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causa de
extinción
las especies invasoras, concretamente con las ratas y las moscas parásitas;
mientras que las primeras se suben con frecuencia a los nidos para
alimentarse de huevos, las segundas son capaces de matar a los polluelos en
crecimiento. Razón de más para controlar el crecimiento de especies
invasoras en territorios vulnerables, según han señalado algunos científicos
tras la desaparición del ave.
Este pequeño pájaro ha sido catalogado en el mismo estudio como
especie; antes la taxonomía lo relegaba a subespecie junto a otro
petirrojo de las islas, el Pyrocephalus rubinus nanus. Este último se
encuentra en todas las islas del archipiélago excepto en San Cristóbal, de
donde era endémico el bermellón. Estudios morfológicos y genéticos han
confirmado que se trataba de dos especies distintas.
El petirrojo se une así a la lista de especies endémicas que han
desaparecido de las islas. Aunque Galápagos conserva un 95% de su
biodiversidad original, la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG)
ha anunciado algunas extinciones. Según la DPNG, un total de tres
plantas, cuatro tipos de tortugas y ocho mamíferos se han extinguido en
el archipiélago.
EL BUCARDO
¿Qué es un bucardo?
El bucardo es una variante genética de la Cabra Montés.
Concretamente una subespecie endémica del Pirineo y que contó con
una abundante población en el Parque Nacional de Ordesa hasta el
siglo XIX. La nomenclatura científica del bucardo, Capra pyrenaica
pyrenaica, hace directamente referencia a este hecho.
Las características
son similares a las de la Cabra Montés, solo existe una referencia, la de una hembra
de 66 kilogramos de peso. Esto indica que, comparada con una Cabra Montés hembra
tipo de la misma edad -30-33 kg.-, el Bucardo alcanzaba a doblar el peso de sus
parientes más próximos.
Las particularidades más destacables de la especie es que los machos de bucardo
poseían las cornamentas más desarrolladas y grandes de las cuatro subespecies de
Cabra Montés de la península ibérica y que su pelaje presentaba coloraciones más
pardas, e incluso negras, en el abdomen, lomo y cuartos traseros.
En el siglo XIX, la población era muy numerosa a ambos lados del Pirineo; pero, a
partir de esa fecha, la caza experimentó un notable incremento de actividad y,
lamentablemente, a principios del siglo XX, el bucardo ya se había extinguido en
Francia y apenas quedaban unos 50 ejemplares en España. 50 animales con una
variedad genética tan pobre que hacía antojarse imposible la supervivencia de la
especie a largo plazo.
El último Bucardo murió en 2000
Por este motivo, en 1913, las autoridades ya estaban dispuestas a catalogar la especie
como extinguida. Por suerte, se localizaron grupos con una variedad genética
aceptable en el Valle de Ordesa. Fue entonces cuando se impusieron medidas para su
conservación. La prohibición de la caza del bucardo y la declaración de Ordesa como
Parque Nacional en 1918, hicieron que la especie pudiera respirar, aparentemente,
tranquila.
La realidad es que no fue así. Por desgracia, la población continuaba en serio declive
debido, según algunos estudios, a la alta predisposición a contraer enfermedades
infecciosas, reflejadas en particularidades genéticas de la subespecie.
De este modo y tras varios intentos de hibridación, el bucardo como especie encontró
su triste final en el último año del paso siglo.
CLON DE BUCARDO