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Barroco
Barroco
Es el arte que se produce desde finales del siglo XVI. El arte como una consecuencia de
vida y de pensamiento, como el hombre se proyecta en la sociedad. Para entender el
barroco es fundamental saber que nace en Italia, concretamente en Roma, gracias a la
iglesia católica, expandiéndose así por la península italiana y posteriormente en distintos
países.
Las obras deben cumplir una misión, el que empieza fundamentalmente es Roma.
Roma
Van a convertir a Roma a una ciudad de iglesia católica, todo tiene un significado
religioso. Por primera vez se interviene urbanísticamente en Roma, entendiéndola
como un todo, intentan unir las basílicas con un trazado claro. Las vías deben ser rectas
sin grandes subidas y bajadas, para que los peregrinos no se cansen, deben ser anchas
para que crucen los carros y los viandantes. Roma era un ciudad cerrada por las
murallas aurelianas (Marco Aurelio) lo que afecta las condiciones humanas. Sixto V
manda derribar la muralla para prolongar las vías principales y regala terrenos a quienes
van a vivir en el terreno que estaba fuera de las murallas antes de ser derribadas, incluso
les exime de impuestos a estos durante un periodo de años. Restaura acueductos de
época clásica, además realiza unas nuevas para ampliar la ciudad, es un concepto de
ciudad moderna. Se tiene en cuenta las medidas, las formas e incluso que no se pierda el
peregrino, así se recoloca obeliscos que no son adornos, son puntos locales de
localización.
Sixto V era un franciscano, no pertenecía a la elite de los farneses, en solo 5 años de
papado, proyectó estas ideas, que luego se desarrollaron en el siglo XVII. Pretende una
ciudad con sentido escenográfico e ideológico, con un trazado unificado e itinerario de
peregrinación, considerando a la ciudad como un todo. Realiza el proyecto de
planificación de espacios, en donde los edificios pierden individualidad a favor de un
sistema superior: la ciudad. Roma se convierte en una ciudad abierta, dinámica que se
expresa en grandes vías de tránsito, buscando la facilidad de comunicación.
Por otra parte cabe destacar las causas político-religiosas: Buscaban destacar la
importancia de las basílicas con la idea del antiguo cristianismo, deseo de volver a las
fuentes del cristianismo. La estructura variada basada en la unión de las 7 basílicas
principales para favorecer el recorrido de los
peregrinos. Así toda Roma se convierte en
único templo.
Fontana dell’ Acqua Paola. Muchas veces conocida como fuente de Gianicolo,
patrocinada por el Papa Pablo V Borghese. Fuentes en donde los diseños conmemoran
lo clásico con un agua que cae sobre cinco arcos de mármol, el agua proveniente del
lago Bracciano, un elemento naturalista y dinámico, diseñada con columnas romanas
extraídas del foro. Es un ejemplo de las fuentes, aunque esta se caracteriza por la
simplicidad de los ornamentos, tan solo unas insignias sostenidas por un par de ángeles,
colocadas sobre emblemas de la casa de Borghese, familia que pertenecía al pontífice.
Fontana della Barcacccia. Una de las primeras fuentes constructivas, una barca en
donde se juega con el dinamismo del agua. Es una célebre
fuente de Roma de estilo barroco, que se encuentra situada
en plaza de España, al pie de las escalinatas de la Trinità dei
Monti. La obra fue encargada por el papa Urbano VIII a
Pietro Bernini.
Fontana delle Quatro Fiumi (cuatro ríos). Cuatro esculturas, con espacios calados
entre una y otras. Fue encargada por el papa Inocencio X a Gian Lorenzo Bernini, su
construcción se realizó entre 1648 y 1651. Representa los cuatro grandes ríos del mundo
conocido por entonces, Nilo (África), Ganges (Asia), Danubio (Europa) y Río de la
Plata (América). La fuente se encuentra coronada por el obelisco de Domiciano de 17,6
metros de altura, que este emperador mandó construir en Egipto.
Fontana de Trevi. Nicola Savi. Aparece Neptuno sobre su concha tirada por el
caballo marino. Es una fuente monumental que cumple una de las funciones.
Posiblemente una de las fuentes más célebres que existan, constituye también una de las
expresiones más afortunadas de esa tendencia de la arquitectura romana de los años
treinta del siglo XVIII marcada por un declarado clasicismo, a medio camino entre el
rigorismo y la crítica al barroco. Aunque Salvi podía conocer anteriores propuestas de
Bernini y Cortona para vincular una fuente y un palacio, a la relación entre arquitectura
y naturaleza añade una cita antigua como es la del arco de triunfo central, tan próximo
al de Constantino.
Iglesia del Gesu. El edificio barroco fundamental es la iglesia, esta es la primera iglesia
que construyen los jesuitas, orden fundada por San Ignacio de Loyola. La primera
iglesia jesuita que se construyó en Roma. Decorada de forma profusa y opulenta a partir
del siglo XVII, en la actualidad constituye uno de los ejemplos más destacados del arte
barroco romano. Se construye un templo de nueva planta, una iglesia que puede facilitar
ese programa. Lo diseña Vignola. Una iglesia muy del tipo XVI, lo jesuitas con su
primera iglesia van a realizar sus características.
La planta de cruz latina, con un espacio para la propaganda: una difusión del dogma,
para la predicación. Tiene un carácter congregacional y un espacio concentrado. Sentido
longitudinal de acercamiento al altar, es lo que impulsaba San Carlos Borromeo. Va a
servir de modelo para la mayoría de las iglesias barroca, no solo jesuitas. Un espacio de
congregación, el barroco quiere que sea un espacio unitario, solo aquellas que puedan
seguir sin problemas las ceremonias en el altar. La cúpula se convierte en el principal
foco de iluminación para ese interior y que potencia el altar mayor. Aunque sea una
planta de cruz latina el brazo del crucero no tiene apenas profundidad. Es muy
importante el uso de la luz, las capillas laterales que son para la oración privada es un
espacio, pero el que cuenta para la ceremonia religiosa es la central. La gran creación de
Vignola en el campo de la arquitectura religiosa fue la iglesia del Gesú, de Roma. El
tercer general de la Compañía, San Francisco de Borja, solicitó a Vignola una iglesia
que se adaptara a los propósitos de la orden, especialmente un amplio salón que sin
obstáculos columnarios permitiera la visión absoluta del altar, y que éste recibiera la
mayor claridad para lucimiento de las ceremonias litúrgicas y visibilidad del púlpito
para la predicación de los ejercicios espirituales; en cambio, en los costados de la nave
se pedían capillas en penumbra para la práctica de la confesión. El templo no presenta
naves laterales, sino pequeñas capillas que logran que la congregación se mantenga
frente al altar mayor. En una de las capillas se puede contemplar la Madonna della
Strada, (Virgen de la Calle), una imagen del siglo XV que originariamente se
encontraba en la fachada de Santa María della Strada, iglesia que anteriormente estuvo
situada en el mismo lugar. Una de las alas del templo acoge la Capilla de San Ignacio
de Loyola, una de las maravillas del arte románico barroco. En ella se encuentra la
sepultura del santo decorada con plata, oro, bronce, mármol y algunos minerales
especiales. A la derecha del transepto se encuentra el Altar de San Francisco Javier,
uno de los monjes que junto con San Ignacio de Loyola fundó la Compañía de Jesús. En
el altar se guarda un relicario de plata en el que se conserva el antebrazo derecho del
santo.
Una fachada en dos cuerpos, lo que hace Vignola
es inspirarse en la fachada de Alberti, la fachada
de dos cuerpos remata por frontón, unificando los
dos desarrollos con volutas descendentes. . No hay
una relación exterior-interior, aunque en el interior
vuelve a aparecer los elementos ornamentales, un
espacio para una vivencia religiosa, de tal manera
que el infiel luche contra los protestantes.
Iglesia de Santa Susana. Es del siglo XVI, muy maciza, muy compacta. Es el mismo
prototipo que la Iglesia de Gesu, la presencia de hornacinas con esculturas, el uso
plástico para crear una alternativa en las pilastras. Maderno es importante, es quien
acaba la basílica de San Pedro, realiza la fachada y prolonga el brazo, creando un
espacio para la ceremonia en el vaticano, buscando vincular ese interior con la idea de la
iglesia. Una iglesia de nave única con capillas laterales. Para lograr que se integre la
fachada con el interior, elige plantearla sobre la base de la tipología jesuítica, es decir,
con un cuerpo inferior más ancho y uno superior bastante más estrecho y también más
alto, empleando un ático intermedio para que haga de nexo de unión, y rematando todo
el conjunto con un frontón triangular. El modelo
para esto es la iglesia jesuítica de Il Gesú,
también en Roma, y que era la sede principal de
la Compañía en la capital italiana. Una iglesia
que a su vez se había inspirado en la fachada de
Santa María Novella de Florencia, una fachada
renacentista que el arquitecto Leon Battista
Alberti construyó a finales del siglo XV. Sin
embargo, Carlo Maderno es un artista de su
época, un momento en el que el arte ha evolucionado desde las formas renacentistas
hacia el Manierismo y va camino de establecer las bases del Barroco. Además busca
una fachada mucho más plástica, potenciando efectos de claroscuro, como en el frontón
o con las esculturas que ocupan las diferentes hornacinas de la fachada. De hecho,
algunos historiadores dicen que está aplicando efectos pictóricos a la arquitectura,
teniendo como ejemplo las obras de Caravaggio. Y por último, la mayor novedad
respecto a construcciones precedentes es el enorme acento e importancia que pone el
arquitecto a la hora de diseñar la puerta central, flanqueada por columnas y con su
propio frontón triangular, convirtiéndola en el verdadero eje de toda la fachada.
Bernini.
El gran maestro del barroco, uno de los artistas que en el siglo XVII continúa ese
contexto unitario de la creación italiana, el concepto de artista que se manifiesta en
todas las artes.
Hijo de escultor Pietro Bernini, arquitecto, escultor y pintor. Estuvo protegido por los
papas, salvo problemas con Inocencio X. trabajó para Urbano VIII, Inocencio X y
Alejandro VII. Sus clientes eran los papas, altos dignatarios y familiares nobles. Sus
obras son fundamentalmente religiosas. Junto a él está Borromini con un planteamiento
distinto en la arquitectura, para Bernini tiene un componente clásico, mientras que para
Borromini tiene una necesidad de monumentalidad y renovación. Son como dos
tendencias arquitectónicas.
A partir de los años 30, se dedica a la decoración interior del vaticano, tiene una
vinculación con el templo. Trabaja para Urbano VII y Alejandro VII. Utiliza mármol y
bronce y con figuras representado la caridad y la justicia. Ambas tumbas. Alejandro
aparece en oración, dos figuras en mármol aludiendo a sus virtudes.
Sant Andea el Quirinal. Realizado para el noviciado de los jesuitas. La planta es oval,
no tienen ninguna relación del interior con el exterior, ya que la fachada quiere definir el
significado de la ciudad. Dos muros laterales, jardines en donde había residencia. La
planta oval no es que sea una novedad en el barroco, lo que es característico de Bernini
es que él concibe el espacio a partir de un concepto expansivo, busca en su diseño que la
relación del exportador con el espacio sea siempre una relación de amplitud. Hay un
rompimiento de gloria con los ángeles, abre una ventana para que la luz se incorpore al
efecto de la obra. El resto del alzado no tiene una
decoración especial, solo el
diseño arquitectónico hasta la
cornisa, de la cornisa para
arriba sí, está una figura de
San Andrés recibido por los
ángeles, una decoración unida
al templo.
La plaza ovalada tiene como eje central un obelisco egipcio, ya situado en el centro de
la antigua plaza en 1586 por el papa Sixto V en memoria al martirio de San Pedro, y que
Bernini respetó situándolo en el centro de la plaza por él diseñada. Este obelisco se ve
flanqueado de manera simétrica por dos fuentes.
La plaza de San Pedro del Vaticano debía de cumplir dos funciones claramente
diferenciadas: una civil y práctica y otra más simbólica. Respecto a la primera, la plaza
debía de servir para acoger la concentración de grandes masas de fieles, permitir la
celebración de celebraciones litúrgicas como la bendición Urbi et Orbe o la procesión
del Corpus Christi y delimitar el espacio del Vaticano del resto de edificios de la ciudad
dándole mayor protagonismo.
Por otro lado, la plaza debía convertirse en una metáfora de la propia Iglesia Católica.
Los dos brazos elípticos diseñados por Bernini simbolizan los brazos abiertos de la
Iglesia que acoge en su seno tal y como describe el propio Bernini
En conclusión el deseo de los papas de convertir a Roma en una ciudad digna de ser la
capital del catolicismo llevó a una ingente labor de remodelación urbana para
transformar la ciudad medieval abriendo avenidas y construyendo plazas con
monumentales fuentes y palacios.
Scala Regia. Una gran escalera en paralelo a la basílica, realizado para que los papas
tengan acceso desde sus habitaciones hasta la basílica. Intenta crear una sensación
óptica de mayor profundidad de lo que realmente tiene la escalera. Abocina la escalera,
es un juego óptico muy característico de Bernini.
Le propone a Luis XIV una serie de
bocetos para el Louvre, pero ninguna le
gusta a Luis, ya que la tradición francesa
era muy distinta a la italiana.
Borromini
Su estilo arquitectónico es una oposición con lo que había hecho Bernini, para él, lo
importante es la presencia religiosa, como trabaja para unos clientes de menor poder
adquisitivo, maneja material pobres como ladrillo, un material muy dúctil. Cree que el
arquitecto debe dar belleza a los materiales.
La iglesia de San Carlo alle Quatro. Es un espacio muy regular como trapezoidal, es
una iglesia no muy grande, muy reducida por el presupuesto y una voluntad de
austeridad en esta orden. Un conjunto con el cual Borromini empieza y acaba su vida
artística. En el claustro de acceso hay una voluntad de reducir el espacio, coloca una
galería porticada, coloca los arcos entre dinteles. Movimiento y ruptura con la norma.
Una de la ruptura es la planta, el espacio oval cubierto por una cúpula oval, insertando
pechinas de tránsito. No es una planta oval estricta. Decora la bóveda con cruces de
brazos iguales y con unos espacios poligonales como símbolo de eternidad.
La fachada es lo último que va a hacer, juega con los entrantes y salientes. El ladrillo le
da tonalidad con un juego mucho más fácil, la novedad en el frontón mistilíneo.
Caravaggio.
En su segunda etapa pinta cuadros de altar, cuadros grandes. 3 cuadros para la iglesia
de san Luis de los franceses (Roma).
Martirio de San Mateo. San mateo que era un recaudador estaba contando las monedas
y entra Jesús y le llama. Esos gestos cotidianos para que el fiel lo entienda y se
identifica. En este caso son nada menos que trece los personajes
los que aparecen en el lienzo, todos ellos en diferentes posturas
y expresiones. La escena tuvo lugar, según las Escrituras, en un
templo de cuya piscina se salía regenerado. La escena está
compuesta desde el impactante grupo central donde el santo ha
caído herido y lleno de sangre ante su verdugo. Todos los
personajes que rodean la escena parecen haber sufrido la onda expansiva y se alejan en
diferentes posturas desordenadas del verdugo y la víctima. Entre los personajes que se
apartan destacan dos en particular: uno es el muchacho con el rostro distorsionado por el
horror, articulando ese grito espantoso que podemos apreciar
en el Holofernes decapitado por Judit, en Isaac a punto de
morir a manos de su padre o en la Medusa, cuya cabeza aún
mana sangre. La escena, llena de agitación, posee intensos
matices de crueldad, traducidos en el desorden provocado en
los asistentes al martirio, las luces y sombras llenas de humos
sombríos. Pero la mayor nota de crueldad la da el verdugo,
que con su gesto sujeta y doblega la mano del santo caído para impedirle recoger la
palma símbolo del martirio que un ángel viene a entregarle.
San Mateo y el ángel. Caravaggio entregó con gran brevedad un precioso cuadro con
San Mateo guiado y sostenido por un ángel niño. La composición de este primer lienzo
era extremadamente interesante, puesto que el santo aparecía como un hombre de baja
condición, pobre, tosco, sucio, sin ningún elemento aparente de santidad. Se le suponía
analfabeto, por lo que es el ángel quien le sostiene el libro de las Escrituras y guía su
mano para escribir el Evangelio. El asunto se juzgó completamente indecoroso y las
autoridades eclesiásticas se negaron a exhibir un cuadro que mostraba a San Mateo
como un ignorante pueblerino. Caravaggio rehízo la composición inmediatamente y
antes de que finalizara 1602 entregó la obra que ahora contemplamos, mucho más
convencional. El santo mantiene los pies descalzos y sucios, pero su pose es algo más
digna: se limita a escuchar la
inspiración divina, eso sí, en una pose
extremadamente inestable sobre un
banco que bascula peligrosamente al
borde del lienzo. El ángel le dicta los
hechos que habrá de escribir,
enumerándolos cuidadosamente. La
primera versión fue destruida en los
bombardeos sobre Alemania de la II
Guerra Mundial.
Conversión de San Pablo. El joven aún llamado Saulo era un soldado arrogante
perseguidor de los cristianos. Un mediodía, de camino a otra ciudad, fue derribado del
caballo por una poderosa luz, al tiempo que la voz de Dios le preguntaba "Saulo, ¿por
qué me persigues?". Saulo quedó ciego varios días y milagrosamente recuperó la vista
con los cuidados de la comunidad cristiana. Se convirtió y adoptó el nombre de Pablo.
Caravaggio nos cuenta esta historia de una manera completamente diferente, bajo la
apariencia de lo trivial hasta el punto de ser tremendamente criticado: en primer lugar,
la escena parece tener lugar en un establo, dadas las asfixiantes dimensiones del marco.
El caballo es un percherón robusto y zafio, inadecuado para el joven soldado que se
supone era Saulo. Y para rematar las paradojas, el ambiente es nocturno y no el del
mediodía descrito en los escritos de San Pablo.
Crucifixión de San Pedro. Caravaggio ha conseguido reducir
en esta pintura todos los elementos a los mínimos
imprescindibles: sólo cuatro personajes, la luz está reducida a
un único foco lateral, no hay espacio, ni paisaje, ni otros
espectadores excepto nosotros mismos. La pintura está
realizada como pala de altar de la capilla Cerasi en Santa
María del Popolo. El óleo aparece en alto, sobre nuestras
cabezas, a tamaño natural y emergiendo con gran potencia del
fondo en semipenumbra de la capilla. Este ambiente dota de
gran fuerza expresiva a los personajes de la escena, que se
aparecen con presencia casi real. San Pedro fue martirizado mediante la crucifixión,
pero el apóstol solicitó a sus verdugos que no le dieran martirio de la misma manera que
a Cristo, puesto que no creía merecer ese honor.
La muerte de la virgen.
Es otro ejemplo de la renovación de los conceptos pictóricos a inicios del siglo XVII: la
obra es un compendio de las aspiraciones naturalistas nacidas de la Contrarreforma. La
tela fue ejecutada para la capilla Laerte Cherubini de la iglesia romana de Santa Maria
della Scala; pero, los carmelitas se escandalizaron ante la crudeza con la que el pintor
había tratado a los personajes, en especial el de la Virgen, que se decía que el cuerpo de
una mujer ahogada en el Tíber le había servido de modelo. El cuadro fue retirado de la
capilla.
Caravaggio ha despojado el tema del aparato mayestático que
caracterizó las representaciones evangélicas de épocas
anteriores. Los apóstoles y la Virgen - que son los mismos que
los de La Madonna dei palafrenieri- son personajes del pueblo,
tomados del natural en el estudio, siguiendo el procedimiento
habitual de someterlos a una iluminación efectista -tenebrista-
por medio de linternas. Pretende transcribir la emoción que un
grupo de humanos siente por la muerte de un ser querido. Este
concepto, demasiado avanzado para aquella época, concuerda
con el de artistas de la Reforma protestante, entre ellos a
Rembrandt, para quien también el tema evangélico tenía que
quedar desposeído de todo lastre de irrealidad.