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Derecho Procesal Penal I

“Prácticas de Campo”

Integrantes:
- Ibáñez Morales, Luis Fernando ( N00253779 )
- De La Cruz Villa, Mel Raul ( N00286408 )
- Palacios Racho, Nazario ( N00301593 )
- Tejada Profuentes, Arturo Andrés ( N00244087 )
- Torres Santamaría, Nicoll Valeria ( N00345492 )

Profesor:
- Meza H., Jhover W.

Lima – Perú
2024
PRÁCTICA DE CAMPO
05

Indicación: Elabore un informe donde desarrolle el concepto,


alcance, origen y consecuencias para el proceso de algún
principio del proceso penal. Pueden ser de los principios que
recoge el título preliminar del CPP2004, como de los principios
que recoge la doctrina y jurisprudencia.
Informe sobre el Principio de Oralidad en el Sistema Judicial

1. Introducción

El principio de oralidad es un componente fundamental del sistema judicial, que ha


evolucionado a lo largo del tiempo para garantizar una comunicación efectiva y
transparente entre las partes involucradas en un proceso legal. En este informe, se
analizará el concepto, origen y alcances de la oralidad en el contexto del sistema
judicial, así como su importancia en el desarrollo de un juicio justo y transparente.

2. Concepto de Oralidad

La oralidad en el contexto legal se define como un principio que establece que en los
actos procesales predomina la comunicación hablada sobre la escrita, facilitando la
expresión y comunicación entre los diferentes sujetos que intervienen en el proceso.
Según Montero Aroca, la oralidad es un principio que enfatiza la comunicación verbal
como medio de expresión y comunicación. Ana Caldero Sumarriva la define como un
principio que fundamenta la toma de decisiones judiciales en el material probatorio
presentado oralmente durante el debate. Además, Víctor Cubas Villanueva la describe
como una característica inherente al Juicio Oral, donde los actos jurídicos procesales se
realizan principalmente utilizando la palabra hablada. En resumen, la oralidad
constituye tanto un principio como un instrumento facilitador que garantiza la
mediación, la contradicción y la publicidad procesal.

3. Origen de la Oralidad

La oralidad en el sistema judicial tiene sus raíces en épocas antiguas, particularmente


durante el período del Imperio Romano, donde la administración de justicia se llevaba a
cabo principalmente de forma oral. En aquellos tiempos, el proceso judicial se
simplificaba considerablemente: el ofendido o demandante tenía la responsabilidad de
citar directamente al agresor o demandado, y ambas partes se reunían frente a una
asamblea de senadores, quienes escuchaban las argumentaciones del caso y luego
deliberaban, todo en una única audiencia. Este enfoque procesal se caracterizaba por su
oralidad predominante, donde las pruebas se presentaban no tanto para convencer a los
asambleístas, sino más bien para enfrentar al adversario (Mixán Mass, F).

Con el paso del tiempo, la oralidad se vio eclipsada por el predominio del sistema
escrito, especialmente durante la hegemonía del derecho romano canónico en la Edad
Media, donde se estableció el principio de "quod non est in actis non est in mundo" (lo
que no está en los registros no está en el mundo), dando prioridad a la documentación
escrita sobre la comunicación oral (Mixán Mass, F).

Sin embargo, con el surgimiento de las ideas liberales y los movimientos como la
Revolución Francesa, se cuestionaron los juicios secretos y escritos debido a los abusos
y arbitrariedades percibidos. Se reivindicaron los principios de oralidad y publicidad
como garantías fundamentales para proteger los derechos individuales y la dignidad de
las personas.

Este resurgimiento de la oralidad como principio fundamental del sistema judicial se


consolidó con la implementación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y el
"Código Procesal Penal Modelo para América Latina", que recomendaba el modelo del
juicio oral público y contradictorio para la región (Mixán Mass, F). Este modelo,
alentado por su eficacia y transparencia, fue adoptado gradualmente por diversos países
de la región.

En el contexto peruano, la oralidad hizo su aparición con la transición del sistema


inquisitivo a uno mixto, especialmente con la entrada en vigencia del Código de
Procedimientos Penales en 1940, el cual incorporó la fase de juicio oral. Posteriormente,
se dio una reforma procesal que marcó el cambio de un sistema mixto a uno acusatorio
moderno y garantista, donde la oralidad se convirtió en una característica y un principio
esencial. Este cambio se materializó con la promulgación del Nuevo Código Procesal
Penal en 2004, que estableció la oralidad como un mecanismo central para garantizar
los principios de inmediación, contradicción y publicidad en el proceso penal.

4. Alcances

El principio de oralidad juega un papel crucial en garantizar que el proceso judicial se


desarrolle de manera transparente, en línea con las normas de publicidad. Además, este
principio desempeña un papel fundamental en la preservación de la igualdad entre las
partes en conflicto, ya que les brinda la oportunidad de presentar y defender sus
argumentos y pruebas de manera equitativa. La oralidad también promueve condiciones
de inmediación y litigio auténticamente contradictorio, lo que implica una interacción
directa entre el tribunal y las partes durante el juicio. Esta interacción en tiempo real
facilita una comprensión más profunda de los hechos y argumentos presentados,
contribuyendo así a un proceso judicial más justo y transparente.

5. Consecuencias

Ventajas de la oralidad:

● Mayor celeridad: Los procedimientos se realizan de manera inmediata, lo que


agiliza el proceso judicial.
● Contacto con las partes: Permite al juez interactuar directamente con las partes,
facilitando la comunicación y la resolución de conflictos.
● Mayor publicidad del proceso: Las audiencias orales implican una mayor
transparencia y control sobre el proceso judicial.
● Favorece el ejercicio del poder de dirección del proceso: El juez tiene un
papel más activo en la dirección del proceso, lo que puede contribuir a una
administración más eficiente de la justicia.
● Evita, en mayor medida, el proceso escrito: Reduce la posibilidad de
entorpecer el proceso con trámites escritos innecesarios y formales.
● Favorece el principio de concentración: Los actos procesales se concentran en
audiencias, lo que evita la dispersión y agiliza el proceso.

Desventajas de la oralidad:

● Mayor presupuesto requerido: Se necesita más recursos para la selección,


capacitación y actualización del personal judicial, así como para los salarios.
● Posibilidad de decisiones inexactas o superficiales: En casos complejos, la
oralidad podría llevar a decisiones menos fundamentadas.
● Inadecuación en ciertos tipos de casos: En casos que involucran puro derecho
o evidencia documental, la oralidad podría no ser adecuada y podría incluso
ralentizar el proceso.
● Prescindencia de las audiencias en algunos casos: En ciertos escenarios, los
ordenamientos pueden permitir al juez prescindir de las audiencias orales, lo que
podría afectar la celeridad del proceso.

6. Conclusiones

El principio de oralidad en el sistema judicial es un elemento esencial que garantiza la


transparencia, equidad y eficiencia en el desarrollo de los procesos legales. Desde sus
raíces en la antigüedad hasta su resurgimiento en la era moderna, la oralidad ha
demostrado su importancia como medio de comunicación efectiva entre las partes
involucradas en un proceso judicial.

En este informe, hemos explorado el concepto y origen de la oralidad, destacando su


evolución a lo largo del tiempo y su papel fundamental en la preservación de los
derechos individuales y la dignidad de las personas. Además, hemos analizado los
alcances de la oralidad, resaltando su contribución a la transparencia, igualdad y
comprensión de los hechos en el proceso judicial.

Si bien la implementación de la oralidad presenta desafíos, como la necesidad de


mayores recursos financieros y la posibilidad de decisiones menos fundamentadas en
casos complejos, sus ventajas son innegables. La oralidad agiliza los procedimientos
judiciales, promueve el contacto directo entre las partes y el juez, y favorece una mayor
publicidad y concentración en el proceso.

En conclusión, la oralidad en el sistema judicial representa un paso crucial hacia una


justicia más accesible, transparente y equitativa. Su correcta aplicación y comprensión
de sus alcances y limitaciones son fundamentales para garantizar la efectividad del
sistema judicial y la protección de los derechos fundamentales de las personas.
7. Bibliografía

- Blanco Vargas, C. (2010). El Debido Proceso y La Oralidad en el Proceso Civil


Costarricense [Tesis de licenciatura, Universidad de Costa Rica]. Ciudad
Universitaria.
- Álvarez, G. (2008). La oralidad y su importancia en el derecho. 1 ed. Instituto de
Estudios Políticos e Internacionales.
- Neyra Flores, J. A. (2010). Manual del Nuevo Proceso Penal & de Litigación
Oral (1st ed., pp. 344-350). Lima: Editorial Moreno.
PRÁCTICA DE CAMPO
06

Indicación: Elabore un cuadro comparativo entre las diferencias


conceptuales y legales de la acción penal (ejercicio público) y los
criterios de oportunidad (principio de proporcionalidad y acuerdo
preparatorio).
Criterios de Oportunidad
Acción Penal (Ejercicio Público) (Principio de
Proporcionalidad y Acuerdo
Preparatorio)

• Es el ejercicio del poder punitivo del Son mecanismos que


Definición Estado a través de la persecución y permiten la suspensión,
sanción de los delitos. terminación o no inicio del
proceso penal, en base a
criterios de oportunidad y
proporcionalidad.
• Es un derecho del Estado, para Son facultades discrecionales
Naturaleza mantener el orden social y garantizar del Ministerio Público para
la seguridad ciudadana. evitar la sobrecarga del
sistema de justicia.

• Puede ser iniciada por el Ministerio Puede ser iniciada por el


Iniciativa Público, la víctima o el querellante. Ministerio Público, a
solicitud de la víctima o de
oficio.
• Implica la investigación, acusación, Involucra la evaluación de
juicio y eventual condena del acusado. los criterios de oportunidad
Proceso y proporcionalidad para
determinar si se suspende,
termina o no se inicia el
proceso penal.
• Investiga la sanción del delincuente y Busca evitar la sobrecarga
con ello busca la reparación del daño del sistema de justicia,
Finalidad causado a la víctima. promueve la solución
pacífica de conflictos y
garantiza la proporcionalidad
de la respuesta penal.
• Puede llevar a una condena penal y a Se puede llegar a la
la imposición de una pena. suspensión, terminación del
Resultado proceso penal, sin necesidad
de llegar a una condena.
Bibliografía:

- Angulo Arana, P. (s.f.). La Acción penal – Soluciones Alternativas. Escuela del


Ministerio Público. Diplomado Nuevo Código Procesal Penal.
https://www.mpfn.gob.pe/escuela/contenido/actividades/docs/2241_03_01_prese
ntacion.pdf
- Mendaña, R. J. (2007). Ejercicio de la acción penal y principio de oportunidad.
https://inecip.org/wp-content/uploads/INECIP-Menda%C3%B1a-Ejercicio-de-
la-acci%C3%B3n-penal-y-principio-de-oportunidad.pdf
PRÁCTICA DE CAMPO
07

Indicación: Trabajo escrito en Word de 3 páginas donde indique


las principales diferencias entre la Jurisdicción penal ordinaria
(fuero común) y la Justicia penal militar (fuero militar).
"Análisis Comparativo: La Jurisdicción Penal Ordinaria y la Justicia Penal
Militar en el Perú"

Fuero militar policial:

De acuerdo con la Ley de Organización y Funciones del Fuero Militar Policial (Ley Nº
29182), el Fuero Militar Policial (FMP) es un órgano jurisdiccional autónomo,
independiente e imparcial. Este ente judicial, de vital importancia en la estructura legal
del Perú, está encargado específicamente de juzgar los delitos de función cometidos por
miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.

El fundamento del Fuero Militar Policial se encuentra arraigado en la legislación


constitucional peruana. El capítulo VIII de la Constitución Política del Perú, que aborda
el Poder Judicial, reconoce la singularidad de la función jurisdiccional, estableciendo
que es única y exclusiva, salvo por excepciones como la jurisdicción militar y arbitral.
Específicamente, el artículo 173 de la Constitución establece que, en caso de delito de
función, los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional están sometidos
al fuero respectivo y al Código de Justicia Militar.

El Código de Justicia Militar, en concordancia con el principio de legalidad, establece


que los militares y policías solo pueden ser investigados, juzgados y sancionados por
actos que estén expresamente tipificados como delitos de función militar o policial. Los
delitos comunes y los crímenes de lesa humanidad se rigen por el Código Penal y las
leyes penales comunes.

El análisis del Fuero Militar Policial no puede obviar su función como garante del orden
y la disciplina dentro de las instituciones armadas y policiales del país. Su autonomía e
imparcialidad son pilares fundamentales para asegurar la transparencia y la equidad en
la administración de justicia en el ámbito militar y policial.

Fuero ordinario (Común):

El Fuero ordinario, también conocido como Fuero Común, opera de manera distinta al
Fuero Militar Policial. Mientras este último se circunscribe a los delitos de función
cometidos por miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, el Fuero
ordinario abarca el conjunto de delitos comunes que afectan a la sociedad en general.

La jurisdicción penal ordinaria está regulada por un conjunto de normativas que


establecen su alcance y sus límites. Es importante destacar que la jurisdicción penal es
improrrogable, lo que significa que no puede ser objeto de acuerdo entre las partes y
debe ser respetada como un derecho fundamental. Según el artículo 17 del Código
Procesal Penal, solo el juez con jurisdicción y competencia legalmente definida puede
conocer de una controversia penal.
En este contexto, el Ministerio Público juega un papel crucial como parte acusadora en
el sistema penal ordinario. Su labor es investigar y presentar los casos ante el juez
competente, garantizando así el debido proceso y el respeto a los derechos de todas las
partes involucradas.

Comparación entre Fuero Militar Policial y Fuero ordinario:

Si bien tanto el Fuero Militar Policial como el Fuero ordinario comparten el objetivo de
administrar justicia, existen diferencias sustanciales en su ámbito de aplicación y en los
procedimientos que siguen. La Constitución Política del Perú establece la exclusividad
de la función jurisdiccional, como se menciona en su artículo 139°, inciso 1:

"1.- La unidad y exclusividad de la función jurisdiccional.


No existe ni puede establecerse jurisdicción alguna independiente, con excepciones de
la militar y la arbitral.
No hay procesos judiciales por comisión o delegación."

En este sentido, el Fuero Militar Policial se circunscribe a los delitos de función


cometidos por personal militar y policial, mientras que el Fuero ordinario abarca el
conjunto de delitos comunes que afectan a la sociedad en general.

La jurisdicción penal ordinaria, regulada por un conjunto de normativas, es ejercida


sobre toda persona identificada en el territorio nacional y persigue los delitos comunes.
Sin embargo, existen excepciones en las que el Fuero ordinario no es competente, como
los delitos de función regulados en el artículo 173 de la Constitución, los cuales son
juzgados por el fuero militar.

Por otro lado, el Fuero Militar Policial tiene competencia exclusiva sobre las fuerzas
armadas y la policía nacional, aplicando un ordenamiento castrense regido por la Ley de
Organización y Funciones del Fuero Militar Policial y el Código Penal Militar Policial.
Este fuero tiene una estructura orgánica jurisdiccional que incluye el Tribunal Supremo
Militar Policial, los Tribunales Superiores Militares Policiales y los Juzgados Militares
Policiales.

Ejemplos ilustrativos:

• Caso La Cantuta (1992): En la madrugada del 18 de julio de 1992, miembros


del grupo Colina secuestraron a 9 estudiantes y un docente en presencia de un
gran grupo de personas. Después de lo ocurrido, nadie sabía del paradero de los
secuestrados, y pese a que los familiares presentaron varios hábeas corpus, no
hubo apoyo de las fuerzas armadas para la búsqueda. Tras realizar
investigaciones, se determinó que la responsabilidad recaía sobre el grupo
Colina. Luego, se procedió a que este caso fuera revisado bajo fuero militar, lo
que generó una disputa con el fuero civil. Finalmente, con la intervención de un
proyecto de ley y la Sala Penal de la Corte Suprema, el proceso fue derivado a la
jurisdicción militar, donde se dictaminó sentencia ante oficiales y subalternos del
ejército peruano.

• Caso Chavín de Huántar: Este caso generó una controversia sobre la


competencia entre el fuero militar y el fuero ordinario. Tras disputas, la Corte
Suprema dispuso que los miembros del comando Chavín de Huántar se
sometieran a la jurisdicción militar, mientras que las personas ajenas al comando
se sometieron a la jurisdicción ordinaria.

Estos ejemplos ilustran cómo se disputa la competencia entre el fuero militar y el fuero
ordinario, evidenciando las complejidades de la dualidad jurisdiccional en el sistema
judicial peruano.

En resumen, aunque ambos fueros buscan garantizar el respeto a la ley y los derechos
fundamentales de los ciudadanos, el Fuero Militar Policial tiende a ser más rápido en
sus procesos debido a la naturaleza disciplinaria de los delitos de función y a la
estructura jerárquica de las instituciones militares y policiales, mientras que el Fuero
ordinario se rige por un riguroso proceso de selección y formación de sus jueces,
asegurando así la imparcialidad en la administración de justicia.

Conclusiones y reflexiones finales:

La dualidad entre el Fuero Militar Policial y el Fuero ordinario plantea importantes


desafíos y debates en torno a la administración de justicia en el Perú. Si bien es
necesario asegurar la disciplina y el orden dentro de las instituciones militares y
policiales, también es fundamental garantizar la imparcialidad y la transparencia en el
proceso de juzgamiento de los delitos de función.

En este sentido, es crucial que el Fuero Militar Policial opere dentro de un marco legal
claro y respetando los principios fundamentales del debido proceso y los derechos
humanos. Asimismo, es importante promover el acceso a la justicia y la participación
ciudadana en la vigilancia y el control de las actuaciones de las instituciones militares y
policiales.

Por otro lado, el Fuero ordinario debe fortalecerse como garante de la protección de los
derechos de todos los ciudadanos, sin distinción de su condición militar o policial. Es
necesario que los jueces y fiscales del Fuero ordinario cuenten con los recursos y la
capacitación necesarios para enfrentar los desafíos cada vez más complejos que plantea
la criminalidad en la sociedad contemporánea.

En última instancia, la eficacia y la legitimidad del sistema de justicia peruano dependen


de la capacidad de ambos fueros para cumplir con su misión de manera justa, equitativa
y transparente. Solo así se podrá garantizar el Estado de Derecho y la protección de los
derechos fundamentales de todos los ciudadanos.
Bibliografía:

- Código de Justicia Militar del Perú (1898). Edición Oficial. Lima.


- Legislación peruana sobre arrepentimiento terrorista: Análisis y comentarios.
(1993). Boletín de la Comisión Andina de Juristas, Nº 38, Lima.
- Poder civil y poder militar (1970). Traducción del inglés de Valentina Basto.
Selección e Introducción de Harry L. Coles. Editorial Hobbs-Sudamericana,
Buenos Aires.
- Bidart Campos, G. J. (1995). El derecho de la Constitución y su fuerza
normativa. Ediar, Sociedad Anónima Editora, Comercial, Industrial y Financiera,
Buenos Aires.
- Red Ama Llulla. (2022).¿Qué es el Fuero Militar Policial y en qué casos actúa?.
Ojo Público. https://ojo-publico.com/ojobionico/explicador-que-es-el-fuero-
militar-policial-y-que-casos-actua
- Ley de Organización y Funciones del Fuero Militar Policial. Ley Nº 29182.

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