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190 I<El-: L EX I ONES AN TR OPOLÓG I CAS SOBRE TC: M /\S T'IL OSÓ FI COS

la antropología no van a ser tipos de discurso ordenados y bien


formados , comien zos y centros nítidamente conectados a sus
finales . Ni es operativo, a largo y a medio plazo, aislar enfo ques
rivales sobre la comprensión de la mente y la cultura en comu - C APÍTULO 7
nidades valladas («psicología evolutiva», «antropología simbó-
lica») , ni fusi onarlos en un todo inclusivo («ciencia cognitiva», CULTURA , MENTE , CEREBRO/ CEREBRO ,
«semiótica») ; en el primer caso porque cosifica la diferencia y MENTE, CULTURA
la exalta , en el otro porqu e subestima su ubicuidad , su fuer za
y la imposibilidad de ser erradicada.
La razón por la que el legalismo «adjudicación» no sería el
mejor término para señalar la alternativa a estos modos de evi-
tar temas es que sugiere un «adjudicador», algo (o alguien) que Tanto la antropología como la psicología han elegido dos
clasifica las cosas, que reconcilia enfoques, alinea o elige entre de los más improbables objetos en torno a los cuales intentar
ellos. Con todo, sea cual sea el orden que aflore bien en lamen- construir una ciencia positiva: Cultura y Mente, Kultur und
te bien en la cultura, no es el producto de algún proceso central Geút, Culture et Esprit. Ambas son herencia de filosofías di-
reinante o de una estructura directiva: es el producto del juego fumas, las dos cuentan en su haber accidentadas historias de
de .. . bien, de lo que sea lo que, en ese caso, esté en juego. El fu- inflación ideológica y de abuso retórico, a la vez que tanto una
turo de la psicología cultural depende de la habilidad de sus como otra albergan amplios y múltiples usos diarios que difi-
p racticantes para sacar provecho de una situación tan turbu- cultan cualquier intento de consolidar su significado o de con-
len ta e inelegante -una situación en la que la apertura , la re- siderarlas como clases naturales. Han sido repetidamente conde-
ceptividad , la adaptabilidad , la inventiva y la inquietud intelec- nadas por místicas y metafísicas, repetidamente expulsadas del
tual , por no hablar del optimismo, que ha caracterizado la obra disciplinado recinto de la investigación seria, repetidamente
de Brune r des de sus comi enzos , es tán peculiarmente bien desautorizadas , destinadas a desaparecer.
adaptad as- . Su punto de vista y su ejemplo parecen proclives a Cuando van unidas, las dificultades no sólo aumentan, sino
flor ecer, sea qui en sea el que continl! e la narració n y sea lo que que exploran. Se proponen y elaboran reducciones poco plausi-
sc::1 lo qu e és i:a finaLnente Jiga. bles de la una a la otra o de la otra a la una, cada una de mayor
o meno r complejidad ; o se describe un sistema teoréticarn e.nte
intrin ca d o J e interacción entre ambas que deja incues tion ad a
su sepa rabilidad e indeterminado su alcance. Más recient e-
mente, a medid a que se han desarrollado las ciencias cogniti-
vas , ha hab id o una tend encia a refinar los términos y a hablar,
por el contrarío , de circuitos neuronales, de procesamiento
comp utacion al y de sistemas programables instruidos artefa c-
ru almence; un a táctica gue d e ja incuestionado y sin pbnte:Jr

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l ~U I TURA , MEN TE , c rn.EBRO ÍC EREB \{O , MENTE. CU LTUR A
l9 '>
192 R[FLEXlONES A NTROPOL ÓG I CAS SOBRE TEM AS F I LOSÓFI COS

desconcertante como la primera: «¿ D ónde termina la cultura Y


tanto el problema del habitar social del pensamiento como el 1
comienza el resto de uno mismo?».
de los fundamentos personales de la significación. Gran parte del reciente trabajo de lo que se ha llamado «ps~-
Desde sus inicios la antropología ha estado obsesionada cología cultural» se compone de intentos, algunos de ellos admi-
por estas cuestiones de doble vertiente, que han sido mal for - rables, otros menos, si bien codos ellos han rebuscado confusa-
muladas o elididas: la naturaleza mental de la cultura, la natu-
ral_:za cultural de la mente. Desde las reflexiones de Tylor en
1 mente por entre los materiales de diversas disciplinas, de navegar
en corno a este doble dilema y concebir de nuevo conceptos co-
18/0 sobre las insuficiencias cognitivas de la religión primiti- mo mentalidad o significado en trazos menos firmes , esto es es-
va, pas_a ndo por la participación sirnpatética y el pensamiento to , aquello es aquello. Los mismos títulos de los estudios en este
prelóg1co de Lévi-Bruhl en 1920 hasta el bricolage de Lévi- género que emerge -Culture in Mind, Realidad mental y mun-
Strauss, los m1temas y la pensée sauvage en 1960 el tema de 1
"mentalidad primitiva" -hasta qué punto los así llamados n: \ dos posibles, Thinking through Cultures, The Discurswe Mznd,
The Inner Lzfe: Th e Outer Mind, Cómo piensan las instituciones,
t! V_?S p1_ensan de manera diferente a como lo hacen los (tam-
Pasos hacia una ecología de la mente, Maneras de hacer mundos-
b1en as1 Uai:n~d_os) civilizados, avanzados , racionales y científi- sugieren tanto su alcance expansivo como su incierta compren-
1
cos- ha d1v1d1do y revuelto la teoría etnográfica. Boas en La
sión.2 «Juntar de nuevo», por volver a citar a Clark esta vez ?e su
mentaLzfad del hombre primitivo, Malinowsk.i en Magia, ciencia libro «cerebro, cuerpo y mundo» exige una cierta tarea, difusa y
Y relzgzon y Douglas en Pureza y peligro han lidiado con el mis- 1 ambiciosa. Pero es una tarea que, finalmente, empieza de cero.
1
mo problema: hacer inteligible, tal como ellos y sus seguidores O que empieza de nuevo, tal como sugiere el útulo del reciente
lo _h an expresa?o,_la relación entre lo interior y lo exterior, lo estudio de Michael Cole sobre este heterogéneo tema, Psicología
pnv_a d~ _Y lo publico_, lo personal y lo social, lo psicológico y
cultural. una discipina del pasado y del futuro. '
lo h1ston co, lo ex pe n encial y lo conductual.
Con todo, es posiblemente esta pretensión la fuente de to- 1 A . C lark . fü,mg Thcre. P11mng Brain, Body alld World Togeth er Again , Cam -

do el problema: que ele lo que se trata y lo que necesita ser de- bnclr,e. MlT Press, 1997 . pág. 213 ( trad. rnsL fatar ahí: cerebro, cuerpo y m1111do en la
nueva crencra cognrtwa , Barcelona, Paidó s , 199 ll.
terminad o es alg ún tipo ele conexión que enlace el mundo en el 2. 13. Shore, C11lt11rc· in M111cl, Cogmtzon and the Problem o/ Mea11ing, Nueva
ime ri o r ele nuestro cráneo con el que existe fuera ele él. Desde York , Oxford Unl\·ersity Pre.ss, l 9%. _l . Bruner, llcwal M111ds, Poszble Worlds, Cam -
bridge::, Harvnrd Un iversirv Pn:ss, 1986 (1rad. cast .: Realidad mental y mu rulos posibles,
que Wittgenstei.n demolió la idea misma ele un lenguaje priva-
Barcelonn, Gedis11, 1988)·, R. A. Shw.:Je r, Thznking 1brough Cultures: Expeditions in
J_o co_n el subsiguit'.nte énfasis en la socialización del habla y del Cultural l',ycholog_v. C amb n Jge . H:1rvnrd Un iversity Press, 199 l ; R. Harre , T he Dzs-
s1gn iJ icado, la localizació n de la mente en la cabeza y la cultura rn rrnw !d 111d, Tho11s,1nd O,il:.s , l~nh fo rni:i, Sat;e Public:icions, 1994; S. Toulmin, T/Je I11-
11a L1/<': tb<' 011 ra 1\111:.I, \'í/o rcester, Mass., C lark Univers icy Press, 1985; M . Dout!las,
tue ra ele cUa no parece sino c1lgo d e un obvio e in controvertible
Hm,, l 11st11111101is T/,,11.~. S iracu sn, Syracuse University Press, t 986 (trad. cast. . Cómo
sentido C1)mÚn . Lo que hay en el inte rior J e b cabeza es el ce- r 1,·111<J 11 l,n 111s11111c1r11:<'s. M:ulri<l, /\.li,mza , 1996): G . Bate::smi, Steps roward an Ecnlngy

rebro y algo e.le mate ri a bi ológica. Lo que hay fu era son repo - o/ fd md, Nnvt1to . Cnl 1fo m111, C han<ller, 1972 (trad cast. : Pasos bac1,1 !lllll c'colng(,; de la
1111·ntc. 1311cnos Aires, Lumen , 199, ); N . Goodman , W a)'S o( Worlilmnkillg, Nueva
llo~. reyes y un a plura lidad de cosas. La pregunta subve rsiva 'fo tk. H .,r k.:n . l q78 (1r:1d . c:1s1 Ma nc·ral d<' hacer m1111dos, l\la<lriJ , Visor. 1995).
que plan1 ca el rilc'isofo cogniLivisra Andy Cbrk , «¿J óndc te rmi- ; 1'·1 Cuk . C,,,/11md Pn,chology Tbt' 011cc a,i.i F11ture Sc,e11ce, Camb riJge, l· \ar-
na la mcnt"e y e mpi eza el resto del mundo ?», ca rece ele rcs- ,·.1r<l Untver;icy P ress, 1996 (tr,1d . cnst.: Psicolo?,i.i Clllt,,,,¡/ w 111 disápl/1/a del p,;_rn.fo y

¡1ucs1a, como a su vez carece de ella su pregunLa correlativa , tan .I, ·! {:il 11ro, 1'- 1::idriJ . !V\rna r:1, 1999) .
l 'f-1 I\UL EX I O:--:Es ANT ROPO U)G ICA S SOBHE TC M,\ S Fl lü) Ó FlíU S
CULT URA, ME N TE , CEREBRO / CERE!3RO , M ENTE, CU LTIJHA 195
Com o ~uele ocurrir co n las d espedi das fo rzosas de proce-
zada comprensió n de lo biológico, lo psicológico y lo socioc ul-
d1 m1 e n tos tam iliares , el prim er paso en este esfuerzo po r rela-
tural no se logra mediante su disposició n en algún tipo dt ca-
Cto n ar lo q ue los psicólogos centrados en la interioridad han
dena jerárquica del ser que ascienda de lo físico y biol ógico
apren dido sobre el modo en que los human os razonan sienten
h asta lo social y semiótico, emergiendo y dependiendo de cada
recu e rd an , imaginan y deciden con lo que , por su p; rte , ha1~
nivel del (y, con un poco de suerte, siendo reducible al) que se
ap rend ido los antropólogos orientados a lo exterior sobre la
encuentra por debajo . Ni tampoco se logra tratándolos com o
m anera en que el significado es construido , aprendido , activa -
realidades soberanas y discontinuas, dominios clausurados y
do y transform ado ha resultado obvio por algún tiempo , si bien
aislados, conectados externamente unos con otros («interfa -
ha sido difícil de afrontar por cada uno d e los in ves tigadores .
ced» como dice la jerga) por fuerzas , factores, montantes y cau-
E llo supone el abandono d e la idea de que el cerebro del Ha-
sas vagas y adventicias. Constitutivas unas de las otras, recípro-
m o sapiens es capaz d e funcionar autónom amente , que puede
cam ente constructivas, es así como deben ser tratadas: como
operar con efectividad, o que puede operar sin más , como un
complementos, no como niveles ; no como entidades , sino co-
sistema con du cido endógenamente y que funciona con inde-
mo aspectos, como paisajes y no como regiones .
pend en cia del contexto. Al m enos desde que la descripción cir- Todo esto quizás es discutible. Y, en efecto, ha sido objeto
c1m stancial de incipientes estadios prelingüisticos de la homini-
de mucha discusión . Lo que sería menos discutible es que , da-
zac ió n (p equeños cráneos , posición erecta , utensilios creados do que nuestra comprensión del cerebro, el procesamiento de
con un fin) comenza ra medio siglo atrás con el descubrimiento la información , el desarrollo individual, la comunicación social
d e fó sil es anterio res al Pitecántropus y d e asentamientos del y la conducta colectiva, la percepción, la emoción, la fantasía ,
p rim e r P leistoceno , el hecho de que el cere b ro y la cultura co- la memoria , la formación de conceptos y la referencia , el senti-
evo lucio n a ran , dependi e ntes mutuamente el uno del otro in- do , la representación y el discurso avanzan en cada caso hacia
c luso para su mi sma com prensió n , h a vuelto insostenibl e la un a mirada de unos y otros m ás consciente, cautelosa y de sos-
con ce pció n del funcionamiento d e la mente hu ma na como un layo , la posibilidad de reducirlos todos a sólo uno de ellos , cla-
proceso in tra ce re bral intrínsecamente determinado qu e los re- sificándolos en compartimentos sellados o incluyéndolos en un a
cu rsos c ultur::iles - lengua je , ri to , tecnología , enseñanza y el síntes is ºolo bal .y o mniabarcadora , deviene cada vez más remo-
Lab ú dd in cesto-- adornan y exti enden , pe ro q ue apenas gene- u . Está claro que no nos dirigimos hacia un final preestableci-
ra n . NuesLros ce re bros no están en un a cubeta , sino en n ues- do donde todo se une, Babel queda sin hacer y el Yo yace con
rros cuerpos. Nu es tras mentes no están en nu es1rus c uerpos, si- l:1 Sociedad .
no e n e l m undo . Y po r lo qu e respecta al mu n J u , ésté no se Por d contrario, somos testigos de una proliferación cada
halla en 11 ucs1ros ce rebros , nues tros cue rp os o nu c:s rras mentes: v ez m'.is ráp id.1 de ve rdaderos asaltos , de lo que Thomas Kuhn
é~1. c,s está n e n é l jun to co n d ioses , ve rbos, ruca s y po lítica. ll am o matrices discip lin ares -laxos e nsamblajes de técnicas,
Todo es Lo - la evo lució n co njun 1n d e c ue rpo y c u lru ra , el vocahub ri os, presupuestos, instrume ntos y logros ejemplares
carúcre r 1"11 ncío nalm e nrC"" 1n compk·ro Jd si:,te rn :1 ne rviosc.) hu y ue. a pesa r de' sus especificidades y origin alidades, o incluso
n 1,tt 10 , el co m po ne nt e :--.ign1 h ca 1i vn J e:] pen ~a rn1 l'nt c, v d1: l ¡)u 1-
Lll' sus ampl ias incon mensurab ilidades, guían con int ensificada
s:1rn ie nt11 c.: n Lt prac 11 c.1- :--.u g 1ne q ut.' d t.·,1n11no li;1 ~·1 :1 un. 1d\'~lll - f1 1c-rz;1 v un :1 p rec i~ió11 crec iente sob re su veloci daJ , los cl eulks
l 96 PEFLEXIO t\' ES ANTROPOLÓGICAS SOBRE TEMAS FILOSÓFICOS
CULTURA , MENTE , CEREBRO/ CEREBRO, MENTE , LlJL, ,,. __ _

~ínimos del desarrollo respectivo de cada una de ellas. N os ha-


mo. Lo que sí vamos a encontrar, y ya nos encontramos, es una
amos, tam~ ah?ra co~o en un futuro próximo, ame un campo
cada :~z mas ~erenciado de disciplinas semiindependientes
discusión cada ve:z más exacta, aguda y profunda. Y si piensan que
la tormenta ha arreciado, esperen y vean.
y semunteract1vas o de matrices disciplinares (y de co .d -
d d · . mun1 a Para ser un poco más concreto, y no meramente pragmáti-
.es e mvesngación que las sostienen, celebran, critican y ex-
co y exhortativo, déjenme referirme, a modo de breve ejemplo,
nenden ) dedicadas a uno u otro enfoque en el esrudio de cómo
a unas discusiones recientes en antropología, psicología y neu-
pens~mos Y con qué pensamos. Y es en el interior de este cam-
rología sobre la particularidad más elusiva y miscelánea de
po, ~sperso, dispar y siempre cambiante, donde de manera di-
nuestra vida inmediata: aquella de la que Hume pensó que la
versificada debemos aprender a buscar no un proyecto común
razón era y debía ser siempre su esclava, esto es, la «pasión», la
-?1gmund Freud y Noam Chomsky, Marshall Sahlins y E. O.
«emoción~>, el «sentimiento», el «afecto», la «actirud», el «áni-
Wils_on, Gerald Edelman y Patricia Churchland, Charles Taylor y mo», el «deseo», el «carácter», el «sentimiento».
Daniel Dennett nunca aproximarán tanto sus posruras como pa- Estas palabras también definen un espacio, no una entidad.
ra permmr que algo así ocurra-, sino una colección semiorde- Se solapan , difieren, contrastan, encajan sólo oblicuamenre,
nada Y poücénrrica de proyectos mutuamente condicionados. son términos con aires de familia -politéticos, según la ter -
Esto sugiere -para alguien que, como yo, intenta no dar minología; el problema no es tanto fijar sus referentes, algo
cuenta de logros particulares ni de evaluar propuestas concretas evidentemente difícil de hacer (¿ dónde se convierte la «envi-
smo de describir el estado gene ral de la obra- que sería reco- dia» en qué ?, ¿y la «añoranza»?) , como perfilar su alcance y
mendable intentar una mirada sinóptica de la totaüdad del cam- aplicación-. Comenzaré por la antropología no porque co-
~o; un campo tan disperso e irregular que se resiste a cualquier nozca mejor la materia sino porque me be visto de algún modo
forma de res umen. En los últimos años ha crecido nuestro hábi- implicado en el asunto - acusado, de hecho, de haber «dado
to de manejar sistemas distributivos, conectados parcialmente y permiso a los anrropólogos que entienden la cultura como sis-
auroorganizados, especialmente en ingeniería y biología, y en si- tema simbólico a que desarrollen una antropología del yo y del
mulaciones comp utacionales de cualquier cosa (desde ho rmi- senrimienro», al parecer a.lgo muy desafortunado-: Con todo,
gueros y enlaces neuronales basra desarroJJos embrionarios y no es mi propio rrnbajo lo que quiero discutir aquí -que en
percepciones de objetos) . Sin embargo, aún no es tamos t.1 cos- es te nspecro h,1actuado mi s de consejero que como autoridad.
Lumbrados a mirar matrices disciplinares o la inreracció n d1: ma- co mo un susurrn. v no como una bendición o una licencia pa-
trices disci plinares como tales. Y sería recomcndab lt: q ue !>e r,1 ~1ctu;1r- , si no eÍ de los teóricos de la p,tsión y el sentimiento
acostumb rase a ello un campo, pasado o fururo, como b « pstu>- ll:trnatfos culturalistas o J e la acción simbólica.
logía cultura l», dedicado prec1~amenre a esa inrerncción entre Dichos teó ricos (y d:iclo que todos eUos son, principalmen-
enfoques diferen tes, arasionados, incluso cdnso!> v cn crn1srJJo:--. te 1nvcsli ~adorcs de ca mpo). de entre los que Michc.lle RosaJ-
so bre «có mo p1en:.an los nati vos>>y en1 re .1rJnro~o:-. rJrt1JJnos :nnc Lut7. _kan Brig~s. Richard Shwccler. RoberL Levy
Lln , l '. .1thL
rp 1e ~acan compet·irivamcntc- add amc di cho~ enfuyue'-. Ln yuc
noc, vamos J encontrar no e~ u n a CL>ordi narnín f1m1 c ni LjllC c JLIJ
: :'-i / ( / ,.,!.,r1\S" / . /" .. ·"1· /.t .1 · . ' /\·r,.• •· 1 J f, •,111.· 11. !N Pr. ·/,,,,1,. ,.' ! l.
1inu de modo n~gl1genr.e vay.i a ra 1t1r la d1fe1em i.1 p,1r.1 \I m1 , - , •· ' r ,: · .. 1 •. '. . • ~- •. l l.1, 1• Y.tic l !1 1· :1"11 Pr,s• 1' 1' " 1 ¡,.111 /.!.j
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REFLE X I ONES Aí\ T RO POLÓG I CA S SO BR E TE MA 5 FIL O SOF ICOS CULTU RA , M ENTE , CEREBRO/ CEREBRO , M ENT E, CULT URA 199
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Y An na \X'ierzbicka son, entre otros y diferenciadamente, ejem - Desde este punto de partida general, la investigación ha
plos 1:ep resentativos , defienden un enfoque de las emociones podido tomar rumbos distintos , muchos de los cuales se ha in -
esencialmente semiótico -las ven como instrumentos de sioni- tentado explorar. Hay estudios sobre «vocabulario de la emo-
ficación y prácticas constructivas a través de los cuales aquéllas ción» , diseñados para dar al fin con el sentido de términos
ad ~u1eren forma , sentido y curso público-.5 Las palabras , culturalmente específicos para los sentimientos , actitudes y
1magen es : gestos , marcas corporales y terminologías , las hisro- temperam entos , tal como Rosaldo lo hace con la liget de los
n as , los n tos, costumbres, arengas , melodías y conversaciones llongot. (De hecho , se ha traducido inadecuadamente esta pa -
no so? meros vehículos de los sentimientos alojados en otra par- labra como «rabia» . Su traducción más ajustada sería «ener-
te , al igual que refJejos , síntomas y sudoraciones. Son el lugar y gía» o «fuerza vital», pero ni siquiera estos términos son del
el mecanismo de la cosa misma. todo adecuados. Se necesitan, como para la menú de la Ilíada,
«Sí tenemos la esperanza -escribe Rosaldo con la inco- extensas glosas , usos que sirvan de muestra, discriminaciones
modidad de ir a tientas que , dado el arraigado cartesianismo contextuales, implicaciones conductuales y términos alternati-
de nuestro lenguaje_psicológico, acostumbra a generar este ti- vos.) Un amplio número de antropólogos, incluyéndome entre
po d e postura- de aprender có mo las canciones , los desaires ellos, ha realizado una tarea similar con relación a palabras tra -
o los asesinatos pued en incitar los corazones humanos , debe- ducidas de un modo etnocéntrico, tendencioso o simplemen-
mos co nfo rmar la interpretación con una comprensión de la te indolente de una lengua cualquiera al inglés, como en el caso
relación entre form as expresivas y sentimientos , que están li- de clichés afectivos como «culpa» y «vergüenza». La lingüista
mitados c ulturalmente y derivan su significado de su lugar en culturológica Anna Wierzbicka, al señalar que palabras japo-
el se no de las exp e ri encias d e la vida de gentes particulares nesas «tales como enryo (que vienen a querer decir "control
en sociedad es paniculares.» Por muy similar qu e sea su aspec- interpersonal" ), on (más o menos "deuda de gratitud") y
to general, y por mu y útil que resulte su comparación , la m e- omoiyan (algo así como ·' empatía bienhechora") [ ...] pueden
nú -cólera de Aquiles y la Lzget -rabia de los caz adores de cabeza conducirnos al núcleo de un amplio complejo de valores yac-
fil ip in os de Rosa ld o config uran su sustan cia específica, según titudes culturales [. ..] poniendo de manifiesto una amplia red
ell a, de <<Contex tos di stintos y r...] d istin ca(s) fo rma (s) de vi- de inscripciones [ ...] específicamente culturales», no sólo deja
da». Son « rn odo(s J de aprehensió n locales med iados po r fo r- constancia de e.llo con respecto al japonés, sino también con
mas cu ltu rales y lóg icas sociaJcs loca les» _ñ respecto al ruso ltoska «entre melancolía y anhelo») , al alemán
(F-l e1m atliebe, «a mor por el país nativo») y a lo que la auto ra
denomin a «e l gran adjetivo australiano» , bloody. Otros han
5. M RnsalJ0. Knowluif!.rand Pa;1w11 , Camlrn dge. l :J mhnJge Univc-r~11 y I>re,~. ll evadó a cabo an álisis con términos samoanos como aloja
l ';18 0· C . Lu11 Llnnatura/ E111011011i tvervJaJ' St'nt1mt'11ri u n J M 1crunei1,1r1 A10ll !111d
(<<:1mor o empatía de los que tienen un estatus inferior por los
/J <1r Chal/, n;., to Uí'tJlt'm J'lu:ory , Chi cugu, Unive rs1 f)' ol Ch1 ugo Pres~ . 1988, _I L
H11~~,. \'rvcr 111 ,1 n¡;n, C..:1mh nd¡,c. 1 la rv.,rd Univer; 11v IJrc-s,, 1970, 5hwnle r, o¡, ni c.¡ uc us ternan un estatus superior»), el término árabe mj•a (,<pro -
ll l Lr-v1, 1:,h:tw,n Mm ci ,11:J L ~pcr1c,1t"1' 111 thr .\0<1, ·:, / ,l.111</i l.h1cJ~t'. 1 1nl\ e 1-:-.111 , ,f pós ito» ... «deseo» ... «in ocente» ... «p uro» ... «sin cero» ) y el ja-
,-¡_,, 1"" Pn:s~. l'ri 1 1\ . \X'ícrzh1ck3, l.1,,:1, n1cmJm,~ 1 uitu,,·r rAmuLA Th, ,, ;.:,,.,,,,,urc/1
O· 1, ·1 el , ( J do,d L ni1•e i-.;11> Prl',~. 1c,,n
r, I{, h tirio up n! . p:Í¡! 222
21)0

1
l, EFLEX! O NES r\ N TRO POLÓG TCAS SOBRE TEMAS FILOSÓFICOS
CULTIH<.A , f\lENTE , CEREBRO/CERE BRO , MENTE , CULTURA 201
van és rasa («percepción -sen timiento-gusto-im p licación-signi-
ficado>>). - , d resolver Toman más bien la forma de
rerior, mas exacta, pue f~ . . · , f ndamental más parali-
A demás de estos estudios de sistemas de vocabulario, hay . de una de 1c1enc1a mas u , , .
acusaciones falt de atención a dinam1cas
una vasca gama d e investigaciones diferentes orientadas a anali- zante , incluso fatal : su supu_e sta ate su también presunto
zar los significados de las emociones y, en la medida de lo posi- , . y consiomentemen , d
«intraps1quicas» ' 0
al re la individualida
ble, a trazar el mapa del espacio conceptual sobre el cual aqué- d · d · pacidad para tratar agen '
llos y aquéllas se extienden . Hay estudios etnomédicos sobre escu1 ~ e -~cdaa d personal . De esta manera, la psicoanalista
la subieuv1 'b .
conceptos indígenas de enfermedades, sufrimiento, dolor, cura - ~ancy Chodorow, familiarizada con este enfoque, escn e.
ciones y bienestar, y estudios etnometafóricos de regímenes fi -
g urativos -posesión de espíritus, brujería, ritos de paso- que . d · l uso cua ndo descri-
nsar teoréticamente, me
son mcapaces e pe . , · · dividuales de crea-
dejan grabados sentimientos de ... bien, para invertir el habitual 6 , f amente procesos psico1og1cos m - .
en etnogra
ción _1~ d
de s1gruf1ca o person al . [ ...] Obvian los modos
d idiosincrat1-
ll
procedimiento de Tarski, «posesión» . « brujería» y «paso>>. Tam -
bién hay estudios e tnopsicológicos sobre la importancia de emo- cos divergentes en los que las emociones se esarro an y son
y.
experunenta d as. [ ·· ·] e·Dónde ' podríamos preguntamos,
d <l adqu1e-s
ciones diferentes en sociedades diferentes y sobre la manera en
re d nmo·- 1a capac1'd ad ' Ia h a bilidad o d hábiro e< eer». cuerpo
que los niñ os aprenden cómo sentidas. Y hay estudios emoes-
culturales en primer lugar si no es en partes de su ser mternas y
téticos sobre miro, música, arre y sobre los tonos y atmósferas psicobiológicas?ª
de la vida diaria. Cada uno d e estos esrudios, o tipo de estudio, de
difícil concreció n y reticentes a la réplica, son aproximaciones al Como analista de corte ortodoxo, a1 estilo ~e Melanie Klein,
tema . Algu nos confunden , más que aclar an . P ero en su mayo r H ans Loewald o D • S· Winnicort ' Chodorow uene una concep- ·
parre, e n s u va riedad, en la gam a d e material con el que traba - . - de cómo los niños pequeños con alucinaciones se co_n vierten
jan y especialmente en la su nleza observacional que c rece con oon dultos conducidos por la fantasía basada en la «vida mee-
firm eza , la con sriru ción c ulrural de la e moción me pa rece, al .· ª y en lo arra1oado
en . en el mconsc1e
. · nce. Jun to a lo cultural Y
men os a mí, ba.s rm1te bien h echa . 11or» º d
lo biológico , dice, hay un «tercer - om1m?» que no
· · puede ser
.
Co n todo , los mayo res J esafíos, lo:, má:i e laborados , a la:,
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• su e xrcns10n
• (y Cita fa Rosaldo
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.\ e ntimi e nrn y la pasió n, no toman , de hecho, la forma J e una 11
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<.Jé to d o , un aspecro inte rpre rn ti \'C) que solo la obsen ac1nn 1d-
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202 RLI-LLX !ON[S i\ NTROPO LÓG I CAS SOBRE TEM AS FI LOSÓFI CO~
CU LTU RA. M EN T E, CEREBRO / CEREBRO , MENTE , CULTURA 203 \

bitos in terpersonaJes e intrapsíquicos a los que la proyección , la lo que es más destacable, ha surgido una concepción de lamen -
transferencia y contratransferencia otorgan un significado per- te de los niños seriamente revisada - no una confusión flore-
sonal. [ ...] LLoJ psicológico es un registro separado, [esJ suz ge- ciente y rumorosa, no una fantasía voraz arremolinada en vano
nen s." en torno a un ciego deseo, no aJgoritmos increados que generan
categorías sin tácticas y conceptos listos para usar, sino la crea-
Pero no es sólo de esta disciplina tan notoriamente autocon- ció n , la búsqueda, la preservación y el uso del significado; en
tenida y embebida en sí misma, la reivindicación de cuyo carácter palabras de Nelson Goodman , maneras de hacer mundos-.11
dominame y definitivo y cuya manera perentoria de presentar las H an proliferado los estudios con una vertiente práctica, ramo
cosas despierta reservas razonables hasta en sus espectadores más sobre la habilidad y la inclinación de los niños a construir mo-
compasiavos, de donde surge este tipo de críticas. C uaJquiera in- delos de sociedad, de los otros. de la naruraJeza , del yo, deJ
te resado en el desarroUo individuaJ, desde Jean Piaget y Lev Vy- pensamiento como tal (y, naruralmente, del sentimiento) como
gotsky hasta Jerome Bruner y Rom H arré. tiende a sen tir la mis- a usados para manejarse bien con lo que ocurre a su alrededor.
ma inquietud por cuaJqui e r punto de vista que no investigue Los esrudios sobre el autismo en tanto que fracaso (por las ra-
sob re la historia o ntogenérica de las pasio nes. El puma cruciaJ zones que sean) del niño al desarrollar una teoría operativa de
no es que los análisis cultural es sob re las emociones fracasen <<las otras memes», de imaginar y mandar sobre la realidad a
cuan do tratan de d ar cuent a --co mo Chodorow parece decir través de la narrativa y el relato de historias, de la autoconstruc-
1«un registro separado» ... «el espacio intermedi o» ... <<Su t gen e- ción y la atribución de un agente como empresa social y de la
nr>,)- de lo que siente alg uien en su interio r. en lo más profuo- subjetividad como un logro intersubjetiva - y, por tanto, con-
J o de su co razón , cuando experimenta tal o cuaJ emoción. E n textual y culturaJ- nos da una idea de nuestra mente, en la que
este: sentido, el m1 erroga nre no tiene resp uesta: como el dolo r lo «hacer
.
cosas con palabras de emociones» .y «la creació n de sibo -
«dolor,>), se sien1e como se siente: L o crucial es ver cómo mentS. nificado personal» apenas se aseme jan a «registros separados».
b,1,ct, w rath o ra¡~c, toska o 1-lc,mad,ebe. 011 enryo. u omo(van (o <<El desarroUo del pensamiento de los niños -escribió ha ce ya
par:i e l caso hlr1odv ) Uegan a alcan zar la fuerLa. la inmed1arez y
las con~ecuenc:Ja!-i qu e ti enen
De nu<=vo, l:1 recien1 e 11wc"ugac1/1n ::i CJJ)W Je en su mayorí;,1 , \i:· :hcinr,t,m. P•,• Lh!.: 1 P;.,.v: ..,.,, , '::.,, .\ f:,d, C.m1bn.:l¡.:e. 1-1.irvard Uni\•ersicy Prcss.
rcpra 1:nta111e-, J e la ps1en logía ,.:flmpar Jl 1, ,1 , Jd dc--.1rrnlln f•)•I, l1r~d dbl r ! .J.,,._ .,_j..., •.,,:--,r,, ,,. 1J•1::: Jr . J --1,,,,,,,_ MaJ nd . Mo rnc.1. 1997) ·o Pre
nud . \ e; \\\,.,dnttt .,[~= ch<' Ch1mpn:cx H J'<c .1 T h eury o f l\'lu1 J ;," , B,,b.w;oraf ,n,!
f Brt1n1· r r~ 1m-1 /\ , 1ing1on . D,1\ld P n madc l. LII I tl. 1',10111....., IJmh,en
/l'.·· 1 \,1,. ' 1 1 ll l 1•rs p .1 .:; ~ 1~ 'i2o. l ~ Ltkoft , \ \i1~1n1 r¡,.,. a•,.! Dan.~rr,,w
de l1J1 g 111•,1.1s 11rn n t J Jn._ jh 1<.nl11gJl Jnlen t1• , de:- ,1J11H1 p11l11~ u, 1
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204 REFLEXIONES ANTROPOLÓGICAS SOBRE TEMAS FILOSÓFICOS
CULTURA, ME NTE , CEREBRO/ CEREBRO , ME NTE, CULTURA 205
setenta años Vyg~ts~y, el padrino de este tipo de trabajos- de-
b ral sino de las lesiones literales, si le ocurren a alguien en con-
p ende de su dom1mo de los medios sociales del pensar. [ ...] El
cret~, en su cerebro, viendo por ello afectada su vida. . .
uso de los signos lleva a los humanos a estructuras específicas
Por supuesto, los neurólogos han inve_stigado las_implica-
de la conducta que lo liberan del desarrollo biológico y crea
ciones en el funcionamiento mental de lesiones localizadas en
nuevas formas de proceso psicológico basado en la cultura » 12
alguna región del cerebro. Pero hasta hace bien _poco el grueso
Así es como se dan los sentimientos: «Entre una lesión Íite-
ral Y un tropo literario -como ha señalado Richard Shwe- de esta investigación se ha dirigido al procesarmento cogmt~v?
en su sentido más estrecho e intelectivo - los defectos y def1-
der- hay un amplio espacio para un corazón roto». Pero co-
cits perceptuales, lingüísticos, motores y de la me~oria; los fra-
mo él mismo apunta, «los nervios destrozados, la sangre qu~ no
bulle, la cabeza a punto de estallar y el corazón roto son meto- casos en el reconocimiento estudiados por Wermcke Y los fra-
nimias del sufrimiento; expresan [ ...] con metáforas que recu- casos en la producción de Broca. Las alteraciones :m~~i~nales,
rren a partes del cuerpo formas de la experiencia encarnada del tal vez por ser menos definitivas en su forma y mas difICiles d_e
sufrimiento a través de las partes del cuerpo usadas para ex- medir (quizá también porque no están propiamente cara_cc_en-
presarlas. [ ..;] [Pero] una cabeza a punto de estallar no explo- zadas en términos de deficiencias), se someten, desde William
ta, un ~orazo~ roto no se rompe, la sangre que no bulle no por James hasta Oliver Sacks, más a informes fenomenológicos, al-
eso de¡a de circular y los nérvios destrozados no muestran pa- gunos brillantes, que a análisis somático_s. .
tología estructural alguna». u Esto también está cambiando paulatrnameme y como e¡em-
plo de ello podemos echar un rápido vistazo a la obra de Anto-
Por contra , otros estados emocionales sí producen a veces,
nio Damasio, El error de Descartes: em oá ón, razón y el cerebro
o al menos incluyen , deformaciones observables (y percepti-
bles) en los procesos somáticos. El recurso a la imaginería de humano, uno de los muchos estudios recientes de lo que ha da-
partes del cuerpo con el propósito de caracterizar no sólo el su- do en llamarse «el cerebro encarnado». 14 Damasio informa en
su libro de su trabajo con personas - nombradas, descritas,
frimiento , si.no también la emoción en general (si los corazones
se hunden en la desesperación , saltan de comento) nos recuer- particularizadas y localizadas culturalmente- con lesiones en el
lóbulo frontal (un clavo en la frente, un rumor extirpado , una
da que, más allá de cómo los ca ractericemos y los aprehenda-
mos, los sentimientos son sentidos. Los rostros se acaJoran y ru- hem iplejía, una leucotomía) y las inferencias que se pueden
bo rizan o se hielan y empalidecen, eJ estómago se nos revuelve ext raer de sus esfuerzos por abrirse camino, su subjetividad ,
o hace un nudo, las p almas de las manos sudan , nuestras mii - personalid ad y destino por lo que concierne al papel del sen-
nos tiem blan , la respiración se nos corta, se nos desencajan las timiento en la cons trucción de una ex istencia humana: «Los
mandíbulas, por no hablar de las compljcadas intlam Hi:ioncs v senri rnienrus nos pe rm iten captar el o rganismo en plena acti-
perturbaciones que E ros nos origina . In cluso vale> la pena ro-- vi c..Lic.l biologica. un reílejo de los rnecanis1T1os J e la vida misma
mar nota no de los dioses extracul turales de una máq uina cere- ,ti tiempo que aquéllos siguen su curso. Si no fue ra por la posi-

12. Citado en fr.1wlcy, op. ar par, 1-H. t--1 ·\ lt D., m:1,;10. Dn,,1r1,r· [rmr [ .,:011011. R,·1,;,111, ,111,I thc 11:,milil Br,11•1 .
1J Shwe<ler, op et/, pág 324 Nttt'\ J '\\H"k. l'i tUMlll. 1<)<).¡ (1 rad, .1s1 /:/ error d,· D,·¡, me, emooó11. rJ:011 l' el ,:,•r('
f,,,,; :,•,1,:11,1 , ll.1r,·,•lnt1.1. Cmi,·J . l ll011
206 RCFLE X JONES A NTROPO L ÓG ICA S SOBRE T EMAS FILO SÓF ICOS CULTURA, MEN T E, CEREBRO/ CEREBRO , M ENTE, CU LTURA 207

b didad de sentir estados del cuerpo, [ ... J no hab ría ni padeci- [. __] además de poco fiable y duradero por lo que respecra J.J tiem-
m1enro ni felicidad, ni deseo ni piedad , ni tragedia ni glo ria en po que se precisa para seleccionar respuestas l ... ] un a deficiencia,
la condición humana». 15 más su ru que básica, en la memoria actuante que altera lo que
Y ningún significado. Los rasgos que presentan sus casos se- queda del proceso de razonamiento requerido para que sur¡a un a
ñeros - un ferroviario de la Nueva Inolaterra decimonó nica ' un decisión . 16
b
contable profesional, un agente de bolsa, un hombre con una le-
sión de nacimiento de la que nunca se recuperó; en total, una Desde este fundamento , un síndrome parabólico que ense-
docena de casos- es una cierta incapacidad de afectación , ña una lección con ceptual , Damasio continú a desarrollando
s uperficialidad , desvinculación, indecisió n , irregularidad en los una teoría articulada sobre la manera en que la emoción fun -
propósitos, torpeza a la hora de escoger una vía, de p rever las cion a en nuestra vida mental -marcadores somáticos, p er-
consecuencias o de aprender de los errores, de atenerse a la con- cepciones record adas, estados disposicionales del cuerpo, etc.-
vención , planifica r el futuro o d e respo nder apropiadamente a que no podemos ni necesitamos explicitar aquí (es algo que, en
los otros; todo ello unido a habilidades normales, incluso supe- cualquier caso, se halla convenientemente en sus inicios), si
riores, en el ámbito mo tor, lingüístico, perceptual e intelectual. bien cabría hacer mención de que la lacónica doctrina de F ran -
Esta «matriz d e Gage», como Damasio la denomina al hilo cis Bacon, «el intelecto d el hombre no es una luz seca» , recibe
de su caso m ás ejemplar, el desdichado ferroviario con un agu- un nuevo y potente refuerzo empírico . «Las emociones y los
jero en la parte frontal de su ce rebro - un tal Phineas P. Ga- sentimientos no [son] intrusos en el bastió n de la razón .» D a-
ge- , es fundam entalmente un d esorden afectivo , una atenua- masio resume así sus investigaciones y su punto de vista: «Están
c ión d e la capacidad emocional que p a raliza de in m ediato el enlazados en sus red es para bien y para mal». 17 l as pasiones
jui cio , la voluntad y la sensibilid ad social. -el am o r. el dolor y todo ese maldito lío-- p ueden arruinar
nuestras vidas. P ero también pued e hacerlo, y con la misma efi -
1 La matri z de Gage.l de conducta social y la deficienci a a la
cacia , su p é rdida o su ausencia.
hora de tomar decisiones 1.son] compatibles con un a base J e co-
nocimiento social normal y con funciones neuropsicológicas de
orden superi or que se han preservado, tales como la memoria
convencional, el lenguaje. la atención básica, la memoria acru an - ! l asta uquí lo que respecta a mi pequeño e instructivo caso:
te básica, d razonamiento básico l I pero ellas es1án] acompa -
J ...
la L·rnoc-io n en la n J tura, la mente y el cere bro ... cerebro, men -
ñad as de unJ redu cción en la reuctividnJ emucionaJ y c n el sen1i- te y rn lt ur:1. D e estos info rm es breves - un tanto im provisa -
rn ie111 0 1 . .1 rv l'Sta reducción] en h emoción y el SL'll fi mien l(l llll tl(•S- JL'. entoq ues concebidos v d esar rollados d e man era dife-
ksl 1in cspcc1ado r inocen1e junrn a la defirn.:nciu J L· l.1 conJuc1:1 rente snbrc el esrudi o d el senri~ienro (aunque pod ría, d e ig ual
~oc1.d. r... l ll.a l frd , hJ d,· lo~ ípacienres C :1ge l en ~u razonar
moJo, h:1berme decantado por el aprendizaje, la m em oriJ o .
fl e~ 1 tmpi,J,: ;1-,1gnar va lo res J ikrcn te~ a L1pciunc~ cl1 v c-r-;~1s y I h.1
incl usn . la lncura ) espern que resulte a l menos un pcko má,
re ..,u) ñnih1ro de 1r,nias ele- Jcc i,i,'rn cl cs<.:",pc.:rn11t:1d:1nwntL· d1:1tc1

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CU LTURA , MENTE . CEREBRO /CE REBRO, MENTE , CU LTURA
209

r 2U8 REFLEXIONES ANTR OPOLÓGICAS SOBRE TEMAS FlLOSÓ rl (O:,

claro que cierta atención inquieta y libre de movimientos por No precisa de titubeos ni exploraciones;
entre matrices disciplinares contrapuestas, un cambio oport!..1- en la oscuridad sabe qué obstáculos hay,
no y alternante de atención respecto de los programas y comu- se abre camino y revolotea, baja y sube
nidades de investigación en competencia, puede dar una idea en perfectos trazos por el más oscuro aire.
de la tendencia general de las cosas en un campo disperso y dis-
tributivo de investigación ciencífica. 18 Asaltos fro ntales, avances ·Y tiene este símil una perfección igual?
La mente es como un murciélago. Precisamente. Salvo
masivos hacia la unidad conceptual y el acuerdo metodolóoico
tienen su espacio -de vez en cuando y siempre que la si; ua- q ue en la intelección más dichosa
. 1 19
ción lo permita-. Como también tiene el suyo la especialización un elegante error pue de corregir a cueva.
técnica, cada vez más profunda , y la construcción de hechos
aislada, purificada y bien delimitada según las disciplinas, sin
las que ninguna ciencia, ni siquiera la social, podría ~vanzar.
Pero por sí mismas no pueden ni podrán producir una visión
sinóptica de aquello que muchos de nosotros perseguin1os -te-
niendo el final en mente.
En el caso presente lo que buscamos y cómo debemos bus-
i; carlo (así como lo que podemos obtener para nosotros y nues-
1 tras vidas en esa búsqueda) me parece que queda exactamen-
te re fl ejado , si bien de manera tropológica, en un pequeño y
condensado poema d e Richard \XliJbur titulado ... bien , titu-
lado ...

Men te

L3 mente es en su puro juego como un murciélago


que aletea solitario en cuevas.
Jng1..:niándnselas con una agudaa ciega
pa ra no ac 1bar cnnrra la parc:J J e pieJra.

\~ l'J1.,11n.,,l,.;c11 ,,,,11 deL,,,q111.·1 ,lrc:-1111,111crrnin"~'lc- l0rrP.J, da,r.1lt".Jcl.1 , {'. }' ,.. \i':ll ·\I',,,! 11 :cut1rrflr1rc l• _,r,·•
í~ \('Jh,11, .\',.:, .:,, 1 l. j { •• 1 ' • • • ..
1 1
r·n d, !. !.11 1 \'( ,JV' l. \ \ 1 •, ~fo l 11t·•1 J ''·· .\f(•u rt:l\f'' f , '- ,¡ ~,¡ • i' r .'. f ;,'.,. • • 11 ¡Q-.,. [' l: >.¡ 1
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