El Uso de La Bandeja de Arena en La Terapia Individual I

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El uso de la bandeja de arena

en la terapia individual1
A pesar que este manual se ha creado como herramienta para
terapia grupal, con niños que han sido abusados por otros niños,
algunas formas de juego terapia son más efectivas en sesiones
individuales. La bandeja de arena es un método particularmente exitoso
en el descubrimiento de la victimización no develada., para evaluar los
miedos, identificar sentimientos ocultos y, metafóricamente, crear
seguridad en torno al tema de la develación.

Fueron terapeutas Junguianos quienes desarrollaron la terapia


de la caja de arena, tanto con adultos como con niños (Instituto Carl
Jung, San Francisco, 1981). El modelo arquetipal y los conceptos
junguianos están integrados en el proceso de la bandeja de arena. Los
terapeutas que han sido pioneros en ella emplean una metodología y un
simbolismo especial que ellos consideran fundamental para el trabajo
con dicha técnica.

Las estrategias prácticas que hemos desarrollado para tratar a


niños víctimas de abuso sexual se diferencian de la metodología
tradicional junguiana, principalmente, porque se usan en un proceso
reparatorio e interactivo y no solamente como una herramienta
analítica e interpretativa. Los tradicionalistas pueden objetar las
interferencias, en el proceso del niño, de las interacciones o la
interpretación del material contenido, pero los niños pequeños
abusados no poseen las herramientas emocionales o cognitivas para
reparar, reformular o manejar por sí mismos sus experiencias
tempranas. Si no encontramos maneras de interpretar las señales y
ayudamos a manejar sus traumas, los dejamos estancados en el
tiempo, con sus traumas como equipaje.

Este capítulo describe una aproximación “reparadora” al trabajo


con bandeja de arena y su uso como herramienta complementaria para
comunicarse con un niño abusado. También proporciona al lector los
elementos básicos para organizar una bandeja de arena y ofrece
estrategias prácticas que funcionan bien con niños víctimas de abuso.

1
Traducción libre de Capella, C., Escala. C. y Núñez, L., docentes Curso de Actualización de
Post título Intervención Psicoterapéutica con niños y niñas que han sido víctimas de agresiones
sexuales: Profundización en el uso de técnicas (curso impartido en el mes de Enero del año 2008
en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile).
Texto original: CUNNINGHAM, C. y MACFARLANE, K. (1996). When children abuse: Group
treatment strategies for children with impulse control problems. Chapter eight: Therapy tools for
treating victimization. Chapter eight-A: “The use of sandtray in individual therapy”.

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Elementos básicos para organizar la bandeja de arena

La bandeja de arena es una pequeña bandeja de plástico o


madera que mide aproximadamente 25 cms. de ancho, 50 de largo y 5 a
7 de alto, preferentemente de madera, aunque puede servir una caja
plástica de las usadas para la arena del gato. En la medida de lo
posible, las miniaturas deben estar dispuestas en estantes, a la vista y
alcance de los niños. Estas figuras no necesitan ser caras o muy
elaboradas, es posible encontrarlas, en su mayoría, en comercios
corrientes.

Los objetos básicos y figuras necesarias para iniciar una colección


de bandejas de arena son: animales (salvajes y domésticos), estructuras
(casa, iglesias, hospitales), vehículos (autos, ambulancias, buses,
camiones) y objetos de exterior (árboles, puentes y muchas rejas y
vallas). Figuras “de miedo” como serpientes, arañas, monstruos, etc.,
son necesarias. Tipos de personas como adultos y niños de ambos
sexos, vaqueros, indios, un novio y una novia, una hada madrina, un
mago, soldados, súper héroes, fantasmas y gentes del espacio (ver
fotos). Puede parecer muy costoso reunir una colección semejante, sin
embargo, ella puede ir incrementándose con el tiempo. Si no es posible
contar con estantes, se pueden usar cajas plásticas. La arena para la
bandeja no debe ser de playa o con gravilla, sino una especial que se
puede encontrar en tiendas de juguetes.

Antes de empezar a trabajar la bandeja de arena, es


imprescindible conocer la historia familiar del niño, para evitar
interpretaciones que sean ajenas a la temática del niño.

Estrategias terapéuticas en el trabajo con la bandeja de


arena

Antes de hablar de estrategias variadas de tratamiento, es


necesario aclarar el significado de los tipos de juguetes que los niños
abusados escogen frecuentemente: serpientes, novios, un mago,
animales domésticos y salvajes y muchos súper héroes. Antes de
intentar interpretar lo que cada objeto puede simbolizar (que sería una
aproximación basada sólo en la opinión de este momento) más bien
debemos observar dónde se coloca cada juguete en la arena y cómo
podría entenderse esto en forma metafórica.

Por ejemplo, si una serpiente está enterrada en la arena, el


entierro puede ser una metáfora del secreto que aún envuelve los
problemas sexuales no resueltos. Si un animal salvaje está encerrado,
posiblemente el niño aún no ha enfrentado su rabia por el abuso y la
bestia encerrada constituye un símbolo de la contención o control de
sus sentimientos. Es importante tomar nota si el niño elige repetidas

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veces el mismo juguete, ya que el juguete o grupo de juguetes puede ser
el camino o vehículo escogido para dominar el trauma.

Al observar a un niño frente a la bandeja de arena, es necesario


anotar los juguetes que selecciona y si es su primera, segunda bandeja,
como también el aspecto global de la bandeja (por ejemplo si aparece
como algo organizado, violento o caótico, o si se caracteriza por
presentar temas que tienden a la curación). Además, es importante
anotar impresiones clínicas o detalles significativos, por ejemplo: la
bandeja, ¿se ve vacía y hundida?, ¿aparecen personas?, ¿hay objetos
enterrados?

Una apariencia “hundida” de la bandeja puede ser una


manifestación externa de lo que el niño siente en su interior. Cuando
aparecen objetos enterrados (como serpientes), es posible que el niño
tenga algo más que revelar sobre el abuso sexual. Cuando la
configuración de la bandeja es violenta, el niño probablemente sienta
rabia y rechazo al poder, esto es muy significativo en ofensores jóvenes
o niños que viven en ambientes violentos.

En otras palabras, mirar la bandeja como un todo es un mapa del


mundo interior del niño. Muchos de los niños más deprimidos que
hemos visto hacen bandejas muy violentas, alertándonos de la
presencia de una rabia explosiva que se ha vuelto hacia dentro y podría
terminar en auto mutilación o suicidio. La metáfora o tema de la
bandeja de arena marca el punto de partida del trabajo terapéutico.
Muchos niños en la edad de latencia están ansiosos de contar una
historia o describir qué significa su bandeja, qué está ocurriendo entre
las figuras o, incluso, a quiénes ellas representan.

Después que el niño hace el relato, el terapeuta intenta corregir o


reparar cualquier trauma observado en la bandeja de arena. Por
ejemplo, un niño víctima de agresión sexual reiterada, representa en la
bandeja personas atrapadas en arenas movedizas. Para realizar un
trabajo de reparación con él, podrían darse los siguientes pasos:

1. Pedir al niño que verbalice sus sentimientos, por ejemplo


preguntarle cómo se sentiría uno al estar atrapado en arenas
movedizas. Dedicar un tiempo a empatizar sobre lo terrible
que ha de ser sentirse atrapado y no ser capaz de moverse.
2. Pedir al niño y ayudarle a resolver dilemas, por ejemplo,
guiar al niño para encontrar una manera cómo la persona
puede salir de la arena movediza. Algún objeto de la bandeja
puede usarse para ayudar a “arrastrar hacia fuera”. A veces,
el niño será incapaz de imaginar o problematizar la solución
del dilema, entonces el terapeuta puede introducir una nueva
figura (del estante) o, junto al niño, buscar una manera de
ayudar a que la persona atrapada salga de las arenas
movedizas. Esto es importante dentro de la terapia de la

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bandeja de arena: si no ayudamos al niño a encontrar un
camino para salir de la metáfora del dilema en el que está
“pegado”, el niño continuará sintiéndose atrapado y no lo
estaremos ayudando a superar el trauma.
3. Pida al niño que proyecte sentimientos en la bandeja, por
ejemplo aplicando la metáfora a la vida, preguntándole si
alguna vez se ha sentido atrapado como la persona que
estaba en las arenas movedizas. Si el niño niega sentimientos
que parecen tan evidentes, algunas veces será mejor dejar el
tema y volver a ello en otra oportunidad, o bien confrontarlo
suavemente diciéndole algo como: “Muchos niños que son
acosados se sienten atrapados. ¿Te sientes atrapado a causa
de lo que te pasó?”

En otro caso en que se usaron metáforas de reparación para


ayudar a resolver un dilema, un niño realizó una bandeja en que
enterró serpientes debajo de unos novios, de una casa y de varios
niños. El niño dijo que las serpientes eran tan peligrosas que podrían
matar a los novios y su familia si salían de su escondite. Hemos
observado que muchos niños que han sido víctimas de abuso sexual
usan serpientes en sus bandejas de arena. El terapeuta sospechó que
este niño no había aún develado su historia como víctima, a pesar de
las evidencias físicas del abuso sufrido y de la evidencia conductual, ya
que él estuvo acosando sexualmente a otros niños. Parecía estar
atemorizado ante la idea de revelar el abuso y su bandeja indicaba que
su mayor temor era que si su secreto enterrado “emergía”, su familia
podría derrumbarse.

Los pasos terapéuticos con un paciente que realiza bandejas


como la anterior, podrían incluir:

1. Pida al niño que describa lo que sucedería a la familia y


cómo se sentiría cada miembro de la familia si las
serpientes salieran de su escondite. Empatizar con el
miedo y el dolor que la familia podría experimentar si
salieran las serpientes. Es importante enfrentar los
sentimientos de los personajes en la metáfora antes de
entregar la metáfora reparadora. Cuando el terapeuta
verbaliza su empatía y comprensión acerca de los
sentimientos de los personajes de la metáfora, envía al niño
un mensaje de comprensión de su propio miedo y dolor.
2. En esta bandeja, en particular, la metáfora de reparación
implica encontrar una manera de mantener a la familia a
salvo (con barreras o vallas, por ejemplo), de modo que, al
salir poco a poco las serpientes no maten a la familia. Tanto
en forma individual, como en conjunto, resultó que fueron
capaces de manejar a las serpientes, aún cuando fue difícil
en un comienzo.

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3. En un esfuerzo por aplicar la metáfora a la vida del niño, el
terapeuta le dijo que, a veces, los niños tienen secretos
terribles que no se atreven a contar, por miedo a que
puedan destruir a su familia o a ellos mismos; finalmente,
preguntó si éste era su caso. El niño reconoció que así era,
pero que estaba demasiado atemorizado para contárselo.
Sin embargo, en la próxima sesión fue capaz de revelar que
había sufrido abuso sexual. En muchos casos como éste se
ha comprobado que la bandeja de arena es una
herramienta poderosa de ayuda al terapeuta para suscitar
la develación o para traer a la superficie problemas que
estaban enterrados.

En resumen, los cuatro principales pasos a seguir en una


metáfora de reparación con bandeja de arena son:

1. Pida al niño que cree y describa un cuadro en la bandeja de


arena. Invite al niño a colocar objetos y figuras en la
bandeja. Anímelo a hacer un relato o describir lo que está
sucediendo. En este punto no participe ni haga aportes Ud.
mismo.
2. Cuando la bandeja esté terminada, pida al niño que
verbalice sus sentimientos. Intente llegar a saber qué
sienten los personajes: dedique tiempo a empatizar con
dichos sentimientos, reconocerlos.
3. Pida al niño que resuelva dilemas, ayúdelo. Empiece por
ayudar al niño a enfrentar los problemas que emergieron en
la bandeja, apoyándolo en la búsqueda de soluciones a
dichos problemas. Ud. puede interactuar con el niño en
este proceso o relatarle una historia que presente una
solución, con un final positivo o una experiencia
reparadora.
4. Usar una proyección de la metáfora en la vida. Pregunte al
niño si, en algún momento, se sintió identificado con los
personajes de la bandeja. Pídale que proyecte sus propios
sentimientos en lo que está ocurriendo en la bandeja.

Se recomienda el uso de una ficha de observación para cada


desempeño del niño frente a la bandeja, es necesario dejar allí
constancia de los temas que se presentan en forma reiterada durante la
terapia.

Algunos niños tienen dificultades en hacer un relato o, incluso,


describir lo que han realizado en la bandeja; en estos casos es bueno
animarlos a conversar sobre su actividad, planteando preguntas como:

1. Si tú pudieras ser un objeto o una persona de esta bandeja de


arena, ¿cuál elegirías?
2. ¿Cuál es tu objeto favorito en esta bandeja de arena?

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3. Supongamos que este gorila fuera una persona que tú conoces.
¿Quién sería?
4. ¿Hay algo en esta bandeja que te recuerde a tu mamá…tu
papá…hermano…hermana… a ti mismo?

Hay niños menores de cinco años que, a menudo, quieren usar


la bandeja de arena como si fuera “una caja de arena”, ya que les es
difícil colocar objetos y hacer un relato. En tanto la usen como un
medio de comunicación o como una manera de adentrarse en los
problemas no hay contra indicación en hacerlo, de modo que sea útil
para los más pequeños.

Finalmente, la bandeja de arena es una efectiva herramienta de


comunicación en la terapia individual con niños y adolescentes.
Puede proporcionar al terapeuta un mapa metafórico del mundo
interior del niño, el cual, muchas veces, no llega a develarse en una
terapia verbal con métodos tradicionales.

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