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PROYECTO

EVANGELIZACIÓN PERMANENTE
DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA

Formación para Evangelizadores

“La Transformación Misionera de la Iglesia”

Papa Francisco
FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Presentación

Mons. Willam Ernesto Iraheta

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 1


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

INTRODUCCIÓN

Con el magisterio del Papa Francisco y del Episcopado latinoamericano, sobre todo
de la Vd Conferencia de Aparecida, Brasil, la Iglesia ha tomado conciencia de su
responsabilidad de cumplir con el mandato de Jesús: “Id y haced que todos los pueblos
sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
y enseñándoles a observar todo lo que os he mandado” (Mt 28,19-20).
El Papa Francisco ha hecho el urgente llamado a la Iglesia a salir con el Evangelio y
evangelizar al mundo: “Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que
el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia
comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesita la luz del Evangelio”
(Evangelii Gaudium n. 20). En este mismo documento, el Papa actual expresa su sueño
misionero: “Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las
costumbre, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un
cause adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la
autopreservación” (n. 27).
También los Obispos de nuestra América Latina y El Caribe, reunidos en la V
conferencia en Aparecida, Brasil 2007, hicieron este mismo llamado misionero: “Esta
firme decisión misionera debe impregnar todas las estructuras eclesiales y todos los planes
pastorales de la diócesis, parroquias, comunidades religiosas, movimientos y de cualquier
institución de la Iglesia. Ninguna comunidad debe excusarse de entrar decididamente, con
todas sus fuerzas, en los procesos constantes de renovación misionera, y de abandonar las
estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe” (Documento de
Aparecida n. 365).
Este urgente llamado de la Iglesia nos ha motivado e impulsado a organizar y
estructurar un proyecto de evangelización para las parroquias de nuestra Diócesis, en esta
dimensión misionera. El quehacer de la parroquia es ser misionera. La presente temática
tiene como objetivo formar evangelizadores. Se trata de una iluminación, motivación y
preparación para la misión. No habrá una misión sólida, efectiva y permanente si antes no
contamos con laicos convencidos, formados y comprometidos con la misión. La presente
temática nos ayuda a comprender, asimilar y comprometernos con la visión y
preocupación actual de la Iglesia: la MISIÓN. El Papa Francisco habla de la
transformación misionera de la Iglesia (EG 19)
Los temas son once en total. El primero está tomado de la Evangelii Gaudium; los
siguientes tres del documento de Aparecida, sobre el proceso para ser discípulos; los siete
restantes temas se han tomado del pastoralista mexicano, José H. Prado Flores, Cómo
evangelizar a los bautizados, formación de evangelizadores. Como él mismo escribe:
“Ante tarea tan gigantesca y misión tan compleja, todos quisiéramos encontrar un método
sencillo, pero eficaz, que diera respuesta a tan inmenso desafío. Afortunadamente sí existe
solución: formar evangelizadores. Hacer de cada católico un evangelizador, que cada
bautizado se convierta en evangelizador. Jesús formó evangelizadores, Pablo también. Éste
es el reto del que depende la misión de la Iglesia” (Introducción, pág. 8). Esperamos que
esta temática sea de mucha utilidad para la formación de los futuros evangelizadores.
Pbro. Arnoldo Rivera
Vicario de Pastoral Profética

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Tema 1. LA TRANSFORMACIÓN MISIONERA DE LA IGLESIA


(Evangelii Gaudium nn. 19-49)

19. La evangelización obedece al mandato misionero de Jesús: «Id y haced que todos
los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo lo que os he mandado» (Mt 28,19-20). En
estos versículos se presenta el momento en el cual el Resucitado envía a los suyos a
predicar el Evangelio en todo tiempo y por todas partes, de manera que la fe en Él se
difunda en cada rincón de la tierra.

I. Una Iglesia en salida


20. En la Palabra de Dios aparece permanentemente este dinamismo de «salida» que
Dios quiere provocar en los creyentes. Abraham aceptó el llamado a salir hacia una tierra
nueva (cf. Gn 12,1-3). Moisés escuchó el llamado de Dios: «Ve, yo te envío» (Ex 3,10), e
hizo salir al pueblo hacia la tierra de la promesa (cf. Ex 3,17). A Jeremías le dijo:
«Adondequiera que yo te envíe irás» (Jr 1,7). Hoy, en este «id» de Jesús, están presentes
los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y
todos somos llamados a esta nueva «salida» misionera. Cada cristiano y cada comunidad
discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este
llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que
necesitan la luz del Evangelio.

21. La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es
una alegría misionera. La experimentan los setenta y dos discípulos, que regresan de la
misión llenos de gozo (cf. Lc 10,17). La vive Jesús, que se estremece de gozo en el
Espíritu Santo y alaba al Padre porque su revelación alcanza a los pobres y pequeñitos (cf.
Lc 10,21). La sienten llenos de admiración los primeros que se convierten al escuchar
predicar a los Apóstoles «cada uno en su propia lengua» (Hch 2,6) en Pentecostés. Esa
alegría es un signo de que el Evangelio ha sido anunciado y está dando fruto. Pero siempre
tiene la dinámica del éxodo y del don, del salir de sí, del caminar y sembrar siempre de
nuevo, siempre más allá. El Señor dice: «Vayamos a otra parte, a predicar también en las
poblaciones vecinas, porque para eso he salido» (Mc 1,38). Cuando está sembrada la
semilla en un lugar, ya no se detiene para explicar mejor o para hacer más signos allí, sino
que el Espíritu lo mueve a salir hacia otros pueblos.

22. La Palabra tiene en sí una potencialidad que no podemos predecir. El Evangelio


habla de una semilla que, una vez sembrada, crece por sí sola también cuando el agricultor
duerme (cf. Mc 4,26-29). La Iglesia debe aceptar esa libertad inaferrable de la Palabra, que
es eficaz a su manera, y de formas muy diversas que suelen superar nuestras previsiones y
romper nuestros esquemas.

23. La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, y la comunión


«esencialmente se configura como comunión misionera». Fiel al modelo del Maestro, es

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vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas
las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo. La alegría del Evangelio es para todo el
pueblo, no puede excluir a nadie. Así se lo anuncia el ángel a los pastores de Belén: «No
temáis, porque os traigo una Buena Noticia, una gran alegría para todo el pueblo» (Lc
2,10). El Apocalipsis se refiere a «una Buena Noticia, la eterna, la que él debía anunciar a
los habitantes de la tierra, a toda nación, familia, lengua y pueblo» (Ap 14,6).

Primerear, involucrarse, acompañar, fructificar y festejar

24. La Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros que primerean, que


se involucran, que acompañan, que fructifican y festejan. «Primerear»: sepan disculpar este
neologismo. La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa, la
ha primereado en el amor (cf. 1 Jn 4,10); y, por eso, ella sabe adelantarse, tomar la
iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los
caminos para invitar a los excluidos. Vive un deseo inagotable de brindar misericordia,
fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva.
¡Atrevámonos un poco más a primerear! Como consecuencia, la Iglesia sabe
«involucrarse». Jesús lavó los pies a sus discípulos. El Señor se involucra e involucra a los
suyos, poniéndose de rodillas ante los demás para lavarlos. Pero luego dice a los
discípulos: «Seréis felices si hacéis esto» (Jn 13,17). La comunidad evangelizadora se mete
con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la
humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo
en el pueblo. Los evangelizadores tienen así «olor a oveja» y éstas escuchan su voz.
Luego, la comunidad evangelizadora se dispone a «acompañar». Acompaña a la
humanidad en todos sus procesos, por más duros y prolongados que sean. Sabe de esperas
largas y de aguante apostólico. La evangelización tiene mucho de paciencia, y evita
maltratar límites. Fiel al don del Señor, también sabe «fructificar». La comunidad
evangelizadora siempre está atenta a los frutos, porque el Señor la quiere fecunda. Cuida el
trigo y no pierde la paz por la cizaña. El sembrador, cuando ve despuntar la cizaña en
medio del trigo, no tiene reacciones quejosas ni alarmistas. Encuentra la manera de que la
Palabra se encarne en una situación concreta y dé frutos de vida nueva, aunque en
apariencia sean imperfectos o inacabados. El discípulo sabe dar la vida entera y jugarla
hasta el martirio como testimonio de Jesucristo, pero su sueño no es llenarse de enemigos,
sino que la Palabra sea acogida y manifieste su potencia liberadora y renovadora. Por
último, la comunidad evangelizadora gozosa siempre sabe «festejar». Celebra y festeja
cada pequeña victoria, cada paso adelante en la evangelización. La evangelización gozosa
se vuelve belleza en la liturgia en medio de la exigencia diaria de extender el bien. La
Iglesia evangeliza y se evangeliza a sí misma con la belleza de la liturgia, la cual también
es celebración de la actividad evangelizadora y fuente de un renovado impulso donativo.

II. Pastoral en conversión

25. No ignoro que hoy los documentos no despiertan el mismo interés que en otras
épocas, y son rápidamente olvidados. No obstante, destaco que lo que trataré de expresar
aquí tiene un sentido programático y consecuencias importantes. Espero que todas las

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comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una
conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están. Ya no nos sirve
una «simple administración». Constituyámonos en todas las regiones de la tierra en un
«estado permanente de misión».

26. Pablo VI invitó a ampliar el llamado a la renovación, para expresar con fuerza
que no se dirige sólo a los individuos aislados, sino a la Iglesia entera. Recordemos este
memorable texto que no ha perdido su fuerza interpelante: «La Iglesia debe profundizar en
la conciencia de sí misma, debe meditar sobre el misterio que le es propio […] De esta
iluminada y operante conciencia brota un espontáneo deseo de comparar la imagen ideal de
la Iglesia —tal como Cristo la vio, la quiso y la amó como Esposa suya santa e inmaculada
(cf. Ef 5,27)— y el rostro real que hoy la Iglesia presenta […] Brota, por lo tanto, un
anhelo generoso y casi impaciente de renovación, es decir, de enmienda de los defectos
que denuncia y refleja la conciencia, a modo de examen interior, frente al espejo del
modelo que Cristo nos dejó de sí».

El Concilio Vaticano II presentó la conversión eclesial como la apertura a una


permanente reforma de sí por fidelidad a Jesucristo: «Toda la renovación de la Iglesia
consiste esencialmente en el aumento de la fidelidad a su vocación […] Cristo llama a la
Iglesia peregrinante hacia una perenne reforma, de la que la Iglesia misma, en cuanto
institución humana y terrena, tiene siempre necesidad».

Hay estructuras eclesiales que pueden llegar a condicionar un dinamismo


evangelizador; igualmente las buenas estructuras sirven cuando hay una vida que las
anima, las sostiene y las juzga. Sin vida nueva y auténtico espíritu evangélico, sin
«fidelidad de la Iglesia a la propia vocación», cualquier estructura nueva se corrompe en
poco tiempo.

Una impostergable renovación eclesial

27. Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las
costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en
un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la
autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede
entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la
pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los
agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de
todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad. Como decía Juan Pablo II a los
Obispos de Oceanía, «toda renovación en el seno de la Iglesia debe tender a la misión
como objetivo para no caer presa de una especie de introversión eclesial».

28. La parroquia no es una estructura caduca; precisamente porque tiene una gran
plasticidad, puede tomar formas muy diversas que requieren la docilidad y la creatividad
misionera del Pastor y de la comunidad. Aunque ciertamente no es la única institución
evangelizadora, si es capaz de reformarse y adaptarse continuamente, seguirá siendo «la

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misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas». Esto supone que
realmente esté en contacto con los hogares y con la vida del pueblo, y no se convierta en
una prolija estructura separada de la gente o en un grupo de selectos que se miran a sí
mismos. La parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito de la escucha de la
Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad
generosa, de la adoración y la celebración. A través de todas sus actividades, la parroquia
alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización. Es comunidad de
comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y centro
de constante envío misionero. Pero tenemos que reconocer que el llamado a la revisión y
renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes frutos en orden a que estén
todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de viva comunión y participación, y se
orienten completamente a la misión.

29. Las demás instituciones eclesiales, comunidades de base y pequeñas


comunidades, movimientos y otras formas de asociación, son una riqueza de la Iglesia que
el Espíritu suscita para evangelizar todos los ambientes y sectores. Muchas veces aportan
un nuevo fervor evangelizador y una capacidad de diálogo con el mundo que renuevan a la
Iglesia. Pero es muy sano que no pierdan el contacto con esa realidad tan rica de la
parroquia del lugar, y que se integren gustosamente en la pastoral orgánica de la Iglesia
particular. Esta integración evitará que se queden sólo con una parte del Evangelio y de la
Iglesia, o que se conviertan en nómadas sin raíces.

30. Cada Iglesia particular, porción de la Iglesia católica bajo la guía de su obispo,
también está llamada a la conversión misionera. Ella es el sujeto primario de la
evangelización, ya que es la manifestación concreta de la única Iglesia en un lugar del
mundo, y en ella «verdaderamente está y obra la Iglesia de Cristo, que es Una, Santa,
Católica y Apostólica». Es la Iglesia encarnada en un espacio determinado, provista de
todos los medios de salvación dados por Cristo, pero con un rostro local. Su alegría de
comunicar a Jesucristo se expresa tanto en su preocupación por anunciarlo en otros lugares
más necesitados como en una salida constante hacia las periferias de su propio territorio o
hacia los nuevos ámbitos socioculturales. Procura estar siempre allí donde hace más falta
la luz y la vida del Resucitado. En orden a que este impulso misionero sea cada vez más
intenso, generoso y fecundo, exhorto también a cada Iglesia particular a entrar en un
proceso decidido de discernimiento, purificación y reforma.

31. El obispo siempre debe fomentar la comunión misionera en su Iglesia diocesana


siguiendo el ideal de las primeras comunidades cristianas, donde los creyentes tenían un
solo corazón y una sola alma (cf. Hch 4,32). Para eso, a veces estará delante para indicar el
camino y cuidar la esperanza del pueblo, otras veces estará simplemente en medio de todos
con su cercanía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones deberá caminar detrás del pueblo
para ayudar a los rezagados y, sobre todo, porque el rebaño mismo tiene su olfato para
encontrar nuevos caminos. En su misión de fomentar una comunión dinámica, abierta y
misionera, tendrá que alentar y procurar la maduración de los mecanismos de participación
que propone el Código de Derecho Canónico y otras formas de diálogo pastoral, con el
deseo de escuchar a todos y no sólo a algunos que le acaricien los oídos. Pero el objetivo

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de estos procesos participativos no será principalmente la organización eclesial, sino el


sueño misionero de llegar a todos.

32. Dado que estoy llamado a vivir lo que pido a los demás, también debo pensar en
una conversión del papado. Me corresponde, como Obispo de Roma, estar abierto a las
sugerencias que se orienten a un ejercicio de mi ministerio que lo vuelva más fiel al
sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización. El
Papa Juan Pablo II pidió que se le ayudara a encontrar «una forma del ejercicio del
primado que, sin renunciar de ningún modo a lo esencial de su misión, se abra a una
situación nueva». Hemos avanzado poco en ese sentido. También el papado y las
estructuras centrales de la Iglesia universal necesitan escuchar el llamado a una conversión
pastoral. El Concilio Vaticano II expresó que, de modo análogo a las antiguas Iglesias
patriarcales, las Conferencias episcopales pueden «desarrollar una obra múltiple y fecunda,
a fin de que el afecto colegial tenga una aplicación concreta». Pero este deseo no se realizó
plenamente, por cuanto todavía no se ha explicitado suficientemente un estatuto de las
Conferencias episcopales que las conciba como sujetos de atribuciones concretas,
incluyendo también alguna auténtica autoridad doctrinal. Una excesiva centralización, más
que ayudar, complica la vida de la Iglesia y su dinámica misionera.

33. La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral


del «siempre se ha hecho así». Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de
repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las
propias comunidades. Una postulación de los fines sin una adecuada búsqueda comunitaria
de los medios para alcanzarlos está condenada a convertirse en mera fantasía. Exhorto a
todos a aplicar con generosidad y valentía las orientaciones de este documento, sin
prohibiciones ni miedos. Lo importante es no caminar solos, contar siempre con los
hermanos y especialmente con la guía de los obispos, en un sabio y realista discernimiento
pastoral.

III. Desde el corazón del Evangelio

34. Si pretendemos poner todo en clave misionera, esto también vale para el modo de
comunicar el mensaje. En el mundo de hoy, con la velocidad de las comunicaciones y la
selección interesada de contenidos que realizan los medios, el mensaje que anunciamos
corre más que nunca el riesgo de aparecer mutilado y reducido a algunos de sus aspectos
secundarios. De ahí que algunas cuestiones que forman parte de la enseñanza moral de la
Iglesia queden fuera del contexto que les da sentido. El problema mayor se produce cuando
el mensaje que anunciamos aparece entonces identificado con esos aspectos secundarios
que, sin dejar de ser importantes, por sí solos no manifiestan el corazón del mensaje de
Jesucristo. Entonces conviene ser realistas y no dar por supuesto que nuestros
interlocutores conocen el trasfondo completo de lo que decimos o que pueden conectar
nuestro discurso con el núcleo esencial del Evangelio que le otorga sentido, hermosura y
atractivo.

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35. Una pastoral en clave misionera no se obsesiona por la transmisión desarticulada


de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia. Cuando se
asume un objetivo pastoral y un estilo misionero, que realmente llegue a todos sin
excepciones ni exclusiones, el anuncio se concentra en lo esencial, que es lo más bello, lo
más grande, lo más atractivo y al mismo tiempo lo más necesario. La propuesta se
simplifica, sin perder por ello profundidad y verdad, y así se vuelve más contundente y
radiante.

36. Todas las verdades reveladas proceden de la misma fuente divina y son creídas
con la misma fe, pero algunas de ellas son más importantes por expresar más directamente
el corazón del Evangelio. En este núcleo fundamental lo que resplandece es la belleza del
amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado. En este sentido, el
Concilio Vaticano II explicó que «hay un orden o “jerarquía” en las verdades en la doctrina
católica, por ser diversa su conexión con el fundamento de la fe cristiana». Esto vale tanto
para los dogmas de fe como para el conjunto de las enseñanzas de la Iglesia, e incluso para
la enseñanza moral.

37. Santo Tomás de Aquino enseñaba que en el mensaje moral de la Iglesia también
hay una jerarquía, en las virtudes y en los actos que de ellas proceden. Allí lo que cuenta es
ante todo «la fe que se hace activa por la caridad» (Ga 5,6). Las obras de amor al prójimo
son la manifestación externa más perfecta de la gracia interior del Espíritu: «La
principalidad de la ley nueva está en la gracia del Espíritu Santo, que se manifiesta en la fe
que obra por el amor». Por ello explica que, en cuanto al obrar exterior, la misericordia es
la mayor de todas las virtudes: «En sí misma la misericordia es la más grande de las
virtudes, ya que a ella pertenece volcarse en otros y, más aún, socorrer sus deficiencias.
Esto es peculiar del superior, y por eso se tiene como propio de Dios tener misericordia, en
la cual resplandece su omnipotencia de modo máximo».

38. Es importante sacar las consecuencias pastorales de la enseñanza conciliar, que


recoge una antigua convicción de la Iglesia. Ante todo hay que decir que en el anuncio del
Evangelio es necesario que haya una adecuada proporción. Ésta se advierte en la
frecuencia con la cual se mencionan algunos temas y en los acentos que se ponen en la
predicación. Por ejemplo, si un párroco a lo largo de un año litúrgico habla diez veces
sobre la templanza y sólo dos o tres veces sobre la caridad o la justicia, se produce una
desproporción donde las que se ensombrecen son precisamente aquellas virtudes que
deberían estar más presentes en la predicación y en la catequesis. Lo mismo sucede cuando
se habla más de la ley que de la gracia, más de la Iglesia que de Jesucristo, más del Papa
que de la Palabra de Dios.

39. Así como la organicidad entre las virtudes impide excluir alguna de ellas del ideal
cristiano, ninguna verdad es negada. No hay que mutilar la integralidad del mensaje del
Evangelio. Es más, cada verdad se comprende mejor si se la pone en relación con la
armoniosa totalidad del mensaje cristiano, y en ese contexto todas las verdades tienen su
importancia y se iluminan unas a otras. Cuando la predicación es fiel al Evangelio, se
manifiesta con claridad la centralidad de algunas verdades y queda claro que la predicación

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moral cristiana no es una ética estoica, es más que una ascesis, no es una mera filosofía
práctica ni un catálogo de pecados y errores. El Evangelio invita ante todo a responder al
Dios amante que nos salva, reconociéndolo en los demás y saliendo de nosotros mismos
para buscar el bien de todos. ¡Esa invitación en ninguna circunstancia se debe
ensombrecer! Todas las virtudes están al servicio de esta respuesta de amor. Si esa
invitación no brilla con fuerza y atractivo, el edificio moral de la Iglesia corre el riesgo de
convertirse en un castillo de naipes, y allí está nuestro peor peligro. Porque no será
propiamente el Evangelio lo que se anuncie, sino algunos acentos doctrinales o morales
que proceden de determinadas opciones ideológicas. El mensaje correrá el riesgo de perder
su frescura y dejará de tener «olor a Evangelio».

IV. La misión que se encarna en los límites humanos

40. La Iglesia, que es discípula misionera, necesita crecer en su interpretación de la


Palabra revelada y en su comprensión de la verdad. La tarea de los exégetas y de los
teólogos ayuda a «madurar el juicio de la Iglesia». De otro modo también lo hacen las
demás ciencias. Refiriéndose a las ciencias sociales, por ejemplo, Juan Pablo II ha dicho
que la Iglesia presta atención a sus aportes «para sacar indicaciones concretas que le
ayuden a desempeñar su misión de Magisterio». Además, en el seno de la Iglesia hay
innumerables cuestiones acerca de las cuales se investiga y se reflexiona con amplia
libertad. Las distintas líneas de pensamiento filosófico, teológico y pastoral, si se dejan
armonizar por el Espíritu en el respeto y el amor, también pueden hacer crecer a la Iglesia,
ya que ayudan a explicitar mejor el riquísimo tesoro de la Palabra. A quienes sueñan con
una doctrina monolítica defendida por todos sin matices, esto puede parecerles una
imperfecta dispersión. Pero la realidad es que esa variedad ayuda a que se manifiesten y
desarrollen mejor los diversos aspectos de la inagotable riqueza del Evangelio.

41. Al mismo tiempo, los enormes y veloces cambios culturales requieren que
prestemos una constante atención para intentar expresar las verdades de siempre en un
lenguaje que permita advertir su permanente novedad. Pues en el depósito de la doctrina
cristiana «una cosa es la substancia […] y otra la manera de formular su expresión». A
veces, escuchando un lenguaje completamente ortodoxo, lo que los fieles reciben, debido
al lenguaje que ellos utilizan y comprenden, es algo que no responde al verdadero
Evangelio de Jesucristo. Con la santa intención de comunicarles la verdad sobre Dios y
sobre el ser humano, en algunas ocasiones les damos un falso dios o un ideal humano que
no es verdaderamente cristiano. De ese modo, somos fieles a una formulación, pero no
entregamos la substancia. Ése es el riesgo más grave. Recordemos que «la expresión de la
verdad puede ser multiforme, y la renovación de las formas de expresión se hace necesaria
para transmitir al hombre de hoy el mensaje evangélico en su inmutable significado».

42. Esto tiene una gran incidencia en el anuncio del Evangelio si de verdad tenemos
el propósito de que su belleza pueda ser mejor percibida y acogida por todos. De cualquier
modo, nunca podremos convertir las enseñanzas de la Iglesia en algo fácilmente
comprendido y felizmente valorado por todos. La fe siempre conserva un aspecto de cruz,
alguna oscuridad que no le quita la firmeza de su adhesión. Hay cosas que sólo se

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comprenden y valoran desde esa adhesión que es hermana del amor, más allá de la claridad
con que puedan percibirse las razones y argumentos. Por ello, cabe recordar que todo
adoctrinamiento ha de situarse en la actitud evangelizadora que despierte la adhesión del
corazón con la cercanía, el amor y el testimonio.

43. En su constante discernimiento, la Iglesia también puede llegar a reconocer


costumbres propias no directamente ligadas al núcleo del Evangelio, algunas muy
arraigadas a lo largo de la historia, que hoy ya no son interpretadas de la misma manera y
cuyo mensaje no suele ser percibido adecuadamente. Pueden ser bellas, pero ahora no
prestan el mismo servicio en orden a la transmisión del Evangelio. No tengamos miedo de
revisarlas. Del mismo modo, hay normas o preceptos eclesiales que pueden haber sido muy
eficaces en otras épocas pero que ya no tienen la misma fuerza educativa como cauces de
vida. Santo Tomás de Aquino destacaba que los preceptos dados por Cristo y los Apóstoles
al Pueblo de Dios «son poquísimos». Citando a san Agustín, advertía que los preceptos
añadidos por la Iglesia posteriormente deben exigirse con moderación «para no hacer
pesada la vida a los fieles» y convertir nuestra religión en una esclavitud, cuando «la
misericordia de Dios quiso que fuera libre». Esta advertencia, hecha varios siglos atrás,
tiene una tremenda actualidad. Debería ser uno de los criterios a considerar a la hora de
pensar una reforma de la Iglesia y de su predicación que permita realmente llegar a todos.

44. Por otra parte, tanto los Pastores como todos los fieles que acompañen a sus
hermanos en la fe o en un camino de apertura a Dios, no pueden olvidar lo que con tanta
claridad enseña el Catecismo de la Iglesia Católica: «La imputabilidad y la responsabilidad
de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas a causa de la ignorancia, la
inadvertencia, la violencia, el temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores
psíquicos o sociales».

Por lo tanto, sin disminuir el valor del ideal evangélico, hay que acompañar con
misericordia y paciencia las etapas posibles de crecimiento de las personas que se van
construyendo día a día. A los sacerdotes les recuerdo que el confesionario no debe ser una
sala de torturas sino el lugar de la misericordia del Señor que nos estimula a hacer el bien
posible. Un pequeño paso, en medio de grandes límites humanos, puede ser más agradable
a Dios que la vida exteriormente correcta de quien transcurre sus días sin enfrentar
importantes dificultades. A todos debe llegar el consuelo y el estímulo del amor salvífico
de Dios, que obra misteriosamente en cada persona, más allá de sus defectos y caídas.

45. Vemos así que la tarea evangelizadora se mueve entre los límites del lenguaje y
de las circunstancias. Procura siempre comunicar mejor la verdad del Evangelio en un
contexto determinado, sin renunciar a la verdad, al bien y a la luz que pueda aportar
cuando la perfección no es posible. Un corazón misionero sabe de esos límites y se hace
«débil con los débiles […] todo para todos» (1 Co 9,22). Nunca se encierra, nunca se
repliega en sus seguridades, nunca opta por la rigidez autodefensiva. Sabe que él mismo
tiene que crecer en la comprensión del Evangelio y en el discernimiento de los senderos
del Espíritu, y entonces no renuncia al bien posible, aunque corra el riesgo de mancharse
con el barro del camino.

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V. Una madre de corazón abierto

46. La Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los
demás para llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y
sin sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar
a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al
costado del camino. A veces es como el padre del hijo pródigo, que se queda con las
puertas abiertas para que, cuando regrese, pueda entrar sin dificultad.
47. La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre. Uno de los signos
concretos de esa apertura es tener templos con las puertas abiertas en todas partes. De ese
modo, si alguien quiere seguir una moción del Espíritu y se acerca buscando a Dios, no se
encontrará con la frialdad de unas puertas cerradas. Pero hay otras puertas que tampoco se
deben cerrar. Todos pueden participar de alguna manera en la vida eclesial, todos pueden
integrar la comunidad, y tampoco las puertas de los sacramentos deberían cerrarse por una
razón cualquiera. Esto vale sobre todo cuando se trata de ese sacramento que es «la
puerta», el Bautismo. La Eucaristía, si bien constituye la plenitud de la vida sacramental,
no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los
débiles. Estas convicciones también tienen consecuencias pastorales que estamos llamados
a considerar con prudencia y audacia. A menudo nos comportamos como controladores de
la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde
hay lugar para cada uno con su vida a cuestas.
48. Si la Iglesia entera asume este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin
excepciones. Pero ¿a quiénes debería privilegiar? Cuando uno lee el Evangelio, se
encuentra con una orientación contundente: no tanto a los amigos y vecinos ricos sino
sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que suelen ser despreciados y olvidados, a
aquellos que «no tienen con qué recompensarte» (Lc 14,14). No deben quedar dudas ni
caben explicaciones que debiliten este mensaje tan claro. Hoy y siempre, «los pobres son
los destinatarios privilegiados del Evangelio», y la evangelización dirigida gratuitamente a
ellos es signo del Reino que Jesús vino a traer. Hay que decir sin vueltas que existe un
vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos.

49. Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo. Repito aquí para toda
la Iglesia lo que muchas veces he dicho a los sacerdotes y laicos de Buenos Aires: prefiero
una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia
enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero
una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de
obsesiones y procedimientos. Si algo debe inquietarnos santamente y preocupar nuestra
conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y el consuelo de la
amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un horizonte de
sentido y de vida. Más que el temor a equivocarnos, espero que nos mueva el temor a
encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa contención, en las normas que nos
vuelven jueces implacables, en las costumbres donde nos sentimos tranquilos, mientras

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 11


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afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cansarse: «¡Dadles vosotros de
comer!» (Mc 6,37).

Tema 2: INICIACIÓN A LA VIDA CRISTIANA Y CATEQUESIS


PERMANENTE (Aparecida nn. 286-300)

6.3.1 Iniciación a la vida cristiana

286 Son muchos los creyentes que no participan en la Eucaristía dominical, ni


reciben con regularidad los sacramentos, ni se insertan activamente en la comunidad
eclesial. Sin olvidar la importancia de la familia en la iniciación cristiana, este fenómeno
nos interpela profundamente a imaginar y organizar nuevas formas de acercamiento a ellos
para ayudarles a valorar el sentido de la vida sacramental, de la participación comunitaria y
del compromiso ciudadano. Tenemos un alto porcentaje de católicos sin conciencia de su
misión de ser sal y fermento en el mundo, con una identidad cristiana débil y vulnerable.

287 Esto constituye un gran desafío que cuestiona a fondo la manera como estamos
educando en la fe y como estamos alimentando la vivencia cristiana; un desafío que
debemos afrontar con decisión, con valentía y creatividad, ya que, en muchas partes, la
iniciación cristiana ha sido pobre o fragmentada. O educamos en la fe, poniendo realmente
en contacto con Jesucristo e invitando a su seguimiento, o no cumpliremos nuestra misión
evangelizadora. Se impone la tarea irrenunciable de ofrecer una modalidad operativa de
iniciación cristiana que, además de marcar el qué, dé también elementos para el quién, el
cómo y el dónde se realiza. Así, asumiremos el desafío de una nueva evangelización, a la
que hemos sido reiteradamente convocados.

288 La iniciación cristiana, que incluye el kerygma, es la manera práctica de poner


en contacto con Jesucristo e iniciar en el discipulado. Nos da, también, la oportunidad de
fortalecer la unidad de los tres sacramentos de la iniciación y profundizar en su rico
sentido. La iniciación cristiana, propiamente hablando, se refiere a la primera iniciación en
los misterios de la fe, sea en la forma de catecumenado bautismal para los no bautizados,
sea en la forma de catecumenado postbautismal para los bautizados no suficientemente
catequizados. Este catecumenado está íntimamente unido a los sacramentos de la
iniciación: bautismo, confirmación y eucaristía, celebrados solemnemente en la Vigilia
Pascual. Habría que distinguirla, por tanto, de otros procesos catequéticos y formativos que
pueden tener la iniciación cristiana como base.

6.3.2 Propuestas para la iniciación cristiana

289 Sentimos la urgencia de desarrollar en nuestras comunidades un proceso de


iniciación en la vida cristiana que comience por el kerygma, guiado por la Palabra de Dios,
que conduzca a un encuentro personal, cada vez mayor, con Jesucristo, perfecto Dios y
perfecto hombre, experimentado como plenitud de la humanidad, y que lleve a la

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conversión, al seguimiento en una comunidad eclesial y a una maduración de fe en la


práctica de los sacramentos, el servicio y la misión.

290 Recordamos que el itinerario formativo del cristiano, en la tradición más antigua
de la Iglesia, “tuvo siempre un carácter de experiencia, en el cual era determinante el
encuentro vivo y persuasivo con Cristo, anunciado por auténticos testigos”. Se trata de una
experiencia que introduce en una profunda y feliz celebración de los sacramentos, con toda
la riqueza de sus signos. De este modo, la vida se va transformando progresivamente por
los santos misterios que se celebran, capacitando al creyente para transformar el mundo.
Esto es lo que se llama “catequesis mistagógica”.
291 Ser discípulo es un don destinado a crecer. La iniciación cristiana da la
posibilidad de un aprendizaje gradual en el conocimiento, amor y seguimiento de
Jesucristo. Así, forja la identidad cristiana con las convicciones fundamentales y acompaña
la búsqueda del sentido de la vida. Es necesario asumir la dinámica catequética de la
iniciación cristiana. Una comunidad que asume la iniciación cristiana renueva su vida
comunitaria y despierta su carácter misionero. Esto requiere nuevas actitudes pastorales de
parte de obispos, presbíteros, diáconos, personas consagradas y agentes de pastoral.
292 Como rasgos del discípulo, al que apunta la iniciación cristiana destacamos: que
tenga como centro la persona de Jesucristo, nuestro Salvador y plenitud de nuestra
humanidad, fuente de toda madurez humana y cristiana; que tenga espíritu de oración, sea
amante de la Palabra, practique la confesión frecuente y participe de la Eucaristía; que se
inserte cordialmente en la comunidad eclesial y social, sea solidario en el amor y fervoroso
misionero.
293 La parroquia ha de ser el lugar donde se asegure la iniciación cristiana y tendrá
como tareas irrenunciables: iniciar en la vida cristiana a los adultos bautizados y no
suficientemente evangelizados; educar en la fe a los niños bautizados en un proceso que
los lleve a completar su iniciación cristiana; iniciar a los no bautizados que, habiendo
escuchado el kerygma, quieren abrazar la fe. En esta tarea, el estudio y la asimilación del
Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos es una referencia necesaria y un apoyo seguro.
294 Asumir esta iniciación cristiana exige no sólo una renovación de modalidad
catequística de la parroquia. Proponemos que el proceso catequístico formativo adoptado
por la Iglesia para la iniciación cristiana sea asumido en todo el Continente como la
manera ordinaria e indispensable de introducir en la vida cristiana, y como la catequesis
básica y fundamental. Después, vendrá la catequesis permanente que continúa el proceso
de maduración en la fe, en la que se debe incorporar un discernimiento vocacional y la
iluminación para proyectos personales de vida.

6.3.3 Catequesis permanente

295 En cuanto a la situación actual de la catequesis, es evidente que ha habido un


gran progreso. Ha crecido el tiempo que se le dedica a la preparación para los sacramentos.
Se ha tomado mayor conciencia de su necesidad, tanto en las familias como entre los
pastores. Se comprende que es imprescindible en toda formación cristiana. Se han
constituido ordinariamente comisiones diocesanas y parroquiales de catequesis. Es

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 13


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admirable el gran número de personas que se sienten llamadas a hacerse catequistas, con
gran entrega. A ellas esta Asamblea les manifiesta un sincero reconocimiento.

296 Sin embargo, a pesar de la buena voluntad, la formación teológica y pedagógica


de los catequistas no suele ser la deseable. Los materiales y subsidios son con frecuencia
muy variados y no se integran en una pastoral de conjunto; y no siempre son portadores de
métodos pedagógicos actualizados. Los servicios catequísticos de las parroquias carecen
con frecuencia de una colaboración cercana de las familias. Los párrocos y demás
responsables no asumen con mayor empeño la función que les corresponde como primeros
catequistas.

297 Los desafíos que plantea la situación de la sociedad en América Latina y El


Caribe requieren una identidad católica más personal y fundamentada. El fortalecimiento
de esta identidad pasa por una catequesis adecuada que promueva una adhesión personal y
comunitaria a Cristo, sobre todo en los más débiles en la fe. Es una tarea que incumbe a
toda la comunidad de discípulos pero, de manera especial, a quienes, como obispos, hemos
sido llamados a servir a la Iglesia, pastoreándola, conduciéndola al encuentro con Jesús y
enseñándole a vivir todo lo que nos ha mandado (cf. Mt 28, 19- 20).

298 La catequesis no debe ser sólo ocasional, reducida a los momentos previos a los
sacramentos o a la iniciación cristiana, sino más bien “un itinerario catequético
permanente”. Por esto, compete a cada Iglesia particular, con la ayuda de las Conferencias
Episcopales, establecer un proceso catequético orgánico y progresivo que se extienda por
todo el arco de la vida, desde la infancia hasta la ancianidad, teniendo en cuenta que el
Directorio General de Catequesis considera la catequesis de adultos como la forma
fundamental de la educación en la fe. Para que, en verdad, el pueblo conozca a fondo a
Cristo y lo siga fielmente, debe ser conducido especialmente en la lectura y meditación de
la Palabra de Dios, que es el primer fundamento de una catequesis permanente.

299 La catequesis no puede limitarse a una formación meramente doctrinal sino que
ha de ser una verdadera escuela de formación integral. Por tanto, se ha de cultivar la
amistad con Cristo en la oración, el aprecio por la celebración litúrgica, la vivencia
comunitaria, el compromiso apostólico mediante un permanente servicio a los demás. Para
ello, resultarían útiles algunos subsidios catequéticos elaborados a partir del Catecismo de
la Iglesia Católica y del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, estableciendo
cursos y escuelas de formación permanente para catequistas.

300 Debe darse una catequesis apropiada que acompañe la fe ya presente en la


religiosidad popular. Una manera concreta puede ser el ofrecer un proceso de iniciación
cristiana en visitas a las familias, donde no sólo se les comunique los contenidos de la fe,
sino que se las conduzca a la práctica de la oración familiar, a la lectura orante de la
Palabra de Dios y al desarrollo de las virtudes evangélicas, que las consoliden cada vez
más como iglesias domésticas. Para este crecimiento en la fe, también es conveniente
aprovechar pedagógicamente el potencial educativo que encierra la piedad popular
mariana. Se trata de un camino educativo que, cultivando el amor personal a la Virgen,

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verdadera “educadora de la fe”, que nos lleva a asemejarnos cada vez más a Jesucristo,
provoque la apropiación progresiva de sus actitudes.

Tema 3: EL PROCESO DE FORMACIÓN DE LOS DISCÍPULOS


MISIONEROS (Aparecida nn. 276-278)

276 La vocación y el compromiso de ser hoy discípulos y misioneros de Jesucristo


en América Latina y El Caribe, requieren una clara y decidida opción por la formación de
los miembros de nuestras comunidades, en bien de todos los bautizados, cualquiera sea la
función que desarrollen en la Iglesia. Miramos a Jesús, el Maestro que formó
personalmente a sus apóstoles y discípulos. Cristo nos da el método: “Vengan y vean” (Jn
1, 39), “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6). Con Él podemos desarrollar las
potencialidades que están en las personas y formar discípulos misioneros. Con
perseverante paciencia y sabiduría, Jesús invitó a todos a su seguimiento. A quienes
aceptaron seguirlo, los introdujo en el misterio del Reino de Dios, y, después de su muerte
y resurrección, los envió a predicar la Buena Nueva en la fuerza de su Espíritu. Su estilo se
vuelve emblemático para los formadores y cobra especial relevancia cuando pensamos en
la paciente tarea formativa que la Iglesia debe emprender, en el nuevo contexto
sociocultural de América Latina.

277 El itinerario formativo del seguidor de Jesús hunde sus raíces en la naturaleza
dinámica de la persona y en la invitación personal de Jesucristo, que llama a los suyos por
su nombre, y éstos lo siguen porque conocen su voz. El Señor despertaba las aspiraciones
profundas de sus discípulos y los atraía a sí, llenos de asombro. El seguimiento es fruto de
una fascinación que responde al deseo de realización humana, al deseo de vida plena. El
discípulo es alguien apasionado por Cristo, a quien reconoce como el maestro que lo
conduce y acompaña.

6.2.1 Aspectos del proceso

288 En el proceso de formación de discípulos misioneros, destacamos cinco aspectos


fundamentales, que aparecen de diversa manera en cada etapa del camino, pero que se
compenetran íntimamente y se alimentan entre sí:

a) El Encuentro con Jesucristo. Quienes serán sus discípulos ya lo buscan (cf.


Jn 1, 38), pero es el Señor quien los llama: “Sígueme” (Mc 1, 14; Mt 9, 9). Se ha de
descubrir el sentido más hondo de la búsqueda, y se ha de propiciar el encuentro con Cristo
que da origen a la iniciación cristiana. Este encuentro debe renovarse constantemente por
el testimonio personal, el anuncio del kerygma y la acción misionera de la comunidad. El
kerygma no sólo es una etapa, sino el hilo conductor de un proceso que culmina en la
madurez del discípulo de Jesucristo. Sin el kerygma, los demás aspectos de este proceso
están condenados a la esterilidad, sin corazones verdaderamente convertidos al Señor. Sólo

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desde el kerygma se da la posibilidad de una iniciación cristiana verdadera. Por eso, la


Iglesia ha de tenerlo presente en todas sus acciones.

b) La Conversión: Es la respuesta inicial de quien ha escuchado al Señor con


admiración, cree en Él por la acción del Espíritu, se decide a ser su amigo e ir tras de Él,
cambiando su forma de pensar y de vivir, aceptando la cruz de Cristo, consciente de que
morir al pecado es alcanzar la vida. En el Bautismo y en el sacramento de la
Reconciliación, se actualiza para nosotros la redención de Cristo.

c) El Discipulado: La persona madura constantemente en el conocimiento,


amor y seguimiento de Jesús maestro, profundiza en el misterio de su persona, de su
ejemplo y de su doctrina. Para este paso, es de fundamental importancia la catequesis
permanente y la vida sacramental, que fortalecen la conversión inicial y permiten que los
discípulos misioneros puedan perseverar en la vida cristiana y en la misión en medio del
mundo que los desafía.

d) La Comunión: No puede haber vida cristiana sino en comunidad: en las


familias, las parroquias, las comunidades de vida consagrada, las comunidades de base,
otras pequeñas comunidades y movimientos. Como los primeros cristianos, que se reunían
en comunidad, el discípulo participa en la vida de la Iglesia y en el encuentro con los
hermanos, viviendo el amor de Cristo en la vida fraterna solidaria. También es
acompañado y estimulado por la comunidad y sus pastores para madurar en la vida del
Espíritu.

e) La Misión: El discípulo, a medida que conoce y ama a su Señor,


experimenta la necesidad de compartir con otros su alegría de ser enviado, de ir al mundo a
anunciar a Jesucristo, muerto y resucitado, a hacer realidad el amor y el servicio en la
persona de los más necesitados, en una palabra, a construir el Reino de Dios. La misión es
inseparable del discipulado, por lo cual no debe entenderse como una etapa posterior a la
formación, aunque se la realice de diversas maneras de acuerdo a la propia vocación y al
momento de la maduración humana y cristiana en que se encuentre la persona.

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Tema 4: CRITERIOS PARA LA FORMACIÓN DE DISCÍPULOS


MISIONEROS (Aparecida 279-285)
279 Misión principal de la formación es ayudar a los miembros de la Iglesia a
encontrarse siempre con Cristo, y, así reconocer, acoger, interiorizar y desarrollar la
experiencia y los valores que constituyen la propia identidad y misión cristiana en el
mundo. Por eso, la formación obedece a un proceso integral, es decir, que comprende
variadas dimensiones, todas armonizadas entre sí en unidad vital. En la base de estas
dimensiones, está la fuerza del anuncio kerygmático. El poder del Espíritu y de la Palabra
contagia a las personas y las lleva a escuchar a Jesucristo, a creer en Él como su Salvador,
a reconocerlo como quien da pleno significado a su vida y a seguir sus pasos. El anuncio se
fundamenta en el hecho de la presencia de Cristo Resucitado hoy en la Iglesia, y es el
factor imprescindible del proceso de formación de discípulos y misioneros. Al mismo
tiempo, la formación es permanente y dinámica, de acuerdo con el desarrollo de las
personas y al servicio que están llamadas a prestar, en medio de las exigencias de la
historia.

6.2.2.2 Una formación atenta a dimensiones diversas

280 La formación abarca diversas dimensiones que deberán ser integradas


armónicamente a lo largo de todo el proceso formativo.
Se trata de la dimensión humana comunitaria, espiritual, intelectual y pastoral-
misionera.

a) La Dimensión Humana y Comunitaria. Tiende a acompañar procesos de


formación que lleven a asumir la propia historia y a sanarla, en orden a volverse capaces de
vivir como cristianos en un mundo plural, con equilibrio, fortaleza, serenidad y libertad
interior. Se trata de desarrollar personalidades que maduren en el contacto con la realidad y
abiertas al Misterio.

b) La Dimensión Espiritual. Es la dimensión formativa que funda el ser


cristiano en la experiencia de Dios, manifestado en Jesús, y que lo conduce por el Espíritu
a través de los senderos de una maduración profunda. Por medio de los diversos carismas,
se arraiga la persona en el camino de vida y de servicio propuesto por Cristo, con un estilo
personal. Permite adherirse de corazón por la fe, como la Virgen María, a los caminos
gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos de su Maestro y Señor.

c) La Dimensión Intelectual. El encuentro con Cristo, Palabra hecha Carne,


potencia el dinamismo de la razón que busca el significado de la realidad y se abre al
Misterio. Se expresa en una reflexión seria, puesta constantemente al día a través del
estudio que abre la inteligencia, con la luz de la fe, a la verdad. También capacita para el
discernimiento, el juicio crítico y el diálogo sobre la realidad y la cultura. Asegura de una
manera especial el conocimiento bíblico teológico y de las ciencias humanas para adquirir

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

la necesaria competencia en vista de los servicios eclesiales que se requieran y para la


adecuada presencia en la vida secular.

d) La Dimensión Pastoral y Misionera. Un auténtico camino cristiano llena de


alegría y esperanza el corazón y mueve al creyente a anunciar a Cristo de manera constante
en su vida y en su ambiente. Proyecta hacia la misión de formar discípulos misioneros al
servicio del mundo. Habilita para proponer proyectos y estilos de vida cristiana atrayentes,
con intervenciones orgánicas y de colaboración fraterna con todos los miembros de la
comunidad. Contribuye a integrar evangelización y pedagogía, comunicando vida y
ofreciendo itinerarios pastorales acordes con la madurez cristiana, la edad y otras
condiciones propias de las personas o de los grupos. Incentiva la responsabilidad de los
laicos en el mundo para construir el Reino de Dios. Despierta una inquietud constante por
los alejados y por los que ignoran al Señor en sus vidas.

6.2.2.3 Una formación respetuosa de los procesos

281 Llegar a la estatura de la vida nueva en Cristo, identificándose profundamente


con Él y su misión, es un camino largo, que requiere itinerarios diversificados, respetuosos
de los procesos personales y de los ritmos comunitarios, continuos y graduales. En la
diócesis, el eje central deberá ser un proyecto orgánico de formación, aprobado por el
Obispo y elaborado con los organismos diocesanos competentes, teniendo en cuenta todas
las fuerzas vivas de la Iglesia particular: asociaciones, servicios y movimientos,
comunidades religiosas, pequeñas comunidades, comisiones de pastoral social, y diversos
organismos eclesiales que ofrezcan la visión de conjunto y la convergencia de las diversas
iniciativas. Se requieren, también, equipos de formación convenientemente preparados que
aseguren la eficacia del proceso mismo y que acompañen a las personas con pedagogías
dinámicas, activas y abiertas. La presencia y contribución de laicos y laicas en los equipos
de formación aporta una riqueza original, pues, desde sus experiencias y competencias,
ofrecen criterios, contenidos y testimonios valiosos para quienes se están formando.

6.2.2.4 Una formación que contempla el acompañamiento de los discípulos

282 Cada sector del Pueblo de Dios pide ser acompañado y formado, de acuerdo con
la peculiar vocación y ministerio al que ha sido llamado: el obispo que es el principio de la
unidad en la diócesis mediante el triple ministerio de enseñar, santificar y gobernar; los
presbíteros, cooperando con el ministerio del obispo, en el cuidado del pueblo de Dios que
les es confiado; los diáconos permanentes en el servicio vivificante, humilde y
perseverante como ayuda valiosa para obispos y presbíteros; los consagrados y
consagradas en el seguimiento radical del Maestro; los laicos y laicas que cumplen su
responsabilidad evangelizadora, colaborando en la formación de comunidades cristianas y
en la construcción del Reino de Dios en el mundo. Se requiere, por tanto, capacitar a
quienes puedan acompañar espiritual y pastoralmente a otros.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 18


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283 Destacamos que la formación de los laicos y laicas debe contribuir, ante todo, a
una actuación como discípulos misioneros en el mundo, en la perspectiva del diálogo y de
la transformación de la sociedad. Es urgente una formación específica para que puedan
tener una incidencia significativa en los diferentes campos, sobre todo en el mundo vasto
de la política, de la realidad social y de la economía, como también de la cultura, de las
ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los medios y de otras realidades abiertas
a la evangelización.

6.2.2.5 Una formación en la espiritualidad de la acción misionera

284 Es necesario formar a los discípulos en una espiritualidad de la acción misionera,


que se basa en la docilidad al impulso del Espíritu, a su potencia de vida que moviliza y
transfigura todas las dimensiones de la existencia. No es una experiencia que se limita a los
espacios privados de la devoción, sino que busca penetrarlo todo con su fuego y su vida. El
discípulo y misionero, movido por el impulso y el ardor que proviene del Espíritu, aprende
a expresarlo en el trabajo, en el diálogo, en el servicio, en la misión cotidiana.

285 Cuando el impulso del Espíritu impregna y motiva todas las áreas de la
existencia, entonces también penetra y configura la vocación específica de cada uno. Así,
se forma y desarrolla la espiritualidad propia de presbíteros, de religiosos y religiosas, de
padres de familia, de empresarios, de catequistas, etc. Cada una de las vocaciones tiene un
modo concreto y distintivo de vivir la espiritualidad, que da profundidad y entusiasmo al
ejercicio concreto de sus tareas. Así, la vida en el Espíritu no nos cierra en una intimidad
cómoda, sino que nos convierte en personas generosas y creativas, felices en el anuncio y
el servicio misionero. Nos vuelve comprometidos con los reclamos de la realidad y
capaces de encontrarle un profundo significado a todo lo que nos toca hacer por la Iglesia y
por el mundo.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 19


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Tema 5: CONDICIONES NECESARIAS PARA SER


EVANGELIZADORES

Si en todo grupo, asociación o sociedad se requiere un mínimum para ser miembro,


sucede lo mismo en el campo de la evangelización.

Así como son cuatro los puntos cardinales, cuatro son las condiciones necesarias
para poder llegar a ser evangelizador y más tarde un formador de evangelizadores. Sin
ellas la misma lectura y estudio de este libro sería como una semilla que, por no caer en
tierra preparada, no dé el fruto esperado.

Estos cuatro requisitos son la base insustituible para todo evangelizador.

EL EVANGELIZADOR NECESITA:
Experiencia de salvación
Celo por el Evangelio
Análisis de la realidad
Vivir el Evangelio

1- EXPERIENCIA DE SALVACION: Testigo, mas que reportero.

No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído:


Hech 4,20.

La primera exigencia de todo evangelizador es haber tenido una experiencia personal


de salvación. No basta saber mucha doctrina, estar diplomado en teología o tener un título
o función en la Iglesia. Es necesario "haber nacido de nuevo", como lo exigía Jesús al
sabio Nicodemo (Jn 3,3).

El evangelizador no es un maestro, sino un testigo: proclama a Jesús Salvador y da


testimonio de lo que ha visto y oído. No sólo sabe que Dios es amor. Él ha tenido la
experiencia personal e incondicional de ser amado incondicionalmente. Ya tuvo su
encuentro personal con Jesús y lo ha proclamado su Salvador personal y Señor de toda su
vida. El Espíritu Santo lo ha dejado marcado con un sello indeleble. Si proclama que Jesús
salva, es porque antes él ya lo ha vivido en carne propia.

Cuando Jesús liberó al hombre poseído por una legión de demonios, le dio esta
orden: Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales que Dios ha tenido misericordia de ti:
Mc 5,19-20. Sólo quien ha tenido experiencia de salvación, puede dar testimonio eficaz del
poder del Evangelio.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 20


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2- CELO POR EL EVANGELIO: Fuego Inextinguible.

El celo de tu casa me consume: Jn 2,17.

El celo por el Evangelio es un anhelo para que Cristo Jesús sea conocido, amado y
servido por todos los hombres, y al mismo tiempo es compromiso con el hombre, para que
sea más digno, más libre y más hombre.

El celo por el Evangelio es un fuego implacable en el corazón que no se puede


extinguir y busca incendiar a los demás. Es una espada afilada que no se detiene ante
ninguna dificultad, hasta dejar sembrada la semilla de la Palabra de Dios en el mundo. Es
boca de profeta que No calla por respetos humanos, estructuras asfixiantes o miedo
disfrazado de prudencia. Calzados con el celo por el Evangelio (Ef 6,15), para llevar la
Buena Nueva hasta los confines de la tierra. Su único acompañante es el bastón, como el
de Moisés, para mostrar que con el poder de Dios es posible atravesar el Mar Rojo de las
dificultades y los problemas.

Este celo debe convertirse en pasión, que coloca el trabajo evangelizador por encima
de cualquier otra cosa en la vida. Es más: es necesaria una obsesión en la que lo único
importante en la vida sea el anunciar la persona, la vida y las enseñanzas de Jesús, así
como instaurar su Reino de justicia, gozo y paz en este mundo.

Pablo estaba lleno de este celo cuando exclamaba: ¡Ay de mí si no evangelizara! 1


Cor 9,16, por eso era capaz de superar todas las adversidades que nos cuenta en 2 Cor
11,23-29.

3- ANALISIS DE LA REALIDAD: Inculturar el Evangelio.

Yo soy el buen pastor y conozco a mis ovejas: Jn 10,14.

Si el buen pastor conoce a cada una de sus ovejas y las llama por su nombre, cada
evangelizador ha de ser sensible a la situación de vida de las personas, grupos o pueblos
que evangeliza. De otra manera no llegará a enraizar profundamente el Evangelio y se
quedará como un simple barniz superficial. Si no se aborda al hombre en el plan de Dios,
así como en su marco histórico, social y cultural, la evangelización corre el riesgo de no
transformar el centro de las decisiones, ni los valores ni los criterios que rigen la sociedad.

El mensaje no es una camisa de fuerza que se impone, sino una opción que se
propone a hombres libres, enmarcados en una cultura, para que con su voluntad hagan una
decisión de vivir el Evangelio, insertando los principios del Reino en su realidad histórica.

Las circunstancias sociopolíticas y culturales del hombre son el terreno donde se


siembra la Palabra. En ese marco concreto, el Evangelio se encarna para transformar las
situaciones de pecado en vida nueva.

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Es igualmente necesario tener en cuenta el proceso religioso y de vida de fe de la


comunidad, ya que el receptor del mensaje y su respuesta, son parte de la evangelización.
Inculturar el Evangelio es el gran reto de los evangelizadores, so pena de permanecer
en lo superficial o sentimental.
Cuando Jesús se le apareció a Saulo de Tarso en el camino de Damasco, le llamó por
su nombre en su lengua materna. El ideal del evangelizador es acercarse lo más posible a la
realidad concreta del evangelizado, hablándole en su propia lengua, para que pueda
comprender, aceptar y responder al mensaje.
El capítulo 16 de la carta a los Romanos es un maravilloso testimonio de un
evangelizador que conoce la comunidad, antes de evangelizarla.

4- VIVIR EL EVANGELIO: Creer lo que se predica y vivir lo que se cree.

Vivan de una manera digna de la vocación a la que han sido llamados: Ef 4,1.

Definitivamente el estilo de vida del evangelizador determina el mensaje que


transmite, ya sea porque adquiere una plusvalía o porque se desprestigia. El evangelizador
no es un frío transmisor de una propaganda, sino que encarna el mensaje, y él mismo, con
su estilo de vida, se convierte en parte del mensaje.
Por tanto, esto exige creer profundamente lo que se predica y vivir congruentemente
lo que se cree. El evangelizador no es un simple propagandista. Vive de acuerdo al
mensaje que transmite. Si no existe una congruencia de vida con el mensaje, éste se
desvirtúa y mal interpreta, ya que no es posible esperar que los demás crean en lo que el
evangelizador no profesa.
Pablo, porque vive lo que predica, se atreve a decir: Sean mis imitadores, como yo
soy de Cristo: 1 Cor 11,1.
Las cuatro condiciones para evangelizar son como los cuatro puntos cardinales que
orientan la predicación de un evangelizador.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 22


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Tema 6: KERYGMA Y CATEQUESIS

El siguiente relato contiene riquísimos elementos de la evangelizacion. Cada rase


esta preñada de un aspecto del trabajo evangelizador:

El Ángel del Señor habló a Felipe diciendo:


"Levántate y marcha al sur, por el camino que baja de Jerusalén a Gaza por el
desierto". Felipe se levantó y se fue.

He aquí que un eunuco etíope regresaba sentado en su carro leyendo al profeta


Isaías.
El Espíritu dijo a Felipe:
"Acércate y ponte junto a este carro".

Felipe corrió hasta él y le oyó leer al profeta Isaías; y le dijo: "¿Entiendes lo que vas
leyendo?"

El etíope contestó:
"¿Cómo lo voy a entender si nadie me lo explica?"
Felipe entonces, partiendo de este texto de la Escritura, se puso a anunciarle la
Buena Nueva de Jesús.

Siguiendo el camino llegaron a un lugar donde había agua. Entonces el eunuco dijo:
Aquí ¡hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?"

Entonces mandó detener el carro.


Bajaron al agua y Felipe lo bautizó:
Hech 8,26-39.

1- DIVERSAS FASES DE LA EVANGELIZACION

La evangelización es amplia y Compleja. Contiene varios elementos que conviene


distinguir. En primer lugar, por evangelización se debe entender toda la actividad tanto de
Jesús como de la Iglesia. Cada acción eclesial es evangelización que proclama, celebra o
vive el misterio de la salvación.
Una manera sistemática de dividir la labor evangelizadora de la Iglesia sería la
siguiente:

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 23


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

PROFETICA

EVANGELIZACIÓN
Palabra Proclamada:
Anuncio Verbal de la Buena Nueva
SACERDOTAL
Palabra Celebrada:
La liturgia, memorial de la obra salvífica
REGIA
Palabra celebrada:
Instauración del Reino de Dios

Las tres áreas van íntimamente unidas Son inseparables y se entrelazan entre sí. Son
como un trípode donde cada pie sostiene los otros dos.
Este estudio se limitará a tratar la evangelización profética, que anuncia con palabras
eficaces y testimonio de vida, la obra salvífica realizada por Cristo Jesús.

2.- DOS ETAPAS DIFERENTES Y COMPLEMENTARIAS

En el proceso integral de la comunicación del Evangelio se deben distinguir


claramente dos momentos sucesivos, que son complementarios e interdependientes:
- El primer anuncio de la Buena Noticia: Kerygma.
- La enseñanza progresiva de la fe: Catequesis.
EVANGELIZACIÓN

KERYGMA
Primer anuncio del Mensaje Cristiano
PROFÉTICA

CATEQUESIS
Enseñanza progresiva de la fe

Entre kerygma y catequesis existen profundas relaciones, pero al mismo tiempo


lógicas diferencias que conviene apuntar para distinguir. Se trata de dos pasos consecutivos
que se exigen mutuamente. Sin embargo, el kerygma siempre precede a la catequesis.

Si el kerygma es el fuerte golpe de la campana, la catequesis es el resonar, que se


extiende en el tiempo y el espacio. Toda campana tiene un tono, y el resonar es siempre en
el mismo tono. Por tanto, la catequesis prolonga el anuncio kerygmático. No es fría
doctrina o meras enseñanzas teóricas, sino la extensión y plenitud de la nueva vida traída
por Jesús. La vida se nos da gracias a la fe con la que respondemos al anuncio
kerygmático, pero la vida en abundancia llega a su plenitud a través de la catequesis vivida
en fe. Por esta razón, la línea que separa kerygma y catequesis es punteada y no continua.

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

La catequesis no incluye, ni menos suplanta, al kerygma. Lo supone. Se edifica sobre


la roca sólida de un kerygma que verdaderamente haya cumplido con su objetivo: nacer de
nuevo. La vida cristiana se inicia con un encuentro vivo y personal con Jesús. Sin esta
plataforma fundamental, todo lo que se edifique encima, ya sea catequesis, moral, teología
y hasta cualquier tipo de compromiso apostólico o social, será como construir sobre arena.

El gran error pedagógico en la pastoral evangelizadora, es que primero se "catoliza",


antes de cristianizar. Es decir, se insiste primordialmente en enseñar y catequizar a los
fieles sobre todas las verdades de la Iglesia Católica. La preocupación se ha centrado en
transmitir una sana y ortodoxa doctrina. Se ha querido formar santos y sabios cristianos, y
para lograrlo se les comunica el Catecismo... Sin embargo, se ha olvidado el principio
fundamental que Jesús le exigió a Nicodemo: ¡Hay que nacer de nuevo! Lo primero no es
ser "maestros en Israel", sino recibir y vivir la Buena Noticia de la salvación en Jesús.

Para que una vida crezca, es necesario que antes haya nacido. No se puede crecer en
la fe, si antes no se ha nacido a ella. El kerygma lleva precisamente esta finalidad:
mediante la presentación de Jesús muerto, resucitado y glorificado, tener una experiencia
de vida nueva gracias a la fe y la conversión, y experimentar a Jesús vivo, como Salvador
personal, como Señor de toda la vida y como Mesías que da el Espíritu Santo para
transformar nuestro mundo por el amor.

Pero, lamentablemente, muchas veces en la evangelización del pueblo de Dios se ha


dado por supuesto el haber cumplido efectivamente con todos los pasos de la proclamación
kerygmática. Por eso, se insiste prioritariamente en las verdades, las leyes divinas y los
dogmas a quienes nunca han conocido personalmente a Jesús como Salvador, ni lo han
proclamado como Señor de toda su vida, ni lo han experimentado como Mesías.
Algunas culturas indígenas de México tenían costumbres y creencias muy arraigadas.
Por ejemplo, colocaban alimento dentro de las tumbas, por si al difunto le daba hambre.
Sin embargo, en el campo religioso hemos vuelto a hacer lo mismo: para evangelizar
estamos colocando el rico alimento de la doctrina y la moral cristiana junto a cadáveres
que no tienen la vida de Jesús. ¡Se está Vitaminando a los muertos!
Cuando Jesús resucitó a la hija de Jairo, primero le devolvió la vida, y hasta después
la entregó a sus padres (la comunidad) para que le dieran alimento. El nunca intentó

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 25


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

devolverle la vida a base de alimento nutritivo. Primero la resucita y hasta después le da el


alimento. Este es el principio insustituible de toda evangelización. No se puede suplir con
catequesis, devociones o moral lo que ante todo es una experiencia de vida nueva. La
catequesis, para dar abundante fruto que permanezca, debe estar en su lugar: siempre
después del anuncio kerygmático.

PRIMERO SE NACE LUEGO SE CRECE

Una tarde de primavera estaban dos jóvenes enamorados a la orilla del lago Ipacaraí.
Mientras el sol se ocultaba y doraba las tranquilas aguas, el joven comenzó a decir con
dulce voz a la joven: “Casi todo en ti es hermosura y perfección: tus grandes y verdes ojos;
tu pelo bien cuidado; tu linda boca, roja y pequeña; en fin, todas las partes de tu rostro son
maravillosas; pero tienes un pequeño defecto... ¡todo lo tienes mal acomodado!"
Eso mismo sucede en la evangelización cuando prescindimos del kerygma: la moral
es perfecta, la doctrina ortodoxa, la liturgia precisa y el compromiso total. Todo está bien,
muy bien, hermoso y bello, pero tiene el mismo defecto: mal acomodado...

LA EVANGELIZACION SIGUE UN PROCESO


LOGICO

Cuando no respetamos el proceso normal de la pedagogía de Jesús en la


evangelización, es como si colocáramos el edificio al revés:

El kerygma es el cimiento de la construcción. La catequesis no suple ni antecede al


kerygma, el cual es, ante todo, vida. Después, y sólo después, vendrá lo demás. La
verdadera evangelización comienza con el kerygma, el cual es vida nueva, experiencia de
fe, Buena Noticia y poder del Espíritu. Primero es lo primero.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 26


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

LO PRIMERO ES LO PRIMERO:
EL KERYGMA:
JESUS

Hoy día, más que nunca, la Iglesia y el mundo están precisando ese nuevo
Pentecostés que manifieste con claridad y poder la vida abundante que Cristo vino a traer a
esta tierra.

Este libro, como el curso de formación de evangelizadores, no se propone ofrecer


una visión completa de la evangelización, sino solamente del primer paso que es el punto
de partida insustituible para todo lo demás y sin el cual trabajaríamos en vano en la viña
del Señor.
El propósito es simplemente plantear una inquietante pregunta, y al mismo tiempo
ofrecer una posible respuesta: ¿Por qué Pedro, el día de Pentecostés, convirtió a tres mil
almas con un solo discurso, mientras que nosotros con tres mil discursos no convertimos a
una sola? Tal vez porque no anunciamos lo que Pedro proclamó. Tal vez porque nos falta
el poder del Espíritu que Pedro tenía. Tal vez porque no somos testigos, sino simples
repetidores... ¡Tal vez por las tres cosas juntas!

EVANGELIZAR
NO ES LA TAREA PRINCIPAL DE LA
IGLESIA
ES LA UNICA

KERYGMA CATEQUESIS

ETIMOLOGÍA κήρυγμα proclamar, gritar. Κατηχέω guardar, retener.

Crecer en Cristo.
OBJETIVO Nacer de nuevo. Tener vida.
Tener vida en abundancia.
JESUS
Muerto Salvador Doctrina de la fe Moral
CONTENIDO
Resucitado Señor Dogma, Biblia etc
Glorificado Mesías
Se proclama a Jesús como la Se enseña ordenada y
Buena Noticia progresivamente
MÉTODO Se dirige principalmente a la Se dirige principalmente al
voluntad entendimiento
Testimonio personal Fe de toda la Iglesia

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 27


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Evangelizador testigo lleno de Catequistas maestro lleno del


AGENTE
Espíritu Santo. Espíritu Santo
Encuentro personal con Jesús
Encuentro con el Cuerpo de
por la fe y la conversión.
METAS Cristo: la comunidad
Proclamación de Jesús como
Santidad del pueblo de Dios.
Salvador y Señor.
Respuesta personal Respuesta comunitaria
Mi Salvador Nuestro Salvador
RESPUESTA
Mi Señor Nuestro Señor
Mi Mesías Nuestro Mesías y Maestro
TIEMPO Hoy Desde hoy...

Evaluación

En el Nuevo Testamento se encuentran textos ketygmáticos y textos catequéticos. A


veces también se entremezcla un aspecto con el otro. Analicemos algunos pasajes para
aprender a distinguirlos:

Para que todo el que crea en él (Jesús) tenga vida eterna:


Jn 3,15.

Es un texto eminentemente kerygmático, ya que habla de la fe para alcanzar la vida


nueva traída por Jesús.

Mujeres, amen a sus maridos como conviene en el Señor


Maridos, amen a sus mujeres y no sean ásperos con ellas.
Hijos, obedezcan en todo a sus padres...
Padres, no exasperen a sus hijos...:
Col 3,18-21.

Se trata de recomendaciones prácticas a la familia ya evangelizada, por lo que


podemos catalogarlo como catequesis moral. Es pues, un texto catequético.

Como el Padre me amó, ASI yo también los he amado.


Permanezcan en mi amor:
Jn 15,9.

Texto kerygmático en cuanto que manifiesta el amor de Cristo al hombre, pero al


mismo tiempo termina con una recomendación pastoral. Es, por tanto, kerygmático y
catequético.

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Analizar si los siguientes textos son kerygmáticos (escribir una K al lado) o


catequéticos (escribir una C al lado). En caso de que fuera al mismo tiempo kerygmático y
catequético, escribir KC.

A B C

1.- Mc 8,27-30 Lc 6,27-31 Mt 4,23

2.- Jn 20,24-28 Mt 5,1-11 Lc 10,17-20

3.- Jn 3,1-8 Mt 5,21-26 Lc 11,27-28

4.- Jn 4,41-42 Lc 6,20-23 Jn 15,9

5.- Jn 20,31 Lc 6,24-26 Jn 15,16

6.- Jn 3,18 Mt 15,10-20 Jn 21,17-18

7.- Hech 14,1 Hech 11,23 Rom 8,29-30

8.- Jn 7,39 Rom 12,6-8 Ef 3,17-19

9.- Hech 8,4-8 Ef 4,1-6 Mt 7,21-27

10.- Rom 10,9-10 Lc 6,36 Col 3,1-4

11.- Hech 8,35 Ef 5,31 Mt 11,28-30

12.- Ef 2,4-8 1 Tim 5,1-2 Ef 1,3-5

13.- Hech 8,40 Ef 4,31 Mt 16,13-19

14.- Hech 11,20-21 Jn 21,18 Col 1,21-23

15.- Jn 12,46 Mt 18,15-18 Heb 6,1-3

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Tema 7: KERYGMA DE JESUS

En este capítulo estudiaremos el contenido, objetivo, método y el puente de la Buena


Nueva anunciada por Jesús.
El predicador de Galilea inició su ministerio con una proclamación (kerygma) bien
definida, con un contenido específico y una metodología especial. Jesús mismo era
Evangelio y Evangelizador. Él era el mensaje y el mensajero a la vez. Vivía lo que
predicaba y predicaba lo que vivía. Su estilo de vida jamás contradecía sus palabras, y
éstas a su vez iluminaban el sentido de sus acciones.

JESUS
=
EVANGELIO
=
EVANGELIZADOR

La Buena Noticia no es algo. Es Alguien. Se trata de una persona que encarna la


Buena Nueva de Dios a este mundo.

CONTENIDO DEL KERYGMA DE JESUS: EL REINO

La religión de Israel había caído en el formalismo exterior. Las desafiantes voces de


los profetas habían sido suplantadas por las tradiciones humanas. Los ritos vacíos
sustituían la misericordia y la fe. El derecho era pisoteado por los poderosos, mientras los
pobres vivían sin esperanza de justicia. La cátedra de Moisés había sido usurpada por los
escribas y fariseos, mientras que los estandartes romanos ondeaban en la Torre Antonia…

"...entonces apareció Jesús": Mt 3,13.

Cuando nadie lo esperaba, de Galilea de los Gentiles, allende el Jordán, se encendió


una luz que habría de iluminar a cuantos vivían en sombras de muerte. El nombre de este
alegre mensajero era "Jesús", que significa: "Dios salva", y era hijo de María de Nazaret.
Su grito rompió el silencio y su voz resonó por todas las sinagogas del país,
anunciando una nueva doctrina que asombraba a todos (Mc 1,27).

a.- Mensaje central: el Reino

Si de alguna manera se pudiera sintetizar su mensaje, sería con esta corta frase: el
Reino.
El Reino no es un sistema político ni se reduce a un espacio geográfico, sino que se
refiere a la efectiva y real soberanía de Dios sobre su pueblo, que libremente acepta su
autoridad mediante la obediencia de su Palabra (J. Jeremías).

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 30


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

EL MENSAJE DE JESUS:
EL REINO

La Buena Nueva de que el Reino ya había irrumpido en este mundo, era gritada a los
cuatro vientos; por eso se le llama kerygma. Los tres primeros evangelistas coinciden en
sintetizar así la proclamación de Jesús. Mientras Marcos recalca la inminencia de su
llegada del Reino (Mc 1,14), Mateo insiste en que el Reino mismo es una Buena Noticia
(Mt 4,23), y Lucas subraya la necesidad de anunciar dicho mensaje (Lc 4, 43).

Así, pues, por pueblos y aldeas se escuchó la Buena Noticia;

 Ya se cumplió el plazo fijado por Dios.


 Ya pasó la etapa de la ley y se inaugura el año de gracia del Señor, con el perdón de
todas las deudas.
 Ya no es necesario ofrecer más sacrificios por el pecado, porque uno solo bastará
para cubrir los delitos de toda la humanidad.
 No se necesita ser bueno para estar con a Dios, sino que Dios-Bueno se ha acercado
a los hombres; de manera especial a los pecadores.
 Bienaventurados los pobres, porque Dios les hereda el Reino.
 Dios ha derramado su Espíritu, para liberar a los cautivos, dar vista a los ciegos y
conceder la libertad a los oprimidos.
 Llegó el tiempo de instaurar su justicia en este mundo.

Para iluminar este misterio, Jesús usó una gran variedad de imágenes, en las cuales
resaltaba diferentes elementos. No hizo grandes disertaciones filosóficas, ni
complicaciones rituales sino con la sencillez de sus parábolas, definió el perfil del Reino de
Dios.

EL REINO ES UN MISTERIO AL QUE


PODEMOS APROXIMARNOS A TRAVES DE
IMAGENES

b.- Características del Reino

Jesús, Buena Noticia del amor de Dios

La Buena Noticia del Reino no era sólo el anuncio de promesas, sino la presencia
misma de Jesús, activando la salvación de Dios. El Reino se personifica de alguna manera
en él mismo, Palabra hecha carne.
"Evangelio de Jesucristo.1, 1, quiere decir que Jesús- Mesías es la Buena Noticia. Lo
más importante no es lo que dice con su boca. Su persona es la Palabra misma de Dios que
muestra un mensaje: "Tanto amó Dios a este mundo, que envió a su Hijo único, para que
todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida": Jn 3,16.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 31


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Por eso, en siete ocasiones, Jesús se atrevió a referirse a sí mismo como el mensaje
mismo:
 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come este pan, vivirá para siempre: Jn
6,51.
 Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no anda en tinieblas, sino que tendrá la
luz de la vida: Jn 8,12.
 Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo: Jn 10,9.
 Yo soy el buen pastor, que da la vida por las ovejas: Jn 10,11.
 Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá: Jn 11,25.
 Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino pormí: Jn 14,6.
 Yo soy la vid y vosotros los sarmientos. El que permanece en mí; da mucho fruto:
Jn 15,5.

En el Reino no existe una ley que deba ser cumplida, sino una persona que encarna
los valores del Reino: Jesús. Él es la Buena Noticia. Su mensaje no es una teoría, sino un
estilo de vida Por eso, más que hablar del perdón, perdonó siempre a la Magdalena, a
Pedro y de manera singular a sus verdugos. Amó a todos, especialmente a sus doce
discípulos, a los pobres y a los pecadores. No vino a que le sirvieran, sino a servir. Todo lo
hizo bien y nunca hubo doblez en su corazón. Habló siempre con la verdad y, siendo
pobre, abanderó la justicia y la paz.
Armonizaba siempre con la naturaleza y con toda la creación. El mar, el desierto o
un monte se transformaban en el púlpito para su proclamación. Hablaba de los pájaros del
cielo, los lirios del campo, las estaciones del año y el relámpago que fugazmente aparece
en el firmamento. Convivía con las bestias del campo y respetaba tanto el equilibrio
ecológico, que permitía que trigo y cizaña crecieran juntos por un tiempo. Hasta concedía
una nueva oportunidad a la higuera estéril.
Su estilo de vida era una lámpara para iluminar el itinerario de la autenticidad. No
aceptó el camino fácil del triunfalismo mesiánico, Renunció a ser rey, para hacerse el
servidor de todos. No vendió su libertad interior para complacer a los que ostentaban el
poder civil o religioso. Nunca se sintió menos que los ricos de este mundo, pero tampoco
más que los pobres y pecadores. Supo relacionarse perfectamente con Dios como un Padre,
pues tenía la experiencia de ser el Hijo de las complacencias.
En su corazón jamás germinó la cizaña de la ambición o la Codicia. Era libre de todo
apego a las cosas materiales. Siendo rico, se hizo pobre, No tenía ni dónde reclinar la
cabeza y llegó al extremo de morir desnudo. No aceptó todos los reinos de la tierra cuando
le fueron propuestos por Satanás, o el trono que los judíos quisieron ofrendarle, después de
la multiplicación de los panes.
La forma como Jesús resolvía los conflictos y su postura frente a los poderosos, su
determinación ante las tentaciones y su respuesta frente al dolor y la muerte; en fin, su
jerarquía de valores y sus prioridades, eran Buena Noticia, porque así enseñaba cómo vivir
la libertad y la solidaridad que realizan a la persona y construyen el Reino de Dios.
En resumen, Jesús mismo, con su estilo de vida, no sólo es el mensajero sino que
encarna el mensaje. Precisamente por eso, con toda autoridad proclama: "aprendan de mí",
porque su vida misma es la más grande enseñanza del Reino (Mt 11,29).

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Jesús presentó el misterio del Reino en las coordenadas de signos y palabras


íntimamente conexos entre sí:

- Signos: Los ciegos recobran la vista, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y
los muertos resucitan (Mt 11,5). Los pobres son evangelizados, el Espíritu es derramado
sin medida y los demonios son expulsados con el poder de Dios. Estos signos
corresponden a los moldes proféticos sobre el Mesías prometido.
- Palabras: Su Palabra, cual semilla que va creciendo continuamente, produce una
generosa cosecha. Palabra sin igual, que no admite parangón, y todo mundo reconoce que
se trata de una nueva doctrina expuesta con autoridad (Mt 7,29).

Dios es papá

El kerygma de Jesús estaba cimentado sobre una roca firme y estable. En el Reino ya
no tiene sentido la noción de un Dios temible y justiciero, sino que se trata de un Padre
bueno que hace salir el sol sobre justos y pecadores. Su amor no se mide de acuerdo a la
conducta de los hombres, sino que brota de su ser de padre amoroso. Los judíos tenían
tanto respeto a Dios, que casi se adentraban en la frontera del temor. Jesús viene a revelar
que ese Dios santo y trascendente, ama a todos los hombres, especialmente a los más
necesitados.
Es más, no solamente es padre, sino "abbá", papá amoroso, que acoge a su hijo
fugitivo; y antes de ponerle un vestido nuevo, lo arropa con besos y abrazos. En vez de
rechazarlo por dilapidar la herencia o recriminarlo por haber difamado el nombre de la
familia, lo recibe con una gran fiesta, matando el becerro que había estado engordando
para ese día. Le otorga otra vez el anillo que da derecho a los bienes, le devuelve el vestido
de la dignidad de hijo, y concede sandalias nuevas para realizar contratos de compra-venta
con los bienes paternos. Su misericordia es siempre mucho mayor que cualquier pecado.
Por su Darte. El hijo mayor, que representa a quienes se consideran justos y buenos,
Solamente cumplía las órdenes laborales, pero nunca había experimentado que tenía
derecho a matar el becerro cebado y vivir en permanente fiesta. No se consideraba hijo,
sino simple siervo (Le 15,11-32).

Enviado a los pecadores

Lo más asombroso, y hasta cierto punto desafiante para la mentalidad religiosa


contemporánea, era cuando Jesús gritaba a los cuatro vientos que Dios amaba
particularmente a quien carecía de todo. Dios había tenido misericordia de los pecadores y
era a ellos a quienes había enviado a su Hijo único.
Para la ideología de aquellos tiempos, todo transgresor de la ley, ya encontraba serios
problemas si intentaba acercarse a Dios. Pero que Dios mismo fuera quien saliera en su
busca, como lo anunciaba Jesús, era absolutamente inconcebible. Por eso, para desafiar sus
estructuras, formula una pregunta muy comprometedora: ¿Quién de vosotros que tiene 100
ovejas y pierde una, no deja las 99 en el desierto y va a buscarla hasta que la encuentra?
¿Quién se atreve a arriesgar 99 ovejas solas en el desierto, expuestas a las bestias salvajes?
Si se considera a las 99, lógicamente la respuesta es negativa. Pero Jesús sorprende cuando

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 33


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

afirma que el Buen Pastor decide ir a buscar la oveja perdida. Por eso, Jesús no va a la
Sinagoga de Jericó, donde se encuentra la "gente buena" de la ciudad, sino a la casa del
pecador más grande de la región: Zaqueo (Lc 19,1-10). Se sienta a la mesa de gente de mal
vivir y transita por la tierra de los Samaritanos. Esto le cuesta el poco honroso título de
"amigo de Publícanos" (Mc 2,15-16).
Al banquete del Reino son invitados los desheredados, pues el Hijo del hombre no ha
sido enviado a los justos sino a los pecadores. Son los cansados y agobiados quienes
pueden ser liberados de sus fardos. Incluso afirma que nadie que a él recurra, será echado
fuera. Así pues, todo hombre gozará de la garantía de la aceptación divina, cualquiera que
sean sus antecedentes penales.
Desde entonces, el pecado no es obstáculo para acercarse a Dios. Al contrario, si se
reconoce, es el punto de partida para ser justificado. Ciertamente este mensaje no era
comprensible, porque contradecía la actitud farisaica de quererse salvar por sí mismo. Por
eso simplemente se acepta o se rechaza. Ante la persona de Jesús no puede haber términos
medios. El que no está con él, está en su contra.

Todos hermanos y el amor por encima de todo

Si Dios es Padre, en consecuencia, todos somos hermanos. El primer mandamiento,


amar a Dios, va indisolublemente unido al segundo: amar al prójimo. La Nueva Ley
consiste en amarnos los unos a los otros como él nos amó, y es el distintivo que caracteriza
a sus discípulos (Jn 13,34).
Cuando un escriba interrogó a Jesús con el fin de ponerlo a prueba, el Maestro
contestó con una parábola que definitivamente sentenció su muerte en manos de los que se
habían establecido en la cumbre de la pirámide religiosa de Jerusalén. Presentó como
modelo de cumplimiento de la nueva ley del Reino, a un hereje Samaritano, que no había
recibido el sacramento de los hijos de Abraham: la circuncisión (Lc 10,29-37).

No es el sacerdote que lleva prisa por ofrecer sacrificios en el templo quien cumple
la voluntad de Dios, sino el samaritano que atiende a su hermano en necesidad. Los
deberes religiosos del Levita pasan a segundo término, pues el examen final no versará
sobre temas litúrgicos o dogmáticos, sino que se tomará el pulso al corazón: ¿se asistió al
hermano en necesidad? De allí que no se pueda llevar una ofrenda el altar de Dios, si se ha
profanado el santuario de la presencia divina que es el corazón del hermano.
Para los judíos de entonces, como para mucha gente de hoy, el cumplimiento formal
de la Ley, era el valor supremo. Sin embargo, él, como Señor del sábado, curaba, arrancaba
espigas y hasta hacía lodo para restablecer la vista de un ciego de nacimiento. Con esto
significaba que el amor estaba por encima de la Ley misma.
Jesús realizó un milagro muy significativo un sábado, en una sinagoga: la curación
de un hombre que tenía la mano derecha paralizada (Lc 6,6-11). Un pobre hombre,
incapacitado para Servil, se encontraba en el cruce de las dos coordenadas de la religión de
Israel: "la sinagoga", que representa la institución religiosa y "el sábado", que simboliza la
Ley. Sin embargo, ninguna de ellas fue capaz de restablecerlo. Entonces Jesús, para
mostrar la caducidad del sistema religioso imperante, realiza un signo profético: puso al
hombre enfermo "en el centro", para dar a entender que la persona debe situarse en el

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 34


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

corazón de toda institución y legislación. Entonces, a la Vista de todos, cura a este hombre,
mostrando así su Superioridad sobre la sinagoga y el sábado. Los fariseos, que
comprendieron perfectamente el significado y las consecuencias de esta acción profética,
allí mismo comenzaron a tramar cómo eliminarle (Mc 3,6).
Se trata de una revolución más trascendente que la de Copérnico, pues según Jesús,
Dios no es satélite de ningún sistema religioso, ni su órbita está marcada por un calendario
que deba obedecer inexorablemente. El centro alrededor del cual gira la religión, la ley y
toda la vida, es el ser humano, al cual ama tanto, que le ha enviado a su Hijo único.
El sencillo predicador de Galilea, que no estudió en ninguna de las prestigiadas
escuelas rabínicas, pone soberanamente todas las cosas en su lugar:
 En el Reino, los últimos serán los primeros.
 Hay más dicha en dar, que en recibir.
 Las prostitutas y pecadores aventajarán a piadosos escriba? y meticulosos fariseos
en el Reino de los cielos.
 El más grande, es el que sirve.
 El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado.
 Hay más alegría en el Reino por un pecador que se convierte, que por 99 justos que
no tienen necesidad de penitencia.
 En el Reino, lo más importante no son los ayunos, las largas oraciones o las anchas
filacterias, sino la justicia, la misericordia y la fe.

Valor de la persona

En el Reino, la persona vale por sí misma, independientemente de su condición


social o religiosa. La dignidad del hombre no radica en lo que tiene, sino en lo que es, hijo
de Dios; y en su capacidad de servicio a los demás. Por eso, Jesús testifica con su vida y
predica de muchas formas, que es absurdo invertir la vida acaparando riquezas o depender
de ellas. De esta forma, el mensaje del pobre predicador de Galilea era una estocada para
todos aquellos que trataban de enriquecerse con bienes materiales o con méritos delante de
Dios.
Una mujer fue sorprendida en adulterio. Según sus acusadores, respaldados por una
ley escrita en frías piedras, no merecía seguir viviendo. Sin embargo ella se convierte en el
mejor testimonio de cómo se valora la persona en el Reino. Para los escribas y fariseos, era
imposible que ella se regenerara, y por eso intentaban lapidarla. Sus acusadores
presentaron al Maestro, no a una mujer, sino una condenada a muerte. Jesús, por su parte,
no recibió a una pecadora, sino a una mujer, y así le llamó; rehabilitándola con su perdón y
confianza para no volver a pecar (Jn 8,1-11).
Jesús restablece a la suegra de Pedro, que congregaba todos los agravantes de un
marginado: mujer, enferma, suegra y era una carga para los demás. Pero Jesús restaura su
valor y la capacita para el servicio, haciéndola valiosa y necesaria para los demás (Lc 4,38-
39). Otras mujeres, como la Magdalena, Susana y Juana, fueron integradas al grupo íntimo
de los suyos, porque eran valoradas como personas (Lc 8,1-3).
Los niños, que no contaban en la sociedad judía antes de los trece años, no sólo
fueron objeto de su predilección y atención, sino que incluso fueron puestos como el
modelo para entrar al Reino (Mt 18,3-10).

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 35


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Pureza de intención

En el Reino hay una regla que no sigue los cánones de las apariencias de este mundo.
Lo más importante no es la acción que se realiza, sino la intención con la cual se llevan a
cabo cada uno de los actos. Lo que aparenta ser bueno y meritorio, como ayunar, orar o dar
limosna, si se realiza para ser vistos, saludados o reconocidos por los demás, no tienen
ningún sentido en el Reino (Mt 6,1-6).
Jesús reaccionó permanentemente contra los sepulcros blanqueados, o quienes
quisieron aprovecharse de Dios, convirtiendo el templo en una cueva de ladrones. Aceptó a
los pecadores y hasta se sentó en su mesa, pero nunca consintió en que se escondiera al
sanguinario lobo bajo el disfraz de una piel de oveja. Odiaba el maquillaje de los fariseos,
que se consideraban mejores que los demás y despreciaban a los otros. Por cumplir las
minucias del ayuno y los diezmos, desatendían lo más importante: la justicia, la
misericordia y la fe (Mt 23,23).
Lo que importa no es lo que se hace, sino la intención del corazón. Por eso, la viuda
que ofrece todo cuanto tiene, da mucho más que los ricos que acompañan sus cuantiosas
ofrendas con trompetas, para ser honrados por los hombres. Dios no considera la cantidad
que damos, sino con cuánto nos quedamos (Lc 21,1-4).
En el Reino no existe un código que se deba cumplir rigurosamente. A veces se debe
decir "sí", e ir más lejos de lo que se solicita (Mt 5,41), pero también hay que negarse
rotundamente cuando se nos pide renunciar a la luz (Las diez vírgenes: Mt 25, 1 - 13).
En ocasiones, hay que ofrecer la mejilla que no ha Sido golpeada, pero en otras se
debe cuestionar al agresor: "¿Por qué me hieres?". A veces no hay que resistir al mal, pero
también hay circunstancias en que se debe tomar el látigo contra los ladrones que atentan
contra los derechos divinos.

Salvación y perdón gratuitos

Todo el sistema religioso del pueblo de Israel giraba en torno a este presupuesto: hay
que ser bueno para acercarse a Dios; o por lo menos, hay que purificarse para no ser
fulminados por el fuego de su santidad. Con variedad de signos y parábolas, Jesús ponía el
centro de atracción en otro polo: la salvación ni se compra ni se merece, sino que es un don
del amor de Dios, que invita a su banquete a quienes no ostentan ninguna riqueza ni
privilegio de este mundo (Lc 14,12-14). Cuando un pecador, rechazado por la religión y
condenado por la ley escuchaba este mensaje de salvación gratuita, no podía permanecer
indiferente ante la oferta del perdón de Dios. Por eso, los fariseos estaban celosos de Jesús,
porque todo mundo lo seguía (Jn 12,19).
Cuando Saulo, ferviente fariseo, que cumplía escrupulosamente los 613 preceptos de
la ley, entendió esto, exclamó:
"nada vale mi justicia que viene de las obras, sólo cuenta la justicia que viene de
Dios". Había comprendido la esencia del mensaje de la Buena Noticia: la gratuidad de la
salvación. Lo que antes tenía por ganancia, ahora lo consideraba pérdida y estiércol, en
comparación del conocimiento de la Buena Nueva (Fil 3,4-11).

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 36


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Jesús derribó de su pedestal a todos cuantos confiaban en sus méritos, cuando narró
la parábola del dueño de la viña que salió desde las seis de la mañana a contratar operarios
para su campo. A las nueve, las doce y las tres volvió a buscar más obreros. A las cuatro de
la tarde lo hizo por última vez. Al caer el sol, llamó a quienes trabajaron sólo una hora y
les dio un denario completo. Los que habían llegado muy temprano se imaginaron que
ganarían mucho más, pero recibieron su paga de acuerdo a su contrato (Mt 20,1-16).
A quienes trabajaron sólo una hora, no les pagó, sino que les compartió de su
abundante generosidad. En cierto sentido no fue justo, porque su misericordia estaba por
encima de su justicia. Ciertamente la parábola guarda una gran dificultad para los que se
sienten con derechos delante de Dios. Pero para quienes reconocen estar en el grupo de los
que carecen de méritos, resulta muy esperanzadora. Todo depende en cuál equipo se
ubique el oyente.

Obstáculos del Reino

Aunque la puerta del Reino está abierta y no se exige cuota de entrada, el camino es
estrecho y está sembrado de obstáculos que impiden su ingreso:

- Considerarse justo y mejor que los demás: Tal vez la parábola que más sacudió la
institución de Israel, fue la del fariseo y el publicano, que subieron juntos a orar al templo.
El que confiaba en sus buenas obras, ayunos y cumplimiento formal de la ley, no recibió la
justificación. En cambio, quien simplemente reconoció su pecado y se abrió a la
misericordia divina, pudo experimentar el perdón (Lc 18,9-14).

- Confiar en las riquezas: La palabra del maestro de Galilea fue un látigo que fustigó
a los potentados, cuando expresó con toda claridad: es más fácil que pase un camello por el
ojo de una aguja a que un rico se salve (Mc 10,23-27). Las riquezas zanjan un abismo de
indiferencia frente a las necesidades de los pobres (Lc 16,19-31).

- El pecado: Porque esclaviza (Jn 8,34), se opone a la libertad que caracteriza a los
hijos del Reino. Entre los pecados más graves en el tabulador del Evangelio, se encuentran:
no compartir, ignorar al necesitado, la hipocresía y el aprovecharse de las cosas santas en
beneficio personal.

Nuevo Templo

Jesús sacudió la plataforma de la institución religiosa de Israel, cuando se atrevió a


proclamar que estaban contados los días del sacrosanto templo de Jerusalén.
En el Reino que se avecinaba, no sería necesario expiar cada año los pecados del
pueblo, pues se firmaría un nuevo Pacto con Dios, en el que se cancelarían los delitos de
toda la humanidad por la sangre de un nuevo Cordero. Por tanto, ya no quedaría piedra
sobre piedra de ese suntuoso santuario, sino que "en tres días" se reedificaría otro, que
nunca jamás sería destruido. Las autoridades religiosas no podían aceptar este desafío, que
además sonaba a provocación, pues era pronunciado en el mismo recinto sagrado (Jn 2,19-
21).

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Jesús le advirtió a la Samaritana que ya había llegado el tiempo en que la verdadera


adoración no sería en un lugar, sino de una nueva forma: en espíritu y verdad, por la simple
razón de que DIOS es espíritu y no depende de ningún templo fabricado por las manos
humanas (Jn 4,21-25).
Jesús mismo era el nuevo Templo, lugar de encuentro entre Dios y los hombres.
Nadie podrá ir al Padre sino a través de él. Es más, quien lo ve a él, ve al Padre, porque el
Padre y él, son una misma cosa (Jn 10,30).

Promesa del Espíritu

Jesús inició su ministerio al impulso del Espíritu que recibió en el Jordán. Gracias a
su fuerza, podía anunciar el Evangelio a los pobres, liberar a los cautivos y libertar a los
presos. El Espíritu de Dios lo animaba, dándole testimonio de ser Hijo amado del Padre.
La Fuerza de lo Alto, como también lo llamaba, lo capacitaba, no sólo para superar toda
adversidad y oposición, sino para un día dar la prueba máxima del amor: la vida por los
que amaba.
Como el derramamiento del Espíritu sobre toda carne identificaba los tiempos
mesiánicos, Jesús se comprometió a enviar "La Promesa del Padre" a todos cuantos
creyeran en él. Por eso, el día más solemne de la fiesta de las Tiendas, puesto en pie en la
explanada del templo, gritó: "Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí".
Esto lo decía refiriéndose al Espíritu Santo que debían recibir los que creyeran en él (Jn
7,37-39).
El Mesías, ungido con este Espíritu, era capaz de compartirlo, para participar la vida
en abundancia que había venido a traer. El Espíritu de la verdad recordaría todas sus
palabras y sería la fuente de la Nueva Vida de los hijos de Dios. Por otro lado, el que no
naciera del agua y Espíritu, no podría entrar en el Reino de Dios (Jn 3,5).
Jesús se comprometió solemnemente a bautizar en Espíritu, a quienes creyeran en él
como Salvador y Señor, porque la nueva vida sólo se posibilita gracias al Espíritu de Dios,
que es quien vivifica. El Espíritu construye el Reino de justicia, gozo y paz (Rom 14,17).

Pascua

El itinerario de Jesús tenía como meta subir a Jerusalén. En la ciudad de David, junto
con los suyos, habría de comer aquella pascua tan ardientemente esperada. Tan importante
y significativo era este momento, que lo llamó "la hora" de su glorificación, y lo anunció
en repetidas ocasiones a los suyos.
Llegada la noche en que habría de ser entregado, habiendo amado a los suyos que
estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Tomó pan en sus manos y, después de dar
gracias, lo partió y dijo: Este es mi cuerpo para la salvación de los hombres. Luego tomó el
cáliz de la Nueva Alianza y entregó su sangre como rescate de la humanidad.

Al día siguiente, mientras en el templo se celebraba el sacrificio vespertino, en la


afueras de Jerusalén era sacrificado el Cordero de Dios, que moría por nosotros y en vez de
nosotros. Se entregó voluntariamente como Cordero Pascual para perdonar el pecado del
mundo, derramando su sangre en la cruz como rescate de todos los hombres. Mostraba así

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 38


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

la prueba máxima del amor, dar la vida por sus amigos. En la cruz, Jesús vivió todo lo que
había predicado y al mismo tiempo sintetizó íntegramente su mensaje en siete frases.
Pero al tercer día, como lo había anunciado, resucitó de entre los muertos y está vivo
para nunca más morir. Se convierte así en signo de esperanza para todos, especialmente del
pobre y necesitado. Vence la muerte y es constituido Señor, lleno de todo poder en el cielo
y en la tierra. Con toda autoridad, envía a los suyos a anunciar su muerte y proclamar su
resurrección, anunciando la Buena Nueva hasta los confines del mundo.
Con la Pascua de Jesús, su muerte y resurrección, el Reino queda ya inaugurado. Han
comenzado los últimos tiempos, la era de la gracia y la verdad (Jn 1,17).

Formación de un pueblo

De muchas y variadas formas, Jesús insistió que el Reino no se vive en el


individualismo, sino en las nuevas relaciones de los hombres entre sí. Se trata de entablar
lazos donde se encarnen los valores y criterios evangélicos. Por eso, constantemente se
refiere a un rebaño, una familia o un pueblo. Por tanto, el Reino no se limita a los
corazones de las personas, sino que se extiende en todos los estratos de la vida humana.
Como semilla del Reino, Jesús eligió a doce discípulos, de los que nunca se separó
(evangelio de Marcos), y que serían el germen del nuevo Israel (evangelio de Mateo), con
el que Dios sellaría la nueva y eterna alianza. A Pedro le entregó las llaves del Reino (Mt
16,19), para abrir las puertas de la fe tanto a los judíos (Hech 2,14-36) como a los gentiles
(Hech 10-11), y así reunir en un solo pueblo a todos los hijos de Dios, que están dispersos
(Jn 11,52).
Ciertamente es un proceso, como la levadura que va fermentando toda la masa.
Comienza humildemente, como un granito de mostaza, pero no se detiene hasta llegar a
anidar a las aves del cielo, porque crece de día y de noche, aunque los hombres no sepan
cómo (Mc 4,26-32). El Reino tiene una fuerza intrínseca que va transformando al hombre
y a la sociedad, hasta manifestar que Dios es el Señor de la historia.

Conclusión
El Reino supera con mucho toda expectativa y sueño de los hombres. Es el más
invaluable de los tesoros; ante el cual, palidecen los demás valores. Es el hallazgo de la
Perla Preciosa, por la que se venden las otras perlas, pues se ha encontrado el valor
supremo de la vida (Mt 13,44-45). Quien ha encontrado el Reino, ha encontrado el sentido
de su existencia. Todo lo demás se considera simple añadidura (Mt 6,33).

El signo de haber encontrado la Perla Preciosa, es que se vive en plenitud de alegría


y gozo, aun en las renuncias que el Reino exija.

EL GOZO DE ENCONTRAR LA PERLA


PRECIOSA DEL REINO
ES UN VALOR ABSOLUTO.
TODO LO DEMAS ES AÑADIDURA

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Otros textos fundamentales


Tres pasajes resumen el contenido del Kerygma de Jesús:

Sermón de la montaña (Mt 5-7)

Es sobre todo en las bienaventuranzas donde se interioriza la Nueva Ley y se


proponen los valores que deben regir las relaciones de los hombres entre sí y de éstos con
Dios. Se trata de la carta magna del Reino.

Oración del Padre Nuestro (Lc 11,2-4)

Sintetiza las actitudes de quienes pertenecen al Reino. No se trata tanto de una


fórmula para ser repetida, sino de un programa de vida.

Siete palabras de la cruz (Lc 23,34.43.46; Mc 15,34; Jn 19,26-27.28.30).

Donde Jesús vive todo lo que había predicado y sintetiza toda su predicación.

Evaluación

a- Escribir las características principales del Reino, en orden de importancia:


b- Comenta la frase que más te impresione de:
a- El Sermón de la montaña
b- El Padre Nuestro
c- Las siete palabras de la cruz

OBJETIVO DEL KERYQMA DE JESUS: LA SALVACION

Si con una sola frase nos atreviéramos a sintetizar la misión central de Jesús, sería:
ser portador y actor de la salvación de todo el hombre y de todos los hombres. Su nombre,
Yeshuá, resume su misión: Dios salva. Por otro lado, él mismo lo confirma cuando afirma:
la salvación viene de los judíos: Jn 4,22.

I- Programa de trabajo

El pasaje que resume maravillosamente su misión en este mundo, se encuentra en su


carta de presentación en la sinagoga de Nazaret, cuando él mismo, partiendo de una
premisa, definió su objetivo en cinco puntos:
El Espíritu de Dios está sobre mí porque me ha ungido y me ha enviado:
- a anunciar la Buena Nueva a los pobres,
- a proclamar laliberación de ios cautivos,
- para dar la libertad a los oprimidos,
- a dar la vista a los ciegos

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- y proclamar el año de gracia del Señor:


Lc 4,18-19.
a- Evangelio a los pobres: abrirse a la salvación
Jesús es el alegre mensajero que anuncia que el tiempo de la servidumbre ha
terminado, porque el kairos, tiempo oportuno de la salvación, ha llegado. Dios ha tenido
compasión de su pueblo oprimido y ha enviado un Salvador que no sólo anuncia, sino que
realiza la salvación integral de la persona y la sociedad.
Únicamente quienes reconozcan y vivan su pobreza frente a Dios pueden ser
beneficiados de la salvación. Esto no debe ser interpretado como si el Evangelio fuera
exclusivo para una clase de personas ni menos una clase social, sino que es una invitación
universal para ser pobres y así ser destinatarios de la Buena Nueva. Quien no sea pobre no
podrá recibir las riquezas del Reino. Como el Reino no se compra ni se merece, sólo los
pobres lo heredan.

b- Liberación a los cautivos: liberación interior


Jesús es el liberador que desata las cadenas interiores: miedos, odios, resentimientos;
amarguras, desconfianza, egoísmo y todo tipo de envidias y divisiones. El hombre por sí
mismo no puede liberarse de estas ataduras, pero gracias a la verdad revelada por Jesús y a
su acción salvífica, es posible ser libre de todos estos lazos que oprimen su corazón.

c- Vista a los ciegos: revelar el sentido de la vida


Esta frase no se refiere sólo ni principalmente a la curación de la ceguera física, sino
de toda enfermedad producto del pecado que mantiene al hombre en la oscuridad de la
ignorancia. Se vive en las tinieblas mientras no se tiene la luz del conocimiento de la
verdad sobre Dios, el hombre y la creación. El origen de los más graves problemas de la
humanidad estriba en que el hombre no sabe de dónde vino, para qué está en este mundo y
a dónde va. Jesús revela el sentido de la vida y de ¡a existencia humana. Conocer la verdad
y vivirla, es lo que nos hace libres. Gracias a la verdad podemos ser libres y agentes de
liberación.

d- Libertad a los oprimidos: liberación exterior


No basta la liberación interior. Existen sistemas de injusticia que producen ambientes
de pecado, donde la persona está limitada en el ejercicio de su libertad (sistemas
totalitarios) o paralizada en su responsabilidad (sistemas capitalistas). Jesús, para instaurar
el Reino de Dios, posibilita el cambio de las estructuras injustas, los centros de interés, los
criterios y valores que rigen nuestra sociedad consumista y materialista.

e- Año de gracia del Señor: perdón de las deudas


En el año jubilar que se celebraba cada siete años sabáticos (cincuenta años), se
redimían todas las deudas Los campos y propiedades que por alguna necesidad habían sido
vendidos, regresaban a sus dueños originales. Toda deuda era condonada y se perdonaba
toda ofensa.
La plenitud de los tiempos es un año jubilar, cuando Dios perdona nuestras ofensas
para que nosotros perdonemos todas las deudas de nuestros hermanos.

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

SALVACION DE TODO EL HOMBRE Y


DE TODOS LOS HOMBRES

Dios quiere tanto la salvación de todos los hombres, como la salvación integra de
todo el hombre, que incluye otros dos aspectos que son complementarios.

II- Liberación del pecado

Le pondrás por nombre Jesús, porque él liberará al pueblo de su pecado: Mt 1,21.

El pecado, ruptura con DIOS, división entre los hombres y desarmonía en el interior
de cada uno, es la causa de todos los males en este mundo. Por eso la salvación, ofrecida
por Dios a través de Jesús, va directamente a la raíz del problema: nos libera del pecado.

Reconciliación: hacer la paz con Dios

Estamos en paz con Dios por nuestro Señor Jesucristo: Rom 5,1.
El efecto principal de la muerte y resurrección de Jesús es "reconciliar": hacer las
paces después de la guerra del hombre con Dios, y volverlo a la intimidad con el Creador.
Estando muertos por nuestros delitos y pecados; alejados sin esperanza, sin Dios (Ef 2,12),
hemos sido reconciliados en el Hijo y ya estamos en paz con Dios (Ef 2,14-18; Rom 5,1).
Si por la desobediencia del primer Adán nos separamos de Dios, con mayor razón, por la
obediencia del nuevo Adán hemos vuelto a la unión y comunión con El (Rom 5,12-21). Ya
fuimos reconciliados en Cristo Jesús quien, siendo una sola persona, es verdadero Dios y
verdadero hombre. En él está unida para siempre la humanidad con la divinidad.

Expiación de los pecados: pago de la deuda

Todos son justificados... por Jesucristo, instrumento de expiación (Propiciatorio)


por su propia sangre: Rom 4,24-25.
El Propiciatorio se rociaba con sangre de una Víctima para la expiación de los
pecados en el día del Yom Kippur, o gran día de expiación. Cristo Jesús es el nuevo
Propiciatorio que realiza la expiación de todos los pecados.

Liberación del pecado: propiedad divina

El pecado ya no dominará sobre ustedes, porque ya no están bajo la Ley sino bajo la
gracia: Rom 6,14.
Jesús no sólo borra y quita los pecados (en plural), sino que nos libera de la
esclavitud de todo pecado. Es decir, nos capacita para vencer el pecado en nosotros, para
que la maldad no señoree más en nuestras vidas y ya no sirvamos a la carne y sus malos
deseos que nos llevan a la muerte, sino que obedezcamos a Dios por la ley del Espíritu que
ha sido grabada en el interior de nuestro corazón. Para ser libres nos libertó Cristo: Gal 5,1.
Así como los hebreos, habiendo sido liberados del yugo del faraón, fueron adquiridos

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

como posesión divina, así también el nuevo Israel, libre de pecado, es propiedad de Dios,
gracias al alto precio de la sangre de Cristo (1 Cor 6,20; 7,23).

Justificación: fidelidad divina

Para Dios ser justo y justificador del que cree en Jesús: Rom 3,26.
El hombre, siendo pecador, no se puede justificar ni por buenas obras ni por justicia
propia (Ef 2,8-9). Sólo Dios Justo es capaz de justificar. Lajusticia de Dios no es una
justicia vengativa que castiga, sino una justicia salvífica, a través de la cual Dios muestra
su fidelidad y su amor. Cuando Dios hizo la promesa de salvación, quedó comprometido.
De no cumplir, Dios sería injusto con el hombre y consigo mismo. Por tanto, la justicia de
Dios es la fidelidad divina a Sí mismo y a los hombres.
Todos son justificados por el don de su gracia... para mostrar su justicia...
en orden a mostrar su justicia en el tiempo presente para ser El justo y ¡Justificador
del que cree en Jesús: Rom 3,24-26.

Herencia

Y si hijos, herederos: herederos de Dios y coherederos de Cristo: Rom 8.17.


Los hombres, por nuestros pecados, estábamos destinados a la muerte eterna, pero
purificados por la sangre de Cristo Jesús, fuimos declarados inocentes. Pero no sólo eso.
En vez de ser condenados, recibimos un Espíritu de filiación que nos hace herederos de
Dios y coherederos de Cristo Jesús. Con razón exclama la liturgia pascual: O felix culpa:
Oh bienaventurado pecado.
LIBERACION DE PECADO:
Reconciliación
Expiación
Liberación
Justificación
Herencia

Pero Jesús no sólo nos liberó del pecado. También venció la causa y quitó las
consecuencias:

- Causa: La causa última del pecado no es el hombre, hecho a imagen y semejanza


de su Creador, sino Satanás, que engañó a nuestros primeros padres. Jesús, nuevo Adán, es
el descendiente de la mujer que aplasta la cabeza de Satanás. El príncipe de ese mundo es
echado abajo por él. Por eso, una prueba contundente del mesianismo de Jesús, eran las
expulsiones de los demonios (Mt 12,28).
- Consecuencias: La separación de Dios, fuente de vida, trajo como efecto inmediato
la muerte (Rom 6,23). Al morir desnudo Jesús en la cruz, no sólo quita el pecado. Está
también cargando las consecuencias del pecado (Mt 8,17). Por tanto, ya ninguna
condenación pesa para los que están en Cristo Jesús, siendo la peor de todas las muertes,
Para Cristo, como para el creyente, ya no hay muerte (1 Cor 15,54-57). Enfermedad,

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tristeza, angustia, avaricia, deseos desordenados, afán de riquezas, inseguridad e ignorancia


han sido vencidos en la cruz de Cristo Jesús. Por tanto, la muerte de Cristo Jesús es
también liberación de opresiones, injusticias, guerras, sistemas antievangélicos y
estructuras antihumanas que violan la dignidad de la persona.

III Tener vida divina

Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia: Jn 10,10.

Jesús es la vida (Jn 14,6). Por tanto, quien tiene al Hijo tiene la vida: 1Jn 5,12, y no
le falta nada. Él es lo único realmente necesario en esta vida, porque quien lo ve o se
encuentra con él, ve y se encuentra con Dios: Jn 14,8-10.
La nueva vida no es saber muchas cosas, como Nicodemo, sino un nuevo nacimiento
que viene de arriba y que consiste en comenzar a vivir las primicias del Reino desde ahora.
Esta vida se manifiesta en todos los ámbitos de la realidad humana: dimensión política,
económica, cultural y religiosa. Es la implantación del Reino de Dios en este mundo a
través de la justicia, la libertad y la paz, en un desarrollo integral de la persona y la
sociedad.
LA SALVACION IMPLICA:
LIBERACION DEL PECADO
Y COMUNION CON DIOS
Y CON LOS HERMANOS

Evaluación
1- Explicar la misión de Jesús, partiendo de Lc 4,18-19.
2- -¿En qué consiste la liberación del pecado?
3- ¿En qué consiste ia Nueva Vida?

III- PUENTE DEL KERYQMA DE JESUS: NACER DE NUEVO

Todo este mensaje de Jesús parecía maravilloso. Pero la gente siempre se


preguntaba: ¿Cuál es el camino para apropiarse el don de la salvación? Se necesitaba un
puente que uniera al pecador con la fuente de salvación. Jesús dio la respuesta clara y
definitiva:

En verdad te digo: El que no nazca de lo alto, no puede ver el Reino de Dios: Jn 3,3.

No se trataba de un proceso físico, como pensaba Nicodemo, pues esto, ciertamente,


era imposible. Jesús se refería a un cambio completo de mente, que exigía dejar las
seguridades humanas y religiosas, para depender solamente del amor misericordioso de
Dios. Romper con el propio esquema de vida, para que Dios y su voluntad fueran los que
dirigieran los destinos de las personas y de la humanidad.

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EL UNICO PUENTE PARA ENTRAR AL


REINO ES:
NACER DE NUEVO

Es tan definitivo que si no se nace de nuevo, del agua y del Espíritu, no se puede ver
el Reino de Dios. Se trata, por tanto, de una obra de Dios, pero que exige nuestra libre
cooperación. Implica también mantenerse alertas y vigilantes, con la lámpara encendida, y
trabajar los talentos que fueron entregados.
Los sinópticos ofrecen tres facetas es este nacer de nuevo:

- Arrepentirse y creer

El Reino de Dios está cerca: arrepiéntanse y crean en el Evangelio: Mc 1,15.


Arrepentimiento, significa dejar los caminos del pecado y renunciar a la injusticia.
Creer no se reduce a creer en algo, ni siquiera en Jesús, sino en creerle a él: sus palabras y
enseñanzas, pero de manera especial a su estilo de vida, propuesto por él mismo. Creer no
se limita a un asentimiento mental, sino aceptar el designio del cielo nuevo y la tierra
nueva que Dios tiene para este mundo, y poner en juego toda la vida para instaurar el
Reino en este mundo.

- Convertirse y hacerse niño

Si no cambian y se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los cielos: Mt 18,3.


Este cambio consiste en una "metanoia", o sea, conversión radical y profunda
transformación de la mente y el corazón.
El hacerse como niño implica la capacidad para referirse a Dios como "Abbá, Papá",
depositando en El una confianza sin límite.

- Hacerse pobre

Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el Reino de los cielos. Lc 6,20.


El Reino es sólo para quien reconozca su insuficiencia para salvarse por sí mismo y
se abra al don gratuito de la salvación. Hacerse pobre no significa consentir ser
empobrecido por la injusticia y la ambición de los demás, sino la capacidad de compartir
todo con los demás, especialmente con los más necesitados. Es una libre decisión de
renunciar a las seguridades humanas que provienen de los signos de poder de este mundo.
El objetivo de la proclamación de Jesús es la salvación, pero esta se hace efectiva
sólo cuando el hombre responde con su fe a este don gratuito.

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LA SALVACIÓN ES UN DON GRATUITO QUE SE


HACE EFECTIVO AL NACER DE NUEVO:
CREER
CONVERTIRSE
HACERSE POBRE

IV- METODO DEL KERYGMA DE JESUS

Jesús usó una metodología eficaz para proclamar el Reino. Esta pedagogía es la base
para todo trabajo pastoral de sus seguidores, pues Dios no ha cambiado su método de
proclamación de la Buena Nueva de salvación.

El verbo se hizo carne y puso su tienda en medio de nosotros: Jn 1,14.

El marco de la metodología divina, radica en la encarnación del Hijo de Dios que,


siendo Dios, une en sí mismo la naturaleza divina con la humana. No sólo eso, sino que se
hace pobre entre los pobres. Toma condición de siervo y siervo obediente. Sus amigos y

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sus preferidos son siempre los desposeídos, los marginados y los que no tienen ningún
derecho social ni religioso.

Desde entonces, cualquier participación en la obra salvífica se hará en la comunión


de la acción de Dios con la colaboración de los hombres.

Con palabras y hechos

Jesús mismo era evangelizador y Evangelio (Mc 1,1). Él era el mensaje y el


mensajero a la vez. Vivía lo que predicaba y predicaba lo que vivía. Su estilo de vida jamás
contradecía sus palabras, y éstas a la vez iluminaban el sentido de sus acciones. Predicó
especialmente de dos maneras: con palabras y con hechos.

Con palabras: Una palabra sin igual que no admite parangón ninguno, que hacía
exclamar a sus oyentes: Nadie ha hablado como este hombre: Jn 7,46.

Con hechos: Jesús no sólo predicó con palabras, sino también mediante signos
proféticos. Cada acción de su vida estaba preñada de buena noticia. Por ejemplo, el perdón
de los pecados, el lavatorio de los pies y, de manera especial, su Pascua.

Lo más significativo era su persona y su estilo de vida: él mismo era la manifestación


de Dios: "Quien me ve, me escucha y me recibe, ve, escucha y recibe a mi Padre", repetía.
Su ser como su actuar, expresaban el gran amor de Dios, que había enviado a su Hijo
único, no para condenar al mundo, sino para que el mundo fuera salvado por él.

Al hacerse hombre y levantar su tienda en nuestro campamento, muestra que Dios


llega al hombre para que éste pueda acercarse a Él. Asume las necesidades humanas para
poder redimirlas. Se injerta en las coordenadas del tiempo y del espacio para dar sentido a
la historia.

Con autoridad

Enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus escribas: Mt 7,29.


Jesús predicaba con una autoridad diferente a la de escribas y fariseos, porque su
estilo de vida era congruente con lo que enseñaba: Vivía lo que predicaba y predicaba lo
que vivía. Allí radicaba su autoridad. La gente lo percibía y por eso creía en él y lo seguía.

Maestro itinerante

Jesús recorría toda Galilea... proclamando la Buena Nueva del Reino: Mt 4,23.
Jesús no tenía un lugar fijo de predicación, sino que iba por todas las regiones y
comarcas. Él tomaba la iniciativa, y como buen pastor, buscaba las ovejas perdidas:
entraba a la casa de Zaqueo, iba al encuentro de los pecadores. Incluso, traspasó los límites
de la tierra santa y entró en Samaría (Lc 17,11) y llegó hasta Tiro y Sidón (Mc 7,24.31).

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Con el poder del Espíritu Santo

Jesús recorría toda Galilea… sanando toda enfermedad y toda dolencia del pueblo:
Mt 4,23.
Otro elemento de la metodología de Jesús eran sus milagros y curaciones, a las que
San Juan llama señales, porque estaban llenas de simbolismo. No eran elementos
accidentales ni simplemente para convocar multitudes, sino que eran parte integral de su
pastoral salvífica. Entre ellos sobresale la liberación de endemoniados, por ser un signo
eminentemente mesiánico.
Pero si por el Espíritu de Dios expulso los demonios, es que ha llegado a ustedes el
Reino de Dios: Mt 12,28.
Cuando Pedro resume la acción de Jesús, afirma: Pasó haciendo el bien y sanando
a todos los oprimidos por el Diablo: Hech 10,38.

Con parábolas y citas del Antiguo Testamento

No les hablaba sino en parábolas: Mt 13,34.

Jesús enseñaba de manera sencilla para que todo mundo le pudiera entender. Usaba
imágenes de la vida diaria, la naturaleza y situaciones humanas normales. Se refería tanto a
animales como a los aspectos rurales y urbanos de la vida. A veces exageraba los
extremos, para llamar la atención o acentuar la importancia: la viga en el ojo, la piedra de
molino en el cuello, la deuda de diez mil talentos y tragarse un camello.

Por otro lado, recurrió frecuentemente a los textos de la Escritura. Hizo referencia
por lo menos a doce personajes del Antiguo Testamento. Citó la ley y los profetas, pero sus
libros preferidos eran los Salmos de su antepasado David y el de Isaías, el profeta
mesiánico.
San Mateo, que escribe para judíos, ha recalcado constantemente cómo viene a dar
cumplimiento a las promesas hechas a los Patriarcas y anunciadas por los profetas.

Vivía en comunidad e hizo escuela

Jesús nunca trabajó solo. De manera especial, el evangelio de Marcos nos presenta la
indisoluble unidad del Maestro con sus discípulos. Jesús formó una comunidad, y envió a
los suyos como el Padre lo había enviado a él. La obra del Bautista acabó con su muerte,
porque sólo formó discípulos y no apóstoles que a su vez formaran a otros. Jesús sí lo hizo.
Por eso su obra continuará hasta el fin de los tiempos.

JESUS ES LA BUENA NOTICIA

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El siguiente dibujo ilustra los elementos esenciales de la predicación de Jesús:


El Reino.

El castillo : El Reino de Dios.


El sol : El amor de Dios a todos.
Nube : Acción salvífica de Dios.
El foso : El pecado (incredulidad) y las riquezas que no
permiten la entrada al Reino.
El puente levadizo : Jesús, enviado del Padre.
Las dos cadenas : Nacer de nuevo.
Creer y convertirse en Jesús.
La cruz del puente : Muerte y resurrección de Cristo Jesús.
Serpiente : Satanás vencido.
Paloma : Don del Espíritu.
Personas adentro : La comunidad de salvados.

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Tema 8: KERYGMA DE LOS APÓSTOLES

Así como hemos estudiado el contenido, el objetivo y el método de la proclamación


de Jesús, ahora veremos esos mismos puntos en la predicación de los Apóstoles que toman
como punto de partida la proclamación de Jesús; sin embargo, el Espíritu Santo les revela
la verdad completa, que ellos a su vez han de comunicar a los oyentes de la Buena Nueva.

1 - CONTENIDO DEL KERYGMA APOSTOLICO: JESUS

Si la predicación de Jesús se centraba en la salvación hecha presente en el Reino, la


proclamación de los apóstoles y primeros evangelizadores era Jesús mismo como la
presencia salvífica de Dios.
El Reino se personifica en Jesús. Jesús-predicador de Galilea, después de su
resurrección, pasó a ser Jesús-predicado hasta los confines de la tierra. El Jesús
evangelizador se tras- formó en Jesús-Evangelio. La predicación apostólica se centró en la
persona y la misión de Jesús.

PREDICACION DE LOS APOSTOLES:


JESUS

¿Pero, qué era lo que se presentaba de este personaje? ¿Qué se decía de él? Lo
fundamental se encuentra maravillosamente resumido en los seis "discursos kerygmáticos,"
que son la síntesis de la predicación primitiva: Hech 2,14-39; 3,12-26; 4,9-12; 5,29-32;
10,34-43; 13,16-41.
Se llaman "kerygmáticos" por ser discursos de proclamación, de anuncio de la Buena
Nueva de la salvación. Los cinco primeros fueron pronunciados por Pedro y el último por
Pablo.
Se han agregado dos textos fundamentales:

- La predicación que Jesús hace de sí mismo a los discípulos de Emaús y en su


aparición de Jerusalén: Lc 24,13-48.
- El capítulo 15 de la primera epístola a los Corintios, que cronológicamente es el
texto más antiguo que relata la muerte y la resurrección de Jesús.

El siguiente cuadro sinóptico ofrece una visión panorámica del contenido de la


predicación primitiva. En la parte posterior del mismo se encontrará la explicación de cada
uno de los puntos.
JESUS
NO NOS SALVA.
¡YA NOS SALVO!

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GLORIFICADO RESUCITADO MUERTO
JESUS

Exaltado a la diestra de Dios, JESUS


- recibió el Espíritu Ustedes lo mataron clavándole en
Dios le resucitó librándole de los una cruz entregado según un Nazareno, hombre, acreditado
Santo dolores del Hades 24 determinado designio y con milagros, prodigios y señales
conocimiento de Dios 23 que Dios hizo por su medio 22
Hech 2, 14-39

El Dios de Abraham, Isaac y de


Jacob ha glorificado a su siervo Jesús Ha resucitado Dios a su siervo para A quien entregaron haciendo JESUS
13 ustedes, para bendición , para morir al Autor de la vida
apartarnos de nuestras iniquidades Anunciado por boca de todos sus 13

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Santo y Justo 14 26 profetas 18
Hech 3, 12-26

A quien crucificaron JESUS


A quien Dios resucitó de entre los
10-

Piedra angular 11 Cristo Nazareno


12.20
PEDRO

muertos 10 10
Hech 4,

Dios le ha exaltado con su diestra A quien mataron colgándole de JESUS


para conceder a Israel la conversión y El Dios de nuestros padres resucitó un madero
29-32

30
Hech 5,

el perdón de los pecados a Jesús 30

JESUS de Nazareth a quien Dios


Dios le resucitó al tercer día
ungió con Espíritu Santo y con
Se apareció a los testigos, a A quien llegaron a matar Poder, pasó haciendo el bien y
Señor y Juez 36.42
nosotros 40-41 colgándole de un madero 39 curando a todos los oprimidos
por el Diablo porque Dios estaba
Hech 10, 34-43

con él
Dios le resucitó de entre los Pidieron a Pilato que le hiciera De la descendencia de David,
muertos para nunca más volver a la morir 28 Dios ha suscitado a
41

Salvador 23 corrupción Lo bajaron del madero y


34 pusieron en urt sepulcro 29 JESUS
Hech 13, 16-

Murió por nuestros pecados


PABLO

Fue resucitado al tercer día


Fue sepultado CRISTO
Cristo : EL VIVIFICANTE Se apareció a
3
Cefas Según las Escrituras
1 Cor 15, 3-9.45
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JESUS

Por principio, no se le identifica por sus grandes títulos, sino simplemente por su
nombre propio:
Yeshúa que significa: "Yahvéh salva". Jesús es la Buena Nueva, que hace presente
el Reinado de Dios. En él se identifican la salvación y el salvador: Jn 4,22; Hech 4,2; 1 Tm
2, 5; Lc 2, 11.
Hombre: Es un personaje que pertenece cien por ciento a la raza humana. No se
proclamaba a Jesús como Dios sino primeramente como un hombre igual a los otros: Heb
4,15. Simplemente se afirma que Dios estaba con él: Hech l0, 38.
De Nazaret o Nazareno: Enmarcado en la geografía. De Galilea de los gentiles: Mt
4,12-16. Pertenece al pueblo elegido: Is 8,23-9,6.
De la descendencia de David: Enmarcado también en la historia, la historia de Israel
y en la familia de David (pastor y rey). Es el descendiente: 2Sam 7,11; Is 7,14; 9,5; 11,1;
Mq 5,3; etc., que instaurará el Reino de Israel: Hech 1,6.
Ungido con el Espíritu Santo: La característica más importante de Jesús de la cual
todos los evangelistas dan testimonio es que Dios lo ha ungido con Espíritu Santo: Lc 4,
18; Mc 1,9-11; Mt 3,13-17; Jn 1.32-34.
Profeta: No era un teólogo ni un maestro profesional, sino un carismático inspirado
por Dios: Mc 6,15; Mt 21,11; Lc 7,16; Jn4, 19.
Poderoso en obras y palabras: Síntesis de su ministerio donde se unen la acción
poderosa y la palabra eficaz. Luego se explícita más: hizo él bien, curó y liberó. Los
milagros, prodigios y señales no eran adornos accidentales ni sólo pruebas de la veracidad
de su doctrina, Sino la salvación integral realizándose. El evangelio de Mateo resume las
palabras de Jesús cómo el de Marcos los milagros.

MURIÓ

Pedro responsabiliza a los judíos, especialmente a los Sumos sacerdotes y


Magistrados del pueblo, de la muerte de Jesús, pero ésta se lleva a cabo por manos de los
romanos: Pilato.
Por lo tanto, tanto los judíos como los gentiles, somos responsables de su muerte.
Pero en última instancia, a Jesús no lo matan, sino que él se entrega voluntariamente: Jn
10,18; Jn 13,1. Por eso San Pablo usa la forma verbal que es un aoristo (pasado) de voz
activa: 1Cor. 15,3.

Por otro lado constantemente se subraya que había un determinado, no determinista,


designo de Dios, anunciado por los profetas en todas las Escrituras.
En la cruz: Cinco de los seis discursos kerygmáticos hacen alusión a la ignominia
del madero, que si es un escándalo para los judíos y una locura para gentiles, para quien
cree se transforma en la fuerza y la sabiduría de Dios: 1 Cor 1,18. Por eso, Pablo no
predicará sino a Cristo crucificado: 1 Cor 2,2; y su gloria será la cruz: Gal 6,14.

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Padeció: La muerte de Jesús está enmarcada en su dolorosa pasión, la cual lo


identifica con el Siervo de Yahvéh anunciado por Isaías, donde se afirma que con sus
llagas hemos sido curados y que él soportó el castigo que nos trae la paz: Is 53,5.
Sepultado: Subraya el hecho de que Jesús estuvo verdaderamente muerto y que se le
trató como aun difunto.
¡...por nuestro pecados!
Con esta pequeña frase se explica el profundo significado y alcance de la muerte de
Jesús: 1 Cor 15,3; Gal 2,20.Jesús muere por nosotros y en vez de nosotros. Da su vida por
nosotros y a nosotros.

RESUCITADO

Jesús no resucitó sino que fue resucitado por el Dios de nuestros padres. Pablo usa la
forma verbal que es un tiempo perfecto de voz pasiva: 1 Cor 15,3-4.
Al tercer día: no Significa setenta y dos horas sino simplemente un corto lapso de
tiempo.
Se apareció a los testigos: Las apariciones son manifestaciones y experiencias para
quienes son testigos. Entre todos ellos destaca Simón o Cefas.
Jesús resucitado es:
- El Viviente: participio presente del verbo "vivir". Jesús está vivo hoy.
- Vivificante: participio presente del verbo "vivificar". Jesús resucitado es fuente de
vida y de fe: 1 Cor 15, 45;2 Cor 4,14 .

¡...para bendición!
Jesús fue resucitado en primer lugar para nosotros, capacitándonos con su poder para
apartarnos de nuestras iniquidades: Hech 3,26.

GLORIFICADO

Jesús, muerto y resucitado, fue exaltado y glorificado por el Dios de Abraham, Isaac
y de Jacob. Se continúa la línea salvífica del Antiguo Testamento.
A su diestra o por la diestra de Dios: Por el poder infinito de Dios recibe un puesto
de honor y los títulos más gloriosos:
- Salvador: El que nos libra de toda Opresión, especialmente del pecado, su causa y
sus consecuencias: Mt 1,21; Lc 2, 11; Jn 4,42.
- Señor: El nombre que ésta sobre todo nombre. Él es el Dueño y Administrador
regio de todo cuanto existe en el cielo y tierra: Flp 2,11; Mt 28,18.
- Mesías: El ungido con Espíritu Santo: Is 11,1; 42,1; 61,1 ¡queda Espíritu Santo: Jn
1,33; 7,39; 16,7.

¡...para conversión y perdón de los pecados!


Es decir, la glorificación de Jesús es para convertirnos y ser perdonados de nuestros
pecados.

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CONCLUSION

La predicación primitiva se centraba en Jesús y sus hechos de salvación. No se


presentaba una teoría, una moral o un dogma, sino a una persona viva: Jesús, y su
aplicación para nosotros:
- Murió por nuestros pecados.
- Resucitó para nosotros, para bendición.
- Glorificado para conversión y perdón.

El Evangelio no es algo, sino alguien: Jesús, cuya acción salvífica llega hasta
nosotros. Sólo se presenta y se proclama a una persona con una sola conclusión teológica:
por nosotros y para nosotros. San Pablo, lo resume así:
Jesús Señor nuestro, fue entregado por nuestros pecados, y fue resucitado para
nuestra justificación: Rom 4,24-25.

TESTIGOS.

Ahora bien, todos los discursos kerygmáticos terminan invariablemente diciendo que
los Apóstoles son testigos, no reporteros, de lo que están narrando. Ellos han
experimentado los frutos de la muerte y la resurrección de Jesús, y es por eso que no
pueden dejar de hablar de lo que han visto y oído.

2- INTENCIONALIDAD DE LOS HECHOS SALVIFICOS DE JESUS

Habiendo ya considerado los diferentes puntos de la predicación apostólica, es


necesario insistir en la intencionalidad de estos acontecimientos salvíficos.
Los apóstoles y evangelistas no eran simples reporteros que narraban lo sucedido en
Galilea y Jerusalén, sino que descubrían que todo esto había sucedido con una finalidad:

- Murió por nosotros: 1Cor 15,3.

Jesús muere en la cruz para sustituirnos en la muerte que merecíamos, para pagar el
salario del pecado.
- Resucitó para bendición: Hech 3,26.

Resucita para comunicarnos su vida de Hijo de Dios que nos permite ser herederos
de todas las bendiciones.
- Glorificado para conversión y perdón: Hech 5,31.

Cada título y exaltación que recibe, es en beneficio nuestro.

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LO MAS IMPORTANTE NO ES QUE JESUS


MUERA, SINO EL SENTIDO Y SIGNIFICADO
DE SU MUERTE.

LO MAS IMPORTANTE NO ES QUE JESUS


RESUCITE, SINO EL SENTIDO Y
SIGNIFICADO DE SU RESURRECCION.

LO MÁS IMPORTANTE NO ES QUE JESUS


SEA GLORIFICADO, SINO EL SENTIDO Y
SIGNIFICADO DE SU GLORIFICACION.

KERYGMA APOSTOLICO:
JESUS
con sus tres hechos salvíficos:
MUERTE, RESURRECCION Y GLORIFICACION
y sus tres títulos:
SALVADOR, SEÑOR Y MESIAS
en favor nuestro

3- OBJETIVO DEL KERYGMA APOSTOLICO: DON DEL ESPIRITU Y


COMUNIDAD

Los evangelizadores eran portadores de la Buena Noticia de la salvación realizada


por Cristo Jesús. Sin embargo, a medida que se extendía la predicación y pasaban los años,
se agudizaba más un problema: ¿Cómo lograr que la obra salvífica realizada en el Calvario

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fuera efectiva en diferentes lugares? ¿Cómo cruzar el túnel del tiempo para hacer presentes
los efectos de la muerte y la resurrección de Jesucristo y que su sangre preciosa perdonara
a personas de diferentes latitudes?
Cuando los apóstoles predicaban, tenían un objetivo invariable: que el Espíritu Santo
hiciera presente y eficaz en todo tiempo y lugar la salvación realizada por Cristo Jesús,
formando la comunidad de redimidos.

Don del Espíritu

Desde la primera predicación apostólica el día de Pentecostés, la gente se preguntaba


qué debía hacer para participar de la salvación. Pedro responde claramente, explicando el
proceso de la evangelización:
Arrepiéntanse y que cada uno se haga bautizar
en el nombre de Jesucristo para remisión de los pecados,
y recibirán el don del Espíritu:
Hech 2,38.

Pablo, por su parte, expone el mismo proceso:


En él también, ustedes, tras haber oído
la Palabra de la verdad, la Buena Nueva de la Salvación,
y haber creído en él, fueron sellados
con el Espíritu Santo de la Promesa:
Ef 1,13.

El culmen del proceso evangelizador es la recepción del Espíritu, para hacer presente
y eficaz la salvación de Jesucristo.
El Espíritu Santo otorga las primicias de la salvación definitiva que culmina en la
otra vida. Por eso, el derramamiento del Espíritu era una de las principales características
de los tiempos mesiánicos. Tan abundante sería, que tanto Juan Bautista como Jesús la
nombraron como "bautismo en el Espíritu" (Lc 3,16).
El Espíritu es quien revela la verdad completa sobre el plan de salvación y da
testimonio de Jesús como el único Salvador. No solamente está con nosotros, sino en
nosotros para hacer presente a Jesús y su salvación en todos los tiempos y lugares.
Es el Espíritu Santo quien abre los corazones para que se crea en la Palabra de
salvación, y él mismo es quien capacita para confesar a Jesús como el único Salvador y
Señor. El hombre puede tener todas las buenas intenciones para transformar su vida, pero
sin el poder del Espíritu Santo es imposible. El ser humano puede comprometer todo su
esfuerzo y buena voluntad para mejorar, pero ningún sistema, terapia, programa o
institución es capaz de transformar su corazón. Podría cambiar exterior- mente la conducta,
pero no los apetitos, deseos y motivaciones. Necesita el poder del Espíritu Santo que le
otorga nueva vida y lo hace nacer de nuevo para capacitarlo para lo que él no puede por sí
solo. En una palabra, su presencia y su actividad no son optativas sino absolutamente
necesarias.

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Con el don del Espíritu se sella la obra de la salvación. Es decir, se garantiza la


eficacia de la obra salvífica. Es el sello que garantiza que Jesús está realizando su obra de
perdón y liberación en este mundo.

EL ESPIRITU SANTO
hace presente y efectiva
LA SALVACION

Formar comunidad cristiana

Obviamente no basta un encuentro ocasional con Jesús, ya que el Reino pertenece


precisamente a quienes perseveren hasta el fin (Mt 10,22), unidos tanto a Jesús, como a sus
palabras y su mensaje. Se trata de una comunión tan profunda como la de los sarmientos a
la vid. Por eso el Maestro ordena a todos los suyos:

Permanezcan en mí como yo en ustedes...


El que permanece en mí como yo en él, ese da mucho fruto, porque separados de mi
NO pueden hacer nada:
Jn 15,4-5.

Jesús está presente en la comunidad de redimidos:


Sepan que yo estoy con ustedes hasta el fin de los tiempos: Mt 28,20.

Separarse de la comunidad, es privarse de la presencia gloriosa de Jesús resucitado,


como le sucedió al apóstol Tomás cuando abandonó la comunidad de discípulos de Jesús
(Jn 20,21)

Para permanecer con Jesús es necesario formar la comunidad cristiana. Por eso,
quienes recibieron el don del Espíritu en Pentecostés, perseveraban en la comunidad. Por
tanto, es imperativo permanecer con Jesús en su comunidad, viviendo el amor de Dios que
ha sido derramado por el Espíritu Santo que nos ha sido dado, creciendo en la nueva vida a
través de cuatro medios de crecimiento señalados en Hech 2,42-44:

- La enseñanza de los apóstoles que comunican la doctrina de Jesús.


- La comunión y participación de la vida divina, junto con los bienes espirituales y
materiales.
- Las oraciones donde se comparte la vida con Dios y con los hermanos.
- La fracción del pan que es el culmen de la iniciación cristiana.

El encuentro con Jesús lleva necesariamente al encuentro con el hermano. El primer


mandamiento, amar ¿Dios, va indisolublemente unido al segundo: amar al prójimo. La
salvación, como la luz, es expansiva por naturaleza. No se puede esconder debajo de la

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mesa, y se comparte con el hermano, especialmente con el más necesitado. Jesús está tan
presente en cada persona, que cualquier asistencia o indiferencia frente a las necesidades
del hermano, se consideran hechos al mismo Jesús (Mt 25,31-46).

PERSEVERAR CON JESUS EN LA


COMUNIDAD, AL SERVICIO DEL REINO

Un astronauta puede explorar los espacios infinitos en una cápsula. Un valiente


marinero se atreve a cruzar los siete mares en una balsa. Un solitario alpinista conquista las
cumbres nevadas. Todos ellos pueden lograr sus hazañas en tierra, mar y aire, ellos solos.
Pero, nadie, absolutamente nadie, ha intentado atravesar el desierto él solo. No podemos
llegar solos. Necesitamos marchar en caravana. Es la única forma de perseverar los
cuarenta años que se precisan para llegar a la tierra prometida.
Los apóstoles jamás perdieron de vista la visión de Jesús de instaurar el Reino de los
cielos en esta tierra. Por lo tanto, la salvación no es un asunto privado o personal, sino que
tiene alcances sociales. Jesús es Señor porque posibilita el comienzo de los cielos nuevos y
la tierra nueva en todos los ámbitos de la vida humana.
La maldad institucionalizada y la injusticia generalizada sólo serán vencidas por
comunidades de fe que muestren que el Reino ha llegado y que el amor, la justicia y la paz,
son posibles en este mundo, gracias a la victoria de Cristo Jesús sobre todo lo que es
muerte.
El culmen de la evangelización se da cuando los creyentes se unen entre sí,
participando del mismo pan de la Palabra y de la Eucaristía en la Cena del Señor, que es el
memorial del anuncio de la muerte y la proclamación de la resurrección del Señor Jesús.

LA INICIACION CRISTIANA CULMINA EN


EL MEMORIAL DE LA MUERTE Y LA
RESURRECCION DE JESUS, EN LA
CELEBRACION DE LA CENA DEL SEÑOR

EL OBJETIVO DE LA PROCLAMACION
KERYGMATICA ES RECIBIR EL DON DEL
ESPIRITU SANTO, QUE HACE PRESENTE A
JESUS Y EFICAZ SU ACCION SALVIFICA

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3- PUENTE DEL KERYQMA APOSTOLICO: FE Y CONVERSION

Cuando los primeros evangelizadores presentaban la Buena Nueva de la salvación, la


gente siempre les preguntaba cómo tener acceso a dicha salvación:

- ¿Qué debo hacer para ser Salvo?: Hech 16,30.


- ¿Qué debemos hacer?: Hech 2,37.
Las respuestas de Pedro y Pablo tienden este puente de dos carriles por medio del
cual se hace presente y eficaz la salvación de Jesús: la fe y la conversión:
- Pablo:
Cree y te salvarás tú y tu casa: Hech 16,31.
- Pedro:
Conviértanse y háganse bautizar: Hech 2,38.

LA SALVACION
necesita un puente de dos carriles:
FE Y CONVERSION

La fe y la conversión son los medios necesarios e insustituibles a través de los cuales


se actualiza en cada persona o ambiente la salvación y la liberación.
Por eso, los evangelizadores siempre buscaban:

- que los oyentes creyeran en Jesús: Hech 13,39.


- que se convirtieran a Dios: Hech 20,21.

Fe

La salvación ya está realizada plenamente por el sacrificio de una vez para siempre
de Cristo en la cruz. Jesús ya nos salvó, pero ¿cómo entrar en comunión con él para hacer
nuestra la obra salvífica? Primeramente por la fe, a través de la cual nos apropiamos lo que
nos corresponde por don de Dios: los méritos de la muerte y la resurrección de Cristo
Jesús. En él somos herederos de todas las bendiciones celestiales y salimos más que
vencedores en toda prueba y tribulación. La fe, pues, nos conecta directamente con la
fuente de gracia y nos permite tener acceso a la presencia divina, libres de todo temor al
castigo, porque ya nuestros pecados fueron perdonados y estamos en paz con Dios.

La fe es, pues, la respuesta que el hombre da a Dios. No es un sentimiento o


ideología, sino un modo de relacionarse con Dios, viviendo de acuerdo a su plan salvífico.
No es sólo un asentimiento intelectual, sino sobre todo una entrega sin condiciones,
aceptando la salvación a través de Cristo Jesús, lo cual implica necesariamente renunciar a
cualquier otro medio de salvación.

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No nos salvamos por nuestra propia capacidad, sino mediante la fe. San Pablo es tan
enfático como intransigente en este campo, afirmando que no es el cumplimiento de la ley
ni las obras buenas lo que nos salva, sino la fe.

Han sido salvados por la gracia mediante la fe,


y esto no proviene de ustedes, sino que es un don de Dios;
tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe: Ef 2,8-9.

El hombre no se justifica por las obras de la ley,


sino por la fe en Jesucristo: Gal 2,16.

Quien intente salvarse por el cumplimiento de la ley o realizando buenas obras, no


necesita de Jesús como Salvador, ya que él pretende ser su propio salvador. De esta forma,
la fe no es optativa. Es absolutamente necesaria y de ella depende la salvación:

El que crea y sea bautizado se salvará.


El que no crea se condenará: Mc 16,16.

Por eso, Pedro y Pablo terminan con una invitación a creer para apropiarse todos los
frutos de la redención:

Todo el que crea en él, alcanza por su nombre


el perdón de los pecados: Hech 10,43,
La total justificación
que no pudieron obtener por la Ley de Moisés, la obtiene por él todo el que cree:
Hech 13,38-39.

En concreto, la fe nos lleva a creer que ya fuimos perdonados y a vivir como tales,
sin ninguna condenación, porque ya nuestra cuenta fue saldada y estamos en paz con Dios.
Ya no somos esclavos del pecado ni siervos de Satanás, sino plenamente libres de toda
prisión y atadura. Experimentamos las primicias del Reino en nuestras relaciones con Dios,
con los demás, con la creación y con nosotros mismos, instaurando el cielo nuevo y la
tierra nueva.

La fe tiene tres facetas:

a- Creer
Creer no se limita a creer en Dios, sino que significa creerle a Dios, lo cual es muy
distinto. Creer en Dios no tiene ningún mérito, pues hasta Satanás cree en El. Creerle a
Dios, implica la entrega total y sin condiciones. No es creer en algo sino en Alguien. La fe
no se reduce a un asentimiento intelectual sino que es un modo de relacionarnos con Dios.
En definitiva es aceptar su plan de salvación.

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b- Confiar
Se trata de un abandono incondicional en las manos de Dios, Padre amoroso y
todopoderoso. No dependemos de nuestras culpas o buenas acciones, sino de los méritos
de Cristo Jesús en la cruz. Es la seguridad que Dios va actuar de acuerdo a sus promesas, y
por tanto nos libera de todo temor porque sabemos en quién hemos depositado nuestra
confianza.

c- Depender
La fe incluye obedecer a Dios o no es fe. La fe que salva hace que nos sometamos,
no por legalismo, ni por temor u obligación a Dios, sino por ser el Padre que nos ama y
quiere lo mejor para nosotros. En fin, la fe nos lleva a vivir de acuerdo a lo que creemos,
so pena de ser reducida a ideología, teoría o sentimiento.

Hay cristianos que están cerca de Dios, a veces muy cerca, como el ladrón del lado
izquierdo de la cruz, pero no le han dado la cara oculta, donde está la tiniebla del pecado o
alguna actitud antievangélica. Al volverse a Dios, todo cambia; o mejor dicho, cambiamos
nosotros. El cambio de moral no es condición para la salvación, sino consecuencia de
habernos vuelto a Dios.

4- CONVERSIÓN: CAMBIO DE MENTALIDAD Y DE VIDA

El otro carril del puente que nos conecta con la salvación, es la conversión, la cual es
expresión necesaria de la fe. Fe sin conversión sería como fuego que no quema o luz que
no ilumina. Sería una fe muerta e ineficaz.

En primer lugar, la conversión no se limita a un cambio de moral. Eso sería muy


poco. Es un cambio de vida; no por nuestras fuerzas y propósitos sino por la fe que nos
conduce a entregar nuestra vida de pecado a Jesús y recibir su vida de Hijo de Dios. El
comienza a vivir, amar, servir y actuar en nosotros y a través de nosotros. La conversión es
un cambio de vida: cambiamos nuestra vida por la vida de Jesús:

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LA CONVERSION:
VIDA DE JESUS
X
NUESTRA VIDA

Es darle la espalda al pecado, pero sobre todo es darle la cara a Dios; o mejor dicho,
entregarle el corazón.

Mercurio es el planeta más cercano al sol. Su temperatura es elevadísima y el calor


incandescente. Sin embargo, esto sucede sólo en la parte del planeta que da la cara al sol,
porque la que permanece del otro lado, es terriblemente fría y helada con temperatura que
se acerca al cero absoluto. Sólo cuando el planeta da vuelta y mira al sol, se ilumina su
área oscura y se calienta.

Otro aspecto de la conversión es el siguiente: vivir como hijos. Algunas personas han
centrado su cristianismo en estar alejados del pecado, pero no tienen la alegría de vivir en
fiesta, aun en medio de las adversidades de la vida.
Cuando se habla de la conversión de San Pablo no se refiere a que haya dejado su
vida de pecado, pues sabemos que era un ferviente fariseo y fiel cumplidor de los 613
mandatos de la ley judía. Saulo de Tarso se convirtió de justo a hijo. A raíz de su encuentro
personal con Jesús en el camino de Damasco, comenzó a vivir no tanto como justo, sino
como hijo de Dios.

Todos necesitamos de la conversión. De una nueva conversión. Por esta razón todos
los discursos kerygmáticos, después de presentar a Jesús muerto, resucitado y glorificado,
siempre culminan haciendo un llamado al corazón del hombre para que responda mediante
la fe y el arrepentimiento: Hech 2,37-38; 3,19; 5,31; 10,43; 13,38-39; Cf: Lc 24,46-48.

La salvación no es un hecho individualista, sino que tiene tres dimensiones:

Aspecto personal

Cada uno se haga bautizar Hech 2,38.


Hay un aspecto personal, no individualista, que es insustituible. Que cada uno se
arrepienta de sus pecados y decida aceptar a Jesús como el único Salvador, insertándose y
enraizándose en él. Nadie puede proclamar a Jesús, el Señor de la vida de otra persona. Es
una decisión personal, no endosable.

Aspecto comunitario

Perseveraban en la comunión: Hech 2,42.


Los bautizados entran a formar parte de una comunidad reunida en torno a la Cena
del Señor y la enseñanza de los Apóstoles. Si por algún motivo no se culmina con la

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integración de comunidades donde se viva efectivamente el amor y el perdón, y cada uno


pueda prestar un servicio a los demás, se está truncando el proceso evangelizador.

Aspecto social

Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común: Hech 2,44.
El evangelizado, como la comunidad no están cerrados, sino que prestan un servicio
al mundo. Su conversión es expansiva en orden a instaurar la civilización del amor. El
Evangelio transforma las estructuras sometidas bajo el poder del pecado: injusticias,
guerras, sistemas represivos que no valoran a la persona o instrumentalizan al hombre. El
Evangelio impregna las dimensiones política, económica, cultural y ecológica de los que
creen.

5- MANIFESTACIÓN EXTERNA DE LA FE Y LA CONVERSIÓN

La fe involucra a todo el hombre, y no sólo a una parte de su ser. Por tanto, debe
manifestarse en el exterior, cuanto haya profundizado en el corazón del creyente. Si la
conversión no se expresa de alguna forma, habría que dudar si es real. Por eso San Pablo
declara que para alcanzar la salvación se necesita no sólo creer con el corazón, sino
también declararlo con la boca:

Si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y que Dios le resucitó de entre los
muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia y con la boca
se confiesa para conseguir la salvación: Rom 1 0,9-1 0.

Cuando San Pablo se refiere a corazón y boca, está hablando tanto de lo más íntimo
como de lo más externo del hombre. Es decir, la fe debe ser tan profunda como manifiesta.
Por tanto, hay que expresar con hechos y palabras lo que creemos y esperamos. Así pues
en el proceso de la evangelización kerygmática es absolutamente necesario un momento
expreso para que el evangelizado tenga la oportunidad de manifestar su fe y conversión,
confesando a Jesús como el único Salvador y el Señor de toda la vida.

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Hay quienes tomando fundamentalista mente este texto piensan que es algo
automático: quien un día crea y una vez confiese que Jesús resucitó y es Señor, ya tiene
asegurado un lugar eterno en el paraíso. Pero también hay quienes precisamente por
reacción a la exageración anterior, no le dan ninguna importancia a la profesión pública de
la fe.
Creemos que lo correcto radica en entender la mentalidad de San Pablo. Lo que se
cree interiormente debe tener una expresión pública que nos comprometa a ser fieles al
Evangelio, ante los testigos ante los cuales declaramos nuestra adhesión total a Jesucristo.
Ciertamente no es cuestión de un acto aislado que automatiza la Salvación, sino de
una actitud de fe, ya que quien persevere hasta el fin ese se salvará (Mt 10,22). No se trata
de hacer un acto ocasional de fe, sino vivir la fe. El justo vivirá por la fe: Rom 1,17. La fe
es el medio por el cual Dios comparte su vida divina con el hombre.
En el ministerio de Jesús encontramos frecuentemente diversos tipos de
manifestaciones de fe que desatan el poder salvífico:

La hemorroísa, que toca con fe SU manto y es curada: Mc 5, 25-34.


-
Zaqueo, que se pone en pie y manifiesta su conversión: Lc 19,8.
-
Pedro, que proclama a Jesús públicamente como Hijo de Dios: Mt 16,16.
-
Tomás, que cae de rodillas y exclama: "Señor mío y Dios mío": Jn 20,28.
-
Los ciegos de Jericó que le gritan con fe: "Hijo de David": Mt 20,31.
-
La pecadora que lava públicamente los pies de quien le ha perdonado sus muchos
-
pecados: Lc 7,37-38.

En conclusión: se necesita una actitud de fe que se vive por continuos actos


concretos de fe en cada área y circunstancia en que sea necesario proclamar el Señorío de
Jesús. Lo que importa son las actitudes, pero éstas se construyen con sucesivos pasos en fe.

Así pues la fe y la conversión se manifiestan de la siguiente manera:

- Con respecto a la fe: Jesús, mi Salvador personal


Confesar a Jesús como el único Salvador, implica rechazar cualquier otro medio de
salvación, felicidad, realización o plenitud que no sea él. Esto incluye una renuncia formal
a todo tipo y situación de pecado, sea personal o social. También incluye la renuncia a las
obras de Satanás, como todo tipo de esoterismo, adivinación, curanderismo, magia,
horóscopos, talismanes, etc.

No hay otro nombre dado a los hombres por el cual podamos ser salvados: Hech 4,12.

- Con respecto a la conversión: Jesús es mi Señor:


Proclamar a Jesús como el Señor de todas las áreas de la vida
Rendírsele sin condiciones y permitirle tomar el control de todo el ser.

Jesús es el Señor cuando él efectivamente gobierna y dirige la vida de una persona


que se decide vivir de acuerdo a los principios evangélicos y los valores del Reino.

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Si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios lo
resucitó de entre los muertos, serás salvo: Rom 10,9.

- Invitar a Jesús vivo al corazón


Él está a la puerta y llama, esperando que se le abra para entrar y llevar una íntima y
directa comunión con cada persona. Se trata de una efectiva aceptación no sólo de la
persona de Jesús, sino también de su mensaje- El Reino de DIOS

Mira que estoy a la puerta y llamo.


Si alguno oye mi voz y me abre la puerta, cenaré con él y él conmigo: Ap 3,20.

LA FE Y LA CONVERSION DEBEN TENER UNA


MANIFESTACION EXTERIOR

Explicación del dibujo siguiente:

1- Contenido
- El acumulador o batería: Jesús, fuente de energía. Con tres hechos salvíficos y sus
tres títulos.
2- Objetivo
- Foco o bombilla apagada: El hombre pecador.
- Foco encendido: Hombre salvado por Jesús.
- Luz: La vida nueva expulsa las tinieblas. Nos libera del pecado.
- Sello: El don del Espíritu para los creyentes.
- La cruz: La comunidad, cuerpo de Cristo, que está marcada por la Pascua (muerte y
resurrección de Jesús).
3- Medio
- Cables: A través de ellos llega la energía al foco (bombilla):
- La fe que hace presente a Dios en el hombre.
- La conversión que nos hace volvernos a Dios.

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DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 66


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

6- METODO DEL KERYGMA APOSTOLICO

Los Apóstoles siguieron la metodología delineada por Jesús, adaptándose a cada una
de las circunstancias.

En comunidad enviada por Jesús

Como el Padre me envió, yo también os envió: Jn 20,21.

Tienen conciencia de ser enviados, No predican por cuenta propia ni por obedecer a
hombre alguno, sino a Dios mismo: Hech 5,29.

Pablo fracasa en Atenas por no tener comunidad (Hech 17,16-32).

Dynamis: Con el poder del Espíritu: curaciones y milagros

El gran protagonista de la evangelización es el Espíritu Santo. Todo se hace a su


impulso y con su poder. Pablo dice que predicó el Evangelio no sólo con palabras, Sino
con Espíritu Santo, signos y prodigios (1Tes 1,5). La sombra de Pedro, así como los
pañuelos de Pablo, curaban enfermos: Hech 5,15; 19,11. Restablecimiento de paralíticos y
hasta resurrecciones de muertos, son aspectos normales de la actividad evangelizadora. Las
comunidades apostólicas estaban llenas de los Carismas del Espíritu.

Limitar los carismas, es diluir el poder del Espíritu, y sería contradictorio a la


evangelización, que no es obra humana, sino de Dios, quien hace germinar la vida divina y
da el crecimiento.

Parresía: Con valentía y convicción (Hech 4,29)

Los apóstoles predicaban con tal parresia (fuerza, convicción y libertad de


expresión), que no podían dejar de hablar de lo que habían visto y oído, que tocaban los
corazones de los oyentes, para que se convirtieran a Dios y creyeran en el Señor Jesús.

Amor a los evangelizados

Un elemento que aparece sobre todo en las cartas paulinas, es su gran amor a los
evangelizados. No es posible hacer el bien a quien no se ama. Evangelizar es hacer
presente el amor de Dios a la comunidad, pero no de manera teórica o como propaganda,
sino entregando la propia alma por amor a los evangelizados (1Tes 2,8).

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Unidad

La unidad es la faceta externa del amor que caracteriza a los verdaderos discípulos de
Jesús. Por eso el gran signo y hasta condición para que la evangelización tenga fruto, es la
unidad de los evangelizadores (Jn 17,21).

En esto reconocerán que son mis discípulos: si se aman los unos a los otros: Jn 13,35.

conclusion
El kerigma de los apostoles es la continuacion del anuncio de Jesus, solo que a la luz
del Espiritu Santo, el centro del mensaje es Jesus mismo. Su objetivo es recibir el don del
Espiritu para parcipar de la nueva vida traida por Jesus; pero la hacemos nuestra mediante
un encuentro personal con Jesus, a traves de la fe y la conversión.

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Tema 9: EL PLAN DE SALVACIÓN

El kerygma no está aislado, sino integrado dentro del plan salvífico. Es el núcleo que
corona toda la historia de la salvación. Por tanto, hemos de conocer su interrelación, para
presentarlo dentro de este proceso y no como un aerolito sin relación con el pasado ni con
el futuro. De esta forma se nos facilitará ubicarlo, para vivirlo y trasmitirlo.

El maraviloso plan original

Dios quiere que todos los hombres se salven, es decir, que participen de la vida
abundante. Para ello diseñó la economía de la salvación, con diferentes pasos
sucesivos en la historia. La esencia de este plan es una Buena Noticia, que Pablo llama el
Evangelio de la salvación. Dios es amor y nos creó a su imagen y semejanza,
destinándonos a la comunión con El, con los demás y en armonía con nosotros mismos y la
creación. Toda la obra di vina fue muy bien hecha.
1TÍm 2,4
Jn 10,10 Ef 1,13 Gn 1, 27
Hech 8,35 1Jn 4, 8 Gn 1, 31

La cizaña del enemigo

Pero, por el engaño del padre de la mentira, entró la cizaña del pecado. El delito de
uno solo atrajo la condenación sobre todos los hombres.
El hombre prefirió sus propios medios para eternizar su felicidad y perdió la unión
con Dios, acusó a su mujer, y la creación misma se rebeló contra él.
A causa del pecado, nos alejamos de Dios y se abrió un abismo de separación
por no confiar en el plan divino y preferir el nuestro. Por tanto, fuimos expulsados del
paraíso, que significa el estado de armonía, comunión y felicidad.

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La consecuencia lógica de alejarse de la fuente de vida, es todo tipo de muerte, la


cual no es una Venganza de Dios por desobedecerlo; al contrario, Él nos advirtió que el
fruto prohibido traía consecuencias mortales.
Jn 8,44 Gn 3,8-12 Gn 3,23
Gn 3,1-5 Gn 3,17-19 Rm 6,23
Rm 5,18 ls 59,2 Gn 2,17
Gn 3,6 Rm 3,23

Imposible recobrar lo perdido

Desde entonces el hombre anda errante, buscando a tientas el retorno al paraíso


perdido, sin logar encontrar el camino. Lejos de Dios y sin esperanza, con una deuda
eterna que no es capaz de pagar. Esclavo del pecado y dominado por un cuerpo que
irremediablemente le conduce a la muerte.

Hech 1 7,27 Ef 2,12 Rm 6, 20


Gn 11,4 Mt 18 23-35 Rm 7, 24

El Prontoevangelio

Pero Dios, rico en amor, prometió un Redentor: Un descendiente de ia mujer


aplastaría definitivamente la cabeza de la serpiente que personifica al enemigo de Dios:
Satanás, el seductor del mundo, que ha sembrado la cizaña en el mundo.
En orden a cumplir su promesa, Dios escogió a un hombre (Abraham) y un pueblo
(Israel), para que fueran portadores de su plan de bendición para todos los pueblos de la
tierra. Habló por los profetas, y a través de ellos fue delineando el perfil del Mesías que
habría de salvar a la humanidad.
Ef 2,4 Mt 13,38-39 Gn 12,2-3
Gn 3,15 Lc 1,68-75 Hb 1,1
Ap 12,9 Hech 13,17 Jr 5, 39

El acusador
Mientras tanto, Satanás continuamente nos acusaba de nuestro pecado. De mil
formas nos mostraba, con fracasos y desilusiones, que no teníamos remedio, y que por
tanto estábamos condenados al sinsentido de la existencia, pues habíamos perdido la
brújula de la felicidad y nos habíamos extraviado del camino de la verdad.
Sin embargo, no le bastó acusarnos en nuestra conciencia, creando un complejo de
culpa, sino que de día y de noche estaba con su queja delante del trono de Dios. De
acuerdo a la ley, que afirma que el salario del pecado es la muerte, exigió que se aplicara
todo el rigor de la ley contra los culpables.
Nuestro caso estaba perdido, pues nos habíamos enemistado precisamente con el
único que tenía la capacidad de rescatarno.

Ap 13,7 Ap 12,10

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

El Abogado

Dios, como justo juez que se apega a la ley, tenía que condenar a la humanidad
eternamente. Sin embargo, para que el hombre fuera juzgado de acuerdo a la misma ley,
necesitaba ser defendido por un abogado.
Tanto amó Dios al mundo, que propuso esta difícil tarea a su Hijo único, el cual, por
amor al hombre, aceptó la defensa de un caso insalvable, respondiendo: heme aquí, que
vengo para hacer tu voluntad.
Llegada la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido bajo la ley, no para
condenar a nadie, sino para que el mundo se salve por él.
Para tomar entre sus manos nuestra defensa, siendo de condición divina, no retuvo
ávidamente el ser igual a Dios, sino que asumió nuestra carne sarx para poder comprender
la debilidad del ser humano y tener misericordia de todos los caídos.

El abogado está de parte nuestra. Él no toma el papel de juez, ni menos el de


acusador. Será defensor incondicional, al que debemos confiarle nuestros delitos, para que
pueda manejar nuestra defensa. Jesús nos defiende del acusador que pretende nuestra
ejecución. Por tanto, él no viene a ampararnos de un Dios furioso cuya irá esté a punto de
aniquilarnos. Al contrario, él ha sido enviado por un Padre amoroso, que busca la fórmula
para liberar a sus hijos de la acusación que pesa sobre ellos.

1Jn 2, 1 Gal 4,4-5 Hb 4,15


Jn 3, 16 Jn 3, 16-17 Hb 5,2
Sal 143, 2 Flp 2,6 Hb 7,25
Hb 10, 7 Jn 1,14 Jn 1,9

Mediador de una nueva alianza

Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, se convirtió en el único mediador entre


Dios y los hombres porque:
- Por un lado podía interceder por sus hermanos los hombres, por estar él también
envuelto en flaquezas.
- Por otro lado era fiel representante de DÍOS, para comunicar a los hombres el amor
y perdón divinos.

Hb 8,6 Heb 5,2 Jn 12,49


1Tm2,5 Ap 1,5

El juicio

Así pues, hace dos mil años se realizó el juicio de este mundo:
Dios, cual justo juez, debe dictar sentencia valorando los hechos presentados por el
acusador y los argumentos de la defensa. Su juicio ha de ser imparcial, sin favoritismos y
con apego a la ley.

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

El acusador presentó los hechos: El hombre es pecador y la ley dictamina que la


penalidad es la muerte. Luego alega con un argumento irrefutable:

Todos son pecadores, por lo cual demando la que se aplique todo el peso de la ley
condena de muerte para todos, porque no hay un justo siquiera. No hay quien pueda pagar
la deuda contraída por el pecado.

Ante estos cargos, el abogado preguntó: ¿No hay un solo justo que pueda salvarlos?

El acusador respondió con violencia: No hay ni un justo capaz de morir por los
injustos... Luego añadió, con sonrisa de satisfacción: La única solución es la muerte eterna
de todos...

El abogado, dirigiéndose al juez, que es su Padre, preguntó: ¿Si yo muero en vez de


ellos y pago con mi vida el precio que ellos deben a la ley...?

Juez: Hijo, te amo tanto como para permitir tu muerte, pero al mismo tiempo los amo
a cada uno de ellos. Por mi parte, no hay problema, pero ¿el hombre estará de acuerdo en
que tú lo suplas? ¿Te dejarán morir en vez de ellos? ¿Creerán realmente que tú pagas la
cuenta que ellos adeudan?

El abogado respondió: El que crea se salvará, Padre. Pero el que no crea...


¡Se condenará, se condenará!, afirmó furioso el acusador.

Jn 12,31a Rm 3,23
Rm 3,10-18 Rm 3.10
Rm 3,23 Mc 16 ,16
El abogado, por su parte, en vez de cobrarnos, pagó la cuenta que nosotros teníamos
pendiente, muriendo por nosotros en la cruz. Gracias a su sangre preciosa somos
perdonados de todos nuestros pecados.

A causa de que muchas veces se ha trasmitido la idea contraria, debemos recalcar


que la muerte no era demandada por el Padre amoroso, sino por Satanás, que se apegaba a
la letra de la ley. Por lo tanto, no es que el Padre, para cobrarse la deuda pendiente,
quisiera la muerte de su Hijo amado, a la manera de Huitzilopochtli, dios azteca que estaba
sediento de sacrificios sangrientos.

Hay quienes mueren por su patria o entregan su vida por una causa. Mas para la
salvación de la humanidad, nadie podía entregar su vida por otro, ya que todos éramos
pecadores. Sería como si un miembro de una pandilla que roba y asesina, es encarcelado y
sentenciado por el tribunal. Días antes de su ejecución, su compañero se presenta a la
policía para interceder por él: Yo vengo a entregarme para que dejen libre a mi compañero.
Obviamente la policía, en vez de liberar al otro bandido, lo condena también a él por sus
crímenes.

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Aquí radica el mérito de la entrega voluntaria de Cristo Jesús: El, siendo santo,
inocente e incontaminado, y no teniendo culpa personal qué pagar, murió por los impíos
para ser nuestro justificador.

Para que, libres de temor, volviéramos a la casa del Padre que nos espera con una
fiesta, porque hay más alegría por un pecador que se Convierte, que por cien justos que no
tienen necesidad de penitencia.

Quien reconozca sus pecados y los confíe a la defensa de Jesús, fiel y justo es El,
para perdonarlo y purificarlo.
Col 2,14 Rm 3,26 Lc 15,7
2 Co 3,6 Lc 1,74 1 Jn 1,9
Hb 7,26 Lc 15,18
1 Pe 3,18 Lc 15,23

Y no sólo eso. Su obra salvífica va más a fondo: Aniquila la ponzoña del pecado
mismo, para que ya no señoree sobre nosotros. Con su entrega de amor vence el egoísmo.
Muriendo pobre y desnudo, derrota la ambición de tener. Perdonando a sus enemigos
destruye el rencor.

¿Cómo lo hizo? El Cordero inmaculado se identifica con el pecado, y al morir en la


cruz Jesús-pecado hace morir en él al pecado con el cual está identificado. El soportó el
castigo que nos trae la paz, y por sus llagas hemos sido curados. Por su muerte aniquiló al
señor de la muerte: el Diablo y libera a los esclavos.

Jesús no fue víctima de un complot, o repentino secuestro que determinó su


ejecución. Él lo dijo claramente: A mí nadie me quita la vida; yo la entrego
voluntariamente, como la prueba máxima de un buen pastor que da la vida por sus ovejas.

Por su sangre sin tacha que significa la entrega en holocausto de amor y fidelidad,
ingresó al Santuario de Dios y nos adquirió el derecho de llegar hasta la misma presencia
divina, sin necesidad de pasar por recepcionista; como el niño que entra con plena
seguridad a la oficina del papá, sin pedir cita ni anunciarse previamente. Por este nuevo
camino de Cristo Jesús, no por el nuestro, podemos acercarnos a la presencia de Dios, pues
se derriban los muros que nos separan.
A las tres de la tarde del Viernes Santo sucedieron cuatro acontecimientos que
explican el valor Salvífico de la muerte de Jesús:

- Tinieblas. La oscuridad no es después, sino antes de la muerte de Jesús. Por tanto, a


las tres de la tarde aparece la luz, símbolo de la nueva creación que se está iniciando.
Gracias a la cruz, pasamos de las tinieblas a su luz admirable.

- El velo del templo se rasgó en dos: Fin del culto y la legislación mosaica, que han
sido sustituidos por una nueva ley y un nuevo santuario. Por otro lado, simboliza que ya
tenemos libre acceso a Dios.

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

- Muertos que resucitan: La muerte de Jesús produce vida a todos los hombres. La
vida de Dios se ha manifestado en este mundo.

- Temblor de tierra: Es el "Día de Yahveh", día de salvación para el pueblo de Dios.


Fuera de la cruz redentora, se derrumban todas las seguridades.

1 Co 15,55 Heb 10,19 Rom 8,2


2 Co 5,21 Heb 10,20 Ap 21,22
Is 53,5 Heb 10,22 Mt 27,52
Hb 2,14-15 Ef 2,14 Ef 2,5
Jn 10,18 Mt 27,45 Jn 1,2
Jn 10, 11 1 Pe 2,9 Mt 27,54
Hb 9,11-14 Mt 27,51 Am 5,18

La sentencia: perdon del pecado


Entonces Dios hace justicia. Por el amor que tiene a los hombres y viendo cuánto su
Hijo los ama también, en vez de condenar al hombre caído, es absuelto de todos sus
pecados, gracias a la sangre propiciatoria de su Hijo inocente.
Por la muerte del Hijo, en vez de ser declarados culpables, fuimos declarados
herederos de todos los dones celestiales, especialmente de la promesa: el Espíritu Santo
que nos hace exclamar: ¡Abbá, Papá! a Dios. Somos hijos en el Hijo y por tanto
coherederos con él.
Por otro lado, también hace justicia con su Hijo que murió en la cruz, resucitándolo
de entre los muertos, para nunca más morir.
Rm 3,21 Rm 8,17 Rm 8,15
Rm 3,24-26 Gal 3,29 Rm 8,17

El crucificado ha resucitado
El condenado a muerte está vivo, como primogénito de entre los muertos, para
garantizar la victoria sobre la muerte, el pecado y la ley. El que entregó su vida por
nosotros, al resucitar entrega su vida a nosotros. Así pues, en él fuimos resucitados. Como
nuevo Adán, es fuente de vida. La total justificación que no se obtiene por la ley, la obtiene
por él todo el que cree.

Al morir en la cruz parecía que Satanás había salido con la victoria; pero al tercer
día, el acusador es vencido, condenado y su reino destruido, mientras que a nosotros se nos
da la capacidad de llegar a ser hijos de Dios. Por tanto, ya no tenemos ningún miedo,
porque nuestro enemigo ha sido vencido completamente, gracias a la entrega voluntaria del
cuerpo de Jesús.
Mc 16.6 1Co 15,45 Rm 8, 15
Lc 24,5 Hch 13,38-39 1Co 15,55
1Co 15,20 Lc 24, 21 Hb 10,10
Rm 8.2 Jn 12,31
Rm 8,11 Jn 1,12

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Glorificado

Exaltado a la diestra del trono de Dios, recibe todo poder en la tierra, los cielos y los
abismos. El mismo Satanás, vencido, dobla sus rodillas ante el nombre de Jesús y se
convierte en basal lo del Rey victorioso.
Y si en Jesús hemos muerto al pecado, participamos de su vida sentados en los cielos
a la derecha del poder de Dios. Es decir, compartimos ya las primicias del Reino
definitivo, ¡... y todavía no se manifiesta sino un destello de lo que seremos después...!
Nos da la capacidad de cumplir la voluntad de Dios para lo que antes estábamos
incapacitados. Por nosotros mismos no podíamos cambiar de vida, pero gracias al poder de
la resurrección de Jesús, todo es posible para el que cree. Al resucitar ha vencido a la
muerte, y nos ha resucitado con él para ser más que vencedores de todo lo que sea muerte:
pecado, envidia, tristeza, egoísmos, lujuria, etc. Por su resurrección, existe la posibilidad
real de apartarnos de las iniquidades. Por su glorificación es posible la conversión: vivir la
comunión con Dios y el amor a los hermanos.
Al terminar Jesús su carrera en este mundo, fue honrado por su Padre con los títulos
más gloriosos, mismos que no son como medallas con decorativas, sino en favor de todos
nosotros. He aquí los más importantes:

Hb 8,1 Ef 2 6 Hech 3,26


Mt 28,18 Un 3 2 Hech 5,31
Flp 2,10 Flp 2,13 1 Jn 3,14
Col 2,15 Mc 9,23
Rm 6,8 Rm 8,37

Salvador

Nosotros decidimos abandonar la casa paterna, pero no teníamos la posibilidad de


volverá ella. No podíamos restablecer la comunión rota. Jesús es el único mediador entre
Dios y los hombres, y no hay otro nombre dado a los hombres por el cual podamos ser
salvos, ya que nadie va al Padre sino a través de él.

Tm 2,5 Hech 4,12 Jn 14,6

Señor
Tiene todo el poder en el cielo y en la tierra y señorea sobre nuestra vida, no para
tiranizarnos, sino para hacernos libres y participarnos su victoria.

Jesús es el Señor que lleva el control de la historia y es capaz de transformar en vida


todo tipo de muerte.
Toda lengua, en el cielo y en la tierra, confiesa que Jesús es el Señor, para gloria de
Dios Padre.

Flp 2,11 Hech 2,36


Rom 8,28 Hech 2,33

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Mesías

Jesús es el Mesías = Cristo lleno de Espíritu Santo, que lo recibe de manera especial
en su glorificación y que lo comparte con los suyos el día de Pentecostés.

La Nueva Vida: Criaturas Nuevas

No bastaba que nuestra deuda fuera condonada. Necesitábamos una fuerza nueva
para no volvernos a endeudar. La fuerza para no caer otra vez bajo el engaño de Satanás ni
bajo la esclavitud del pecado se llama "Poder de lo alto", el amor del Espíritu Santo que ha
sido derramado en nuestros corazones.

Precisamente por eso Jesús afirmó la víspera de su muerte, que convenía su partida
para enviar desde el cielo a otro abogado, cuya función sería no sólo estar con nosotros,
sino capacitarnos para vivir las primicias del Reino de justicia, gozo y paz.

Rm 8,12-13 Rm 5.5 Rm 14,17


Le 24,49 Jn 16,7

Si permanecemos por la fe en él, gozamos de la capacidad que antes no teníamos:


cumplir la voluntad de Dios. Gracias a su resurrección, todo es posible para el que cree y
salimos victoriosos de la envidia, rencor, vanidad, injusticia o guerra. Por su resurrección
nos podemos apartar de las iniquidades: mentira, injusticia y corrupción.
Gracias a la manifestación del Hijo de Dios, las obras del Diablo fueron
deshechadas. Gracias a la sangre del Cordero, formamos parte de su equipo vencedor y
proclamamos por sus méritos la victoria sobre el pecado y la muerte. Al nacer de nuevo no
sólo somos revestidos de Cristo, como algo exterior, sino que somos hechos criaturas
nuevas: Todo lo viejo ha pasado. Todo es nuevo.

1 Jn 3,6 Hech 3,26 Gal 3,27


Hb 13,21 1 Jn 3,8 2Co 5,17
Mc 9,23 1 Co 15,57

La Buena Noticia y la conversión

La Buena Noticia consiste en que precisamente cuando éramos pecadores, Dios


envió a su Hijo para salvarnos. Por tanto, el primer requisito para apropiarse la redención
de Cristo Jesús es reconocerlo a él como Salvador y Señor. Por otro lado, reconocerse
pecador es requisito, no obstáculo, para recibir la salvación. Esto nos exige un cambio
total, nacer de nuevo para ser como niño, y así entrar en este nuevo mundo llamado el
Reino de Dios.

Rm 5,8 Jn 3,3
Rm 10,9 Lc 18,16-17

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Perseverar en la comunidad

La caravana que se encamina a la tierra prometida pasa por el desierto, y éste sólo se
cruza en comunidad: Formamos un sólo cuerpo, siendo miembros los unos de los otros,
para realizar el crecimiento en Dios, gracias al amor derramado en nuestros corazones por
el Espíritu Santo que nos edifica como un templo de piedras vivas, donde Cristo Jesús es la
piedra fundamental y la columna son los Apóstoles y Profetas.

Rom 12,5 Rom 5,5 Hech 4,11


Col 2,1 1 Pe 2,5 Ef 2,20

La segunda venida

Jesús volverá otra vez; entonces sí como juez de vivos y muertos, para entregar a su
Padre el Reino.

Urge estar despiertos y haber duplicado los talentos que nos fueron confiados. Ya
Cristo viene y su llegada se prepara con las lámparas de la fe encendidas.

Hech, 10,42 Mt 25, 19-21


Hech 3,20 Lc 12,35

Conclusión: la paz con Dios

Habiendo recibido la salvación por la fe, estamos en paz con Dios y ya no tenemos
que escondernos de su presencia ni temer a un castigo celestial. Ahora podemos acercarnos
al trono de la gracia para obtener misericordia. En vez de la condena eterna, somos
herederos de una herencia eterna.

Rom 5,1 Gn 3,8 Hb 4 ,16

Decisión

El hombre no tiene sino esta disyuntiva: VIVIR bajo las acusaciones, el sin sentido
de la vida y la muerte eterna, o ser heredero de todas las bendiciones en el Hijo, gracias a
la fe. Aceptar la vida en el Hijo, o rechazar la Buena Nueva. Vida o muerte. Creer o no
creer.

El plan total de Salvación, así como la proclamación de Jesús y la predicación


apostólica, son tres melodías de una única sinfonía. El kerygma es la cumbre del mensaje
de la Buena Nueva. La cruz de Cristo muestra diferentes aspectos de la salvación.

Un 5,12 Rm6,23

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Tema 10: EL KERYGMA HOY


Ya hemos presentado la evangelización primitiva, tanto de Jesús como de los
apóstoles. Ahora es necesario aplicarla y adaptar esa misma predicación a nuestra
mentalidad. No puede haber otro Evangelio, pero éste se debe presentar de manera
pedagógica, de tal manera que transforme a todo el hombre y su entorno social, político y
económico. Si no se llega a inculturar el Evangelio se corre el peligro de reducirlo a un
barniz superficial.

1.- CONTENIDO DEL KERYGMA HOY

Conjugar kerygma con plan de salvación


Partiendo del plan original de Dios, pero al mismo tiempo constatando nuestra
realidad de pecado que contrasta con su amor, buscamos una respuesta, que sólo Jesús
ofrece a través del don de su Espíritu, para todos aquellos que crean y se conviertan. Vivir
el Reino de justicia, gozo y paz en esta tierra, como primicia de la salvación eterna, es la
solución para el drama que vive nuestro mundo.

De esta forma podemos elaborar el siguiente esquema, que integra tanto el Plan de
salvación como el Kerygma primitivo:
1- El amor de Dios, que busca nuestra felicidad
2- El pecado, que impide la manifestación de este amor.
3- La salvación de Jesús por su muerte y resurrección.
4- Fe y conversión para apropiarse la salvación.
5- Don del Espíritu, que hace presente y eficaz la salvación.
6- La comunidad donde se vive el Reino.

Presentación pedagógica
Antes de entrar a cada tema y su correlación, vamos a considerar que cada uno de
ellos debe reunir tres características:

- Directo: a ti
No se trata de hablar impersonal o teóricamente del amor de Dios, sino que "Dios te
ama personalmente a ti". No se presenta con erudición el tema sobre la esencia del pecado,
sino se interpela directamente al evangelizado más o menos de esta manera: "Tú necesitas
de salvación, porque no te puedes salvar por ti mismo". Más que una clase de Cristología,
se debe hacer presente a un Cristo Jesús vivo, con quien es posible tener un encuentro
personal para recibir el don de su Espíritu. En fin, se trata de aplicar cada punto a cada
evangelizado, para no hablar en abstracto, sino en concreto.
- Actual: hoy
No se trata de hablar de acontecimientos perdidos en el pasado, ni siquiera de lo que
sucedió hace dos mil años, sino de forma actual, haciendo presente la eficacia de la
salvación. Por ejemplo, más que referirse al Dios eterno, presentar al Dios que hoy ama,
hoy sana y hoy libera; que el hombre actualmente necesita ser salvado y que en estos

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 79


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

momentos puede experimentar la salvación, si hoy cree y se convierte; que el don del
Espíritu es para estos tiempos, y que urge vivir el Evangelio en la comunidad cristiana.

- Concatenando: los temas


Todos, los temas están íntimamente relacionados y dependientes entre sí, llevando
una secuencia lógica. Así lo muestra la siguiente presentación: Dios te ama, mas tu pecado
te incapacita para experimentarlo. Sin embargo, Él ya te perdonó y liberó por la muerte y
resurrección de Cristo Jesús. Lo único que tú debes hacer es creer y convertirte, para que
recibas su amor, que es el Espíritu Santo, y puedas vivir en la familia de Dios, la
comunidad cristiana. Con estas indicaciones, los temas quedan actualizados,
personalizados y unidos de la siguiente manera:

EVANGELIZADO EVANGELIZADOr
! Dios te ama hoy!
R/ porque eres pecador,
- Pero ¿por qué no lo experimento?
necesitado de salvacion
¿Cuál es la solución? R/ Jesus ya te salvó.
R/ Cree y conviértete ya,
¿Cómo hago miá la salvación? proclamando a Jesus como
salvador y Señor
R/ pide y recibe el don del
¿Como sucede eso?
Espíritu Santo
R/ Persevera con Jesus en la
¿Como continuo Creciendo?
comunidad.

Este dialogo es lógico, por lo que normalmente el mismo evangelizador lo induce en nombre del
evangelizado.

Contenido de los seis temas


Ahora veamos un esquema del contenido de cada uno de los seis temas
fundamentales del plan de salvación. Esta guía es sólo un esquema de las mil formas como
pueden ser expuestos. Nuestro objetivo no es proveer un modelo para ser repetido
detalladamente paso a paso; al contrario, cada evangelizador debe conservar la libertad
para presentar a su manera cada uno de los diferentes temas. Queremos simplemente
ofrecer un esquema de las ideas centrales de cada tema.

1- Amor de Dios: Dios te ama


Dios te ama personalmente:
- Amor firme y estable del padre (Is 54,10)
- Amor Incondicional y tierno de madre (Is 49, 15-16)
Dios quiere lo mejor para ti, porque eres su hijo y heredero (Ef 3,20; Rm 8,16
Dios toma la iniciativa y ama a los pecadores (1Jn 4,19; Rm 5,20).
Motivación: déjate amar por Dios

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 80


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Textos Biblicos para memorizar:


 Con amor eterno te he amado (Jr 31,3)
 Dios es amor (1Jn 4,8)
 Los montes se correrán y las colinas se moverán, pero mi amor de ti no se apartará
(Is 54,10)
 Otros textos: Is 43,1; 49,15; 1Jn 4,19

2- Pecado: No te puedes salvar por ti mismo


¿Qué es el pecado? No dar en el Blanco. Usurpar el reino de Dios.
Todos pecaron: pecados escandalosos y pecado de fariseos.
Consecuencias del pecado.
Motivación. ¡Reconoce tu pecado delante de Él!

Textos biblicos para memorizar:


 Todos pecaron y están privados de la gloria de Dios: Rom 3,23.
 Todo el que comete pecado es un esclavo: Jn 8,34.
 El salario del pecado es la muerte: Rom 6,23.
 Otros textos: Rom 11,32; 14,23; Sal 51,7; Gen 2,17; Jn 9,41; Prov 8.36.

3- Jesús única solución: Ya te salvó


La Buena Noticia: Jesús salvador. Único salvador (Jn 3,16-17; Mt 1,21)
Cómo fuimos salvados en Jesus
Un Unico Salvador: Jesús (Hch 4,12; 1 Tm 2,5)
Motivación: Jesus es el único salvador ayer, hoy y siempre

Textos biblicos para memorizar:


 Tanto amó Dios al mundo, que le envió a su Hijo único... no para condenar al
mundo, sino para que el mundo se salve: Jn 3,16-17.
 Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia: Jn 10,10.
 Jesús Nuestro Señor fue entregado por nuestros pecados y fue resucitado para
nuestra justificación: Rom 4,24-25.
 Otros textos: Rom 5,8; Col. 2,13-14; Ef 2,4-5; Un 1,7; Mq 7,19; Jn 16.33; Hech
4.12; 1Tm2,5.

4- Fe y conversión: Acepta el don de la salvación


Hacemos nuestra la salvacion mediante la fe (Hch 13,38-39; 16,30-31; Rm 10,9). Creer
con el corazon. Proclamar con la boca.
La fe que salva (Hb 11,1)
Frutos de la fe: experimentar la salvación (Ef 3,17; Col 3,3; Jn 1,12).
La conversión es: nueva metnalidad y pasar de las tinieblas a la luz (Jn 3,3; 1P 2,9)
Cambio de vida: la vida de Jesús por la nuestra.
Abrir la puerta del corazón (Ap 3,20). Proclamarlos Señor. Renuncia al pecado.
Motivación: confiesa a Jesús como tu único salvador. Invita a Jesús a tu corazón
y proclámalo Señor de toda tu vida.

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Textos biblicos para memorizar:


 Han sido salvados por gracia, mediante la fe, y esto no proviene de ustedes mismos,
sino que es un don de Dios: Ef 2,8.
 El que no nazca de nuevo, no puede ver el Reino de Dios: Jn 3,3.
 Arrepiéntanse y conviértanse para que sus pecados sean borrados: Hech 3,19.
 Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y me abre la puerta,
cenaré con él y él conmigo: Ap 3,20.
 Otros textos: Jr 31, 18; Rom 5, 1-2; Un 1,9; Hech 2,38.

5- Don del Espíritu: La Promesa es para ti


La promesa del Padre (Lc 24,49; Hch 1,4-5)
Pentecostés, cumplimiento de la promesa (Hch 2)
La promesa es para ti (Hch 2,39)
Frutos, dondes y carismas del Espiritu.
Motivación:!Pide y recibe el don del Espiritu !

Textos biblicos para memorizar:


 Yo les daré un nuevo corazón e infundiré un Espíritu nuevo: Ez 36,26.
 Serán bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días: Hech 1,5.
 La Promesa es para ustedes y sus hijos, y para todos los que están lejos; para
cuantos llame el Señor Dios nuestro: Hech 2,39.
 El que tenga sed, que se acerque; y el que quiera, reciba gratuitamente el Agua de
Vida: Ap 22,17.
 Otros textos: Jn 7,37-39 , Lc 11,13; Ez 37,14; Gal 3,14

6- Comunidad: Jesús está en el hermano


La iglesia (Hch 2,42-44)
La vida en comunidad (Mt 18,19;28,20)
Motivación: ¡Persevera con Jesús en la comunidad!

Textos biblicos para memorizar:


 Nosotros, siendo muchos, no formamos sino un solo cuerpo en Cristo, siendo cada
uno miembro de los otros: Rom 12,5.
 (El creyente) unido a Cristo, en quien todo el cuerpo, por medio de junturas y
ligamentos, recibe nutrición y cohesión, para realizar su crecimiento en Dios: Col.
2,19.
 Ustedes son linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido...
ahora son pueblo de Dios: 1Pe 2,9-10.
 Otros textos: 1Tm. 3.15: Ef 2,20; 4,11-13: Hech 2.42.

San Pablo evangelizaba a tiempo y a destiempo. Lo hacía en las plazas, las sinagogas
y las calles. Mientras viajaba en un barco, en el mismo Templo de Jerusalén o el areópago
ateniense. Se dirigía tanto a judíos como a gentiles, a pobres como a ricos. Sin embargo,

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

una de sus formas preferidas, era a través de epístolas, que hoy día son el gran tesoro de la
Iglesia.

Elabora una carta a una persona o familia concreta que sabes que necesita recibir la
Buena Noticia de la salvación en Cristo Jesús. Recuerda hacerlo de manera directa, actual
y concatenando los seis puntos. No olvides usar los textos bíblicos que ya sabes de
memoria.

OBJETIVO DEL KERYGMA HOY

Ya se definió claramente sobre el objetivo de la proclamación de la Buena Nueva


anunciada por los apóstoles: la salvación realizada por Jesús, alcanzada mediante la fe y la
conversión, confirmada por el don del Espíritu y vivida en la comunidad cristiana.

Ahora bien, dicho objetivo no puede ser cambiado sin traicionar la esencia del
Evangelio. De esta forma, el objetivo de anuncio de la Buena Nueva es que el hombre
íntegro, y todos los hombres, experimenten la acción salvífica de Jesucristo.

OBJETIVO: SALVACION DE TODO EL


HOMBRE Y DE TODOS LOS HOMBRES

- Salvación de todo el hombre


No sólo del alma o una salvación después de esta vida. Se incluye la realización
humana en este mundo y en todas las áreas del acontecer humano: economía, política,
comercio, cultura, ecología, el mundo del trabajo, etc. Todo ha de estar penetrado por la
acción salvífica de Cristo Jesús.

- Salvación de todos los hombres


La salvación no es asunto individualista. Todos los hombres somos interdependientes
y estamos comprometidos en la misma caravana rumbo a la tierra prometida. Esto implica
que la salvación alcance las estructuras, los modelos de pensamiento, los centros de interés
y todos los valores y principios que determinan la vida humana.

Así pues, la Buena Nueva de Jesús, es:


- Salvífica porque vence el pecado y sus consecuencias, restableciendo la paz con
Dios y liberando al hombre de toda condenación.
- Liberadora porque alcanza los sistemas y estructuras injustas, producto del
pecado, instaurando el cielo nuevo y la tierra nueva en este mundo.

Ahora nos enfocaremos a considerar las diferentes facetas del único Objetivo. Se
trata de seis metas intermedias que, todas cumplidas, configuran el objetivo general. Sería
como un dado que, siendo único, tiene varias facetas.

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Hemos querido destacar tanto lo que le corresponde al evangelizador (LETRA


CURSIVA), como lo que compete al evangelizado (LETRA TIMES, MAYUSCULAS). El
ejemplo evangélico muestra un testimonio vivo del mensaje.

EXPERIENCIA DEL AMOR SALVIFICO DE DIOS


EL EVANGELIZADOR ES VINCULO DEL AMOR DE DIOS, ACOMPAÑANDO AL
EVANGELIZADO A SUBIR AL TABOR PARA QUE EL MISMO DIOS LE DECLARE:
“TU ERES MI HIJO MUY AMADO EN QUIEN YO TENGO TODAS MIS
COMPLACENCIAS".

Había una mujer cuya mala reputación se había extendido por toda Galilea. Los
hombres la buscaban en la oscuridad del prostíbulo, pero la despreciaban en la claridad del
día. Quienes a ella se acercaban la usaban como juguete pasajero, caricaturizando el amor.
Nadie la amaba, ni ella tampoco amaba a ninguno. Sus afectos eran farsa y mero interés
comercial.

Pero un día llegó a su vida un hombre que anunciaba el amor incondicional de Dios
para los pecadores. Ella creyó inmediatamente en él y se presentó en casa de Simón el
fariseo, donde el Mensajero de buenas noticias estaba reclinado a la mesa. Se acercó por
atrás y comenzó a acariciar los pies del Maestro. Ante la admiración y el escándalo de los
comensales, Jesús no la rechazó; al contrario, colocó cariñosamente su mano sobre la
cabeza de ella.

Entonces comenzaron a correr abundantes lágrimas de ese corazón que no había


recibido sino desprecios. Rompió luego su frasco de alabastro donde guardaba un exquisito
perfume de nardo puro y comenzó a ungir los pies del Señor. Sin darse cuenta, por la
humedad de sus ojos, sus lágrimas también empaparon al Maestro. Con su seductora
cabellera que le había servido como instrumento para conquistar clientes, comenzó a secar
los pies bañados en lágrimas de gratitud de saberse verdaderamente amada.

El Maestro no se resistía, a pesar de las críticas de los que se creían mejores que ella.
A través de esta aceptación incondicional, ella experimentó el amor salvífico de Dios.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 84


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Jesús le mostró cuánto Dios la amaba y, porque la amaba, la perdonaba y restablecía. Esta
experiencia del amor que perdona, cambió su vida.
Jesús no le impartió un tema sobre el amor de Dios, citando a los Profetas y
explicándole las etimologías hebrea y griega de esa palabra. No. Simplemente le mostró en
vivo y en directo ese amor divino.

EL EVANGELIZADO NO SOLO DEBE SABER, SINO PRIMORDIALMENTE


EXPERIMENTAR EL AMOR SALVIFICO DE DIOS DE MANERA PERSONAL E
INCONDICIONAL.

CONCIENCIA DE PECADO FRENTE A DIOS

EL BUEN EVANGELIZADOR TIENE UNA META INELUDIBLE: QUE EL


HOMBRE SE RECONOZCA PECADOR ANTE DIOS (NO TANTO FRENTE AL
EVANGELIZADOR), Y POR TANTO, NECESITADO DE SALVACION.

Muchos creen que el pecado impide acercarse a Dios y no se dan cuenta que
reconocerse pecador es la condición, la única, para experimentar el perdón divino.

Un fariseo y un publicano pecador subieron al templo a orar. El fariseo, puesto de pie


al frente, comenzó a jactarse de todas sus buenas obras, declarándose mejor que el
publicano que estaba arrodillado en la parte posterior del templo, el cual se confesaba
pecador y solicitaba la clemencia divina. Jesús afirma que éste, y no el fariseo que no sólo
se sentía bueno sino mejor que el otro, fue justificado por Dios.

El ladrón crucificado del lado izquierdo de Jesús procuraba "su" salvación, pero en
ningún momento reconoció su pecado. Se quería aprovechar de Jesús, pero sin aceptar que
era pecador condenado justamente a la cruz.

No se trata de sentirse acusado de los pecados cometidos, sino tener la absoluta


conciencia de la propia incapacidad para salvarse.

Por otro lado, en este tema, también se deben descubrir las mentiras de Satanás que
de mil formas sigue seduciéndonos para apartarnos del plan de Dios

EL PIVOTE DE UNA EVANGELIZACION EFICAZ RADICA EN QUE EL


EVANGELIZADO SE RECONOZCA Y SE CONFIESE PECADOR DELANTE DE DIOS.
TODOS SOMOS PECADORES, PERO SOLO QUIENES ASI LO ADMITAN PUEDEN
SER PERDONADOS Y SALVADOS.

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ENCUENTRO PERSONAL CON JESUS

Se presenta la persona maravillosa de Jesús, con su estilo de vida extraordinario, y


sobre todo su muerte y resurrección, no sólo como datos informativos de historia, sino para
que el evangelizado tenga un encuentro personal con él y le abra las puertas del corazón.

EL EVANGELIZADOR NO REDUCE SU ACTIVIDAD A ANUNCIAR Y


TESTIFICAR LA RESURRECCIONDE JESUS, SINO QUE PRINCIPALMENTE
ACOMPAÑA AL EVANGELIZADO PARA QUE TENGA SU ENCUENTRO PERSONAL
CON CRISTO RESUCITADO. ES DECIR, PRESENTA A JESUS CON EL
EVANGELIZADO Y A ESTE CON JESUS VIVO. ESTA ES LA PIEDRA DE TOQUE DE
UN BUEN EVANGELIZADOR.

La tarde del día de resurrección, estando ausente Tomás, Jesús se les apareció a sus
discípulos, mostrándoles que estaba vivo y dándoles el Espíritu Santo para ir por todo el
mundo anunciando que había resucitado y vencido la muerte.

Apenas desaparecido Jesús, llegó Tomás. Inmediatamente todos lo rodearon y


comenzaron a proclamarle la resurrección. Como "el gemelo" permanecía escéptico, ellos
redoblaron sus argumentos.

Sin embargo, todo fue inútil y contraproducente, pues Tomás contestó: "No creo en
su historieta. Es más, no voy a creer ni aunque vea lo que ustedes vieron. Yo necesito un
encuentro personal con Jesús resucitado, donde yo pueda tocar las heridas que dejaron los
clavos y meter mi mano en la hendidura de su costado hecha por la lanza".

A Tomás no le bastaba lo que para otros era suficiente. El exigía una prueba
personal. Ocho días después, Jesús respondió al reto propuesto por "el gemelo". Se
apareció de nuevo y entonces confrontó directamente al escéptico Tomás: le mostró sus
llagas y le presentó la herida de la lanza, aún abierta. En ese momento, Tomás cayó de
rodillas haciendo la confesión de fe más importante de todo el Evangelio: "Señor mío y
Dios mío": Jn 20,28.

EL EVANGELIZADO DEBE LLEGAR A TENER SU ENCUENTRO PERSONAL


CON CRISTO RESUCITADO Y UNA EXPERIENCIA DE SU SALVACION. NO BASTA
SOLO CON ESCUCHAR LA PALABRA (ESTO NUNCA CONVENCIO A TOMAS); ES
COMPLETAMENTE LEGITIMO RETAR A JESUS, PIDIENDOLE SINCERAMENTE UN
ENCUENTRO PERSONAL CON EL.

LOS SAMARITANOS NO CREYERON POR LAS PALABRAS DE LA MUJER, SINO


CUANDO ELLOS RECIBIERON A JESUS EN SU PUEBLO.

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

- Aceptar a Jesús en el corazón


EL EVANGELIZADOR PROCLAMA EN NOMBRE DE JESUS: "MIRA QUE ESTOY
A LA PUERTA Y LLAMO; SI ALGUNO OYE MI VOZ Y ME ABRE LA PUERTA, CENARE
CON EL Y EL CONMIGO": Ap. 3,20.

ESTA PALABRA ES UNA INVITACION QUE ESPERA UNA RESPUESTA.


LLAMADA QUE DEBE RESONAR TAN CLARA COMO RETANTE, DANDO LA
OPORTUNIDADPARA QUE SE LE RESPONDA, PROCURANDO EL MOMENTO
ADECUADO PARA QUE EL EVANGELIZADO ABRA SU CORAZONE INVITE A JESUS.

Los discípulos de Emaús conocían perfectamente vida y milagros del Maestro. Hasta
se dieron el lujo de impartir una clase de Cristología al mismo Jesús resucitado que les
acompañaba en el camino de regreso a su villa natal. Sin embargo, a pesar de sus
conocimientos, no les bastó oír que Jesús había resucitado para dejar de estar tristes.

Fue hasta que convidaron al misterioso peregrino a que se quedara esa noche en su
casa, cuando su vida se transformó. Hicieron una formal invitación a Jesús: "Quédate con
nosotros porque se hace tarde". En ese momento la historia tomó sentido. Reconocieron a
Jesús y fueron llenos de la esperanza que nace de la victoria de Cristo sobre la muerte...

El caso de Zaqueo es parecido: él no experimentó la salvación subido en el árbol, ni


siquiera cuando vio pasar a Jesús o cuando habló con él, sino hasta que le abrió las puertas
de su casa y de su vida. Hasta que Jesús entró a las riquezas mal habidas de este publicano,
fue cuando se le declaró "hijo de Abraham' miembro del pueblo de Dios.

EL EVANGELIZADO ABRE LAS PUERTAS DE LA VIDA Y DE TODO EL SER A


JESUS RESUCITADO DE UNA MANERA RADICAL PARA QUE ENTRE Y
PERMANEZCA PARA SIEMPRE EN SU CORAZON.

ACTO DE FE Y CONVERSION
Dios propone la salvación en Jesús y el hombre responde por la fe y conversión a
esta propuesta divina. El encuentro con Jesús conlleva un acto de entrega incondicional a
su persona, su obra y sus enseñanzas.

- Acto de fe
LO MAS IMPORTANTE NO ES HABLAR DE LA FE, CON SUS FUNDAMENTOS
BIBLICOS O TEOLOGICOS, SINO LLEVAR AL EVANGELIZADO A QUE SE DECIDA Y
TENGA LA OPORTUNIDAD DE HACER UNA PROFESIONDE FE, EN LA QUE SE
ENTREGUE TOTALMENTE A JESUS Y LO CONFIESE SU SALVADOR PERSONAL
SI EN EL PROCESO EVANGELIZADOR NO EXISTE UN MOMENTO Y UN
AMBIENTE DETERMINADO PARA QUE EL EVANGELIZADO EXPRESE

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 87


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

EXTERIORMENTE SU FE Y PROCLAME A JESUS COMO SU SALVADOR PERSONAL,


ESTA FALTANDO PRECISAMENTE EL CANAL QUE HACE EFECTIVA LA SAL
VACION.

Jesús nunca impartió un tema sobre la fe a Pedro. Simplemente le dijo "sígueme", y


esperó a que Simón dejara redes y barca. En medio del mar, le ordenó: "echa las redes", y
el pescador lo hizo confiado no en su propia experiencia de pescador, sino "en la Palabra
del Señor". En otra ocasión que habían sido sorprendidos por unos vientos traicioneros que
amenazaban hundir la frágil embarcación, Jesús vino a ellos caminando sobre las aguas.
Cuando se hallaba a cierta distancia, se dirigió a Simón con autoridad pidiéndole un paso
en fe: "ven". Pedro saltó de la barca de su seguridad y comenzó a dirigirse hacia Jesús,
caminando sobre las aguas. El pescador que conocía los hondos secretos del mar, confió
más en el carpintero que en sus propias posibilidades. Esta es la fe que salva en cada
circunstancia de la vida.

Innumerables casos del evangelio, por no decir que todos, manifiestan cómo una
expresión de fe, desata la acción salvífica de Cristo Jesús:

- el ciego de Jericó (Lc 18,35-43),


- la siro fenicia (Mc 7,24-30),
- el centurión romano (Lc 7,2-10),
- el paralítico (Mc 2,1-12),
- el padre del epiléptico (Mc 9,17-24), etc.

EL EVANGELIZADO DEBE MANIFESTAR EXTERIORMENTE SU FE EN JESUS


PROCLAMANDOLO COMO UNICO SALVADOR.

- Conversión: Jesús Señor


EL EVANGELIZADOR PROCURA LA OPORTUNIDAD PARA QUE EL
EVANGELIZADO HAGA UN ACTO CONCRETO DE CONVERSION, EL CUAL NO ES
SOLO UN PROPOSITO DE ENMIENDA O UN CAMBIO DE MORAL, SINO EL
CAMBIO DE VIDA: LA DE JESUS POR LA DEL EVANGELIZADOR.
PRESENTAR A JESUS SEÑOR Y NO DAR LA OPORTUNIDAD DE QUE EL
EVANGELIZADO RESPONDA, SERIA COMO LOGRAR QUE EL PESCADO MUERDA
EL ANZUELO, PERO NO SACARLO DEL AGUA. LA MIRA DEL EVANGELIZADOR
RADICA EN LOGRAR QUE EL EVANGELIZADO PROCLAME A JESUS COMO EL
SEÑOR DE TODA SU VIDA.

El ladrón de la derecha de la cruz de Jesús no cambió de conducta, pues clavado


como estaba, no podía devolver nada de lo que había robado. Simplemente entregó a Jesús
su existencia, y recibió a cambio ese mismo día la vida en abundancia de Cristo Jesús. Al
confesar a Jesús como Rey y Señor de toda su vida, comenzó a experimentar el reinado del
Rey de reyes.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 88


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

En cambio el otro ladrón, que también estaba muy cerca de Jesús, no alcanzó la
salvación porque nunca entregó su vida a Jesús ni se abandonó a su misericordia. Es que
no basta estar cerca de Jesús. Es absolutamente necesario proclamar que es el Señor.

Hay muchos bautizados, confirmados y supersacramentalizados que declaran que no


han hecho nada malo, que viven como justos... pero no viven como hijos de Dios. Es
necesario vivir como hijos y herederos de Dios.

POR TANTO, EL EVANGELIZADO, Y EN ESTO NO PUEDE SER SUPLIDO,


DEBE ENTREGAR SU VIDA A JESUS en UN MOMENTO DETERMINADO,
PROCLAMANDOLO SEÑOR DE TODAS LAS AREAS DE SU VIDA.

PEDIR Y RECIBIR ESPIRITU SANTO


NO SE TRATA DE IMPARTIR UNA CATEDRA DE PNEUMATOLOGIA AL
EVANGELIZADO, SINO DE SUSCITARLA SED DE AGUA VIVA, DE TAL MANERA
QUE EL EVANGELIZADO QUIERA PROBARLA.

Jesús logró que la mujer del cántaro lleno de agua, reconociera que tenía sed y
solicitara esa agua viva que salta hasta la vida eterna, el Espíritu Santo.

CADA UNO HA DE TENER SU PROPIO PENTECOSTES; MEDIANTE UNA


ORACION DONDE SE PIDA Y RECIBA UNA EFUSION ABUNDANTE DE ESPIRITU
SANTO Y SE MANIFIESTEN SUS DONES Y FRUTOS.

INTEGRARSE A LA COMUNIDAD CRISTIANA


EL EVANGELIZADOR DEBE COLABORAR DE TODAS LAS FORMAS POSIBLES
PARA QUE EL RECIEN EVANGELIZADO FORME PARTE ACTIVA DE UNA
COMUNIDAD DONDE SE LE AYUDE A VIVIR Y PERSEVERAR EN LA NUEVA VIDA Y
COMPARTA EL AMOR, DISTINTIVO DE LOS DISCIPULOSDE JESUS.

María Magdalena fue liberada de siete demonios, pero luego Jesús la integró a su
comunidad, para restablecerla plenamente.

Ella prestaba sus servicios a la comunidad y esto la ayudó a crecer en la nueva vida.

Los convertidos, bautizados y llenos de Espíritu Santo, el día de Pentecostés,


formaron inmediatamente la comunidad cristiana. Apenas tres versículos después de la
narración de las primeras conversiones, se nos certifica que integraron la comunidad:
Hech 2,42.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 89


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

EL NEOEVANGELIZADO BUSCA FORMAR PARTE ACTIVA DE LA


COMUNIDAD ECLESIAL Y COMPROMETERSE EN UNA PEQUEÑA COMUNIDAD
DONDE PUEDA SEGUIR CAMINANDO Y CRECIENDO EN LA VIDA DEL ESPIRITU.
EL AMOR DADO Y RECIBIDO ES EL ALIMENTO Y LA GARANTIA DE LA
NUEVA VIDA. Y EL FRUTO QUE GARANTIZA QUE EL ESPIRITU DE DIOS HA SIDO
DERRAMADO EN NUESTROS CORAZONES.

METODO DEL KERYGMA HOY

El método de la evangelización kerygmática comprende varios elementos que deben


considerarse. Estos se fusionan tanto con el objetivo de la evangelización, como con el
contenido de la misma.

Analizaremos algunos de los principales aspectos que deben ser tomados en cuenta
para aprender a transmitir mejor el mensaje de salvación.

Queremos asegurar que lo expuesto aquí no ha sido elaborado sentado en un


escritorio, sino que es el fruto de la experiencia tanto personal, como de muchos otros con
quienes hemos compartido éxitos y fracasos en evangelizaciones masivas, grupales,
persona a persona y hasta puerta a puerta.

Llave de la evangelización: el testimonio

Los apóstoles daban testimonio con poder de la resurrección del Señor Jesús: Hech 4,33.

El testimonio personal es el centro y la clave de una evangelización eficaz. Por


testimonio se entiende la expresión verbal de cómo Jesús ha cambiado la vida, y cómo se
viven ya los efectos de su muerte y las primicias de la resurrección definitiva. Por tanto, es
vivencial y personal. No se presentan ideas o doctrinas, sino hechos concretos donde se ha
experimentado la salvación de Jesús.

Si el evangelizador asegura que Jesús es el único Salvador, es porque él


personalmente lo ha vivido en áreas muy concretas. ¿Cómo puede alguien afirmar con
seguridad y convencimiento que Jesús salva, si él mismo no lo ha experimentado de alguna
forma? Se es testigo de la muerte redentora de Cristo, cuando aspectos concretos de la vida
de pecado han muerto en la cruz de Jesús y se participa de las primicias de la vida nueva de
Cristo resucitado.

Todo lo que decimos podrá siempre ser discutido, hasta la existencia de Dios o de
Jesús. Lo único que es irrefutable, es cuando presentamos vivencias de la salvación de
Dios y cómo Él ha cambiado nuestra vida.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 90


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Al exponer hechos salvíficos concretos, las palabras llevan la plusvalía que da el


convencimiento personal. De otra manera sería como anunciar un producto que no hemos
siquiera conocido ni menos probado.

En un testimonio se manifiesta no lo que nosotros hayamos hecho por el Señor, sino


lo que Él ha realizado en nuestras vidas. Un ejemplo maravilloso es aquel hombre que
Jesús liberó y a quien le enseñó a dar testimonio: Vete a tu casa, donde los tuyos, y
cuéntales que el Señor ha tenido misericordia de ti: Mc 5,19.

Tres características del testaron»: A, B, C

Alegre

El Evangelio, comunicación de una inmensa alegría (Lc 2,10), no puede ser


trasmitido eficazmente sino con el gozo del que Jesús estaba lleno (Lc 10,21), y también
los apóstoles (1Tes. 1,6; 1Jn 1,4). Un testimonio debe estar envuelto en una atmósfera de
alegría, acompañado de la sonrisa, del fuego de las palabras y de la convicción de la
mirada. El gozo es el primer signo de quien ha encontrado el tesoro escondido. Este debe
ser manifiesto, y tan contagioso, que invite al evangelizado a tenerlo también.

Naturalmente no se trata de una alegría porque no existan problemas, sino porque el


gozo del Señor es nuestra fortaleza (Neh 8,10).

Breve

Un buen testimonio se centra en lo fundamental de la obra salvífica de Dios, sin


entrar en detalles accidentales o complicados. Los relatos largos cansan, porque se pierde
el enfoque fundamental.

No es necesario contar toda la vida, sino sólo lo que guarda relación directa con la
conversión. Las situaciones de pecado especialmente cuando involucren a otros) deben ser
tratadas con delicadeza y prudencia. No conviene identificar personas que puedan ser de
alguna manera afectadas con lo que se expone.

No se deben exagerar las cosas, ni nuestro pecado ni la obra salvífica de Dios,


inventando milagros o agrandando los hechos.

Centrado en Cristo

Un testimonio no se centra en quien lo da, para que los demás lo admiren, sino en
Cristo mismo y su obra salvífica.

El mejor ejemplo es la Virgen María, quien exclama: el que es grande hizo en mí


maravillas. Luego termina dándole el reconocimiento y la alabanza al mismo Dios: Santo
es su nombre: Lc 1,49.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 91


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

El pronombre personal de primera persona, "yo", casi no debe aparecer: "yo hice, yo
cambié, yo soy, yo tengo". Más bien, la frase preferida debe ser: "El Señor me....' El Señor
me salvó, él me amó, él me dio su Espíritu, etc."

EL TESTIMONIO ES
A legre
B reve
C entrado en Cristo

Cuatro partes del testimonio

- Cómo éramos y cómo estábamos necesitados de salvación: Aquí se subraya nuestra


vida lejos del Señor y sus consecuencias. Se alude a las diversas formas como el Señor
preparaba el camino para encontrarnos.

- El encuentro personal con Jesús por la fe: Se presenta qué sucedió y cómo
aceptamos la salvación de Jesús; centrándose en la fe y la conversión como medios para
alcanzar la salvación.

- El cambio de todo lo que se enumeró en el primer punto: No nos presentamos como


perfectos, sino como simples testigos en quienes Dios ha iniciado su obra salvífica. En la
primera parte no se enumera toda la vida de pecado, sino especialmente aquellos aspectos
en donde ya se ha experimentado la salvación traída por Jesús.

- La motivación: El testimonio siempre debe terminar con una explícita exhortación:


"Si lo hizo en mí, lo puede hacer en ti. El Señor quiere hacerlo también en tu vida".

4 PARTES DEL TESTIMONIO


- Antes de Cristo
- Encuentro con Cristo
- Después de Cristo
- Motivación

El mejor testimonio: el de cada uno

Muchas veces no hemos valorado nuestro propio testimonio ni somos conscientes de


que cuanto el Señor hizo, no fue sólo para provecho individual, sino también para
edificación de toda la comunidad.

Hay quienes piensan que los testimonios edificantes, son únicamente las
conversiones milagrosas y los cambios rotundos e inmediatos. No necesariamente siempre
sucede así. A cada quien Dios lo ha bendecido como más le convenía. Por eso, el mejor
testimonio que existe es el que cada uno puede dar.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 92


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Cada testimonio toca a personas que están recorriendo un itinerario semejante. Hay
mucha gente que se parece a cada uno de nosotros y no necesita cosas extraordinarias.
Nuestro testimonio le será una gran bendición. Además, un testimonio bendice a unas
personas, y otro bendice a otras.

Resumen del plan de salvación – del esquema kerygmatico.

Un testimonio debe ser un resumen del plan salvífico, ya que Dios hace con cada uno
de nosotros lo que quiere hacer con todos. Cuando logramos exponerlo así, el evangelizado
se refleja en los diferentes puntos o etapas de su propia historia de salvación.

Aquí exponemos un esqueleto que deberá ser llenado por los aspectos personales de
cada uno. Naturalmente es muy artificial. Lo único que nos interesa es que se tenga clara la
idea que un testimonio debe tener la columna vertebral del plan de salvación y el marco del
kerygma, y éste a su vez ha de ser verificado y ejemplificado con el propio testimonio:

- Dios me amaba...
- Pero yo no lo experimentaba por mi pecado...
- Y vin embargo él estaba conmigo...
- Hasta que tuve mi encuentro personal con Cristo...
- Que murió por mi pecado y me dio Nueva Vida...
- Lo experimenté cuando le creí y me Convertí...
- Confesándolo mi Salvador personal...
- Y el Señor de toda mi Vida...
- El me dio nueva vida por su Espíritu...
- Y ahora vivo en la familia de Dios...

Con el poder del Espíritu

No me atreveré a hablar de cosa alguna que Cristo no haya realizado por medio de
mí, para conseguir la obediencia de los gentiles, de palabra y de obra, en virtud de señales
y prodigios, con el poder del Espíritu de Dios: Rom 15,18-19.

El Espíritu Santo es el agente por excelencia de la evangelización. Él es quien


impulsa a cada uno a anunciar el Evangelio y quien hace aceptar y comprender la Palabra
de salvación. "No habrá nunca evangelización posible sin la acción del Espíritu Santo. Las
técnicas de evangelización son buenas, pero ni las más perfeccionadas podrían reemplazar
la acción discreta del Espíritu" (E. N. 75). El Espíritu Santo es el protagonista de la
Evangelización (Red. Missio Cap. II).

El elocuente discurso de Pablo en el Areópago ateniense, demuestra que la eficacia


del Evangelio no radica en palabras llenas de sabiduría y ciencia. En cambio cuando
predicó con el poder del Espíritu Santo en Corintio, logró cambiar una sociedad marcada
por el pecado. (Hech 17,22-34; 1Cor2,4).

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 93


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

La obra de nuestra salvación es ante todo una obra divina. El alma y el motor de la
evangelización es el Espíritu Santo que da testimonio de Jesús. Él toma la iniciativa. Él
envía y unge a los evangelizadores. Él trabaja el alma para que escuche el llamado, la
ilumina y la dispone para recibir el don de la salvación.

Esta fuerza consiste principalmente en la capacidad de convertir los corazones, las


situaciones y los ambientes del pecado. El poder no radica necesariamente en los gritos o
las cualidades de sugestión o de oratoria, sino en la acción eficaz, a veces discreta, otras
veces portentosa y maravillosa, con que el evangelizado se abre y rinde su ser a la
predicación y la obra salvífica de Dios.

Acompañantes de la predicación que manifiestan de alguna manera la acción del


Espíritu, son los llamados "signos de poder". "La Palabra permanece actual, en especial,
cuando Va acompañada de signos de poder" (E.N. 42). Los signos de poder no tienen
principalmente el fin apologético, sino que son ya una manifestación de la salvación
integral traída por Jesús, que alcanza no sólo las almas, sino que desde esta vida se
manifiesta en los cuerpos y abarca hasta la creación entera. Son la presencia de la
salvación total en el mundo, y por tanto no deben parecer cosas raras o exclusivas de
santos.

Muchos creen que los milagros y curaciones han desaparecido y que ya no son para
nuestro tiempo. Pero más bien parece que lo que se estaba extinguiendo era la
proclamación kerygmática de Jesús, Señor y Mesías. Mas, ahora, que se está renovando
con fuerza insospechada esta herencia de la Iglesia, no es raro ser testigo de estos signos
milagrosos que acompañan la auténtica proclamación del Evangelio.

Hoy, más que hace dos mil años, el mundo y la Iglesia necesitan estas
manifestaciones de la acción salvífica de Dios.

Sin embargo, el signo más importante y por el cual los demás los reconocerán, será
su unidad y su amor (Jn 17,21; 13,35). Seguramente el día que las Iglesias cristianas se
unan en torno a Cristo formando un solo rebaño, entonces el mundo creerá que hay
solución a todos los problemas de la humanidad.

Santidad del evangelizador

A mí, el menor de todos los santos, me fue concedida la gracia de anunciar a los
gentiles la inescrutable riqueza de Cristo: Ef 3,8.

El verdadero evangelizador es quien se ha configurado de acuerdo a la imagen de


Cristo Jesús, el evangelizador por excelencia. Sólo quien tiene el estilo de vida de Jesús, es
capaz de ser canal de su vida. A veces se tiene una idea desfigurada o pietista de un santo.
Sin embargo, un santo es aquel que vive de acuerdo a los criterios y valores evangélicos.
Un santo está lleno de los frutos del Espíritu Santo. Se manifiestan, de manera natural los
frutos que San Pablo describe en Gal 5,22.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 94


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Actúa con pureza de intención porque sólo tiene un objetivo en su vida y no busca
ninguna compensación humana de beneficio personal: que Cristo Jesús sea más conocido,
seguido y amado por todos los hombres.

Amor

Amándolos, queríamos darles no sólo el Evangelio de Dios, sino incluso nuestra


propia alma: 1Tes 2,8.

Como el evangelizador no trasmite una fría doctrina o un contenido intelectual, sino


ante todo a la persona misma de Jesús que está en el centro de su vida, la primera
característica que obviamente debe manifestar es el amor. Amor al Evangelio, Jesús, como
a los evangelizados. Sin él, el ministerio del evangelista sería sólo bronce que suena o
campana que retiñe.

Sufre en su propio ser el pecado de los que viven sin Cristo, lamenta la dureza del
corazón humano y tiene un amor compasivo y misericordioso para con los evangelizados,
los cuales no sólo saben, sino que de alguna manera experimentan, un destello del amor de
Dios a través de cada gesto y actitud del evangelizador. "La obra del evangelizador supone
un amor fraternal hacia aquellos que evangeliza": E.N. 79.

Alegría

Qué alegres son sobre los montes los pies del mensajero que trae buenas noticias:
que anuncia la salvación: Is 52,7.

Una de las más claras y evidentes características de un proclamador de Buenas


Noticias, es una auténtica y profunda alegría. Alegría natural y espontánea que se
manifiesta. Quien ha encontrado el tesoro escondido, no puede sino estar feliz y sonriente
para contagiar a los demás.
Los discípulos de Emaús caminaban tristes dando la espalda a Jerusalén.
Ciertamente, ellos conocían a Jesús. Sabían todo lo que había hecho y predicado, pero sus
corazones todavía estaban fríos y enlutados. El kerygma que ellos anunciaban no los
convencía a ellos ni menos a otros.
La alegría, más que la facilidad de palabra o el poder de convencimiento, es
absolutamente necesaria para poder anunciar al mundo la victoria de Cristo sobre él pecado
y toda la opresión que hiere y enferma al hombre. El creyente manifiesta la alegre
esperanza que el mundo necesita.

Les anunciamos una gran alegría: una Buena Noticia: Lc 2,10.

Se trata del gozo del Espíritu, fruto de la acción salvífica de Dios en todo el Ser
humano. Es la alegría evangélica que brota más de dar que de recibir (Hech 20,35).

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Ejemplos y parábolas

Nada les hablaba sin parábolas: Mt 13,34.

La forma más pedagógica de anunciar el Evangelio es a través de ejemplos claros,


que logren explicar de una manera sencilla lo que se quiere trasmitir. Las anécdotas y
vivencias se graban mucho más en la mente de los oyentes, que cualquier tipo de
instrucción teórica. Los ejemplos son vehículos inmejorables para trasmitir las verdades
más profundas.

Para cada tema o verdad se deben encontrar ejemplos actuales y modernos que
faciliten su comprensión.

Uso de la Escritura

No me avergüenzo del Evangelio, que es fuerza de Dios para la salvación de todo el


que cree: Rom 1,16.

Un elemento fundamental al proclamar el anuncio kerygmático, es el uso de las


Sagradas Escrituras. Por eso es imprescindible llevar y usar un ejemplar de la Biblia
cuando se evangeliza. Es de gran ventaja saber de memoria los pasajes fundamentales del
anuncio kerygmático, para utilizarlos con agilidad en la proclamación. Sin embargo, más
importante que recitarlos de memoria, es leerlos directamente de la Biblia y, en cuanto sea
posible, que el evangelizado los lea en voz alta.

Es también muy conveniente que cada evangelizado tenga su Biblia, para que se
alimente del pan de la Palabra de Dios. En caso que no tenga ni pueda comprarla, hay que
buscar la forma de regalarle por lo menos un Nuevo Testamento.

Oración del evangelizador y del evangelizado

En todo momento damos gracias a Dios por todos ustedes, recordándolos sin cesar
en nuestras oraciones: 1Tes 1,2.

Del evangelizador

Todo evangelizador, como Jesús, ha de ser hombre o mujer de profunda vida de


oración. Si habla de Dios, es porque antes ha hablado íntimamente con El. Evangelizador
no es el que habla de Dios, sino el que trasmite una experiencia de salvación. Por eso, atrás
de una evangelización eficaz, siempre está la oración personal y comunitaria. Incluso, los
grandes evangelizado- res no sólo oran, sino que al mismo tiempo están respaldados por la
oración de otros muchos que interceden continuamente por ellos y su ministerio. Muchas
veces Dios no nos concede un ministerio poderoso y eficaz, con señales, prodigios,
conversiones y manifestaciones de su fuerza, porque no tenemos la base de la humildad

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 96


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

que pueda resistir tan gran peso. Esta humildad sólo es fruto de la oración de la criatura
frente al Creador. Dios no nos dará el éxito mientras no podamos resistirlo.

Del evangelizado

Durante el proceso del anuncio kerygmático, que se lleva a cabo siempre en un


ambiente de oración, el evangelizado debe tener por lo menos cuatro momentos específicos
de relación con Dios:
- Al confesar a Jesús como Salvador.
- Al proclamarlo como Señor de toda la vida.
- Al invitarlo al corazón.
- Al pedir Espíritu Santo.

No discutir ni permitir desviaciones

Evita discusiones necias... porque son inútiles y vanas: Tit 3,9.

Un error frecuente en la evangelización es tratar de convencer con argumentos


apologéticos. El Obispo Fulton Sheen decía: "Cada vez que gané una discusión perdí un
alma".

Sin embargo, el evangelizado que presenta objeciones está ya mostrando interés. Lo


que no se debe hacer es caer en la trampa de solucionar inmediatamente todas las
preguntas, especialmente si son de orden dogmático o pastoral, pues no es el momento.
Quien ya ha aceptado a Jesús como su Salvador y Señor, entiende mucho mejor el misterio
de la Iglesia y es más comprensivo con la fragilidad humana de los dirigentes del pueblo
de Dios.

En la evangelización persona a persona, el evangelizado muchas veces tendrá alguna


desviación o tratará de cortar el hilo de la evangelización. El buen evangelizador debe
retomar esas objeciones para centrarse en la proclamación de Jesús.

María

Vas a concebir en tu seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre
Jesús: Lc 1,31.

La venida al mundo de Jesús, recorrió un camino que no podemos ignorar: María. El


Jesús que murió en la cruz, resucitó y está intercediendo por nosotros es su hijo; ella nos lo
dio por la acción del Espíritu Santo. Jesús, el único Mediador y Salvador, nos fue dado
gracias a ella. Por tanto, ella ha colaborado como nadie en el nuevo nacimiento de todos y
cada uno de los creyentes.

Por lo tanto, ella está presente de alguna manera en cada evangelización en la que
Cristo Jesús nace en el corazón del creyente.

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Tomar decisión

Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y me abre la puerta, cenaré
con él y él conmigo: Ap 3,20.

El punto al que se debe dirigir toda la proclamación, no es tanto el entendimiento,


puesto que no se presenta una doctrina o simples ideas. Jesús quiere entrar por el corazón
para llegar a la cabeza. No es que la proclamación vaya en contra del entendimiento.
Jamás. Se trata de un método para llegar al hombre íntegro. Si el Señor entra por el
corazón, raíz de nuestras decisiones, se quedará en todo nuestro ser.

En la catequesis el entendimiento juega un papel tan primordial, como la voluntad en


el anuncio kerygmático. La base y piedra de toque de un buen evangelizador, estriba en
llegar a retar al evangelizado para que tome la gran decisión de su vida: adquirir la perla
preciosa vendiendo todas las demás; abrirle la puerta a Jesús que está llamando o
permanecer sordo a su voz. Decir sí, o no; pero no quedar indiferente ante el ofrecimiento
de la salvación, del que se es simple portador.

Por tanto, no intenta convencer, seducir, ni menos engañar o chantajear.


Simplemente es cuestión de que ante la persona de Cristo Jesús se diga un sí total, o un no
rotundo. Que se tome la decisión: con Cristo o contra Cristo.

Cuando el evangelizado permanece tibio o indiferente, debemos revisar si se le está


presentando la persona viva de Jesús, o estamos proponiendo teorías.

Regresar con el evangelizado

Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a ver cómo les va a los hermanos que les
anunciamos la Palabra de Dios: Hech 15,36.

El evangelizador participa de la paternidad de Dios, en cuanto que engendra la vida


de Cristo en los demás. Pero esta paternidad debe ser responsable, cuidando a quienes ha
engendrado en la fe. Cada recién nacido es responsabilidad de quienes le han comunicado
la vida, tanto en el plano natural como en el sobrenatural.

Nuestro compromiso no termina con hacerlo nacer de nuevo, sino en ofrecerle los
medios de crecimiento y de integración a una comunidad y de servicio dentro de la Iglesia.
La paternidad responsable exige darle crecimiento en la fe y alimento permanente. Por lo
tanto, hay que regresar con el evangelizado, seguirlo acompañando en la fe.

Hacer Iglesia

La comunión del Espíritu Santo esté con todos ustedes: 2Cor 13,13.

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Evangelizar es mucho más que la simple presentación teórica de un contenido


doctrinal o histórico (Jesús y sus hechos de salvación). La evangelización integral es la
presencia y acción salvífica, real y sacerdotal de Jesús en medio de los hombres, para hacer
de ellos un pueblo santo instaurando el Reino de Dios en este mundo.

La Iglesia es evangelizadora y al mismo tiempo es un evangelio, en cuanto que ella


misma es una manifestación de la Nueva Vida traída por Jesús. La evangelización tendrá
toda su fuerza transformadora cuando no sean individuos aislados, ni siquiera comunidades
o denominaciones cristianas, las que la llevan a cabo, sino cuando todos los que creemos
en Jesús como Salvador y Señor, lo tengamos a él como único Pastor y no formemos más
que un solo rebaño.

La Iglesia evangeliza en cuanto es Iglesia, comunidad de amor del Padre, vida del
Hijo y comunión del Espíritu Santo. La verdadera evangelización sólo es posible cuando es
presentada por una comunidad llena del Espíritu Santo. Comunidad, evangelización y
Espíritu Santo, están íntimamente unidos entre sí. Faltando uno de estos tres elementos los
demás quedan disminuidos o anulados.

- Comunidad y Espíritu Santo, sin evangelización, son incompletos, pues falta


cumplir con la tarea de anunciar el Evangelio a quienes no conocen la Buena Nueva de la
Salvación de Jesús.

- Espíritu Santo y evangelización, sin una comunidad que respalde el mensaje que se
proclama, pierden la fuerza del testimonio de unidad necesario para que el mundo crea.
Falta precisamente el amor de unos a los otros, que es el corazón del mensaje cristiano.

- Comunidad y evangelización, sin la fuerza del Espíritu Santo que suscita la fe en el


corazón del hombre, no tienen poder.

Realmente no se pueden separar estos tres elementos.

El objetivo último de la evangelización no es la transformación de individuos


aislados sin ningún nexo entre sí, sino la integración de auténticas comunidades cristianas,
donde se viva la salvación traída por Cristo Jesús. Es más, la vida en abundancia ganada
por la muerte y resurrección de Jesús sólo se experimenta en plenitud en unión efectiva con
los demás hermanos en la fe: la Iglesia.

Toda evangelización tiende aesae un principio a la integración de comunidades


cristianas, donde se manifieste de manera obvia y efectiva el amor de Dios que ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo. La gran comunidad es la Iglesia
misma. La Iglesia particulares la Diócesis. La Parroquia es la comunidad territorial. Pero al
mismo tiempo es necesaria una pequeña comunidad donde el amor se manifieste
palpablemente, de tal manera que sea factible crecer en la vida del Espíritu.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 99


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

La comunidad no es opcional. Es absolutamente necesaria para perseverar en la vida


nueva. Ella nos garantiza el crecimiento y desarrollo del neoevangelizado. Sin ella,
seguramente la semilla de la Palabra de salvación será ahogada por las preocupaciones de
la vida y los valores antievangélicos que rigen el mundo.

Esta inserción a la comunidad debe ser un compromiso formal. A la comunidad no


sólo se asiste, sino que se pertenece. Se es parte activa de ella. Allí se da y se recibe amor
como el de Jesús: dispuestos a entregar la vida por el amado. Esto es lo que esencialmente
forma la comunidad: el amor cristiano.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 100


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Tema 11: TRES PERSONAJES DE LA EVANGELIZACIÓN

En la evangelización intervienen tres personajes, cada uno con su papel bien claro y
definido, que no debe ser suplantado.

EVANGELIZADOR: PROCLAMA Y TESTIFICA

Proclama el kerygma
 Proclama a una Persona viva y sus hechos de salvación.
 Anuncia gozosamente la Buena Noticia: ya fuimos salvados.
 Presenta a Jesús, Salvador, Señor y Mesías, como la única solución para cada
hombre, la sociedad y el mundo entero.

Es testigo y testifica
Con su propia vida y en todo tiempo y lugar, es testigo de que gracias a Jesús es
posible vivir de una manera nueva en este mundo; y que su muerte y resurrección son
eficaces el día de hoy.

Testifica con palabras lo que Dios ha hecho en él. Tres testimonios siempre son
convenientes:
 El más fuerte: el que manifiesta cómo por la fe y la conversión se tuvo un
encuentro personal con Jesús, que cambió efectiva y concretamente su vida y es
capaz de cambiar la de los demás.
 El más reciente: que presenta a un Dios vivo que actúa el día de hoy.
 El que se adapte a la circunstancia concreta.

No le corresponde
 Enseñar teorías; trasmitir ideas o presentar doctrinas
 Defender a Dios. El abogado es el Espíritu Santo.
 Convencer al evangelizado con argumentos, citas bíblicas, sugestión o cualquier
tipo de manipulación de los sentimientos.
 Convertir y cambiar a las personas.
 Suplir al evangelizado en su respuesta personal a Dios.
 Chantajear o asustar al evangelizado.
 Ver el fruto terminado de la obra de evangelización.

Lo esencial es que sea más un testigo veraz, que un maestro o un reportero.

ESPIRITU SANTO: CONVENCE Y CONVIERTE

La proclamación y el testimonio del evangelizador son instrumentos necesarios, pero


sólo instrumentos, ya que el agente principal de la evangelización es el Espíritu Santo. Su
acción se manifiesta en el evangelizador y en el evangelizado:

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 101


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

En el evangelizador
 Le da el celo por el Evangelio, para que lo anuncie a tiempo y a destiempo y no se
avergüence de la cruz de Cristo Jesús.
 Le unge y lo usa como canal de su obra, para que produzca un fruto abundante que
permanezca.
 Lo llena de poder para que realice prodigios y milagros, Que manifiesten que a
salvación ha llegado a este mundo.

En el evangelizado
Usando las palabras y las actitudes del evangelizador como vehículo de su obra
salvífica, el Espíritu Santo es quien realiza a fondo y con eficacia la obra de la
evangelización, infundiendo la fe, para convencer al evangelizado de que es pecador
necesitado de salvación y luego que proclame a Jesús como su Salvador y Señor.

Convence
 Abre el corazón para acoger la Palabra: Hech 16,14.
 Convence experienciaImrnte que Dios es amor y nos ama a cada uno: Gal. 4,6.

Convierte
 Hace eficaz la Palabra proclamada.
 Toca de manera misteriosa, pero poderosa, a toda la persona para que se vuelva a
Dios y crea en Jesús.
 Da la fuerza para entregarse a Cristo Jesús.

No le corresponde
 Acusar de pecado. Esa es la obra de Satanás.
 El no habla, pero está presente en las palabras, sobre todo cuando se citan las
Sagradas Escrituras.

EVANGELIZADO: ESCUCHA Y RESPONDE A DIOS

Escucha la palabra
Su papel es escuchar la Palabra, pues la fe entra por el oído: Rom 10,17.

Responde a Dios
 El, y sólo él, da una respuesta a la Palabra proclamada, con una actitud interior,
tanto como exterior.
 Él se confiesa pecador y pide perdón de sus pecados.
 Proclama a Jesús como Señor de toda su vida.
 Pide a Jesús Mesías el Espíritu Santo, y lo recibe.

No le corresponde
 Discutir, aunque toda pregunta y duda son legítimas.
 Justificarse a sí mismo: yo no hago nada malo (fariseos), ni condenarse: "yo no
tengo perdón".

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 102


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

TEMA 12: RECIBIRÁN PODER


Desde que Juan Bautista sintetizó la persona y el ministerio de Jesús, lo presentó no
sólo lleno del Espíritu Santo, sino también del poder de Dios para llevar a cabo la misión
que el Padre le había encomendado. Jesús Mesías es quien bautiza en Espíritu Santo y en
fuego (Lc 3,16).

Por esta razón Jesús comenzó su ministerio proclamando expresamente que estaba
lleno del Espíritu, para llevar a cabo la obra mesiánica de liberar a la humanidad:

El Espíritu de Dios está sobre mí porque me ha ungido. Me ha enviado a anunciar la


Buena Nueva a los pobres… Lc 4,18.

La obra salvífica realizada por Jesús era de una magnitud universal para perpetuarse
en la historia. No se reducía sólo a Israel, sino que se extendería a toda la humanidad. De
allí que Jesús necesitara estar revestido de una fuerza de lo alto para llevar a cabo esta
misión universal. Cuando Pedro predica por primera vez a los gentiles, lo certifica:

(a) Jesús de Nazaret, Dios lo ungió con Espirítusanto y con poder. Pasó
haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el Diablo, porque Dios
estaba con él: Hech 10,38.

Jesús, profeta poderoso en obras y palabras, manifestaba esa fuerza divina tanto en
sus enseñanzas llenas de autoridad, como en los milagros y curaciones, que Dios actuaba
por su medio.

De esta manera es lógico concluir que ninguno de sus colaboradores podrá continuar
la obra liberadora del Maestro, sin el Espíritu Santo y su poder. Por eso, las últimas
recomendaciones de Jesús resucitado a sus cooperadores en la obra salvífica fueron:

Voy a enviar sobre ustedes la Promesa de mi Padre. No se aparten de


Jerusalén hasta no ser revestidos del Poder de lo alto: Lc 24,49.

Luego añadió:

Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en Espíritu Santo dentro de
pocos días.

Enseguida precisó para qué vendría esa fuerza divina:


Recibirán la fuerza del Espíritu Santo que vendrá sobre ustedes; y serán mis testigos
en Jerusalén, Samaría y hasta los confines de la tierra:
Hech 1,3-8.

Llegado Pentecostés, Jesús cumplió su promesa y los llenó de su Espíritu, que


descendió sobre todos y cada uno de los allí reunidos junto con María, su madre. Gracias al

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 103


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

testimonio de los Apóstoles, ese día se convirtieron unas tres mil personas. Gozaban ya de
una fuerza que antes no tenían, pero aún les faltaba algo más...

Inmediatamente después de ese glorioso momento, San Lucas nos cuenta cómo
Pedro y Juan subían un día al templo para la oración matutina Sentado junto a la puerta
Hermosa, se encontraba un paralítico pidiendo limosna. Viendo fijamente a la pareja de
apóstoles, esperaba recibir algo de ellos. Simón le dijo:

Oro y plata no tengo, más lo que tengo te doy: en nombre de Jesús Nazareno,
levántate y ponte a andar: Hech 3,6.

Él se levantó y comenzó a brincar, sin dejar de alabar a Dios por lo sucedido. Tan
espectacular curación a hombre tan conocido por todos, motivó que una inmensa multitud
se congregara en torno a Pedro y Juan, lo cual fue aprovechado por ellos para anunciar la
resurrección de Cristo Jesús. En esta segunda proclamación se convirtieron cinco mil
personas. Pero todavía había una fuerza superior que ellos debían recibir. No era suficiente
la que tenían.

Pasaron la jornada entera anunciando a todos aquellos que venían a buscar un Dios
escondido detrás de los inaccesibles muros del templo, que ya tenían libre ingreso a su
presencia por la sangre preciosa de Cristo en la cruz.

Por la tarde se presentaron los sacerdotes y saduceos acompañados del jefe de la


guardia del templo, mostrando gran enojo por el tema de la predicación de los apóstoles.
Sin más indagaciones los apresaron y los metieron a un oscuro calabozo.

Al día siguiente hubo reunión plenaria de las autoridades religiosas de Jerusalén para
discutir el caso. Mandaron llamar a los revolucionarios predicadores, que se presentaron
junto con el hombre que había sido sanado, Simón Pedro tomó la palabra y comenzó a
predicarles la Buena Nueva de salvación gracias a la resurrección de Cristo Jesús, a los
mismos que le habían matado. Jamás había estado delante de gente tan importante y no
podía dejar pasar tal ocasión.

Los jefes y escribas le escucharon con indignación. Los ancianos se tapaban los ojos,
porque delante de ellos estaba brincando aquel hombre que por más de cuarenta años había
sufrido parálisis. Entonces, haciendo uso de su autoridad, decidieron prohibirles seguir
predicando en el nombre de Jesús, cosa a la cual ellos se opusieron decididamente. Con
lógica irrefutable Simón Pedro argumentó: Tenemos que obedecer primero a Dios que a
los hombres. Luego Juan añadió: No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y
oído. Entonces les amenazaron con cárcel, les incautaron sus pocas pertenencias y los
expulsaron del templo.

Pedro y Juan se encaminaron directamente a la casa de Juan Marcos, donde los


demás dirigentes de la comunidad oraban incesantemente por ellos. Al entrar fueron
recibidos con gran gozo y continuaron la oración. Sin embargo, ésta fue un tanto extraña.

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 104


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

Para percibir bien el contraste debemos recordar que la situación ante las autoridades
de Jerusalén era delicada en extremo. Tanto política como religiosamente, estaban ante una
gran encrucijada: Herodes y Poncio Pilato se habían aliado en contra de Jesús y sus
discípulos; los fariseos y saduceos, antes enemigos irreconciliables, se habían unido con tal
de acabar con todo seguidor del Nazareno, el cual les estaba resultando más peligroso
muerto que vivo. Los guardianes de la ortodoxia y pureza de la religión de Israel estaban
decididos a exterminar de raíz la peligrosa secta de los nazarenos, que se extendía más y
más.

¿Qué debía hacer la comunidad, para no sucumbir ante el mar embravecido? ¿No
sería mejor dejar pasar un poco de tiempo sin hacer nada, para que los ánimos se
sosegaran? ¿Por qué no huir de Jerusalén y refugiarse en otra ciudad más pacífica? Sin
embargo, ellos no se dejaron llevar por ninguna presión. Para resolver el problema de la
manera más fácil, había que tomar el camino más difícil: luchar. Ciertamente no con las
armas de los hombres, ni menos con las de sus adversarios, sino con las de Dios.

Se dieron cuenta de que necesitaban un poder especial no sólo para resistir a los
embates de sus enemigos, sino principalmente para ganar la victoria en beneficio de la
predicación del Evangelio. Entonces levantaron las manos al cielo y exclamaron desde lo
más profundo de su ser:

Señor, ten en cuenta sus amenazas. Concede ahora a tus siervos que puedan
predicar con toda valentía. Extiende tu mano para realizar signos y milagros en el
nombre de tu santo siervo Jesús: Hech 4,29-30.

Ellos nunca pidieron que cesaran los problemas, ni siquiera que Dios acabara con sus
enemigos. Su atención estaba puesta en la predicación, y por eso lo único que solicitaron
fueron dos armas para entrar en combate: valentía para predicar y poder realizar milagros
en el nombre de Jesús.

La respuesta de Dios no se hizo esperar. Apenas terminaron de pronunciaría última


palabra, comenzó a temblar la casa donde estaban congregados. Dios había atendido su
plegaria y los llenaba de la fuerza del Espíritu para proclamar valiente y eficazmente la
salvación en Cristo Jesús.

Ciertamente, ellos contaban desde antes con la efusión del Espíritu en Pentecostés.
Sin embargo, reconocieron que les faltaba una fuerza especial en vistas a la predicación,
pues sentían que no les era suficiente lo que habían recibido. Las circunstancias exigían
una capacidad que todavía no poseían.
Por su parte, ellos respondieron con la misma fe con que habían orado. Nos consta
por el libro de los Hechos de los Apóstoles, que salieron inmediatamente y predicaban con
toda valentía, ya no sólo en Jerusalén, sino en toda Judea y hasta Samaría y Galilea.

De igual manera sucede con cualquier evangelizador: sin duda que ha recibido el
Espíritu Santo el día de su bautismo, que ha sido ungido con él en su confirmación y tal

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 105


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

vez hasta lo ha recibido en su ordenación sacerdotal. Pero si todavía necesita un mayor


poder para proclamar a Jesús e instaurar su Reino en este mundo, entonces lo recibirá.

Esta donación del Espíritu no es para todo mundo. Sólo para los proclamadores del
Evangelio; y entre éstos, únicamente para quienes reconozcan que son débiles y que
necesitan ser revestidos del poder de Dios. Esta fuerza de Dios es ofrecida a quienes estén
urgidos del fuego que incendia el mundo. Por eso:

 si alguna vez te has avergonzado de manifestar públicamente tu fe delante de tus


amigos, en el trabajo la universidad,
 si tus palabras y conocimientos no son capaces de convertir a otros ni has tenido
fruto abundante en tu apostolado,
 si todo lo que has hecho por el Evangelio no te deja satisfecho y quieres servirle
más y mejor,
 te apena cuando otro habla valientemente de Jesús y su Evangelio,
 si te sientes indigno de proclamar la Buena Nueva de la salvación en Cristo Jesús,
 si nada has podido hacer ante una persona desahuciada o desesperada, o no has
sabido dar respuesta adecuada a quien te ha preguntado o ha atacado la fe cristiana,
 si te sientes incapaz de proclamar a Jesús Salvador y Señor,
 si nada puedes hacer ante los grandes problemas de la guerra, la corrupción, y tus
esfuerzos han sido incapaces de transformar las estructuras injustas,
 si tienes problemas que son como montañas que te obstaculizan el anunciar a Jesús,
 si quieres ser ministro de la Nueva Alianza, como embajador del Reino de Dios
 si reconoces que necesitas la sabiduría de DIOS,
 si quieres ser como Jesús: buena noticia para el mundo,
 si tu pasión es que la gente se vuelva a DÍOS,
 si reconoces que necesitas un poder sobrenatural,
 si crees que el amor de Dios no se ha agotado y hoy día es capaz de realizar
milagros y curaciones.

...entonces, tú estás necesitando la fuerza del Espíritu que Cristo Jesús prometió a sus
apóstoles y proclamadores de su Evangelio. Tú necesitas ser bautizado en fuego, para
incendiar al mundo con el amor a Cristo. Necesitas la fuerza de lo alto para hacer un
mundo nuevo, renovar la sociedad y cambiar los corazones de los hombres.

Jesús sabía que el poder de su Espíritu nos era absolutamente necesario para
continuar su obra salvífica. Por eso lo concedió tanto a sus apóstoles como a los setenta y
dos discípulos, extendiéndolo generosamente a todo aquel que crea en su Nombre.
Prometió que señales y prodigios acompañarían la predicación de su Nombre.

LO IMPORTANTE NO ES POSEER AL ESPIRITU SANTO, SINO SER


POSEIDOS POR EL

Está a nuestra disposición el poder de Dios para evangelizar al mundo. Pidámoslo en


la seguridad de recibirlo:

DIÓCESIS SANTIAGO DE MARIA 106


FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

ORACIÓN DEL EVANGELIZADOR

Padre Santo, tanto amaste al mundo, que nos enviaste a tu Hijo único, ungiéndolo
con Espíritu Santo y con poder para realizar la salvación de cada hombre y de la
humanidad entera. Por su muerte y resurrección, diste vida al mundo y nos rescataste del
poder de Satanás. Así como tú lo enviaste, Padre Bueno, él nos envió a nosotros a
continuar su obra en todo tiempo y hasta los confines de la Tierra. Reconocemos, Padre
Justo, que somos incapaces de cumplir tan gran misión, a no ser que tú mismo nos revistas
de la Fuerza de lo alto con que lo ungiste a él. Extiende tu mano poderosa, Padre Eterno,
para realizar milagros y curaciones en el nombre de tu santo siervo Jesús. Danos tu Palabra
que penetra hasta el fondo de los corazones y concédenos anunciar con valentía la
salvación en el nombre de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

Jesús, tú eres quien bautiza en fuego. Bautízanos ahora mismo en el poder de tu


Espíritu para que seamos capaces no sólo de anunciar, sino también de instaurar la
salvación de todo el hombre y de todos los hombres. Envía desde el cielo una nueva
efusión de tu Espíritu que nos capacite para proclamarte valientemente; y el mundo,
creyendo en ti, único Salvador, tenga vida y vida en abundancia. Envía sobre todos y cada
uno de nosotros la fuerza que nos prometiste.

Espíritu Santo, ven a cada uno de nosotros. Llénanos de tu poder, para ser eficaces
cooperadores de Cristo Jesús en la salvación del mundo. Tú eres quien tocas los corazones
para que se conviertan y proclamen a Jesús como Salvador y Señor. Sólo tú renuevas la faz
de la tierra y cambias los corazones. Ven, Espíritu Santo, a formar la familia de Dios que
clama "Abbá Papá" a Dios.

Gracias, Padre, porque sabemos que has escuchado nuestra oración y nos has llenado
del poder de tu Espíritu. Como signo de nuestra fe en que cumples tus promesas, saldremos
a proclamar valientemente al mundo que tu Hijo vive y da vida a todo aquel que cree en su
Nombre. Amén.

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

BIBLIOGRAFÍA

- Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium, del Papa Francisco, año 2013.

- Conclusiones de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano,


Aparecida, Brasil, mayo 2007.

- Prado Flores, J. H., Como Evangelizar a los Bautizados, Formación de


evangelizadores. Ed. San Pablo, tercera Edición, México 2015.

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FORMACIÓN PARA EVANGELIZADORES

ÍNDICE

Tema 1. LA TRANSFORMACIÓN MISIONERA DE LA IGLESIA (Evangelii Gaudium nn.


19-49).............................................................................................................................................3
Tema 2: INICIACIÓN A LA VIDA CRISTIANA Y CATEQUESIS PERMANENTE
(Aparecida nn. 286-300)...............................................................................................................12
Tema 3: EL PROCESO DE FORMACIÓN DE LOS DISCÍPULOS MISIONEROS (Aparecida
nn. 276-278).................................................................................................................................15
Tema 4: CRITERIOS PARA LA FORMACIÓN DE DISCÍPULOS MISIONEROS (Aparecida
279-285).......................................................................................................................................17
Tema 5: CONDICIONES NECESARIAS PARA SER EVANGELIZADORES.........................20
Tema 6: KERYGMA Y CATEQUESIS.......................................................................................23
Tema 7: KERYGMA DE JESUS.................................................................................................30
Tema 8: KERYGMA DE LOS APÓSTOLES..............................................................................50
Tema 9: EL PLAN DE SALVACIÓN..........................................................................................68
Tema 10: EL KERYGMA HOY..................................................................................................78
Tema 11: TRES PERSONAJES DE LA EVANGELIZACIÓN.................................................100
Tema 12: RECIBIRÁN PODER.................................................................................................102
BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................................107

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