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Amparo Contra El Tarifazo Del Subte-Bregman-FIT-9-5-2024
Amparo Contra El Tarifazo Del Subte-Bregman-FIT-9-5-2024
Señor/a Juez/a:
MYRIAM BREGMAN, D.N.I. 22.600.553, con domicilio en Adolfo Alsina 1320 piso
3 of. 304, CABA, ALEJANDRINA BARRY, DNI 23.340.78, con domicilio en Perú 160 piso
3, of. 301, CABA, PATRICIO DEL CORRO, D.N.I. 30.306.197, con domicilio en Alsina
975, CABA, y CLAUDIO DELLECARBONARA, D.N.I. 22.810.296, con domicilio en La
Rioja 853, CABA, con el patrocinio letrado de Carlos Alberto Platkowski, abogado T. 107 F.
14 CPACF, Lilen Camila Reyes, abogada T. 126 F. 979 CPACF y Agustina Ferro, abogada T.
144 F. 858 CPACF, constituyendo domicilio legal en Adolfo Alsina 1320 piso 3 of. 304, CABA,
y domicilio electrónico en 20268948709, 27353680698 y 23382676564, nos presentamos ante
V.S. y decimos:
I. OBJETO
Que, como se demostrará, de acuerdo con los elementos fácticos y jurídicos que se
detallarán en la presente, el aumento pretendido por el GCBA y SBASE se encuentra en clara
violación a la Constitución Nacional, a la Constitución de la Ciudad, a Tratados Internacionales
y a leyes que regulan el servicio del SUBTE, lo cual determina la arbitrariedad e ilegalidad de
la Resolución que establece el aumento en cuestión y, en consecuencia, de todo aumento que se
realice en las condiciones que se desarrollarán a lo largo del presente.
Asimismo, solicitamos que con carácter urgente y con habilitación de días y horas
inhábiles se dicte medida cautelar en los términos del artículo 61 de la ley 4.472 y de los
artículos 135 y 179 del CCAyT dejándose sin efecto la Resolución 5/SBASE/24,
ordenándose la suspensión del aumento tarifario allí dispuesto hasta tanto se dicte
sentencia de fondo.
Resulta imperioso que V.S. considere las graves e injustas consecuencias que conllevan
un aumento de este servicio de transporte en las condiciones que a continuación se detallan. Los
aumentos que -insistimos- están amparados en cálculos ilegítimos, impactan en la economía de
millones de usuarios.
En ese marco, SBASE, Autoridad de Aplicación del Servicio de SUBTE designada por
ley 4.472, solicitó la actualización de la Tarifa Técnica y la readecuación del Cuadro Tarifario,
por lo que el 9 de febrero de 2024 el GCBA emitió el Decreto 101/24, disponiendo en su artículo
primero la convocatoria a Audiencia Pública para el tratamiento de la tarifa técnica y la
modificación del cuadro tarifario del SUBTE, para el día 15 de marzo de 2024 a las 15:00 hs.
Dicha audiencia no pudo realizarse debido a que tuvo que ser suspendida por las
autoridades del GCBA, ya que, aproximadamente una hora después de la hora pautada para su
inicio, alegaron “inconvenientes técnicos” para la transmisión pública de la misma.
Sin embargo, el aumento y la modificación del cuadro tarifario había sido anunciado un
tiempo antes en diversos medios de comunicación por el Gobierno local, sin una previa
participación ciudadana en un debate público sobre porcentajes de incrementos en discusión y
el impacto en economías personales y/o familiares de usuarios, demostrando la formalidad que
implica una realización de la audiencia pública respecto de un aumento que ya está decidido
previamente. Se agregan dos notas de portales de noticias como ejemplo de lo antedicho:
La nueva audiencia fue convocada para el día 25 de abril de 2024 mediante el Decreto
147/24, dicha audiencia tuvo lugar con la discusión del aumento de tarifas de la resolución
original en tres tramos: de $125 actuales a $574 (359,2% incremento) desde el 5° día hábil de
publicada resolución en Boletín Oficial; luego, a los 15 días corridos del primer aumento, una
suba a $667 (433,60% de incremento) y 15 días corridos después, que hubiese sido desde
junio/2024, la última suba a $757, resultando un incremento de la tarifa abonada por usuarios
del 505,6%.
La tarifa técnica es, desde la privatización del Subte, históricamente compensada por el
Estado Nacional primero y luego de la Ciudad, subsidiando estos la parte no cubierta por la
tarifa abonada por los usuarios. En el nuevo cuadro tarifario planteado, la combinación de un
cálculo de tarifa técnica sin verificación exhaustiva de sus componentes y la quita intempestiva
de la mayor parte del subsidio por parte del Gobierno de la Ciudad, resulta en una tarifa a abonar
por los usuarios no inclusiva ni accesible para todos los ciudadanos, siendo privativa, por lo
tanto, del acceso al servicio de transporte público en subterráneo.
Por otra parte, a modo de comparación con otras ciudades del mundo que cuentan con
redes de subtes, suponiendo que la cotización del dólar oficial se sostenga unos meses estable
en aproximadamente $921.04, el boleto de Subte final de $757 pasaría a valer una tarifa final de
82 centavos de dólar, sería internamente una tarifa comparativamente más alta a la de los años
90 pre privatización del servicio pero con un salario en dólares bastante más deprimido, y
comparando con el exterior el subte de Buenos Aires, con apenas 6 líneas y 90 estaciones,
pasaría a estar considerablemente más caro en dólares que redes como la de Moscú con 14 líneas
y 258 paradas a 60 centavos de dólar o la de Ciudad de México con 12 líneas y 195 estaciones
a 30 centavos de dólar.
Cabe advertir también que en este momento no existen obras ni planes referidos a la
extensión de las líneas. Esto fue advertido por el Banco Mundial en un informe realizado con
motivo del transporte en el Área Metropolitana, publicado en el año 2022, donde se destaca la
severa falta de inversión en el subte (“Lapidario informe del Banco Mundial sobre la
desinversión en el Subte”, diario Tiempo Argentino:
https://www.tiempoar.com.ar/economia/lapidario-informe-del-banco-mundial-sobre-la-
desinversion-en-el-subte/).
El Subte porteño, que fue pionero en América Latina, se encuentra post privatización en
1994 estancado en su desarrollo, con las obras de las tres nuevas líneas proyectadas en el año
2001 (F, G e I), que ampliarían a 128 las estaciones y exponencialmente el número de usuarios,
paralizadas hace décadas, y con incrementos de tarifas excesivamente onerosos para ingresos
depreciados.
Durante todo el tiempo que demore el proceso, todo habitante de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, y del AMBA (en su calidad de usuario actual y/o potencial del SUBTE, como
los suscriptos) por cada viaje que realice deberá abonar una tarifa, respecto a la actual de $125,
con un aumento del 359,2% en el primer tramo, vigente a partir del quinto día hábil de publicada
la Resolución 5/SBASE/24, a un valor de $574, luego en el segundo tramo, que comienza a
partir de los 15 días corridos desde la entrada en vigencia del primer tramo, sufrirá un aumento
de 420%, siendo el valor de la tarifa de $650, para así llegar al tercero y último tramo con un
aumento total de 505,6%, cuya entrada en vigencia opera a partir del 1 de agosto, con un valor
final de la tarifa de $757.
Esos daños y perjuicios ocasionados a los usuarios del subte, no tienen ni tendrán
reparación ulterior, aun cuando la sentencia de fondo del amparo colectivo declare nula la
resolución cuestionada, ya que estos no recuperarían la pérdida del poder adquisitivo.
Resulta preocupante que uno de los argumentos que SBASE utiliza para justificar el
aumento en la Resolución 5/SBASE/24 sea “…la necesidad de armonizar la estructura tarifaria
del sector del transporte urbano y suburbano de pasajeros de la Región Metropolitana de Buenos
Aires, a fin de equilibrar las tarifas de los distintos modos de transporte prestados en el mismo
espacio geográfico…”. De aquí se extrae la irrazonabilidad con la que se determinan los
aumentos tarifarios: amparados por la falta de reglamentación de la ley de Subte, utilizando un
método de cálculo tarifario que no es justo ni razonable, contrariando la Ley 4.472, acudiendo
a parámetros como el aumento tarifario de trenes y colectivos, omitiendo considerar que el
colectivo ya recuperó su demanda pre-pandemia y el Subte no.
En efecto, si se buscara de forma razonable cubrir los costos del Subte, ello debe
hacerse necesariamente contemplando la recuperación de los pasajeros del Subte. Tal
situación permitiría cubrir costos sin aumentar tarifas y también - tal como se verá más adelante
- evitar la expulsión de pasajeros para cumplir con el mandato legal de los servicios públicos en
general y del subte en particular.
La irrazonabilidad en dicho punto tampoco deja lugar a dudas ya que en lo que respecta
a las principales variables que incluye el cuadro tarifario, el GCBA y SBASE solo contempla el
aumento costos y el aumento de la tarifa, excluyendo de dicho análisis a los pasajeros que,
proyectado como variable positiva (esto es, de mínima buscando recuperar los pasajeros previos
al COVID-19), permitiría compensar el aumento en los costos del servicio.
De esta manera, entre indigentes, pobres, personas en situación vulnerable y clase media
frágil, hay 1.656.500 personas, el 43,6% de los habitantes de la Ciudad, que atraviesan por una
situación de fragilidad social porque cuentan con recursos que bordean o están por debajo de la
línea de pobreza.
La línea de pobreza a marzo de 2024 para una pareja residente en la Ciudad, compuesta
por una mujer y un varón de 35 años de edad, ambos económicamente activos y propietarios de
la vivienda (o sea, sin contemplar el pago de alquiler más expensas), con dos hijos varones de 9
y 6 años, ascendió a $766.146, un 300,62% más que un año antes, superando sensiblemente a
la inflación para igual período, siendo la línea de indigencia para este segmento de $442.239.
Por tanto, en términos concretos, una familia con hijos en edad escolar que utiliza el
subterráneo deberá utilizar una porción mucho mayor de su presupuesto mensual para afrontar
el incremento de la tarifa vigente propuesta por SBASE, lo que terminará incrementando las
tasas de pobreza e indigencia, quedando desprotegidas además ante la imposibilidad de obtener
alguna reparación ulterior, situación mucho más acuciante en los sectores de bajos recursos.
Los afectados por este proceder son los millones de usuarios del SUBTE que deben sufrir
un menoscabo en sus patrimonios producto de un aumento tarifario que busca mantener este
entramado de gastos ilegítimos y de vaciamiento del SUBTE.
1. Método de cálculo
De acuerdo a lo previsto en el art. 25 de la Ley 4.472, la tarifa técnica “es aquella que
refleja los costos de la explotación del SERVICIO SUBTE”. El método que adopta SBASE en
la Memoria de cálculo para obtener la tarifa técnica, resulta del cociente entre los costos de
explotación y los pasajeros pagos.
En primer lugar, se incluyen gastos que no corresponde incluir en la tarifa y, por otro
lado, nos encontramos con que en el cálculo de la tarifa se incluyen gastos que de ninguna
manera es posible considerar como correspondientes a la “explotación del servicio”, ya que nada
tienen que ver con la prestación ni funcionamiento del mismo.
Al respecto, la AGCBA indicó que para el año 2013 se “establecería una tarifa técnica
incorrecta. En este caso, se estarían considerando conceptos que se encuentran ajenos a lo
establecido en la Ley 4.472. Esto podría derivar en que el GCBA subsidie Gastos de
Mantenimiento y depreciación de Material Rodante e Infraestructura, y que en el marco del
contexto actual Metrovías S.A. termine aplicando esos montos a la operatividad del servicio,
con el agravante que la depreciación no implica erogación de fondos alguna”.
Asimismo, tal como surge de las constancias del expediente, SBASE vuelve a utilizar
como fundamento el informe realizado por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de
Buenos Aires (UBA) de 2017 para emitir “una opinión técnica respecto a la metodología
utilizada por SBASE para la determinación de la tarifa técnica del servicio Subte”.
Este informe confirma que “el concepto de TT no ha sido reglamentado, como así
tampoco el de CE. Esto hace que su sentido y alcance preciso es materia de interpretación” y
advierte sobre la necesidad de “elaborar al respecto una reglamentación formalizada y
taxativa”. El motivo de dicho planteo es, siempre según la FIUBA, que “los criterios que dan
base al cálculo del CE y de la TT surgen de una interpretación de lo estipulado en la Ley 4472
que, siendo pertinente, demanda ser fortalecida en términos conceptuales”.
Estas definiciones de la FIUBA no dejan lugar a dudas. Por un lado, advierte sobre la
ausencia de criterio para incluir determinados gastos en los Costos de Explotación. Por otro lado,
el pedido de “iluminar” la TT no puede más que interpretarse como la confirmación de la falta
de claridad y transparencia en su cálculo.
Esas son solo algunas de las cuestiones a dilucidar que surgen de la documentación
puesta a revisión y que serán detalladas a continuación, no solo se debe considerar el importe
nominal de las facturas, sino también, la intención solapada, de incluir entre cientos de facturas
gastos cuya pertinencia respecto a la prestación del servicio es impugnable.
No existe argumento razonable válido que permita afirmar que tales gastos
corresponden a la explotación del servicio del SUBTE. De esta forma, la gerencia de EMOVA
ha logrado trasladar sus gastos personales, suntuosos y propios de su empresa, e incluso del
Grupo Roggio, a la tarifa de un servicio público. La arbitrariedad e irrazonabilidad de esa
operación tiene como resultado un cálculo tarifario que, como hemos señalado, no es justo ni
razonable y por lo tanto contrario a la Ley 4.472, lo que implica la nulidad de la resolución que
aprueba la tarifa en cuestión.
Las condiciones descritas no hacen más que concluir la necesidad de mayor precisión y
por lo tanto la nulidad de la Resolución 5/SBASE/24.
Es así que se adicionan al cálculo de la Tarifa Técnica los gastos por “Mantenimiento y
desasbestización” a cargo de SBASE, por un total de $1.351,49 millones medidos en términos
anuales. Dicho gasto está contemplado “Según Presupuesto 2024”, acorde a lo informado en el
documento mencionado ut supra.
Hasta aquí parecería algo menor la inclusión de este gasto a cargo de SBASE como un
elemento más de la Tarifa Técnica, pero verá V.S. que esto resulta a todas luces inadmisible,
conforme a los hechos que a continuación pasaremos a desarrollar.
En el mes de febrero del año 2018, las y los trabajadores del Subte tomaron conocimiento
de la existencia de asbesto en formaciones de varios coches de la línea B, a raíz de que tomara
estado público la presencia de aquel material cancerígeno en trenes “CAF 5000” del Metro de
Madrid. En un artículo difundido desde la Asociación Gremial de Trabajadores del subte y el
Premetro (AGTSyP), informaron que “un empleado del Metro de Madrid enfermó de un tipo de
cáncer conocido como Asbestosis, provocado por la exposición al amianto presente en trenes
idénticos a los que circulan en la línea B”, por lo que la empresa española le reconoció la
“enfermedad laboral” al operario.
Es decir que, siete años después de la compra de estas formaciones, las y los trabajadores
del Subte se enteraron de la presencia del material contaminante, a partir de la denuncia de sus
pares españoles.
A raíz de ello, las y los trabajadores resolvieron de manera inmediata dejar de operar con
estas formaciones. Sin embargo, tanto SBASE, como la actual empresa Adjudicataria del
servicio Metrovías y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, desconocieron la presencia de
asbesto en los trenes.
Posteriormente, el día 14 de octubre del año 2019 la CNN en español emitió un informe
sobre la crisis por la presencia de asbesto en la línea B del Subte de la Ciudad de Buenos Aires.
Lo más llamativo del informe era que el entonces presidente de SBASE, Eduardo De
Montmollin, reconocía que en los manuales técnicos de los 36 coches “CAF 5000” comprados
a Madrid en el año 2011 por más de cuatro millones de euros, decían que los mismos contenían
asbesto. Es preciso señalar que en la Argentina está prohibida la importación de cualquier
producto que contenga este material desde el año 2001.
Note V.S. que, a sabiendas de ese estado de las cosas, la operación se concretó.
Negligencia, negociado, como sea, la vida de las y los trabajadores y usuarias y usuarios vale
poco y nada, cuando de ganancias se refiere.
En ese orden de ideas, ese mismo año la AGTSyP promovió un amparo colectivo contra
el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Subterráneos de Buenos Aires, Metrovías S.A. y
Metro de Madrid S.A., en el que además nos presentamos como parte actora, en autos
caratulados “ASOCIACION GREMIAL DE TRABAJADORES del subterráneo y premetro Y
OTROS CONTRA GCBA Y OTROS SOBRE AMPARO - AMBIENTAL”, Expte.
11720/2019-0.
El objeto de la acción era que se ordenara a las demandadas a: i) la Recomposición del
daño ambiental, ii) la Prevención del daño a la salud, iii) la Reparación de los daños
patrimoniales y no patrimoniales, iv) el Daño punitivo por el grave incumplimiento, entre otros
puntos, como así también la solicitud del dictado de una medida cautelar, a fin de que se ordenara
la prohibición de la manipulación o contacto con piezas, componentes o lugares con asbesto, y
demás medidas.
No obstante, la nueva empresa concesionaria del servicio del Subte Emova Movilidad
S.A., continúa utilizando formaciones y talleres en los que ya se comprobó la presencia de
asbesto, sin existir fecha concreta en la cual se finalizará con el reemplazo y/o desasbestización
de los trenes y talleres contaminados. Todo ello ocurre con el aval explícito de SBASE y el
Gobierno de la Ciudad.
Tal es así, que cabe traer a consideración un hecho acontecido en el mes de agosto del
2022, en el cual la escuela primaria “Organización de Estados Americanos” y el jardín “El
Tranvía”, del barrio de Caballito, donde asisten alrededor de 400 alumnos y alumnas, fueron
notificados por trabajadores y trabajadoras que integran la Secretaría de Salud Laboral de la
AGTSyP sobre la presencia de asbesto en las inmediaciones de ambos establecimientos
educativos. En ese entonces, en el último relevamiento realizado por dicha entidad, denunciaron
que en los talleres Bonifacio y Polvorín, linderos a ambos edificios escolares, “se encuentran
materiales con amianto (asbesto) que contaminan el ambiente y son nocivos para la salud de los
expuestos”. Estos talleres tienen un horno cuya chimenea apunta directamente al patio de la
escuela primaria y del jardín de infantes, poniendo en riesgo la salud de esa comunidad educativa.
Por todo lo descrito, queda entonces demostrado que la presencia de este material, no
solo afecta la salud de las y los trabajadores del Subte, de los usuarios y las usuarias del servicio,
sino que también se extiende hacia la superficie, llegando a los límites de exponer a niños y
niñas ante el riesgo de inhalación constante de partículas de asbesto mientras juegan en los patios
de sus escuelas.
Los graves hechos hasta aquí relatados evidencian la irrazonabilidad de SBASE, que al
incluir la desasbestización en el cálculo de la Tarifa Técnica, pretende considerar como un costo
de explotación el proceder negligente de la Administración (mediante la adquisición de vagones
con material cancerígeno) y trasladar dicho costo al SUBTE.
En efecto, cabe preguntarse qué pasará con los eventuales y legítimos juicios por daños
y perjuicios frente a las muertes y enfermedades por la exposición al asbesto. Según el criterio
de SBASE, dichos juicios los pagarían los mismos usuarios y trabajadores afectados a través del
aumento de la tarifa. Se trata de una conclusión irrazonable e insólita que demuestra que la
desasbestización no puede considerarse bajo ningún punto de vista como “gasto de explotación”.
Cabe mencionar que, con una tarifa final a pagar por el usuario de $757 y una tarifa
técnica de $859,07, el nivel de subsidio es del 11,88%, muy por debajo del histórico promedio
del 60% de la tarifa técnica, y también del 35% que el gobierno porteño menciona que subsidiará.
Si ese fuera el porcentaje de subsidio (35%), la tarifa a pagar por el usuario sería de $492,05.
Es decir: no sólo se produce un incremento de la tarifa por sobre todo índice económico
de comparación, incluso por sobre el porcentaje de incremento de costos informado de 111,01%,
ya que hasta diciembre/2023 la tarifa técnica era de $398,44 y pasa en unos pocos meses a ser
de $859,07, incremento del 115,61%. Además, se invierte la relación porcentual de la tarifa
técnica cubierta por el usuario y por subsidio, asumiendo ahora el usuario el 88,12% del valor
de la tarifa técnica y subsidiándose sólo el 11,88%.
Se trata de un incremento de tarifas injusto e irrazonable, que pone todo el peso a soportar
en el usuario mientras preserva un esquema que resguarda la ganancia de la empresa
concesionaria, retirando incluso en forma arbitraria y prácticamente integral el subsidio al
servicio, el cual no es un privilegio de los usuarios, sino una herramienta para garantizar una
tarifa no excluyente de acceso al transporte público.
En el fallo mencionado previamente, citas 322:3008, expone la Corte Suprema que “Las
atribuciones de la administración pública en materia de tarifas no se ejercen en forma
discrecional, sino que deben estar sujetas a la demostración objetiva del fundamento de las
modificaciones que se efectúen (Voto del Dr. Antonio Boggiano). (...) A los jueces no les
compete pronunciarse sobre el mayor o menor grado de acierto, error, mérito o conveniencia
de las decisiones adoptadas por la autoridad administrativa dentro del ámbito de discreción
que le acuerdan las leyes, excepto que ellas se traduzcan en actos abusivos o arbitrarios
(Disidencia del Dr. Enrique Santiago Petracchi). (...) Las prestaciones que el Estado, por sí o
a través de sus concesionarios, ponen a disposición de los usuarios de los servicios públicos,
constituyen formas de asistencia sin las cuales la vida diaria del hombre común en la sociedad
actual es apenas concebible (Disidencia del Dr. Enrique Santiago Petracchi). (...) El transporte
público constituye una de las prestaciones más apremiantes para los menos pudientes, para
quienes el subsidio no representa un privilegio o exención, sino un medio de hacer efectivo el
principio de igualdad proporcional en las cargas públicas (Disidencia del Dr. Enrique Santiago
Petracchi).
La forma de cálculo que utiliza SBASE evita proyectar un mayor número de pasajeros
basados en el precio de la tarifa al usuario (la relación que existe entre tarifas más bajas y
aumento de los pasajeros). En efecto, de acuerdo a lo informado por SBASE y el Gobierno de
la Ciudad en sus estadísticas, en términos anuales durante 2019 habían viajado 323.393.638
pasajeros pagos; durante 2020 –producto del aislamiento obligatorio dispuesto por la pandemia
del coronavirus – dicha cifra descendió a 73.977.194 pasajeros; mientras que durante 2021
ascendió a 91.654.127 pasajeros pagos, en 2022 a 222.4569.804 pasajeros pagos y finalmente
en 2023 viajaron 236.506.971 pasajeros pagos.
De esta forma, las cifras reseñadas previamente demuestran que SBASE no tiene
ninguna intención de aumentar la cantidad de pasajeros para que, de mínima, vuelvan a los
valores del 2019. Al contrario, SBASE demuestra que su gestión del SUBTE consiste en una
política expulsiva del servicio público del SUBTE que se pretende mantener con el aumento
tarifario que se impugna en el presente amparo.
Ello demuestra lo irrazonable del aumento tarifario, toda vez que el mismo no tiene
intención de aumentar la cantidad de pasajeros sino todo lo contrario: la propia SBASE reconoce
que el objetivo del aumento tarifario es evitar el aumento de pasajeros.
En efecto, se indica que, ante el aumento de las tarifas de colectivos y trenes, el aumento
de la tarifa del SUBTE se realiza “a los fines de evitar migraciones de usuarios de uno a otro
modo atribuibles a modificaciones tarifarias, circunstancia que conspiraría contra la simetría
intermodal que debe primar respecto a la movilidad pública urbana” (página 24). Se trata de un
fundamento insólito y a todas luces irrazonable ya que, conforme surge de las citas de SBASE
reseñadas en los párrafos precedentes, la conclusión lógica debería ser la de mantener más baja
la tarifa a los fines de alentar -y no evitar como propone SBASE- las migraciones de usuarios al
SUBTE.
Siendo la tarifa técnica calculada por SBASE de $859,07, calculada a partir del costo
total de 198.633,41 millones de pesos, sobre la cantidad de pasajeros proyectada para 2024 de
231,22 millones. No obstante, solo a modo de ejemplo, si se tomara la demanda del año 2019
de 389,58 millones de pasajeros, se podría reducir un 40,65% la tarifa técnica.
Cabe recordar que el planteo que aquí se realiza ha sido receptado por la CSJN en el
fallo “CEPIS”, donde se estableció entre otras que “el Estado debe velar por la continuidad,
universalidad y accesibilidad de los servicios públicos”. En esta inteligencia, ha quedado
demostrado que la gestión de SBASE en general y la política tarifaria del SUBTE en particular
ha consistido en una expulsión constante de sus pasajeros, es decir, una política opuesta a
garantizar la universalidad y accesibilidad del servicio.
Esto sin tener en cuenta que la cantidad de viajes puede disminuir por motivos de fuerza
mayor, como suspensiones del servicio o licencias por enfermedad, afectando también la
acumulación de viajes para alcanzar un mayor descuento. Por este motivo, puede definirse con
precisión que la tarifa progresiva es difícilmente aprovechada en su totalidad por aquellos que
utilizan el subte para concurrir a sus trabajos y/o lugares de estudio, lo que la transforma en un
mecanismo que no favorece siquiera a los viajeros frecuentes en la medida que lo necesitan.
En síntesis, el mentado “beneficio” carece de toda efectividad para el usuario del Subte,
tal como pretende y se excusan GCBA y SBASE.
V. DERECHOS VULNERADOS
Tal como se extrae del relato de los hechos, el GCBA y SBASE han vulnerado derechos
y garantías reconocidos en Tratados Internacionales, en la Constitución de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires y en las leyes locales que los regulan.
La protección a los derechos de los usuarios del SUBTE encuentra un primer fundamento
en la ley que regula dicho servicio.
En su art. 14 dispone que “tendrá por finalidad dar satisfacción a las necesidades de la
población”, para luego definir los PRINCIPIOS GENERALES de la ley 4.472, su artículo 15
inciso 1, establece el objetivo de “Proteger adecuadamente los derechos de los usuarios”.
Asimismo, como criterio rector de las tarifas, la ley 4.472 establece en su art. 24 que las
mismas deberán ser “justas y razonables.”
Asimismo, el artículo 31 consagra una integral protección al usuario al establecer que
“Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en su relación de consumo,
a la defensa contra la distorsión de los mercados, al control de los monopolios que los afecten,
a la protección de su salud, de su seguridad y la de su patrimonio, asegurándoles trato
equitativo, libertad de elección y el acceso a la información transparente, adecuada, veraz y
oportuna”.
Al incluir conceptos ajenos a la tarifa se produce una completa distorsión sobre los
verdaderos costos del servicio de SUBTE, lo cual se ve aún más afectado con la exclusión de
pasajeros en los términos definidos. Por lo tanto, mal podrían GCBA y SBASE cumplir con su
obligación de proteger el patrimonio de los usuarios, toda vez que el método de cálculo resulta
viciado de origen. Ello es especialmente grave considerando que se deriva de un deficitario
control sobre el concesionario, que ejerce la concesión del servicio en condiciones monopólicas.
Los hechos relatados a lo largo del presente evidencian una abierta violación del GCBA
y SBASE al mandato constitucional reseñado. En efecto, la sistemática actividad de las
demandas tendientes a beneficiar y proteger a la empresa concesionaria lo ha sido siempre en
detrimento de los usuarios.
Es categórico entonces que las demandadas lejos han estado de remover obstáculos, sino
que, por el contrario, se han encargado de profundizar y agravar los ya existentes, afectando la
igualdad de los usuarios respecto a EMOVA.
Cabe recordar lo afirmado por la Cámara de este fuero respecto a que “la Ciudad
“promueve la remoción de los obstáculos de cualquier orden” que impidan “la efectiva
participación en la vida política, económica o social de la comunidad” (art. 11, in fine). Se
trata de un principio de participación que impregna todo el articulado de la Constitución
local.” (Expte. Nº 8279/0: “DESPLATS, GUSTAVO MARIA CONTRA GCBA SOBRE
AMPARO (ART. 14 C.C.A.B.A.”).
Esta parte insiste en que, aceptar un método de cálculo viciado, con conceptos y gastos
que no corresponden a la tarifa, implica favorecer en forma escandalosa a la empresa
concesionaria, quien lógicamente ocupa la posición dominante en la relación de consumo
existente en el uso del servicio del SUBTE, posición frente a la cual se adoptó la cláusula
constitucional citada que ha sido violada por parte de las demandadas.
Al respecto, cabe recordar que ya la Corte Suprema ha establecido que “(…) en materia
tarifaria la participación de los usuarios de un servicio público no se satisface con la mera
notificación de una tarifa ya establecida. (…) La participación de los usuarios con carácter
previo a la determinación de la tarifa constituye un factor de previsibilidad, integrativo del
derecho constitucional a una información "adecuada y veraz" (artículo 42, Constitución
Nacional) y un elemento de legitimidad para el poder administrador, responsable en el caso de
garantizar el derecho a la información pública, estrechamente vinculado al sistema republicano
de gobierno (artículo 10, Constitución Nacional). Asimismo, otorga una garantía de
razonabilidad para el usuario y disminuye las estadísticas de litigación judicial sobre las
medidas que se adoptan” (fallo “CEPIS”, considerando 17).
También ha sido categórica la CSJN al determinar que “Desde una prelación temporal,
en primer lugar, se encuentra un derecho de contenido sustancial que es el derecho de todos
los usuarios a recibir de parte del Estado información adecuada, veraz e imparcial. La
capacidad de acceder a una información con estas características es un elemento fundamental
de los derechos de los usuarios, pues ese conocimiento es un presupuesto insoslayable para
poder expresarse fundadamente, oír a todos los sectores interesados, deliberar y formar opinión
sobre la razonabilidad de las medidas que se adoptaren por parte de las autoridades públicas,
intentando superar las asimetrías naturales que existen entre un individuo y el Estado que habrá
de fijar la tarifa de los servicios públicos (…)todas las etapas anteriores constituirían puro
ritualismo si la autoridad no considerara fundadamente en oportunidad de tomar las
resoluciones del caso, las situaciones y argumentaciones que se expusieron en la audiencia y el
modo en que ellas inciden en las medidas que se adoptan” (considerando 19).
Finalmente, tal como fuere desarrollado in extenso en los acápites que anteceden, al
dictar la Resolución 5/SBASE/24 y al calcular las tarifas técnicas y al usuario, las demandadas
han omitido en forma arbitraria la aplicación de la totalidad del marco normativo aplicable a la
materia. Todo ello permite afirmar que un cuadro tarifario que no aplique la totalidad de la
legislación vigente, lejos puede estar de ser “justo y razonable”.
Al respecto, Gordillo ha señalado que “La falta de proporcionalidad entre los medios
que el acto adopta y los fines que persigue la ley que dio al administrador las facultades que
éste ejerce en el caso, o entre los hechos acreditados y la decisión que en base a ellos se adopta,
etc., tornan nulo el acto. En este sentido, la jurisprudencia de la Corte Suprema tiene
establecido “que las medidas utilizadas por la autoridad pública deben ser
proporcionadamente adecuadas a los fines perseguidos por el legislador.” […] Este principio
puede aplicarse a una gran cantidad de supuestos, y así, por ejemplo, se ha dicho que la fijación
de las tarifas por la prestación de los servicios públicos debe guardar “una razonable
equivalencia entre ambas prestaciones (servicio realizado y retribuciones debida), pues donde
no hay proporcionalidad tampoco hay razonabilidad.”
A) Bien colectivo que se pretende tutelar: servicio público SUBTE, conforme ley
4.472 y artículo 14 párrafo segundo de la CCABA y derechos de los usuarios conforme ley
4.472, ley 24.240, CCABA y CN.
B) Colectivo involucrado: habitantes de la Ciudad, en su calidad de usuarios
actuales y/o potenciales del SUBTE, que deberán abonar el aumento tarifario impugnado en el
presente.
C) Causa fáctica y normativa homogénea: el aumento de la tarifa al usuario en
violación a derechos y garantías constitucionales de los usuarios del SUBTE.
Al respecto, cabe recordar lo dispuesto por la Cámara del fuero en cuanto a que “(…)
por la naturaleza misma del servicio de transporte público, todo habitante de la Ciudad
adquiere carácter de usuario — al menos potencial — del servicio de subterráneos, condición
que resulta suficiente a los fines de considerar que podrían verse afectados por la medida que
en materia tarifaria adopte la autoridad administrativa” (“Vera, Gustavo Javier y otros
c/Subterráneo de Buenos Aires Sociedad del Estado y otros s/amparo”, Expte. A9704-2014/0,
sentencia del 5 de mayo de 2016; y “Del Gaiso, Juan Facundo c/ Subterráneos de Buenos Aires
Sociedad del Estado s/ incidente de apelación”, Expte. A9112-2016/1, sentencia del 25 de
octubre de 2016).
Tal como se ha desarrollado en los acápites referidos a los hechos y derechos que
motivan la presente acción, las omisiones del GCBA y SBASE vulneran derechos y garantías
reconocidos en Tratados Internacionales, en la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires y en leyes locales dictadas en su consecuencia.
Ha quedado de manifiesto que GCBA y SBASE han restringido los derechos de los
usuarios en forma arbitraria, puesto que tal restricción ha implicado una aplicación restrictiva y
parcial del texto constitucional y de la ley que regula el servicio de SUBTE, y ha tenido como
correlato el exclusivo beneficio y protección de la empresa concesionaria del servicio.
Por las razones expuestas, solicitamos a V.S. que CON CARÁCTER URGENTE y con
HABILITACIÓN DE DÍAS Y HORAS INHÁBILES se ordene MEDIDA CAUTELAR en los
términos del artículo 61 de la ley 4.472 y de los artículos 135 y 179 del CCAyT y se suspenda
la Resolución 5/SBASE/24, ordenándose al GCBA y a SBASE a abstenerse a aplicar el
aumento dispuesto en dicha norma, hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo planteada
en autos respecto a la nulidad de la Resolución.
La medida cautelar que aquí se solicita se justifica en que el aumento dispuesto por el
GCBA implica perjuicios inminentes e irreparable para los miles de usuarios que próximamente
deberán abonar un aumento tarifario realizado en clara violación de derechos y garantías de los
usuarios, tal como fue expuesto a lo largo del presente, por lo que su suspensión significa
salvaguardar aquellos derechos que se verán afectados.
Con todo lo expuesto hasta aquí y de las pruebas que se acompañan ha quedado
verosímilmente acreditado que el aumento pretendido por el GCBA y SBASE afecta derechos
consagrados constitucionalmente, en tratados internacionales y en las normas locales, además
de violar los requisitos y pautas legales que deben reunir la tarifa del SUBTE, todo lo cual ha
sido suficientemente acreditado a lo largo del presente.
Debe recordarse que para decidir la admisión de una pretensión cautelar no es menester
efectuar un examen de certeza del derecho invocado, sino que sólo se exige una suficiente
apariencia de verosimilitud en el planteo, de conformidad con la naturaleza, contenido y
alcances del acto cuestionado. El juicio de conocimiento, en tales casos, no excede el marco de
lo hipotético, ya que no corresponde avanzar en la acreditación exhaustiva de los extremos
fácticos alegados, cuando con ello se puede comprometer la solución del fondo del asunto.
Por otra parte, la jurisprudencia del fuero ha señalado que “Estos requisitos se
encuentran de tal modo relacionados que, a mayor verosimilitud del derecho, es menor la
exigencia del peligro del daño, e inversamente cuando existe el riesgo de un daño extremo e
irreparable el rigor del fumus se debe atemperar” (esta sala, in re "Ticketek Argentina SA c/
GCBA", expte. nº 1075, resolución del 17/07/01 y sala II in re "Tecno Sudamericana SA c/
GCBA s/ impugnación de actos administrativos", expte. nº 322/0, del 23/05/01, entre muchos
otros precedentes).
No puede perderse de vista que la finalidad del proceso cautelar consiste en asegurar la
eficacia práctica de la sentencia que debe recaer en el proceso y la fundabilidad de la pretensión
que constituye su objeto depende de la mera probabilidad acerca de la existencia del derecho
discutido, lo que permite da emisión decisión, sin necesidad de un estudio acabado de las
distintas circunstancias que conforman la totalidad de la situación fáctica y jurídica propias de
la cuestión de fondo. Es más, el juicio de verdad en esta materia se encuentra en oposición a la
finalidad del instituto cautelar, que no es otra que atender a aquello que no excede el marco de
lo hipotético, dentro del cual, agota su virtualidad (Fallos 317:243; 318:30; 323:1877 y 324:2042,
entre otros).
2. Peligro en la demora
Por su parte, el artículo 61 de la ley 4.472 establece que “Todo aquel que pudiera sufrir
un perjuicio inminente o irreparable -en los términos del artículo 177 del Código Contencioso
Administrativo y Tributario- relacionado directa o indirectamente con la regulación, prestación
o reestructuración del SUBTE, podrá solicitar el dictado de una medida cautelar para asegurar
los efectos prácticos de una sentencia definitiva.”
El escaso tiempo hace imperiosa la medida cautelar que evite la inminente entrada en
vigencia de las nuevas tarifas, caso contrario, podría causar un perjuicio de imposible reparación
ulterior a los usuarios del servicio público de SUBTE, especialmente a aquellos que menos
recursos tienen, que exceden los beneficiarios de la tarifa social.
No nos encontramos ante un caso de frustración del interés público, justamente porque
lo que se encuentra vulnerado es el interés público de quienes de los usuarios que deberá abonar
un aumento tarifario dispuesto en violación a sus derechos y garantías.
SBASE y GCBA han vulnerado una amplia normativa de jerarquía constitucional los
derechos que amparan a los usuarios del SUBTE, así como también principios y garantías
reconocidos en la ley particular que regula dicho servicio, en particular aquella que manda a
garantizar tarifas justas y razonables.
Por lo tanto, sería incoherente invocar que la medida cautelar solicitada frustra el interés
público si el accionar del gobierno local vulnera derechos y garantías que debe cumplir
íntegramente.
4. Contracautela
VIII. LEGITIMACIÓN
Al respecto, cabe recordar lo dispuesto por la Cámara del fuero en cuanto a que “(…)
por la naturaleza misma del servicio de transporte público, todo habitante de la Ciudad
adquiere carácter de usuario — al menos potencial — del servicio de subterráneos, condición
que resulta suficiente a los fines de considerar que podrían verse afectados por la medida que
en materia tarifaria adopte la autoridad administrativa” (“Vera, Gustavo Javier y otros
c/Subterráneo de Buenos Aires Sociedad del Estado y otros s/amparo”, Expte. A9704-2014/0,
sentencia del 5 de mayo de 2016; y “Del Gaiso, Juan Facundo c/ Subterráneos de Buenos Aires
Sociedad del Estado s/ incidente de apelación”, Expte. A9112-2016/1, sentencia del 25 de
octubre de 2016).
Asimismo, también se ha señalado que “Basta con que los actores se encuentren
domiciliados o realicen actividades en esta Ciudad para que puedan ser usuarios, aunque sea
potenciales, del servicio de subterráneos. Ello les alcanza para demostrar su calidad de
afectados, requerida en el artículo 43 de la Constitución Nacional y 14 de la local para
promover una acción de amparo en los términos en que ha sido deducida, y también para
reconocerles un interés suficientemente concreto, directo e inmediato, merecedor de tutela
judicial (confr. doct. de Sala IV, Contencioso Administrativo Federal, 05/08/97, "Fernández,
Raúl c. Poder Ejecutivo nacional" -La Ley, 1997-E, 535-)”. (sentencia de la Cámara CAyT,
expediente 9704-2014, voto de la Jueza Gabriela Seijas).
En ese sentido, el artículo 61 de la ley 4.472 establece en su primer párrafo que “Todo
aquel que pudiera sufrir un perjuicio inminente o irreparable -en los términos del artículo
177 del Código Contencioso Administrativo y Tributario- relacionado directa o
indirectamente con la regulación, prestación o reestructuración del SUBTE, podrá solicitar el
dictado de una medida cautelar para asegurar los efectos prácticos de una sentencia definitiva.”
IX. PRUEBA
En caso de que V.S. no haga lugar a lo solicitado por esta parte, dejamos planteado el
caso federal previsto en el Art. 14 de la ley 48, toda vez que en el presente están involucradas
garantías constitucionales y derechos protegidos por los instrumentos de derechos humanos
receptados en el 75 inc. 22 de la CN.
XI. AUTORIZACIONES
Solicito se autorice a la Dra. Cristina Vanesa Fau y a Dr. Matías Aufieri a tomar vista y
compulsar el expediente, efectuar desgloses, retirar copias, oficios, exhortos, testimonios,
diligencias, cédulas, mandamientos, así como realizar cualquier tipo de gestión, acto o diligencia
que fueren necesarios para el trámite de las presentes actuaciones.
XII. PETITORIO
Proveer conforme,
ES JUSTO
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Leyenda: 2024 - Año del 30° Aniversario de la Autonomía de la Ciudad de Buenos Aires