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RESUMEN
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Sociedad Peruana de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social
INTRODUCCION
( I) La Nueva Ley Proeesal del Trabajo, Ley 29497, l'ue publieada en /;'/ Pcnumo el 15 de enero de 2010. Su
novena disposición complemenlaria dispuso la entrada en vigencia a los seis (6) meses desde su publica
ción, de modo progresivo, en atención a los ámbitos territoriales que vaya disponiendo el Poder Judicial.
A partir del LS de julio de 2010 viene siendo aplicada en la Corte Superior de Tacna. Durante ese mismo
año también en las Cortes de Cañete (16 de agosto). La Libertad(l de setiembre), Arequipa (1 de octubre),
Lambayeque (2 de noviembre) y Cusco ( I de diciembre). Puede revisarse al respecto la Resolución Admi
nistrativa 413-20 lO-CE-PJ publicada en El Peruano el 1 de enero de 2011. En el año 2011 en Moquegua
(I de julio), lea (8 de julio), Junin (15 de julio). El Santa (22 de julio) y Cajamarea (26 de julio), según
Resolución Administrativa N" 124-2011-CE-PJ. En el año 2012 en las Cortes Superiores de Lima Sur
(2 de julio), Lima Norte (3 de setiembre). Callao (1 de octubre) y Lima (5 de noviembre) conforme a la
Resolución Administrativa N“ 023-2012-CE-P.I,
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Trabajo y Promoción del Empico, las universidades, públicas y privadas, y los gre
mios de trabajadores y empleadores.
El presente texto constituye un replanteamiento de la poneneia oficial presen
tada en el 11 Seminario Internacional de Derecho Procesal, Proeeso y Cons- titución,
realizado en Lima en mayo de 2011, bajo el título "La oralidad en el nuevo proee
so laboral peruano y el acceso a la justicia (al sistema jurídico laboral)”, organizado
por la Maestría en Derecho Procesal de la Pontificia Universidad Católiea del Perú.
El replanteamiento consiste en presentar a la oralidad como una idea o valor
transversal a todo el proceso laboral. No solo circunserito a la actividad probato
ria donde suele tener una intervención más intensa, más visible y más aceptada-
sino en todas las etapas realizadas en audieneia.
Así, este doeumento propone, en un primer momento, reflexionar sobre el
significado de la oralidad a partir de nuestros antecedentes histórieos más inmedia
tos: la Ley Procesal del Trabajo, Ley 26636, y el Código Procesal Civil. ¿Por qué a
pesar de haber tenido dos leyes que regularon procesos orales estos no terminaron
siendo auténtieamente tales, sino que persistieron siendo escritos? Esta reflexión
nos conducirá a revisar el significado de la oralidad y a adoptar, en consecueneia,
uno que resulte siendo práctico en el desarrollo de las audieneias, y funeional a la
idea de acceso a la justicia.
En este punto se busca dar respuesta a por qué la oralidad en la Nueva Ley
Procesal del Trabajo ha sido planteada como el principal motivo de la reforma cuan
do, a pesar de ello, en la ley sustituida, aquella ya se encontraba presente.
En un segundo momento, el documento se enfoea en el análisis de los condi
cionamientos necesarios para predicar la oralidad de los proeesos laborales, en un
sentido metodológico o práctico. En este punto analizaremos los diferentes compo
nentes que dan viabilidad a la oralidad: la igualdad por compensación como princi
pio directriz del proceso laboral, jueces hábiles que dirigen y eon-trolan el proeeso,
un esquema proeedimental simplificado, desfomializado y público, el prineipio de
facilitaeión probatoria eomo herramienta para la aereditación de los derechos, la
participación de las partes y sus abogados en términos de colaboraeión y buena fe.
Einalmente, en un tercer momento, el doeumento propone determinadas ma-
nifestaeiones prácticas de oralidad en el desarrollo de las audiencias, funcio-nales
y útiles de cara a la idea de aeeeso a la justieia: en la coneiliaeión, en la eonfron-
tación de posiciones, en la aetuación probatoria, en los alegatos y en la sentencia.
Se propone, en última instancia, un expediente oral radicalmente distinto al expe
diente eserito al eual estamos acostumbrados.
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PARTE I
EL SIG N IFIC A DO DE LA O RALIDAD ANALIZADA
DESDE LA PERSPECTIVA DE LA REFORMA
DE LA JU ST IC IA LABORAL PE R U A N A
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de los escritos de las partes y de las actas que daban cuenta de la celebración de
las audiencias y de la actuación probatoria ante el secretario de la causa.
En el proceso laboral peruano ocurría lo mismo. El Decreto Supremo 003-
80-TR"’*recogió la figura del comparendo que era el momento en que el demanda
do contestaba la demanda y se actuaban los medios probatorios, pero ante el secre
tario de la causa'’’. Es decir, se tenía un proceso laboral sustancialmente escrito.
Es con el Código Procesal Civil de 1993 que la oralidad, formal y sus
tancialmente, ingresa a tallar en el ordenamiento procesal peruano'*’ gracias a la
participación del juez en las distintas audiencias reguladas. Lo mismo podría de
cirse, por tanto, de la Ley Procesal del Trabajo de 1996, la Ley 26636'” , estruc
turada a partir del proceso sumarísimo (de audiencia única) del Código Procesal
Civil'"”. Desde esta perspectiva puede afirmarse, por tanto, que la oralidad, sus
tancialmente hablando, se introdujo en el proceso laboral peruano con la Ley
Procesal del Trabajo de 1996.
Si, formal y sustancialmente la Ley Procesal del Trabajo de 1996 regu
laba un proceso laboral oral inspirado en la oralidad del Código Procesal Ci
vil-¿qué explica, entonces, que la reforma de la justicia laboral del año 2010
se haya planteado enarbolando la oralidad? Si la nueva norma iba a significar
un cambio en la concepción de la justicia laboral (una reforma) y esta debía es
tructurarse a partir de la oralidad, ¿no era porque se asumía precisamente que
la Ley Procesal del Trabajo, la Ley 26636, no regulaba un proceso oral sino uno
(6) Norma con lucr/a ele ley por disposición del artículo 30 del Decreto Ley 19040.
(7) El artículo 2X disponía lo siguiente:
Iniciado el comparendo, el Secretario del Juzgado dará lectura a la demanda y a las pruebas documentales
que el demandante hubiese presentado.
A continuación, leerá la contestación a la demanda y las pruebas documentales presentadas por el
demandado. No serán admitidas excepciones ni artículos de previo y especial pronunciamiento. Si
se hicieran valer, serán resueltas en la sentencia.
(...|.
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La Ley Procesal del Trabajo de 1996 introdujo un cambio sustancial con re
lación a la norma previa, el Decreto Supremo N“ 003-80-TR: la realización de la
actuación probatoria ante el Juez de la causa en audiencia única'"*.
Recogió, asimismo, los principios de inmediación, concentración, celeridad
y veracidad"“’. Reguló, por tanto, un proceso que reunia, en el momento de la au
diencia, a las partes, sus abogados, los medios probatorios y el Juez. No para mera
mente contemplarse sino para interactuar, es decir, para oirse los unos a los otros.
Puede concluirse, también desde un análisis interno de la norma, que la Ley Pro
cesal del Trabajo si reguló un proeeso oral, aun cuando no haya recogido expresa
mente el principio de oralidad.
Si la Ley Procesal del Trabajo reguló un proceso oral ¿por qué se impulsó la
reforma de la Justicia laboral desde la oralidad?
La reforma ha sido impulsada sobre la oralidad porque, en los hechos, lajus-
ticia laboral ha venido actuando, estructuralmente -formal y sustantivamente-
como un proceso eserito. Bajo la vigencia de la Ley Procesal del Trabajo muy difí
cilmente se podría haber afirmado que los procesos laborales eran orales.
¿Por qué? Porque en el momento de la audiencia única los participantes no
interactuaban. La audiencia solo tenía el carácter de una etapa más por cumplir
y, por tanto, resultaba inevitablemente inútil" " . Así, la audiencia se redujo al acta
que, a su conclusión, se debía firmar para convertirse en un papel más para adicio
nar al expediente"“". En la realidad, el proceso laboral bajo la Ley Procesal del
(11) El segundo párralb del artíeulo I del Titulo Preliminar de la Ley Proeesal del Trabajo. Ley 26636,
estableció que “Las audiencias y actuación de los medios probatorios se a-alizan ante el juez, siendo
indelegables bajo sanción de nulidad”. Por su parte, el articulo 63
(12) El primer párrafo del articulo I del Titulo Preliminar de la Ley Prix-x-sal del Trabajo, Ley 26636, señaló: “El
proeeso laboral se inspira, entre otros, en los principios de inmediación, concentración, celeridad y veracidad".
(13) Eugenia Ariano, en una aguda observación, ha dicho, respecto del proceso civil vigente lo siguiente:
(...). Contrariamente a lo que podría pensarse, nuestro CPC introduciendo u[n] ‘oralísimo’ proceso por
audiencias, no ha para nada reducido los formalismos propios del proceso eserito, sino que los ha exaspe
rado a más no poder, a tal grado que ha llegado a establecer los márgenes y las distancias entre rayas ‘de
los escritos’ de las partes (art. 130) e incluso en cuál espeeílico punto deben ser firmados (art. 13 1) (...)
En el Perú, pues, ambas partes están sujetas a un rigidísimo sistema de preclusiones de alegación de pmeba,
que es lo mismo que decir que no es que tengamos un proeeso civil enderezado a emitir sentencias ‘justas’,
en cuanto lo que no ha sido deducido en la demanda o en la contestación (repito, escritas) no podrá ser
nunca más ser (sic) introducido al proceso, menos que nunca en las ‘cordialísimas’ y ‘oralísimas’ (y, por
general, inútilísimas...) audiencias previstas en nuevo y tan celebrado código.
(14) Cabe precisar, por cierto, que está apreciación sobre cómo se ha venido operando bajo la Ley Proeesal del
Trabajo no desconoce la participación de algunos jueces que la han venido actuando oralmente, pero en
franca minoría.
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Trabajo- ha sido escrito, no por la ley, sino por la forma como ha sido conduci
do el proceso y, en particular, las audiencias"^’ .
La primera lección que nos deja esta constatación de tener, de un lado,
una norma procesal formal y sustantivamente oral y, de otro lado, un proceso
laboral que, en la práctica, es formal y sustancialmente escrito, es que la ora-
lidad más que un asunto de la ley es un modo de actuar, un modo de ser, una
actitud, una suma de conductas que, para concretar la oralidad, neeesariamente
debe asumir un conjunto de valores y principios que la hagan actual, constan
te, viva, como por ejemplo, la prevaleneia de lo oral sobre lo escrito, la prefe
rencia del fondo sobre la forma, la dirección del proceso, la participación de
las partes y sus abogados en las audiencias, la preparación de los jueces, la bús
queda de la verdad, la valoración razonada de la prueba, la razonabilidad de las
decisiones adoptadas en el curso del proceso, la preocupación por la igualdad
(efectiva) de las partes, el respeto de las garantías constitucionales y de los va
lores democráticos.
(15) Luis Vinalca y Jorge Toyama sostienen que: “El proceso laboral, hasta antes de la ereaeión de la Nueva
Ley Procesal del I rabajo, no era uno de carácter oral” (Vinatea Recoba/Toyama Miyagusuku, 2010, 28).
Agregan, sin embargo, que ello era “en la práctica”.
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no se puede prediear que un proeeso -el proceso laboral peruano- sea oral, aun
cuando la oralidad esté consagrada normativamente como principio.
La oralidad fue abordada en el anteproyecto y en el proyecto de ley des
de la perspectiva metodológica, aun cuando en sus respectivos artículos 24 -al
igual que en el artículo 24 de la ley- se hacía mención al principio de oralidad,
más por concesión que por convicción"*’ . Si se revisa los títulos preliminares
del anteproyecto y del proyecto de ley se advierte que en ninguno de ellos se de
dicó un artículo especial para mencionar la oralidad como principio del proceso
laboral. Si la oralidad debe ser tratada como un principio o solo como una ca
racterística o una peculiaridad del proceso laboral es un asunto secundario para
la mirada metodológica. Lo importante, desde esta perspectiva, es que la ora
lidad sea una herramienta que permita un mayor y mejor acceso a la Justicia.
Por cierto, contribuye a afirmar que la oralidad no es un principio"” (sino solo
una característica del proceso laboral), el hecho que no está presente en todas
las actuaciones procesales (no lo está en la demanda, en la contestación, en el
proceso cautelar, en el proceso de ejecución, por ejemplo) pero, sobre todo, que
la oralidad no es privativa del proceso laboral (la encontramos en el proceso pe
nal con gran claridad y, con menor intensidad en los procesos de familia y hasta
en los procesos civiles)"’*’.
El espacio que la oralidad (y la concentración, la inmediación, la celeri
dad, la economía procesal y la veracidad) tiene en el título preliminar de la leyes
concesión de la Comisión de Trabajo del Congreso que aprobó, por unanimidad.
(16) Esta idea aparecía en ambos textos en el artículo 24 de igual tenor, por cierto, al artículo 24 de la nueva
ley, el cual establece que: “(•■•)■ El juez guía la actuación probatoria con vista a los principios de oralidad,
inmediación, concentración, celeridad y economía procesal. Impide que esta se desnaturalice sancionando
las conductas temerarias, dilatorias, obstructivas o contrarias al deber de veracidad.”
(17) La discusión sobre si la oralidad es un principio o solo una característica puede ser interminable y presupone
la adopción de otras consideraciones, entre ellas asumir la tesis de la autonomía del derecho Procesal del
Trabajo (respecto del Derecho Procesal Civil) o la tesis de la interdependencia o especificidad. Estas ideas
las he discutido en un trabajo anterior. Véase al respecto el capítulo 2, en especial el punto 2.3 (Paredes
Palacios. 1997, 89-93). Allí concluía: “La visión unitaria del proceso no niega las particulares necesida
des de cada tipo de proceso, como el laboral. En consecuencia, desde el Derecho Procesal cabe hablar
de interdependencia de los tipos procesales, mientras que desde el Derecho Jurisdiccional hablamos de
especificidad de procesos. La llamada autonomía del Derecho Procesal Laboral solo puede significar un
apriorismo doctrinal inaceptable” (1997), 345.
(18) González Nieves sostiene: “(...), es de advertir que el artículo I del Título Preliminar de la Nueva Ley
Procesal del Trabajo, N° 29497, al hacer lacónica referencia a los principios de inmediación, oralidad,
concentración, celeridad, economía procesal y veracidad, confunde algunas peculiaridades con los principios
o, dicho de otro modo, pretende elevar ciertas peculiaridades a la categoría de principios, lo que deviene en
antitécnico. La propagandización (sic) y difusión de la nueva ley viene insistiendo más en la oralidad, que
es un importante avance en nuestro país pero el lo no es lo medular” (2010), 76. Si bien concuerdo con el
sentido de la crítica discrepo en cuanto asume que la oralidad es una peculiaridad dcl proceso laboral. La
oralidad, prospectivamente, solo podría aparecer como una característica pero no como una peculiaridad
porque no es una característica privativa (peculiar) del proceso laboral. Lo mismo cabe afirmar, por cierto,
respecto de la inmediación, concentración, celeridad, economía procesal y veracidad.
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(19) fil dictamen de la Comisión de Trabajo fue aprobado por unanimidad en sesión del 2 de diciembre de 2009.
En ese momento recién se incorpora, en el título preliminar, la oralidad, la inmediación, la concentración, la
celeridad, la economía procesal y la veracidad como principios del proceso laboral. Como se ha expuesto,
el articulo 24 del proyecto ya los incluía como principios.
(20) Ciamarra Vílchez lo cuenta de la siguiente manera:
"(...). Curiosamente, en el Título Preliminar |del proyecto de ley del Poder Ejecutivo] no reconocía nin
gún principio del proceso laboral. Esta lamentable omisión de los principios era muy grave, tanto que el
Colegio de Abogados de Lima manifestó su desacuerdo señalando que el mencionado proyecto ‘tiene una
serie de omisiones (...), no menciona ningún principio del proceso laboral, lo que deja sin límite alguno al
operador del derecho para que pueda interpretar la norma laboral conforme a su tendencia o mejor saber y
entender, lo que conllevaría a la impredectibilidad de la administración de justicia’. Igualmente, algunos
laboralistas, como Adolfo Ciudad, señalaron que ‘abstenerse de su proclamación en el Título Preliminar
de los principios procesales laborales, constituye una carencia de dirección, como un barco a la deriva; es
no tener aquellos pilares donde descansen las paredes del gran edificio jurídico procesal'.
Finalmente, en el Texto Sustitutorio del Dictamen de la nueva Ley Procesal dcl Trabajo, producto del
debate en la Comisión de Trabajo, para la aprobación en el Pleno dcl Congreso, se incorporaron en el
Título Preliminar, artículo I, los principios de inmediación, oralidad, concentración, celeridad, economía
procesal y veracidad” (Gamarra Vílchez. 2010. 54-55).
La referencia al pronunciamiento del Colegio de Abogados de Lima es el Oficio 112-2009- D-CAL, del
16 de noviembre de 2009, dirigido por el Decano al Presidente de la Comisión de Trabajo del Congreso.
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( 21 ) El articulo 44 señala que la audiencia de juzgamiento coneentra las etaptis de confrontación de posiciones,
actuación probatoria, alegatos y sentencia.
(22) La audiencia única concentra las etapas de conciliación, confrontación de posiciones, actuación probatoria,
alegatos y sentencia. Véase al respecto el articulo 49.
(23) El articulo 43.2 precisa: “El juez invita a las partes a conciliar sus posiciones y participa activamente a lin
de que solucionen sus diferencias total o parcialmente".
(24) Asi, conforme al artículo 12.1.
(25) El segundo párrafo del artículo 21 señala; "Las partes concurren a la audiencia en la que se actúan las
pruebas con todos sus testigos, peritos y documentos que, en dicho momento, corresponda ofrecer, e.vhibir
o se pretenda hacer valer con relación a las cuestiones probatorias. Esta actividad de las partes se desarrolla
bajo su responsabilidad y costo, sin necesidad de citación del juzgado y sin perjuicio de que el juez los
admita o rechace en el momento. La inasistencia de los testigos o peritos, asi como la falta de presentación
de documentos, no impide al juez pronunciar sentencia si, sobre la base de la prueba actuada, los hechos
necesitados de prueba quedan acreditados”.
(26) Conforme al artículo 24: “El interrogatorio a las partes, testigos, peritos y otros es realizado por el juez
de manera libre, concreta y clara, sin seguir ningún ritualismo o fórmula preeonstituida. (...). El juez guia
la actuación probatoria con vista a los principios de oralidad, inmediación, concentración, celeridad y
economía procesal. Impide que esta se desnaturalice sancionando las conductas temerarias, dilatorias,
obstructivas o contrarias al deber de veracidad”.
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(27) Kn ese sentido, el primer párrafo del artieulo 47: "Finalizada laaeluaeión probatoria, los abogados presentan
oralmente sus alegatos. C'oneluidos los alegatos, el juez, en forma inmediata o en un lapso no mayor de
sesenta (60) minutos, haee eonoeer a las partes el fallo de su sentencia. (...).”
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PARTE II
LOS CONDICIONAMIENTOS NECESARIOS
PARA PREDICAR ORALIDAD EN
LOS PROCESOS LABORALES
(2X) WHITEHEAD, R. citado por BODIN, H.S. "Marshalling the evidence”. En: Selected writings on the law
o f evidence and trial (edited by Fryer, W.T., St. I’aul, Minn. 1957, p. 12).
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(29) Sobre la importancia de la razón en la búsqueda de justicia sostiene Amarlya Sen: This particular scepti
cism ofthe reach ofreasoning does not yield (...) any ground for not using reason to the extent one can, in
pursuing the idea of justice or any other notion ofsocial relevance, such as identity. Nor does it undermine
the case for our trying to persuade each other to scrutinize our respective conclusions. It is also important
to note that what may appear to others as clear examples of ‘unreason’ may not always be exactly that.
Reasoned discussion can accommodate conflicting positions that may appear to others to be ‘unreasoned’
prejudice, without this being quite the case. There is no compulsion, as is sometimes assumed, to eliminated
every reasoned alternative except exactly one.
[...]
(...). Whal matters most is the examination of what reasoning would demand for the pursuit ol'justice -
allowing tor the possibility that there may exist several dilTerent reasonable positions. That exercise is
quite compatible with the possibility, even the certainty, that at a partieidar time not everyone is willing
to undertake such scrutiny. Reasoning is central to the understan- ding of justice even in a world which
contains much ’unreason'; indeed, it may be particularly important in such a world (2I)(W), xviii-xix.
[Este particular escepticismo -sobre los alcances del razonamiento no da ningún sustento para no usar la
razón en toda sti extensión, en la búsqueda de la idea de jtistieia o de cualqtrier otra noción de relevancia
social, tal como la identidad, lampoeo pone en peligro nuestro intento de persuadir a los demás de exa
minar en detalle sus respectivas eonelusiones. También es importante señalar que lo que puede parecer
a los demás como un claro ejemplo de "irracionalidad" no siempre lo es. Una discusión razonada puede
acomodar posiciones en conflicto lo cual puede parecer a otros un "irracional” perjuicio, sin que lo sea.
No hay compulsión, como a veces se supone, en eliminar todas las alternativas excepto una.
f-1
(...). Lo más importante es el examen de qué tipo de razonamiento es el que se requiere en la búsqueda
de la justicia, lo cual admite la posibilidad de que pueden existir varias posiciones razonables diferentes.
Este ejercicio es compatible con la posibilidad, incluso la certeza, que en un momento determinado, no
todos están dispuestos a realizar este esertitinio. El razonamiento es fundamental para la comprensión de la
justicia, incluso en un mundo que contiene mucha "irracionalidad" y, de hecho, puede ser particularmente
importante en un mundo así.] (Traducción libre).
Más adelante Sen sustenta la razón en la exigencia de objetividad a partir de un análisis de imparcialidad:
(...). What lies behind the ease for relying on reasoning in making ethical judgements are. I would argue,
also the demands of objectivity, and they call for a particular discipline ofreasoning. The important role
given to reasoning in this work relates to the need for objective reasoning in thinking about issues of justice
and injustice.
[...].
The reasoning that is sought in analysing the requirements of justice will incorporate some basic demands
of impartiality, which are integral parts ofthe idea ofjustice and injustice. (...). (Sen, 200Ú, 40-41, 42)
[(...). Lo que hay detrás del razonamiento en la toma de decisiones éticas son, en mi opinión, exigencias
de objetividad, y estas exigen un modo particular de razonamiento. El importante rol que se le asigna
al razonamiento en este trabajo se relaciona con la necesidad de una razón objetiva en el estudio de los
problemas de la justicia y la injusticia.
[...].
El razonamiento que se requiere en el análisis de los requerimientos de la justicia incorpora algunas de
mandas básicas de imparcialidad, que son parte integral de la idea de la justieia y la injusticia.) (Traducción
libre).
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(.tO) Kl l’royccto de Ley 34(i7/20(iy-l’E, "l’royeeto de Ley que Aprueba la Nueva Ley Procesal del Trabajo ”Ric
presentado al Congreso de la República el 5 de setiembre de 2()0y.
(.31) listas labores de formación y capacitación, a su vez, deben ir acompañadas de un soporte de iniraestruclura
a nivel inforniático y de bienes muebles e inmuebles. A nivel informático se hace referencia al desarrollo
c implementación de software con alcance en los siguientes campos:
• Una red electrónica de notilicaciones, a fin de que los usuarios y abogados puedan obtener una
dirección electrónica controlada por el Poder .ludicial que permita las notificaciones electrónicas de
modo seguro.
• Una red de colaboración electrónica entre el Poder .ludicial y el Ministerio de Trabajo y Promoción
del Empleo, a fin de permitir el envío de información de las planillas electrónicas,
• Una base de datos de jurisprudeneia del fribunal Constitucional y de la Corte Suprema a fin de hacer
viable el uso de los precedentes vinculantes por parte de los órganos jurisdiccionales laborales,
• Un programa de cálculo de los beneficios sociales ordinarios y de los intereses legales, de acceso
público.
• El expediente electrónico, a fin de facilitar la tramitación de los procesos y dar un salto en el cuidado
del medio ambiente.
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(32) “Los jueces laborales tienen un rol protagónico en el desarrollo e impulso del proceso. Impiden y san
cionan la inconducta contraria a los deberes de veracidad, probidad, lealtad y buena le de las partes, sus
representantes, sus abogados y terceros".
(33) Sobre el Estado Constitucional de Derecho, véase Haberle (2003). También Gil Domingue/ (2005) quien
presenta una perspectiva del Estado Constitucional desde el neoconstitucionalismo y el garantismo de
Ferrajoli. Véase también Zagrebelsky (1999) quien resalta que "hoy, ciertamente, los Jueces tienen una
gran responsabilidad en la vida del derecho desconocida en los ordenamientos del Estado de Derecho
legislativo. Pero los Jueces no son los señores del derecho en el mismo sentido en que lo era el legislador
en el pasado siglo [XIX], Son más exactamente los garantes de la complejidad estructural del derecho en
el Estado constitucional, es decir, los garantes de la necesaria y dúctil coexistencia entre ley, derecho y
Justicia (1999), 153”.
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Alcanzar la igualdad real de las partes es otro valor sobre el cual la orali-
dad debe asentarse. La igualdad por eompensación es el eje maestro del proeeso
laboral. “[Así], el derecho procesal del trabajo es un derecho elaborado totalmen
te en el propósito de evitar que el litigante más poderoso pueda desviar y entor-
peeer los fines de la justicia” (Couture, 1979, 276)*^“'*. No se trata de dar a toda
eosta la razón al trabajador sino de evitar -dirigiendo y controlando el proce
so- que las desigualdades (sociales, económicas, culturales) sean un motivo para
denegar justieia o perder la causa.
La idea de la igualdad por compensaeión pone a prueba el prineipio de
impareialidad pues pareciera negar una de las bases del proeeso: la igualdad de
armas. Así, se sostiene que un juez que aetúa a favor de una de las partes, del
modo que sea, rompe la imprescindible igualdad de armas que da sustento al pro
ceso y que, por tanto, el juez siempre tiene que ser equidistante.
Pero este argumento eseonde una falacia. Si entre las partes existen di
ferencias económicas, sociales, eulturales e informativas, por ejemplo, salta a la
vista que no se encuentran en igualdad de armas. La equidistancia, en un eontex-
to así, es sinómimo de indiferencia y tributaria de una artifieiosa igualdad. La
equidistaneia sería, por tanto, no una expresión de impareialidad sino de una par-
cialización por omisión a favor de la parte mejor posicionada, es deeir, se cons
tituiría en una herramienta de consolidación de las difereneias y, por tanto, de
injustieia. Como bien observa Aguiló:
“(...). De nuevo [como en el tema de la independencia], el juez im
parcial será el juez obediente al Dereeho. En este sentido, es falsa
la imagen de la impareialidad como equidistancia entre las partes. El
Derecho no exige al juez equidistancia entre violador y violada, entre
acreedor y deudor moroso. El derecho resuelve eonflietos de intereses
y realiza valoraciones, y el juez impareial es el que ineorpora los ba-
lanees de intereses y valores que haee el Dereeho, y estos no siempre
se sitúan ni mueho menos en el punto medio.
(...)
(.34) Couture concluye su exposieión sobre el Derecho Procesal del Trabajo del siguiente modo:
“Un nuevo derecho procesal, extraño a todos los principios tradicionales, sin exceptuar uno solo de ellos,
ha debido surgir para establecer, mediante una nueva desigualdad, la igualdad perdida por la distinta con
dición que tienen en el orden económico de la vida, los que ponen su trabajo como sustancia del contrato,
y los que se sirven de él para la satisfacción de sus intereses" (Couture, 1979, 288).
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(35) [¿Puede haber una explicación satistacloria. ética en general y, de justicia en particular, que limite su
atención en algunas personas y no en otras asumiendo, aunque sea implícitamente, que solo algunas
personas son relevantes mientras que otras no lo son? La moral y la lilosolia política contemporáneas
van en la dirección de Mary Wollstonecraft negando tal posibilidad y demandando que cada persona sea
vista, moral y politicamente, como relevante. (...). La universalidad de la inclusión del tipo demandado
por Wollstonecraft es, en efecto, parte integral de la imparcialidad, (...).] (Traducción libre).
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Esas oportunidades pueden estar negadas para algunos y, por tanto, el ejercicio
de su libertad se reduce a una mera formalidad o es solo apariencia'^'’* .
En el escenario procesal ocurre lo mismo. Las partes no están en igual
dad de armas, sin embargo, el proceso debe permitir, entonces, que las partes ten
gan las mismas capacidades de actuación pues solo así el proceso será impar
cial. La figura de la igualdad por compensación es la herramienta que el proceso
puede utilizar para intentar, buscar y, tratar de lograr la igualdad de capacida
des. Se trata, más bien, de un esfuerzo para evitar que la desigualdad de armas
sea un elemento que incline el proceso desde su inicio. Digamos que el proceso
nace inclinado y que, más bien, la igualdad por compensación busca equilibrarlo.
Paradlo se requiere-como se ha expuesto-un cuerpo de Jueces hábiles,
inteligentes, honestos que controlen y dirijan el proceso. No un Juez Justiciero que
solo se mueva por las emociones, sino un Juez sensible a las diferencias que in
corpore a su actuación los principios y valores del proceso laboral como medio
de realización de las personas y sus derechos (laborales). Un Juez imparcial que
Juzga con base en el Derecho y por las razones que el Derecho da (Aguiló Re
gla, 1997, 78). Un Juez que actúa siempre con base en la razón. Así, la confian
za del proceso está en las razones expuestas y no en las habilidades o en la ig
norancia de las partes. Solo así se puede, además, construir democracia que sig
nifique respeto a las personas y sus derechos y, de ese modo, reducir los casos
de injusticia'^^’ que afectan a nuestro mundo'’*'* .
(36) Michad Sandd presenta la siguiente metáfora para distinguir entre la igualdad formal y la igualdad real:
■fhose who have supportive families and a good education have obvious advantages over those who do not.
Allowing everyone to enter the race is a good thing. But if the runners start from dilferent starting points,
the race is hardly fair. That is why, Rawls argues, the distribution of income and wealth that results from
a free market with formal equality of opportunity cannot be considered just. (...) (2009), 153.
[Quienes tienen familias de apoyo y una buena educación tienen evidentes ventajas sobre aquellos que
no. Permitir a todos entrar en la carrera es una cosa buena. Pero si los corredores parten desde diferentes
puntos, la carrera no es justa. Por eso, sostiene Rawls, la distribución del ingreso y la riqueza derivada de
un libre mercado con igualdad formal de oportunidades no puede ser considerada justa. (...).] (Traducción
libre)
(37) Sobre los fines de la justicia escribe Michael Sandel:
(...). A just society can’t be achieved simply by maximizing utility or by securing freedom of choise. To
achieve a just society we have to reason together about the meaning of the good life, and to create a public
culture hospitable to the disagreements that will inevitably arise (2009), 261.
[Una sociedad justa no puede lograrse simplemente mediante la maximización de la utilidad o garantizando
la libre elección. Para lograr una sociedad justa tenemos que razonar juntos sobre el signilicado de la buena
vida, y crear una cultura pública hospitalaria a los desacuerdos que inevitablemente surgirán.] (Traducción
libre).
(38) Como sostiene Amartya Sen vivir en democracia no es solo contar con una estructura institucional perfecta
sino también, y tal vez sobre todo, depende de nuestras conductas:
The success of democracy is not merely a matter of having the most perfect institutional structure that
we can think o f It depends inescapably on our actual behaviour patterns and the working of political and
social interactions (Sen, 2009, 354).
[El éxito de la democracia no es simplemente una cuestión de tener la estructura institucional más perfecta
que podamos imaginar. Depende ineludiblemente de nuestros patrones de comportamiento real y de cómo
funcionan las interacciones politieas y sociales.] (Traducción libre).
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4. SIMPLICIDAD E INFORMALIDAD
(39) Una interesante reflexión, sobre la libertad en el lugar de trabajo, que pone de manifiesto que el derecho
no es neutro en tanto expresa valoraciones éticas nos la presenta
Michael Sandel en los siguientes términos:
(...). Consider a repetitive, dangerous Job, such as working long hours on an assembly line in a chicken
processing plant. Is this form of labor Just or injust?
For the libertarian, the answer would depend on whether the workers
had freely exchanged their labor for a wage: if they did, the work is Just. For Rawls, the arrangement would
be Just only if the free exchange of labor took place against fair background conditions. For Aristotle, even
consent against fair background conditions is not sufficient; for the work to be Just, it has to be suited to
the nature of the workers who perform it. Some Jobs fail this test. They are so dangerous, repetitive, and
deadening as to be unfit for human beings. In those cases. Justice requires that the work be reorganized to
accord with our nature. Otherwise, the Job is unjust in the same way that slavery is (2009), 203.
[(...). Considere la posibilidad de un trabajo repetitivo y peligroso, como trabajar largas horas en una linca
de ensamblaje en una planta procesadora de pollos. ¿Es esta forma de trabajo Justa o injusta?
Para el liberalismo, la respuesta dependerá de si los trabajadores han intercambiado libremente su trabajo
por un salario: si así lo hicieron, el trabajo es Justo. Para Rawls, el acuerdo solo seria Justo si el libre in
tercambio de mano de obra se produce a cambio de condiciones de trabajo adecuada. Para Aristóteles, ni
siquiera el consentimiento a cambio de condiciones de trabajo adecuadas es suficiente; para que el trabajo
sea Justo, tiene que guardar relación con la naturaleza de los trabajadores que lo realizan. Algunos trabajos
no superan esta prueba. Hay trabajos tan peligrosos, repetitivos y denigrantes que no son aptos para los
seres humanos. En esos casos, lajusticia exige que tales trabajos se reorganieen para estar en correspon
dencia con la naturaleza del hombre. De lo contrario, un trabajo así es injusto de la misma manera que la
esclavitud lo es.] (Traducción libre).
(40) Sen expresa este modo de explorar lajusticia en el prefacio de su obra La idea de la justicia: What is pre
sented here is a theory ofjustice in a very broad sense. Its aim is to clarify how we can proceed to address
questions of enhancingjustice and removing injustice, rather than to olTer resolutions of questions about
the nature of perfect Justice. (...) (2009), ix
[Lo que se presenta aquí es una teoría de lajusticia en un sentido muy amplio. Su objetivo es aclarar la
forma en que se puede hacer frente a las preguntas sobre la mejora de la Justicia y la eliminación de la
injusticia, en lugar de ofrecer respuestas sobre la naturaleza de lajusticia perfecta.] (Traducción libre).
(41) Artículo 12.1 de la NLPT
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PARTE III
MANIFESTACIONES PRÁCTICAS DE ORALIDAD
EN EL DESARROLLO DE LAS AUDIENCIAS
1. CONCILIACION
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una apuesta fuerte por la conciliación para ser el primer método de solución del
conflicto. La participación activa del juez es, por lo tanto, decisiva para el lo
gro de esta finalidad.
Ahora bien, el método de la conciliación debe ser claramente diferenciado
del método Jurisdiccional. En la conciliación la solución del conflicto está en el
acuerdo. Es el acuerdo (de las partes) lo que logra la solución del conflicto. En
el método Jurisdiccional el conflicto se soluciona aplicando derecho. Es la apli
cación del derecho (por el Juez) lo que soluciona el conflicto.
Comprender esta diferencia es clave: el Juez conciliador no aplica de de
recho sino que acerca a las partes para que sean ellas las que pongan fin al con
flicto. Esta es la razón por la cual el Juez conciliador enfrenta esta etapa sin que
exista contestación, y aun podría ser sin demanda. Ni tampoco, con pruebas. El
hecho que el Juez conciliador sea un profesional de la aplicación del derecho no
debería significar desconocer el método profundamente distinto que es la con
ciliación. Esta diferencia no es fácilmente percibida cuando se aborda la concilia
ción queriendo conocer las pruebas y los fundamentos fácticos y Jurídicos de la
causa. La oralidad, en la conciliación, no tiene como finalidad que el Juez apli
que derecho, sino que el Juez acerque a las partes para lograr un acuerdo.
Esta reflexión nos lleva al segundo componente: el contenido del acuerdo.
¿Es válido cualquier acuerdo al que lleguen las partes? ¿Sobre qué aspectos las
partes pueden llegar a un acuerdo? ¿Cuáles son los límites del acuerdo?
Las respuestas, por cierto, no son fáciles y, eventualmente nos conducen a
un punto sin salida. Para intentar una respuesta vamos a utilizar dos argumen
tos que se encuentran contrapuestos: el derecho de acción y el principio de
irrenunciabilidad.
El derecho de acción nos remite a la idea de “yo soy dueño de mis con
flictos y les doy la solución que más satisface a mis intereses”. Por el contrario,
el principio de irrenunciabilidad nos dirá que aun cuando uno quiera despren
derse de sus derechos, razones de orden público lo impiden, aun contra la vo
luntad de uno. La respuesta a las preguntas formuladas dependerá del grado de
acento que se ponga, ya sea al derecho de acción o al principio de irrenuncia
bilidad. De algún modo, el acento que se ponga en uno resentirá al otro. Cabe
advertir que si todo el acento se pone al principio de irrenunciabilidad, la conci
liación tendría que ser descartada como método. Evidentemente, por lo expues
to en la primera parte, esa no es la opción de la Nueva Ley Procesa del Traba
jo. Hay, por lo tanto, que buscar un equilibrio entre el derecho de acción (que
dé espacio a la conciliación) y el principio de irrenunciabilidad (que permita al
Juez controlar los acuerdos).
Una reflexión adicional sobre esto desde la mirada de los conflictos: en una
sociedad no todos los incumplimientos, ni siquiera los más atroces, se traducen
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2. CONFRONTACIÓN DE POSICIONES
(48) Bsta idea está recogida en el artículo 30 bajo la figura del test de disponibilidad de derechos; y en las reglas
de conducta y temeridad o mala l'e procesal de los artículos 11 y 15, respectivamente.
(49) Artículo 44.
(50) Artículo 49.
(51) Artículo 12.
(52) Idea también consignada en el articulo 12.
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(53) Esta idea, que podría parecer extraña y sin sentido, estaba presente en la regulación del proceso laboral
peruano del Decreto Supremo ()()3-8()-TR. El último párrafo del articulo 2X disponía lo siguiente:
“Las variaciones de la demanda darán lugar a la suspensión de esta diligencia, debiendo el juez en el
acto citar nuevamente a eomparendo de conformidad con los artículos 2 1 y 22” [sobre el modo de citar a
comparendo].
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3. ACTUACIÓN PROBATORIA
(.S4) Esta solución, por cierto, pone irremediablemente de manifiesto que, la audiencia, solo serviría para repetir
o recitar lo escrito y, por tanto, que esta es, en la práctica, (casi) inútil.
(55) El citado artículo 28 del Decreto Stipremo N" 003-80-TR nos dice que esta alternativa no es extraña, sino
que es la que mejor se ajusta a la idea de acceso a la justicia: permitir que las pretensiones tengan una
solución eficiente.
(56) Así según el primer párrafo del artículo 428.
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(57) La valoración de los medios probatorios, y de los argumentos de prueba, es una actividad que el juez va
realizando a lo largo de toda la etapa y continúa en la etapa de alegatos, con vista a la sentencia que dictará.
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3.3. Presunciones
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4. A LEGATOS
(59) El artículo 69 señala: “Dentro de un plazo de cinco (5) días de concluida la actuación de pruebas las parles
pueden presentar alegatos. (...)."
(60) Véase al respecto los artículos 1.52 y 155 del TUO de la Ley Orgánica del Poder .ludicial, aprobado por
D.S. 017-93-JUS.
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con participación de los abogados. Adviértase que un alegato así desarrollado fa
cilita la labor del juez al emitir su fallo y redactar la sentencia. No es hablar por
hablar, sino hablar sobre aquellos puntos que serán materia de decisión del juez.
Ello implica una actitud muy distinta a la práctica vigente del informe oral. Para
ello podrían elaborarse mapas de ideas que preparan al juez sobre los puntos
de su decisión: le indican sobre qué tiene que pronunciarse, los puntos que están
claros y aquellos sobre los que necesita valorar y reflexionar.
Cerramos el estudio de esta etapa con una preocupación. Desde el proee-
so penal se ha desarrollado eon gran éxito la doctrina de la teoría del caso. Esta
ha sido importada al proceso laboral sin mayor cuestionamiento. Según esta, la
etapa de alegatos de la nueva ley constituiría lo que allí se conoce como alega
tos de cierre**'* La teoría del caso tiene importantes contribuciones como son las
técnicas del interrogatorio y contrainterrogatorio, pero no pareee adecuado efec
tuar un traslado llano y simple al proceso laboral porque entre el proeeso penal
y el laboral existen, por lo menos, dos diferencias estructurales que vale la pena
tener en cuenta. Primera: en el proceso penal el juez ealza perfectamente con la
idea de ser un convidado de piedra. El juez penal no tiene un rol compensato
rio que sí tiene el juez laboral. Y segunda: el proeeso penal está formulado a fa
vor del reo, quien se ubica en la posición del demandado y donde las presun
ciones, por ejemplo, son planteadas a favor del “demandado”. Mientras que en
el proeeso laboral, el trabajador está, en la generalidad de los casos, en la posi
ción de demandante y donde el proceso está pensado a favor del trabajador de
mandante. Por otra parte, no es correcto señalar que el alegato de apertura co
rresponda a la etapa de confrontación de posieiones y el de cierre al de alega
tos. Son sencillamente diferentes. La teoría del easo privilegia la retórica, el dis
curso; mientras que en el modelo de la Nueva Ley Procesal del Trabajo se pri
vilegia el debate de posiciones y se busca facilitar la labor del juez, al punto tal
que sea capaz de dictar el fallo inmediatamente finalizada la audiencia de juz
gamiento o única.
5. SENTENCIA
(61) Por otra parle, la etapa de confrontación de posiciones correspondería a lo que ellos llaman alegatos de
apertura.
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¿Cómo hacer para estar preparados para la sentencia? ¿Qué hacer en el desa
rrollo de la audiencia para que esta sea eficiente de cara al fallo y la sentencia?
Al respecto, proponemos las siguientes herramientas; Primero, confeccio
nar una lista o una tabla de pretensiones:
P R E TE N S IO N E S
P re te n s ió n 1 :
P re te n s ió n 2;
P re te n s ió n 3:
P re te n s ió n 1 S /. 0 0 0 S /, 0 0 0 S /. 0 0 0
P re te n s ió n 2 S /. 0 0 0 S /, 0 0 0 S /. 0 0 0
P re te n s ió n 3 S /. 0 0 0 S /. 0 0 0 S /. 0 0 0
IN D E M N IZ A C IO N PO R D E S P ID O A R B IT R A R IO
■I ......................................................... . ............-
O e f f l s m M e tr a b a ]a d o r D e m a n d a d o e m p le a d o r
1 V in c u lo la b o ra l 1 C a u sa ju s ta
2 P la zo d e l c o n tr a to 2 C a d u c id a d
3 P e rio d o d e p ru e b a s u p e ra d o
4 L a b o r n o m e n o r a 4 h o ra s d ia ria s
5 El d e s p id o
(62) Sobre las cargas probatorias y la figura de la inversión de la carga probatoria, o verdad interina, puede
verse nuestro anterior trabajo (PAREDES PALACIOS, IW7, IX.S-189, 271-277).
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1 P rim e ra s e le c c ió n de la n o rm a a p lic a b le
2 D e te rm in a c ió n de lo s h e c h o s de la h ip ó te s is de in c id e n c ia
3 S e le c c ió n de lo s h e c h o s n e c e s ita d o s de p r u e b a
4 S e le c c ió n de lo s h e c h o s n o n e c e s ita d o s de p r u e b a
6 S e g u n d a s e le c c ió n (c o n firm a c ió n ) de la n o rm a a p lic a b le
____ 1
7 S u b s u n c ió n
9 A p lic a c ió n de la c o n s e c u e n c ia n o rm a tiv a
REFLEXIÓN FINAL*•
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