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MORDEDURAS
1. Mordeduras
2. Picaduras
3. Plantas urticantes
En las condiciones de vida actuales es
raro encontrarse con un animal venenoso,
más raro aún es que la persona sea
atacada por él y son contados los casos
con consecuencias muy graves o muertes.
La infección (tétanos).
Traslado a un centro
sanitario.
2.3.3. Escorpiones
Son arácnidos de grandes
pinzas, que terminan en una
especie de cola con
glándulas venenosas que
desembocan en dos orificios
de un aguijón curvo.
Son nocturnos, viven en el
sur de España, en algunas
zonas húmedas y en algunas
islas.
Los más frecuentes son el
escorpión europeo, amarillo o
alacrán.
Síntomas
Dolor fugaz y leve
Puede ocasionar
también:
Picor
Náuseas y sudoración
Visión borrosa
Taquicardias
Aumento de la Tª
Inflamación y
hematomas
Ampollas con
contenido hemorrágico
En ocasiones de
gravedad pueden
aparecer :
dificultades
respiratorias
contracciones
musculares
generalizadas
Pudiéndose llegar
incluso al estado de
coma y muerte
Primeros Auxilios
Identificar la especie de escorpión, para
conocer su mayor o menor gravedad.
Inmovilizar y elevar la extremidad
afectada.
Aplicar hielo local para disminuir la
inflamación.
Desinfectar la herida y recomendar
traslado urgente a un hospital.
En casos extremos puede ser necesaria
oxigenoterapia y RCP.
2.3.4. Garrapatas y sanguijuelas
El mayor peligro de las sanguijuelas no radica en que puedan
'chupar' toda la sangre, sino en que al hacerlo administran
una sustancia anticoagulante que sigue actuando hasta diez
horas después de haber abandonado a su huésped. Por lo
tanto, las heridas que provoquen seguirán sangrando y serán
más difíciles de contener que una herida normal de las
mismas características. Su tratamiento debe ser como el de
cualquier otra herida
Las garrapatas hay que desprenderlas
con sumo cuidado ya que podría quedarse
prendida la cabeza y originaría infecciones
graves.
Si ya está fuertemente adherida, tratamos de desprenderla
echándole unas gotas de trementina o tocándola con una aguja
caliente o la punta de un cigarrillo encendido.
Si aún así se mantiene prendida, no tratamos de separarla tirando
de ella. La cubrimos con aceite, vaselina o cualquier otra pomada,
impidiendo así la respiración del insecto; al cabo de media hora
suele desprenderse.