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El documento define la posesión como la ocupación material y actual de una cosa, lo que implica tener la capacidad de disponer de ella directa e inmediatamente. El ánimo de poseer, llamado animus, se refiere al propósito de apropiarse económicamente de la cosa y obrar como su dueño material. Cualquier posesión apta para ser registrada debe inscribirse en el Registro Público de la Propiedad. Los conceptos de buena y mala fe en la posesión generan inseguridad jurídica debido a su subjetividad, y se
El documento define la posesión como la ocupación material y actual de una cosa, lo que implica tener la capacidad de disponer de ella directa e inmediatamente. El ánimo de poseer, llamado animus, se refiere al propósito de apropiarse económicamente de la cosa y obrar como su dueño material. Cualquier posesión apta para ser registrada debe inscribirse en el Registro Público de la Propiedad. Los conceptos de buena y mala fe en la posesión generan inseguridad jurídica debido a su subjetividad, y se
El documento define la posesión como la ocupación material y actual de una cosa, lo que implica tener la capacidad de disponer de ella directa e inmediatamente. El ánimo de poseer, llamado animus, se refiere al propósito de apropiarse económicamente de la cosa y obrar como su dueño material. Cualquier posesión apta para ser registrada debe inscribirse en el Registro Público de la Propiedad. Los conceptos de buena y mala fe en la posesión generan inseguridad jurídica debido a su subjetividad, y se
ocupación significa apoderamiento, tener una cosa en nuestro poder, lo que implica que se tiene es la voluntad especial en el que la posibilidad de disponer de ella en forma directa pretende poseer, es el ánimo de servirse e inmediata. de la cosa para sus necesidades. Es el propósito exteriorizado por hechos concretos por el que posee la cosa, con ánimo de dueño. El animus consiste en el propósito de realizar la apropiación económica de la cosa. El propósito de obrar como dueño material de ella. Se requiere que cualquier posesión apta para transcribir, sea objeto de inscripción en el Registro Publico de la Propiedad. Los conceptos de buena y mala fe para la posesión presentan graves inconvenientes. La subjetividad que encierran y su carácter equivoco conducen a la inseguridad jurídica normatividad y práctica. El concepto de posesión de buena y mala fe se requiere para fijar las facultades subjetivas del poseedor cuando pierde su derecho y para determinar el plazo necesario para adquirir el derecho de poseído por usucapión. Si la posesión es de buena fe, se requiero un plazo menor para la de mala fe. Si el poseedor sin derechos, es necesario conocer su intención o conocimiento subjetivo.