló aquel profeta: no
tengas temor de él.” Deuteronomio
18:19-22. Notemos la importancia de
reconocer un falso profeta. Por esto
entonces es muy importante recono-
cer cuando una doctrina es falsa, así
podremos defender la Sana Doctrina,
lo cual es parte de la responsabilidad
del cristiano.
El Apóstol Pedro también recalco en
esto: “Pero hubo también falsos
profetas en el pueblo, como habrá
entre vosotros falsos doctores, que
introducirán encubiertamente herejías
de perdición, y negarán al Señor que los
rescató, atrayendo sobre sí mismos
perdición acelerada. Y muchos seguirán
sus disoluciones, por los cuales el
camino de la verdad será blasfemado”
2ª Pedro 2:1-2. Estemos entonces
alertas, cada uno debe vigilar que
nadie predique doctrinas falsas, procu-
rando que la Fe se mantenga sana,
limpia. Ya que en estos tiempos se
cumplen estas palabras de Pedro.
conforme á los deseos de error; Y á
renovarnos en el espíritu de vuestra
mente.” Efesios 4:22-23.
Aquí es donde realmente es el nuevo
nacimiento, aquellos deseos de error,
la concupiscencia, el pecado, ya no
debe gobernar el actuar de la persona.
Debe ser un espíritu renovado, ¿en
qué? en el conocimiento de la Palabra
que es precisamente practicar ésta
Sana Doctrina. El comportamiento
debe ser transformado, ahora lo que
debe gobernar es el Espíritu de Dios y
sujetarse a éste, para que se obtenga
el premio anhelado: la vida eterna.

Ya Bautizado, ¿Debo Practicarla?

Por supuesto que sí. El objetivo del
bautismo es comprometerse a un
cambio de vida. Usted no deja de
llamarse como ha sido su nombre
hasta antes de bautizarse. Ni cambia
su color o estatura, mucho menos las
inmundicias a las que está sujeta la
carne, sigue siendo la misma persona.
El cambio se efectúa en lo espiritual,
su mente es la que debe sujetar sus
miembros que aún permanecen
terrenos, carnales. El practicar la Sana
Doctrina significa que la disciplina que
llevaba hasta antes de bautizarse debe
ser completamente renovada: “A que
dejéis, cuanto á la pasada manera de
vivir; el viejo hombre que está viciado
41
 Lección 6 EL BAUTISMO DEL SEÑOR JESÚS
Lectura previa al estudio: Mateo 3.

Preguntas a reflexionar:
¿Por qué es tan importante el bautismo del Señor Jesús? Para ser limpio
de todo pecado, ¿necesito bautizarme? Fui bautizado en otra doctrina,
¿necesito volver a bautizarme? ¿Cuál es el tipo de bautizo valido según la
Biblia?

Lectura inicial para el estudio: Romanos 6:1-13.

INTRODUCCIÓN necesario entonces volver a nacer,

Una decisión importante para todo
aquel que quiere vivir una vida de
santidad, es bajar a las aguas del
bautismo. Un ejemplo claro es el
bautizo del Señor Jesús. Lo impor-
tante es, que aunque nunca hubo
pecado ni engaño en Él, fue necesario
que se bautizara, Él mismo lo dijo:
“…porque así nos conviene cumplir
toda justicia…” Mateo 3:15. En efecto,
lo justo delante de Dios, es una
completa transformación. Todo ser
humano nace bajo una naturaleza: la
carnal o terrena. Cuando Nicodemo
fue a entrevistar al Señor, le fue dicho:
“…os es necesario nacer otra vez…”
Juan 3:7.
El hombre nace en forma terrenal,
carnal, sujeto a la servidumbre del
pecado. Pero esta naturaleza fue
expuesta a la muerte, por medio del
pecado. Siendo así entonces no puede
heredar el reino de los cielos. Es
pero no carnalmente sino espiritual-
mente. El Señor Jesús aunque no era
un ser pecador, se sujeto a la justicia
de Dios. El hecho de bajar a las aguas
del bautismo, nos da un ejemplo de
cómo debe ser el cambio para que el
hombre busque la reconciliación con
Dios. Por eso es importante el
bautismo del Señor Jesús en nuestras
vidas, ya que cómo el hizo nosotros
también debemos hacer.
¿Qué es el Bautismo?
Son dos cosas que hay que resaltar: la
primera que el bautismo es la
representación de la muerte en rela-
ción al pecado. La segunda: es el acto
que se efectúa para tal muerte
simbólica. La palabra bautismo pro-
viene de la palabra “baptos”, la cual
está en griego y que significa
“zambullir”.
La Iglesia de Dios práctica el bautismo
por inmersión en aguas corrientes.
Esto es: que el ministro sumerja o
zambulla al candidato en aguas
corrientes (lo cual detallaremos más
adelante) con el fin de representar
una muerte al pecado. El apóstol
Pablo dice: “¿O no sabéis que todos los
que somos bautizados en Cristo Jesús,
somos bautizados en su muerte?
Porque somos sepultados juntamente
con él á muerte por el bautismo; para
que como Cristo resucitó de los
muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en novedad
de vida.” Romanos 6:3-4.
Como se ha dicho el bautismo es la
representación de la muerte al
pecado. Cuando el hombre mortal o
terrenal nace, nace en una naturaleza
expuesta al pecado. Todo su ser, su
persona, está vulnerable a convertirse
en esclavo del pecado, el salmista
David dice: “He aquí, en maldad he sido
formado, Y en pecado me concibió mi
madre.” Salmo 51:5. El cuerpo que nos
es apropiado está presto para ser
pecador. No puede entonces pasar a
la vida eterna en estas circunstancias o
condiciones, debe existir entonces
una completa transformación. Primero
la espiritual, pues por causas del
pecado, el hombre paso de ser
inmortal a mortal.
Pablo nos explica así: “Porque es
menester que esto corruptible sea
vestido de incorrupción, y esto mortal
sea vestido de inmortalidad. Y cuando
esto corruptible fuere vestido de
incorrupción, y esto mortal fuere
vestido de inmortalidad, entonces se
efectuará la palabra que está escrita:
Sorbida es la muerte con victoria.” 1ª
Corintios 15:53-54. El hombre nace
perfecto, así como Dios lo hizo al
principio es una estado de perfección,
sin embargo cuando actúa el
engañador hace que el hombre peque
delante de Dios y entonces este ser,
que en un principio estaba vestido de
inmortalidad, fue completamente
cambiado a un estado mortal. Eso
sucede con todos los hombres que
han existido sobre la faz de la tierra.
El cambio debe comenzar por el lado
espiritual, pues fue donde inicialmente
el hombre se corrompió. Aquella
gloria que lo envolvía fue quitada al
momento de comer de aquel árbol de
la ciencia del bien y del mal. El hombre
no conocía maldad alguna. Sus ojos
fueron abiertos y entendió que estaba
desnudo, la maldad y el pecado
lograron apresarlo, sujetándolo a
servidumbre. Así entonces para que
esa servidumbre deje de existir, debe
haber un cambio total en la conciencia
del hombre: “A la figura de la cual el
bautismo que ahora corresponde nos
salva (no quitando las inmundicias de la
carne, sino como demanda de una
buena conciencia delante de Dios,) por
la resurrección de Jesucristo.” 1ª Pedro
3:21. Nunca el hombre cambiará el
color de su piel o sus facciones, o sus
enfermedades o defectos naturales.
Su cambio o transformación debe ser
43
espiritual, una conciencia limpia
delante de Dios, y esto mediante la
obediencia a su Ley y a su Doctrina,
esto es esencial.
El bautismo precisamente representa
ese cambio, no físico sino espiritual. Es
una muerte simbólica, en donde el
hombre promete sujetarse a Dios y
dejar de servir al pecado.
Cuando el hombre muere físicamente,
es sepultado, es decir es cubierto
totalmente por tierra, así también en
el bautismo debe ser cubierto total-
mente por agua, para salir o nacer en
forma espiritual, en servidumbre, pero
a Dios. Al momento de realizar este
acto, todo pecado se limpia, es decir
es borrado por efecto del bautismo,
más no por el agua, ya que el agua
viene representando la Palabra de
Dios: “…así como Cristo amó á la
iglesia, y se entregó á sí mismo por ella,
Para santificarla limpiándola en el
lavacro del agua por la palabra.”
Efesios 5:25-26.
Entonces el bautismo por inmersión
limpia todo pecado delante de Dios,
pero a su vez es la demanda de una
limpia conciencia, una vida limpia,
alejada de toda maldad y pecado. Esto
no quiere decir el hombre deba
alejarse del mundo físico, no, sino que
todo acto mundanal debe dejarse de
practicar, alejarse de cometer
concupiscencias e iniquidad.
44
¿Por qué es Importante el Señor Jesús?
El bautismo es para cumplir toda
justicia y para demanda de una buena
conciencia delante de Dios. El mismo
Señor Jesús nos dio ejemplo, porque
fue sin pecado, pero era necesario que
Él mismo diera ejemplo de humildad y
de sujeción a los principios del
evangelio: “Empero respondiendo
Jesús le dijo: Deja ahora; porque así nos
conviene cumplir toda justicia. Enton-
ces le dejó. Y Jesús, después que fue
bautizado, subió luego del agua; y he
aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al
Espíritu de Dios que descendía como
paloma, y venía sobre él. Y he aquí una
voz de los cielos que decía: Este es mi
Hijo amado, en el cual tengo conten-
tamiento.” Mateo 3:15-17. Veamos en
qué forma fue bautizado el Señor
Jesús: la expresión “subiendo del
agua” significa que el Señor Jesús
tuvo que entrar al río y ser cubierto
totalmente con agua. Como ya se dijo,
palabra bautismo se deriva del voca-
blo griego “baptos” que significa zam-
bullir.
La Palabra de Dios como hemos visto,
nos indica que cuando el Señor Jesús
fue bautizado subió del agua indi-
cando que había sido sumergido
totalmente en las aguas. También algo
muy importante que nos marca el
bautismo del Señor Jesús es: la unción
del Espíritu Santo, porque desde que
creímos y nos bautizamos, somos
sellados por el don del Espíritu Santo,
y formamos parte del pueblo de Dios:
“En el cual esperasteis también voso-
tros en oyendo la palabra de verdad, el
evangelio de vuestra salud: en el cual
también desde que creísteis, fuisteis
sellados con el Espíritu Santo de la
promesa, Que es las arras de nuestra
herencia, para la redención de la
posesión adquirida para alabanza de su
gloria.” Efesios 1:13-14.
Creer. ¡Qué palabra tan importante! La
Biblia dice: “…los demonios creen y
tiemblan…” éstos reconocen que
Jesús es el Hijo de Dios. No solo basta
creer, es decir, creer en el Señor Jesús
no basta con decirlo, hay que
confirmarlo con el bautismo y
practicando la Sana Doctrina.
El bautismo viene a ser señal del pacto
que acepta el hombre para su recon-
ciliación con Dios, por medio del
sacrificio del Señor Jesús. Parece todo
un juego de palabras, sin embargo
tiene una gran profundidad.
El Apóstol Pablo describe todo este
tema con mayor explicación en los
capítulos 5 y 6 de la Carta a los
Romanos: “Mas Dios encarece su
caridad para con nosotros, porque
siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros. Luego mucho más ahora,
justificados en su sangre, por él
seremos salvos de la ira. Porque si
siendo enemigos, fuimos reconciliado
con Dios por la muerte de su Hijo,
mucho más, estando reconciliados,
seremos salvos por su vida.” Romanos
5:8-10.
Con el bautismo se confirma nuestro
credo, el manifestar y dar testimonio
de nuestra fe en el Hijo de Dios, en su
muerte y resurrección, así como en su
doctrina que enseño a los apóstoles, la
cual se debe observar y practicar.
El Bautismo del Espíritu Santo
Para que el bautismo sea totalmente
válido, se requiere la imposición de
manos. El hombre nace del agua
después del bautismo, pero es
necesaria la intervención del Espíritu
Santo. El Señor Jesús prometió a sus
discípulos que descendería un
Consolador después de su ascenso al
cielo, éste es el Espíritu Santo. Ya
estaba profetizado por boca del
profeta Joel: “Y será que después de
esto, derramaré mi Espíritu sobre toda
carne…” Joel 2:28. Este espíritu actúa
como una guía que lleva por el camino
de la vida. Es él que enseña toda
verdad. Debe de regir la vida del
hombre que se ha bautizado.
Es por medio de la imposición de
manos, que después de bautizada la
persona reciba el Espíritu Santo, para
que su nacimiento sea total, com-
pleto. A partir de allí, el cristiano debe
dejarse guiar por éste espíritu, si por el
contrario no deja que actué, entonces
entra en desobediencia: “Mas vosotros
no estáis en la carne, sino en el espíritu,
si es que el Espíritu de Dios mora en
vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu
de Cristo, el tal no es de él. Empero si
45
Cristo está en vosotros, el cuerpo á la
verdad está muerto á causa del pecado;
mas el espíritu vive á causa de la
justicia.” Romanos 8:9-10.
“Yo á la verdad os bautizo en agua para
arrepentimiento; mas el que viene tras
mí, más poderoso es que yo; los zapatos
del cual yo no soy digno de llevar; él os
bautizará en Espíritu Santo y en fuego.”
Mateo 3:11. Juan el Bautista predijo
que el Señor Jesús bautizaría con el
Espíritu Santo y en fuego. El hecho de
ser bautizado en fuego, significa
limpiar, purificar, santificar. Es decir,
así como el oro se extrae con fuego,
se purifica y se obtiene el oro puro, así
también el Señor purifica a los suyos.
Esto es a través de la Palabra de Dios,
pero con la intervención del Espíritu
Santo.
Todas las tribulaciones o cargas que
impone el Señor son con esa finalidad.
Así realmente el cristiano de-muestra
su fidelidad, tanto en los momentos
de gozo y alegría, como en los de
tristeza y amargura.
El Espíritu Santo actúa como guía,
dando el consuelo necesario para
sobrellevar las cargas que Dios sabrá
imponer en cada uno. La obediencia es
necesaria para que el Espíritu de Dios
realice su función, mientras el hombre
se deje llevar por éste, todos los
obstáculos que el adversario ponga en
el camino, serán sorteados con éxito,
con la ayuda del Espíritu. El resultado
de todo esto es la purificación del
46
hombre, corriendo hacía la perfección,
para obtener la vida eterna.
Si Pertenecí a Otra Doctrina, ¿Aún así
Debo Volver a Bautizarme?
Muy importante pregunta. Si el bautis-
mo fuera algo tan simple, entonces
cualquier bautizo sería acepto delante
de Dios. Consideremos, el Señor Jesús
tuvo que bajar a las aguas del
bautismo, primero para cumplir toda
justicia divina. Segundo porque él
inmediatamente, inicio su ministerio.
Propiamente, su ministerio fue pre-
dicar una doctrina limpia, santa, pura.
Aquella doctrina no era de él, siempre
dijo que la doctrina que predicaba
pertenecía a quien lo envió, es decir al
Padre: “Respondióles Jesús, y dijo: Mi
doctrina no es mía, sino de aquél que
me envió. El que quisiere hacer su
voluntad, conocerá de la doctrina si
viene de Dios, ó si yo hablo de mí
mismo.” Juan 7:16-17.
Es bajo una doctrina santa y pura que
el hombre debe bautizarse. Si anterior-
mente fue bautizado ya sea en el
catolicismo o en otra doctrina, cuando
llega al conocimiento de la verdad,
debe ser bautizado. La verdad es la
que liberta, la que esclarece la visión
del hombre, cuando éste se da cuenta
que en el camino por donde ha
andando no es el correcto. “Y cono-
ceréis la verdad y la verdad os liber-
tará.” Juan 8:32.
Mientras usted no se bautice en la
doctrina pura que enseño el Señor
Jesús, no puede entrar al reino de los
cielos: “Respondió Jesús: De cierto, de
cierto te digo, que el que no naciere de
agua y del Espíritu, no puede entrar en
el reino de Dios.” Juan 3:3.
El bautismo viene también represen-
tando una muerte. Cristo murió y
resucito para darnos vida, de la misma
forma el hombre al bajar a las aguas
del bautismo, representa una muerte
y una resurrección: “¿Pues qué
diremos? ¿Perseveraremos en pecado
para que la gracia crezca? En ninguna
manera. Porque los que somos muertos
al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
¿O no sabéis que todos los que somos
bautizados en Cristo Jesús, somos
bautizados en su muerte? Porque
somos sepultados juntamente con él á
muerte por el bautismo; para que como
Cristo resucitó de los muertos por la
gloria del Padre, así también nosotros
andemos en novedad de vida. Porque si
fuimos plantados juntamente en él á la
semejanza de su muerte, así también lo
seremos á la de su resurrección.”
Romanos 6:1-5. El hombre muere al
pecado y resucita para vida nueva,
pero para una vida llena de santidad,
al servicio de Dios, ya no de la carne.
¿Cómo Debe Entonces Realizarse el
Bautismo?
Como se ha explicado, el bautismo
debe hacerse tal como lo practicó
Juan el Bautista, el mejor ejemplo es el
bautismo del Señor. Debe hacerse en
agua corriente, es decir en un río
preferentemente, por inmersión. El
candidato debe ser totalmente cubier-
to por el agua. Quien debe realizarlo u
oficiarlo son los ministros de la Iglesia.
En el momento en que el ministro
realiza el acto lo hace bajo la facultad
que le es otorgada por Dios por medio
del Espíritu Santo: “Entonces Jesús
vino de Galilea á Juan al Jordán, para
ser bautizado de él. Mas Juan lo resistía
mucho, diciendo: Yo he menester ser
bautizado de ti, ¿y tú vienes á mí?
Empero respondiendo Jesús le dijo: Deja
ahora; porque así nos conviene cumplir
toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús,
después que fue bautizado, subió luego
del agua; y he aquí los cielos le fueron
abiertos, y vio al Espíritu de Dios que
descendía como paloma, y venía sobre
él.” Mateo 3:13-16.
47
ANOTACIONES
 LOS 40 PUNTOS DE FE
DE LA
IGLESIA DE DIOS
INTRODUCCIÓN
Presentamos aquí los puntos fundamentales de la fe
de la “Iglesia de Dios” basados en las Santas
Escrituras, como han sido revisados y aceptados por
el Concilio General de la Iglesia en 1977.
Esta es la Fe (doctrina) “…que ha sido una vez dada
a los santos…” Judas 3. Estos santos hombres
recibieron la responsabilidad de “velar en todo” (2ª
Timoteo4:5) para conservar en toda pureza la
doctrina de Jesús y sus apóstoles; y que a nosotros,
la Iglesia de Dios en estos últimos días, se nos ha
dado la comisión de predicarla y de “exhortar con
sana doctrina, y convencer a los que contradijeren”
Tito1:9.
Nosotros, la Iglesia de Dios, creemos que existe una
diferencia muy marcada entre lo que la Biblia enseña
y lo que está siendo enseñado por las diferentes
“religiones” que existen actualmente.
Por tanto cuando el hombre estudia la palabra de
Dios sin la influencia o predisposición, logra liberarse
de la mentira y falsedad (Juan8:32; 2Timoteo2:15).
Pero lo más importante, creemos que el conocer y
llevar a la práctica total y fielmente estos preceptos,
será lo que nos ayude a obtener la vida eterna.
CASA DE PUBLICACIONES
DE LA
IGLESIA DE DIOS
Apartado Postal 95-050
Delegación Gustavo A. Madero, México, D.F.
1 - LA BIBLIA
Creemos que la Biblia, compuesta de 39 libros del
Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento,
contiene la Palabra inspirada por el Espíritu Santo;
que expresa la voluntad de Dios para la humanidad y
es la única regla de fe para la práctica de la religión.
Que es la palabra que los santos hombres hablaron
siendo inspirados por el Espíritu Santo. 2ª Pedro
1:19-21; 2ª Timoteo 3:16.
Que es la única palabra que contiene verdad.
Juan17:17.
Que es la palabra eterna, que permanece para
siempre. 1ª Crónicas 16:15; Mateo 24:35; 1ª Pedro
1:23.
Que no necesita añadirse ningún concepto humano
Proverbios 30:6.
Que hay una sanción para quien añade o quita algo
de este libro. Apocalipsis 22:18, 19.
Que contiene todo para que el hombre de Dios sea
perfecto. 2ª Timoteo 3:17.
2 - DIOS, EL CREADOR DE TODAS LAS COSAS
Creemos que la Deidad de todo el Universo es Dios,
el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Él es el
Todopoderoso Creador y Sustentador de los cielos, la
tierra, y todas las cosas que en ellos hay.
Que Dios creó los cielos y la tierra. Génesis 1:1;
Hechos 14:15.
Que en Él vivimos, nos movemos y somos. Hechos
17:24-28; Nehemías9:6; Salmo124:8; Apoca-
lipsis14:7.
Que creó los cuerpos celestes y a todos ellos llama
por su nombre, Isaías 40:26,28; Isaías44:24.
Que hizo los Cielos, la Tierra y todas las cosas que
en ellos hay. Hechos 14:24; Hechos 17:24-28;
Nehemías 9:6; Salmo 124:8; Revelación 14:7.
3 - JESÚS, EL HIJO DE DIOS
Creemos que Jesús es el único Hijo de Dios
engendrado por el Espíritu Santo, nacido de una
virgen; que Él es el Mesías o el Cristo, enviado de
Dios como Redentor de los hombres.
Que es el unigénito de Dios, Juan 3:16; 1ª Juan 4:9;
Juan 1:18.
Que Él da testimonio que vino del Padre, Juan 6:65.
Que los hombres que lo conocieron personalmente lo
aceptaron como hijo de Dios. Mateo 14:33; Mateo
16:16.
Que según el testimonio del ángel, éste es llamado
“Hijo del Altísimo”. Lucas 1:26-32.
49
Que en ningún otro hay salvación sólo en Él. Hechos
4:12.
Que después de su bautismo, Dios dijo: “Éste es mi
hijo amado”. Mateo3:16-17.
4 - EL ESPÍRITU SANTO
Creemos que el Espíritu Santo es una influencia
divina que procede del Padre; que es el Consolador
prometido por Jesús en el momento de ascender a
los cielos; que mora en los hijos de Dios; que es el
que revela las Escrituras a los hombres.
Que es llamado el “Espíritu de verdad” y “el
Consolador” Juan 14:16,17, 26.
Que nos guía a la verdad y nos muestra las cosas
que están por venir. Juan 16:13.
Que es la influencia que nos da el poder para
atestiguar a Cristo. Hechos 1:8.
Que el amor de Dios está derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo. Romanos 5:5.
Que el Espíritu Santo morando en nosotros, hace
producir los frutos del Espíritu. Gálatas 5:22,23.
Que por el Espíritu Santo que Dios nos ha dado
podemos guardar sus mandamientos. 1ª Juan 3:24.
5 - LA PRE-EXISTENCIA DE CRISTO
Creemos que Jesús existió desde antes de la
fundación del mundo; que fue el Verbo Divino, que
llegado el cumplimiento del tiempo se hizo carne y
habitó entre los hombres.
En el principio era el Verbo y el Verbo era con Dios.
Juan1:1,2 aquel Verbo fue hecho carne Juan1:14.
Que ha existido desde antes de Abraham, Juan8:56-
58.
Que estuvo con el Padre desde el principio de la
creación. Juan 17:5.
Que Él tomó decisiones juntamente con Dios,
Génesis 1:26; cap. 3:22 y cap. 11:7.
Que por Él fueron hechas todas las cosas.
Colosenses 1:16-18.
50
Que era la piedra de la cual bebían los hijos de Dios
en los días de Moisés 1ª Corintios10:4-9.
6 - SATANÁS
Creemos que Satanás es llamado también el diablo o
la serpiente antigua (Apocalipsis 12:9), es el adver-
sario de Dios y de su pueblo, el cual será destruido al
final.
Que Satanás es la serpiente antigua, llamado tam-
bién el Diablo. Apocalipsis 20:2.
Que es el padre de la mentira y engañador desde el
principio. Juan 8:44.
Que se trasfigura en ángel de luz. 2ª Corintios 11:14.
Que es adversario del hombre, 1ª Pedro 5:8.
Que siembra cizaña en el corazón del hombre. Mateo
13:39.
7 - LA CAÍDA DEL HOMBRE
Creemos que Dios hizo al hombre perfecto, pero por
causa de la desobediencia a Dios, cayó en pecado, y
como consecuencia sobrevino la maldición sobre toda
la tierra.
Que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza.
Génesis 1:26-31.
Que su desobediencia trajo su caída, y expulsión del
huerto de Edén. Génesis 3:8-24.
Que la muerte entró en el mundo por ese hombre
(Adán). 1 Corintios 15:21.
Que la muerte es el resultado del pecado y su
consecuencia es destrucción. Romanos 3:23;
Romanos 5:12.
8 - LA REDENCIÓN DEL PECADOR
Creemos que Jesús es el Redentor de los hombres;
que murió para redimir al hombre del pecado y
hacerlo participante de la naturaleza divina; que Él es
el único medio para librar de la pena de muerte al
hombre.
Sólo por medio de la sangre de Cristo podemos ser
rescatados 1ª Pedro 1:18-20.
Cristo es el único que puede quitar la muerte y sacar
a la luz la vida. 2ª Timoteo 1:10.
Que no existe ninguna otra ofrenda para poder
rescatar al hombre. Hebreos 9:12; 10:10.
Que Cristo es el único que se dio por rescate de
muchos. 1ª Timoteo 2:6. Hebreos 10:14.
9 - EL PLAN DE DIOS PARA SALVACIÓN DEL
HOMBRE
Creemos que el Plan de Salvación designado por
Dios, fue para rescatar a la humanidad de la pena de
muerte que ocasionó el pecado; que la parte central
de este Plan Divino es Jesús, el Hijo de Dios, enviado
por el Padre a la tierra, para redimir al hombre de la
maldición del pecado.
Que para hacer efectivo este plan, el hombre debe
tener fe en Dios, Hebreos 11:6.
El hombre debe creer y aceptar a Jesús como su
Salvador. Juan 14:1,11.
Debe mostrar arrepentimiento de sus pecados y
bautizarse. Hechos 2:38.
Debe hacer morir al viejo hombre. Efesios 4:21-25.
Debe permanecer en la Fe y en la santidad. 1ª
Timoteo 2:15; 2ª Corintios 5:17.
10 - LA SANGRE DE CRISTO
Creemos que por el derramamiento de la Sangre de
Cristo en el Calvario, Dios proveyó una total y plena
expiación por el pecado del hombre.
Que su sangre fue para la remisión de los pecados.
Mateo 26:28.
Que por su sangre fuimos justificados de la ira.
Romanos 5:6-9.
Que por su sangre hemos ahora recibido la
reconciliación. Romanos 5:11.
Que su sangre es la propiciación para pagar nuestros
pecados pasados. Romanos 3:25.
Que la sangre de Cristo nos limpió de todo pecado 1ª
Juan 1:7.
11 - LOS DIEZ MANDAMIENTOS
Creemos que los Diez Mandamientos o Decálogo,
constituyen la norma de conducta para todos los
hombres; que estos mandamientos fueron escritos
por el dedo de Dios mismo, para que fuesen
observados por su pueblo; que estos mandamientos
son eternos; que ninguno de ellos ha sido cambiado o
revocado, por lo cual aún están vigentes todos.
Que fueron escritos por el Dedo de Dios en tablas de
piedra. Deuteronomio 9:10.
Que fueron dados por Dios en una lista
descriptivamente. Éxodo 20:1-17.
Que Cristo no destruyó esta ley. Mateo 5:17.
Que para obtener la vida eterna, el hombre debe
guardar estos Mandamientos. Mateo 19:16-22;
Apocalipsis 12:17; Apocalipsis 14:12.
Que estos mandamientos permanecerán para
siempre. Mateo 5:18.
Que por estos mandamientos se llega al
reconocimiento del pecado. 1ª Juan 3:4; Romanos
3:20.
Que se hallan plenamente descritos en el Nuevo
Testamento:
(1º.) Mateo 4:10
(2º.) 1ª Juan 5:21; Hechos 17:29
(3º.) 1ª Timoteo 6:1
(4º.) Marcos 2:27, 28; Hebreos 4:4, 9, 10
(5º.) Mateo 19:19, Efesios 6:2
(6º.) Romanos 13:9
(7º.) Mateo 19:18
(8º.) Romanos 13:9
(9º.) Romanos 13:9
(10º) Romanos 7:7
12 - LA LEY CEREMONIAL
Creemos que la Ley de Moisés, conocida también
como la Ley Ceremonial o Ley de Ritos, fue un
conjunto de ordenanzas, estatutos y preceptos
diferentes totalmente al Decálogo; que esta Ley fue
modificada cuando Cristo murió en el Calvario.
Que existe una diferencia muy marcada entre las dos
leyes:
51
 DECÁLOGO
Escrita por Dios: Deuteronomio 5:22
Escrita en piedras: Deuteronomio 10:1-2
Colocada dentro del arca: Deuteronomio 10:5
Define el pecado: Romanos 7:7
Es perfecta: Salmo 19:7
Es establecida: Romanos 3:31
Señala el pecado: Romanos 3:20
Es santa y buena: Romanos 7:12, 14
No se abroga: Mateo 5:17
Es para siempre: Salmo 111:7,8
Justifica al hombre: Romanos 2:13
No se añadió más: Deuteronomio 5:22
13 - ORIGEN DE LA IGLESIA: SU NOMBRE
Creemos que la iglesia que instituyó Cristo es la
“Iglesia de Dios”; que es la iglesia del Padre Celestial;
que este nombre fue inspirado divinamente.
Que la familia de Dios debe llevar el nombre del
Padre. Efesios 3:14,15.
Que con ese nombre fue invocado antiguamente.
Daniel 9:19.
Que los seguidores de Cristo serían guardados en
ese nombre. Juan 17:11, 12 y 26.
Que su nombre lo encontramos doce veces en el
Nuevo Testamento: 1ª Corintios 1:2; 10:32, 11:16, 22,
15:9; 2ª Corintios 1:1; Gálatas 1:13; 1ª Tesaloni-
censes 2:14; 2ª Tesalonicenses 1:4; 1ª Timoteo 3:5 y
15; Hechos 20:28.
Que tuvo su origen en el momento en que Jesús la
fundó en la Roca Eterna. Mateo 16:18
Que el conjunto de congregaciones de esta iglesia se
denominan “Iglesias de Dios” 1ª Corintios 11:16; 1ª
Tesalonicenses 2:14.
14 - EL ESTADO DE LOS MUERTOS
Creemos que todos los muertos yacen en el polvo de
la tierra; que no se levantan ni se levantarán de su
sueño de muerte, hasta el día en que sean juzgados.
Que ningún muerto está consiente en el sepulcro. Job
7:9, 10.
52
LEY DE MOISÉS
Escrita por Moisés: Éxodo 24:3,4
Escrita en un libro: Deuteronomio 31:26
Colocada a un lado del arca: Deuteronomio 31:26
Fue sólo un ayo: Gálatas 3:24
Nada perfeccionó: Hebreos 7:19
Era sombra: Colosenses 2:16-17
Era contra nosotros: Colosenses 2:14
Enclavada en la Cruz: Colosenses 2:14
Se abroga: Efesios 2:14-16
Tenía tiempo limitado: Hebreos 9:10
No justifica: Gálatas 2:16
Añadida por el pecado: Gálatas 3:19
Que ningún muerto ha sido juzgado en esta
dispensación. 2ª Timoteo 4:1.
Que ningún muerto, o el espíritu del hombre muerto,
han ido al cielo, ni irá jamás en el futuro. Juan 3:13,
Hechos 2:29, 34.
Que el juicio pronunciado sobre los muertos será
hasta el final del milenio. Apocalipsis 20:7, 11-15.
15 - LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS
Creemos que en la "Segunda Venida de Cristo” se
efectuará la primera resurrección, participando
únicamente los que murieron en Cristo, a quienes,
según el juicio de Dios, se les otorgará inmortalidad.
Que la Iglesia desde un principio ha creído en la
resurrección de justos como injustos. Hechos 24:15;
Daniel 12:2; Isaías 26:19.
Que los que están en los sepulcros saldrán, unos
para vida eterna, y otros para destrucción eterna.
Juan 5:28-29.
Que los justos resucitarán primero. Apocalipsis 20:4,
6.
Que la recompensa vendrá después de la resurrec-
ción. Lucas 14:14.
Que los impíos muertos saldrán a la vida, después de
mil años de la resurrección de los justos. Apocalipsis
20:5, 13.
Que resucitan para ser destruidos para siempre.
Apocalipsis 20:7-9; Isaías 26:14.
Que este castigo se llama “la muerte segunda”.
Apocalipsis 2:11; 20:14; 21:8.
16 - EL CASTIGO DE LOS IMPÍOS
Creemos que la segunda resurrección de muertos se
efectuará mil años después de la primera; que en ella
se levantarán los que, por el juicio de Dios, hayan
sido considerados “impíos”, y serán destruidos para
siempre.
Que serán destruidos por fuego como los habitantes
de Sodoma y Gomorra. Génesis 19:24, 25; Apoca-
lipsis 20:9; Mateo 13:40, 42.
Que no dejará de ellos ni raíz ni rama. Malaquías 4:1,
3.
Que la palabra “infierno” varias veces mencionada
aquí, es traducida del Griego “Hades” y quiere decir
“sepulcro”, Hechos 2:31; Mateo 11:23; Mateo 16:18;
Apocalipsis 20:13, 14.
Que los términos Griegos “Hades, Gehenna y
Tártaro” (2ª Pedro 3:7), se usan figurativamente para
representar el Valle de Hinnom, en las afueras de
Jerusalén. Indicando el lugar de tortura o destrucción.
Mateo 5:22, 29; Marcos 9:43-47.
Que el fuego que destruirá a los impíos después de
mil años del reino de Cristo, será literal. Apocalipsis
20:9, 13-15.
17 - LA CRUCIFIXIÓN DE CRISTO
Creemos que Jesús fue crucificado en el día que se
le llamaba “Víspera de la Pascua de los Judíos”; que
ocurrió a mitad de la semana en un día que
actualmente se le conoce como miércoles.
Que sufrió y murió colgado en una cruz por los
pecados del mundo. Mateo 27:31-50; Juan 3:14-17.
Que Jesús murió antes del Sábado ceremonial judío,
en la víspera del sábado. Lucas 23:46-54.
Que murió a la hora nona de ese día, 14 de Nisán.
Marcos 15:34.
Que lo sepultaron en ese mismo día 14 de Nisán,
antes de ponerse el sol. Juan 19:31 y 40-42.
Que el día de su muerte estaba profetizado. Daniel
9:27.
18 - LA RESURRECCIÓN DE CRISTO
Creemos que Jesús estuvo “tres días y tres noches”
en el sepulcro, y que resucitó un día sábado, antes de
ponerse el sol.
Creemos que Jesús estuvo exactamente tres días y
tres noches en el sepulcro, de los cuales el primero
fue Sábado (ceremonial), y el último fue Sábado
(semanal). Mateo 27:57-64; Lucas23:54-56.
Que Jesús resucitó cuando todavía el sol del día
sábado no se ocultaba. Mateo 28:1, 6.
Que la precisión del tiempo en el sepulcro “tres días y
tres noches”, contados desde el miércoles por la
tarde, al sábado por la tarde, es incuestionable.
Mateo 12:39, 40.
Que el relato que hacen los evangelistas Marcos,
Lucas y Juan, no se refiere al momento de la
resurrección de Jesús, sino que es una información
de las visitas que se hicieron en el día primero de la
semana.
19 - LAS PROFECÍAS Y SU CUMPLIMIENTO
Creemos que las profecías de las Santas Escrituras
son la prueba infalible de la inspiración divina de la
Biblia y del poder de Dios; que respecto a su
momento histórico revelan acontecimientos futuros.
Que el pueblo de Dios debe conocer las profecías,
que ha dejado escritas en su palabra el Señor.
Proverbios 29:18.
Que el no conocer las profecías de la palabra de
Dios, puede afectar nuestra salvación. Oseas 4:6.
Que es bienaventurado el que guarda la profecía.
Apocalipsis 1:3.
Que por las profecías conocemos el tiempo del fin.
Mateo 24:1-8, 37-42; Lucas 17:26-31; Lucas 21:25-
27; Daniel 2:34-45; Ezequiel 38:1-12.
Que la historia del pueblo judío encierra muchas de
las profecías del Señor. Génesis 12:2, 3; Romanos
3:2; 9:4-5.
20 - EL RECOGIMIENTO DE ISRAEL
Creemos que la profecía del retorno del pueblo de
Israel a la tierra de Palestina está en proceso, y que
53
es una de las señales de la ya pronta segunda venida
de Cristo.
Que el pueblo de Israel sería llevado a la tierra de sus
enemigos: Levítico 26:33.
Que Jerusalén sería hollada por los gentiles. Lucas
21:24.
Que Jerusalén sería readquirida y reedificada antes
de la segunda venida de Cristo. Salmo 102:16.
Que Dios sacaría a su pueblo de Israel de entre las
naciones, como cuando los sacó de la tierra de
Egipto. Ezequiel 20:34-38, Jeremías31:1-14.
Que los hará una nación otra vez. Ezequiel 37:21-28.
Que la tierra desierta será edificada, y las ciudades
asoladas (de Jerusalén), serán restauradas. Isaías
61:4.
21 - EL MENSAJE DEL TERCER ÁNGEL
Creemos que conforme a la profecía, la bestia
profética es el Imperio Romano, que cayó en el pozo
del abismo en tiempo pasado y que se levantará
antes de la Segunda Venida de Jesús para recuperar
su poder; que perseguirá a la Iglesia de Dios; no
obstante a todo ello, se predicará el Mensaje del
Tercer Ángel, de que habla el libro de Apocalipsis.
Que tanto la bestia como sus acciones están
predichas. Apocalipsis 13:1-10.
Que el tercer Ángel amonesta contra la adoración a
esa bestia. Apocalipsis 14:9-11.
Que esa bestia llevará sobre sí, la mujer referida en
Apocalipsis 17:2-14.
22 - LAS SIETE PLAGAS POSTRERAS
Creemos que la ira de Dios como juicio contra todos
los pecadores, incluyendo a los que adoran a la
bestia y a su imagen, está concentrada en siete
plagas devastadoras y literales, las cuales caerán un
poco antes de la segunda venida de Cristo.
Que están aparejados siete ángeles que tienen las
siete plagas. Apocalipsis 15:1.
Que estas siete plagas están totalmente descritas en
Apocalipsis16.
54
Que en la penúltima plaga se desata la guerra del
Armagedón, al final de la cual se manifiesta Cristo
Jesús. Apocalipsis 16:12-17.
23 - LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
Creemos que el evento bíblico de la “Segunda Venida
de Cristo” se refiere al futuro retorno de Jesús a este
mundo; que su presencia será personal y visible.
Que vendrá en forma literal y visible. Con el mismo
cuerpo con que ascendió a los cielos. Hechos1:9-11.
Que su promesa de que vendrá otra vez, será
cumplida fielmente. Juan 14:1-3.
Que su venida no será en secreto. Mateo 24:27; 1ª
Tesalonicenses 4:16.
Que todos los que vivan en este mundo verán su
venida. Apocalipsis 1:7.
Que los Santos, tanto del Antiguo como del Nuevo
Testamento, esperaron en su venida. Job 19:25-27;
Salmo 50:3; Filipenses 3:20; 1ª Tesalonicenses 4:13-
18; 1ª Corintios 15:51-55.
24 - EL REINO
Creemos que el Reino de Dios está dividido en tres
etapas:
1.- El Reino espiritual llamado el Reino de Gracia.
2.- El Reino Literal de Cristo por mil años.
3.- El Reino de Dios por la Eternidad.
Que es esta etapa o era presente en que vivimos, el
reino de Gracia durante el cual Cristo reina en
nuestros corazones por medio del Espíritu Santo.
Lucas 17:21.
Que todos formamos o pertenecemos a esa casa o
reino espiritual. 1ª Pedro 2:5-9.
Que por la redención de la sangre de Cristo, nos ha
trasladado Dios al reino de su amado Hijo.
Colosenses 1:12-14.
Que al vivir en justicia delante de Dios después del
bautismo, disfrutaremos de ese reino. Romanos
14:17; Apocalipsis 2:10.
Que por el evangelio, Dios nos llamó a su Reino y
gloria. 1ª Tesalonicenses 2:12, 13.
25 - EL REINO LITERAL DE CRISTO
Creemos que al venir Jesús por segunda vez,
establecerá su reino literal sobre la tierra; entonces se
sentará sobre el trono de su gloria y los redimidos
reinarán con Él por mil años, siendo ésta, la segunda
etapa del Reino. Que cuando Él venga, recibirá el
trono de David su padre. Lucas1:31-33.
Que ese será el trono de su gloria. Mateo 25:31.
Que en su venida los santos que hayan muerto
resucitarán, y los que aún vivan serán trasformados a
la inmortalidad, y reinarán con Cristo mil años sobre
la tierra. 1ª Tesalonicenses 4:13-17; 1ª Corintios
15:51-54; Apocalipsis 20:4,6; Apocalipsis 5:10.
Que al fin de los mil años, Cristo entregará el reino a
su Padre. 1ª Corintios 15:24-28.
26 - EL REINO DE DIOS POR LA ETERNIDAD
Creemos que es la tercera etapa del Reino, en que
Dios reinará por toda la eternidad; que al principio de
esta etapa descenderá del cielo la Nueva Jerusalén,
que es el trono de Dios, el cual asentará en la tierra
nueva.
Que Abraham murió anhelando entrar a esa tierra
nueva. Hebreos 11:8-10.
Que esta es la tierra nueva que esperaba El Apóstol
Pedro: 2ª Pedro 3:13.
Que la nueva Jerusalén será como el tabernáculo de
Dios morando entre todos los redimidos. Apocalipsis
21:1-3, 23-27.
Que entonces Dios será todas las cosas en todos. 1ª
Corintios 15:28.
Que de allí en adelante los redimidos “reinarán para
siempre jamás” con Dios. Apocalipsis 22:5.
27 - EL REPOSO DEL SÁBADO
Creemos que el séptimo día de la semana, fue
santificado por Dios como día de reposo; que este día
Sábado debe observarse desde la puesta del sol del
día viernes, hasta la puesta del sol del día Sábado,
como un memorial de que en este día Dios reposó de
toda la obra de su creación.
Que constituye el cuarto mandamiento del decálogo.
Éxodo 24:8-11.
Que ningún otro día fue instituido como el día del
reposo. Hebreos 4:4-9.
Que Jesús, como ejemplo nuestro, descansó también
este día. Lucas 4:16,31.
Que las mujeres que habían ido al sepulcro
reposaron este Sábado, como Jesús lo había hecho.
Lucas 23:56.
Que este día precede al primer día de la semana, y
por lo tanto, es el séptimo día. Mateo 28:1.
28 - EL BAUTISMO
Creemos que el bautismo es una ordenanza del
Señor Jesús para la remisión de los pecados; que
debe hacerse por inmersión; que éste es una
ordenanza para adultos, por medio del cual se
adquiere el privilegio de ser miembro de la Iglesia de
Dios.
Que el bautismo debe ser por inmersión en agua
corrediza. Mateo 3:16; Hechos8:37-39; Romanos
6:3,4.
Que el bautismo debe ser conforme al mandamiento
del Señor Jesús. Mateo 28:19.
Que en el bautismo debe oficiar un Ministro autori-
zado en la Iglesia de Dios. Romanos 10:15.
29 - LA CENA DEL SEÑOR
Creemos que la Cena del Señor, es una ordenanza
que debe seguir la Iglesia de Dios en memoria de la
muerte de Cristo; que debe celebrarse anualmente en
la fecha y hora en que Jesús tomó el pan con sus
discípulos, al iniciarse el día 14 del mes Hebreo
Nisán; que este acto divino debe hacerse, tomando
pan sin levadura y jugo de uva; que a esta ordenanza
debe acompañarle el acto de humildad del lavatorio
de los pies.
Que es una ordenanza para la Iglesia. 1ª Corintios
11:23-26.
Que Jesús la instituyó en la misma noche que comió
la Pascua con sus discípulos. Mateo 26:17-29;
Lucas22:7-20.
55
Que la Pascua se comía el día 14 del primer mes del
año Hebreo. Levítico 23:5.
Que consiste en tomar pan sin levadura y el fruto de
la vid. Marcos 14:22-25.
Que esta ordenanza conmemora la muerte de Cristo.
1ª Corintios 11:26.
Que el lavamiento de los pies es parte de esta
ceremonia y debe hacerse después de comer el pan
y beber el vino. Juan 13:1-9.
30 - LAS DÉCIMAS DE TODA GANANCIA
Creemos que el plan divino para sostener la obra de
la iglesia de la predicación del evangelio, es por
medio de los diezmos y primicias de los miembros de
la iglesia; que este es un mandamiento dado por
Dios, y practicado aun antes de los doce patriarcas.
Que las décimas pertenecen a Dios. Levítico 27:30.
Que el diezmo es la décima parte de nuestras ganan-
cias. Levítico27:32.
Que Abraham practicó esta ordenanza. Géne-
sis14:18-20; Hebreos 7:4.
Que está prometida una bendición, para aquellos que
cumplen con la aportación de los diezmos hacia la
Iglesia. Malaquías 3:10.
Que Dios se siente defraudado o robado cuando se
retienen los diezmos. Malaquías 3:8, 9.
Que Jesús enfatizó esta ordenanza en Mateo23:23.
Que los Ministros que trabajan en la predicación,
tienen el privilegio de comer de esos diezmos, como
se hacía en el tiempo de los sacerdotes. 1ª Corintios
9:13, 14; Números 18:21.
31 - LA LEY DE LO LIMPIO Y LO INMUNDO
Creemos que el pueblo de Dios, debe observar la ley
de la alimentación referente a carnes limpias e
inmundas definidas en las Santas Escrituras.
Que la clasificación de animales cuadrúpedos, aves y
peces, limpios e inmundos, fue conocida desde los
días de Noé. Génesis 7:1-3, 8, 9.
56
Que debemos abstenernos también de lo sacrificado
a ídolos, de sangre y de ahogado (aun de animales
limpios) Hechos 15:29.
Que existe una lista perfectamente definida de
animales limpios e inmundos. Levítico 11:4-23;
Deuteronomio 14:3-20.
Que Pedro y la Iglesia del principio, hacían diferencia
entre los animales limpios e inmundos observando
esta ley de la alimentación. Hechos 10:9-14;
Apocalipsis 18:2.
Que aquellos que comen carne de puerco, abomina-
ción y otras carnes inmundas, serán destruidos en el
Reino del Señor. Isaías 66:15-17.
32 - LA ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA
Creemos que la Iglesia de Dios esparcida por todos
los países del mundo, es un solo cuerpo, siendo la
cabeza Cristo Jesús, antes de ascender a los cielos,
dejó establecidos ministerios “para la perfección de
los santos, para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo”; que la Iglesia de
Dios se mantiene como un solo cuerpo por el Espíritu
Santo, enviado del cielo para guardarla, unirla y
dirigirla, y que no tiene ni reconoce a hombre u
hombres que se adjudiquen la autoridad que sólo a
Jesús le corresponde.
Que ninguna congregación o pastor en particular
puede enmendar o cambiar un punto doctrinal,
porque esto es sólo competencia del Concilio General
de la Iglesia de Dios; por lo cual es deber de cada
Iglesia local mantener la unidad doctrinal, así como
sus relaciones afectivas y administrativas con la
iglesia general.
Que todas las Iglesias de Dios son componentes del
cuerpo de Cristo. 1ª Corintios 12:27-30; Efesios 4:10-
16.
Que Cristo es la Cabeza de la Iglesia. Efesios
1:22,23; Colosenses 1:18.
Que no debe tener un gobierno ejecutivo como las
iglesias del mundo. Lucas 22:24-27; 1ª Pedro 5:1-3.
Que debe tener pastores u obispos denominados
Ministros y Diáconos, para apacentar a la Iglesia.
Hechos 20:17, 28; 1ª Timoteo 3:1-9.
Que en cuanto a finanzas, la iglesia es autónoma en
su manejo. Filipenses 4:14-19; 2ª Corintios 9:1-5; 2ª
Corintios 11:8, 9; 1ª Corintios 16:1-4.
Que todo lo que se refiere a doctrina debe ser
estudiado en concilio de ministros. Hechos capítulo
15; Salmo 82:1.
33 - LA ORACIÓN Y EL AYUNO
Creemos que la oración es el medio más eficaz para
estar en contacto con Dios, por medio de nuestro
Señor Jesucristo, que es nuestro Mediador y Sumo
Pontífice; que toda oración debe ser hecha en el
nombre de Jesús para que sea válida delante del
Padre Celestial; que el ayuno es parte
complementaria de la oración.
Que la oración debe hacerse en el nombre de Cristo.
Juan 14:13, 14.
Que se debe orar sin cesar. Lucas 18:1; 1ª
Tesalonicenses 5:17.
Que se debe orar en todo lugar, y no sólo en la
Iglesia. 1ª Timoteo 2:8.
Que la práctica del ayuno es para los cristianos.
Mateo 17:18-21; Hechos 10:30; Hechos 13:2.
Que el ayuno es parte complementaria de la oración
para afligir el alma y como un voto secreto al Señor.
Mateo 17:21; Mateo 6:16-18.
34 - UNGIMIENTO PARA LOS ENFERMOS
Creemos que la oración por los enfermos, tanto
individual como colectiva, es aceptada por Dios; que
el enfermo debe llamar a un Ministro de la Iglesia,
quien con imposición de manos debe ungirle con
aceite conforme al mandato apostólico; Que la
oración debe ser hecha con fe tanto por parte del
enfermo como el ministro que ora.
Que el ungimiento para los enfermos es una práctica
desde los días de Jesús. Marcos 6:13.
Que es el enfermo quien debe llamar a los ancianos
de la Iglesia para que lo unjan con aceite. Santiago
5:14, 15.
Que sólo Dios es el único que puede sanar todas las
enfermedades. Salmo 103:3.
Que la oración de los apóstoles sanó a muchos
enfermos. Hechos 5:16.
Que es válido que un ministro envié pañuelo con
aceite después de orar por ello, para el enfermo que
no está al alcance, para ungirlo personalmente.
Hechos 19:11, 12 (Esto por excepción).
Que el ungimiento y la oración por los enfermos, debe
hacerlo un Ministro imponiendo las manos en la
cabeza del enfermo. Hechos 28:8.
35 - EL MATRIMONIO Y EL DIVORCIO
Creemos que el matrimonio, tanto civil como religioso,
es una institución establecida por Dios, para procrear,
mantener la santidad del hogar y evitar la fornicación;
que el matrimonio es indisoluble excepto en caso de
infidelidad conyugal.
Que el matrimonio delante de Dios tiene tanta fuerza
como el matrimonio civil. Mateo19:6
Que la mujer o el hombre están ligados a la ley del
matrimonio en tanto que viva el cónyuge. 1ª Corintios
7:39; Romanos 7:2, 3.
Que a causa de la dureza del corazón, Moisés dio
carta de divorcio cuando se comprobaba la
infidelidad. Deuteronomio24:1-4.
Que cualquier hombre o mujer que abandone a su
mujer o marido, no siendo por causa de infidelidad
conyugal, adultera y hace que su cónyuge adultere.
Mateo 5:32; Mateo 19:9.
Que cualquiera que deja a su mujer, fuera de las
razones que expresa la Biblia, debe quedarse sin
casar de nuevo. 1ª Corintios 7:10-14.
Que tanto el hombre como la mujer que deja a su
cónyuge y se casa con otro, comete adulterio. Marcos
10:11, 12; Lucas 16:18.
36 - EL VELO EN LA MUJER
Creemos que la mujer cristiana, por respeto a Dios,
debe cubrir su cabeza con un velo al estar en el culto,
al orar y al leer las Sagradas Escrituras.
Que la mujer cristiana debe tener señal de potestad
sobre su cabeza, por causa de los ángeles. 1ª
Corintios 11:10.
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Que esta es una ordenanza de Dios trasmitida por el
apóstol Pablo. 1ª Corintios 11:2.
Que en el orden de autoridad, la cabeza de la mujer
es el varón, así como Cristo es la cabeza del varón; y
la mujer que no se cubre la cabeza, afrenta su
cabeza. 1ª Corintios 11:3-5.
Que la mujer que deseche esta ordenanza tiene que
trasquilarse. 1ª Corintios 11:6.
37 - HÁBITOS IMPUROS Y CONTAMINANTES
Creemos que los hijos de Dios son el templo del
Espíritu Santo, y por ello deben desechar las
prácticas que contaminen su cuerpo y mente; que
deben de abstenerse del uso del tabaco, bebidas
embriagantes y toda clase de drogas, con excepción
de aquellas que sean prescritas en calidad de
medicina.
Que los cristianos son el templo de Dios, y si desean
que Él more en ellos, deben guardarse limpios. 1ª
Corintios 3:16; 1ª Corintios 6:15-20; 2ª Corintios 6:16-
18.
Que todos los deseos carnales, son las obras de la
carne que causarán que el cristiano no entre en el
Reino de Dios. Gálatas 5:19-21.
38 LA MUNDANALIDAD
Creemos que las Santas Escrituras condenan toda
clase de mundanalidad, la cual incluye los deseos
carnales; que los miembros de la Iglesia de Dios
deben evitar asistir a lugares en donde se propaga la
mundanalidad: tabernas, salones de baile, centros
nocturnos y todo aquello que sea contrario a la vida
cristiana.
Que las obras de la carne impedirán la entrada al
Reino de Dios. Gálatas 5:17-21.
Que el cristiano debe mortificar las obras de la carne.
Romanos 8:12-14.
Que el que ama al mundo se hace enemigo de Dios.
1ª Juan 2:16, 17.
Que los hijos de Dios no deben vivir conforme a este
mundo. Juan 17:16; Romanos 12:2; Tito 1:12.
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Que el cristiano debe evitar joyas costosas, encrespa-
miento del cabello y vestidos deshonestos. 1ª Pedro
3:1-4; 1ª Timoteo 2:9.
39 - LA LUCHA CARNAL
Creemos en el mandamiento de Dios que dice: "No
matarás". Por consecuencia los hijos de Dios no
deben usar armas de ninguna clase, ni participar en
guerras. En caso de una disposición de esta índole
por parte del Gobierno del país, los miembros de la
Iglesia de Dios pugnarán por ocupar puestos en
donde no se transgreda este mandamiento; creemos
que no se debe guardar rencor ni vengarse de sus
enemigos.
Que los cristianos deben mantener la paz con todos
los hombres. Romanos 12:17-18.
Que los cristianos no deben buscar venganza. Roma-
nos 12:19; Levítico 19:18.
Que los cristianos tienen prohibido matar. Éxodo
20:13; Mateo 19:18; 1ª Pedro 4:15.
Que no debemos participar en la lucha carnal. Juan
18:36; Gálatas 5:16.
40 - FESTIVIDADES PAGANAS
Creemos que las festividades que el mundo celebra,
como la Navidad, el Año Nuevo, Viernes Santo,
Domingo de Resurrección, el Reposo Dominical,
Fiestas de Cumpleaños, Celebración de XV años,
etcétera, son de origen pagano, y que los miembros
de la Iglesia de Dios no deben participar en ellas, ni
celebrarlas por su cuenta.
Que el cristiano debe apartarse de las costumbres del
mundo. Jeremías10:2.
Que toda semilla pagana sembrada en nuestros
corazones, debe ser desarraigada. Mateo 15:13.
Que todas esas costumbres fueron establecidas por
la bestia, y hay un castigo para quienes ostentan la
marca de la bestia. Daniel 7:25; Apocalipsis 14:9, 10
Que no debemos consentir al engañador. Proverbios
1:10.
Publicaciones Congregación Judá
2015