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Memoria, política y activismo barrial

La experiencia actual del sitio de memoria


ex CCDTyE Olimpo
Mauricio Chama
Universidad Nacional de La Plata

Mora González Canosa


Universidad Nacional de La Plata
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
Introducción
Tema
El trabajo analiza la experiencia actual del sitio de memoria creado en el ex “Olimpo”, ubicado en el barrio de Floresta, ciudad de
Buenos Aires, Argentina. “El Olimpo” fue uno de los más de 300 Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio (CCDTyE)
que existieron durante la última dictadura militar argentina (1976-1983). Se calcula que allí estuvieron secuestrados alrededor de
500 militantes sociales y políticos, de los cuales sobrevivieron sólo alrededor de la quinta parte.

Importancia caso
Se trata de un caso especialmente interesante, cuyas características distintivas radican en la participación comunitaria y en su
inserción territorial. Ello se evidencia en:
-El activismo barrial que signó los orígenes del sitio: su constitución mediante un proceso de “abajo hacia arriba” impulsado por la
lucha de vecinos junto a organismos de derechos humanos, sobrevivientes y familiares de desaparecidos.
- La relación compleja y de considerable autonomía respecto del Estado que posibilitó dicha forma de constitución, que lo diferencia
de otros sitios de memoria argentinos como la ESMA. A su vez, la fórmula de “autonomía política” y “financiamiento público” a la
que se aspira distingue al sitio de aquellos financiados por fundaciones privadas, como predominan en el caso de Chile.
-La participación comunitaria y la inserción territorial que actualmente signa los sentidos, prácticas y modos de funcionamiento del
lugar.
- Esta opción por la construcción comunitaria y territorial se refleja incluso en el caso de familiares y sobrevivientes que eligieron
constituir su identidad activista como “vecinos” o “militantes barriales” antes que como “víctimas” del “Olimpo”. Ello supuso una
problematización sobre sus posibilidades de agenciamiento como activistas, cierta crítica a la condición de víctima como lugar
privilegiado de legitimación de la palabra, y la preocupación por habilitar la voz de los vecinos para decidir las orientaciones del sitio.
Hablamos entonces de una experiencia que, además de ser un sitio de memoria, actualmente funciona como un “centro
comunitario” que es vivido por los actores como lugar de pertenencia y sociabilidad, donde se configuran renovadas memorias e
identidades barriales y se crean nuevos vínculos sociales, con énfasis en lo colaborativo y lo participativo. Hay que destacar que sólo
durante 2019 circularon por las múltiples actividades y talleres organizados por el sitio más de 30.000 personas.
Perspectiva de análisis: intersección de dos campos
Dadas las características distintivas del caso, situamos el análisis en la intersección de dos campos analíticos: el de los estudios sobre la
construcción social de las memorias, con énfasis en la creación de sitios de memoria en Argentina, y el de las teorías de la acción
colectiva.

Pregunta y objetivos
Nuestra pregunta general gira en torno a la cuestión del lazo social. Nos interesa indagar los vínculos sociales que se están creando allí
donde la dictadura había buscado quebrar todo lazo de solidaridad a fuerza de torturas y de diseminar el terror tanto dentro como
fuera de los campos. Sobre todo en el caso de un ex CCDTyE como el “Olimpo”, enclavado en el tejido urbano.
donde la dictadura había buscado quebrar todo lazo solidario a fuerza de diseminar el terror tanto dentro como hacia afuera de los
campos, mediante el régimen de visibilidad-invisibilidad y las formas de saber-no saber que signaron sus relaciones con la sociedad
(Calveiro, 2004: 78). Máxime en el caso de un ex CCDTyE como el “Olimpo”, enclavado en medio del tejido urbano. En este sentido, las
inmediaciones del “Olimpo”, así como las de tantos otros ex CCDTyE que también funcionaron en barrios sumamente transitados,
constituyen un territorio donde la clásica pregunta acerca de “¿cómo fue posible?” adquiere un poder de interpelación de alta
intensidad, y donde la dictadura dejó huellas particulares en las memorias del lugar y un daño profundo en el tejido social.
En ese marco, nos proponemos analizar:
- la trayectoria del caso (historizando muy brevemente su constitución como sitio de memoria)
- sus características actuales (actores, tipo de prácticas, formas organizativas y mecanismos de toma de decisiones; diversidad de
sentidos atribuidos a la experiencia)
- las repercusiones generadas por la experiencia en distintos niveles (subjetivo, social, cultural, político y jurídico).

Metodología
El trabajo se basa en una estrategia metodológica cualitativa que combina análisis documental (sitio web y redes sociales, fotos,
informes de actividades y otros documentos del sitio), entrevistas en profundidad a activistas con diversos perfiles y otras más breves
(13 en total) y observaciones participantes efectuadas durante el trabajo de campo (realizado durante 2018, 2019 y principios de 2020).
El ex “Olimpo”:
actores, prácticas y entramados
relacionales
Historia

La constitución del sitio se remonta a las movilizaciones, protestas y acciones de repudio protagonizadas por
colectivos barriales de base desde mediados de los´90, que tomaron nuevo impulso a partir de la crisis del 2001. En
2005, la policía fue desalojada del predio, iniciándose un complejo proceso de institucionalización del lugar como
sitio de memoria.

Formas organizativas y actores

La estructura organizativa del sitio cuenta con dos órganos de gestión:


- La “Mesa de Trabajo y Consenso” (MTyC), es un espacio de articulación política encargado de definir los
lineamientos generales del sitio, recepcionar propuestas e impulsar actividades. Está integrada por los colectivos
barriales, sociales, culturales y políticos que realizan talleres en el sitio y, en menor medida, por organismos de
derechos humanos.
-El Equipo de Gestión desarrolla distintos proyectos y se encarga la administración y comunicación del sitio. Está
compuesto por 18 trabajadores que forman parte de la estructura estatal, varios profesionales de las ciencias
sociales que combinan su expertise profesional con su compromiso militante con la causa de los derechos humanos
(carácter “hibrido” de los activistas del sitio).
El tipo de relación que el sitio mantiene con el Estado sigue una modalidad de co-gestión que los actores
sintetizan bajo la fórmula de “autonomía política” y “financiamiento público”. En la práctica dicha modalidad
termina siendo muy autogestiva -dadas las escasas posibilidades de supervisión del Estado- y afronta crónicamente
problemas de recursos.

En cuanto al modo de funcionamiento del sitio, se despliegan prácticas de acción colaborativa que aspiran a tener
un carácter abierto, horizontal y participativo, en el marco de estructuras de interacción de tipo asambleario. A su
vez, desde los comienzos se asumió el consenso como herramienta fundamental para la toma de decisiones, en
lugar de la votación por mayoría.

Entre las múltiples actividades llevadas a cabo durante 2018 y 2019 se encuentran: talleres de Telar Comunitario,
Historia Económica, Literatura, Teatro Físico y Antropológico, Tango Crítico, Sikuris, Danza Comunitaria y Murga;
muestras artísticas, ciclos de cine, charlas, presentaciones de libros, obras teatrales, actos conmemorativos, talleres
educativos para alumnos de nivel inicial y primario y las visitas guiadas al ex CCDTyE. Además, el sitio cuenta con
una Biblioteca Popular, una Radio comunitaria, muestras permanentes y los proyectos de investigación realizados
por el Equipo, algunos de largo aliento y cuyos archivos de entrevistas audiovisuales se siguen ampliando, como el
de “Historias de Vida” o “Memorias de Vecindad”, y otros más recientes como “Recuperación del Espacio para la
Memoria ex CCDTyE Ex Olimpo”, iniciado en ocasión de los 15 años de constitución del sitio.
“Memorias de vecindad”:
El Olimpo y su inserción barrial
Todos los entrevistados destacan el carácter popular, participativo y territorial como rasgo distintivo del “Olimpo”.
Ello se evidencia de diversas maneras:
- La incorporación de los recuerdos de los vecinos en la señalización del sitio y en los relatos de las visitas guiadas, así
como la consideración de sus expectativas para determinar ciertos usos del predio, como la creación de un parque
público. Todo ello gracias al relevamiento, a través de encuestas y entrevistas, de sus memorias sobre el lugar
durante la dictadura y de sus expectativas sobre los usos actuales del predio (Proyecto “Memorias de Vecindad”).
- La consideración de las demandas barriales para definir talleres, la participación de vecinos como coordinadores de
actividades, la integración de colectivos barriales en la MTyC.
- La gestación de una amplia red relacional y colaborativa con diversos actores barriales: trabajadores despedidos de
la zona que buscaban crear una cooperativa; empleados de los talleres textiles clandestinos descubiertos en los
alrededores; solidaridad con activistas de pueblos originarios; vínculos con clubes deportivos y centros culturales del
barrio.
- Esta opción por la construcción comunitaria y territorial también se ve reflejada en el caso de los familiares de
desaparecidos y sobrevivientes del ex CCDTyE que eligieron constituir su identidad activista como “vecinos” o
“militantes barriales” antes que como “víctimas” del “Olimpo”. Como comentamos, esta problematización de la
condición de víctima (directa o indirecta pero individual) como lugar privilegiado de enunciación y legitimación de la
palabra militante, fue algo particularmente debatido en el “Olimpo”. Una problematización que, en convergencia con
la impronta territorial que venimos analizando, al enfatizar los efectos colectivos de la represión estatal y la presencia
del ex CCDTyE en el entramado barrial, buscó habilitar especialmente la voz de los vecinos para decidir las
orientaciones del sitio.
“Construir memorias para el
futuro”: algunos sentidos
compartidos
1) El sitio como lugar para tender puentes entre pasado, presente y futuro
Es decir, para configurar una “memoria ejemplar”, alejada de toda idea de museo que “cristalice” la memoria. Se
trata de elaborar el pasado represivo en función de las luchas contra las violaciones a los derechos humanos de
ayer y de hoy, con vistas a un horizonte de expectativas democratizador. De allí su intervención tanto en las luchas
contra la impunidad de los crímenes de la dictadura, como en aquellas contra la violencia institucional actual, así
como en el tema de la transmisión intergeneracional de la memoria.

2) El sitio como espacio de intersección de demandas progresistas


Ese vínculo entre pasado, presente y futuro no sólo se establece en referencia a las violaciones a los derechos
humanos, sino también en relación con las luchas sociales y políticas de los desaparecidos. Ello se evidencia en:
-La intención de transformar un régimen de memoria basado por años en la caracterización de los desaparecidos
como “víctimas inocentes”. De allí la insistencia en reponer sus identidades y trayectorias políticas (Proyecto
“Historias de Vida”).
-El énfasis en la necesidad de seguir luchando por “las mismas causas” (entendiendo por ello cierto horizonte
utópico ligado a la transformación social en sentido igualitario) y en favor de los mismos “destinatarios que
tuvieron ellos”: los “excluidos”. De allí que el sitio se haya constituido en una suerte de espacio de intersección de
demandas progresistas, cuya articulación se relaciona con aquel horizonte ligado a la ampliación de derechos
(actividades contra la violencia institucional, la discriminación, en defensa del derecho a la identidad, la niñez y la
igualdad de género) y, como ya señalamos, en la apuesta por vincularse con los sectores más vulnerables y sus
luchas (trabajadores en conflicto de la zona, empleados de talleres textiles clandestinos instalados en el barrio,
pueblos originarios, pacientes de un neuropsiquiátrico).
3) El sitio como espacio de militancia
En el sentido más amplio del término. Es decir, el profundo sentido político que adquieren sus tareas para todos los
que trabajan allí; que es vivido de diversos modos en relación con los cambiantes contextos políticos del país. Por
ejemplo, durante el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), una gestión ideológica y políticamente adversa al tipo
de memorias y sentidos que se intentan configurar desde el sitio, el lugar fue vivido como una suerte de “refugio”,
“trinchera” y espacio de “resistencia”.

4) El sitio como espacio de construcción colectiva


Por último, la idea de que en el sitio todo se debe intentar construir de modo colectivo, abierto y horizontal (desde
la gestión del espacio, hasta la modalidad pedagógica de los talleres); tendiendo puentes entre diversas
generaciones (desde las memorias que se configuran, hasta la composición de la Mesa de Trabajo) y privilegiando la
participación comunitaria y la inserción barrial.
A modo de consideraciones finales:
balance y repercusiones de la
experiencia
A nivel subjetivo e identitario: impactos vinculados al sentido reparatorio que tiene para los sobrevivientes y familiares
participar de un espacio colectivo. Además, según han destacado, ello les permitió eludir la “autorreferencialidad” y la
constitución de identidades ancladas exclusivamente en el lugar de víctimas del terror estatal. En este sentido, si como
otros activistas de derechos humanos han logrado reconvertir parte del sufrimiento individual en una causa colectiva,
esta experiencia incorpora otros matices: el cuestionamiento a jerarquizar su posición en el campo del activismo a partir
de su condición de “víctimas”.
A su vez, para los activistas la experiencia también impacta en términos de la adquisición de cierto “capital militante”
(Poupeau, 2007), a partir del aprendizaje de un saber-hacer organizativo propio del ejercicio de la acción colectiva, como
la “forma de organizar una asamblea”, de hacer una “lista de oradores” o “informes de reuniones”, la capacidad de
“escuchar a los otros”, etc.
A nivel social y cultural: impactos vinculados con la gestación de nuevos lazos sociales (propios de un tipo de
sociabilidad fuerte, casi familiar, especialmente vívidos en un espacio signado por el intento de destruir todo vínculo
solidario) y la recreación de identidades, memorias y espacios de sociabilidad barrial.
A nivel político: son también diversos y se relacionan con la creación de condiciones que fomenten la participación
colectiva en las luchas por los derechos humanos en el presente, la transmisión intergeneracional de la memoria y la
apuesta por la formación de sujetos críticos, sensibles a las desigualdades sociales y dispuestos a comprometerse con
transformaciones en sentido emancipatorio e igualitario.
A nivel jurídico: no pueden dejar de señalarse este tipo de impactos, vinculados con la producción de pruebas
materiales, testimonios y demás evidencia en los Juicios por delitos de Lesa Humanidad, en particular contra represores
del Circuito “Atlético”, “Banco” y “Olimpo”.

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