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Mireya Machí Martínez

En otra línea de tiempo


ANTOLOGÍA POÉTICA DE 30 AÑOS
1994-2023
EN OTRA LÍNEA DE TIEMPO
© Mireya Machí Martínez, 2023
www.mireya.machi.es
IMBUK Ediciones
imbukinfo@gmail.com
Diseño de cubierta: Imbuk con ilustración de Alonso Salazar

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Nº Registro Propiedad Intelectual: 2023-A-7092

ISBN: 978-956-6144-10-6

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Dedicado a quienes,
más allá de leer libros interesantes,
hacen su vida interesante.

A los autodidactas que se liberaron


de andamios, límites y expectativas ajenas,
para convertirse en seres únicos,
dueños de su tiempo y sus prioridades,
logrando ser razonablemente felices.

A los artistas que,


en la era de la inteligencia artificial,
saben brillar con una luz inimitable
que hará llorar a las máquinas.

Gracias,

a los cuatro prologuistas, por dejarme sin palabras;


a mamá, por cuidarme desde el otro lado;
a papá, por tu amor incondicional;
a mis hermanos, por soportarme;
a Àngela y Teresa, por esperarme;
a mis profesores, por creer en mí a pesar de mis notas;
a mis Amigos, por vuestro abrazo constante;
a mis enemigos, por acercarme a mi mejor versión;
a Alginet, por parirme poeta y rebelde;
a Chile, por matarme, resucitarme y reconquistarme;
a EEUU, por fortificar mi amor a la libertad.
PRÓLOGO DE LORENZO SILVA
(Resumen del prólogo a su libro “Donde sucede la magia”)

Mireya Machí, a quien tengo la suerte de conocer y tratar


desde hace veinte años largos, es una aventurera en el
mejor sentido de la palabra: alguien que se aventura allí
donde no sabe lo que hay, allí donde todavía puede
descubrirse algo a sí misma y de paso, para eso lleva
cuaderno, descubrírnoslo al resto. Mireya, quien decidió
cruzar un día el océano y mudarse de Europa a América,
se me antoja parecida a grandes personajes históricos de
la empresa ultramarina de la Corona de Castilla, con ese
alarde que cambió el mundo, no siempre para bien,
aunque tampoco siempre para mal (puede atestiguarlo la
propia Mireya, en las muchas personas con las que ha
podido entenderse en la lengua de Cervantes, que es una
patria común para cientos de millones de personas y,
como tal, una aportación extraordinaria a la paz y la
armonía del mundo). Ella no ha conquistado imperios,
depuesto incas o Moctezumas a sangre y fuego, como
Pizarro o Cortés; más bien, como Cabeza de Vaca, se ha
dejado conquistar por lo descubierto, ha dejado que
América la deshiciera y la rehiciera nueva, más rica, más
sabia, más valiente, más conforme consigo y con los
demás. De ese viaje trata en buena medida esta antología
poética, quizá pudiera decirse que es su asunto principal:
de cómo una valenciana de Alginet se acabó haciendo
chilena de corazón y, al filo y al abrigo de los Andes,
aprendió a reconectar con la tierra de la que nació y en la
que abriga la firme fe de pervivir, sea cual sea la manera,
sin morirse nunca. Pero también nos habla de algunas
cuestiones más, entre ellas de su condición de mujer, de
poeta y de alma comprometida con el aprendizaje de su
propia e irrenunciable verdad, con el hallazgo del bien
que nos acecha por doquier, cuando abdicamos de
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nuestros miedos, nuestros recelos y nuestras
satisfacciones para conocer la criatura solitaria y
desnuda, libre e inmortal que todos llevamos dentro,
aunque algunos prefieran creerse trabados al tablado de
unas posesiones aparatosas y perecederas. Todo eso es lo
que lleva a la poeta que habla en estas páginas a apostar
a «que el final sea una fiesta», o a anunciarle a quien se
confunda con ella, entera y desafiante: «Hay caballero
con aire imprudente / que viene a salvarme del peligro /
hasta ver que yo sola me atino / escapando de torres y
grilletes». Eso es, también, y por contraste, lo que la
empuja a escribir dos veces este verso: «lo siento,
perdóname, te amo, gracias». Porque hay algo, entre toda
la soledad, todas las oportunidades perdidas y todos los
caminos equivocados, que nos condujo a ser la aventura
y el cuaderno, la vida y la memoria: este don que hemos
de amar y agradecer en tanto nos acompañe, que podría
ser todo el tiempo, si somos capaces de creer en él y
defenderlo.

Lorenzo Silva.
Escritor, relator, columnista y abogado español.
Premio Nadal, Premio Ojo Crítico, Premio Algaba,
Premio Primavera, Premio Planeta.
Illescas (Toledo), 6 de agosto de 2017.

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PRÓLOGO DE JOSETXO DEALZA
(Prólogo a su libro “Secretos invertidos”)

Entrar en la poesía de Mireya es como entrar en su


estancia privada y ver en cada coma, en cada rima, algún
trozo de garganta exhibida al filo del acero, ese gesto de
piel herida hecha palabra justa. Sientes que debes detener
tus ojos, dejar de leer, como si cuajara la idea incómoda
de ser un intruso que llega sin permiso y descubre un
desorden íntimo. Pero te quedas y respiras ese aroma
maldito que te dice que estas palabras están habitadas
por alguien verdadero, que tiene bulto y que deja ahí
sobre su cama deshecha, ciertas prendas tiradas que
proceden de su alma descolocada. Lo maldito es su
ausencia; la sientes en un instante como pérdida
irreparable y el primer gesto es de desolación y rabia por
no haber estado ahí, en esa instancia, cuando aún ella era
bulto, fragancia o sufrimiento. Rabia por no haber sido
habitante de su verso.

Mireya tiene una voz sentida, sencilla, con una claridad


poco común, nada solemne, entendiendo la solemnidad
como el defecto más común entre la gente de poemas. Eso
probablemente le viene de su lado práctico, pero no
entierra su aliento que se revela en el desgarro y tiene
peso. Solo se hace verdadera poesía con lo que hiere. La
vida es una herida constante, un magnífico morirse, tanto
de asombro como de goce o de desesperación. Quienes
sentimos esa rozadura que no cesa, necesitamos aventar
lo espléndido y lo triste. De cómo se expresa noto una
candidez de adolescente que a la vez fascina y asombra.
Lo que fascina es lo abierto, la voz clara, una frescura que
parece inverosímil en una mujer que se sabe madura. En
su expresión lírica eso se transparenta: un lenguaje
urgente, casi sin metáforas, sentido más que pensado.
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Una desenvoltura frágil y directa, casi alegre si no fuera
porque los motivos que le arrastran son la soledad y la
rebelión ante el fracaso sentimental. Lo notable es que lo
acompaña con un talentoso cuidado de la rima y el ritmo,
elementos no tan corrientes en la poesía contemporánea.
El hecho de que en su caso se ciña a su entorno relacional
como leitmotiv de su expresión poética, es un universal. A
veces, la mecha del arte prende por ahí, en lo inmediato
íntimo y en la relación con los próximos. Y luego se afina,
deriva hacia otros universales (la muerte, el paso del
tiempo, el esplendor de la vida, la fusión o la integración
del yo con las apariencias o esencias, etc.). Sin embargo,
lo que diferencia lo universal de lo tópico, difícilmente
discernible, a veces incluso, en grandes voces poéticas es,
en primer lugar, el manejo de la forma. Pintar una mujer
es un tópico, pero si lo hacen Modigliani, Picasso o Shiele,
se convierte en un universal. Para ello, a la forma hay que
añadir lo más importante: el fondo. Cualquiera puede
salir de Bellas Artes con flamante diploma y dibujar
santos. Sin embargo, no va a pintar universales, va a
pintar tópicos. ¿Cuál es la línea crítica que separa los dos
resultados? En mis tiempos jóvenes, cuando mirábamos
una obra, teníamos una expresión: “Tiene magma”, un
decir como otros, en castellano castizo: “tiene tripas”, o
“tiene agallas”. Si hay fondo, la forma es un proceso de
aprendizaje. Si hay forma sin fondo hay trivialidad y
manierismo. El fondo no se inventa. Te habita. Todo este
circunloquio para qué. Pues para reiterar que la escritura
de Mireya tiene magma.

Josetxo Dealza.
Escultor y escritor. Ibiza, 2012.

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PRÓLOGO DE GABY VALLEJO
(Resumen del prólogo a su libro “Soy poeta”)

Tarea brava. Un pequeño libro de poemas escrito por una


mujer singular.

A medida que leía este libro, iba entrando en un recuerdo


complejo, “cortaziano” del todo: la posición de salto al
vacío, a lo desconocido, la necesidad de un salto para
romperlo todo. Julio Cortázar en mi juventud y la
búsqueda de lo fundamental, el enfrentamiento con “La
Gran Costumbre”, para conquistarse uno mismo, una
misma en este caso. Y así, estamos aproximándonos,
iniciándonos a un lenguaje de rupturas de las búsquedas
de una mujer.

Mireya Machí se justifica como dueña de un


autodidactismo frente a la vida y la poesía. Inicialmente
suena raro, pero el recorrido de su vida – viajera
impenitente - y la construcción personal de lo que hace
ella y es ella, convence, prueba. Mireya Machí, es una
demostración de que se puede vivir de ser poeta, sin lo que
son las cosas necesarias para los demás, que se puede
hacer el recorrido por los caminos y las ciudades sin
televisión, sin auto, sin whatsapp. Ella está segura con sus
certezas poéticas, que somos seres “abundantes” con un
“dios interno” grande, que da lo inesperado. Habla de que,
ese “dios interior” da los eventos con los que vibran sus
células y crea poesía.

Estamos frente a una mujer joven capaz de decir y


escribir estas concepciones y más aún, capaz de vivirlas.
Estamos frente a una poeta que huye de la
grandilocuencia, de las normas y reglas poéticas, que usa
las palabras de siempre y que por la fuerza de su vida y

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de su arte poético, ahora son otras palabras las que están
provocando saltos.

Su poema titulado justamente “Soy poeta” es la


definición, verso tras verso, de su irreverencia, su ruptura,
su autenticidad, su novedosa huella. Ser poeta es la
antítesis de las mejores situaciones y los mejores trabajos
apetecidos que ella no ansía. Ser poeta es estar “loca de
preguntas atrevidas” y ser “la que baila descalza entre los
cardos”, la audaz que vive de rupturas y desafíos. Ser
poeta para Mireya, es ser la escarbadora de lo que no fue
dicho, de las basuras humanas, de los mejores sueños.

Quien lee a Mireya, se enfrenta con la autenticidad. Todo


golpea, vibrante, vibrándonos. Si seleccionamos algunas
expresiones, para presentarla, cortamos la intensidad
poética, la mutilamos, cometemos un grave error. Pero
las expresiones de Mireya suenan y resuenan y nos
persiguen. Sobre todo, si las escuchamos en el contexto en
que nacieron.

Y la vemos haciendo dedo en las carreteras, cuidando


casas para sobrevivir, amando y buscándose, en los varios
tipos de cuerpos que tiene -parafraseando a ella misma,
“el cuerpo astral, el energético, el emocional”- que
quieren juntarse para crear el arte, la poesía.

No es fácil acercarse a Mireya -lo dijimos al principio-


tarea brava. Constructora de la poesía de la exactitud. No
sobra ni falta nada. Algunos poemas son realmente
excepcionales. Por ejemplo “Su niña interior”. Poema
duro y hermoso. Dedicado a la doble, la que existe
invisible, la de los secretos, la salvadora que la habita
entera.

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“Tengo algo que decir”, poema a la tierra, a las raíces, a
la emoción por el lugar en que vive, Chile. La poeta
española pide perdón en nombre de Europa. “Tengo algo
que decir, humildemente, vergonzosamente” a “los
guardianes de semillas y tejedores”. Es un poema intenso
en que se siente la dimensión del descubrimiento del daño
cometido por la conquista de América, y lo repite: “Mis
ancestros y yo les pedimos perdón”. “Esta extranjera tiene
algo que decir”.

“Renacer”, poema escrito después de un trance de semi-


muerte que la tuvo en el limbo desconocido por un
tiempo, está estructurado desde la necesidad de vencer la
muerte y desear toda la vida. Enumeración de todo lo
digno de amar. Es un poema que crece por la fuerza de un
viaje a lo fundamental diciendo al final “que pese a quien
le pese este acto, no hay tumba que calle mi canto”.

Y Mireya, no calla.

Gaby Vallejo Canedo.


Escritora y académica de la lengua boliviana.
Cochabamba, noviembre de 2018.
(DEP 20-1-2024)

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PRÓLOGO DE EMILIO CARRILLO
(Resumen del prólogo a su libro “Soy poeta”)

Gabriel Celaya, indudable referente de la poesía


comprometida, tituló así uno de sus más reconocidos
poemas: “La poesía es un arma cargada de futuro”. Pero
el poeta vasco nunca aclaró en qué punto exacto del
porvenir situaba ese futuro… ¿Cercano, lejano? Mireya
Machí, sin embargo, lo tiene claro: ¡cercano! Tanto que ya
está aquí, en el aquí-ahora de su vida y de la nuestra.
Convencida de ello, confiesa sin tapujos: ¡Soy poeta!

Personalmente, gozo con la Poesía, pero no con toda


poesía. Me aburre, lo confieso, aquella en la que lo
kamásico (emocional, sentimental) se impone. Y me
apasiona la orientada a lo manásico, en el sentido de
expandir el nivel superior de nuestro plano mental, ese
que algunos psicólogos denominan mente abstracta y se
halla a nuestra disposición para plantearnos las
cuestiones transcendentes que están en el núcleo duro de
la ciencia, la filosofía y la espiritualidad: quién soy, de
dónde vengo, adónde voy; qué es la vida, cuál es su
sentido, cómo vivirla; qué es la muerte; qué es la
divinidad; cuál es la razón de la existencia; cuál es el
origen del universo… En lo referente a asuntos como
estos, la mente abstracta está a nuestro servicio. En
cambio, la mente concreta, el nivel inferior del plano
mental, siendo sensacional para muchas cosas, no está
preparada para abordarlos, por más que tanta gente
insista en usarla para comprender, entender, ver y vivir
la vida: así tienen a la pobre, “la loca de la casa” que dijo
Santa Teresa de Jesús.

Es más, he podido constatar, a través del estudio de las


aportaciones de los sabios y sabias de todas las épocas y

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culturas, que la poesía que menciono y me interesa (se
halla en la obra de Rumi o de San Juan de la Cruz, por
citar solo dos botones de muestra) contribuye
sensiblemente a que en la vida de las personas vayan
haciendo acto de presencia eso que los textos teosóficos
denominan Buddhi (Alma Universal), integrado en la
parte imperecedera del ser humano, esa que no conoce la
muerte. Y es precisamente por esto por lo que la Poesía
que me entusiasma puede ser una estupenda
herramienta para desarrollar la comprensión, la
inteligencia, el discernimiento y la intuición, dando una
orientación fidedigna a nuestra vida, funciones todas
atribuidas a Buddhi en diversas tradiciones espirituales.

Los poemas creados por Mireya Machí que estas páginas


recogen son toda una llamada al desarrollo de Buddhi y
a la presencia cada vez mayor en nuestras vidas de la
comprensión, la inteligencia, el discernimiento, la
intuición y la orientación fidedigna. ¿Te resulta difícil de
creer? Pues haz la prueba y lee estos poemas. Eso sí, más
que con la mente concreta, hazlo con el Corazón.

Emilio Carrillo.
Economista, escritor, conferenciante.
Sevilla, junio de 2018.

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Poemas

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EN OTRA LÍNEA DE TIEMPO

Habrá un rocoso estero


donde dos extraños
erosionen las botas
y los corazones,
abriendo senderos,
mintiendo “te amos”
y trazando proyectos.

Eso ya está pasando,


en un intangible espacio,
en otra línea de tiempo.

Habrá un nido araucario,


donde el hogar azul
no sea de hielo,
la lluvia salada
caiga hacia arriba
y el horno de barro
tenga fuego.

Eso ya está pasando


en un universo cercano
en otra línea de tiempo.

Habrá una dulce quimera


donde esos incautos
prometan y cumplan,
más allá del abrazo,
más acá de la niebla,
la hazaña de amarse
como se propusieron.
Donde huyan los fantasmas,
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y canten las hadas
boleros de silencio.

Eso ya está pasando,


al final de mi desierto,
en una orilla paralela,
en otra línea de tiempo.

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CUARENTENA IMPOSIBLE
Chile, 2020.

Inyectarme la vacuna asesina,


guardar la distancia perfecta,
ayunar como en posguerra,
lavarme las manos limpias,
y si quieren las axilas,
los codos, las orejas.

Calzarme los grilletes,


dejar de viajar a dedo,
renunciar a la carretera,
olvidar las rutas divergentes,
los caminos insondables,
¡que al lado está la cordillera!

Evitar decir “buenos días”,


dejar de inspirar y exhalar
por arriba, abajo o afuera
del dogal llamado mascarilla,
fingir que soy de piedra,
nunca más sonreír en la calle,
cumplir con el toque de queda.

Defender a rabiar el sistema,


convertirme en dócil esclava,
aplazar a otra vida mi agenda,
mimetizarme con el pijama,
pasar a puras galletas,
y pizza congelada,
dar por perdida la silueta,
bendecir a la farmacia.

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Devolver a un Adán su costilla,
quemar el manzano de Eva,
hacerme musulmana,
dejar de ser poeta,
calentarme con palos de silla,
estofar a la gata y a la perra,
olvidar que no como animales,
¡lo juro por lo que quieras!
Todo lo puedo y lo doblo,
menos hacer de ti cuarentena.

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SOY POETA

Ni profesional del ruido o el silencio,


ni operadora de malabares hipotecarios,
ni vendedora del último imprescindible,
ni sicaria de un estado manipulado.

Ni avanzadilla de una promesa imposible,


ni titulada en la academia del mercenario,
ni suspendida del negocio del pupitre,
ni apitutada de ningún mandatario.

Soy poeta,

la que baila descalza entre los cardos,


la que habla con duendes y sirenas,
la que prende estrellas extranjeras
en la ceguera de un pueblo ilustrado.

La que viaja a dedo por carreteras


hambrientas de peaje y bencina,
la que supo cortar sus cadenas
saltando afuera del sendero marcado.

Conspiradora sin puerto ni sistema,


cabecilla de las comas y las rimas,
la loca de las preguntas atrevidas
que renunciaba a ciudades ajenas.

La inadaptada del colegio privado


que buscaba horizontes sin puertas,
el vacío pleno sin ley de mercado,
el espacio donde vibra la materia.

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Carente de diplomas especuladores,
coleccionista de cuadernos espirales,
bruja y maga de las tempestades,
embarazada de delfines y corales.

Creyente de una brizna de yerba,


cómplice de soñadores perseguidos,
palabra de diosa con suave acento,
coronando a cigarras y proscritos.

No me hablen de seguros de vida,


jornadas completas y esclavos dignos,
dejen al cobarde esa mentira,
pues no hubo nunca mayor asesino,
ni en la historia mayor herejía,
que el silencio de un verso herido
del poeta que no se asumía.

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QUÉ SERÁ

Qué será de ti y de mí
si no tenemos el coraje
de amarrarnos
las botas arcoíris,
dejar de ganar el tiempo
y saltar este muro de Berlín.
Si nos vence la hipoteca,
el sentirnos demasiado viejos,
el seguro, la llave, las tarjetas,
la llamada de tantas bocas
que nos venden su afecto.
Qué será de ti y de mí
sin una playa bajo los pies
nutriendo siglos de cemento,
sin un ahora que atesore
un pasado en nuestro futuro,
sin esta locura,
sin tus besos,
sin una carretera infinita
que cruzar
de la mano y a dedo,
dejando atrás cada mentira,
cada certeza,
cada miedo.
Desarmando la estructura
que llenó de óxido
nuestro cielo,
nos robó la mirada,
el desafío,
nos dejó
confortablemente ciegos.
Qué será de ti y de mí

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si abandonamos el sueño
de respirar hondo
en esas cimas
que jamás
conquistan los cuerdos.
Qué será de ti y de mí
si nunca lo hacemos,
si no lo intentamos,
si no lo creemos.

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CÓMO SE HACE

Cómo se hace
para desandar lo caminado,
para no verte en cada tiesto,
para negarte y no delatarme,
para deshacer este nudo ciego.

Cómo se hace
para inventar que no existes,
para mentirle a cada espejo,
para dormir sin esperarte,
para invocar el desapego.

Cómo se hace
para reírme, para no llorarte,
para tragarme el sabido decreto,
para asumir que fui siempre la otra,
para gritarte que no te quiero.

Cómo se hace
para volver a ser yo misma,
para no guardar más un secreto,
para escurrir cada lágrima inútil,
para enfriar lo que quema dentro.

Cómo se hace
para convencerme que tuvo sentido,
para creer en algo que sea cierto,
degollar el deseo imposible
y enterrar lo que ya se ha muerto.

Cómo se hace
para vivir como si nunca pasó,

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para trazar un plan, un proyecto,
para nadar a la orilla precisa
donde hallar el tesoro perfecto.

Cómo se hace
para ser un poquito más hábil
y amar un poquito más lento,
para ser un poquito más diosa
y darme lo que merezco.

Cómo se hace,
para sumarte en mis restas,
para restarte en mis versos.
El día que escriba coherente
les juro que me arrepiento.

Cómo se hace,
cómo abrazarme a la nada,
cómo te olvido, cómo te dejo.
Si alguien me presta la llave,
le entrego un futuro viejo.

Cómo se hace
para pintar una fiesta en mi cara
y borrar este negro sombrero.
Si bebo hasta la madrugada,
seguro que entonces acierto.

Cómo se hace
para zanjar, para saldarme,
para rendir sin guardar un peso
la deuda que tengo conmigo
me pesa como un becerro.

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Cómo se hace
para seguir con la frente alta
y el orgullo tan maltrecho.
La parte que no me contaron
es la más retorcida del cuento.

Cómo se hace, carajo,


cómo termino un poema
que sangra por todos sus huecos:
lo corto sin más para siempre,
amputar es un santo remedio.

25
DESDE ESTA BROMA PERVERSA

Desde esta distancia insalvable,


desde esta inconsecuencia,
desde este enorme desatino,
desde esta temeraria impaciencia,
desde este experimento inviable,
desde esta mentira tan ciega,
desde este imposible infinito,
desde esta insostenible certeza,
desde este absurdo inevitable,
desde esta apetecible quimera,
desde este tuyo tan mío,
desde esta broma perversa,
desde este final sin principios,
desde esta esquina en esfera
te digo ... te amo
con el hilo de humor que me queda.

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CARNE DE CAÑÓN
Un poema para nuestro niño interior

Miré para otro lado;


vivías en mi casa,
peleaste mis batallas,
recibiste cada bala,
sufriste mis heridas,
te arriesgaste por mi vida
y miré para otro lado.
Eras pequeño
para entender los alaridos,
las palabras afiladas,
los “te odio” y los “te mato”,
el orgullo, la venganza,
la comida acelerada,
el abrazo sin los brazos.
Eras carne de cañón,
el cachorro más sensible,
el que ya no reconozco
en la nube de mi espejo;
el soldado acribillado,
guerrero de ti exiliado
con ojos de miedo,
de coraza, de preguntas, de pecado.
Mi niño mudo sigue gritando
en mi estómago repleto
de mugres deliciosas,
en envases de plástico,
en mi entorno de silencio
ahogado en cada vaso
de deuda permanente,
de whisky sin hielo,
de lunes infinitos,

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de ojeras a palos.
Ya puedes manchar la ropa
criatura de niñez extraviada,
es tiempo de jugar un rato,
de que rompas la ventana
lanzando esa pelota
cual esférica bandera
de tu patria callejera
y que no le pase nada
ni a tu risa ni a tus alas;
de decirte que ya no me importa
al airear estas canas
como estelas de cometa
en el columpio del patio,
si me toman en serio los vecinos
o se toman el sapo de un trago.
Cierra esa tumba proscrita,
reina en tu fiesta, mi guacho,
deja entregarte mi tiempo,
sacarte tu entraña sombría
y arroparte en mi pecho,
partido de fracasos,
en una tierra prometida,
sembrada de caricias tardías,
entre estos inútiles brazos.

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Dibujo de Héctor Guillermo Contreras que
inspiró el poema “Carne de cañón” anterior.
Bolígrafo negro sobre papel fabriano pittura,
70 x 100 cm.

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CHILE

Cuando los labios del océano,


prisionero en matrimonio forzoso,
con una dote impune de litio y azufre,
te ofrecen un beso tan largo y triste,
que te resulta obsceno siquiera soñarlo,
esa herida interminable se llama Chile.

Cuando te embriague el aroma


verdenegruzco de palta en marraqueta,
sin haber mejor desliz que hundir tu lengua
en su íntima y erótica mitad abierta,
cuando no haya consuelo para un día sin ella,
sabrás que esa fecunda once era chilena.

Cuando todos los sentidos sean cardinales


y parezca tabú decir derecha o izquierda,
cuando el cielo sea una mole de nube negra
y uniéndose a la fiesta del capital equis ele,
las palomas vendan su guano a penique,
te hallarás en la urbe de Santiago de Chile.

Cuando ames y odies sin motivo aparente


el valle escarpado y la planicie del cerro,
si sientes que no hay amanecer sin cordillera,
ni sueño feliz sin su telón de hazaña temible,
los brazos de piedra que acogen tu carne
son los Andes malditos y benditos de Chile.

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Cuando te abrume el techo de la noche,
perforado de planetas y soles albos
y tu voz la devuelva un rugido de viento
coronado de saliva añeja de hielo virgen,
los pies que reciban el llanto del cielo,
pisarán el barro azul y rojo de Chile.

Cuando tiemble tu suelo sin aviso de sismo


y vengan en tu rescate mendicantes bomberos,
cuando el desastre de tu pasado no tenga límite
y no haya farmacia coludida para sanar tanto ego,
llevarás tu dolor escondido en logotipos y afiches
para verlo arder y volar en este altar llamado Chile.

Cuando esquives las flechas de Cupido y la deuda


imitando el vuelo imposible del cóndor superviviente,
cuando solo los muertos tengan un cacho de tierra
y no haya jaula de oro donde sentirse más libre,
si notas que tu alma se eleva con el humo mapuche,
deja que te informe, amiga, que te arraigas en Chile.

31
POR NO DECIRTE

Por no decirte
que llueve sobre mi cama de arena
cada hora que no estás en ella,
me mutilo los dedos que trepan
las teclas que ansían avisarte,
desde este silencio de urgencia,
desde este coraje indecente,
desde lo absurdo de estas letras.

Por no decirte
que mi vida es de vértigo y de niebla
desde que supe que existías, que eras
las alas azules de mi oruga ciega,
la isla de mi naufragio crónico,
la orilla, el descanso, la tierra,
por no decirte que te amo,
entrego al olvido este poema.

Por no decirte
que un metro es un abismo a tu vera,
que mirarte me taladra la conciencia,
doblo las calles de un desierto en esfera,
me anclo a este muelle de papel,
me hundo en el hielo de tu presencia,
por no zambullirme a tu lado,
por no suplicarte que vengas.

Por no decirte
que me haces falta de veras,
voy a perder la vergüenza
y a romper mi copa en un brindis marchito,
con el cielo de la esquina de testigo

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confesaré mi condena, te quiero,
repetiré con más fuerza, ¡te odio!
Sellaré este justo secreto
con grilletes de acero y platino
y viviré sin respirarte hasta que muera.

Por no decirte que me beses,


seré mentira en canal abierta.

33
ERIZO

De carne y hueso es este cuerpo


por eso lo sientes blandito,
frágil, cálido y no tan ajeno
a tu piel sedienta de añejo vino.
Mas no te confíes, talento,
hay cosas que no te he dicho:
soy mujer de piel maltrecha
bajo este escudo de armadillo.

De noche y rosas hubo un tiempo,


de escarcha desnuda y sábanas,
donde nunca anuncié mi secreto
y mil manos bullían en mi espalda.
Embebidas de luna y de cielo,
no sabían de sus ágiles alas,
de su nomadismo de vértigo,
de sus oscuras púas afiladas.

Cada amanecer de lluvia y sombra,


brotan espadas ceniza en mi lomo
que tiñen mi corteza nevada
de pétalos de sangre y oro,
sin que haya amante o camarada
que aguante este hechizo amargo
de amarme cuando llego y parto
estando a mi vera un segundo clavado.

Esas púas son mirada de duende,


aroma de guerrera libertaria,
melodía de alarido rebelde,
dura, dulce y precisa palabra.
Pero también son herida y fiebre,

34
duda, ego, abismo y muralla,
me abrigan, vigilan y protegen,
rasgan las manos que me atrapan.

Hay insensato que sueña conmigo


jugando al amor de telón y de tele,
actuando se buscan extraña suerte
a la orilla resbalosa del precipicio.
Hay caballero con aire imprudente
que viene a salvarme del peligro,
hasta ver que yo sola me atino
escapando de torres y grilletes.

Basta que haya tan solo un tipo


con manos de luz y transparentes
que puedan estrecharme eternamente
y dejarme volar sin castigo.
Si fuera real este sueño demente,
y llegara tras leerme ese amigo,
sería el más feliz de los erizos
y la más suave de las mujeres.

35
GAME OVER

No me llama la tierra, sino el cielo,


dice este suspiro jocoso y agotado.
El capítulo mil termina en este cuerpo
que, siendo lindo, pudo ser mejor, por cierto,
demasiado pálido para mi gusto cobrizo,
aunque fue un envase útil, no me quejo.
Como dijo mi madre antes de partir:
“Lo de morirse no es para tanto”.
Duelen los dulces, la risa y el sexo,
duele el adiós, tu llanto y el entierro.
Pero no mata la muerte, cariño,
mata el orgullo mal atajado,
matan las traiciones y silencios,
matan las mentiras absurdas,
matan las ofensas sin remordimiento,
pero no mata la muerte, amigo.
Ella es la puerta del sentido,
la voz de la respuesta a cada lucha,
el masaje, el perfume, el ungüento,
es un final para otro principio,
la ceniza que alienta al fénix,
el merecido relax del guerrero,
la fiesta de fin de año galáctico,
el colmo de todo amor concebido,
el tú y yo más invencible y eterno,
el único “hasta luego” sostenido y cierto,
el game over de este intrincado,
hipnótico y adictivo juego.
En la siguiente partida en este planeta,
recordando mi origen de reina del cosmos,
voy a buscarte y seducirte primero,
sin mediar prolegómenos de medio cuarto,

36
voy a decirte “amor mío, te quiero”
y haremos posible lo imposible
con un hábil chasquido de dedos
y de paso, seremos felices de golpe
sin perder tanto el tiempo.

37
INFINITO

Era un lugar muy extraño:


los protones eran planetas
y electrones los cometas,
tu rostro era mi núcleo
en aquel paraíso claroscuro
tan raro,
tan cierto,
tan puro.
Después desperté
y lo seguí encontrando en la brisa
y en todos los abrazos,
se apareció en mi baño,
lo sorprendí en tu sonrisa,
incluso en tu mentira,
en mi miedo,
en tu duda,
en mi llanto.
Era cada reflejo de luna
en los charcos de mi patio,
era los insectos y las tunas,
era el parto y la muerte,
era morirse de espanto,
de risa,
de gozo,
de suerte.
Era el lugar de los viernes
y también de los sábados,
el día de la excusa perfecta
para verte y charlar un rato.
Era un minuto y un siglo
tras la reja del jardín de los sabios,
era el desayuno perfecto

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sin hallulla,
sin miel
y sin labios.
El niño que nace,
el verbo impecable,
otro amor acabado,
otro poema que arde.
Dónde estás, amor mío,
dónde mi casa en el lago.
Todas las certezas parten
al llegar la luz del verano.
Pero sigue temblando mi cuerpo
a la orilla de tu recuerdo.
Cabalgando cometas
renace el milagro
del cuento de todas las lunas,
del mito de todos los santos.
Y al final del camino,
al ocaso de todo naufragio,
supe que el lugar del que hablo,
esa playa desnuda,
ese sueño a caballo,
ese amigo infalible,
ese amor en un pacto…
Supe
que ese nudo deshecho
se llamaba infinito
y estaba en mi mano.

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40
TENGO ALGO QUE DECIR
En Raíces de la Tierra, 14-11-2015, Callejones, Chile.

Tengo algo que decir,


como europea, española, además:
Como ustedes, yo tuve ancestros
que, lo quiera o no, viajan en mis células.
En su tiempo,
ya no recordaban su origen de barro,
hijos pródigos sin retorno
de esta Madre incondicional
que sostuvo con calma
sus pasos negligentes.
De ambición, locura y vacío
llenaron sus barcos,
mutilaron códices, pirámides
y troncos milenarios.
Desgarraron su entraña
de hijo abundante y regalón
y desnudaron su cósmica fe
hasta el día de hoy
no dejando mejor legado a esta extranjera
que la justa conciencia para pedirles perdón.
Sin embargo, olvidaron las raíces.

Tengo algo que decir,


humildemente, vergonzosamente:
Que el occidente villano que cruzó el charco
no sabía de la medicina del tabaco y el cedro,
ni los secretos de las estrellas habitadas,
no sabía de los seres de luz en cada árbol,
ni de la maestría en cada abuela piedra.
Ignoraron que el río llora para todos,
que la tierra sangra también por sus penas,

41
que no hay vertiente, ni fruto, ni aroma
que no sea un regalo de Dios en sus venas.
Sin embargo, olvidaron que había raíces.

Pues hoy,
tras esta sequía de quinientos años,
tras este asalto voraz y persistente,
habiendo talado araucarias, copihues y canelos
y habiendo olvidado que tenían raíces,
llegó la era en que brotaron los guerreros,
los guardianes de semillas y los tejedores.
Llegó la hora de las flores,
del silbido de las flautas,
del sudor de los inipi,
del rugir de los tambores.
Llegó el momento
de los q'eros y los guaraníes,
de los toltecas, los aruhacos y los williches.
Porque ellos tenían mucho más que el orgullo,
... ellos eran hermanos y tenían raíces.

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TENGO ALGO QUE DECIR
Versión acortada, premiada en el Concurso Internacional de Poesía
y Cuento de la Revista El Parnaso del Nuevo Mundo, Perú 2016.
Primer premio exaequo.

Tengo algo que decir, como europea, española, además:


Mis ancestros, lo quiera o no,
viajan en mis células
y en su tiempo,
ya no recordaban su origen de barro,
hijos pródigos sin retorno
de esta Madre incondicional
que sostuvo con calma
sus pasos negligentes.
De ambición, locura y vacío
llenaron sus barcos,
mutilaron códices, pirámides
y troncos milenarios.
Desgarraron su entraña
de hijo abundante y regalón
y desnudaron su cósmica fe
hasta el día de hoy.
Sin embargo, olvidaron que había raíces.
Y tras esta sequía de quinientos años
habiendo talado araucarias,
copihues y canelos,
llegó la era en que brotaron los guerreros,
los guardianes de semillas y los tejedores.
Llegó la hora de las flores,
del silbido de las flautas
del sudor de los inipi,
del rugir de los tambores.
Llegó el momento
de los q'eros y los guaraníes,
43
de los toltecas, los aruhacos
y los mapuches.
Porque ellos
tenían mucho más que el orgullo,
ellos eran hermanos y tenían raíces.

44
LA MENTIRA

Si las palabras que escribo


tienen un ápice de verdad,
es por la inercia de la costumbre,
no por un arranque de sinceridad
que hoy, precisamente,
no pretendo abrazar.
Lo que pasa es que te quiero,
qué digo “te quiero”, ¡te amo!
como lluvia fresca en mis manos.
Y si no existiera Mocedades,
te amaría como amo
las murallas de mi corazón,
que es lo más cercano
que habita este órgano
que se supone, me mueve,
aunque no lo sienta…
Y sin embargo siento
que si cayeran mis murallas,
no habría rincón del planeta
que no quedara salpicado
por las vísceras de mi amor.
Es trágico que no lo sepas
y más trágico que te mienta,
dirían las fans de esta novela,
pero igual me gusta
amarte arraigada en mí,
añorarte en presencia de mí,
adorarte sin ningún horizonte,
retenerte sin ninguna frontera.
Así, desde el todo y la nada
de este silencio cómplice
de mis románticos anhelos,

45
atracados sin barco ni cima
en este eterno punto de partida.
Suerte que todo es mentira,
porque si fuera verdad
que te quiero como te quiero,
no habría playa que contuviera
el desembarco de tantos latidos
ni el aullido de tantos suspiros.
Déjalo guardado en la vitrina,
conserva su polvo con celo,
que la verdad no quiebre
la fraudulenta perfección
de esta amistad idílica
tras el velo del deseo.
Porque, en definitiva,
lo que digo no es cierto,
es la ilusión del poeta
de amar hasta los huesos,
de desamar hasta la médula,
de volver a una casa vacía,
maldecir tu suerte soltera
y seguir hilvanando versos.

46
SU NIÑA INTERIOR

Ella nació por obligación,


justo cuando nadie la esperaba.
No lloró para respirar,
lloró por que alguien la abrazara.

“Hola, ya he nacido”,
repetía en el vacío de la sala,
y nunca vio algo parecido a una madre
en el mudo trajín de batas blancas.

Se hizo mayor como pudo,


a ritmo de dulces y bofetadas
y aprendió a mitigar el dolor
cincelando una hermosa coraza.

Por si acaso era amor en ciernes,


a todo ente se entregaba
y creyó que un abuso ocasional
era el quino que le tocaba.

En un simulacro de familia,
otra niña crecía en su guata,
no se pudo impedir este parto
y era el problema que le faltaba.

“Yo no te quiero, pequeña


en esta cueva de dolor y telarañas”,
balbuceaba su herido corazón
cada vez que la mudaba.

Esta semilla se hizo ingobernable


y esta madre solo quería matarla,

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hasta que un día, la cría rebelde
sollozó estas duras palabras:

“Soy la amada que nunca fuiste,


soy tu amargura engendrada,
soy la expresión de tu odio,
la verdad de tu sangre callada.

Vine a transmutar el maltrato,


vine a enmudecer la nostalgia.
Tu niña interior pedía cariño
y la pariste en carne y rabia.

Dame una cuna en tus brazos,


inventa el amor que te falta,
sana tu abandono con mimo
en mi piel de tu piel encarnada.

Juega a ser esa hija fugitiva


que vuelve al hogar perdonada,
juega a que ríes de todo conmigo
y a que eres mi Madre Inmaculada.

Mira estos ojos y reconóceme:


Yo soy la niña de tu infancia,
vine a salvarla de tu olvido,
yo soy tu oportunidad ganada”.

Nunca supo esta aprendiz de madre


de dónde salió esa voz de anciana,
pero tomó su mano, salieron al parque
y el destino cambió esa misma mañana.

48
49
CUANDO DIGO AMIGO

Cuando digo Amigo


con mayúscula inicial,
con toda insensatez,
con toda ingenuidad,
digo lealtad,
no digo confort ni letargo,
no digo piropos o aplausos,
digo entrañas,
digo coraje, digo paciencia.
En la salud y la enfermedad,
en la jarana y en la tragedia,
en la eternidad,
porque no hay muerte
cuando digo Amigo.
Aunque me falles, aunque te falle,
sin un peso, sin auto y sin destino,
digo verdad, digo quimera,
digo mil noches de juerga,
digo tropiezo, digo perdón,
y perdono de nuevo,
porque no hay castigo
ni rencor de dos días
cuando digo Amigo.
Hay defectos, hay torpezas,
hay temores y hay olvidos,
pero no hay puñales,
ni jueces, ni condenas.
Hay amaneceres,
hay reencuentros,
hay chistes fomes
e insólitas anécdotas.
Siempre una taza de té,

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con suerte, un turrón de Viena,
sin máscaras, sin virtudes,
con todas las miserias.
Cuando digo Amigo,
eres el rey de mi tablero
y aunque me guste ser reina,
soy cada pieza de tu color
y mataré o moriré
si tu bien me lo ordena.
Me callaré y marcharé
si te enojas conmigo
y un arranque de orgullo
me manda a la mierda.
Y aunque el ego me duela,
en mi corazón no hay exilio
mi isla no está desierta,
soy tan reina como guerrera
para rearmar mis pedazos,
para amarme la primera.
Y si un día te acuerdas
que fuimos eternos,
desandaré tras las migas,
remaré con más fuerza,
fingiré la casualidad
de cruzarme contigo,
tendré el buen gusto
de contar un chiste malo
y sin mediar un reproche,
nos daremos un abrazo.
Porque solo hay presente
en tu tiempo y el mío
y no hay bala de plata
que tumbe este sino.
Porque soy un gigante
de apariencia delicada
51
y digo diamante,
digo cemento,
digo nunca me rindo
si mi alma sabe
que vinimos de lejos
a compartir este trecho
y salvar juntos un trozo
de este mundo malherido.
Llamadme ilusa,
no pienso dar un discurso,
solo dejar constancia
que digo absoluto,
que digo infinito,
que también digo amor
(pero no soy cobarde)
y lo digo bien alto
y en letras bien grandes,
QUE SOY INMORTAL
CUANDO DIGO… AMIGO.

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53
RENACER
Escrito tras intoxicarme por un fallo en el calefón del baño.
En Paine, Chile, el 9-9-2016.

Me fui,
Infinitos minutos de lucha,
manos temblorosas, extrañas,
que no pueden aferrarse a nada.
Mis piernas no están
y de nuevo el suelo
detiene esta cabeza
que quiere enterrarse
a puro golpe, bien adentro.
Pero no me duele
ni siento el frío
(era un día nueve)
en la piel mojada
(de un mes nueve)
de lluvia monóxida
(de un año nueve),
de llanto mudo.
Me fui,
por cuarenta minutos de ceniza
no sé dónde estuve,
pero estaba desnuda,
me dolía mi ausencia
y sólo quería despertar,
recomponer mi carne,
sea como sea, volver
a mí, a este mundo,
incomprensible y absurdo,
que aún quiero salvar.
Sin piernas, sin manos,
sin aire que respirar.
54
¿Dónde está el brazo
que sostiene la fragilidad
cuando todo colapsa?,
¿dónde el amigo
de los días amables
y la mayúscula inicial?
Si nadie viene
y yo me iba,
¿de quién es el grito
que levanta mi peso?
¿quién me dice "arriba"?
Mi crisma abollada
jugando al mesías,
el eco de los muertos
que me quieren lejos,
la mano invisible
que puso mi ropa
en orden sobre mi cuerpo
y empujó un pie tras otro
fuera de ese nicho
de azulejos verdosos
que fue mi baño
aquel día tan mal ventilado
en que me fui.
El viernes de septiembre
que nací de nuevo
besé el infierno tres veces
resbalando contra el hielo,
miré a los ojos de la muerte
machucada hasta los pelos
y le dije, bajito, sin voz,
sin honor y sin aliento:
Hay un día en que me iré
sola, tranquila y en silencio,
habiendo resuelto mis karmas
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y habiendo cumplido mis sueños.
Vete por donde viniste,
amiga de las horas tristes,
que no es el día que pactamos,
que estallan latidos en mi pecho,
que tengo versos para rato
y dije muy pocos te quiero.
Te quiero vida.
Te quiero invierno.
Te quiero lodo.
Te quiero huerto.
Te quiero sombra.
Te quiero cielo.
Te quiero error.
Te quiero acierto.
Te quiero blanco.
Te quiero negro.
Te quiero vacío.
Te quiero lleno.
Te quiero amigo
aunque no estés atento,
te quiero en tu ausencia,
te quiero en tu intento.
Basta de paseos por el limbo,
amasar la tierra es mi trofeo,
nací paladeando un pedazo
y renací con sed de mundo entero.
Que se mueran los santos si lo anhelan,
que descanse el enfermo sin consuelo,
que hagan misas y prendan velas
al que sembró flores de cementerio.
Porque yo renací,
porque yo he vuelto.
Que suba el telón y tomen asiento,
que pese a quien le pese este acto,

56
no hay tumba que calle mi canto
ni ocaso para un corazón hambriento.

57
LA CERTEZA

Yo la he visto bailar y subir y caer,


a la certeza de no amar a nadie.
Llegó prepotente y categórica,
dando discursos sobre el buen amor,
alardeando de independiente,
presumiendo de su soltería crónica
y de sus ignorados pretendientes.
Valiente certeza de pacotilla,
profesional de las apariencias
de mujer incorruptible y fuerte,
dando lecciones de vida
a quienes volvieron de la muerte.
¿Quién te creíste que eras?
Danzante de cuecas atrevidas
entre los brazos de la suerte,
pudiste escapar a tiempo
de haberte conocido de abajo a arriba,
pero confiaste tu fortaleza
a un ama de llaves celestina
que nunca escuchó ni entiende
esa absurda ley infranqueable
a prueba de heridas.
Ay, la célibe señora certeza,
sólo su nombre suena ridículo
y si no fuera porque duele la caída,
ya no serían ustedes los únicos,
yo también me reiría.
No la escuchen, no la crean,
por muy convincente que suene,
por muy solemne y digna,
yo la he visto bailar y subir y caer
de bruces contra su mentira,

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a la ilustre monarca certeza
de que nunca más amaría.

59
HO’OPONOPONO

Por querer ser gota de lluvia separada,


danzando como elegida con el viento,
donde vine a ser gota de mar salada,
agua de río, de lágrima y de océano,
lo siento, perdóname, te amo, gracias.

Porque crecer me tomó mi tiempo


quebrando reglas de fina porcelana
y la paciencia de todos mis maestros.
Porque creo volar cuando voy a gatas
y con distintos andares me impaciento.
Por nuestras espinas y nuestras alas,
el orgullo, la ira, los casuales aciertos
y toda esta sangre de luna derramada,
lo siento, perdóname, te amo, gracias.

Por olvidar que este camino es un juego,


por imponer mi burda verdad categórica
de ciega ilusa que corrige a los tuertos.
Por aceptar verdades santas enajenadas
que me hacen víctima cuando soy creadora,
por pedirte que pienses como yo pienso
¡que entiendas, que cantes, que comas!
sin haber vivido mi vida ni de lejos.
Por sentirme la divina gran salvadora,
si cada noche sufro y cada día hiero,
por presumir de lúcida estando loca
y tomarme a ratos demasiado en serio,
voy a callar tras decir solo una cosa:
Gracias, te amo, perdóname, lo siento.

60
61
AIRE

Aire…
Ni la vida me contiene,
ni el desafío, la duda, el anhelo
ni el ridículo temor a la muerte
ni el abrazo que habita el apego
ni el adiós que desgarra los vientres.

Aire…
Ven a tomar mis despojos
sopla esta carne, vivibunda, que duele
empújala a ese sagrado abismo de lodo
que no queden ni uñas, ni pelo, ni dientes
ni un amago de ira, ni un suspiro de gozo.

Aire…
Invoco el segundo eterno sin cadenas
sin cinturón o calcetín que me apriete
renuncio a padres, madres y abuelas
soy expósita de una luna creciente
y bastarda por desliz de una estrella.

Aire…
dame sólo un reducto de nada
tras la brasa, la ceniza y el silbido de los trenes
diluye al amante que engalana mis corazas
arranca mi armazón de queratina y belenes
y lánzame al vacío con mi espada y mis alas.

Aire…
aire que mece cunas de ovejas que aspiran a fieras
aire del mar de mi tierra, aire de prana, aire caliente
aire desnudo que grita, que alza sus manos y zapatea

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aire de águila y de cóndor, aire de un rezo occidente
aire a bocanadas de mantra, aire de oro de sol naciente.

Aire…
Temblores de un ego cesante, reclaman al aire su era
aire asesino que sana, aire de olvido de ti, vehemente
aire que cree en el hombre, aire que tumba las rejas
soy aire del sur y del norte, aire de aroma impaciente
soy aire yo sola, aire sin rumbo, aire sin dogmas de cera.

Aire…
Ya planeo sin permisos en mi aire de calma imprudente
y pienso hincar aquí mi desarraigo lejos de muros y puertas
Informo, pues, desde este vuelo de destierro preferente
que en el lado oculto de la luna hay una fiesta tremenda.
No esperen despiertos que va a ser eterna mi suerte
Desuellen sus huesos de cuajo si quieren ver a Mireya
que la musa serrana que era… se volvió transparente.

63
LA CARTA

Era pequeña y entrecortada


como un piropo callejero,
no decía nada importante,
ni bueno, ni neutro, ni malo.
Lucía letras mudas y apretadas
con forma de desliz involuntario.
Tenía toda la tinta por perder
en un silencio o un presagio.
Juntó cada lápiz gastado
para sangrar en palabras inclinadas,
con un mordisco en el estómago,
su más derecha perdición.
La última de sus verdades taciturnas,
el primero de sus sinceros engaños:
y en aquel abismo de papel inocente
cayeron suicidas sus manos.
Para decir nada y decirlo todo,
invocando la locura de los sabios,
lanzó su orgullo en una moneda al aire
y sembró de cruces el lecho de su patio.
Aquel remitente ciego y manco
recibió un caligráfico y ortográfico
verso de dos palabras sin rima,
sin cimiento, sin lengua y sin labios.
A la orilla del precipicio de la duda,
la más torcida de sus caricaturas
prendió la hoguera de su infierno
y se jugó la vida en un te amo.
Fueron eso, dos sílabas desbocadas,
como cuerpos desnudos abrazados,
rebotando en las gradas sombrías
de un vacío y huérfano teatro.

64
Epílogo:
Suerte que el eco regresa,
lo mismo que el amor vertido:
cada carta que quedó sin respuesta
te deja el amor con que la has escrito.

65
SI PERÚ DESPIERTA
Poema escrito tras mi viaje a Perú, sola y a dedo, en una aventura
fantástica llena de maestros y seres de luz, en abril de 2017. La
crónica del viaje aparece en mi libro “Donde sucede la magia”.

Si Perú despierta
con todo su adn dormido,
por la sangre inca de sus venas
el mundo dejará de ser el mismo.
Florecerá una imparable reconquista
de corazones mudos por el miedo,
levantaremos ciudades imposibles
para cada utopía y cada sueño.
Brotará magia en las manos de los niños,
brillará la luz en el rostro de los muertos
y latirán las naciones en quechua,
tal es su potencial reprimido.
Que enjugue su llanto la selva,
que redoblen los tambores,
que se ablanden las piedras
y enloquezcan los trinos.
Que se abran los portales
y confiesen las pirámides,
que gobiernen los ancianos
y se callen los políticos.
Que se prepare el planeta
para un nuevo feliz comienzo,
que revienta hoy la nueva era
solo si Perú despierta.

66
ME ENAMORASTE, RANCAGUA
1º Premio Literatura Concurso "Rancagua Simplemente, 2014".

Ataviada de prisas, de ruinas y de humo,


con tus labios de arsénico y desdén,
con esa soberbia por no necesitarme,
tomaste esta mano moribunda de palabra,
derramando temblores de rabia y de sed.

Me encaramaste a una febril esperanza,


esculpida a machete de púber trovador.
Para hundir mi aria cabellera a tus pies,
iluminaste mis pasos en tus calles violeta,
y en noches sublimes de ignotos poetas,
me gritaste en voz ronca, quédate.

En galas de fracasos enfundada,


escupiendo adoquines a cada latido,
altanera en la brecha y fecunda de fe,
en tu lecho no hay lápidas ni guadañas,
pero siempre hay esquinas y agallas
para brindar tu honra en tinta y papel.

Reniega del mundo y de España,


estampa tu sonrisa india y fatal
que hoy voy a confesar que pequé.
Sin armadura, ni biblia, ni espada,
escucha estos siglos arrepentidos
desde el fango del vacío y los traspiés
fulminados en el porqué de tu mirada:

Me conquistaste a la tuya, tirana,


me despojaste de amores plásticos,

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me vestiste con tierra sombría y azada,
me convenciste de raíz a corteza maitén,
sacaste mi fruto sin podar una rama,
te reíste paciente de mi orgullo cobarde
y alfombraste de pétalos mis lágrimas.

¿Cómo no quererte con dientes y uñas


si me pariste en un domo de frazadas?
¿Cómo no defenderte hasta el desmayo
si pido una gota y te exprimes el alma?
Enmudezca el flamenco y ruja la cueca,
entre dos torres se rinden mis armas.
Enarbola tu terno de sangre celeste,
que me enamoraste de bruces, Rancagua.

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69
SABEN LAS CALLES
1ª Mención de Honor Concurso "Rancagua Simplemente 2015"

Saben las calles de Rancagua


que dormiría en sus adoquines,
a falta de un catre mullido
en casa de cualquier enemigo,
si el flaite y la lluvia lo permiten.

Saben las calles de esta patria


que sueño mi suerte en sus paredes,
que cada nudo de nostalgia
lo deshago en rimas asonantes
labradas en sus vigas y carretes.

Saben las líneas de este tablero


que camino mirando el suelo,
porque no hay paisaje más noble,
ni relato más henchido de pasiones,
que el asfalto polvoriento de su lecho.

Saben los ancianos de este pueblo


que no hay derrota que lo venza,
que su espalda sostuvo su pecho
mientras caían todas las iglesias
y su orgullo reventaba los miedos.

Sabe Dios que no es ciudad santa,


que su plaza disimula dos jorobas,
que pecó en tiranía y democracia,
que medraba a combos de totora,
siendo fiel a su nombre, Rancagua.

Sabe el infierno y confieso al cielo


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que anclé mis raíces en su vientre,
que no atino a dejarla ni queriendo,
que eleva un trovador su sainete
y vuelvo a derramarme en su seno.

Ruego al Libertador que esta tierra


ralentice sus motores vengativos
y alargando el umbral de su paciencia,
permita exclamar a esta extranjera:
¡que viva la madre que te ha parido!

71
72
MUJER

El día de la mujer, amigas ¿por qué se celebra?


Si tengo mi cumpleaños, mi otoño y mi vida,
como un ser humano, bendito cualquiera,
donde todo encarnado merece su fiesta.

No me rebozo en fracasos de hembra,


tengo méritos propios para la alegría.
Salí de mi ombligo miedoso, amé esta Tierra,
hay abundancia de bondad, si quieres verla.

Condenan el puñal quienes van con metralleta,


se arman con espada para imponer justicia,
luchan por la paz en tamaña incoherencia
y reclaman libertad mientras chupan de la teta.

Me visten de pobre, muda y analfabeta,


me usa de puta y esclava un machista
y mil señoras asociadas se aprovechan,
convirtiendo en tanga y tacón mi miseria.

Los roles cambian el día que me lo crea,


que para amasar mi futuro tengo mi harina,
que no necesito favores, que estoy entera,
que crean maravillas estas manos de perla.

En todo reino sin coronas elijo ser princesa.


Reniego de quienes premian las heridas,
me enojan quienes lucran por cada cenicienta.
Soy mujer y renuncio a que me sobreprotejan.

Fuera leyes patriarcales para niñas indefensas.


Tengo galones de sobra para cualquier conquista.

73
Abajo los lamentos y alharacas de impotencia,
que es porque sangro, coño… que soy guerrera.

74
UN MAÑANA
1994. 1º Premio Concurso Nacional Poesía "Mi agenda, 1997"
(Ediciones Paulinas)

Me preguntó mi hija una vez:


"Papá, ¿has estado tú
en un bosque de verdad?"
Sí, cariño, con tu madre,
pero hace muchos años ya.
"Anoche mamá me leyó un cuento.
Era de grandes bosques
que sabían cantar y llorar.
Yo no sabía qué era un bosque
y mamá me lo enseñó".
Hija, eran preciosos, mágicos,
pero temo que ya no los hay.
Ardieron las hojas y los troncos.
Murieron sin más.
"Pero el cuento dice
que aún hay bosques en el mundo".
Dios sabe esos bosques
cuánto pueden durar.
"Papá, llévame a un bosque
que no se haya muerto.
Quiero ver las hojas verdes,
las ramas, los pájaros por la mañana.
Enséñame las flores del campo,
esas que mueve el viento.
Quiero ver el árbol más alto,
el más bajo, el más gordo, el más viejo.
Un bosque, papá, distinto al jardín
que veo por mi ventana,
porque ese jardín es pequeño,
no da sombra y está quieto;
no tiene ni primavera, ni verano,
75
ni otoño, ni invierno.
En el bosque quiero oler la hierba,
los troncos, la lluvia del alba;
descubrir mariposas y gusanos,
nuevos caminos y senderos.
Quiero ver otros colores, otras sombras,
otras luces, otro cielo.
Echarme en el suelo fresco,
cerrar los ojos y escuchar sus palabras,
porque hablan sin parar las hojas,
la brisa, el agua o los insectos,
y de noche, los grillos y las ranas
llenan el silencio.
Busquemos setas raras, setas negras,
marrones, rojas y blancas.
dame la mano, papá y vamos a un bosque
que no se haya muerto".
No puedo, hija mía, el bosque que quieres
ya sólo está en cuentos.
"Pero si tú lo has visto y mamá también,
¿por qué yo no, papá?
¿Por qué no puedo oírlo y respirarlo?,
¿por qué no puedo verlo?"
Cariño, ahora sólo hay cenizas
del bosque de mis tiempos.

76
77
CONOCÍ TU CUERPO

Conocí tu cuerpo
en algún lugar del mundo,
no sé bien en qué espacio
ni en qué tiempo,
pero eras tú
con tus ojos de fuego
y tu piel torcida,
con tu ansia de enero
y tus labios de pan
calentito,
recién hecho.
Es el mismo olor
a estrella antigua,
a nostalgia de invierno,
a sudor cristalino
y a vino añejo.
No tenías pies,
ni manos,
ni estómago que darme
y la niebla brillaba,
espesa y pesada,
como un presente
que no se comparte
con los amores ciertos
que te vieron nacer,
como ese instante
que se revela imposible
y tajante.
Conocí tu cuerpo,
seguro, en algún planeta,
escondido en la intimidad
mojada del universo,

78
y era tan afilado
y rotundo,
tan libre
y tan bueno,
que es más
que un recuerdo:
es la primavera
del primer beso,
es ...
nada más y nada menos,
que el pedazo de vida
que no tengo.

79
80
A ELLA

A ella...
no le importaban los años,
ni siquiera la carretera,
ni la lluvia, lo prudente,
lo bonito, la botella
hecha añicos,
medio llena.
No temía la ironía
de la gente,
los discursos,
los matices del gris,
los besos
que pinchan o queman,
ni una boda
sin su fiesta.
Afrontaba la miseria,
la pobreza,
le bastaba la alegría,
limitada a cuatro manos
ajenas a los puños
que, torpes y vacías,
se rozaran en un lecho,
ni de rosas,
ni de seda.
Soñaba con amarle
aun remontando
imposibles
ríos de piedra,
sudando,
burlando,
desafiando la ley
fría

81
de la naturaleza.
Sin embargo,
al quitarse sus corazas
y entregarse
sin reserva,
descubrió con tristeza
que su cuerpo
no fue camino
sino meta.
Porque él
descartaba amarla
desde el día
que decidió tenerla.

82
LA PRIMERA VEZ

Es la primera vez
que le amo,
un minuto,
cuarenta segundos,
dos caricias,
un asado,
otro chamuscado,
unas gafas,
y el susurro de siempre:
"es la última vez
que lo hago."
Zapatos seniles
avanzan sin memoria,
ni cuentas,
ni migas,
ni suelo siquiera.
Suicidas amigos,
canallas,
bandidos,
ladrones de cordones,
venid aquí,
es la última vez
que lo digo.
Sabéis la historia,
callaos malditos,
se repite de nuevo
la parte graciosa
y yo no me río,
ni lloro,
ni fumo,
y, para colmo,
tampoco follo.

83
Pero dadme vino,
esto hay que celebrarlo,
que es la primera
y la última vez
que sirvo un plato
de entrañas humanas,
que ya me cansé
de contar los pedazos
que quedaron vivos.
Que no, vecinos,
pasaron sus cien segundos,
y, colorín colorado,
matadme a tiros
si sueño siquiera
que le amo.

84
85
POR QUÉ NO VIENE PRIMERO

Por qué no viene antes el suelo,


luego el desengaño,
más tarde la mentira,
después la sospecha,
la hora, el minuto,
el segundo que pasa de largo,
ese "no entiendo nada",
ese "por qué" sin respuesta.
El plan de futuro truncado,
las carcajadas de llanto,
el hastiado "te lo dije"
que todo lo acecha.

Por qué no viene primero


el ronco rugido del adiós,
la sonrisa desganada,
el domingo de inercia,
el final del camino,
el as sin la manga,
la pata que cojea,
el olvido, la muerte,
la suerte despistada,
la vejez prematura,
el "estoy muy jodido"
y la carta devuelta.

Por qué no termina este cuento


en la sala de un cine
metiéndote mano,
llamando a mi puerta,
quemando los jardines
que vestían la casa

86
que aún no tenemos,
viviendo en el coche,
sorteando las cuestas,
inventándonos sueños
de sexo imposible,
mesa, ascensor, escalera.

Temblando de miedo
al dejarte marchar
y sentir que te quedas,
fingir que no espero,
que ese "cómo estás"
no te suplica un beso.
Y mirarte de reojo
y explorarte las venas
y salvar el mundo
y burlar las tinieblas
y que termine todo en un "hola"
y que el final… sea una fiesta.

87
88
NO HAY LUGAR MÁS HOSTIL

No hay lugar más hostil,


más cruel, que el espacio
vacío, planetario y gris,
que el azar impuso
entre tu casa helada
y mi ansia torpe,
absurda, perezosa
(y callada)
de amarrarme allí.
No hay tiempo más hostil,
más eterno, más vano,
rotundo, dictador, febril,
que el segundo que pasa
sin rozarte la espalda.
Ni el olvido se olvida
que nada amanece
(en serio)
si no estás aquí.
Te declaro la guerra
o te firmo la paz.
Tú dirás a qué precio,
en qué tiempo y lugar,
voy a ser la culpable
de volar por los aires,
de invocar la locura
(de nuevo)
de decir la verdad.
Si encontrarte fue parte
de una broma, de un fraude,
si lo nuestro está escrito:
"no nos va a funcionar",
que me escuchen videntes

89
y enmudezca el destino,
yo me apunto a esta ruina,
a esta apuesta perdida,
a esta tierra de nadie
a este cáliz de sal.
No hay lugar más hostil
ni minuto más voraz,
no hay alma sin la duda,
sin desierto no habrá mar,
orillas, respuestas, opciones,
aplausos, fiestas, amores,
de qué sirve la suerte,
el descanso, la paz,
de qué sirve ser libre
(amor)
si no te puedo abrazar.

90
CUANDO TODO SE CAIGA

Qué haré cuando todo se caiga,


cuando venga el fin del camino,
de golpe las puertas se cierren
y no haya nadie que las abra.
Qué haré si me quedo sin palabras,
si no hay verdades que gritar
ni mentiras que denunciar,
¡qué hago cuando no haya nada!
Puedo quedarme varada
en mi rincón del vagón de la muerte,
asumir que soy carne de polvo,
una hormiga en la manada.
Puedo llorar mi desgracia,
abandonarme a la suerte,
maldecir el destino y anclarme
a un pasado sin presente,
sin luz, sin esperanza...
O no,
también puedo levantar la mirada,
sacar las uñas, atarme las botas
y si no se abren las puertas
arrancar una a una las bisagras.
Puedo superar el hoy con calma,
armar de ciencia mis sueños,
sumar el fin con el principio
y vivir a rabiar el mañana.
Puedo calentar una lata,
beber de los charcos,
allanar caminos nuevos,
dormir bajo la luna blanca.
Puedo vivir sin máscaras
¡y dormir por fin sin alarmas!

91
puedo hacer tantas cosas
que estaré de libertad borracha.
Así que cuando todo se caiga
que venga el Fin a buscarme,
que voy a clavarle los ojos
y será él, cobarde, quien se vaya.

92
NO TE PIDO

Elegía por la muerte de la hija de


Juan Manuel Valiente, poeta de Alginet. 2012.
(La voz de la narradora se pone en el lugar del padre).

No te pido que vuelvas,


que estés aquí de nuevo,
que te saques las piedras
que cubren tus huesos
y abraces esta carne,
moribunda de silencio.
No te pido que vuelvas,
sólo que vivas en mis dedos,
en mi estómago vacío,
en mis horas sin tiempo,
en las páginas que paso
acariciando tu pelo,
en la orilla de tu cama
susurrándote un te quiero.
No te pido que vuelvas,
sólo te pido eso:
que te quedes en verano
a jugar en tu universo
y regreses de puntillas
a mi duro y largo invierno.
No te pido que vuelvas,
sólo que nazcas de nuevo
en el espacio que me sangra
cuando avanzo y no te encuentro,
en el eco de tus pasos,
en la risa de mis cuentos,
en esa maldita hora
93
que respiro y no te tengo.
No te pido que vuelvas,
no lo pido, ¡te lo ruego!
tengo tanto que contarte,
tanto frío, tanto hielo,
que pienso jurar a los dioses
que renuncio a lo que tengo
si vuelves, mi bien, como quieras,
como luz, como carne, como sueño,
que no te pienso reñir
por marcharte sin un beso,
ni te voy a cansar como hacía
con los versos de este viejo.
Solo te pido, sí, que vuelvas,
que tengo guardado un secreto,
que tú eres mi futuro,
que tú eres mi proyecto,
que vivo perdido sin ti,
que el mundo ha parado en seco,
que te quiero con tanto amor,
que ya no me cabe dentro.
No te pido que vuelvas,
que estés aquí de nuevo,
sólo que labres tus alas
tan pronto como gire el viento
y que vueles sobre mi cama,
que me grites si no despierto,
derrama un poco de esperanza,
sonrisa de paz y aliento.
Que tú sabes que soy débil,
que sin ti… yo no puedo,
que si el mar fuera poesía
soy un marino sin velero.
No te pido, cariño, que vuelvas
del dulce hogar que es tu cielo,

94
pero ya que sabes el camino,
sé mi bastón de acero.
Vuelve, mi niña inmortal,
enséñale a ver a este ciego.
Vuelve princesa de sal,
como quieras, yo te espero.

95
DESPEDIDA
1998

No te despidas aún,
espera, mi amor,
un poquito,
que tengo,
entre las tripas
y el corazón,
muchos te quieros
que no te he dicho.

No te me marches aún,
que es temprano
y hace frío.
Ya le duele a mi piel
el temor
de tener que dormir
sin tu abrigo.

No digas adiós aún,


que el adiós
me sugiere tu olvido,
y me robas el tiempo
de pedirte
que te quedes
esta noche conmigo.

96
97
SI PUDIERA INVENTARTE
Poema a los pueblos originarios. Primera mención de honor en
Concurso Internacional Homenaje a Horacio Quiroga
(Argentina, 2019)

Si pudiera inventarte un pasado nuevo,


nuestra historia se escribiría en tu idioma,
lengua arcoíris, vidente y con aroma
de aire, de agua, de tierra y de fuego.

Sagrada sería tu liturgia de descanso,


tendido al regazo de tu tierra-madre,
sin prisa, sin ruido, sin biblia, sin hambre
a orillas del río, a la sombra del viento.

Si pudiera inventarte un pasado nuevo,


tu consejo regiría este planeta,
tus dudas resolverían mis certezas,
siendo tú el gurú de mis maestros:
el del clamor de una pluma caída,
el del sol absoluto en la mirada,
el de la lluvia oportuna en la sequía,
el del saludo halagüeño en la alborada,
el que señala el camino perfecto,
hermano bendito, cóndor del tiempo.

Si pudiera inventarte un pasado nuevo,


solo hundiría en un pozo mi ingenio,
donde tus alas destruyan mi cemento,
donde mi voz… no apague tu silencio.

98
AMAR O NO AMAR

Amar o no amar,
esa es la cuestión:
lanzar los zapatos
con mis pies adentro
al huracán de delicias
y tormentos,
de caricias y desgarros,
dinamita,
algarabía
y amuleto
de un amor de mil cabezas
por mil arrebatados momentos,
o dejar mi calzado tranquilo
y los pies ardiendo,
al arrullo protector
de un “por si acaso sufro”
o “¡por si acaso muero!”
Enganchada al efecto placebo
de la bella durmiente
más decente del pueblo,
por un seguro garantizado
de cien años sin miedo.
No sé qué decirte,
no sé qué más temo:
si a la niña que anhela mojarse,
o a la mujer empapada de celos.

99
UN BESO CULPABLE

No quiero un beso adolescente


de inconsciente travesura
a las doce de la noche,
con dos o tres copas
en un cáliz caliente
sin alma y sin uva,
beso de humo,
ósculo inerte,
plástica bruma.
Mendigo de alambre
que arranca la ropa
hambriento de carne
y olvida a la diosa
que adentro late.
Quiero un beso
responsable
y consecuente,
compañero suicida
y, por supuesto, culpable,
que se juegue la vida
a la orilla del vacío
sobre espinas de diamante.

100
LETRA CHICA

La forma
en que te echo de menos
está prohibida
por todos los tratados
internacionales
de derechos humanos.
Nadie le dijo a mi corazón,
al firmar ese documento
donde se comprometía a ser feliz
con la decisión de amarte
de lejos,
que la letra pequeña
también era importante,
que toda buena oferta
siempre tiene trampa,
que toda gran promesa
implica un riesgo,
un asterisco,
un sesgo.

La forma
en que te echo de menos
es el colmo de todos los delitos
desde la era de piedra.
Tan ilegal como torturarse
sin testigos
ni herramientas
y en secreto.
Tan demencial como rebanarse
las certezas absolutas
a corte de martillo,
sin anestesia,
101
sin prepararse.
Así, a palo seco.

No, este echarte de menos


es tan cretino
que clama al infierno.
No hay madres,
ni plazas
ni mayos
suficientes en la Tierra
para callar este grito
y no ir a la cárcel.
Porque juro que yo no sabía
que el amor remoto
dolía como muela
de gigante
o hachazo de vikingo,
al firmar el papel
nunca vi ese algoritmo.

La forma
en que te echo de menos
no tiene nombre
y me parte el pecho
con un vacío asesino
y un puñal de cemento.

Fui tan ansiosa,


tan ilusa
y tan poeta
cuando juré a los dioses
que te amaría
en la distancia
y en el tiempo,
que si llego a saber

102
que la letra chica
hablaba de esto,
me corono como diosa,
reinvento el Universo,
cambio sus reglas,
te traigo a mi lado,
agarro el contrato,
lo hago pedazos
y apago el teléfono.

103
INSPIRACIÓN

Lo que tengo que decir


está tan adentro
que la expedición que envié
hace dos siglos y medio
anda en mi corazón buscando
y todavía no ha vuelto.
Llegó la hora de hallarte,
beluga blanca
de mi patio trasero,
la hora de cabalgarte
me quema el esqueleto.
Brota un manantial de preguntas
en la fuente de mis deseos
y estallan relámpagos sordos
en el extremo oriente de mi pecho.

104
CUANDO EL AMOR

Cuando el amor
te alcanza sin buscarlo
zarpando a un viaje muy lejano,
no le dices
“me fui, vuelva más tarde”
o “estoy sin cobertura,
deje su mensaje”,
aunque te creas dueña
de cada certeza,
aunque todo trueno
anuncie tormenta.
No, no te das el lujo
de ignorarlo,
por si tu ilusión
pueda ser en balde
o tanta fortuna
te huela a tragedia.

Cuando el amor
te atraviesa sin soñarlo,
entibiando tu invierno
con su verano,
cuesta ver
señales agoreras
a la luz de una luna
trovadora
cargada de promesas
que te amansan,
te acunan
y te ciegan.
¿En qué momento
podrías negarlo?

105
¿Cómo intuir sus disfraces
cosida como quedaste
a su belleza?
Cuando el amor
te deja en pedazos,
te roba la luna,
la ilusión
y los zapatos,
aquel “te lo dije”
retumba a raudales
y viajarías al pasado
en un instante
por cambiarlo
y retomar tu viaje.

Más no te mata
el error,
esa cruda tristeza,
te basta el destello
de una débil linterna.
Te basta un poco
de “no fue para tanto”
y el sendero
de un perdurable poema,
para poner un altar
a esta reina
que liberó a sus esclavos,
sometió a sus gigantes
y nunca,
nunca fue de piedra.

106
QUE NUNCA ME FALTE

Aunque las ninfas del despiste,


mi déficit atencional
o esa cobardía subterránea,
tan evidente como negada,
se asocien para callarme
lo mucho que me importas,
que no me falte tu mirada.

Aunque tu piel y la mía


sean dos polos tan iguales,
que nunca en esta vida
puedan desnudos rozarse,
aunque no siempre sonría
y a menudo te ladre,
que tu mirada,
por mucho que oscurezca,
nunca me falte.

Aunque se acaben los snacks


sin que los dedos se toquen,
aunque no haya canción
que destroce nuestra historia
y te quedes sordo
cuando quiero cantarte,
aunque las esquinas casuales
un día dejen de cruzarnos,
que tus ojos cansados
no terminen de arroparme.

Aunque ya no te llame,
tus chistes pierdan gracia
y mis versos no te emocionen,

107
que se mueran los perfectos,
que se carcajee la luna
de los lobos y los amantes,
que se extinga la cobertura,
que este mundo colapse,
pero que tu mirada cómplice,
por todos los santos ateos,
…que nunca me falte.

108
DAME

Dame lo que busco


y tendrás agradecimiento;
deja que lo encuentre
y me darás el Universo.

109
EL ESPACIO QUE NOS UNE

El espacio que nos une no es blanco ni negro,


es un limbo claroscuro que admite la duda,
hace posible lo imposible, el encuentro
entre las más disonantes posturas.
Es un otro camino, el intermedio,
el que permite encontrarse en la mirada,
en la risa, en la voz, en el respeto.

El espacio que nos une es un misterio.


No debiera existir, dicen los necios:
“¡es extraño, peligroso, inadecuado!
¡Se dicen la verdad sin miramientos!”
Una anomalía cuántica en el universo
que vuelve sanadora cada palabra
en medio del más impecable silencio.

El espacio que nos une es simple y complejo.


Incompatible y, sin embargo, funciona.
No pesan nada sus vértices opuestos.
Un hilo invisible y elástico nos enlaza
y mejora en la distancia como el vino viejo.
Seguro nos odiamos en vidas pasadas
y en esta empezamos a entendernos.

El espacio que nos une no tiene tiempo.


Un oasis de paz, una lluvia de desierto.
Una condena a la libertad sin precio
donde dar la vida sin tener que hacerlo.
Algo lo sostiene. No son los argumentos.
Mi amor es mío y el tuyo es nuestro.

110
Lo más parecido al querer sin sufrimiento.

El espacio que nos une es eterno.


Una singularidad, una paradoja,
una amistad infinita allende el miedo.
Dime si me equivoco, ya tengo el secreto
(Dios me lo susurra a través del viento).
Las almas se unen con solo un pegamento:
una dulce argamasa de corazón abierto.

111
QUÉ HAGO AQUÍ

Qué hago aquí que no vuelo.


Tanta distancia me ahoga,
sobra el océano.
Haré un ovillo de olas.
Calla tú que yo no puedo:
seré valiente a mi modo,
tejiendo mi grito en versos.

Qué hago aquí que no vuelo,


qué culpa agorera lo impide,
qué premio.
Si hallé el sentido en tu mirada,
si el planeta ha parado en seco,
cómo olvidamos las preguntas,
cómo seguimos viviendo.

Qué hago aquí que no vuelo,


qué palmadita en la espalda,
qué consuelo.
Si se hizo un tajo en la mátrix,
si ocho astros confluyeron,
qué nos tiene distraídos,
qué le diremos al cielo.

Qué hago aquí que no vuelo,


qué decencia nos engaña,
qué juego.
Si siempre supimos las reglas,
si fuimos llamados a esto,
qué excusa nos separa,
qué patraña nos creemos.

112
Qué hago aquí que no vuelo,
qué promesa inmunda nos detiene,
qué miedo.
Si vinimos a amar y nos amamos,
si la Fuente escuchó nuestro ruego,
qué chiribitas nos nublan,
qué coño hacemos tan lejos.

113
ME IRÉ

Me iré,
siempre me estaré yendo,
cada lugar cambiará mi vida
y alumbrará otro sendero.
Que mi estadía deje huella
sin manchar el suelo,
que mi silencio deje un poso
y no tan mal ejemplo.
Pero yo me iré.

Vuelvo a anestesiar
mi corazón de hielo,
y trato de amputar
este hogar nuevo,
enraizadas mis arterias,
ahora quieren zafarse
y, una vez más,
no sé por qué:
¿por orgullo?
¿por libertad?
¿por cobardía?
¿por desapego?

Dicen que huyo


de fantasmas del pasado,
de ruidos de cadenas,
de heridas de alambre,
de ripios de pared;
de amores carceleros,
de oficios mañaneros,
de alarmas y de jefes,
de hijos que mecer.

114
Que soy impredecible,
inasible,
inconsecuente,
yegua salvaje,
aprendiz de gitana,
peregrina sin fe.

No quise contratos,
ni un lecho de seda,
ni un palacio de mármol,
ni un sí quiero forzado
por miedo a perder.
Quise carpa, mochila,
vaqueros raídos,
la ley de atracción,
un pulgar y dos pies;
un plañir de guitarra,
un consejo oportuno,
una mirada indefensa:
“quiero volverte a ver”.

Esa es la tregua
de mi ayuno,
mi última tentación,
mi traspiés,
mi mapa del tesoro,
mis migas de pan,
el fin de la orfandad,
mi inmadurez:
el brillo de unos ojos,
un abrazo suicida,
una mano tendida
y un pedazo de papel.

115
Dejaré un poema,
un decreto,
una idea,
una pregunta,
una grieta.
Me llevaré un anhelo,
una fantasía,
una tormenta,
un déjà vu,
un revés.

Tragaré mis lágrimas,


doblaré mis fierros,
soltaré mis anclas,
lanzaré mis remos,
venceré al ayer.
Surcaré los mares,
asaltaré otras indias,
pariré otros versos,
romperé otros pechos
y, con suerte,
que Dios lo permita,
… te olvidaré.

Caneto, Huesca, 13-19/06/23.

116
Nada que ver con poesía

REVELACIÓN SOBRE EL VACÍO

¿Qué falta exactamente cuando mi vida se llena de


vacío? Faltan las distracciones que me impiden
descubrir que me hallo en el instante previo a mi big
bang personal. Faltan los apegos y las excusas que
entrampan los engranajes de la fábrica creadora de
todos mis sueños. Faltan los anhelos y expectativas
que disfrazan de sentido lo único que corta mis alas.
Cuando mi vida se llena de vacío, me encuentro ante una
sima de infinitas líneas de tiempo a elegir.

117
Índice

PRÓLOGO DE LORENZO SILVA .............................................. 5


PRÓLOGO DE JOSETXO DEALZA............................................ 7
PRÓLOGO DE GABY VALLEJO ................................................. 9
PRÓLOGO DE EMILIO CARRILLO ........................................ 12
Poemas....................................................................................... 14
EN OTRA LÍNEA DE TIEMPO................................................ 15
CUARENTENA IMPOSIBLE ................................................... 17
SOY POETA................................................................................ 19
QUÉ SERÁ .................................................................................. 21
CÓMO SE HACE ........................................................................ 23
DESDE ESTA BROMA PERVERSA ........................................ 26
CARNE DE CAÑÓN .................................................................. 27
CHILE ......................................................................................... 30
POR NO DECIRTE .................................................................... 32
ERIZO ......................................................................................... 34
GAME OVER .............................................................................. 36
INFINITO ................................................................................... 38
TENGO ALGO QUE DECIR...................................................... 41
LA MENTIRA............................................................................. 45
SU NIÑA INTERIOR................................................................. 47
CUANDO DIGO AMIGO ........................................................... 50
RENACER................................................................................... 54
LA CERTEZA ............................................................................. 58
118
HO’OPONOPONO ......................................................................60
AIRE ............................................................................................61
LA CARTA ...................................................................................64
SI PERÚ DESPIERTA ...............................................................66
ME ENAMORASTE, RANCAGUA............................................67
SABEN LAS CALLES .................................................................70
MUJER .........................................................................................73
UN MAÑANA .............................................................................75
CONOCÍ TU CUERPO ...............................................................78
A ELLA ........................................................................................81
LA PRIMERA VEZ .....................................................................83
POR QUÉ NO VIENE PRIMERO .............................................86
NO HAY LUGAR MÁS HOSTIL ...............................................89
CUANDO TODO SE CAIGA ......................................................91
NO TE PIDO ...............................................................................93
DESPEDIDA ...............................................................................96
SI PUDIERA INVENTARTE.....................................................98
AMAR O NO AMAR ...................................................................99
UN BESO CULPABLE ............................................................ 100
LETRA CHICA ......................................................................... 101
INSPIRACIÓN ......................................................................... 104
CUANDO EL AMOR ............................................................... 105
QUE NUNCA ME FALTE....................................................... 107
DAME ....................................................................................... 109
EL ESPACIO QUE NOS UNE ................................................ 110

119
QUÉ HAGO AQUÍ .................................................................... 112
ME IRÉ ..................................................................................... 114
REVELACIÓN SOBRE EL VACÍO ......................................... 117

120
imbukinfo@gmail.com

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