Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Didactica de Las Ciencias Sociales
Didactica de Las Ciencias Sociales
)
Alicia R, W. de Camilloni, Silvia Gojman, Raquel Gurevich, Analía Segal,
ustavo Iaies, Cecilia Braslavsky, F. Javier Merchán Iglesias,
VADAVIA b isc o F. García Pérez, Ana María Qrradre de López Picasso,
losé H. Svarzman, Perla Zelmanovich, Isabelino A. Siede
ca Didáctica de
lc\a s ciencias sociales
Aportes y reflexiones
P q ÍH Ó c C H i ir» arlr» t*
Beatriz A isenberg
S ilvia A lderoqui
(compiladoras)
Didáctica de las
ciencias sociales
Aportes y reflexiones
PAIDOS
Buenos Aires - Barcelona - México
C u b ierta de G ustavo Macri
La reproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma que sea, idéntica o
modificada, escrita a máquina, por el sistem a “multigraph*, mimeógrafo, impreso por
fotocopia, fotoduplicación, etc., no autorizada por los editores, viola derechos reservados.
Cualquier utilización debe ser previamente solicitada.
ISBN 950-12-2110-5 1
Ingreso pon
éjQ tA XQcKOXj
Precio: 1 \ O p\
Inv. N” o fo í?
V ►
Ubicación
INDICE
Parte I
La historia, la geografía y la didáctica
como disciplinas científicas
X
. Alicia R. W. de Camilloni.... ....... .........................................
*2. La historia: una reflexión sobre el pasado. Un compromiso
con el futuro, Silvia Gojman.................................................
\
-^3. Un desafío para la geografía: explicar el mundo real,
Raquel Gurevich.....................................................................
'■ " K
Parte II
Aportes para la construcción de
una didáctica de ciencias sociales
Una ap
Alicia R. W. de Camilloni
Profesora de Filosofía y Pedagogía. Profesora titular regular de Didácti
ca, Dpto. de Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofía y Letras, UBA.
Coordinadora de la Comisión de Maestría en Didáctica, Facultad de Filo
sofía y Letras, UBA. Secretaria de Asuntos Académicos de la UBA. Austria
1754 (1425) Buenos Aires.
Silvia Gojman
Profesora de Historia de la Universidad de Buenos Aires. Asesora de
enseñanza media en el área de Ciencias Sociales. Blanco Encalada 3533.
Buenos Aires.
Raquel Gurevich
Especialista en Didáctica de la Geografía para primaria y secundaria.
Profesora de Geografía en la Universidad de Buenos Aires, Facultad de
Filosofía y Letras. Puán 470. Buenos Aires.
Cecilia Braslavsky
Profesora en Ciencias de la Educación. Doctora en Ciencias Sociales.
Miembro de la carrera de Investigador Científico del Conicet. Profesora titu
lar regular en la Universidad de Buenos Aires y coordinadora del Area de
Educación de FLACSO/Argentina. Federico Lacroze 2097. Buenos Aires.
Beatriz Aisenberg
Especialista en Didáctica de Estudios Sociales para ía escuela primaria.
Miembro del equipo de investigaciones psicogenéticas de nociones socialel
10 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Silvia Alderoqui
Especialista en Didáctica de Ciencias Sociales, Educación Artística y
función pedagógica de los museos. Directora de proyecto de Investigación
Didáctica en Ciencia Sociales en la Dirección de Currículum de la Secre
taría de Educación y Cultura de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos
Aires. Jufre 796 (1414), Buenos Aires.
José H. Svarzman
Profesor de enseñanza secundaria, normal y especial en Filosofía e Histo
ria, egresado de la UBA. Supervisor adjunto titular de escuelas primarias
dependientes de la Secretaría de Educación y Cultura y profesor de la Escuela
de Capacitación Docente de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
Perla Zelmanovich
Supervisora del área de ciencias sociales en el Departamento de Educa
ción Creativa de ORT-Argentina.
Isabelino A. Siede
Maestro de grado y licenciado en Ciencias de la Educación. Se especializa en
didáctica de las ciencias sociales. Miembro del equipo de Ciencias Sociales de la
Dirección de Currículum de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
C1
PALABRAS PREVIAS
A signaturas en pendiente
Un alto en el ca m ino
Loi materiales son diversos en cuanto al punto de vista desde el cual cada
uno aborda la DCS o en relación con la parcela de la que cada artículo se
ocupa preferentemente. Se ha pretendido que la unidad del conjunto se
lograra a través de la complementariedad de los puntos de vista de los
distintos aportes. El estado actual es conflictivo y decidimos transitarlo
asumiendo que en algunos casos las aseveraciones de un autor pueden
oponerse a las de otro.
El libro está organizado en secciones, de las cuales daremos cuenta a
continuación.
D idáctica se busca
bierto aspectos que son básicos por su estrecha relación con los objetivos
de la enseñanza de la historia. En cada texto escolar subyace una concep
ción sobre el uso que se pretende dar a la historia en la escuela primaria.
En este caso, la autora pone a nuestra disposición categorías que permiten
analizar aspectos subyacentes a los contenidos vinculados a la construcción
de la identidad latinoamericana y argentina, y que posibilitan abordar crí
ticamente los libros de texto actuales y determinar su compatibilidad con el
sentido y los valores que queremos dar a la enseñanza de la historia en
nuestras aulas.
Sobre el uso de las ideas de los alumnos en la tarea educativa hay des
acuerdos. Es éste uno de los aspectos a esclarecer en el marco de los aportes
que la psicología puede brindar a la didáctica. En este problema se centra
la contribución de Beatriz Aisenberg, que aclara malentendidos y desviacio
nes en “Para qué y cómo trabajar en el aula con los conocimientos previos
de los alumnos”. La consideración acerca de los aportes que las indagacio
nes en psicología genética pueden ofrecer a la didáctica es desarrollada y
ejemplificada y se acentúa la importancia de que los conocimientos previos
de los alumnos sean puestos en juego —“facilitar su expresión y tensión”
(véase García, capítulo 8)— a lo largo de todo el desarrollo de una unidad
de trabajo. Centra la función de los conocimientos previos de los alumnos
en relación con el aprendizaje de los nuevos contenidos. Se aclara y destaca
el papel del docente como conductor y propiciador de avances en los saberes
de los alumnos.
Resulta fundamental la separación entre la realidad y los saberes que el
hombre construye en su intento de conocerla (véase Segal, laies, capítulo
4). Superando concepciones empiristas acerca del conocimiento del medio,
Silvia Alderoqui organiza “Una didáctica de lo social” para alumnos del
nivel inicial y del primer ciclo de la primaria, tomando como eje organiza
dor al ambiente social. La concepción que propone concibe al ambiente
social, a la vez, como producto y como condicionante de la vida social en
toda su complejidad. Esta concepción la lleva a diferenciarse claramente de
los modelos didácticos que abordan temáticas del medio desde una óptica
estática que trivializa el mundo social. Se propone su indagación de forma
sistemática e intencional, no descuidando la elaboración de la información
en función de las edades de los alumnos. El maestro debe apoyarse en los
modelos explicativos de las ciencias sociales, que proporcionan marcos en
función de los cuales interrogar e interpretar el medio, para proporcionar a
los alumnos saberes y claves de lectura.
PALABRAS PREVIAS 17
Toda la didáctica se edifica sobre valores de los cuales derivan los fines
hacia los que se dirige la acción educativa. Los valores atraviesan la didáctica
desde las cuestiones epistemológicas más generales hasta las propuestas de
actividades de aula más específicas, que siempre encierran y abren una
intencionalidad.
Tal como afirma Camilloni en el capítulo 1, “La acción didáctica es una
acción con sentido, orientada a fines, y la didáctica (como teoría) se ocupa
no sólo de la investigación empírica con el propósito de establecer su racio
nalidad, sino también de prescribir los fines cuyo logro es deseable y los
medios más apropiados para alcanzarlos”.
Uno de los problemas relacionados con los valores y los fines que se
formulan para el área de las ciencias sociales es que suelen quedar desco
nectados de la práctica concreta, o implicados parcialmente en ella. En aras
de la “objetividad científica”, la neutralidad, el miedo al autoritarismo y los
peligros del dogmatismo, o en función de la. actual crisis de valores, se
produce una paradoja entre las enunciaciones valorativas del área y su fun
ción curricular, por un lado, y las actividades escolares vaciadas de sentido,
por otro.
Los que anuncian la crisis total de valores proponen a la crisis como el
valor en sí. Según Terricabras Nogueras, filósofo español —nada posmo-
demo—, la crisis de valores no es total, ni todos los valores han entrado en
crisis, ni todos los que han entrado lo han hecho totalmente. Plantea que es
importante darse cuenta de que los valores tienen grados y la adhesión a los
valores también, y de que el paso de una situación de monopolio de valores
a una de pluralismo no debe ser confundido, necesariamente, con el relati
vismo de que todo da igual.
Cultivamos “la ilusión —la del ilusionado y no la del iluso—”,3 de que
uno de los desafíos que se plantean es el logro de una verdadera articulación
de los valores con toda la teoría didáctica, y de los valores y los objetivos
que de ellos se desprenden con las prácticas concretas de enseñanza. Los
propósitos deben ser verdaderos ejes vertebradores de todas las fases de
planificación y conducción. Son los que dan sentido a cada una de las tareas
de la práctica educativa, y los que las integran.
Todos los autores abordan de alguna manera el problema de los valores.
En los capítulos referidos a las disciplinas científicas encontramos una con
cepción común según la cual conocimiento y valores, “lejos de oponerse y
reducirse uno al otro, se constituyen conjuntamente” (Camilloni), cuestio
nando la supuesta neutralidad valorativa de las ciencias sociales. Estos tra
bajos también comparten la idea del conocimiento relacionado con la ac
ción. La historia, sostiene Gojman, implica un compromiso —actual— con
el futuro. Gurevich propone que la geografía sea “...un conocer para inter
venir, para decidir, para cambiar...”. También la didáctica “como teoría
social, configura la práctica y se valida en ella. Pero no sólo en términos de
eficacia/eficiencia de los medios cuyo uso preconiza, sino también, y fun
damentalmente, en relación con el valor de los fines que presiden la elec
ción de los medios” (Camilloni).
Merchán e Iglesias establecen la articulación de los valores con su acción
didáctica cuando enuncian los para qué de su propuesta: los alumnos apren
den historia para hacerse preguntas sobre la realidad, para aprender a tra
bajar con problemas, para aprender a elaborar respuestas, para aprender de
la novedad y buscarla, para poner en juego el conocimiento compartido en
el aula.
Alderoqui sostiene que “cualquier presentación de contenidos comunica
valoraciones, representa intereses”, y lo demuestra en el análisis histórico
de las presentaciones de la ciudad como contenido. Iaies y Segal consideran
que “hay una toma de postura ideológica tanto en la definición de los
objetivos [...] como en los enfoques disciplinares desde los cuales se selec
cionan los contenidos”. Los valores forman parte, según ellos, del filtro
desde el cual se seleccionan los contenidos.
Pero los valores no sólo subyacen a los contenidos conceptuales del área,
sino que también constituyen contenidos en sí mismos. La enseñanza de los
valores, afirman Orradre y Svarzman, “debe ser un acto deliberado del
docente” y no una cuestión fortuita y ocasional. Conciben las normas, las
actitudes y los valores como contenidos relacionados con una de las fina
lidades más importantes de la enseñanza de la historia. No se trata de una
imposición o de una “bajada irreflexiva” de valores, sino de promover el
debate y la discusión en tomo de los valores por medio de actividades
realizadas con esos propósitos.
Braslavsky nos advierte sobre un problema relacionado con los valores:
PALABRAS PREVIAS 21
E n vidrieras y bibliotecas
S ilv ia A lder oq ui
y B eatr iz A isenberg
Otoño, 1993
4. Entrevista a Edgar Morin, por Dora Fried Schnitman y Saúl Fuks, para el diario Página /12 ,
' de abril de 1993.
PARTE I
EPISTEMOLOGIA DE LA DIDACTICA
DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Alicia R. W. de Camilloni
I ntroducción
1. Bruner, Jerome, Hacia una teoría de la instrucción, M éxico, UTEHA, 1969, cap. 4.
2. Stenhouse, Lawrence, “El aprendizaje hacia la responsabilidad” en Edmund J. King y
col.: Las necesidades de la sociedad moderna y la función del maestro, Buenos Aires, El
Ateneo, 1973.
EPISTEMOLOGÍA DE LA DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES 27
énfasis en uno u otro argumento según quién sea el autor, que la teoría
didáctica no puede tener carácter científico en razón de su estrecha relación
con una actividad práctica como la actividad docente y por causa de sus
presupuestos valorativos, de su carácter normativo o prescriptivo y de los
modos de validación o justificación de sus conclusiones que son empleados
corrientemente.
Este razonamiento, sin embargo, parte de un supuesto que debe ser ana
lizado y discutido, porque el concepto de ciencia que se adopta responde a
la misma interpretación positivista de la ciencia, que para algunos
epistemólogos pone en cuestión, también, el carácter científico de las deno
minadas ciencias sociales.
Según ese concepto positivista de la ciencia, ella tiene como meta alcan
zar la verdad, y postula como ideal el logro de un conocimiento absoluto
de la realidad en sí misma. Pretende llegar a conocer la totalidad de su
dominio. Y, aunque algunos de estos autores acepten, incluso, que las teo
rías científicas tienen un carácter hipotético, metas móviles, un camino
itinerante y carencial, se descartan siempre de las teorías que son calificadas
como científicas todas las implicaciones normativas. En esta concepción, la
ciencia es eminentemente desinteresada, en el mismo sentido en que Aris
tóteles diferenciaba la teoría de la praxis y de la poiesis.
Así, pues, en este enfoque, razón y decisión, conocimiento y valores
están estrictamente separados entre sí. El interés y la inclinación son expul
sados de la ciencia. O son apartados, al menos, cuando no responden a lo
que se establece como racionalidad científica. Es el caso de Popper, por
ejemplo, cuando exige “como una las tareas más significativas de la crítica
científica, la desvelación de las confusiones de esferas de valor y la sepa
ración de cuestiones concernientes a valores puramente científicos como la
verdad, la relevancia, la sencillez, etc., de problemas extracientíficos”.5 Los
dominios del ser y del deber ser se diferencian rigurosamente. Y el campo
del deber ser queda librado a la irracionalidad. En su crítica a esta postura,
Jurgen Habermas sostiene que, a partir de esta concepción de la ciencia,
“cada valor individual aparece como un apelotonamiento de sentido, mar
cado tan sólo con el estigma de la irracionalidad. A causa de ésta, la pre-
5. Popper, Karl R., “La lógica de las Ciencias Sociales”, en Popper, K. R. Adorno, T.
Dahrendorf y Habermas, J., La lógica de las Ciencias Sociales, México, Grijalbo, 1978, pág.
20.
EPISTEMOLOGÍA DE LA DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES 29
ponderancia de un valor sobre otro, esto es, el compromiso que tal valor
exige para su actuación, no puede de ningún modo fundamentarse”.6
En el marco de una concepción positivista o neopositivista de la ciencia,
por lo tanto, sería discutible toda afirmación que postule el carácter cientí
fico de la didáctica, del mismo modo que muchos enfoques y teorías de las
ciencias sociales caen bajo idéntico anatema racionalista. Para esta corrien
te, entonces, la didáctica es una disciplina que no puede ser considerada
como un punto de vista científico porque está íntimamente ligada a la bús
queda del logro práctico de los fines de la educación, comprometida, por
consiguiente y necesariamente, con un plexo de valores, con un discurso
que nunca puede excluir los juicios del deber ser, aunque sí pueden caber
dentro de ella diferentes teorías científicas.7 La didáctica, a partir de la
aceptación de una concepción positivista o neopositivista de la ciencia, es
una teoría diferente, no científica. Es una teoría práctica.
Frente a esta postura epistemológica, ejemplificada en Moore y Hirst, no
se trata de manifestar nuestro disenso centrando el eje de la discusión en
una descripción y una caracterización diferentes de las que se hace de la
didáctica, desde esa perspectiva.
Nadie podría afirmar seriamente que la didáctica es desinteresada y
objetiva, o que se limita a desarrollar un conocimiento explicativo o com
prensivo de los procesos que configuran su dominio y que no presenta
postulaciones normativas para la acción. Lo que sí debe discutirse, y se ha
discutido efectivamente, es el concepto positivista de la ciencia, en particu
lar cuando es aplicado al análisis de las ciencias sociales. En este terreno,
otros autores han revelado no sólo lo inapropiado de una concepción se
mejante, porque no describe lo que ocurre históricamente en este campo
de construcción de conocimiento, sino también porque es programáticamente
limitante, porque amputa desarrollos ya realizados y obstaculiza concrecio
nes posibles de los conocimientos acerca de las problemáticas sociales. Si
bien ninguna ciencia se limita a reflejar más o menos pasivamente el mundo
exterior, en las ciencias sociales la neutralidad valorativa es imposible. Es
en la región de construcción del conocimiento acerca de la sociedad y los
procesos sociales donde se advierte más intensa y directamente la importan
cia de los valores. Gunnar Myrdal asegura que la valoración es parte de la
6. Habermas, Jurgen, Teoría y praxis, Buenos Aires, Sur, 1966, pág. 141.
7. Moore, T. W., ob. cit., pág. 21.
30 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
8. Citado por Jeizy Topolsky, Metodología de la historia, Madrid, Cátedra, 1983, pág.
261.
9. Popper, Karl, ob. ciL, pág. 11.
EPISTEMOLOGÍA DE LA DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES 31
10. Popper, Karl, citado por Luis Angel Rojo, “El método empírico y el conocimiento
económico” en Ensayos de filosofía de la ciencia, Simposio de Burgos, Madrid, Tecnos,
1970,'pág. 97.
11. Weber, Max, “La objetividad del conocimiento en las ciencias y
en Sobre la teoría en las Ciencias Sociales, Barcelona, 1971, pág. 1
32 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
15. Habermas, Jurgen, Teoría y praxis , Buenos Aires, Sur, 1966, pág. 161.
34 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
19. Braudel, Femand, La historia y las ciencias sociales, Madrid, Alianza, 1968, pág. 112.
38 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
22. Taylor, Charles, “La teoría social como práctica” (fragmento), en J. M. Mandones:
Filosofía de las Ciencias Humanas y Sociales, Barcelona, Anthropos, 1991, pág. 310.
40 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
23. Apple, Michael, Ideología y currícuio, Madrid, Akal, 1986, pág. 119.
24. Veca, Salvatore, “Modos de la razón”, en Aldo Gargani (comp.), Crisis de la Razón,
México, Siglo XXI, 1986, pág. 257.
25. Castoriadis, Comelius, “La institución imaginaria de la sociedad”, en Eduardo Co-
lombo: El imaginario social, Montevideo, Tupac-Nordan, 1989.
EPISTEMOLOGÍA DE LA DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES 41
misma una forma de la práctica social, es un camino abierto a docentes y
alumnos para la construcción y la restauración de los significados sociales
en una y diversas sociedades y con una y diferentes miradas. Para ello
deben utilizar las que Bruner denomina “poderosas herramientas de inter
pretación”. No existe una única explicación causal del hombre, la sociedad
y la cultura. “En última instancia —escribe Bruner— ni siquiera las expli
caciones causales más poderosas de la condición humana pueden tener sentido
y plausibilidad sin ser interpretadas a la luz del mundo simbólico que cons
tituye la cultura humana”.26 Una cultura en la que, a través de “prolongados
e intrincados procesos de construcción y negociación” de significados, se
instituye la noción de “realidad social”, de carácter público y comunitario
que sirve de base para que “la gente organice su experiencia, conocimiento
y transacciones relativos al mundo social”.27 La enseñanza de las ciencias
sociales es una forma privilegiada de intervención en ese proceso, que debe
dar paso a la ruptura epistemológica necesaria para la conquista de un
conocimiento científico de la propia realidad y de los procesos sociales en
lo que se instituye y a los que ella instituye a su vez.
26. Bruner, Jerome, Actos de significado, Madrid, Alianza, 1990, pág. 133.
27. Idem, pág. 49.
C apítulo II
Silvia Gojman
I ntroducción
1. Esta manera de presentar los hechos históricos deriva de un modelo curricular que se
materializa en la mayoría de los libros de texto. Es importante aclarar que existen, sin
embargo, textos y experiencias docentes en el aula basados en nuevos enfoques. Son aún
pocos y no están generalizados, pero muestran el esfuerzo de muchos docentes y el aporte
de los especialistas.
LA HISTORIA: REFLEXIÓN Y COMPROMISO 45
¿Cómo reconstruir los hechos del pasado? ¿Cómo comprender los fenó
menos sbaares 'pasad5"S‘y presentes? Es a partir de preguntas, problemas y
explicaciones como los historiadores logran organrzSry^érár^uizaHa'Va-
riada y~hetérógénea infqrmaciójijcpj. .que cüehtffirSm embargo, .esta Tn-
formación no tiene valor explicativo sin una teoría, sin un marco conceptual
que le dé sentido. En otras palabras, la concepción Histórica que posee el
historiador y los marcos conceptuales con los que trabaja funcionan como
organizadores de la información, ayudan a jerarquizarla y a encontrar las
generalizaciones necesarias para alcanzar la comprensión de los fenómenos.
> Que. los alumnos comprendan la Semana de Mayo implica que-tamhién
ellos puedan preguntar y obtener respuestas, y en el entramado de las pre
guntasy.respuestas construyan su propia explicación de los .hechos, dpi
proceso histórico.
Lucien Febvre (1970) afirma: “Elaborar un hecho es construir. Es dar
soluciones a un problema, si se quiere. Y si no hay problema no hay
nada”, y Jacques Le Goff (1991): “No hay hecho o hecho histórico sino
dentro de una historia-problema”.
Conocerx6-Omprender-4a-RevcduciójideMayasignifica tambiéirqvíelbs
alumnos modifiquen y amplíen sus ideas sobre qué es una revolución como
proceso social de cambio, que descubran las relaciones .¿ articulaciones
existentes entre los hechos, que construyan nuevas relaciones y-que-con-
fronten sus propias hipótesis con los datos y la información que obtengatr.
Es, sin duda, tarea de la didáctica y de la psicología del aprendizaje
analizar qué pueden comprender los niños de estos procesos y cuál es el
modo más adecuado de trabajo en el aula.
En este capítulo nos limitaremos a mostrar, en primer lugar, cuál es el
recorrido histórico, y algunos de los problemas y discusiones que constitu
yen a la historia como ciencia. En segundo lugar, cuáles son los fundamen
tos de una nueva concepción de la historia que, tal como lo expresa José
Luis Romero (1988), estudia el pasado no como algo muerto sino como
“vida vivida, la que sigue viviendo en el presente de cada uno”.
Pensamos poder contribuir al debate y al intercambio de algunos de estos
temas que preocupan a los docentes. Nuestro objetivo es aportar ideas acer
ca de la historia que enseñamos, la que queremos enseñar, y reflexionar
acerca del “para qué” enseñamos la historia en la escuela.
46 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
a) ¿Qué es la historia?
Después de esta larga cita, cabe una pregunta: ¿qué es la historia? Co
mencemos por definirla. No es una tarea fácil, porque la palabra “historia”
tiene múltiples acepciones. Tal como lo plantea Pierre Vilar (1980): “His
toria designa a la vez el conocimiento de una materia y la materia de ese
conocimiento”.
Es decir que el concepto historia incluye la realidad histórica tal y como
objetivamente aconteció y el conocimiento histórico, o sea la ciencia que
pretende develar la realidad histórica mediante el trabajo del historiador.
La importancia de la aclaración anterior reside en el hecho de que la
realidad histórica no siempre se corresponde con el producto del conoci
miento histórico. Podemos afirmar que así como existió una historia de la
Revolución de Mayo, de la Argentina o de América, existen múltiples y
muchas veces divergentes historias de cada revolución, de cada país o de
cada continente, pnrqv? ?p w el conocimiento t****1'* rniirl^ £
versiones y múltiples perspectivas, va quelaliistoria.de.. laíiumanidad está
hecha por una gran diversidad deDombres v sociedades.
Un ejemplo en este sentido es la historia"3eTcIescubrímiento de América,^
LA HISTORIA: REFLEXIÓN Y COMPROMISO 47
Definir una ciencia es, ante todo, definir el objeto cuyo conocimiento
quiere alcanzar. Durante siglos, la historia fue considerada el relato de los
hechos del pasado. Esta concepción, hoy en crisis no totalmente superada,
limitaba este relato a los acontecimientos de la vida política: la vida gloriosa
de los “grandes hombres”, las guerras, las leyes, las instituciones. Desde el
Renacimiento, pero sobre todo durante el siglo XVIII, comenzó a ampliarse
el objeto de conocimiento de la historia. La reconstrucción histórica siguió
marcada por un fuerte sentido pragmático y político, pero las preguntas que
comenzaron a hacerse los historiadores cambiaron: la historia comienza a
ler la lección de donde se sacan enseñanzas políticas.
En el siglo XVIII, para Voltaire
[La historia] tratará de averiguar cuáles han sido el vicio radical y la virtud
dominante de una nación; por qué ha sido poderosa o débil en el mar; cómo
y hasta qué punto se ha enriquecido desde hace un siglo; los registros de las
exportaciones pueden decírnoslo. Querrá saber cómo se han establecido las
artes, las manufacturas; las seguirá en su paso y en su vuelta de un país a
otro. En fin, los cambios en las costumbres y en las leyes serán su gran tema.
Se sabría así la historia de los hombres en vez de conocer una pequeña parte
de la historia de los reyes y de las cortes.
e) La objetividad en la historia
los llam ados datos b ásicos, que son lo s m ism o s para todos lo s historiadores,
m ás bien suelen pertenecer a la categoría d e m aterias prim as del historiador
que a la historia m ism a [y] la necesidad de fijar e sto s datos b ásicos no se
apoya en ninguna cualidad de lo s h echos m ism os, sin o en una d ecisió n que
form ula el historiador a priori.
f) La causalidad en la historia
Indudablem ente la historia se hace con d ocum entos escritos. Pero tam
bién puede hacerse, debe hacerse, sin d ocum entos escritos si é sto s no e x is
ten. C on todo lo que el in g en io del historiador puede perm itirle utilizar para
fabricar su m iel, a falta de las flores usuales. Por tanto, con palabras. Con
sign os. Con paisajes y co n tejas. Con form as de cam p o y( m alas hierbas. Con
eclip ses de luna y cabestros. Con exám en es periciales de piedras realizados
54 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
r s ' . c ,-
A MODO DE CIERRE
U na con cien cia histórica certera puede proveer al hom bre d e un criterio
seguro para la acción; ante el mundo sabrá descubrir los espectros q u e — crea
dos por fuerzas anónim as— pueden ser destruidos, evitando a sí su peligro;
sabrá descubrir las em presas que las generaciones pasadas em prendieron y
que e s deber su yo proseguir; sabrá por últim o que cada ép o ca co m o cada
hom bre d ebe jugar su carta: hacer la historia y n o dejarla hacer.
B ibliografía
Raquel Gurevich
P resentación
Quizá sea la geografía, dentro de las materias del área de Ciencias So
ciales, la más cuestionada por sus contenidos y por los problemas que
presenta su enseñanza en el aula, pero es, a la vez, la más abandonada: poco
se han ocupado de ella las nuevas corrientes pedagógicas, no cuenta con
suficiente difusión de bibliografía actualizada, y su valoración y legitima
ción como ciencia social son todavía relativamente bajas.
Las dificultades con las que los maestros trabajan son muchas y muy
variadas; en particular, en lo que se refiere a los contenidos de la disciplina,
lo hacen en un marco de dudas y confusión acerca de la pertinencia y la
actualidad de los temas. El malestar que provoca enseñar siempre lo mismo
y del mismo modo tiene su contraparte en la insatisfacción de los alumnos,
por tener que aprender de memoria abundante información, generalmente
muy alejada de sus inquietudes e intereses. Frente a esto, las casi únicas
salidas que tiene el docente para combatir el aburrimiento y lograr que los
chicos aprendan los temas escolares de la geografía son apelar a la invéntiva
o la intuición, recurrir a las noticias de los diarios y la TV, o la consulta
esporádica y asistemática a alguna publicación reciente.
Los libros de texto que existen en plaza mayoritariamente no abordan
problemáticas del mundo de hoy; edición tras edición, presentan los mismos
contenidos, con alguna actualización estadística y nuevos modos discursi
vos que atrapan más a los chicos, pero en general es escasa la incorporación
de elementos que favorezcan la explicación y comprensión de los fenóme-
64 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
¿Por dónde empezar? Pensamos que será útil recorrer, aunque sea muy
brevemente, las principales corrientes de nuestra disciplina que participaron
y siguen participando del debate teórico-metodológico. Esta panorámica
permitirá situar, con mayor claridad, el alcance de la renovación crítica
Ocurrida en los últimos años. En un segundo momento, analizaremos las
'distintas visiones de la relación naturaleza-sociedad que han prevalecido en
Oída una de las grandes corrientes del pensamiento geográfico.
Así como las formas cambian en el mundo real, las concepciones tam
bién lo hacen. Queremos decir que los conceptos no son eternos, sino his
tóricamente construidos. En tal sentido, analizaremos ahora, por ser una
relación fundamental en la geografía, distintas visiones de la relación natu
raleza-sociedad que han tenido lugar a lo largo del tiempo.
En el transcurso de la historia de nuestra disciplina, el concepto de la
relación naturaleza-sociedad ha ido modificándose.
En algunos momentos el peso estuvo en lo natural exclusivamente; en
otros, en una relación asimétrica donde la naturaleza imponía sus condicio
nes al hombre; en otros, en una relación de mayor control por parte de los
hombres, y así sucesivamente. Podemos sintetizar las diferentes posturas,
aun con riesgo de caer en cierto esquematismo, del siguiente modo. Según
Vila Valenti (1984):
El espacio no-esjina cosa ni un lugar donde las cosas-están, sino que “es
un conjunto de cosas y relaciones juntas” (Santos, 1988). Está formado ppr
dos componentes que se integran continuamente: un conjuntó’de cimientos
LnaturalMriní&^
de relaclóhés'sbcjales, que"defín^uña~socie^
uñ^ccSjíuffi)
dadoT~~
‘ Esto supone diferenciar entonces un aspecto más estructural y otro más
dinámico, respectivamente. Las distintas combinaciones sobre el territorio
de los elementos naturales y artificiales dan como resultado determinadas
configuraciones espaciales. En cada momento histórico varía el arreglode^
los objetos sobre el territorio, y son)as~cón3ro^
cultüráles y políticas Tásjqüeen cadamomerto'ffistóncÓTe darfsí^3Bcadqs
distintos. Como estas condiciones se hallan en perpetuó cambio, el espacio
también se transforma a ese ritmó, y los" cámblM*timñtítativós y/o cualita
tivos que sufre van marcando las especíálízaciones de cada uno de losr—1
lugare.su.
Los diferentes modos en la utilización del territorio significan una valo
ración distinta de la naturaleza; esto significa que la relación naturaleza-
s o c ie d a d se juega de un modo particular en cada casó. “Cada lugar tiene un
papel, un valor” (Santos, 1988). Á. la hora de analizar cuál es ese papel,
intervienen elementos de la naturaleza, una sociedad que los valora y apro-
piá7^~una~^intemóriaTidád que orienta esa acción."'
Naturaleza y sociedad no pueden entenderse como dos entes indepen-
dinuns nino nrtiru i i ^ las leyes sociales las que
sobreconstruyen a las naturales (Coraggio, 1988). En este proceso de valo
rización del espacio distinguimos las siguientes fases: apropiación de los
medios naturales, creación de una naturaleza artificializada, apropiación de
ella, creación y apropiación de formas espaciales (Moraes, 1987).
Las formas espaciales resultan entonces como correlatos de las relaciones
de producción vigentes erilaépoca en que fueron creadas y, a la vez, tienen
funciones propias del presente. Interesa el análisis de las funciones actuales
UN DESAFÍO PARA LA GEOGRAFÍA: EXPLICAR EL MUNDO REAL 73
que tienen las distintas formas espaciales, porque es el uso social el que les
da significada
La base natural se va modificando por masas de construcciones e inver
siones de todo tipo que, en distintos momentos históricos, se van depositan
do sobre la superficie terrestre. Esta transformación se lleva a cabo a través
de las distintas fases del proceso productivo (producción, circulación, dis
tribución, consumo). Ellas quedan cristalizadas en las formas espaciales;
por lo tanto, la división territorial del trabajo resulta un concepto básico
para entender cómo se organiza un espacio. Este concepto cambia históri
camente, pues, por ejemplo, la división del trabajo de la época colonial no
es la misma que la actual. No podemos seguir hablando de países exporta
dores de materias primas y países industrializados como eran entendidos
para el siglo XIX, pues hoy básicamente las relaciones comerciales se hacen
centro-centro, quedando la periferia excluida del intercambio. Por lo tanto,
estudiar la actual división territorial del trabajo es un punto clave para
interpretar el mapa del mundo de hoy.
El paisa je transformado
“Es todo aquello que vemos, que nuestra vista alcanza” (Santos, 1988).
El conocimiento de un paisaje está muy ligado a la percepción que de él
tenemos, pues no es el mismo paisaje el que aparece desde eí nivel deí süelo
que desde un balcón, o el registro que tiene un niño rural y otro que vive
en el medio urbano. No sólo depende del punto de referencia que tomemos
sino también de la selección que todo observador realiza cuando observa.
Se trata, pues, de superar los aspectos fenomenológicos (lo visible, lo ob
servable, el modo como el fenómeno se presenta) para llegar a “captar su
significado”.
Mucho se ha hablado de la diferencia entre paisaje natural y paisaje
cultural, humanizado o artificial. Recuperando algunas ideas que tratamos
anteriormente, podemos decir que el paisaje natural hoy día prácticamente
no existe, pues ha sido transformado por el hombre, constituyendo entonces
el llamado paisaje artificial. Cuando más compleja y con mayor grado de
desarrollo es la vida social, más artificial es el paisaje. Ya dijimos que en
los últimos 50 años el mundo ha “fijado” gran cantidad y diversidad de
objetos atornillándolos a la superficie terrestre. Las ciudades son el mejor
ejemplo de esto: selvas de hormigón, cemento, acero y vidrio.
74 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Diremos entonces que lo que ocurre en el Chaco “tiene que ver” con lo
que ocurre en otras áreas del país (Buenos Aires, Rosario, Córdoba, que
; consumen el producto) y aun en lugares extranacionales (Taiwan, que avan-
i za en la colocación de textiles). Vemos, entonces, cómo la respuesta a una
j pregunta que partía de lo regional nos llevó a un ámbito más general, el
UN DESAFÍO PARA LA GEOGRAFÍA: EXPLICAR EL MUNDO REAL 77
Mundialización y globalización
Por ejemplo, la pasada Guerra del Golfo fue seguida por todos los ojos
del mundo a través de una sola mirada. Un banco de datos de importancia
tiene usuarios en más de 30 países. A través de .una videoconferencia es
posible un inmediato encuentro internacional sobre cualquier tema, en el
cual los participantes no necesitan moverse de sus casas. Los tendidos de
redes de cables de fibra óptica aumentan cientos de veces la capacidad de
transmitir información. Una baja pronunciada de las acciones en la Bolsa de
Tokio puede arruinarle el desayuno a un inversor de Nueva York (Landesman,
1991).
UN DESAFÍO PARA LA GEOGRAFÍA: EXPLICAR EL MUNDO REAL 79
abiertas, son más vulnerables, es decir que no son más autónomas (Santos,
1988).
Comprender una región pasa por entender el funcionamiento de la eco
nomía en un nivel global y su repercusión en el territorio de un país. Cobra
especial importancia, entonces, identificar la presencia y el comportamiento
de aquellos agentes involucrados en el proceso. Nos referimos a la necesi
dad de analizar el papel del Estado, los diferentes actores individuales o
sociales, las instituciones, las empresas, etcétera.
Desde esta concepción, hay cambios permanentes en los límites regiona
les; ya no son de una vez y para siempre los mismos y los tiempos que
pueden durar esas divisiones regionales son también muy variables.
“Como el espacio se toma uno para atender a las demandas de la
globalización, las regiones aparecen como las distintas versiones de la
mundialización” (Santos, 1988). Es interesante destacar que cuanto mayor
es el grado de mundialización, más singulares y particulares se erigen los
lugares. Justamente porque hacen jugar sus especificidades de forma com
petitiva, y así afirman su diferenciación geográfica.
Cualquier fracción del planeta se entiende, entonces, desde el cruce de
la realidad global con sus condiciones particulares. Esto implica tener en
cuenta la historia del lugar, las condiciones preexistentes al momento de
la internacionalización. Así podemos explicar cómo el mismo proceso
global en escala mundial tiene distintos resultados particulares, según los
lugares.
Si tenemos en cuenta que la región ha cambiado de significado, pues hoy
el mundo se encuentra organizado en subespacios articulados dentro de qna
lógicajjlobal, resulta más explicativa de tal realidad la conceptualización de
circuitos espaciales de producción. Los circuitos permiten reconstruir las
distintas fases o .eslabones del proceso productivo de un determinado pro
ducto. Se entiende por circuito productivo al
d eflexió n f i n a l ^ J
B ibliografía
I ntroducción
UN I«OCO DÉ HISTORIA
Desde los años 70 en adelante, y con más fuerza a partir de los 80, la
preocupación por el papel que tienen las ideas de los chicos en el proceso
de enseñanza-aprendizaje aparece en el centro del déBate. Los discutios
provenientes"te'la psicología, y especialmente-3é la psicología genética,
sesgaron la tarea didáctica.
La aspiración de adaptar los contenidos de laenseñanza a las formas de
pensar de los chicos se transformó en una preocupación para quienes éiise^
fiábamos.
Este objetivo estuvo presente en muchas de nuestras prácticas cotidianas.
Pero tras la saludable inclusión en la escuela de la preocupación por “en
señar a pensar” a íos alumnos, también se gestaron algunos malentendidos:
Esta afirmación abonó erróneamente la defensa de un supuesto aprender
a pensar en abstracto, en el que se le restaba importancia a una parte esen
cial del problema: la relación necesaria entre los procesos de pensamiento
y el objeto de conocimiento, es decir, aquello sobre lo cual se piensa.
En la práctica, este malentendido tuvo el efecto de desequilibrar el peso
que se les otorgaba a los contenidos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Este desequilibrio fue más notorio en algunas áreas.
Las didácticas de la matemática y la lengua contaban con algunos traba
jos que investigaban puntualmente los procesos de construcción de conoci
miento en relación con temas específicos. Esto les permitió centrarse con
mayor facilidad en el objeto de conocimiento que debían enseñar, aunque
de todas maneras no estuvieron exentas de estos malentendidos.
En el caso de las ciencias sociales el problema resultó mayor, porque no
estaba en el centro de las discusiones cuál era el objeto de conocimiento al
que se debía facilitar el acceso de los chicos, y porque, además, las primeras
indagaciones respecto de la construcción de las nociones sociales fueron
talmente tardías.
También apareció cierta creencia de que, de acuerdo con su desarrollo
cognitivo, los alumnos estaban en condiciones de comenzar a pensar prime
ro su familia, luego su barrio, su partido, su provincia, y así sucesivamente
hasta pensar el mundo. Basadas en esta idea aparecieron propuestas de
ordenamiento de los contenidos que seguían una secuencia fija. En el pri
mer ciclo había que centrarse en contenidos como la casa, la familia, el
\barrio, la escuela y el partido. Luego avanzar hacia la provincia, el país y
el mundo en los grados superiores.
LA ESCUELA PRIMARIA Y LAS CIENCIAS SOCIALES 91
Sin desconocer la pertinencia de considerar la evolución de las ideas de
( los alumnos, puede señalarse que la aplicación errónea de esta idea dejó
afuera de la escuela muchos de los intereses reales de los chicos, y centró
la discusión en un aspecto parcial del problema. ¿La sencillez o dificultad
del aprendizaje está dada simplemente por la familiaridad o proximidad del
objeto de conocimiento o, por el contrario, por el tipo de mirada que haga
sobre él?
3 ¿Puede afirmarse que un barrio “es” más simple que una ciudad? Si la
mirada que se hace sobre él describe los nombres de sus calles, enuncia que
en él pueden encontrarse comercios, viviendas y lugares de esparcimiento,
y pontifica acerca de la necesaria armonía y entendimiento entre los vecinos,
seguramente la visión será sencilla.
Pero si la mirada sobre el barrio intenta entender por qué los comercios
se concentran en algunas arterías, o cuáles son los lugares donde hay más
personas en ciertas horas o en distintos días de la semana, y qué tipo de
conflictos pueden surgir en un barrio entre la gente, la cuestión se complejiza.
Y fundamentalmente este enfoque sobre el barrio empieza a explicar la
realidad social, aquella que los chicos yiven cotidianamente/Este es! sin
duda, el objetivo central que debe perseguir la enseñanzinde las ciencias
—sociales en la escuela.
En cambió, y en éspécial enJostrados inferiores, surgió lo que se podría
denominar upa-fdidácticadéTóobvioVSe hablaba v se enseñaba acerca de '
lo que todos ya sabían!' La descripción de una lámina en la que la mamá
tejíaTel papá leía el diario y los chicos jugaban se transformó en un verda
dero símbolo de estos encuadres. En esta visión descolorida de la realidad
estaba ausente lo que la sociología, la historia, la economía, la geografía y
otras disciplinas tenían para aportar.
Detrás de esta “didáctica de lo obvio” reaparecía el viejo contrato. En
señarles a los chicos quiénes eran los miembros de la familia, los comer
ciantes del barrio o los servidores públicos era una nueva forma de decirles
“no importa, esto no es para aprender, si igual ustedes los saben sin que se
los enseñe la escuela”.
Más allá de las discusiones respecto de sus consecuencias didácticas, las
indagaciones respecto de los procesos de construcción de las ideas de los
chicos aparecen como un aporte indispensable.
Probablemente se deba definir con más claridad el uso que se les dará a
los resultados de estas investigaciones e incluso avanzar en el campo de la
investigación didáctica. Por otra parte, los aportes respecto de las posibili-
94 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
2. Algunos de los autores de esta corriente son Lodi, M., El país errado, Barcelona, Laia,
1977; Luc, J. N., La enseñanza de la historia a través del medio, Buenos Aires, Kapelusz,
1981; Debesse, A., El entorno en la escuela, una revolución pedagógica, Barcelona, Fontanella,
1977; Hannoun, H., El niño conquista el medio, Buenos Aires, Kapelusz, 1977.
LA ESCUELA PRIMARIA Y LAS CIENCIAS SOCIALES 9S
Situación 1
Situación 2
Situación 3
Llega desde Buenos Aires una orden de atacar el principal bastión de las
fuerzas españolas. Nuestras tropas no se encuentran en las mejores condi
ciones y las probabilidades de éxito son escasas. Si desobedecemos las
órdenes del gobierno seremos juzgados todos los oficiales. ¿Qué hacemos?
Definir a la ciencia como uno de los ejes de los contenidos de esta área
no es, inicialmente, más que una declaración de principios.
Pero, ¿qué significa en la práctica esta afirmación?, ¿transformar a la
escuela en un espacio de investigación?, ¿trabajar con los mismos materia
les o lecturas que utilizan los científicos?, ¿suponer que existe una ciencia
aséptica, despojada de valores, que es la que se debe enseñar?
No es posible hacer ciencia en la escuela, entre otras razones porque ésta
no es esencialmente un espacio de producción de conocimiento sino de su
transmisión. Por otro lado, los chicos no manejan las habilidades cognitivas
requeridas para trabajar dentro del territorio de las diferentes disciplinas de
la manera como lo hacen los científicos. Y, por último, no existe ciencia
despojada de ideología. Los científicos definen los marcos teóricos e ideo
lógicos desde los cuales construyen el conocimiento; el saber científico es
un saber cargado de ideología. Los chicos no pueden hacer esto, aunque
utilizan sus propias ideas para reconstruir el conocimiento.
En el caso de la escuela, hay una toma de postura ideológica tanto en la
definición de los objetivos más generales del sistema como en los enfoques
disciplinares desde los cuales se seleccionan los contenidos.
Apoyar nuestros programas de estudio en los productos de la ciencia
significa acercar la información, los conceptos, los valores y los métodos
producidos por la comunidad científica al trabajo escolar. En este sentido
podemos hablar de un camino viable.
102 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
3. Castorina, José A., Problemas en Psicología Genética, la posición del objeto, Buenos
Aires, Miño y Dávila Editores, 1989, pág. 45.
LA ESCUELA PRIMARIA Y LAS CIENCIAS SOCIALES 103
4. Bachelard, Gastón, La formación del espíritu científico, Buenos Aires, Siglo XXI,
1972.
5. Domínguez, Jesús, El lugar de la historia en el curriculum 13-16. La enseñanza de
las Ciencias Sociales, Madrid, Aprendizaje Visor, 1989.
104 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
La ciencia y el aula
largo del trabajo en esta área, los chicos dejen de pensar el barrio sólo como
un barrio en particular, el que conocen más, para empezar a pensarlo como
aquello que todos los barrios tienen en común y que los define como tales.
Un grupo de alumnos de primer ciclo de una escuela de la Capital Fede
ral trabajaba el tema barrio-ciudad. La pregunta que se les formulaba era:
“¿En qué se parecen y en qué se diferencian los barrios de una ciudad?”.
Algunas de las respuestas fueron: “Son distintos porque en algunos hay más
negocios”, “En algunos hay más bancos”, “Hay algunos que vas solamente
para hacer las compras”, “En algunos hay más gente de día que de noche”.
Sin duda, los chicos están organizando percepciones, experiencias, reunién
dolas en proposiciones, de acuerdo con algún criterio. Sin duda, no es ésta
la categorización de un barrio que haría un urbanista, aunque la pregunta
que se les ha planteado los ha puesto ante una tarea de análisis y síntesis
que les ha permitido arribar a una conceptualízación que, aunque precaria,
empieza a acercarlos a una forma de ordenar la información.
Además de conceptos, la ciencia posee sus propios métodos de investi
gación y verificación del conocimiento, es decir, caminos normatizados
para la producción y validación del saber.
En este sentido resulta interesante el esquema planteado por Gregorio
Kliniovsky que permite pensar estas instancias dentro de tres contextos:
• Contexto de descubrimiento.
• Contexto de verificación.
• Contexto de uso o aplicación.
8. Shuster, Félix G., “Problemas del conocimiento científico”, Cuaderno ¡I, Primer Semi
nario sobre Metodología de la Ciencia. Facultad de Arquitectura y Urbanismo, UBA-OEA,
Buenos Aires, 1985.
106 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Pero para poder confrontar una hipótesis ésta debe tener determinadas
características. En principio, debe ser falsable, es decir, debe permitimos
oponerla a la realidad, debe afirmar un estado de cosas que requiera ser
demostrado.
Puede resultar una tarea interesante de construcción grupal definir lo
siguiente: ¿qué le vamos a preguntar a la información o qué ideas tenemos
sobre determinada zona de la realidad? E incluso, ¿qué datos nos permitirían
confirmar y cuáles desconfirmar esta idea?
La posibilidad de verificación de las proposiciones o hipótesis no se
realiza solamente sobre la vía de la experiencia, sino también mediante
procedimientos lógicos o deductivos. En muchos casos la ciencia construye
nuevos razonamientos a partir de otros, aplicando reglas lógicas o procedi
mientos explicativos.112
Las relaciones de subordinación, de causalidad, etcétera, constituyen
instrumentos a través de los cuales se avanza en la construcción del cono
cimiento. Los chicos deben utilizar este tipo de explicaciones para entender
muchos de los contenidos implicados en los textos de historia y geografía.
La causalidad que une a la independencia de Estados Unidos con la Revo
lución de Mayo no es evidente para un chico. La relación planteada entre
hechos que están separados en el espacio y en el tiempo es también un
contenido que trabajar.
Hasta aquí hemos sostenido idea de que los contenidos del área de
ciencias sociales que la escueí iebe enseñar no son solamente hechos, sino
13. Romero, José Luis, Breve historia de la Argentina, Buenos Aires, Editorial Huemul,
1979.
LA ESCUELA PRIMARIA Y LAS CIENCIAS SOCIALES 111
\ hasta entonces: lo s ferrocarriles y J o s frig o rífico s; p ero al m ism o tiem p o
i
¡ surgieron entre 18 8 0 y 1890, esp e c ia lm e n te en B u en o s A ires, otras in d u s-
trias m enoresv desarrolladas co n ca p ita les m e d ia n o s, esp ecia lm e n te e n e l
j cam pb d e la s artes g ráficas, d e la a lim en ta ció n , d e la con stru cción y d e l
I v e stid o . E n unas y otras com en zaron a crearse c o n d ic io n e s distintas d e las
j tradicionales p ara lo s obreros asalariad os q u e trabajaban en e lla s. L argas
{ jo m a d a s y , sobre tod o, salarios q u e d ism in u ía n en su poder ad q u isitiv o a
m ed id a que crecía la in flación .
LA ARGENTINA DEL 80
Construir este cuadro implica que los chicos entiendan que el desarrollo
del modelo se sostiene tanto en la infraestructura como en el capital inver
tido. Que el modelo de desarrollo requiere de mano de obra y genera po
sibilidades de trabajo; esto permite entender el proceso inmigratorio y el
surgimiento de nuevas formas institucionales y culturales. Al mismo tiempo,
y en el nivel de lo político, la organización del Estado aparece como un
elemento central.
Los alumnos tendrán serias dificultades para comprender el concepto de
Estado. La tarea de reconocerlo detrás de decisiones puntuales tales como
el establecimiento de un sistema educativo común, la organización de un
ejército nacional, la creación de un registro civil, probablemente facilite a
largo plazo la formación de ese concepto.
Podemos entonces sostener que contamos con una “idea fuerte” qué
*
% o
LA ESCUELA PRIMARIA Y LAS CIENCIAS SOCIALES 113
A modo de síntesis
Cecilia Braslavsky
Los maestros y profesores que eligen enseñar historia pocas veces disfru
tan del tiempo y han sido formados en los marcos interpretativos para
analizar en profundidad los recursos didácticos que tienen a mano. Las
difíciles condiciones de trabajo que existen en las escuelas latinoamericanas
los obligan a centrar la atención en la organización de las clases, en el
planeamiento de las estrategias que van a emplear cada día. Sin embargo,
es posible que un alto en el camino para analizar los libros de texto, cua
dernos de clase y demás “paquetes prefabricados” los ayude a emplearlos
mejor, más críticamente, aun cuando no los satisfagan. Por otra parte, el
compromiso ideológico y afectivo que tienen los docentes con aquellos
materiales que más conocen, a veces puede ser un obstáculo para el ejer
cicio de la razón crítica. Por eso puede ser sugerente echar un vistazo y
aprovechar algunas conclusiones surgidas “de otra historia”.
El propósito de este capítulo es poner a disposición de quienes se
dedican a la enseñanza de la historia, especialmente en la escuela prima-
1. Este artículo está vinculado a una investigación que lleva a cabo la autora en el marco
de un proyecto sobre la formación de la conciencia de la historia en América latina, coor
dinado por Michael Riekenberg, del Instituto Georg-Eckert de la República Federal Alema
na, con el apoyo de la Fundación Volkswagen. Es una versión revisada de otro publicado
por la revista Educación de la OEA, compilado por investigadores de El Colegio de México.
La autora agradece a Inés D ussel y a los siempre extraordinariamente bien dispuestos cola
boradores de la Biblioteca del Maestro su inestimable colaboración en la búsqueda y ubica
ción de los libros analizados.
116 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Es probable que los seis tipos de uso de la historia generados entre 1856
y 1916 sean algo así como la matriz básica disponible para la formación de
120 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
El altruismo romántico
E l N egro Santos
E l utilitarismo irreflexivo
Entre 1853 y 1915 el universo de usuarios de los libros de texto era tan
variado como el de sus productores. En las escuelas primarias de comienzos
de siglo, por ejemplo, trabajaban maestros sin título alguno, maestros nor
malistas formados con planes de estudio promotores del americanismo o
con otros posteriores, promotores de formas de nacionalismo intolerantes y
excluyentes. Trabajaban también maestros “normalizadores”, que buscaban
uniformar las pautas sociales y culturales de toda la población construyendo
una identidad uniformizante; docentes democrático-radicalizados, que pre
tendían dar espacio a la participación y a la integración de las diferencias;
liberales católicos, socialistas y libertarios (Puiggrós, A., 1990), y probable
mente apáticos e indiferentes frente a los complejos problemas de construc
ción de la identidad.
A partir de la heterogeneidad de textos en circulación y de la diversidad
de los docentes sólo es posible suponer que, a través del uso de distintos
textos y de otras prácticas pedagógicas también variables, la escuela pri
maria argentina desde 1853 hasta 1916 ofreció elementos para construir
diversas identidades, por ejemplo elementos más o menos incluyentes
portados por los diversos grupos que actuaban y actúan en la época, o
diversas legitimidades más o menos interesantes para reflexionar sobre la
historia más que para memorizar alguna información, y más o menos
comprometidas con algún gobierno.
Probablemente esa diversidad haya sido una de las contribuciones de
las primeras etapas de desarrollo del sistema educativo argentino para la
renovación del liberalismo democrático que ocurrió en 1916, cuando los
residentes en las zonas más escolarizadas contribuyeron en mayor medida
al triunfo de la oposición en las primeras elecciones con voto secreto y
obligatorio del país. Esta orientación del electorado instruido en las escuelas
primarias argentinas parece tener cierta coherencia con el tono menos
coyunturalista que republicano del nacionalismo promovido desde los li
bros, con una propuesta didáctica más elaborada y fértil, o con el com
promiso con la sociedad de la época de otros de los más atractivos. Es
como si, tal vez con exceso de simplificación, se pudiera decir que el
pluralismo de los textos y docentes, acompañado por propuestas para la
construcción de una identidad incluyente y para la reflexión, hubiese con
tribuido a consolidar el pluralismo político y a facilitar la llegada al poder
de la oposición.
134 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Beatriz Aisenberg
I ntroducción
> c \
este principio general tan conocido. Se han hecho diversos intentos que
representaron tanto distorsiones de la teoría psicológica como de la misma
teoría y la práctica pedagógicas.
Una de las principales distorsiones (todavía vigente en la práctica de la
enseñanza de los estudios sociales) consiste en la centración exclusiva en
los conocimientos previos de los alumnos.
Creemos que esta centración, que lleva a dejar de lado aspectos esen
ciales del proceso de enseñanza-aprendizaje, es producto de diversos fac
tores. Uno de ellos lo constituye el contexto educativo predominantemen
te empirista (tanto a nivel de la teoría como de la práctica) en el que se
produce el impacto del “hallazgo” de los conocimientos previos. El hin
capié que se hace en ellos surge como consecuencia de que antes eran
totalmente ignorados. En el afán de remarcar su importancia se pasó de
un polo al otro, en el sentido de que se relegaron otros aspectos igualmen
te importantes. —
Pero la psicología genética, si bien sostiene que los conocimientos pre
vios desempeñan un papel fundamental para la construcción del conocimiento,
d é hfñguna manera los considera suficientes.
J Uno'de los postulados básicos de la teoría es el interaccionismo: no hay
I construcción de conocimiento si no existe interacción con el objeto a cono-
I cer.ffil descuido de los contenidos de enseñanza no es deducible del núcleo
teórico de la psicología genética. Tener en cuenta los conocimientos previos
no implica trabajar sólo con ellos ni dejar de lado los contenidos por en
señar. Sin nuevos contenidos no hay aprendizaje posible.
Pero, en relación con el aprendizaje de contenidos curriculares, nos to
pamos con otro de los factores que favorecieron las distorsiones menciona
das. Se trata de un doble “vacío” de investigación: por un lado, al menos
para el campo de conocimiento social, carecemos de indagaciones
psicogenéticas sobre los conceptos vinculados a contenidos escolares. Sería
necesario desarrollar dentro del programa de investigación psicogenética
indagaciones cuyo objeto sea el proceso de reconstrucción por equilibración
de contenidos en condiciones instruccionales, para llenar este vacío
(Castorina, 1993).
Por otro lado, existe un “vacío” de investigación didáctica que ha con
tribuido a la realización de una transposición simple de la teoría del apren
dizaje psicogenético al aula. En este sentido, se plantea una tarea vincu
lada a la relación entre psicología genética y didáctica: “ ...la teoría ‘pura’
del aprendizaje desarrollada fuera de la escuela debe afrontar los desafíos
140 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Esta primera respuesta deriva de ciertos principios, con los cuales con-
cuerdan las investigaciones hasta ahora realizadas, que nos permiten definir
algunas características del conocimiento infantil sobre el mundo social:
del sujeto con el objeto de conocimiento, las ideas sociales que los niños
construyen guardan estrecha relación con ¿Ttlpo de interacciones sociales
que viven. No todos los niños tienen el mismo tipo de interacciones. Todo
niño, además de sujeto psicológico que aprende es, fundamentalmenteTuñ
sujeto social, pertenece a un grupo social determinado. La particular inser
ción de los niños en la realidad social marca el proceso de construcciónUe
las nociones sociales.
d) Los niños no construyen solamente nociones ligadas al mundo social
inmediato. Su experiencia social incluye informaciones sobre lugares cerca
nos y lejanos recibidas a través de los adultos y de los medios de comu
nicación, a las cuales también los niños dan significado.
’ e) Los significados que otorgan los niños a los objetos del mundo social
responden a una lógica determinada, por lo cual guardan coherencia entre
sí. No son significados “cualesquiera” o aleatorios. La lógica a la cuál
responden las nociones sociales de los niños nos permite inferir sus teorías
sobre el mundo social, que constituyen los marcos asimiladores de los objetos
sociales de conocimiento.
f) Las teorías infantiles sobre el mundo social son diferentes de las con
cepciones de los adultos. Presentan, con respecto a éstas, “distorsiones” y
muchísimas “lagunas”.
2. Cabe aclarar que esta comparación entre teorías infantiles y teorías de la historia de
la ciencia no responde a la idea de que los niños, en su proceso de construcción del cono
cimiento, “repiten” e\ proceso de construcción realizado por la ciencia. Se recurre a la his
toria de la ciencia porque da elementos al investigador para comprender las teorías infantiles.
146 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Los ejemplos aquí presentados nos dan una idea sobre los aspectos del
mundo social que los niños conocen, referidos a la realidad social con la
cual ellos interactúan, que es la realidad actual. Es desde teorías de este tipo
que los niños asimilan los contenidos escolares referidos al mundo social.
Pero una parte importante de los contenidos escolares se refieren a la
historia. Pasaremos a tratar este aspecto.
función o utilidad del cacharro dentro del sistema de vida que están estu
diando.
¿Qué hace la maestra?
,’ i. h a - ® '■ v r .
CONOCIMIENTOS PREVIOS DE LOS ALUMNOS 149
La enseñanza de los contenidos del área social que incluya las ideas de
los niños permitirá que ellos logren una mayor comprensión de los conte
nidos que nosotros queremos enseñar. Nuestra tarea es precisamente inten
tar disminuir al máximo sus distorsiones, para lograr una comprensión lo
más objetiva posible.
Para poder hacerlo, es imprescindible que esas distorsiones surjan en la
clase, única manera de conocerlas, para poder intervenir. No pretendemos
sostener que por nuestra intervención, por nuestras explicaciones, vamos a
anular totalmente estas distorsiones, pero sí podremos reducir la distancia
en algunos casos, acercando a los niños a un conocimiento más objetivo. En
otros casos, tal vez ayudemos a los niños a tomar conciencia de que la
diferencia existe.
Si nosotros no intervenimos, si no hacemos que se expliciten las ideas
previas con todos los errores (y también los aciertos) que ellas puedan
tener, los niños conservarán sus errores, y nosotros no tendremos infor
mación sobre lo que aprenden en nuestras clases. Evaluaremos la re
petición de nuestras ideas, y si los alumnos se “equivocan” en las
respuestas a nuestras consignas, nos costará mucho entender el significado
de sus errores.
Para superar la paradoja planteada, es decir, para que el estudio del
pasado ayude a los niños a comprender la sociedad actual, es necesario
tener en cuenta las conceptualizaciones que ya tienen sobre esta sociedad.
Esto permitirá mejorar la comprensión tanto de los aspectos sociales del
pasado como de los del presente.
• está muy claro para maestro y alumnos sobre qué se está discutiendo;
• se fundamentan y .sistematizan estas ideas y discusiones;
• fundamentalmente, se confronta este bagaje de ideas y discusiones con
los nuevos contenidos presentados en los distintos materiales informati
vos y explicativos.
Estas son algunas de las respuestas de niños del ciclo superior pensadas
y escritas individualmente:
“La guerra es cuando dos países o un país dividido pelea. Nadie gana
[...]. Es maldad, dolor y millones de cosas malas.”
“La guerra se hace [...] por cosas que sean importantes para los
bandos que luchan [...]. Si es por tierras los bandos atacan al otro
hasta que se rinda, en el ataque se mata y mueren personas de los dos
bandos. Cuando se rinde un bando quiere decir que no se va a luchar
más y el otro gana la guerra [...], logró el objetivo pero perdió
muchas personas.”
(En estas ideas se mezclan dos planos diferentes: uno es el de los cono
cimientos sobre el concepto, y otro, que surgió con mucha fuerza en todos
los chicos, es el de la valoración negativa sobre la guerra.)
L a guerra
(E s con ven ien te realizar e ste tipo d e registros en u n papel grande, dado
que si se lo hace en e l pizarrón n o se p u ede recuperar m ás adelante la
inform ación registrada.)
Es decir, la maestra parte de las idease del grupo para abordar la lectura.
Esta cobra sentido porque se trata de verificar si son o no aplicables las
categorías propuestas por los chicos.
El primer acercamiento al texto no es “ciego” o en función de preguntas
pensadas sólo por la maestra, sino que se realiza relacionado con un pro
blema trabajado previamente, que ya sabemos que tiene un significado para
los alumnos. Está planteada en el grupo la discusión sobre si una guerra
“trae” o no beneficios.
En este caso particular se trabajó con textos informativos aportados por
los alumnos, dado que se trata de un tema que figura en cualquier manual
escolar. En otros casos, la maestra puede brindar la información a través de
textos seleccionados, de documentos históricos, de exposiciones orales.
Lo que hace interesante la lectura son precisamente las ideas y las dis
cusiones iniciales. Los niños recurren a los libros para buscar información
sobre cuestiones que ellos pensaron previamente. Los nuevos contenidos se
articulan así con estas cuestiones, ayudando a verificar, a refutar, a comple
mentar las ideas anteriormente formuladas, a lo largo del proceso de lectura
y discusión.
Este trabajo con la información es el que constituye fundamentalmente
el proceso de aprendizaje. Requiere de aproximaciones sucesivas a los nuevos
contenidos, que van permitiendo sucesivas elaboraciones. Partimos de las
ideas de los niños. Estas nos muestran que los niños “piensan” por sí mis
mos, sin que se lo pidamos. Pero esto no alcanza. Nuestra intención es que
las ideas iniciales se enriquezcan, se reformulen, a partir del trabajo con
nuevos contenidos. Para ello necesitamos ir planteando distintas actividades
con dichos contenidos, a través de las cuales se va dando una aproximación
gradual.
Un aspecto interesante de este trabajo fue el hecho de que los niños, a
partir del trabajo con la información, pasaron a una valoración positiva de
estas guerras, bien diferente de la valoración que habían dado inicialmente.
Algunos grupos concluyen:
CONOCIMIENTOS PREVIOS DE LOS ALUMNOS 159
“S e b en eficia n lo s crio llo s porque form an un gob iern o propio, pueden
com erciar librem ente, tien en su s propias tierras, tien en m ás poder e c o
n ó m ico .”
Los niños pasaron de un polo al otro: de decir que las guerras no bene
fician a nadie, pasaron a decir que los criollos sólo obtuvieron de ellas
resultados positivos. Desaparece el “horror” por la guerra.
Este pasaje, creemos, se relaciona con que se trata de dos valores muy
preciados en juego, que aparecen como contradictorios: la paz y el derecho
de un pueblo a pelear por su libertad. Los textos leídos en clase se centraban
en este segundo valor, lo cual hizo que los niños “olvidaran” su propia
valoración sobre la guerra, en lugar de integrarla con la información traba
jada.
Planteamos a los niños este contraste pidiendo que releyeran lo que ellos
mismos habían dicho sobre la guerra, tomando como eje la pregunta: ¿las
guerras de independencia sólo trajeron beneficios para los criollos?
Es decir, las ideas inicialmente planteadas por los niños sobre la guerra
no quedaron “olvidadas” como un simple diagnóstico inicial. Se trató de
contrastarlas con los nuevos significados.
Ir recuperando a lo largo de la unidad las ideas anteriormente formuladas
puede servir para que los alumnos tomen conciencia de sus contradicciones,
y fundamentalmente de sus aprendizajes.
Recurrimos también a nueva información para contrarrestar la polariza
ción que surgió. Los niños leyeron un texto sobre las consecuencias econó
micas, políticas y sociales de estas guerras. El texto, a la vez que introduce
nuevos contenidos, funciona como “contraargumentador” de las ideas de los
alumnos.4
Las evaluaciones de la unidad muestran la elaboración de una idea más
equilibrada con respecto a las consecuencias de las guerras. Estas son algu
nas frases de los niños:
“A dem ás lo s ejércitos acam paban en cam p os d e fam ilias, a llí com ían
ganado y las co sech a s que encontraban. C on e l cuero qu e quedaba d el g a
nado se lo quedaban y lu eg o se lo ven d ían a lo s in g le se s. A s í s e fu e em p o
breciendo m ucha gen te.”
E pílogo
B ibliografía
Silvia Alderoqui
Aclaremos un poco más este punto: a través de “Las casas”, “Los servi
dores públicos”, “Las profesiones”, “Mi barrio”, escenarios posibles para
abordar temas sociales, se enumeran los servidores públicos, se hacen listas
de negocios, se juega á ser vendedor o quiosquero, se miran dibujos de
barrios y profesiones. Se visitan los bomberos y la comisaría. Tal vez se.
busque sólo para reconfirmar lo conocido, o para conocer siempre cosas
nuevas. Se realizan excursiones didácticas donde el resultado del conocimiento
del barrio es como una postal panorámica estática. Se llevan a cabo actividades
calcadas y reproductivas del mundo social en forma de juguete. Se presenta
el barrio como una unidad social funcional donde no hay crisis ni conflictos,
como un espacio acabado y prolijo donde las personas con diferentes oficios
se relacionan formalmente unas con otras y son capaces de resolver todos
los problemas locales. Lo que se produce es una trivialización del medio a
través de una simplificación. Lo dicho hasta ahora correspondería a la
didáctica tradicional. Desde las propuestas renovadoras proponemos que los
UNA DIDÁCTICA DE LO SOCIAL 167
niños tomen contacto con diversos objetos, materiales, personas y espacios,
y con los sistemas de organización y de relaciones que se establecen entre
ellos. Siguiendo el ejemplo anterior, en la zona próxima a la escuela podría
mos advertir las diferenciaciones internas del barrio (zonas centrales y mar
ginales), la inclusión de los artesanos y su relación creativa con ei objeto
producido, los oficios en extinción y los nuevos empleos y trabajos nacidos
por el uso de la tecnología de alta complejidad, podríamos sentir y entender
los problemas urbanísticos y arquitectónicos (el caso de los discapacitados),
los déficit de infraestructura (las inundaciones en los barrios). Del mismo
modo, las organizaciones vecinales y zonales y sus distintos modos de ac
ción para el bien de la comunidad y para la articulación de ese barrio con
el resto de la sociedad... (Alderoqui, 1989).
La crítica más fuerte que se les hace a las propuestas que parten del
conocimiento del medio ambiente es su posibilidad de caer en planteos
empiristas que consideran el conocimiento como una mera copia del entor
no. tfSesde el realismo crítico se sostiene que el conocimiento es un cono
cimiento del mundo que intenta apropiarse de lo real sin ser una copia de
lo reaDQDicho conocimiento se realiza a través de una interacción que da
lugar a una organización profunda, novedosa, a una reestructuración de los
s i s t e m a s q n A j d g f i i i M i t?ntO \al sujeto COmÓ T íos objefós de
conocimiento^ , esta reestructuración se Ip liorna teoría del constructivismo^
José Antonio Castorina dice que /
C astorina, 1990
Tradición
Propuesta
Promoveremos así que los niños pasen de las primeras fases explorativas
a progresivas adecuaciones a las exigencias de los objetos, espacios, costum
bres, normas, etc., del ambiente social (Alderoqui, 1989).
analizar la organ ización d e la vid a hum ana en relación con los diferentes
grupos que la com p on en (A ld eroq u i, 1989).
La secuencia didáctica
••$
nos hallamos frente a un problema cuya solución nos es necesaria y el
método de la investigación impone que se resuelva el problema, utilizan
do los conocimientos anteriores en forma nueva, creativa.., (Tonucci,
1974).
2.1. Forma
material, diseño, estructura intema y externa, partes que lo componen, relación de forma con el tipo de manufactura inHin*ri»y»rt»«-.»«i
2.2. Función
__usos del objeto, mejoras de uso, nuevos usos, la relación uso/forma relativa a cada cultura, los objetos como testimonio del trabajo y la historia de
los hombres, los objetos que hacen agradables/desagradables los lugares (la estética), comportamiento frente a objetos personales y objetos colectivos.
3.1 Forma
— partes que lo componen, distribución, delimitaciones, nombres, orientación.
3.2 Función
__función...................................................................................................................................como refugio, protección, esparcimiento, circulación,
trabajo, etc.
>
— organización, tipos de usuario, actividades que se desarrollan, comportamientos que se
generan, modificación de ritmos de actividad en espacios...................................................... familiar o institucional
§>*
público o privado
masivo o selecto 3
autorizado o prohibido 9
individual o colectivo g
— preferencias de uso y acceso, lugares agradables y desagradables, significado atribuido a los lugares, lo que falta/sobra en los lugares, las molestias,
lo que se podría modificar, el cuidado y el respeto de los lugares compartidos.
— principales tradiciones, rituales, festejos, celebraciones patrias relacionadas con............ la música, las comidas, la vestimenta, los bailes, la
literatura
— la historia de cada niño, la historia de los padres, abuelos y maestros a través de............. fragmentos de la vida pasada, objetos pertenecientes a
generaciones pasadas (muebles, vestidos, etc.)
— elementos, manifestaciones de la propia historia colectiva a través d e .............................. costumbres de grupos sociales diversos, modos de cele
brar nacimientos, bodas, las costumbres en casa de abue
los, amigos, el significado de edificios, monumentos,
características de la propia ciudad.
180 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
B ib l i o g r a f ía
dos en contextos muy distintos (los marcos y las teorías científicas fíente
a los contextos cotidianos), sin embargo, tanto desde la epistemología como
desde la psicología podrían establecerse pautas comunes y dinámicas similares
en cuanto a la construcción y evolución de los conceptos. De ahí que la idea
de investigación pueda ser considerada, con fundamento, como una guía
sugerente en los procesos de enseñanza-aprendizaje, especialmente en rela
ción con la construcción de conocimientos a través de los niveles de formu
lación progresivamente más complejos y elaborados, lo que contribuiría a
superar —situando la cuestión en otra perspectiva— el umbral convencio
nal entre lo que en contenidos de enseñanza consideramos “precientífico”
y lo que se considera más propiamente “científico”.
Por otra parte, la idea de investigación presenta otras características
que la hacen especialmente útil para ser idea básica orientadora de una
metodología. Efectivamente, en el contexto del aula (concebida como un
sistema en el que de continuo se están planteando y resolviendo diversi
dad de situaciones), la investigación funciona, de hecho, como guía del
alumno en cuanto que lo ayuda a afrontar situaciones problemáticas, si
tuaciones que movilizan las estructuras cognitivas del sujeto y los esque
mas compartidos por el grupo de alumnos —no habría que olvidar que el
conocimiento en el aula se construye “de forma compartida”—, y lo ayu
da, asimismo, a buscar vías de solución que le permitan adaptarse a este
sistema (Stenhouse, 1987).
Por lo tanto, teniendo como referencia básica las aportaciones de la
psicología, pero también las procedentes de otros campos del saber que
se ocupan del hecho educativo, podríamos justificar la fundamentación
de un modelo de metodología basada en la investigación en que esta
metodología:
[...] hemos comenzado a descubrir que aquello que esperábamos iba a ser
acogido como una ayuda para entender el mundo lo reciben los estudiantes
más jóvenes como una parte más de la salmodia académica, menos inte»- ' i
sante que la botánica o la geología, que por lo menos sirven para conoce#,
192 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
las hierbas y las piedras. Ello ha puesto en evidencia que nuestros esquemas ,
[...] no se ajustaban a las demandas reales de estos jóvenes, porque no
servían como punto de partida de una alternativa válida para ellos.
Se trata, en este caso, de una pauta que se concreta, sobre todo, en una
fase determinada del proceso, materializándose en un conjunto de activida
des que tiene como función aportar informaciones desde la perspectiva de
investigación.
Algunos autores (Sánchez, 1990) han llamado la atención sobre el hecho
de que las formas lingüísticas son el soporte exclusivo para utilizar infor
mación en la institución escolar, en la que poco se aprende mirando o
actuando. Sin duda alguna esta reflexión adquiere especial relevancia cuan
do se trata de la enseñanza-aprendizaje de la historia ya que, en nuestro
caso, por la propia naturaleza de la materia, esa dependencia es práctica
mente absoluta. La edad hace que los alumnos puedan obtener muy pocas
informaciones de su experiencia y, por otra parte, el pasado no puede ser
reconstruido para modificar variables y obtener con ello informaciones. La
reflexión histórica es, en definitiva, difícilmente comunicable si no se uti
lizan soportes lingüísticos; de aquí que para que la información sobre el
pasado sea verdaderamente activa en el aprendizaje sea necesario cuidar
hasta el extremo la competencia lingüística de los alumnos, pero también la
articulación, estructuración, contenido, organización y tratamiento de los
recursos informativos.
A la hora, por lo tanto, del diseño de las actividades que pongan enjuego
nuevas informaciones será imprescindible, concretamente, el uso de textos
históricos e historiográficos, pero su complejidad nos hace pensar en la idea
de que resulten más convenientes los textos “elaborados”, así como en un
tratamiento más centrado en la obtención de información sobre los “pro
blemas” de la investigación en marcha que en un análisis tipo “comentario
de textos históricos”. Se trata, en todo caso, de un aspecto de la enseñanza
de la historia sobre el que aún hay que seguir investigando para tener
hipótesis más fundamentadas.
Ahora bien, las actividades que ponen en juego nuevas informaciones no
pueden limitarse al trabajo con textos escritos; un adecuado clima de aula,
condición necesaria para el aprendizaje, requiere que el tipo de situaciones
sea suficientemente rico y diverso. De ahí que sea conveniente utilizar
estrategias y recursos diversos. Así, la explicación del profesor, en cuanto
facilita informaciones sobre algunos aspectos del objeto de estudio, pueda
ser una actividad pertinente; la consulta en libros apropiados (disponibletittl
198 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
una unidad no debería “cerrar” un proceso sino más bien “abrir” nuevas
expectativas de conocimiento y maduración personales.
B ibliografía
I ntrodu cció n
A ntes
Ahora
Las nociones de, por ejemplo, dinero, institución, clase social, revolu
ción, etc., deben ser no sólo mencionadas sino explicitadas a partir del
bagaje experiencial del alumno, de las hipótesis interpretativas sobre las
¿El niño se formula interrogantes por los hechos sociales? Creemos que
sí. ¿No son, acaso, comunes preguntas como éstas: por qué la directora no
quiere que los chicos corran en el recreo?, ¿por qué el papá de... se quedó
sin trabajo? O estas otras: ¿antes se jugaba a la bolita?, ¿por qué no tiran
abajo esa casa que es tan antigua? Los docentes escuchamos frecuentemente
otros interrogantes más complejos: ¿por qué los jubilados cobran tan poco?,
¿qué es la deuda externa?, ¿por qué en este barrio vive tanta gente?, ¿por
qué la Guerra de las Malvinas?
¿Son muchas veces preguntas por el hoy que conducen a rastrear la res
puesta en el ayeij Pero también los chicos se preguntan por aspectos de la
vida cotidiana de ese ayer: ¿qué era el trueque? ¿Por qué no había moneda?
¿Cómo era la organización de un grupo aborigen? ¿Por qué los españoles,
en tan poco tiempo, conquistaron un territorio tan grande?
Estas preguntas surgen, en algunos casos, espontáneamente (desoírlas
significaría desaprovechar una oportunidad muy valiosa). En otros, es ne
cesario plantearlas (no hacerlo sería también desaprovechar una oportuni
dad muy valiosa).
Un interrogante, un problema bien planteado, ya sea por el docente o por
un alumno solamente, es disparador de otros que, sin duda, pondrán eh
juego, los aprendizajes previos (escolares o no) del grupo, las posibilidades
de hipotetizar, de resolver preguntas, de investigar, j
Aspecto evolutivo
[...] que e l desarrollo p sic o ló g ic o parece im poner unas determ inadas restric
cio n es en la adquisición de la com p ren sión d e estas n o cio n es, pero que
d ich os lím ites no pueden ser entendidos sin e l con cu rso de lo s aprendizajes
concretos a que se vea n som etid os lo s alum nos durante e se desarrollo. E n
tod o ca so , lo m ás im portante e s llam ar la atención sobre la im portancia de
elaborar unas estrategias de instrucción adecuadas c o m o un cam ino im pres
cin d ib le para el a cceso a la com p ren sión de las n o cio n es qu e com p on en e l
T H (tiem po histórico) (A se n sio y otros, 1989, pág. 1 3 4 ).4
Aspecto educativo ¡
[...] como lo ha dicho Ortega más de una vez; y como yo lo repito una y otra •
vez. No es que el presente condicione al pasado, pero es el presente el que le
pregunta al pasado. Y si no, no hay historia. Es,decir, si el presente no le
pregunta (y el presente somos cada uno de nosotros que estamos vivos), si uno
no le pregunta al pasado y va simplemente al archivo o a la biblioteca para
que el pasado le diga lo que quiere, ¿cuál es el mecanismo? ¿Ir a ciegas a la
biblioteca y sacar un tomo? Y me voy a enterar del Cardenal Richelieu, y
luego voy a sacar otro tomo y voy a ver el descubrimiento de América...
Entonces todavía no soy historiador. Hasta que yo no sé qué documento voy
a buscar y para qué, no tengo autonomía intelectual. O sea, no tengo mi propio
problema, no tengo hipótesis de trabajo (Luna, 1978, págs. 22-23).
La situación4a:oblemátÍ€a-que-se-suscite.4)eniMtHéi4«^er^H?tku]¿rJosjCon^
teqidos a trabajar en tomo de un eje.
¡J¿Qu£~es un eje articuladorl Es un problema, una pregunta, una hipótesis,
una cuestión que hay que resolvey Para su resolución-es necesario "abrirlo
en diversos aspectos que parcialmente van respondiendo a lo planteado por
el ^é7Pu¿derse¿muy al^cativo e mtegrar diversas unidades de trabajó, o
más acQtado-en-tiempo, y contenidos.
Él eje es articulador en la medida en que a su.alrededqr giran diversos /
elementos que van aportando datos para su explicación. Este actividad de l
elección de un eje facilita la selección, la jerarquización y el ordenamiento \
de los contenidos, así como su integración.
Esta es, seguramente, tarea del docente. Sin embargo, el que haya surgi-^ '
do a partir de los interrogantes e hipótesis del grupo de alumnos, harájjue j
sea significativo y relevante para ellos, lo que sin duda despertará su interés. -¡
A modo- de ejemplo: a partir de una indagación que hace un grupo sobre
historias familiares, podría surgir el eje “¿Por qué en Buenos Aires encon
tramos una gran cantidad de gente que proviene de países limítrofes y de
provincias del interior?”. Se podría considerar aquí el desarrollo poblacio-
nal desde 1930 hasta la actualidad, la ocupación de la población (industrias,
servicios, cuenta propia, comercio, etc.), el desarrollo de las actividades
económicas desde 1930 hasta la actualidad, las crisis económicas, la mar-
ginalidad, la desocupación y la miseria, otros problemas de nuestra socie
dad, la cultura que se trajo, los cambios culturales, la situación de los países
limítrofes en lo económico y social, las diferencias de salario, las posibili
dades ocupacionales, etcétera.
222 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
ln ¡nform^rinTL. i ocurre
con el historiador* ijq es al azar: no es cualquier información sino aquella
n»» ffvpe coimo necesaria} Él docente. oue tiene claro cuáles sonlos^con-
/tenidos que los niños deben aprender, orientará las preguptas_y posteripr-
[ mente el rastreo de la información en funciónde lo que se pretende enseñar.
V ¿Dónde buscar la información? Existen amplias posibilidades al respecto.
Desde el material bibliográfico que ofrecen los libros de texto hasta la
publicación de antologías de documentos e imágenes. También se pueden
incluir relatos orales, obras de arte, arquitectura, literatura, escultura, músi
ca, etcétera|La variedad y riqueza del material facilitará que los saberes
sobre el tema se e n r i q u e z c a n P. i n t e n s i f i q u e n ^ Esta diversidad también servirá
al alumno pará“éIáborar otras preguntas ojiara plantearse hipótesis que lo
orienten hacia la selección, entre todo el material recogido, de aquello que
le servirá para resolver el problema que se indaga.
Muchas veces el alumno no tiene dónde buscar la información, ya sea
porque no cuenta con bibliotecas escolares (o que no poseen el material
necesario) o porque su situación particular no le ofrece dicha posibilidad.
Este frecuente problema debe ser encarado por el docente de forma indivi
dual o por la institución, a fin de ir formando un banco de datos. Nos
referimos, simplemente, a una caja o carpeta donde poco $ poco se vayan
acopiando materiales sobre diferentes temáticas. No se trata, como en el
caso del historiador, de contar con documentos inéditos. Tampoco se pre
tende una gran profusión, ni que sea nuevo todos los años. El cómo y el
para qué se lo utilice le dará su actualidad.
Dijimos que la búsqueda no era al azar. El docente enseñará que, para
dicha búsqueda, hay ciertos procedimientos que hay que aprender.
Buscar información implica, como aprendizaje, saber dónde puedo en
contrarla, y una vez en el lugar, qué espero hallar allí y, en consecuencia,
qué debo seleccionar.
Si se va, por ejemplo, a un museo de obras pictóricas, no interesarán todas
las obras sino aquellas que se refieren al tema y a la cuestión o las cuestiones
que se indaguen. Los trabajos previos a la visita son indispensables.
Vista la diversidad de recursos y técnicas para la búsqueda de informa
ción, creemos necesario, a fin de que este texto sirva realmente a la tarea
del docente, detenemos en cada uno de ellos, en sus características, qué es
lo que aportan, dónde buscarlos, cómo usarlos y para qué.
y o La información a buscar en ciencias sociales se refiere fundamentalmente
\ a hechos y procesos de la realidad social pasada y presente, que abarcan
¿QUÉ SE ENSEÑA Y QUÉ SE APRENDE EN HISTORIA? 223
desde lo referente a la vida cotidiana de los hombres hasta las concepto*
lizaciones generales o especificáis. De la vida cotidiana habrá (pe~6uscar
materiales sobre costumbres, vivienda, alimentación, formas de prodiicción
y comercialización, características de los grupos sociales, tecnología, etcétera.
Otro tipo de información puede referirse ^procesos más abarcativos: evo
lución de la población, series de producción y comercio, evolución de los
medios de transporte, procesos políticos, etcétera. Existe también material
más elaborado sobre interpretaciones y análisis teóricos (análisis de procesos
sociales o económicos de un período determinado o de varios).
¿Qué debe aprender un chico cuando busca información? Es nuestra
intención extendemos en este punto por la importancia que damos a las
capacidades que el alumno debe desarrollar junto con la adquisición de los
saberes conceptuales propios de la materia.
Analiyarp.mos, pntr>nrfts_„alftunas técnicas que pueden ser utilizadas en el
momeñtodé Hp la in fn rm ar.ióp
Como todas las técnicas que analizaremos', la entrevista debe ser utilizada
¿QUÉ SE ENSEÑA Y QUÉ SE APRENDE EN HISTORIA? 225
cuando la problemática que se estudia justifique su uso, cuando la informa'
ción a obtener de ella constituya un aporte nécesanb.
La técnica de la entrevista se transforma en un contenido procedimental
3
cuando el alumno interviene activamente en la elección del informanteTen
la elaboración de las preguntas, en laibnna. de su realización (lugar, uso o
no del grabador, registro, etc.), en el análisis de la información obtenida
(qué-se selecciona, qué ^e 3eja.de. lado), y en las conclusiones.
Elegido el tema, acotadas las cuestiones a estudiar, surgida la necesidad
de rastrear Información a través de testimonios orales, será necesario decidir
a quién entrevistar, qué información se pretende obtener, qué se va a pre
guntar y cómo (cuestionario abierto o cerrado), cómo registrar la experien
cia, dónde, encontrar al informante, dónde entrevistarlo, cómo relacionarse
con éL etcétera. " ^ ........ ...
Como en el caso de la observación, no sólo es importante lo que se
averigua sino también el aprendizaje del procedimimento.
¿Qué es un informante clave? Aquel que puede dar la información que
se busca. Puede ser desde un simple peatón hasta el abuelo de un chico o
el presidente del Consejo Vecinal. . '
i '
¿Qué nos dicen los objetos? Todo objeto cultural, desde el más pequeño
hasta "el m¿s grande, da cuenta de aspectos de la sociedad que lo produjo
y ló usó. En él encontraremos rasgos distintivos de dicha socíedáfi qüe*se
refieren tanto a aspectos sociales como económicos, culturales, religiosos,
científicos, políticos. Los ¿SjetosT cSBrorto ^ los
cambios fosfóricos, las permanencias, las simultaneidades. No sólo se trata
de “mirarlos^y clasificarlos. En realidad, la información que dan suele estar
oculta y es lo que debemos indagar, sabiendo a priori que cualquier objeto
es testimonio de un haz de interrelaciones complejo y diverso.
Por ejemplo, un simple abanico de sándalo que nos envía la abuela de un
chico nos conduce inmediatamente a suponer que en el pasado las mujeres
lo usaban frecuentemente. Sin embargo, si le preguntamos, habrá cosas que
nos diga y otras que no: ¿de qué material es? ¿Quién lo hacía? ¿Era caro?
¿Se fabricaba en el país? Si no, ¿de dónde provenía? ¿Cuándo se usaba?
¿Tiene alguna información escrita? ¿Con qué otros objetos se usaba?, etc.
Las respuestas a estas preguntas nos permitirán comenzar a reconstruir una
realidad lejana en el tiempo, donde se interrelacionan aspectos económicos,
costumbres de época, características de los grupos sociales, todo el ámbito
de la vida cotidiana.
228 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
U na propuesta posible
Cambios en lo político:
• es un período de constantes enfrentamientos: a) por lograr la indepen
dencia; b) por buscar una forma de organizar el país (monarquía o
república, unitarismo o federalismo);
• se reestructura el territorio;
• se crean símbolos patrios.
Cambios en lo social:
• las ideas que prevalecen apuntan a eliminar la rígida división de la
sociedad en castas (libertad de vientres, eliminación de la mita y el
yanaconazgo, el papel de la educación);
• los enfrentamientos condujeron a una militarización de la sociedad;
• los criollos ocupan los lugares predominantes;
• los sectores altos de la sociedad lo constituyen comerciantes y gana
deros;
• aparecen cambios en las costumbres por influencia de la mayor rela
ción con Gran Bretaña y Francia, tanto en el campo como en la ciudad.
Cambios en lo económico: ‘
• la vinculación con el comercio inglés se hace predominante;
• la producción ganadera pasa a ocupar un papel preponderante (comer
cio del cuero, expansión del saladero, la estancia y, al final del período,
la lana);
• estos cambios económicos generan diferencias regionales.
Permanencias en lo político':
• algunas instituciones permanecen (ciertos impuestos, las aduanas inte
riores, el Cabildo hasta la década del 20);
• las fronteras interiores con el indio siguen siendo un problema.
¿QUÉ SE ENSEÑA Y QUÉ SE APRENDE EN HISTORIA»
Permanencias en lo económico:
• la producción ganadera sigue siendo extensiva;
• falta de mano de obra en el campo (agravada por las guerras);
• la aduana sigue siendo controlada por Buenos Aires;
• los medios de transporte y la tecnología en general. 4 10
Las respuestas que el grupo nos dará aportarán elementos que, ordenados
y clasificados (en aspectos sociales, económicos, políticos, de costumbres,
etc.), será necesario enriquecer. Se trata, por el momento, de indicios que
orientarán la lectura de otros fnateriales que amplíen, complementen o pre
senten otra imagen de la realidad que se analiza.
Volviendo al pequeño grupo, se pueden asignar tareas dirigidas al estudio
de los aspectos mencionados con mayor detalle, utilizando otras fuentes de
información. Pueden, por ejemplo, consultarse los textos que los alumnos
aportaron o leer materiales que el docente seleccionó previamente.
¿Cómo preparar este material? En una hoja pueden figurar distintos
¿QUÉ SE ENSEÑA Y QUÉ SE APRENDE EN HISTORIA? 235
Documentos
Nada podría ser más lamentable que el cuadro que debo trazar de una
creciente presión de impuestos y contribuciones que, siendo ya enorme,
deben seguir pagando, y que han sido dilapidados con la más insensata
prodigalidad [...], el antiguo entusiasmo que despertaba antes el grito de
libertad o independencia se ha desvanecido casi por completo. Todas las
obras públicas y edificios están en ruinas. Los caminos y puentes reclaman
fondos para repararlos... y lo que es mucho peor, los indios, que diñante el
gobierno español fueron rechazados [...] están haciendo ahora diarias incur
siones (Guillermo Bowles, Capitán, en Meroni, 1981, pág. 86).
C ielito
Textos
pitones es preciso sentir penas”, “Los indios ni por diablo aflojaron”, “Viva
la Patria”.
Pese a la protesta, la copla popular valoriza el trabajo en paz, la seguri
dad personal y de los bienes, la necesidad de la existencia de leyes, el
respeto por la familia. Aparecen asimismo, en los otros textos, los valores
de igualdad social, libertad individual, justicia.
Pero además, este período permite realzar el valor de la lucha de los
pueblos en pos de la libertad, en pos de un ideal.
La enseñanza de los valores no. debe ser fortuita u ocasional. Debe ser
un acto deliberado del docente y, por lo tanto, pensado previamente. Duran-,
te el desarrollo deTtema, en el análisis de los diferentes aspectos, será
necesario interpretar qué valores subyacen en la sociedad de la épocayqué
valores perduran dé ésá época en hechos concretos de la reaÍida3~cfe hoy.
Es necesario proponer^ actividades que impliquen debate y discusiórP ai
tomo de las situaciones históricas que se analizan, a fin de Ir desafróltándo
en el alumno actitüdesrríe^mpromiso con la defensa de aquellos valores
que la sociedad en la que vive ha considerado trascendentes-.
Para concluir esta propuesta, y como actividades de ciérre, pensamos que
hay un amplio conjunto de propuestas interesantes que el docente puede
llevar al aula. Se nos ocurren: armar un noticiero radial o la primera plana
de un diario, inventar cartas que pueden haber escrito personas de la época
acerca de cómo influían los acontecimientos en la vida cotidiana, inventar
un día en un campamento militar, en una ciudad del interior, en Buenos
Aires, en la campaña, collages, poesías, cuentos o canciones que muestren
los diferentes aspectos del período, dramatizaciones, etcétera.
A pén d ic e
HECHOS CONCEPTOS
r «
N o rm a s, v a l o r e s y a c t it u d e s
HECHOS CONCEPTOS
Otro ejemplo (pág. 242), pero esta vez con un mismo tema hisí
de que el docente observe cómo se lo puede trabajar en un segundo y*
un tercer ciclo.
HECHOS CONCEPTOS
La conquista
¿Hacia dónde y por qué se expande Conquista.
Europa? ¿América estaba en sus pla Expansión.
nes? ¿Quiénes eran los conquistado Ocupación territorial.
res? ¿Qué países participaron de la Mercantilismo.
Conquista? ¿Todos vinieron para lo Contrato entre culturas.
mismo? ¿Cómo financiaban sus via Organización del espacio social.
jes? ¿Quiénes venían en los barcos?
¿Qué trajeron en sus viajes? ¿Cómo
fueron ocupando el territorio? ¿Qué
distintas visiones hubo sobre el abo
rigen? ¿Qué diferentes reacciones
tuvieron los aborígenes frente a la
Conquista? ¿Por qué les interesaron
algunas regiones y otras no? ¿Por qué
en tan poco tiempo ocuparon un te
rritorio tan vasto? ¿Qué diferencias
hay entre la ocupación inglesa, por
tuguesa y española?
La colonización
¿A qué se dedicaron los colonizado Colonialismo.
res portugueses y españoles, una vez Organización de la producción.
ocupado el territorio? ¿Cómo organi
zaron la producción? ¿Y el trabajo?
¿Y el comercio? ¿Qué papel desem
peñaron los aborígenes en esto?
244 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Hacia la emancipación
¿Qué nuevas ideas empiezan a llegar Revolución.
a América? Cambio.
¿Quiénes discutían y sobre qué? ¿Qué Permanencia.
cambios producen estas ideas? ¿A Fisiocracia.
quiénes beneficiaban y a quiénes per Liberalismo.
judicaban estos cambios? Ideología.
¿Qué grandes cambios se producen
en Europa a fines del siglo XVIII?
¿Cómo se relacionan entre sí? ¿Cómo
se transforma la vida cotidiana a partir
de estos cambios?
B ibliografía
LA CIUDAD SE ENSEÑA'
Silvia Alderoqui
La c iu d a d en señ ad a
1. Este capítulo está organizado sobre la base del texto B u e n o s A ire s se enseña, material
curricular para docentes de enseñanza primaría, elaborado durante 1991 a través de un
convenio entre la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y la Cámara Argentina de
la Construcción. Son sus autores, además de la autora de este artículo, la socióloga Adriana
Serulnicoff, la ingeniera agrónoma Miriam Kaufman y el arquitecto Roberto Convertí. Dicho
material ha sido difundido desde 1992 en todas las escuelas municipales a través de jomadas
y cursos de capacitación, proyectos de las bibliotecas escolares, investigación didáctica, etc.
Se reproduce con la autorización de la MCBA.
LA CIUDAD SE ENSEÑA
La virtud
Corría el año 1898; hacía 18 años que Buenos Aires era la capital de la
Argentina y necesitaba afianzarse frente al mundo y frente al resto del país.
La ciudad aparecía, en los textos, como el escenario privilegiado del desarro
llo de la modernidad; la vida en el campo como el lugar del atraso. Los alum
nos de 10 años de esa época memorizaban los nombres de todas las capitales
del mundo y aprendían que las ciudades eran poblaciones grandes con mayo
res preeminencias que las villas, compuestas básicamente por edificios, calles,
lujo y habitantes que observaban con esmero los caprichos de la moda. [Sar
miento, libro de lectura de tercer grado, Buenos Aires, 1898, pág. 93.]
El vicio
Durante los años setenta, algunos textos intentaron trabajar sobre los
problemas de la ciudad. Se produjo un salto cualitativo en la información
proporcionada sobre el fenómeno urbano; en algunos casos se basaron en
conceptos y afirmaciones muy polarizadas. Aparecieron temáticas de con
taminación de las grandes ciudades, la aglomeración, el apuro y el vértigo
urbano. Se describía la casa del rico y la del pobre. [Enciclopedia Temática
Cultural, Ceal, Buenos Aires, 1974, tomo 4; Mi país, tu país, Ceal, Buenos
Aires, 1971.] Como la transformación democrática de esa década fue de
LA CIUDAD SE ENSEÑA 153
corta duración, la modificación que se observó en algunos libros nofttO
generalizada. <;m
En uno de los textos que circulaban en el período de los gobiernos no
constitucionales se enfatizaba especialmente que: “Y la ciudad crece verti
cal, hacia el cielo, atrás queda su pasado” [Manual Kapelusz, cuarto grado,
Buenos Aires, 1980]. Este mensaje enunciaba la valoración negativa que se
hacía de la preexistencia urbana y de la identidad barrial. Un valor como el
bienestar parecía oponerse a la conservación de todo lo que no fuera fun
cional. La importancia de la conservación de la preexistencia urbana sólo Se
manifestaba desde la conservación de lo monumental; no desde la identi
dad, no desde lo barrial, no desde los sitios, no desde las personas, no desde
las organizaciones sociales...
Se definía al río como oculto por la grandiosa edificación; a la ciudad
como la llanura que el progreso cubrió de quintas, casas y comercios. [Ma
nual Kapelusz, cuarto grado, 1980].
Los libros proponían itinerarios para ser leídos en clase. La descripción
de la ciudad era estática. Se caracterizaba por propiedades y cualidades.
Se clasificaban los objetos de la ciudad como si fueran figuras geométri
cas. Se propagandizaban las autopistas, los semáforos, los medios de co
municación, los subterráneos, los servicios de recolección de basura y la
responsabilidad de todos en la limpieza de la ciudad. Los lugares desta
cados eran exclusivamente los del centro turístico. [Manual Kapelusz,
cuarto grado, 1982].
Algunos barrios se nombraban y describían. En ellos todavía era posible
vivir con las ventajas de la vida en un campo “bucolizado y también idea
lizado”: reunirse, visitarse, conocerse, jugar en la vereda, vivir “otro tiem
po”, saludarse, etcétera. Las diferencias entre los barrios estaban solamente
señaladas en cuanto a su origen histórico. Palermo y Belgrano eran el sím
bolo de la pujanza: el “modelo” de los barrios [Buenos Aires, cofre de
sorpresas, Kapelusz, 1981.]
El soporte infraestructural —aguas corrientes, suministro de energías,
limpieza y eliminación de residuos— aparecía poco destacado, al final de
los capítulos, con poca cantidad de texto e ilustraciones, con ausencia del
trabajo humano implicado en su planificación, realización y mantenimiento
y, frecuentemente, asociado a los servidores públicos —policías, bomberos,
etcétera—. [Kapelusz, cuarto grado, 1980, pág. 101; Estrada, cuarto grado,
1979; Aprendex, tercer grado, 1972].
Era la época de las erradicaciones de villas de emergencia, de la lim pta*
254 DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Virtudes y vicios
2. El material auricular Buenos Aires se enseña está organizado a partir de cinco capí
tulos de contenidos: 1.- Equilibrio y conservación: elementos físicos y biológicos de la
ciudad; 2.- Interrelación y dependencia: los servicios e infraestructura en la ciudad y el
territorio; 3.- Continuidad y cambio: la evolución de la ciudad; 4.- Variedad y desigualdad:
sociedad y economía en la ciudad; 5.- Conflicto y consenso: la ciudad gobernada y organi
zada. La información está organizada en tres columnas que contienen datos generales sobre
las ciudades, datos específicos sobre la ciudad de Buenos Aires y la Región Metropolitana,
y actividades y sugerencias para trasladar al aula. La organización de los bloques de con
tenido fue realizada sobre la base de ideas sugeridas por el programa “Barcelona a la Escuelá
y Barcelona Funciona”.
LA C IU D A D S E EN SEÑ A
3. Existen experiencias escolares que han “aterrizado” y enseñan la ciudad con “los pies
en la tierra”. Las crónicas de dichas experiencias están archivadas en la biblioteca de la
Dirección de Capacitación, Actualización y Perfeccionamiento Docente de la MCBA y
pueden ser consultadas. Son interesantes las experiencias que se vienen coordinando en los
distritos escolares de recuperación de la memoria, historia e identidad barrial. En algunos
casos, han trabajado de forma coordinada con la Dirección de Relaciones Intersectoriales,
con la Dirección de Turismo, con la Subsecretaría de Medio Ambiente y con el Instituto
Histórico de la Ciudad de Buenos Aires.
LA CIU D A D SE ENSEÑA 263
La ciudad educadora
B iblio grafía
Raquel Gurevich
Perla Zelmanovich
I ntroducción
El caso R ia ch u elo
El ca so R ia chu elo
Mapa I
de los ríos Paraná y Uruguay y otros del sur del país. Los productos trans
portados son arena, carbón, madera, cantos rodados.
3) Causas
¿Qué c o n t e n id o s e n s e ñ a m o s ?
La g e o g r a f ía y l o s p r o b l e m a s d e l a r e a l id a d ,
O ¿POR QUÉ n o : l a r e a l id a d c o m o u n p r o b l e m a ?
Vimos hasta aquí que el enfoque que elegimos para la geografía introdu
ce en el centro de la escena los problemas de la realidad, y que la infor
mación aparece contextuada para posibilitar su explicación, tomándose de
este modo significativa.
Otro aspecto que moviliza esta elección es cómo quedan desdibujadas
muchas de las divisiones clásicas de la geografía, porque los problemas no
respetan los “límites clásicos geográficos”.
Las explicaciones no provienen de las áreas mismas, ya que no puede
entenderse su funcionamiento sin analizar el marco nacional e internacional
en el que se hallan insertas.
I n t e r d is c ip l in a
A proximación didáctica
Mapa II
LAM ATANZA
LA CON TA M INA CIÓN D E L R IACH UELO 281
Personajes
Personaje I: Relato de un vecino de la localidad de Valentín Alsina,
próximo al ex Frigorífico Wilson.
“Esta boca del río fue el primer puerto de Buenos Aires; después se fue
llenando de sedimentos y todo hasta que se cerró la entrada. Esta zona se
abandonó pero igualmente hay algunos muelles que todavía funcionan y
sirven para cargar carbón, arena y cantos rodados.
Hace 40 años que conozco este lugar. Yo me crié en Barracas y siempre
se repite lo mismo.
Este lugar era una vieja curtiembre y hoy está convertida en un taller. A
la noche limpian los barcos y la verdad es que ensucian el río con petróleo
y detergente, quizá más que antes cuando volcaban sangre y restos de
animales.
Mire del otro lado del rio, por esos desagües llegan lo que tiran las
industrias y los líquidos cloacales.
Las dos fábricas vecinas están abandonadas; eran metalúrgicas muy im-
282 DIDÁCTICA D E LAS CIENCIAS SOCIALES
Una vez jugada la situación, en la que los niños encamarán a los perso
najes y discutirán desde sus diferentes posiciones, será necesario que el
docente oriente la recuperación y organización de la información que apa
reció en el relato de los personajes.
El que sigue es un cuadro para ser completado por los niños, que podría
facilitar esta tarea.
Localización
Otros agentes
que aparecen en el relato
Alternativas propuestas
A MODO DE CONCLUSIÓN
Isabelino A. Siede
1972
1974
Beyer, Barry K.: Una nueva estrategia para la enseñanza de las ciencias
sociales; la indagación, Buenos Aires, Paidós, 1974 (primera edición en
inglés: 1971).
1977
1980
1981
1985
1986
1987
1988
Klainer, R., López D. y Piera, V.: Aprender con los chicos; propuesta
para una tafea docente fundada en los derechos humanos, Buenos Aires,
Ediciones del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, 1988.
1989
Cada actividad está compuesta por una guía para el alumno, una red con
ceptual, una nota informativa y comentarios y sugerencias para el docente
(muy interesantes, ya que se centran en el sentido de cada actividad). Además
de las actividades, los dos primeros capítulos del libro plantean algunos de
los problemas y aspectos de la didáctica de las ciencias sociales y la fiin-
damentación de esta propuesta. Las actividades que plantean comprometen
al alumno en la resolución de un problema, a partir de datos reales o ve
rosímiles.
1990
1991
“Nuestro primer propósito era describir la conexión que existe entre las
actividades que tienen lugar en el aula y la asignatura de que se trata.
.Nuestro segundo propósito no era menos importante: comprender de qué
forma reaccionan los estudiantes a la enseñanza”, afirma la autora de esta
investigación presidida por la hipótesis de que “aquello que se enseña de
termina profundamente la actividad docente”. Por este motivo, selecciona
las áreas de matemática y ciencias sociales, que considera divergentes desde
muchos aspectos, y a través del análisis de observaciones de clase en 52
grado, nos permite acercamos a la situación de la escuela norteamericana
desde un punto de vista didáctico.
1992
1993
C o l e c c io n e s p a r a n iñ o s
Quien ha escrito libros para niños sabe que el desafío principal es con
servar la fidelidad a los conceptos de las disciplinas en un texto compren
sible. Esta comunicación, como cualquier otra, implica una deformación,
pero en este caso podemos analizarla como una “transposición didáctica”
(formulación de Yves Chevallard, originalmente para la enseñanza de la
matemática). En las ciencias sociales esa transposición sigue siendo en gran
parte intuitiva, a la vez que son pocos quienes se arriesgan a ella. Quizá por
eso hay menos material que el que uno quisiera encontrar en las librerías.
He aquí una muestra de las series más recomendables.