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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE

MÉXICO
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES
IZTACALA
0304- EL PSICOLOGÍA A DISTANCIA
CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS
EN NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES
DOCENTE: MTRA. JULIETA MELÉNDEZ CAMPOS

Unidad III. Problemas afectivos u


trastornos del comportamiento.
Actividad “Trastornos de la conducta”

Alumna:
Wendy Marleen Rodríguez Gutiérrez
Grupo 9337
TEMARIO
1. INTRODUCCIÓN
2. CONCEPTUALIZACIÓN
3. CARACTERÍSTICAS
4. FACTORES QUE INFLUYEN
5. CLASIFICACIÓN
• Problemas Paterno-Filiales
• Comportamiento Antisocial en la Niñez o
Adolescencia
• Trastorno Negativista Desafiante
• Trastorno Disocial
5. EPIDEMIOLOGÍA
6. FACTORES DE RIESGO Y PROTECTORES
7. MODELOS DE ATENCIÓN
• Modelo Piramidal de Desarrollo de Lahey y
Loeber
• Modelo del Procesamiento de la Información
Social de Dodge
• Modelo de Patterson de Interacción
Coercitivo
• Modelo Ecológico de Frías -Armenta y
Colaboradores
La mayor parte de los problemas de conducta
que muestran los niños pueden explicarse
como un desajuste dentro de su contexto
familiar, escolar o social.

La gravedad o intensidad de los problemas de


conducta es amplia y va desde problemas
INTRODUCC cotidianos más o menos intensos o incómodos
hasta los desórdenes del comportamiento
IÓN recogidos en las clasificaciones internacionales.

Muchos de estos problemas se presenta ya


desde la infancia y puede observarse la
progresión de su gravedad. Por lo mismo, las
pautas educativas y la intervención son un
elemento importante en la prevención o
desarrollo de dichos problemas.
La categorización del
«trastorno del comportamiento
perturbador en la infancia y
adolescencia» hace referencia
a la presencia de un patrón de
conducta persistente,
repetitivo e inadecuado a la
edad del menor.

Se caracteriza por el
incumplimiento de las normas
sociales básicas de
convivencia y por la oposición
a los requerimientos de las
figuras de autoridad,

TRASTORNOS DE LA generando un deterioro en las


relaciones familiares o sociales
(Fernández y Olmedo, 1999).

CONDUCTA
comportamiento
perturbador –trastornos
de la conducta– en la
infancia y en la
adolescencia
comprende:

Un conjunto de
conductas que implican
OPOSICIÓN A LAS
NORMAS SOCIALES y a
los AVISOS DE LAS
FIGURAS DE
AUTORIDAD, cuya
consecuencia más
destacada es el fastidio
o la PERTURBACIÓN,
más o menos crónica, de
la convivencia con otras
personas:
CONCEPTUALIZACIÓN • Compañeros
• Padres
• Profesores y
• Incumplimiento de las
normas sociales básicas de
convivencia.

• Oposición a los
requerimientos de las figuras
de autoridad.

• Deterioro en las relaciones


familiares o sociales.

• Las conductas englobadas en


estas categorías son muy
dispares: agresión física o
verbal, desobediencia,
absentismo escolar, consumo
de drogas o robos.

• Existe un continuo en cuanto


a intensidad, severidad,

CARACTERÍSTICAS
frecuencia y cronicidad de
las conductas incluidas
dentro del trastorno del
comportamiento perturbador.
En la definición de los
trastornos del
comportamiento influyen
una serie de factores
propios de la
psicopatología infantil que
complican la
caracterización de los
problemas, su curso y su
resultado final.

Algunos de estos factores


son:

• La edad del niño y el


nivel de desarrollo
cognitivo
FACTORES QUE •

El ambiente familiar
Otros aspectos
INFLUYEN socioculturales.
EDAD Y NIVEL DE DESARROLLO
COGNITIVO:
Las conductas valoradas como síntomas de
un trastorno en una determinada edad
pueden ser evaluadas como normales en
otra. Así mismo, las conductas
problemáticas suelen presentarse en
distinto grado a lo largo del tiempo y su
manifestación varía en función de la edad.

AMBIENTE FAMILIAR:
Por lo regular, el niño no suele tener
conciencia del problema ni experimentar
problema alguno. Los niños que acuden a
una consulta especializada lo hacen
porque sus padres, profesores o un médico
han mostrado algún tipo de preocupación
por ellos. Por lo tanto, la tolerancia de los
padres, su estilo educativo y sus
habilidades para hacer frente a estas
situaciones desempeñan un papel
relevante en la propia definición de los
problemas infantiles.

FACTORES QUE INFLUYEN


Los comportamientos perturbadores
no todos son similares ni tienen la
misma intensidad. Las conductas
que se engloban en estas categorías
son dispares: agresión física o
verbal, desobediencia, absentismo
escolar, consumo de drogas o robos.
Se considera que existe un continuo
en cuanto a intensidad, severidad,
frecuencia y cronicidad de las
conductas incluidas dentro del
trastorno del comportamiento
perturbador.

Las clasificaciones internacionales


(DSM y CIE) reflejan la existencia de
este continuo al distinguir entre 4
trastornos dentro de esta categoría,
que, de menor a mayor gravedad,
pueden ordenarse así:

CLASIFICACIÓN •

Problemas paterno-filiales
Comportamiento antisocial en la
niñez o adolescencia

DSM-V •

Trastorno negativista desafiante
Trastorno disocial
DSM-V

Los trastornos disruptivos del


control de los impulsos y de la
conducta (DSM-5, APA, 2013)
incluyen afecciones que se
manifiestan con problemas en el
autocontrol del comportamiento y
las emociones.

Los trastornos disruptivos se


traducen en conductas que violan
derechos de los demás (por
ejemplo: agresión, destrucción de
la propiedad), o llevan al individuo
a conflictos importantes frente a
las normas de la sociedad o las
figuras de autoridad.

CLASIFICACIÓN
DSM-V
CIE-10

La CIE 10 (OMS, 1992) considera


los trastornos del
comportamiento perturbador
como una categoría única que
incluye el trastorno disocial
limitado al contexto familiar, en
niños socializados, en niños no
socializados, y donde incluye lo
que denomina «trastorno disocial
desafiante y oposicionista».

CLASIFICACIÓN CIE-10
Problemas Paterno-
Los problemas de relación entre padres e
Filiales
hijos se incluyen en la categoría de “Otros
problemas que pueden ser objeto de atención
clínica” dentro del apartado “Problemas de
relación” en el DSM-V.

Los problemas de relación incluyen patrones


de interacción entre miembros de una unidad
relacional que están asociados a un deterioro
de la actividad clínicamente significativo, o a
síntomas de uno o más miembros de una
unidad relacional, o a deterioro de la unidad
relacional misma.

Estos problemas pueden exacerbar o


complicar el tratamiento de un trastorno
mental en uno o más miembros de la unidad
relacional, pueden ser el resultado de un
trastorno mental o pueden aparecer en
ausencia de cualquier otro trastorno.
Problemas Paterno-
Filiales
El objeto de atención clínica es el
patrón de interacción entre padres e
hijos (p. ej., deterioro de la
comunicación, sobreprotección,
disciplina inadecuada) que está
asociado a un deterioro clínicamente
significativo de la actividad individual
o familiar o a la aparición de síntomas
clínicamente significativos en los
padres o hijos.

Nota de codificación: Especificar Z63.1


si el objeto de atención clínica es el
niño.
Comportamiento
Antisocial en la Niñez
o Adolescencia
Este concepto se engloba dentro del
apartado de “Problemas que pueden
ser objeto de atención clínica”.

El comportamiento antisocial en la niñez


o adolescencia se refiere a un
comportamiento que NO es producido
por un trastorno mental; incluye
COMPORTAMIENTOS ANTISOCIALES
AISLADOS, no como patrón de
comportamiento.
Se calcula que el comportamiento antisocial
afecta al 5-15% de la población general, con
cifras algo menores entre niños y
adolescentes. Es más frecuente en áreas
urbanas que rurales.
Esta categoría abarca comportamientos de
muchos niños y adolescentes que violan
derechos de otros. Los comportamientos
más asociados a conducta antisocial son:

• Actos de agresión y violencia.


• Robos, Mentiras.
• Faltar a clase, fugas de la escuela,
problemas escolares.
• Fugas del hogar, permanencia fuera del
hogar hasta muy avanzada la noche.
• Incorregibilidad, arrestos.
• Intentos de suicidio, abuso de sustancias.

Características del
Comportamiento
Antisocial en la Niñez o
Adolescencia
Clasificación del Comportamiento
Antisocial en la Niñez o
Adolescencia

Según el DSM-IV-TR (Manual de


diagnóstico) debe haber un patrón
reiterado de al menos tres
conductas antisociales durante un
período de seis meses.

La aparición de síntomas antisociales


ocasionales es habitual entre los niños
con diversos trastornos mentales,
tales como trastornos psicóticos,
trastornos depresivos, trastorno del
control de impulsos, trastornos de
atención.
Entre los factores de riesgo más frecuentes
están:

• El maltrato físico por parte de los padres


• Criminalidad de los padres
• Tendencia del niño a hacia la impulsividad o
conductas hiperactivas
• Fracaso escolar, CI bajo y bajos niveles de
supervisión de adultos.

En cuanto a los factores psicológicos cabe


destacar los niños que sufren privación
emocional generan una autoestima baja e ira
inconsciente. Si a los niños no se les ponen
límites, su conciencia es deficiente.

Factores de riesgo del


Comportamiento Antisocial en la
Niñez o Adolescencia
Trastorno Negativista
Desafiante
El Trastorno Negativista Desafiante (TND),
también llamado Trastorno Oposicional
Desafiante (TOD), se caracteriza por presentar
un patrón recurrente de conducta hostil,
desafiante y desobediente ante padres y
figuras de autoridad.

El inicio del trastorno se da durante la infancia


entre los 4 y 8 años de edad y con más
frecuencia en niños que en niñas, y está
caracterizado por la dificultad en el desarrollo
social, emocional y académico, al igual que en
el ámbito familiar.

El TND es objeto de intervención clínica, y junto


con el trastorno disocial, son los trastornos que
mayor repercusión social tienen.
Clasificación del
Trastorno Negativista
Desafiante
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales (DSM-V) explica el
trastorno negativista desafiante dentro
de los trastornos destructivos del
control de los impulsos y de la
conducta, el cual se caracteriza por
presentar un patrón de enfado, actitud
desafiante o vengativa, que dura por
lo menos seis meses.

Por otra parte, la Clasificación


Internacional de Enfermedades (CIE-10)
lo menciona como el trastorno disocial
desafiante y oposicionista que refleja
comportamientos desobedientes,
provocadores y agresivos ante
figuras de autoridad.
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
DSM-V y CIE-10. Ambas clasificaciones
PARA EL TRASTORNO coinciden en señalar que los síntomas de
este trastorno son el resultado de una mala
NEGATIVISTA DESAFIANTE adaptación e inadecuación en el desarrollo
psicosocial normalizado del niño.
diferentes factores de riesgo que lo
desencadenan.

• Factores genéticos.

• Factores ambientales: Familias


con conflictos conyugales, maltrato
o abuso infantil, disfunción familiar,
condiciones precarias,
hacinamiento y rol social limitado,
etc.

• Factores psicológicos: Apego


inseguro, patrones de crianza
deficientes o de dura disciplina,
etc.

• Factores sociales: Bajos recursos


económicos y violencia social, etc.

Etiología del Trastorno


Negativista Desafiante
Diagnóstico del Trastorno
Negativista Desafiante

La diferencia clave con otros tipos de


trastornos disociales radica en la
AUSENCIA de violación de las leyes o
de los derechos fundamentales de los
demás, tales como el robo, la crueldad,
la intimidación, el ataque o la
destrucción.

La presencia definitiva de cualquiera de


estas formas de comportamiento
excluye el diagnóstico. Sin embargo, el
comportamiento disocial oposicionista-
desafiante, tal y como lo hemos visto, se
encuentra con frecuencia en otros
trastornos disociales.
Trastorno Disocial
o
Trastorno de la
Conducta
El Trastorno Disocial, ahora denominado Trastorno
de la Conducta (DSM-5), es un conjunto persistente
de comportamientos que evolucionan con el
tiempo; se caracteriza por comportamientos en
contra de la sociedad (antisociales) que violan los
derechos básicos de otras personas, las
normas sociales y reglas adecuadas para la
edad, más de lo que sería aceptable para la edad
del individuo afectado y las características de la
sociedad en que vive.

Estas manifestaciones van unidas a una serie de


situaciones familiares, sociales y escolares que las
pueden iniciar o mantener: aunque aparecen en
etapas infantiles, pueden continuar en la
adolescencia y se extienden a la edad adulta (en
esta etapa se le denomina trastorno antisocial de la
personalidad).
Epidemiología del
Trastorno Disocial
Es considerado como una de las formas
más frecuentes de psicopatología en
niños y adolescentes. La prevalencia del
trastorno disocial se ha incrementado en
las últimas décadas; es más elevada en
los núcleos urbanos que en las zonas
rurales, además existe una relación entre
el bajo nivel socioeconómico y el TD. El
TD es uno de los problemas
diagnosticados con mayor frecuencia en
los centros de salud mental para niños.

La edad media de aparición es más


temprana en los niños (10 y 12 años de
edad) que en la niñas (14 y 16 años de
edad). Cuando el TD inicia antes de los
10 años es un fuerte indicador de
persistencia. Este trastorno es más
frecuente en varones, se presenta en 4
hombres por una mujer.
Especificar la gravedad:

Leve: pocos o ningún problema de


comportamiento exceden de los requeridos
para establecer el diagnóstico y los
problemas de comportamiento sólo causan
daños mínimos a otros (p. ej., mentir,
hacer novillos, salir fuera de noche sin
permiso).

Moderado: el número de problemas de


comportamiento y su efecto sobre otras
personas son intermedios entre «leves» y
«graves (p. ej., robos con enfrentamiento
con la víctima, vandalismo).

Grave: varios problemas de


comportamiento exceden de los requisitos
para establecer el diagnóstico o los
problemas de comportamiento causan
daños considerables a otros (p. ej.,
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL violación, crueldad física, uso de armas,
robos con enfrentamiento con la víctima,
DSM-V PARA EL destrozos y allanamientos).

TRASTORNO DISOCIAL
La CIE 10 define el trastorno disocial
prácticamente igual que el DSM, enfatizando
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL que estos comportamientos exceden de la
TRASTORNO DISOCIAL SEGÚN LA simple «maldad» infantil y de la rebeldía
adolescente. La CIE 10, coincide con el DSM V
CIE-10 en la diferenciación entre el tipo de inicio
infantil o adolescente, así como en su
Clasificación del
Trastorno Disocial
La CIE 10 considera el trastorno
disocial como una categoría
diagnóstica única. Incluye distintos
subtipos de trastorno disocial que
dependerán de la gravedad, del ámbito
donde se producen dichos
comportamientos y de la presencia de
relaciones de amistad que la persona
mantiene con sus compañeros. Estos
subtipos son:

a) TD limitado al ámbito familiar


b) TD en niños no socializados
c) TD en niños socializados
d) TD desafiante y oposicionista
e) Otros trastornos disociales y
f) TD sin especificación
Trastorno Disocial
Subtipos CIE-10

Trastorno disocial limitado al ámbito familiar:


El comportamiento disocial se limita casi
exclusivamente al hogar o a las relaciones con
miembros de la familia nuclear.
Trastorno disocial en niños no socializados:
El comportamiento disocial lo presentan
menores con una profunda dificultad para
establecer relaciones personales con chicos o
chicas.
Trastorno disocial en niños socializados:
Este subtipo se refiere a las personas que, aún
presentando comportamientos disociales, se
encuentran bien integrados en su grupo de
referencia.
Trastorno disocial desafiante y oposicionista:
Comentado anteriormente y que se
corresponde con el trastorno negativista
desafiante del DSM V.
Factores de riesgo del
Trastorno Disocial
Los factores que contribuyen al desarrollo
del TD son los siguientes:

FACTORES PARENTALES
FACTORES
Se ha encontrado que hay
SOCIOCULTURALES
ciertas características de los
padres que favorecen que sus
hijos desarrollen un TD. Bajos recursos económicos,
(Educación rígida y punitiva, Zonas marginadas, consumo
agresión física o verbal, de drogas, falta de red de
toxicomanías, trastornos apoyo social.
psiquiatricos, divorcio, etc.).
FACTORES
FACTORES PSICOLÓGICOS NEUROPSICOLÓGICOS
Crianza en condiciones Dificultades en el
caóticas y negligentes. Los funcionamiento del lóbulo
niños suelen ser frontal del cerebro, lo cual
malhumorados, agresivos, interfiere con su capacidad de
destructivos e incapaces de planificar, evitar los riesgos y
desarrollar la tolerancia a la aprender de sus experiencias
frustración, necesaria para las negativas. Se considera que el
relaciones maduras. temperamento de los niños
tiene origen genético.
Los trastornos del comportamiento
perturbador suponen uno de los
diagnósticos más frecuentes en las
unidades de salud mental infanto-
juveniles.

Diferentes autores estiman la


prevalencia del trastorno disocial como
del negativista desafiante entre un 2-
16 % según distintas investigaciones.

La frecuencia de los trastornos del


comportamiento perturbador, así como
otros diagnósticos psicopatológicos,
aumenta en función de la edad. Los
estudios indican que la prevalencia del
trastorno negativista desafiante o del
trastorno disocial es aproximadamente
de un 3 % a los 10 años y aumenta al
8-9 % a los 16, es decir, se duplica en
la adolescencia.

Las investigaciones indican que estos


trastornos son más frecuentes entre

EPIDEMIOLOGÍA los chicos que entre las chicas, en una


proporción de tres a uno aunque las
diferencias disminuyen con la edad.
Los trastornos del comportamiento
perturbador tienen un origen multicausal.

• Factores Biológicos. Los factores más


aceptados actualmente son: el género, los
factores pre y perinatales, los factores
cerebrales y bioquímicos, la dieta y los
niveles subclínicos de plomo.

• Factores Personales. Variables de personalidad:


Temperamento difícil, neuroticismo y
extraversión, impulsividad, inestabilidad
afectiva. Variables cognitivas: Dificultad en la
solución de problemas, baja capacidad verbal,
distorsiones cognitivas. Déficit de habilidades
sociales y poca empatía, baja autoestima, bajo
rendimiento escolar y otros trastornos
asociados (TDAH, consumo de drogas, trastorno
del control de los impulsos).

• Factores Familiares. Psicopatología de los


padres (alcoholismo, drogadicción, conducta
antisocial, depresión de la madre), familias
desestructuradas (pérdida de uno de los padres,
conflictos graves de pareja), estilos educativos

FACTORES DE RIESGO
(falta de supervisión, utilización excesiva de
medios punitivos, mala calidad de las
relaciones).
Estos factores actúan
amortiguando la influencia que
ejercen los factores de riesgo en el
desarrollo de las alteraciones
psicopatológicas y de los trastornos
de la conducta. individuales:
Características
Una alta autoestima, un CI elevado
y una buena capacidad para
solucionar problemas.

Soporte familiar adecuado:


Una supervisión coherente y
mantenida en el tiempo.
Soporte social funcional y
enriquecedor para el niño o
adolescente que favorezca las
relaciones sociales y la práctica de
actividades saludables de ocio y
FACTORES tiempo libre.
Buena accesibilidad a los servicios
asistenciales específicos, lo que

PROTECTORES permitiría un diagnóstico y


tratamiento precoz y una
continuidad en la intervención.
MODELOS EXPLICATIVOS DE
ADQUISICIÓN, DESARROLLO
Y MANTENIMIENTO DE LOS
PROBLEMAS DE CONDUCTA

Las hipótesis actuales sobre


la etiología de los trastornos
del comportamiento
perturbador postulan un
origen multicausal.

Los modelos explicativos


recientes dan cuenta de la
heterogeneidad de estos
trastornos integrando
aspectos biológicos,
MODELOS DE psicológicos, familiares y
sociales.

ATENCIÓN
Modelo Piramidal de
Desarrollo de Lahey y Loeber
Según el modelo piramidal de Lahey y Loeber (1994) no es
posible comprender un patrón conductual desadaptativo
sin tener en cuenta su evolución que, según ellos, no es
aleatoria.

Posteriormente, Loeber y Hay (1997) analizan las


secuencias evolutivas indicando que la edad media en que
aparecen los problemas leves es de siete años, la conducta
problemática moderada tiene lugar sobre los nueve años y
medio y los problemas graves sobre los doce años.

Las relaciones entre estos comportamientos las describen


a través de lo que denominan la “PIRÁMIDE
EVOLUTIVA”.

La dimensión horizontal de esta pirámide representa la


prevalencia y la vertical, de abajo a arriba, se refiere a la
edad de inicio de las conductas.
Las conductas del trastorno
negativista están en la base
y las del trastorno disocial
en la cúspide.

Según este modelo, en la población


general muchos niños presentan
conductas oposicionistas, pero sólo
algunos desarrollarán un trastorno de
conducta. Un factor de mal pronóstico
es el inicio temprano y el hecho de que
existan otros trastornos asociados,
como ansiedad, depresión y TDAH.

Para estos autores la progresión


evolutiva de un nivel de gravedad o de
desviación a otro es acumulativa.

PIRAMIDE DE DESARROLLO DE
LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA
Se consideran dos cambios
importantes en la evolución de la
conducta disruptiva: el desarrollo de
la conducta disruptiva se inicia en el
hogar y se extiende posteriormente
a la escuela o a la comunidad y la
conducta de lesiones físicas empieza
con los familiares e iguales y se
extiende más adelante a los
extraños.

En definitiva parece que el desarrollo


de las conductas antisociales se
produce de una manera ordenada,
obedeciendo a un patrón de
desarrollo desviado que se inicia con
conductas disruptivas no delictivas.
Modelo del
Procesamiento de la
Información Social de
Dodge
El modelo del procesamiento de la información
de Dodge (1993), destaca el papel de los
aspectos cognitivos en la psicopatología
infantil y, en concreto, en los trastornos de la
conducta.

Según este modelo, se responde al ambiente con


base a las representaciones cognitivas y
experiencias mantenidas con ese ambiente.

Afirma que las experiencias infantiles interactúan


en la memoria con las estructuras de
conocimiento. Estas estructuras son esquemas
derivados de experiencias tempranas,
expectativas sobre sucesos futuros y
vulnerabilidad afectiva.
Cuando el niño o adolescente se
expone a estímulos sociales
inadecuados y/o sesgados dan
lugar a una conducta desviada o
agresiva.
Su persistencia en el tiempo puede
dar lugar a un trastorno de la
conducta.

La exposición a modelos agresivos,


patrones de apego inseguro o
abuso físico, conducen al
desarrollo de estructuras de
memoria en el niño y concebirá el
mundo como un lugar hostil y
requerirá de conductas agresivas
para conseguir sus metas.
La repetición de estas
experiencias fortalece las
estructuras de conocimiento
previas haciendo estos
patrones más automatizados,
lo que conduce a un
trastorno de la conducta.

MODELO DEL PROCESAMIENTO DE


LA INFORMACIÓN SOCIAL DE
DODGE.
Modelo de Patterson de
Interacción Coercitiva

El modelo de interacción coercitiva


propuesto por Patterson (1982), defiende
que las secuencias de interacción familiar
de conductas relativamente poco
importantes (desobediencia, quejas, burlas
o gritos: consideradas en una categoría
leve del trastorno perturbador),
proporcionan una base de aprendizaje para
conductas agresivas más graves.

Esta evolución viene determinada por los


reforzamientos proporcionados por los
miembros de la familia en distintas
secuencias de interacción que se repiten
una y otra vez a diario.
La evolución hacia el comportamiento
antisocial se acentúa por el rechazo de
los compañeros de clase y, en general,
por el entorno social del niño.

A esto suele unirse el bajo rendimiento


académico y la baja autoestima.

Estos factores pueden coadyuvar la


inclusión en grupos de compañeros a él,
lo que puede desembocar en el
mantenimiento, e incluso aumento, de
conductas antisociales.
Modelo de Lynam basado en
el patrón comórbido de
conductas e hiperactividad.
Este modelo se centra en la necesidad de
predecir qué niños con problemas de
conducta seguirán desarrollándolos con
mayor gravedad en la edad adulta. Lynam
(1996) trata de identificar a los niños que
pueden desarrollar conductas antisociales.

Específicamente propone que el niño que es


hiperactivo y antisocial tiene un alto riesgo de
perseverar en su conducta antisocial y
convertirse en un adulto antisocial
desarrollando una psicopatía.

Propone un modelo que sugiere que la


concurrencia de la hiperactividad y los
problemas de conducta pueden representar
un subtipo de trastorno de la conducta
perturbadora que puede describirse como
Existen estudios que han
relacionado psicopatía en adultos y
niños con hiperactividad-
impulsividad-falta de atención. Los
psicópatas del mañana podrían
encontrarse entre un subgrupo de
estos niños, y que además,
presentan un trastorno de conducta.

Una de las consecuencias relevantes


de este modelo es la puesta en
marcha de estrategias eficaces de
intervención, e implicaría una
revisión en profundidad del
tratamiento que actualmente se
ofrece para incluir el tratamiento
farmacológico y una intervención
temprana, sobre todo en lo referente
al autocontrol de impulsos.
Modelo Ecológico de
Frías-Armenta y
Colaboradores
Basado en el modelo ecológico propuesto por
Bronfenbrener (1987) para explicar el desarrollo de
la conducta humana, concibe el ambiente ecológico
del individuo como un conjunto de sistemas sociales
estructurados en distintos niveles:

El nivel meso comprende los


El nivel micro se contemplan las ambientes que están
características propias del directamente relacionados con
individuo como su apariencia las personas, como la familia
física, temperamento, (estructura familiar, el apoyo y
conocimientos, actitudes, supervisión familiar), la escuela
intenciones y autoeficacia. (relación con maestros y
compañeros) y los grupos
recreativos .
El nivel macro lo configuran los
factores socioeconómicos,
El nivel exo se refiere a los ideológicos y culturales en los
sistemas que no están que se desenvuelve la persona;
directamente relacionados con por ejemplo: los estereotipos de
la persona, pero que lo afectan género, la influencia de los
de manera indirecta, es decir, la medios de comunicación, usos y
situación laboral, características costumbres, de tal modo que el
de la localidad, nivel de modelo funciona como guía
escolaridad de los padres, etc. para identificar las condiciones
particulares en que actúa un
sujeto.
Según Frías-Armenta, López-
Escobar y Díaz-Méndez
(2003) los trastornos de la
conducta vienen explicados
directamente en un 56% por
el microsistema, e
indirectamente por el
exosistema y el
macrosistema.

MODELO ECOLÓGICO DE PREDICTORES DE


CONDUCTA ANTISOCIAL DE FRIAS-ARMENTA,
LÓPEZ ESCOBAR Y DÍAZ-MÉNDEZ 2003.
Las creencias y normas sociales en
conjunto, influyen en el comportamiento
de los individuos dentro de su contexto
social; al mismo tiempo, el ambiente
donde se desarrolla el niño: la familia, la
comunidad y la escuela, determinará la
probabilidad de aparición de trastornos
de la conducta.

Frías-Armenta et al. (2003), consideran


que las intervenciones individuales no
resultarán efectivas si no se tienen en
consideración todos los factores
contextuales en los que se encuentra
inmersa la persona.
Los trastornos de conducta son uno de los
problemas más frecuentes en las Unidades de
Salud Mental Infanto-Juvenil. Las estrategias
de afrontamiento y las características
personales de los padres juegan un papel
fundamental en el desarrollo de algunos
cuadros psicopatológicos de la infancia y
CONCLUSIO adolescencia.

NES Los objetivos elementales son la detección


temprana y la búsqueda de elementos
diferenciadores entre los distintos grupos de
niños que pueden presentar un
comportamiento perturbador para poder
realizar una intervención lo más temprana y
preventiva posible.

Así mismo, los diversos autores coinciden en


que el origen de los trastornos de conducta
son multicausales, por lo tanto, la intervención
•García, A. (Coord.) (2011). Trastorno de la conducta. Una guía de intervención en la escuela.
España: Gobierno de Aragón. Recuperado de:
http://www.psie.cop.es/uploads/aragon/Arag%C3%B3n-trastornos-de-conducta-una-guia-de-i
ntervencion-en-la-escuela.pdf

•Giraldo, B. O., Giraldo, C. A. G., & Ortiz, J. D. P. (2008). Trastorno oposicional desafiante:
enfoques diagnóstico y terapéutico y trastornos asociados. Iatreia, 21(1), 54-62. Recuperado
de: https://www.redalyc.org/pdf/1805/180513861007.pdf

•Hernández, P. R., & Alonso, V. B. (2010). Trastornos del comportamiento. PediatríaIntegral,

REFERENCI
73. Recuperado de:
https://www.adolescenciasema.org/ficheros/PEDIATRIA%20INTEGRAL/Trastornos%2
0del%20comportamiento.pdf

AS •Monsalve Robayo, A., Mora Caro, L. F., Ramírez López, L. C., Rozo Hernández, V., & Rojas
Puerto, D. M. (2017). Estrategias de intervención dirigidas a niños con trastorno negativista
desafiante, una revisión de la literatura. Revista Ciencias de la Salud, 15(1), 105-127.
Recuperado de: http://www.scielo.org.co/pdf/recis/v15n1/v15n1a09.pdf

•Romero, M. T., & Sed, M. D. C. R. (2015). Trastorno disocial: comportamiento en un área de


salud y propuesta de intervención biopsicosocial. Revista Información Científica, 94(6), 1332-
1342. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/5517/551757221011.pdf

•Vásquez, J., Feria, M., Palacios, L., & de la Peña, F. (2010). Guía clínica para el trastorno
disocial. México: Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (Serie: Guías
clínicas para la atención en trastornos mentales). Recuperado de:
http://inprf-cd.gob.mx/guiasclinicas/trastorno_disocial.pdf

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