Pontificio para las Comunicaciones Sociales, concedió una entrevista a Agencia SIC en la que destaca la aportación del decreto Inter Mirifica. Inter Mirifica tuvo grandes opositores en su salida, lo que le convirtió en un decreto. Sin embargo, puso las bases de la reflexión, por parte de la Iglesia, sobre la comunicación.? Inter Mirifica es un documento plenamente conciliar: Los obispos del mundo, auspiciados por Juan XXIII, dedicaron un documento a la comunicación. Se trata de la primera vez que un concilio ecuménico dedicaba un documento al tema de las comunicaciones sociales. La Iglesia empieza a confrontarse, a medirse, asumiendo una responsabilidad más profunda con los medios de comunicación. A la evangelización: el derecho de cada hombre de tener apertura a la información y, al mismo tiempo, la expresión de una maravilla, la Verdad, frente a las tecnologías que la Iglesia encuentra en sus manos caminando en el mundo. Inter Mirifica se mueve en el contexto de prensa, radio y televisión, indudablemente no podía imaginarse lo que las nuevas tecnologías ponen como dimensión comunicativa hoy La Iglesia toma conciencia de lo que está aconteciendo en el mundo comunicativo y crece la responsabilidad, dialogante y respetuosa, con esta cultura digital, percibiendo la tarea evangelizadora que es esencial en la vida de la Iglesia. La evangelización es la razón de ser de la Iglesia, esto es lo que le corresponde. El problema es ver de qué manera hemos de dialogar. En un mundo multicultural y multi- religioso la Iglesia debe aprender a dialogar respetuosamente con la verdad de los otros. Esto debería ser una dimensión especial de la comunicación de la Iglesia. Los católicos somos conscientes de llevar en nuestro corazón a quien dijo de si mismo que era la Verdad y la Vida y, al mismo tiempo, sabemos que vivimos en un contexto donde los hombres, por decirlo así, tienen muchas verdades. La Iglesia que comunica, que dialoga, que se hace diálogo como decía Pablo VI, y lo debe hacer respetuosamente con la verdad de los otros. Sin embargo, vemos que el papel de la Iglesia en los ámbitos comunicativos son siempre ´críticos´... escuchamos frases como “La Iglesia sólo habla para imponer´ ´no escucha...”. Sin embargo el papa Francisco es enormemente valorado por sus ´gestos comunicativos´ ¿Estamos ante una nueva ´era de la comunicación´ en la Iglesia? ; dándose una dimensión importante que es la profunda conexión entre eclesiología y comunicación. Por ejemplo, si vemos a la Iglesia solo como institución, (aquí pongo la imagen de la torre de marfil) nos convertimos en una Iglesia que sólo hace proclamas, sólo hace afirmaciones, está preocupada sólo de expresar el tesoro que lleva.... no es, creo, la Iglesia que hoy el Papa Francisco y antes Benedicto XVI quieren. Recordemos la dimensión del papa Francisco en su discurso a los obispos de Brasil, parecían esos discursos como una pequeña encíclica sobre la Iglesia. Es esta Iglesia que comunica, una Iglesia que mira con simpatía al hombre de hoy, que camina con el hombre de hoy, que acompaña al hombre de hoy y sabe dialogar con él. Encuentro que esos dos discursos tienen una belleza única, me dejaron muy sorprendido, porque tiene unas referencias, unas reflexiones, de una particular belleza. Ante una pregunta al Obispo: Existe una cuestión en torno a la Verdad, a la eclesiología ¿Cree que la estructura de la comunicación audiovisual, con las nuevas redes sociales, la proliferación de los mensajes breves permite la transmisión de la verdad? ¿Son las redes sociales capaces de llevar a cabo, por su naturaleza, la transmisión de la verdad? Uno de los últimos estudios del Pew Research Center mostraron cómo la gran mayoría de los usuarios de redes sociales hablan de música y deporte; pero es interesante ver que hay un 30% aproximadamente que se interesa por la problemática de la humanidad y un 14% que habla de religión; hablamos de porcentajes internacionales, hay países donde se habla más y donde se habla menos. Aunque esto sea un poco el límite, en las redes sociales hay ciertos sectores de pensadores. Algunos expertos señalan que esta avalancha de mensajes no ayuda al hombre a pensar, a meditar y a adquirir sabiduría, porque no puede procesarla, meditarla.