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DISCURSO SOBRE LA

CONFORMIDAD DE LA
FE CON LA RAZÓN (PP.
50-64) Grupo 3:
Mahens Chanzy Mondésir
Junior Javier Crisóstomo
Ana Isabel Hernández
Carlos Misael Pomales
57-Debilidad de la mente humana para cumplir plenamente con todos
los requisitos de un filósofo:

El señor Bayle tiene razón al decir “que quienes afirman que, en la conducta de
Dios, respecto al pecado y sus consecuencias, no hay nada de lo que no
puedan dar una razón. Según Leibniz, no hay por qué juntar aquí dos cosas
muy diferentes, que son: dar razón a algo y sostenerlo contra las objeciones
que se hacen; y esto es lo que él mismo hace cuando añade: “Están obligados a
seguir al adversario adonde quiera llevarlo; retrocederían avergonzados y
suplicarían clemencia si admitieran que nuestras mentes son demasiado
débiles para satisfacer plenamente todas las exigencias de un filósofo. (P.50)
58: M. Bayle: Lo que significa dar razón de una cosa

Dar razón de una cosa es menos que responder a las objeciones, porque impone
a quien emprende la primera la obligación de avanzar hacia la segunda. (p.50)
Dos ejemplos según Leibniz
-un sustentante no está obligado a dar razón de su tesis, pero está obligado a
satisfacer las objeciones del contrincante.
-El demandado a juicio no está obligado a probar su derecho ni a presentar el
título de su posesión, pero sí lo está a responder a las razones del demandante.

A Leibniz le sorprendió cien veces al ver que un autor tan serio, tan preciso y
perspicaz como M. Bayle, mezcla repetidamente cosas entre las que hay tanta
diferencia, es decir, los tres actos de la razón que consisten en: comprender,
probar y contestar objeciones.
Análisis del filósofo Leibniz sobre el principio que inculcó Bayle

“No hay principio que M. Bayle haya inculcado tanto como éste: la
incomprensibilidad de un dogma y la insolubilidad de las objeciones
que se hacen al mismo, no son razones legítimas para rechazarlo.”
Pase con respecto a la incomprensibilidad, pero no está en el mismo
caso la insolubilidad. Porque vale tanto como si se dijera que una
razón invencible que se aduce contra una tesis, no es una razón
legítima para rechazarla.
59: Prueba una cosa a priori
El que prueba una cosa a priori, da razón de ella por la causa
eficiente; y el que puede dar tales razones de una manera exacta y
suficiente, está igualmente en estado de comprender la cosa.
-Los teólogos escolásticos censuraron a Raymundo Lulio por haber
intentado demostrar la Trinidad por la filosofía.
-Se censurará y reprenderá a los que pretendan dar razón de este
misterio tratando de hacerlo comprensible, pero se alabará a los que
trabajen por mantenerle contra las objeciones de los adversarios.
Límite de la razón
60: Leibniz presenta que los teólogos distinguen generalmente lo
que es superior a la razón y lo que es contrario a ella. Ponen por
encima de la razón lo que no puede comprenderse, y de que no se
puede dar razón. Pero será contraria a la razón toda opinión que
resulte combatida por argumentos invencibles, o bien cuando la
contradictoria puede probarse de una manera precisa y firme.
Reconocen, por lo tanto, que los misterios son superiores a la razón,
pero no conceden que sean contrarios a ella.
61: Una crítica contra Bayle (los misterios)
Bayle explica este punto de una manera que no satisface. Reconoce que
nuestros misterios son conformes a la razón suprema y universal que
reside en el entendimiento divino o a la razón en general; sin embargo,
niega que parezcan conformes a esta porción de razón de que el
hombre se sirve para, juzgar las cosas, pero como esta porción de razón
que poseemos es un don de Dios, y consiste en la luz natural que nos ha
quedado en medio de la corrupción, ella es conforme con el todo, y sólo
difiere de la que se da en Dios, a la manera que una gota de agua difiere
del Océano, o más bien, como lo finito difiere del infinito. Y así, los
misterios pueden ser superiores a ella, pero no contrarios.
La razón no constituye una amenaza para los
misterios

Lo que en nosotros es contrario a los misterios, no es


la razón, ni la luz natural, ni el encadenamiento de las
verdades; sino que es corrupción, error o
preocupación, tinieblas.
La razón contribuye al proceso del
discernimiento

62: La recta razón es un encadenamiento de verdades;


mientras que la razón pervertida está mezclada de
prejuicios y de pasiones. Para discernir la una de la otra,
basta proceder con orden, no admitir ninguna tesis sin
prueba y no admitir ninguna prueba que no esté aducida
en debida forma según las reglas más vulgares de la lógica.
No ha necesidad de otro criterio ni de otro juez en asuntos
de razón.
63:Lo que M. Bayle manifiesta sobre la distinción de que se trata entre las cosas que son
superiores a la razón y las que son contrarias a ella.

Leibniz plantea que se ha deslizado un equívoco en la famosa distinción que se hace entre las cosas que son
superiores a la razón y las que son contrarias a ella. Los misterios del
Evangelio son superiores, suele decirse, pero no contrarios a la razón.

Cree que no se da a la palabra razón el mismo sentido en la primera parte de este axioma que en la segunda; y que
se entiende, en aquélla, la razón del hombre o la razón in concreto, y en la segunda, la razón general o la razón in
abstracto.

Suponiendo que se entienda siempre la razón en general o la razón suprema, la razón universal que se da en Dios,
es igualmente cierto que los misterios evangélicos no son superiores a la razón, y que no son contrarios a la razón.
Pero si se entiende en ambas partes del axioma la razón humana. Leibniz no llega a ver ciertamente la solidez de la
distinción, porque los más ortodoxos confiesan que no conocemos la conformidad de los misterios con las
máximas de la filosofía. Así nos parece que no son conformes con nuestra razón.

Lo que nos parece que no es conforme con nuestra razón, lo creernos contrario a ella; en la misma forma que lo
que no nos parece conforme con la verdad, lo creemos contrario a la misma.
¿por qué entonces no ha de poder decirse de igual modo, que los misterios son contra
nuestra débil razón y que están por encima del frágil razonamiento humano?

Leibniz, la razón es el encadenamiento de las verdades que conocemos por la luz


natural, y en este sentido el axioma recibido es verdadero, sin que contenga
ningún equívoco. Los misterios son superiores a nuestra razón, porque contienen
verdades que no están comprendidas en este encadenamiento; pero no son
contrarias a nuestra razón, ni contradicen ninguna de las verdades a que este
encadenamiento puede conducirnos. No se trata, por lo tanto, aquí de la razón
universal que reside en Dios, sino de la nuestra. Y con respecto a la cuestión de si
conocemos la conformidad de los misterios con nuestra razón, según Leibniz por lo
menos, jamás conocemos que haya disconformidad ni oposición alguna entre los
misterios y la razón; y cómo podemos siempre salvar esta supuesta oposición, si se
llama a esto conciliar o concordar la fe con la razón, o conocer la conformidad
entre ellas, es preciso decir que podemos conocer esta conformidad y este
acuerdo. Mas si la conformidad consiste en una explicación racional del cómo, no
podremos nosotros conocerla.
§ 64
Objeción de M. Bayle
La verdad, es superior y contraria al No hay disconformidad ni oposición
entre los misterios y la razón
débil testimonio de nuestra vista.
natural.

Leibniz: “muchas veces la representación de


nuestros sentidos son contrarios a la verdad, no
pasa así con la facultad de razonar”.

El razonamiento exacto es un encadenamiento de


verdades.
§ 66 Sentidos externos e interno
Cuando el entendimiento emplea y sigue la falsa determinación del sentido interno, se engaña a causa del juicio
que forma del efecto de las apariencias.

Es perdonable: Es una falta:


es perdonable e inevitable cuando Si hay suficiente tiempo para
hay que obrar con prontitud y se razonar y tomamos por cierto
escoge lo aparente. lo que no es así.

Aunque las apariencias muchas veces son contrarias a la verdad, el razonamiento no es así:

Si por razón se entiende la facultad de razonar bien o mal... y que las apariencias de nuestro
entendimiento son muchas veces tan engañosas como las de los sentidos.

pero aquí se trata del encadenamiento de las verdades y de las objeciones hechas en
debida forma, y en este sentido es imposible que la razón nos engañe.
§ 66 y 67
Insolubilidad

-Superioridad del dogma ante la razón Leibniz: Admite que no se puedan comprender,
Siendo así, la filosofía no podría: pero si explicar.
Explicarlo Aunque son difíciles de entender, aún
comprenderlo pueden ser comunicados y comprendidos en
ni responder a las dificultades cierta medida a través de la palabra (el
que se le opongan lenguaje).

Otra objeción: donde afirma que la injusticia aparente de Dios se prueba por argumentos, tomados
de la suerte adversa de los hombres de bien y de la prosperidad de los malos.

La palabra del Evangelio disipa esta dificultad, al decirnos que hay esa otra vida en la
que el que no ha sido castigado o recompensado en ésta lo será allí irremisiblemente.
§ 68 y 69
M. Bayle se basa en Descartes, el cual dice que:
Que nuestra mente finita, tiene la suficiente inteligencia para conocer clara y
distintamente que la ciencia y el poder se dan en Dios, pero no podemos comprender
su extensión ni cómo estos atributos dejan las acciones de los hombres enteramente
libres e indeterminadas.

-Aunque nuestro espíritu sea finito y no pueda comprender lo infinito, no deja por eso
de haber demostraciones sobre lo infinito.

Reconoce la finitud del entendimiento humano, pero no ve esto como una barrera
insuperable para comprender la verdad.

La incapacidad de comprender completamente la extensión de la sabiduría y el


poder de Dios no debería impedirnos comprender aspectos esenciales de la
verdad.
§ 70
Idea de la divisibilidad infinita de la materia
Descartes. reconoce la dificultad de responder a las objeciones sobre la
división infinita de la materia, pero aún así la considera verdadera.

Se plantea la objeción de que, dado que la línea se divide continuamente, debe


haber una última mitad

Leibniz argumenta que no hay necesidad de postular una última mitad, ya que
la división puede continuar indefinidamente sin llegar a un punto final.

Hay conformidad la
divisibilidad infinita de la
materia con la razón.
MANIQUEOS
“...puesto que él mismo ha reconocido que
la luz natural depone en pro de la unidad
del principio contra los maniqueos, y que la
bondad de Dios es probada
invenciblemente por la razón.” §71
PENETR AR E L
MIST ER IO...
§72 “Nosotros podemos llegar a alcanzar lo
que está por encima de nosotros, no para
penetrarlo, sino para sostenerlo; al modo
que podemos llegar al cielo con la vista y no
con el tacto”
IDEA DE ALGO
§73 Pero si el actuante, por pura
complacencia, o por abreviar, o porque
se considera fuerte, quisiera tomar a su
cargo mostrar la equivocación oculta
en la objeción y desvanecerla haciendo
alguna distinción, ninguna necesidad
hay de que ésta conduzca a algo que
sea más claro que la primera tesis,
puesto que el actuante no está
obligado a aclarar el misterio mismo.
Refutar la objeción
§74No es necesario
comprender completamente
toda la respuesta, ya que el
objetivo no es aclarar el
misterio en sí mismo, sino
refutar la objeción
planteada.
Objetivos
§75 El objetivo principal de la
disputa es examinar si una tesis es
consistente con los principios §76 es legítimo para alguien
acordados y si las premisas y que sostiene una verdad
conclusiones son verdaderas y misteriosa admitir que es
están correctamente deducidas. incomprensible.
§77 Fe y Razón

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y espero haber hecho ver claramente la alucinación que ha
padecido este hombre excelente.

Para probar que se ha hallado el acuerdo entre la razón y la

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religión, es preciso demostrar, no sólo que hay máximas
filosóficas que son favorables a nuestra fe, sino también que
las máximas particulares con que se nos arguye por no ser
conformes con nuestro catecismo, lo son efectivamente de
una manera que se conciba distintamente.”
La estrategia de
defensa
Para Leibniz, la ´presunción favorece
la posibilidad. El onus probandi cae
sobre quien niega esa posibilidad. “QUI
Para afirmar que algo es imposible, se DLIB
AUT ET
debe dar una prueba de que ese algo es EM
POS
SIBI
inherentemente contradictorio. Por PRAE LE
SUM
lo tanto, aquel que defiende una ITUR
DON ,
E C
tesis no tiene que probarla, CON
TRA
RIU
simplemente debe responder a las PRO
BET M
UR”
objeciones que se le hacen.
IMPROBABILIDAD IMPOSIBILIDAD ≠
(§79)
“Pero cuando la objeción sólo se funda en apariencias o en casos que
suceden frecuentemente, y el que la hace quiere deducir de ellos
una conclusión universal y cierta, el que sostiene el misterio
puede responder alegando la mera posibilidad...” (p. 60, §79)

Siempre y cuando la imposibilidad de un misterio no


haya sido probada, estamos justificados en considerar
como verdadero aquello que ha sido revelado.
LA RAZÓN Y LAS
OBJECIONES (§80)
Cuando las objeciones
prueban que una tesis es
falsa, esto ha de ser visto
como algo positivo. Surge
una nueva tesis más fuerte.

Es un paso hacia adelante en


el camino de la verdad, la
cual es el objetivo tanto de
la fe como de la razón.
“...es preciso ver en esto las señales
de la fuerza del espíritu humano,
que permite a éste penetrar en el
interior de las cosas. Son nuevos
caminos y, por decirlo así, rayos de
la aurora que nos prometen una luz
más grande.” (§81)
La razón y las
apariencias

g u r o s , en Leibniz recalca que


an d o se
“Así, est es , sólo debemos negar
o s tr a c io n
virtud de dem i c i a los aspectos de la
d e l a ju s t
de la bondad y las razón que nos hacen
d e sp r ec ia m o s
de Dios, de juzgar por las
d e d u r e z a y
apariencias apariencias en vez de
injusticia que conducirnos hacia un
m pl a m o s en e s ta
conte a conocimiento real y
e d e s u r e in o
pequeña part profundo.
u n as d e n u e s t ras
que alg
miradas.” (§82)
¿ES NECESARIO EXPLICAR CÓMO
FUNCIONAN LOS MISTERIOS? (§85-87)
Para Leibniz, no. Comprender el cómo de un
misterio no es necesario para sustentarlo.
Basta con responder a las objeciones que se le
hacen. Esto no significa que no se pueda dar
solución o respuesta a la interrogante de los
misterios, aunque esto tal vez sólo pueda
suceder en el reino de los cielos.

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