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La cosmología moderna
3.3. Galileo Galilei
Galileo Galilei
Galileo Galilei: (1564-1642): es el fundador
de la ciencia moderna. Él fue quien elaboró
la teoría del método científico y de la
autonomía de la investigación científica.
Galileo Galilei
En 1597, en una carta dirigida a Kepler, Galileo afirma haberse adherido
De otro lado, las estrellas fijas se hallan mucho más lejos que los planetas y
no inmediatamente detrás del cielo de Saturno, como exigía la tradición
Galileo Galilei
En tiempos de Galileo hay dos grandes teorías que compiten entre sí: el
sistema ptolemaico (con la Tierra inmóvil en el centro y el Sol que gira a su
alrededor) y el sistema copernicano (donde es la Tierra la que gira en torno
al Sol).
De este modo «nos hemos (...) cerciorado de que todos los planetas reciben
la luz desde el Sol, al ser tenebrosos por su propia naturaleza».
Galileo está «segurísimo de que las estrellas fijas son por sí mismas
luminosísimas y no necesitan la irradiación del Sol; la cual Dios sabe si
llega tan lejos».
Galileo Galilei
A propósito de las manchas Solares, Galileo afirma que dicha novedad es
«el funeral o, más bien, el juicio extremo y final de la pseudofilosofía».
Copérnico había afirmado que «todas las esferas giran alrededor del Sol
como su punto central y, por lo tanto, el centro del Universo se halla en el
Sol». Pensaba que esto constituía una representación verdadera del
Universo.
Para Osiander, como para Ptolomeo, las teorías astronómicas sólo eran
instrumentos aptos para realizar, de una forma más expeditiva, previsiones
acerca de los movimientos celestes.
Galileo Galilei
La defensa de la tesis realista (según la cual el sistema copernicano
constituiría una descripción verdadera de la realidad y no un conjunto de
instrumentos de cálculo para efectuar previsiones o elaborar un calendario
más perfecto) era algo peligroso para todos aquellos que, católicos o
protestantes, pensaban que la Biblia, en su redacción literal, no podía errar.
Copérnico es realista y
también lo es Galileo.
Galileo Galilei
Si los pasajes de la Biblia referentes
al sistema del mundo, interpretados
por la tradición de una forma
literal, resultan absolutamente
verdaderos e intocables, entonces
-dada la interpretación realista
que Galileo efectúa con respecto
al pensamiento de Copérnico,
que contrasta con los pasajes
bíblicos citados e interpretados de
un modo literal- se hacía inevitable
un choque frontal entre la Iglesia y Galileo.
Galileo Galilei
Karl Popper escribe:
Y así como para Aristóteles lo que dicen los sentidos sirve de base al
razonamiento, también ahora –le indica Salviati a Simplicio- «filosofaréis
más aristotélicamente diciendo que el cielo es alterable porque así me lo
muestran los sentidos, que si dijerais que el cielo es inalterable porque así
ha discurrido Aristóteles».
Salviati dice:
Galileo Galilei
«Encerraos con un amigo en la mayor estancia que haya bajo cubierta, en
un gran navío, y colocad allí moscas, mariposas y otros pequeños animales
volantes; haya allí también un gran recipiente con agua, y dentro de éste,
pececillos; cuélguese en una altura un pequeño cántaro, que vaya vertiendo
agua, gota a gota, en otro jarro con el cuello estrecho, colocado más abajo.
Si la nave está quieta, observad con diligencia cómo todos los animalillos
voladores se dirigen con la misma velocidad a todos los rincones de la
estancia; los peces nadarán con indiferencia en todas direcciones; las gotas
que caen entrarán todas en el jarro que está abajo. Y vos, al arrojar a
vuestro amigo alguna cosa, cuando las distancias sean iguales, no habréis
de emplear más vigor en una dirección que en la otra. Y si saltáis, como se
dice, a pie juntillas, recorreréis espacios iguales hacia todas las partes.
Galileo Galilei
Una vez que hayáis observado con diligencia todas estas cosas, de modo que
no exista la más mínima duda de que mientras el barco permanezca quieto
deban suceder así, haced que la nave se mueva con la velocidad que se
quiera; siempre que el movimiento sea uniforme y no fluctúe de aquí para
allá, no reconoceréis ni la más mínima mutación en todos los efectos
nombrados, ni ninguno de éstos os hará saber si la nave se mueve o está
quieta; recorreréis sobre el suelo los mismos espacios que antes, y no porque
la nave se mueva a gran velocidad, saltaréis más hacia popa que hacia proa,
ni tampoco durante el tiempo que permanezcáis en el aire el suelo se
desplazará hacia la parte contraria a vuestro salto; y al tirar algo a vuestro
compañero, no tendréis que arrojarlo con más fuerza para que le llegue
cuando él esté hacia proa, y vos hacia popa, que si ocupáis sitios opuestos;
Galileo Galilei
las gotas igual que antes caerán en el jarrón inferior, sin que ninguna se vaya
hacia popa, aunque la nave recorra muchos palmos mientras la gota está en el
aire.»
«Sea, pues, principio de nuestra contemplación el considerar que, sea cual sea el
movimiento que se le atribuya a la Tierra, es necesario que para nosotros, como
habitantes de ella y, por consiguiente, participantes en el movimiento, resulte del
todo imperceptible, como si no existiese, mientras miramos sólo las cosas
terrestres.»
Galileo Galilei
Los adversarios de Galileo convencieron a Urbano III de que el Diálogo
sobre los dos sistemas máximos del mundo constituía un descrédito de la
autoridad e incluso del prestigio del papa, que habría sido ridiculizado en la
figura de Simplicio, defensor de aquella «admirable y verdaderamente
angélica doctrina» a la que «es obligado atenerse» y de la que se habla en la
última página del Diálogo.