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Título de la obra: “El zorro de arriba y

el zorro de abajo”
Autor: José María Arguedas
Editorial: Edilipe Joel E.I.R.L
Ciudad, año: Lima, 2014
Autora del comentario: Milagros Stefanie
Medina Mallqui.
Temas:
- El choque cultural entre lo urbano y lo rural. Los conflictos del hombre
andino por adaptarse al entorno urbano.
- Las consecuencias sociales, económicas y culturales de los procesos
migratorios en Chimbote.
- El inminente anuncio del suicidio de José María Arguedas.
RESUMEN POR CAPÍTULOS
PRIMERA PARTE:
Primer Diario
• Narra la secuencias de su vida luchando contra la depresión, sus
intentos de suicidios, los problemas emocionales que lo aquejan y
que repercuten en su desgano y bloqueo creativo para escribir.
Capítulo I
• Comienza narrando las acciones de Chaucato, patrón de la bolichera
«Sansón I», y sus trabajadores pesqueros. El diálogo entre estos
personajes es excesivamente vulgar, según el uso de los pescadores
del puerto de Chimbote. Chaucato y sus pescadores acarrean del mar
toneladas de anchovetas que luego lo venden a las fábricas para su
conversión en harina y aceite de pescado. El dinero que ganan por
este trabajo, muy sustancioso, lo gastan después en los bares y
prostíbulos del puerto. El burdel emblemático de Chimbote se divide
en tres secciones: el salón rosado, el salón blanco y el corral, siendo
el primero de mayor jerarquía, donde atienden prostitutas extranjeras
(como «la Argentina»), y el último el de nivel más bajo, donde se
ofrecen mujeres pobres, mayormente de origen andino y selvático. En
ese ambiente ocurren grescas entre los visitantes, peleas con las
mujeres, encerronas, borracheras, sadomasoquismo, etc..
Capítulo II:
• El loco Moncada, extravagante personaje, con una pesada cruz al
hombro, recorre la ciudad. La gente lo ve dirigirse hacia las barriadas
situadas más lejos, en los arenales. Sucedía entonces que las
autoridades habían convencido a los pobladores pobres a que enterraran
a sus muertos en un nuevo cementerio habilitado en una pampa
hondonada situado al otro lado de la barriada de San Pedro. El antiguo
cementerio, situado en un médano colindante con la carretera principal,
había sido cercado con un muro y en su fachada colocada un gran arco;
sería destinado en adelante para la gente pudiente. Los pobladores de las
barriadas, instados por sus líderes, organizaron entonces una «procesión
de cruces»: arrancaron las cruces de las tumbas de sus muertos (situadas
en la parte alta del viejo cementerio) y las trasladaron al nuevo
cementerio, haciendo una larga marcha. Nadie comprendía el motivo del
loco Moncada para sumarse a esa procesión; la cruz que abandona en la
hondonada es recogida por el sacristán-guardián del cementerio, que
decide colocarla en lo alto del médano del cementerio.
Segundo Diario
• Fechado en el Museo de Puruchuco, Lima, el 13 de febrero de 1969,
empieza diciendo que su novela anterior, Todas las sangres, la
compuso en dos etapas separadas una de otra por varios años, y que
la ha vuelto a leer después de mucho tiempo por obligación. Confiesa
también que aún no puede empezar el tercer capítulo de la presente
novela, porque no entiende a fondo lo que está pasando en Chimbote
y en el mundo. Menciona que la segunda parte de esta obra la
escribió sin conocer bien Chimbote. Cuenta sobre su estadía en la
ciudades de New York, donde anduvo una semana sin descanso, por
la Quinta Avenida, la Calle 42, Greenwich Village, Harlem y Broadway.
Capítulo III
• Diálogo entre el jefe de planta de la fábrica de harina de pescado, don
Angel Rincón Jaramillo y un visitante, don Diego, enviado de Braschi. Don
Ángel le cuenta los manejos de la industria pesquera, fríamente
calculados por Braschi y sus lugartenientes. La idea era enseñar a nadar
y a pescar a los serranos, y una vez entrenados en el oficio pagarles
cientos y hasta miles de soles y como no sabían manejar tanta plata, lo
siguiente era hacerles gastar en borracheras y en putas, y también en
hacer que construyeran sus casas propias. Pero algunos serranos no
caen fácilmente en ese esquema y sobresalen por méritos propios. Don
Ángel reconoce que muchos trabajadores andinos asimilan rápidamente
las técnicas de mantenimiento y reparación de las embarcaciones, mejor
incluso que los criollos. Para fines de la década ya la industria iba en
declive por lo que se hizo necesario la reducción del personal de
trabajadores, pero aun así seguían llegando más serranos a Chimbote.
Capítulo IV
• Esteban de la Cruz es un inmigrante andino, que vive en una barriada con su esposa
Jesusa y sus dos pequeños hijos. En este capítulo aparece en escena en la calle,
tosiendo y expulsando esputos muy negros, que recoge en hojas de periódico que luego
guarda meticulosamente. Sucedía que en la sierra había trabajado en la mina de carbón
Cocalón y a raíz de esa experiencia tenía los pulmones llenos de polvo de carbón. El
médico, le informa que tenía los días contados pues sus pulmones estaban llenos de
carbón. Esteban busca en Chimbote a sus antiguos compañeros de la mina y se entera
que todos ya habían muerto, excepto uno, quien ya agonizante le cuenta que el brujo de
su pueblo le había dicho que la única manera de curarse era botando el carbón a través
de los esputos, hasta que llegaran a pesar por lo menos siete onzas. Esteban, que ya
había esputado antes, recobra las esperanzas de vivir y es así como expulsa y recoge
sus esputos para pesarlos hasta poder llegar a la cantidad aconsejada; en el momento
del relato ya había expulsado 5 onzas. Mientras que su esposa Jesusa adquiere un
puesto en el mercado que paga a plazos, dando como aval la máquina de zapatería de
Esteban. El capítulo finaliza con Esteban trabajando en su máquina, muy entusiasmado,
pese a que las fuerzas se le iban a medida que pasaban los días.
Tercer diario
• El primer diario de esta entrega está fechado en Santiago de Chile, el 18 de
mayo de 1969, y refiere su viaje a la ciudad de Arequipa y a la de Moquegua. En
Arequipa estuvo doce días, donde escribe las quince páginas finales del tercer
capítulo de la novela; menciona además a un pino gigante que ese elevaba en un
patio colonial y cuya voz afirma poder escuchar. En el diario del 20 de mayo,
refiere que fue invitado por Nelson Osorio a Valparaíso, Chile. Allí se hospeda en
la casa de Nelson y en la de Pedro Lastra, ambiente intelectual donde logra
reanimarse. Concluye el capítulo IV de la novela. Asiste a varias sesiones
académicas en la Universidad de Valparaíso. Retorna al Perú. Menciona su
polémica con Julio Cortázar y alude a la visita que un día le hizo Mario Vargas
Llosa. Finalmente, en el diario del día 28 de mayo, dice que tras un segundo
retorno de Chile cree haber encontrado la «técnica» para la Segunda Parte de la
obra, y asegura haber ya escrito los tres primeros «hervores» de la misma:
Chaucato con «Mantequilla», don Hilario con «Doble Jeta» y la Decisión de
Maxwell.
SEGUNDA PARTE
• El diálogo es entre «Doble Jeta» y don Hilario Caullama, ambos pescadores de Chimbote
naturales de Puno (aunque «Doble Jeta» alternaba con la agricultura y se había comprado
dos chacras pequeña en el valle del Santa que hacía trabajar a mujeres peones que a la vez
oficiaban de amantes). Similar al anterior diálogo, «Doble Jeta» le avisa a su paisano que Braschi
le iba a quitar su lancha «Moby Dick» y no volvería a conseguir trabajo como patrón de lancha.
Todo ello era represalia de Braschi contra aquellos que se habían involucrado en los líos
sindicalistas. Luego se narra la vida de don Gregorio Bazalar, chanchero de San Pedro que llega a
ser presidente de su barriada, cría cerdos, tarea en la que le ayudan dos mujeres jóvenes, la Juana
y la Esmeralda, de quienes la gente cree que son sus concubinas, pero él lo niega siempre, y dice
que una es su sobrina y la otra una recogida. El resto del capítulo refiere al diálogo que sostienen
el padre Cardozo, el padre Hutchinson (ambos norteamericanos), el chanchero Bazalar, el albañil
Cecilio Ramírez (estos dos representantes de las barriadas) y el gringo Maxwell. Cada uno de ellos
habla sobre la vida cotidiana de trabajo, sus familias, las penurias económicas de los que viven en
las barriadas de Chimbote. El padre Cardozo era el sacerdote principal de todas las barriadas, y
era conocedor de la vida de subsistencia de sus pobladores, además había estado en Cuzco, Puno
y otros lugares en donde venían muchos inmigrantes. El diálogo se desarrolla en la residencia de
curas del barrio de La Esperanza, en la oficina del padre Cardozo, donde había dos láminas
grandes que representaban una a Cristo y otra al Che Guevara, y sobre este último gira en parte la
conversación pues en el fondo todos ellos eran simpatizantes de la revolución.
Epílogo
• Es una carta dirigida por el autor a don Gonzalo Losada, el editor
de Buenos Aires, y está fechada en Santiago de Chile, el 29 de
agosto de 1969. Trata sobre las últimas disposiciones sobre la
publicación de la obra, la que consiente pese a estar inconclusa; uno
de sus pedidos es que se inserte como prólogo el discurso que
pronunció cuando ganó el premio Inca Garcilaso de la Vega (el famoso
discurso donde dice «No soy un aculturado»), último deseo que no
fue cumplido por los editores de la obra.
Personajes principales

El zorro de arriba: Diego


• Él es un pescador que emigró en busca de trabajo y que trabajaba bajo
amenazas. Diego es el zorro de arriba, ya que él es de la sierra también
considerada como la “región de arriba”.

El zorro de abajo: Ángel


• Él es un burgués que trata de ocultar que es mestizo y se encuentra
verdaderamente acomplejado de sus orígenes. Ángel es considerado el
zorro de abajo por pertenecer a la costa también considerada la “región
de abajo”
COMENTARIO
• La obra de Arguedas expresa las consecuencias negativas que conlleva la
irrupción de la modernidad y la ambición desmedida por la acumulación de
capital económico. Asimismo, la imagen del indio inmigrante cobra
preponderancia, identificándolo como un individuo que sucumbe a la
influencia de su entorno y va perdiendo gradualmente su identidad
cultural; sus descendientes van adquiriendo otras costumbres, otros estilos
de vida; pero tal vez lo más grave sea la degeneración moral del hombre
andino que cae en los vicios urbanos representados por los bares y
burdeles De otro lado, la industrialización, símbolo por antonomasia de la
modernidad, tiene consecuencias catastróficas en el medio ambiente: la
pesca indiscriminada y la contaminación que producen las fábricas
resquebraja el equilibrio ambiental.

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