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INTERPONEN ACCIÓN DE AMPARO – SOLICITAN MEDIDA CAUTELAR

URGENTE

Señor/a Juez/a:

MYRIAM BREGMAN, D.N.I. 22.600.553, con domicilio en Adolfo Alsina 1320


piso 3 of. 304, CABA, ALEJANDRINA BARRY, DNI 23.340.78, con domicilio en Perú
160 piso 3, of. 301, CABA, PATRICIO DEL CORRO, D.N.I. 30.306.197, con domicilio en
Alsina 975, CABA, y CLAUDIO DELLECARBONARA, D.N.I. 22.810.296, con domicilio
en La Rioja 853, CABA, con el patrocinio letrado de Eric Ivan Soñis, abogado T. 136 F. 582
CPACF y de Lilen Camila Reyes, abogada T. 126 F. 979 CPACF, constituyendo domicilio
legal en Lavalle 1388, casillero 3520, CABA, y domicilio electrónico en 27353680698 nos
presentamos ante V.S. y decimos:

I. OBJETO

Que venimos a interponer la presente acción de amparo en los términos del artículo 43
de la Constitución Nacional (CN), del artículo 14 de la Constitución de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires (CCABA) y de los artículos 2 y ss. de la ley local 2.145 contra el
GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES (GCBA), con domicilio en Uruguay
458, CABA, y contra SUBTERRÁNEOS DE BUENOS AIRES SOCIEDAD DEL
ESTADO (SBASE), con domicilio en Agüero 48, CABA, a fin de que se declare la nulidad
de la Resolución 17/SBASE/22 (BO N° 6460 - 14/09/2022) que establece el aumento de la
tarifa del servicio del SUBTE y nuevos cuadros tarifarios.

De acuerdo con los elementos fácticos y jurídicos que se detallarán, el aumento


pretendido por el GCBA y SBASE se encuentra en clara violación a la Constitución
Nacional, a la Constitución de la Ciudad, a Tratados Internacionales y a leyes que regulan el
servicio del SUBTE, lo cual determina la arbitrariedad e ilegalidad del decreto que establece
el aumento en cuestión y, en consecuencia, de todo aumento que se realice en las condiciones
que se desarrollarán a lo largo del presente.

Asimismo, solicitamos que con carácter urgente se dicte medida cautelar en los
términos del artículo 61 de la ley 4.472 y del artículo 177 del CCAyT y se suspenda la
Resolución 17/SBASE/22, ordenándose la suspensión del aumento tarifario allí
dispuesto hasta tanto se dicte sentencia de fondo.

La necesidad del dictado de la medida cautelar solicitada responde a las graves e


irreparables consecuencias que se derivarían de la aplicación del aumento tarifario en
cuestión, por cuanto ha sido concretado en clara violación a la constitución local y nacional, a
tratados internacionales y leyes que regulan el servicio del SUBTE, conforme se desarrollará
a lo largo del presente.

Resulta imperioso que V.S. considere las graves e injustas consecuencias que
conllevan un aumento de este servicio de transporte en las condiciones que a continuación se
detallan. Los aumentos que -insistimos- están amparados en cálculos ilegítimos, impactan en
la economía de millones de usuarios.

II. HECHOS QUE MOTIVAN LA PRESENTE ACCIÓN

Desde diciembre de 2021 el servicio de subte se encuentra concesionado a la empresa


EMOVA MOVILIDAD S.A. (en adelante “EMOVA” y/o “la Empresa Concesionaria” y/o “la
Concesionaria”), siendo la adjudicataria del proceso licitatorio Metrovías-Benito Roggio
S.A., ello una vez suscripto el Contrato de Concesión en septiembre de 2021.

En ese marco SBASE, Autoridad de Aplicación del Servicio de SUBTE por ley 4.472,
solicitó la actualización de la Tarifa Técnica y la readecuación del Cuadro Tarifario, por lo
que el 22 de julio de 2022 el GCBA emitió el Decreto 239/22, disponiendo en su artículo
primero la convocatoria a Audiencia Pública para el tratamiento de la tarifa técnica y la
modificación del cuadro tarifario del SUBTE.

Si bien la audiencia fue llevada a cabo el 26 de agosto de 2022, el aumento y la


modificación del cuadro tarifario fue anunciado un tiempo antes en diversos medios de
comunicación por el Gobierno local, demostrando la formalidad que implica una realización
de la audiencia pública respecto de un aumento que ya está decidido previamente.

Los argumentos e impugnaciones expresadas en la audiencia no sólo no fueron


tenidos en cuenta, si no que además las demandadas no han explicado ni respondido a las
diversos planteados realizados, resultando en consecuencia una audiencia vaciada “de todo
contenido (...) y que solo pretenden legitimar decisiones verticales tomadas con anterioridad”
(CSJN, fallo “CEPIS”, considerando 19). Este viene siendo el modus operandi de las
demandadas a través de los años.

En ese contexto se ha aprobado un aumento tarifario con serias irregularidades en sus


cálculos. Tal como se desarrollará a continuación, existen incumplimientos a la normativa
que regula al subte y a la determinación de su tarifa, así como falta de información
transparente en su cálculo, permitiendo arbitrariedades para calcular y aumentar la tarifa.

En particular, se incluyen gastos que, por un lado, no se encuentran debidamente


justificados y, por otro, que no corresponde abonar al usuario. Asimismo, no se han
considerado políticas que alienten al mayor uso del subte y a la recuperación de los
pasajeros “perdidos” desde el inicio de la pandemia por COVID-19 en marzo 2020, lo
cual implicaría una reducción del valor de la tarifa teniendo en cuenta su método de
cálculo.

Cabe advertir también que en este momento no existen obras ni planes referidos a la
extensión de las líneas. Esto fue advertido por el Banco Mundial en un informe realizado con
motivo del transporte en el Área Metropolitana, publicado este año, donde se destaca la
severa falta de inversión en el subte (“Lapidario informe del Banco Mundial sobre la
desinversión en el Subte”, diario Tiempo Argentino, 28/08/2022 ).

Es en este marco que solicitamos la nulidad de la Resolución 17/SBASE/22 y en


forma cautelar su suspensión, hasta tanto se resuelva sobre su nulidad. La trascendencia y el
perjuicio social con el que impacta la resolución en crisis en miles de usuarios del Subte es
significativa.

Todo habitante de la Ciudad (en su calidad de usuario actual y/o potencial del
SUBTE, como los suscriptos) deberá abonar una tarifa con un aumento del 40% por cada
viaje que realice durante todo el tiempo que demore el proceso. Esos daños y perjuicios
ocasionados a cada habitante de la Ciudad no tienen ni tendrán reparación ulterior, aun
cuando la sentencia de fondo del amparo colectivo declare nula la resolución cuestionada.

El vacío legal en la reglamentación del cálculo de la tarifa técnica ha permitido que,


durante los últimos años, SBASE se transforme en cómplice de los engaños de las empresas
concesionarias, para aumentar las tarifas y los subsidios recibidos del erario público. La
sobrevaluación de los montos y los rubros considerados en la tarifa técnica ha sido una vez
más la excusa que ha encontrado SBASE para un nuevo aumento en la tarifa al usuario y
justificar un aumento que ya está definido y anunciado previamente.

Resulta preocupante entonces que uno de los argumentos principales que SBASE
utiliza para justificar el aumento al afirmar en su informe de la Coordinación de Control de
Costos y Tarifa respecto a que "...considerando los indicios de proyección previstos en el
ámbito nacional para el aumento de tarifas del Sistema de Transporte Público Automotor de
Pasajeros de carácter Urbano y Suburbano de la Región Metropolitana de Buenos Aires y
Jurisdicción Nacional, y del Transporte Ferroviario de Pasajeros de Superficie se estima que
dicho incremento podría rondar el 40% respecto a los cuadros vigentes. De esta forma, se
considera pertinente proponer el mismo aumento para el SERVICIO SUBTE, con el fin de
armonizar la aplicación de la estructura tarifaria en el sector del transporte urbano y
suburbano de pasajeros de la Región Metropolitana de Buenos Aires, a fin de equilibrar las
tarifas de los distintos modos de transporte prestados en el mismo espacio geográfico, a los
fines de evitar migraciones de usuarios de uno a otro modo atribuibles a modificaciones
tarifarias, circunstancia que conspiraría contra la simetría intermodal que debe primar
respecto a la movilidad pública urbana.".

De estas afirmaciones se extrae la irrazonabilidad con la que se determinan los


aumentos tarifarios: amparados por la falta de reglamentación de la ley de Subte, utilizando
un método de cálculo tarifario ilegal, acuden como parámetro al aumento tarifario de trenes y
colectivos, omitiendo considerar que el colectivo ya recuperó su demanda pre-pandemia y el
Subte no (ellos lo admiten).

En efecto, si buscara de forma razonable cubrir los costos del Subte, ello debe
hacerse necesariamente contemplando la recuperación de los pasajeros del Subte. Tal
situación permitiría cubrir costos sin aumentar tarifas y también - tal como se verá más
adelante - evitar la expulsión de pasajeros para cumplir con el mandato legal de los servicios
públicos en general y del subte en particular.

La irrazonabilidad en dicho punto tampoco deja lugar a dudas ya que en lo que


respecta a las principales variables que incluye el cuadro tarifario, el GCBA y SBASE solo
contempla el aumento costos y el aumento de la tarifa, excluyendo de dicho análisis a los
pasajeros que, proyectado como variable positiva (esto es, de mínima buscando recuperar los
pasajeros previos al COVID-19), permitiría compensar el aumento en los costos del servicio.
Por último, previos a analizar las irregularidades en el cálculo tarifario y la política
expulsiva de pasajeros del Subte, cabe traer a consideración algunos datos sobre la situación
social en la que impactará el aumento tarifario que se cuestiona en el presente.

Según el último informe de la Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad


(https://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/), hoy la pobreza en la Ciudad asciende a 20% con
625.000 pobres, incluyendo 182.000 indigentes. Dicho organismo oficial estima que, además,
en el segundo trimestre, hay otras 233.000 personas (7% del total) que pertenecen a los
sectores “no pobres vulnerables” y 373.000 (12,1%) a la “clase media frágil”.

De esta manera, entre indigentes, pobres, en situación vulnerable y clase media frágil,
hay 1.413.000 personas, el 40%, que atraviesan por una situación de fragilidad social porque
cuentan con recursos que bordean o están por debajo de la línea de pobreza.

Asimismo, la línea de pobreza para una pareja residente en la Ciudad, compuesta por
una mujer y un varón de 35 años de edad, ambos económicamente activos y propietarios de la
vivienda, con dos hijos varones de 9 y 6 años, en julio último ascendió a $ 112.766, un 41%
más que un año antes.

Por tanto, en términos concretos, una familia con hijos en edad escolar que utiliza el
subterráneo deberá utilizar parte de su presupuesto mensual para afrontar el incremento de la
tarifa vigente propuesta por SBASE, lo que terminará incrementando las tasas de pobreza e
indigencia, quedando desprotegidas además ante la imposibilidad de obtener alguna
reparación ulterior, situación mucho más acuciante en los sectores de bajos recursos.

III. CÁLCULO DE LA TARIFA

De acuerdo a lo establecido en el fallo “CEPIS”, en el presente amparo se cuestiona


la falta de legalidad y razonabilidad del nuevo régimen tarifario. En tales términos, se
expondrán a continuación las graves irregularidades que existen en el cálculo de la tarifa
técnica que permiten concluir que la misma es ilegal e irrazonable.

El método de las demandadas consiste en crear una Tarifa Técnica ficticia,


sobrevaluada e ilegal, ya que no se ajusta a los parámetros de la ley 4472. Conforme se verá a
continuación, esta operación fraudulenta e ilegal tiene tres ejes: un método de cálculo
irrazonable, la inclusión de gastos que nada tienen que ver con la explotación del
SUBTE y una política de gestión del servicio consistente en la expulsión y disminución
constante de la cantidad de pasajeros.

Los afectados por este proceder ilegal son los millones de usuarios del SUBTE que
deben sufrir un menoscabo en sus patrimonios producto de un aumento tarifario que busca
mantener este entramado de gastos ilegítimos y del vaciamiento del SUBTE.

En otro extremo, téngase presente que la ley 4472 no se encuentra reglamentada, a


pesar de que el propio texto de la ley remite distintos aspectos a su próxima
reglamentación. Este es un hecho de especial trascendencia: habiendo transcurrido casi 10
años desde la sanción de la ley 4472, la falta de reglamentación es la que permite criterios
arbitrarios e irrazonables a la hora de calcular la Tarifa Técnica y la Tarifa al Usuario.

En efecto, SBASE y la concesionaria aprovechan el vacío legal para realizar un


cálculo arbitrario e ilegítimo de las tarifas del SUBTE. ¿Por qué motivo las consecuencias de
la ausencia de reglamentación debe cargarla el usuario? En todo caso, la falta de
reglamentación y los vacíos legales deberían ser interpretados en beneficio del usuario y en
respeto de los principios generales. SBASE y GCBA han optado por el camino contrario: en
caso de duda, solo están a favor de la concesionaria.

1. Método de cálculo

De acuerdo a lo previsto en el art. 25 de la Ley 4472, la tarifa técnica “es aquella que
refleja los costos de la explotación del SERVICIO SUBTE”. Como fuere dicho, la falta de
precisión sobre dicho concepto, sumado a la falta de reglamentación ya aludida, permite otra
vez el arbitrio o discrecionalidad de la autoridad de aplicación, que como vemos a lo largo
del presente, ni siquiera utiliza el vacío legal o la duda sobre determinados gastos en
beneficio del usuario.

SBASE emite la Memoria de Cálculo donde pretende realizar un detalle de los gastos
de explotación para luego concluir la tarifa técnica y la tarifa al usuario. De la simple lectura
de dicha Memoria de Cálculo se observa cómo se incluyen gastos que exceden a la propia
explotación.

En primer lugar se incluyen gastos que no corresponde incluir en la tarifa y, por otro
lado, nos encontramos con que en el cálculo de la tarifa se incluyen gastos que de ninguna
manera es posible considerar como correspondientes a la “explotación del servicio”, ya que
nada tienen que ver con la prestación ni funcionamiento del mismo.

En tales términos resulta aplicable la doctrina de la CSJN por cuanto en el presente


aumento tarifario se ha producido “una opacidad de la tarifa que no permite conocer sus
costos reales, con la consiguiente afectación de los derechos de los consumidores y usuarios
de dichos servicios” (fallo “CEPIS”, considerando 28) y, en consecuencia, se ha incumplido
la obligación en torno a que “las decisiones y objetivos de política económica (...) imponen al
Estado una especial prudencia y rigor a la hora de la determinación de las tarifas y de su
transparencia, a fin de asegurar su certeza, previsibilidad, gradualidad y razonabilidad, es
decir una relación directa, real y sustancial entre los medios empleados y los fines a cumplir,
evitando que tales decisiones impongan restricciones arbitrarias o desproporcionadas a los
derechos de los usuarios, y de resguardar la seguridad jurídica de los ciudadanos” (fallo
“CEPIS”, considerando 32).

Téngase presente que las divergencias y polémicas en torno al cálculo de la Tarifa


Técnica es de tal magnitud que hasta son advertidas por el propio Ente Único Regulador de
los Servicios Públicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En efecto, en su “INFORME SOBRE LA AUDIENCIA PÚBLICA CELEBRADA


EL DÍA 26 de AGOSTO de 2022” aprobado mediante RESOLUCIÓN N.° 680/ERSP/22
(BO N° 6453 del 05/09/2022), el Ente señala “la tarifa técnica necesaria para cubrir los
costos por servicios de transporte se encuentra en un valor de $110,77”. Y advierte que
dicho cálculo fue realizado “de conformidad con lo establecido en la Ley 4.472.” De esta
manera, el propio Ente Regulador estaría dando a entender que el cálculo de la TT realizado
por SBASE no fue realizado según los parámetros mandatorios de la ley 4.472.

Críticas similares fueron realizadas por la Auditoría General de la Ciudad. En su


Resolución 373/13, la AGCBA criticó el sistema de cálculo de SBASE en la determinación
de la Tarifa Técnica.

Al respecto, la AGCBA indicó que para el año 2013 se “establecería una tarifa
técnica incorrecta. En este caso, se estarían considerando conceptos que se encuentran
ajenos a lo establecido en la Ley 4.472. Esto podría derivar en que el GCBA subsidie Gastos
de Mantenimiento y depreciación de Material Rodante e Infraestructura, y que en el marco
del contexto actual Metrovías S.A. termine aplicando esos montos a la operatividad del
servicio, con el agravante que la depreciación no implica erogación de fondos alguna”.

Asimismo, tal como surge de las constancias del expediente, SBASE vuelve a utilizar
como fundamento el informe realizado por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de
Buenos Aires (UBA) de 2017 para emitir “una opinión técnica respecto a la metodología
utilizada por SBASE para la determinación de la tarifa técnica del servicio Subte”.

Este informe confirma que “el concepto de TT no ha sido reglamentado, como así
tampoco el de CE. Esto hace que su sentido y alcance preciso es materia de interpretación”
y advierte sobre la necesidad de “elaborar al respecto una reglamentación formalizada y
taxativa”. El motivo de dicho planteo es, siempre según la FIUBA, que “los criterios que dan
base al cálculo del CE y de la TT surgen de una interpretación de lo estipulado en la Ley
4472 que, siendo pertinente, demanda ser fortalecida en términos conceptuales”.

Respecto a esta “demanda de fortaleza” en torno a la interpretación de los costos de


explotación y la tarifa técnica, la FIUBA también plantea la necesidad de que “la normativa
brindara alguna precisión al respecto del criterio a aplicar para definir el CE”. Y es
categórica al plantear que es necesaria “una definición conceptual que ilumine acerca de cuál
es el propósito del cálculo de la TT” (el destacado nos pertenece).

Estas definiciones de la FIUBA no dejan lugar a dudas. Por un lado, advierte sobre la
ausencia de criterio para incluir determinados gastos en los Costos de Explotación. Por otro
lado, el pedido de “iluminar” la TT no puede más que interpretarse como la confirmación de
la falta de claridad y transparencia en su cálculo.

2. Cómputo de gastos por desasbestización

Ahora bien, como corolario de lo desarrollado, nos encontramos con un punto a tener
en cuenta, la inclusión en el cálculo de la Tarifa Técnica del gasto de “Mantenimiento y
asbesto”.

Siguiendo con su lógica, la falta de reglamentación de la normativa es otra vez


utilizada por SBASE y la empresa concesionaria para acomodar el concepto de “costos de
explotación” de manera tal que alcance a su único objetivo de aumentar la tarifa al 40%,
pasando por encima de disposiciones legales.
Conforme surge del documento “Determinación de la Tarifa Técnica Ley 4.472”,
SBASE señala que dicha Sociedad “efectúa erogaciones de fondos relacionadas con
actividades que hacen a los costos de explotación (por ejemplo, inversiones, diversas tareas
relativas al material rodante e infraestructura, gastos de seguridad y gastos por
desasbestización). Por lo tanto, los mismos deben ser incluidos al momento de calcular la
TT” (el destacado nos pertenece). No obstante, SBASE nunca explica en qué medida la
desasbestización es un gasto de explotación.

Es así que se adicionan al cálculo de la Tarifa Técnica los gastos por “Mantenimiento
y desasbestización” a cargo de SBASE, por un total de $77,87 millones medidos en términos
anuales. Dicho gasto está contemplado “Según Carta Compromiso Plan Plurianual de
Inversiones (PPI) 2022 contenidos en el Presupuesto de Ley N° 6507”, acorde a lo informado
en el documento mencionado ut supra.

Hasta aquí parecería algo menor la inclusión de este gasto a cargo de SBASE como
un elemento más de la Tarifa Técnica, pero verá V.S. que esto resulta a todas luces
inadmisible, conforme a los hechos que a continuación pasaremos a desarrollar.

En el año 2011, la administración del entonces jefe de Gobierno Mauricio Macri,


adquirió 36 trenes modelo “CAF 5000”. La compra fue realizada por la empresa Subterráneos
de Buenos Aires (SBASE) al Metro de Madrid. Esas formaciones comenzaron a circular en la
línea B del Subte a mediados del año 2013.

En el mes de febrero del año 2018, las y los trabajadores del Subte tomaron
conocimiento de la existencia de asbesto en formaciones de varios coches de la línea B, a raíz
de que tomara estado público la presencia de aquel material cancerígeno en trenes “CAF
5000” del Metro de Madrid. En un artículo difundido desde la Asociación Gremial de
Trabajadores del subte y el Premetro (AGTSyP), informaron que “un empleado del Metro de
Madrid enfermó de un tipo de cáncer conocido como Asbestosis, provocado por la exposición
al amianto presente en trenes idénticos a los que circulan en la línea B”, por lo que la empresa
española le reconoció la “enfermedad laboral” al operario.

Es decir que, siete años después de la compra de estas formaciones, las y los
trabajadores del Subte se enteraron de la presencia del material contaminante, a partir de la
denuncia de sus pares españoles.
A raíz de ello, las y los trabajadores resolvieron de manera inmediata dejar de operar
con estas formaciones. Sin embargo, tanto SBASE, como la actual empresa Adjudicataria del
servicio Metrovías y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, desconocieron la presencia
de asbesto en los trenes.

Posteriormente, el día 14 de octubre del año 2019 la CNN en español emitió un


informe sobre la crisis por la presencia de asbesto en la línea B del Subte de la Ciudad de
Buenos Aires. Lo más llamativo del informe era que el entonces presidente de SBASE,
Eduardo De Montmollin, reconocía que en los manuales técnicos de los 36 coches “CAF
5000” comprados a Madrid en el año 2011 por más de cuatro millones de euros, decían que
los mismos contenían asbesto. Es preciso señalar que en la Argentina está prohibida la
importación de cualquier producto que contenga este material desde el año 2001.

Note V.S. que, a sabiendas de ese estado de las cosas, la operación se concretó.
Negligencia, negociado, como sea, la vida de las y los trabajadores y usuarias y usuarios vale
poco y nada, cuando de ganancias se refiere.

En ese orden de ideas, ese mismo año la AGTSyP promovió un amparo colectivo
contra el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Subterráneos de Buenos Aires, Metrovías
S.A. y Metro de Madrid S.A., en el que además nos presentamos como parte actora, en autos
caratulados “ASOCIACION GREMIAL DE TRABAJADORES del subterráneo y premetro
Y OTROS CONTRA GCBA Y OTROS SOBRE AMPARO - AMBIENTAL”, Expte.
11720/2019-0.

El objeto de la acción era que se ordenara a las demandadas a: i) la Recomposición


del daño ambiental, ii) la Prevención del daño a la salud, iii) la Reparación de los daños
patrimoniales y no patrimoniales, iv) el Daño punitivo por el grave incumplimiento, entre
otros puntos, como así también la solicitud del dictado de una medida cautelar, a fin de que se
ordenara la prohibición de la manipulación o contacto con piezas, componentes o lugares con
asbesto, y demás medidas.

La exposición y contacto con el asbesto en el Subte ha provocado muertes y


enfermedades anunciadas y evitables. A pesar del tiempo transcurrido, se mantiene en
completo hermetismo el verdadero alcance de la contaminación de asbesto en talleres,
estaciones y formaciones del Subte. Tampoco se ha hecho público el impacto en la salud en la
totalidad de las y los trabajadores del Subte ni de las usuarias y los usuarios.
No obstante, la nueva empresa concesionaria del servicio del Subte Emova Movilidad
S.A., continúa utilizando formaciones y talleres en los que ya se comprobó la presencia de
asbesto, sin existir fecha concreta en la cual se finalizará con el reemplazo y/o
desasbestización de los trenes y talleres contaminados. Todo ello ocurre con el aval explícito
de SBASE y el Gobierno de la Ciudad.

Tal es así, que cabe traer a consideración un hecho de reciente data. En el pasado mes
de agosto, la escuela primaria “Organización de Estados Americanos” y el jardín “El
Tranvía”, del barrio de Caballito, donde asisten alrededor de 400 alumnos y alumnas, fueron
notificados por trabajadores y trabajadoras que integran la Secretaría de Salud Laboral de la
AGTSyP sobre la presencia de asbesto en las inmediaciones de ambos establecimientos
educativos. En el último relevamiento realizado por dicha entidad, denunciaron que en los
talleres Bonifacio y Polvorín, linderos a ambos edificios escolares, “se encuentran materiales
con amianto (asbesto) que contaminan el ambiente y son nocivos para la salud de los
expuestos”. Estos talleres tienen un horno cuya chimenea apunta directamente al patio de la
escuela primaria y del jardín de infantes, poniendo en riesgo la salud de esa comunidad
educativa.

Por todo lo descrito, queda entonces demostrado que la presencia de este material, no
solo afecta la salud de las y los trabajadores del Subte, de los usuarios y las usuarias del
servicio, sino que también se extiende hacia la superficie, llegando a los límites de exponer a
niños y niñas ante el riesgo de inhalación constante de partículas de asbesto mientras juegan
en los patios de sus escuelas.

La presencia de asbesto en el Subte se trata, en definitiva, de un problema de


contaminación urbana. Trabajadores, trabajadoras, usuarios y usuarias y la población de
conjunto, tienen derecho a vivir en una Ciudad libre de asbesto.

Los graves hechos hasta aquí relatados evidencian la irrazonabilidad de SBASE, que
al incluir la desasbestización en el cálculo de la Tarifa Técnica, pretende considerar como un
costo de explotación el proceder negligente de la Administración (mediante la adquisición de
vagones con material cancerígeno) y trasladar dicho costo al SUBTE.

En efecto, cabe preguntarse qué pasará con los eventuales y legítimos juicios por
daños y perjuicios frente a las muertes y enfermedades por la exposición al asbesto. Según el
criterio de SBASE, dichos juicios los pagarían los mismos usuarios y trabajadores afectados a
través del aumento de la tarifa. Se trata de una conclusión irrazonable e insólita que
demuestra que la desasbestización no puede considerarse bajo ningún punto de vista como
“gasto de explotación”.

3. Gastos ajenos al servicio y de dudosa procedencia.

La situación hasta ahora descrita lleva ineludiblemente a concluir la actitud totalmente


fraudulenta a la hora de calcular la TT con la consecuente nulidad que en el presente se
persigue. Veremos cómo esta situación se agrava siendo que en la información brindada por
SBASE y la propia concesionaria, se encuentran gastos generales sin justificar su uso o su
relación con un posible costo de explotación, así como gastos que claramente nada tienen que
ver con ello.

Como es sabido, previo a la audiencia pública, la Autoridad de aplicación pone a


disposición de los participantes la documentación supuestamente respaldatoria de los costos
de explotación para el cálculo de la TT, correspondiente al EE
2022-21295977-GCABA-SBASE. De allí surgen gastos por millones de pesos de los cuales
no se encuentra ni un mínimo detalle de su relación con la TT, aclaración que claramente
corresponde a la demandada, o al menos aportar información o detalle al respecto.

La impunidad de la concesionaria al incluir estos gastos y la irrazonabilidad de


SBASE al convalidarlos no puede tener otro efecto más que anular la resolución que
convalida tales gastos al aprobar el aumento tarifario que lo sustentan.

¿En qué medida los cursos de computación y las clases de inglés pueden considerarse
como relacionados a la explotación del SUBTE? ¿Cómo es posible que la compra de
lapiceras con valores unitarios de $6.560 (seis mil quinientos sesenta pesos) más I.V.A. sean
impunemente consideradas como “gastos de operaciones”? ¿Los alquileres de autos, los taxis
y las líneas de celulares de la gerencia de EMOVA le reportan algún beneficio al usuario del
SUBTE?

No existe argumento razonable válido que permita afirmar que tales gastos
corresponden a la explotación del servicio del SUBTE. De esta forma, la gerencia de
EMOVA ha logrado trasladar sus gastos personales, suntuosos y propios de su empresa
a la tarifa de un servicio público. La arbitrariedad e irrazonabilidad de esa operación
tiene como resultado un cálculo tarifario ilegal que implica la nulidad de la resolución
que aprueba la tarifa en cuestión.

Se detallan a continuación y se acompaña como prueba documental los gastos y


facturas correspondientes de la documentación remitida por SBASE para la audiencia pública
que sirvió de sustento para el aumento tarifario que se cuestiona en el presente:

1) Obras y remodelaciones para “cambio de imagen” por $2.526.563,30


(facturas N° 2-311 y 2-717).
2) Doce lapiceras con precio unitario de $6.560 más IVA de precio
unitario (factura N° 4-1685).
3) Alquileres de autos Kangoo y Berlingo (camionetas) por
$5.061.769,08 (treinta y tres facturas emitidas por la empresa a la
empresa “Utility” - JTC S.A.).
4) Servicio de relaciones públicas y prensa por $295.820,80 (factura N°
5-2492).
5) Análisis e inteligencia en medios digitales por $423.500 (factura N°
2-373).
6) Servicio de taxis por $251.544,20 (factura N° 2-3716).
7) Cursos de Excel por $39.891,50 (factura N° 5-11890).
8) Clases de inglés por $40.000 (factura N° 3-114).
9) Facturas de Movistar por servicio de telefonía móvil por $744.216,01.
(facturas N° 3051-363299 y 3051-364634).
10) Facturas de Claro por servicio de telefonía móvil por $253.741,06
(facturas N° 1281-1410569 y 1281-1412904).

En síntesis, nos encontramos entonces ante el cálculo de la TT con graves faltas


de transparencia y a una irrazonabilidad manifiesta a la hora de incluir tales gastos
para justificar su aumento, cuando corresponde a la demandada aportar detalles
concretos y claros si pretende el aumento del cuadro tarifario. Las condiciones descritas
no hacen más que concluir la necesidad de mayor precisión y por lo tanto la nulidad de la
Resolución SBASE 17/2022.

IV. LA EXPULSIÓN DE PASAJEROS


Los aumentos tarifarios han demostrado ser un disparador de un círculo de
retroalimentación negativa. En el año 2011 viajaron en subte 311 millones de pasajeros. Pero
ocurre que a medida que aumenta el monto de la tarifa desciende el número de pasajeros. Y
esto es lo que ocurrió desde que se llegó al pico de pasajeros transportados en el año 2011,
recién superado en 2017 solamente debido al leve crecimiento de la red y los nuevos
pasajeros que esto trae consigo.

Al día de hoy la cantidad de pasajeros en el SUBTE está en sus mínimos. Al primer


semestre de este año (enero - junio), se encuentra a un 60% de la cantidad de usuarios con
respecto al mismo período de 2018 (año de mayor cantidad de pasajeros).

La forma de cálculo que utiliza SBASE evita proyectar un mayor número de pasajeros
basados en el precio de la tarifa al usuario (la relación que existe entre tarifas más bajas y
aumento de los pasajeros). En efecto, de acuerdo a lo informado por SBASE en las memorias
de cálculo, en términos anuales al mes de octubre de 2019 habían viajado 389,58 millones de
pasajeros pagos; al mes de octubre de 2020 –producto del aislamiento obligatorio dispuesto
por la pandemia del coronavirus – dicha cifra descendió a 30,26 millones; mientras que al día
30 de abril de 2022 los pasajeros pagos ascienden a 220,79.

De esta forma, habiendo ya finalizado el aislamiento provocado por el COVID-19, la


cantidad de pasajeros pagos sigue aún muy por debajo de los valores de 2019.

En el informe titulado “DETERMINACIÓN DE LA TARIFA TÉCNICA” SBASE


afirma que “existe una relación relevante entre tarifa y tráfico, por cuanto una tarifa relativa
más elevada o más baja que la del sustituto próximo (el autotransporte colectivo de
superficie) produce derivaciones de pasajeros (…). Está claro que se trata de un aspecto que
debe considerarse al fijar la tarifa al usuario (…)” (página 11).

Asimismo, en este informe se indica que “el sistema de transporte de SUBTE se


encuentra en circunstancias particulares respecto al nivel de pasajeros. Si bien la cantidad de
usuarios en el sistema se viene recuperando respecto de 2019 (año pre-COVID) aún la
demanda viene creciendo a distinto ritmo. Es decir, en nov de 2021 se alcanzó casi el 50% de
pasajeros de nov 2019, y a partir de marzo de 2022 se superó el 60% de los pasajeros del
mismo período 2019, alcanzando el máximo en abril de 2022 que fue de 71% respecto de
abril 2019” (página 16). Y se concluye que en los últimos 12 meses “la demanda aún no se
encuentra estabilizada” (ídem).
A mayor abundamiento SBASE acompaña el siguiente gráfico donde se observa que
el “estimado 2022” de pasajeros sigue siendo menor que respecto de 2019.

De esta forma, las cifras reseñadas previamente demuestran que SBASE no tiene
ninguna intención de aumentar la cantidad de pasajeros para que, de mínima, vuelvan a los
valores del 2019. Al contrario, SBASE demuestra que su gestión del SUBTE consiste en una
política expulsiva del servicio público del SUBTE que se pretende mantener con el aumento
tarifario que se impugna en el presente amparo.

Téngase presente que es la propia SBASE quien confiesa expresamente que la tarifa
técnica sería considerablemente más baja, en concreto, de $87,56 “si se tomara la cantidad de
pasajeros del período 2019 (año pre-Covid, entendida en su oportunidad como una referencia
del uso del Servicio SUBTE utilizada en la última actualización de tarifa)” (páginas 17 y 18).

Ello demuestra lo irrazonable del aumento tarifario, toda vez que el mismo no tiene
intención de aumentar la cantidad de pasajeros sino todo lo contrario: la propia SBASE
reconoce que el objetivo del aumento tarifario es evitar el aumento de pasajeros.
En efecto, se indica que ante el aumento de la tarifas de colectivos y trenes, el
aumento de la tarifa del SUBTE se realiza “a los fines de evitar migraciones de usuarios de
uno a otro modo atribuibles a modificaciones tarifarias, circunstancia que conspiraría contra
la simetría intermodal que debe primar respecto a la movilidad pública urbana” (página 23).
Se trata de un fundamento insólito y a todas luces irrazonable ya que, conforme surge de las
citas de SBASE reseñadas en los párrafos precedentes, la conclusión lógica debería ser la de
mantener más baja la tarifa a los fines de alentar -y no evitar como propone SBASE- las
migraciones de usuarios al SUBTE.

En efecto, el aumento de la tarifa no sería un incentivo para aumentar la cantidad de


pasajeros. Al contrario, mantener la tarifa en pos de recuperar la demanda de 2019 podría
obtener los mismos ingresos, por efecto de cantidad, que el aumento de la tarifa de usuarios a
$42.

Siendo la tarifa técnica calculada por SBASE de $154,49, calculada a partir del costo
total de 34.110,85 millones de pesos, sobre la cantidad de pasajeros proyectada para 2022 de
220,79 millones. No obstante, solo a modo de ejemplo, si se tomara la demanda del año 2019
de 389,58 millones de pasajeros, se podría reducir un 43.32% la tarifa técnica.

Cabe recordar que el planteo que aquí se realiza ha sido receptado por la CSJN en el
fallo “CEPIS”, donde se estableció entre otras que “el Estado debe velar por la continuidad,
universalidad y accesibilidad de los servicios públicos”. En esta inteligencia, ha quedado
demostrado que la gestión de SBASE en general y la política tarifaria del SUBTE en
particular ha consistido en una expulsión constante de sus pasajeros, es decir, una política
opuesta a garantizar la universalidad y accesibilidad del servicio.

Atento a que en la actualidad la cantidad de pasajeros se encuentra más cerca del año
2020 (el año del aislamiento total) y no de sus valores históricos (previos a la pandemia por
COVID-19), una política tarifaria razonable debería apostar a revertir esa tendencia. No
obstante, ha quedado de manifiesto que la resolución que se cuestiona en el presente amparo
se encuentra en las antípodas de dicha razonabilidad, ya que se pretende aumentar la tarifa
para mantener la expulsión de miles de usuarios del SUBTE.

En ese marco, también resulta insuficiente el plan de disminución tarifaria progresiva


llamado “pasajero frecuente”. De hecho, en lo que resta del año sólo habrá 2 meses con más
de 20 días laborables, lo que dificulta mucho la percepción de este beneficio que, por otra
parte, es nulo hasta el viaje 20. En 2022, hubo apenas 4 meses con más de 20 días laborables,
ocasionando que en situaciones normales más de la mitad de los meses los usuarios que
utilizan el servicio para trabajar o estudiar no habrán podido llegar a abonar la tarifa más baja
que se abona a partir del viaje 41.

Esto sin tener en cuenta que la cantidad de viajes puede disminuir por motivos de
fuerza mayor, como suspensiones del servicio o licencias por enfermedad, afectando también
la acumulación de viajes para alcanzar un mayor descuento. Por este motivo, puede definirse
con precisión que la tarifa progresiva es difícilmente aprovechada en su totalidad por aquellos
que utilizan el subte para concurrir a sus trabajos y/o lugares de estudio, lo que la transforma
en un mecanismo que no favorece siquiera a los viajeros frecuentes en la medida que lo
necesitan.

En síntesis, el mentado “beneficio” carece de toda efectividad para el usuario del


Subte, tal como pretende y se excusan GCBA y SBASE.

V. DERECHOS VULNERADOS

Tal como se extrae del relato de los hechos, el GCBA y SBASE han vulnerado
derechos y garantías reconocidos en Tratados Internacionales, en la Constitución de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires y en las leyes locales que los regulan.

1. Derechos de los usuarios en relación al servicio del SUBTE

La protección a los derechos de los usuarios del SUBTE encuentra un primer


fundamento en la ley que regula dicho servicio.

En su art. 14 dispone que “tendrá por finalidad dar satisfacción a las necesidades de
la población”, para luego definir los PRINCIPIOS GENERALES de la ley 4.472, su artículo
15 inciso 1, establece el objetivo de “Proteger adecuadamente los derechos de los usuarios”.

Asimismo, como criterio rector de las tarifas, la ley 4.472 establece en su art. 24 que
las mismas deberán ser “justas y razonables.”

Asimismo, el artículo 31 consagra una integral protección al usuario al establecer que


“Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en su relación de
consumo, a la defensa contra la distorsión de los mercados, al control de los monopolios que
los afecten, a la protección de su salud, de su seguridad y la de su patrimonio, asegurándoles
trato equitativo, libertad de elección y el acceso a la información transparente, adecuada,
veraz y oportuna”.

Al incluir conceptos ajenos a la tarifa se produce una completa distorsión sobre los
verdaderos costos del servicio de SUBTE, lo cual se ve aún más afectado con la exclusión de
pasajeros en los términos definidos. Por lo tanto, mal podrían GCBA y SBASE cumplir con
su obligación de proteger el patrimonio de los usuarios, toda vez que el método de cálculo
resulta viciado de origen. Ello es especialmente grave considerando que se deriva de un
deficitario control sobre el concesionario, que ejerce la concesión del servicio en condiciones
monopólicas.

2. Derechos de los usuarios en relación a las decisiones públicas

Cabe recordar que la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires estableció, en su


artículo 1, la organización de sus instituciones como democracia participativa. Por su parte, el
artículo 11, obliga a la Ciudad a promover “la remoción de los obstáculos de cualquier orden
que, limitando de hecho la igualdad y la libertad, impidan el pleno desarrollo de la persona y
la efectiva participación en la vida política, económica o social de la comunidad.”

Los hechos relatados a lo largo del presente evidencian una abierta violación del
GCBA y SBASE al mandato constitucional reseñado. En efecto, la sistemática actividad de
las demandas tendientes a beneficiar y proteger a la empresa concesionaria lo ha sido siempre
en detrimento de los usuarios.

Es categórico entonces que las demandadas lejos han estado de remover obstáculos,
sino que, por el contrario, se han encargado de profundizar y agravar los ya existentes,
afectando la igualdad de los usuarios respecto a EMOVA.

Cabe recordar lo afirmado por la Cámara de este fuero respecto a que “la Ciudad
“promueve la remoción de los obstáculos de cualquier orden” que impidan “la efectiva
participación en la vida política, económica o social de la comunidad” (art. 11, in fine). Se
trata de un principio de participación que impregna todo el articulado de la Constitución
local.” (Expte. Nº 8279/0: “DESPLATS, GUSTAVO MARIA CONTRA GCBA SOBRE
AMPARO (ART. 14 C.C.A.B.A.”).
3. Derechos de los usuarios en su relación de consumo

El artículo 42 de la Constitución Nacional establece que “Los consumidores y


usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de
su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la
libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno. Las autoridades proveerán a
la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la
competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios
naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución
de asociaciones de consumidores y de usuarios. La legislación establecerá procedimientos
eficaces para la prevención y solución de conflictos, y los marcos regulatorios de los
servicios públicos de competencia nacional, previendo la necesaria participación de las
asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos
de control.”

En términos similares, la Constitución local prevé en su artículo 46 que “La Ciudad


garantiza la defensa de los consumidores y usuarios de bienes y servicios, en su relación de
consumo, contra la distorsión de los mercados y el control de los monopolios que los
afecten.” Así, impone al GCBA la obligación de proteger el patrimonio de los consumidores
y usuarios, asegurándoles un trato equitativo que los proteja frente a la distorsión de los
mercados.

Es evidente que, al promover un aumento que es consecuencia de un método cálculo


irrazonable y desproporcional, las demandadas no han ejercido debidamente su obligación de
proteger el patrimonio de los usuarios del SUBTE, ya que los usuarios deberán abonar un
aumento tarifario realizado en las condiciones denunciadas sobre un servicio de calidad
deficiente.

Esta parte insiste en que, aceptar un método de cálculo viciado, con conceptos y
gastos que no corresponden a la tarifa, implica favorecer en forma escandalosa a la empresa
concesionaria, quien lógicamente ocupa la posición dominante en la relación de consumo
existente en el uso del servicio del SUBTE, posición frente a la cual se adoptó la cláusula
constitucional citada que ha sido violada por parte de las demandadas.

En relación a la normativa constitucional citada (artículos 42 y 43 de la CN), la Corte


Suprema de Justicia de la Nación ha dicho que la misma consagra “herramientas definidas,
destinadas a proteger a los consumidores y usuarios (...) incorporando mandatos imperativos
de orden sustancial en cabeza de aquellos y del Estado (calidad de bienes y servicios,
preservación de la salud y seguridad; información adecuada y veraz; libertad de elección; y
condiciones de trato equitativo y digno);” (Fallo “CEPIS”, considerando 17).

De lo expuesto, se desprende que a los usuarios no se les ha garantizado un trato


equitativo respecto a la concesionaria del servicio, puesto que es esta la única beneficiada de
un aumento ilegítimo, así como también de la millonaria transferencia de subsidios
provenientes de fondos estatales.

Las autoridades de SBASE ya venían emitiendo en medios periodísticos la necesidad


de llevar la tarifa al usuario, antes de que se realizará incluso la audiencia pública.

Al respecto, cabe recordar que ya la Corte Suprema ha establecido que “(…) en


materia tarifaria la participación de los usuarios de un servicio público no se satisface con
la mera notificación de una tarifa ya establecida. (…) La participación de los usuarios con
carácter previo a la determinación de la tarifa constituye un factor de previsibilidad,
integrativo del derecho constitucional a una información "adecuada y veraz" (artículo 42,
Constitución Nacional) y un elemento de legitimidad para el poder administrador,
responsable en el caso de garantizar el derecho a la información pública, estrechamente
vinculado al sistema republicano de gobierno (artículo 10, Constitución Nacional).
Asimismo, otorga una garantía de razonabilidad para el usuario y disminuye las estadísticas
de litigación judicial sobre las medidas que se adoptan” (fallo “CEPIS”, considerando 17).

También ha sido categórica la CSJN al determinar que “Desde una prelación


temporal, en primer lugar, se encuentra un derecho de contenido sustancial que es el derecho
de todos los usuarios a recibir de parte del Estado información adecuada, veraz e imparcial.
La capacidad de acceder a una información con estas características es un elemento
fundamental de los derechos de los usuarios, pues ese conocimiento es un presupuesto
insoslayable para poder expresarse fundadamente, oír a todos los sectores interesados,
deliberar y formar opinión sobre la razonabilidad de las medidas que se adoptaren por parte
de las autoridades públicas, intentando superar las asimetrías naturales que existen entre un
individuo y el Estado que habrá de fijar la tarifa de los servicios públicos (…)todas las
etapas anteriores constituirían puro ritualismo si la autoridad no considerara fundadamente
en oportunidad de tomar las resoluciones del caso, las situaciones y argumentaciones que se
expusieron en la audiencia y el modo en que ellas inciden en las medidas que se adoptan”
(considerando 19).

4. Incumplimiento de la normativa aplicable al cálculo tarifario

Finalmente, tal como fuere desarrollado in extenso en los acápites que anteceden, al
dictar la Resolución 17/SBASE/22 y al calcular las tarifas técnicas y al usuario, las demandas
han omitido en forma arbitraria la aplicación de la totalidad del marco normativo aplicable a
la materia. Todo ello permite afirmar que un cuadro tarifario que no aplique la totalidad de la
legislación vigente, lejos puede estar de ser “justo y razonable”.

En efecto, tal como fuere expuesto, el aumento no se sustenta en el concepto de tarifas


justas y razonables y se aprovecha un vacío reglamentario para decretar un aumento
irrazonable que, como corolario, no tiene dentro de sus objetivos el aumento en la cantidad de
pasajeros que reduciría la tarifa técnica.

Al respecto, Gordillo ha señalado que “La falta de proporcionalidad entre los medios
que el acto adopta y los fines que persigue la ley que dio al administrador las facultades que
éste ejerce en el caso, o entre los hechos acreditados y la decisión que en base a ellos se
adopta, etc., tornan nulo el acto. En este sentido, la jurisprudencia de la Corte Suprema tiene
establecido “que las medidas utilizadas por la autoridad pública deben ser
proporcionadamente adecuadas a los fines perseguidos por el legislador.” […] Este
principio puede aplicarse a una gran cantidad de supuestos, y así, por ejemplo, se ha dicho
que la fijación de las tarifas por la prestación de los servicios públicos debe guardar “una
razonable equivalencia entre ambas prestaciones (servicio realizado y retribuciones debida),
pues donde no hay proporcionalidad tampoco hay razonabilidad.”

VI. ADMISIBILIDAD DE LA ACCIÓN DE AMPARO

Conforme lo determina el art. 14 de la CCABA, el art. 2 de la ley 2145 y la


reglamentación dispuesta por la Cámara del fuero, la procedencia de la acción de amparo se
encuentra supeditada a la existencia de determinados requisitos, los cuales se encuentran
configurados en el caso de autos, a saber:

1. Requisitos Acuerdo plenario N° 4/2016 Cámara Apelaciones CAyT


A) Bien colectivo que se pretende tutelar: servicio público SUBTE, conforme ley 4.472 y
artículo 14 párrafo segundo de la CCABA y derechos de los usuarios conforme ley 4.472, ley
24.240, CCABA y CN.

B) Colectivo involucrado: habitantes de la Ciudad, en su calidad de usuarios actuales y/o


potenciales del SUBTE, que deberán abonar el aumento tarifario impugnado en el presente.

C) Causa fáctica y normativa homogénea: el aumento de la tarifa al usuario en violación a


derechos y garantías constitucionales de los usuarios del SUBTE.

Al respecto, cabe recordar lo dispuesto por la Cámara del fuero en cuanto a que “(…)
por la naturaleza misma del servicio de transporte público, todo habitante de la Ciudad
adquiere carácter de usuario — al menos potencial — del servicio de subterráneos,
condición que resulta suficiente a los fines de considerar que podrían verse afectados por la
medida que en materia tarifaria adopte la autoridad administrativa” (“Vera, Gustavo Javier
y otros c/Subterráneo de Buenos Aires Sociedad del Estado y otros s/amparo”, Expte.
A9704-2014/0, sentencia del 5 de mayo de 2016; y “Del Gaiso, Juan Facundo c/ Subterráneos
de Buenos Aires Sociedad del Estado s/ incidente de apelación”, Expte. A9112-2016/1,
sentencia del 25 de octubre de 2016).

A sí mismo, resulta pertinente recordar la doctrina del TSJ reiterada en


“ASOCIACIÓN CIVIL POR LA IGUALDAD Y LA JUSTICIA c/ GCBA s/ amparo (art. 14
CCABA)” para casos en que se encuentren en juego derechos de incidencia colectiva, donde
se estableció que “Interesa recordar que el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad
sostuvo que el constituyente local estableció una acción popular en el segundo párrafo del
artículo 14 de la ley fundamental (in re “Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires
c/ Estado de la Ciudad de Buenos Aires s/acción declarativa de inconstitucionalidad”, Expte.
Nº 18/99 SAO – 16/9/99, obiterdictum contenido en el considerando 17 del voto
mayoritario)”.

2. Acto u omisión de autoridades públicas

De acuerdo a lo detallado en los acápites precedentes, la conducta de las demandadas


consiste en la omisión de garantizar una adecuada protección a los usuarios del SUBTE, en la
sanción de una norma contraria al texto constitucional y a los requisitos impuestos legalmente
al resultar injusta e irrazonable.
Como fuere desarrollado in extenso previamente, las demandadas han incumplido la
siguiente normativa:

- Artículos 42, 43 y 75 inc 22 (PIDESC, art. 2) de la Constitución Nacional.


- Artículos 1, 11, 46 y 48 de la CCABA.
- Artículos 1, 14, 15, 19, 24, 26, 30, 31 y 35 de la ley 4.472.
3. Restricción actual y real de derechos y garantías

Tal como se ha desarrollado en los acápites referidos a los hechos y derechos que
motivan la presente acción, las omisiones del GCBA y SBASE vulneran derechos y garantías
reconocidos en Tratados Internacionales, en la Constitución de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y en leyes locales dictadas en su consecuencia.

4. Arbitrariedad e ilegalidad manifiesta. Innecesaridad de mayor debate o prueba

Ha quedado de manifiesto que GCBA y SBASE han restringido los derechos de los
usuarios en forma arbitraria, puesto que tal restricción ha implicado una aplicación restrictiva
y parcial del texto constitucional y de la ley que regula el servicio de SUBTE, y ha tenido
como correlato el exclusivo beneficio y protección de la empresa concesionaria del servicio.

5. Inexistencia de un medio judicial más idóneo

En el caso de autos, la mayor idoneidad de la presente acción de amparo surge


claramente dado el carácter colectivo del servicio del SUBTE y de la incidencia colectiva de
los derechos que surgen de tal servicio, sumado a la necesidad de una tutela efectiva urgente
ante los incumplimientos que se denuncian en la presente.

Al respecto, cabe recordar la doctrina del TSJ en “ASOCIACIÓN CIVIL POR LA


IGUALDAD Y LA JUSTICIA c/ GCBA s/ amparo (art. 14 CCABA)”, donde se estableció,
para las acciones colectivas, que “…el cauce procesal para este tipo de acciones es la acción
de amparo, de conformidad con el artículo 43 segunda parte de la Constitución Nacional y el
artículo 14 segundo párrafo de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires. (…) aparece
consagrada en el ámbito local, con matices propios, la acción de amparo prevista en el
artículo 43 de la Constitución Nacional. Interesa recordar que el Tribunal Superior de
Justicia de la Ciudad sostuvo que el constituyente local estableció una acción popular en el
segundo párrafo del artículo 14 de la ley fundamental (in re “Defensora del Pueblo de la
Ciudad de Buenos Aires c/ Estado de la Ciudad de Buenos Aires s/acción declarativa de
inconstitucionalidad”, Expte. Nº 18/99 SAO – 16/9/99, obiterdictum contenido en el
considerando 17 del voto mayoritario)”.

VI. SOLICITA SE DICTE UNA MEDIDA CAUTELAR

Por las razones expuestas, solicitamos a V.S. que CON CARÁCTER URGENTE se
ordene MEDIDA CAUTELAR en los términos del artículo 61 de la ley 4.472 y del artículo
177 del CCAyT y se suspenda la Resolución 17/SBASE/22, ordenándose al GCBA y a
SBASE a abstenerse a aplicar el aumento dispuesto en dicha norma.

La medida cautelar que aquí se solicita se justifica en que el aumento dispuesto por el
GCBA implica perjuicios inminentes e irreparable para los miles de usuarios que
próximamente deberán abonar un aumento tarifario realizado en clara violación de derechos y
garantías de los usuarios, tal como fue expuesto a lo largo del presente, por lo que su
suspensión significa salvaguardar aquellos derechos que se verán afectados.

1. Verosimilitud del derecho

Con todo lo expuesto hasta aquí y de las pruebas que se acompañan ha quedado
verosímilmente acreditado que el aumento pretendido por el GCBA y SBASE afecta
derechos consagrados constitucionalmente, en tratados internacionales y en las normas
locales, además de violar los requisitos y pautas legales que deben reunir la tarifa del
SUBTE, todo lo cual ha sido suficientemente acreditado a lo largo del presente.

En ese sentido, también ha quedado debidamente acreditado que se trata de un


perjuicio inminente por su fecha de ejecución, e irreparable por los efectos sociales y
subjetivos que genera un aumento en un servicio público utilizado por miles de usuarios.

Se involucraron en los fundamentos jurídicos distintos derechos de carácter


constitucional que afectan en una dimensión colectiva a los usuarios del SUBTE. Los
fundamentos planteados son racionales, claros, suficientes y aptos como para tener por
configurado el requisito de la verosimilitud jurídica.

Debe recordarse que para decidir la admisión de una pretensión cautelar no es


menester efectuar un examen de certeza del derecho invocado, sino que sólo se exige una
suficiente apariencia de verosimilitud en el planteo, de conformidad con la naturaleza,
contenido y alcances del acto cuestionado. El juicio de conocimiento, en tales casos, no
excede el marco de lo hipotético, ya que no corresponde avanzar en la acreditación
exhaustiva de los extremos fácticos alegados, cuando con ello se puede comprometer la
solución del fondo del asunto.

Así, la Corte Suprema ha señalado en diversas ocasiones que, como resulta de la


naturaleza de las medidas cautelares, ellas no exigen el examen de la certeza sobre la
existencia del derecho pretendido, sino sólo de su verosimilitud. Es más, el juicio de verdad
en esta materia se encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no es otra
que atender a aquello que no excede el marco de lo hipotético, dentro del cual, asimismo,
agota su virtualidad (Fallos: 315:2956, entre otros).

Por otra parte, la jurisprudencia del fuero ha señalado que “Estos requisitos se
encuentran de tal modo relacionados que, a mayor verosimilitud del derecho, es menor la
exigencia del peligro del daño, e inversamente cuando existe el riesgo de un daño extremo e
irreparable el rigor del fumus se debe atemperar” (esta sala, in re "Ticketek Argentina SA c/
GCBA", expte. nº 1075, resolución del 17/07/01 y sala II in re "Tecno Sudamericana SA c/
GCBA s/ impugnación de actos administrativos", expte. nº 322/0, del 23/05/01, entre muchos
otros precedentes).

No puede perderse de vista que la finalidad del proceso cautelar consiste en asegurar
la eficacia práctica de la sentencia que debe recaer en el proceso y la fundabilidad de la
pretensión que constituye su objeto depende de la mera probabilidad acerca de la existencia
del derecho discutido, lo que permite da emisión decisión, sin necesidad de un estudio
acabado de las distintas circunstancias que conforman la totalidad de la situación fáctica y
jurídica propias de la cuestión de fondo. Es más, el juicio de verdad en esta materia se
encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no es otra que atender a
aquello que no excede el marco de lo hipotético, dentro del cual, agota su virtualidad (Fallos
317:243; 318:30; 323:1877 y 324:2042, entre otros).

En materia de tarifas, Gordillo ha expresado acertadamente que: “En materia de


medidas cautelares, tenemos también consecuencias jurídicas derivadas de este cuerpo
normativo: la verosimilitud existe de pleno derecho a favor del usuario, por la presunción
que la ley establece” refiriéndose a la Ley de Defensa del Consumidor que regla los art. 42 y
43 CN aquí invocados, particularmente en su art. 3 y 37.
En conclusión, ante la sospecha sobre la afectación a derechos colectivos que implica
la verosimilitud invocada y la duda a favor del usuario que debe tenerse como norte en las
cuestiones como la que se cuestiona, no puede sino V.S. otorgar la medida cautelar solicitada
a fin de garantizar los derechos de usuarios actuales y/o potenciales hasta tanto se defina el
fondo de la cuestión.

2. Peligro en la demora

El peligro en la demora resulta manifiesto toda vez que la Resolución 17/SBASE/22


ha establecido que la tarifa del SUBTE aumentará “a partir del 23 de septiembre de 2022”
(artículo tercero), mediante cálculos y procedimientos realizados en abierta violación a los
derechos y garantías enunciados a lo largo del presente.

De acuerdo con lo previsto en el artículo 177 del CCAyT "Las medidas cautelares son
todas aquellas que tienen por objeto garantizar los efectos del proceso, incluso aquellas de
contenido positivo y la suspensión de la ejecución del acto administrativo impugnado, o del
hecho o contrato implicado en éste, aunque lo peticionado coincida con el objeto sustancial
de la acción promovida".

Por su parte, el artículo 61 de la ley 4.472 establece que “Todo aquel que pudiera
sufrir un perjuicio inminente o irreparable -en los términos del artículo 177 del Código
Contencioso Administrativo y Tributario- relacionado directa o indirectamente con la
regulación, prestación o reestructuración del SUBTE, podrá solicitar el dictado de una
medida cautelar para asegurar los efectos prácticos de una sentencia definitiva.”

Cuando se expresa "peligro en la demora" en realidad se hace referencia a la


"amenaza cierta de que se consume el daño e indudable peligro si hay demora en otorgar la
protección cautelar" (Vallefin, Carlos, "Protección cautelar frente al Estado", Ed. LexisNexis,
Buenos Aires, 2002, p. 65).

El escaso tiempo hace imperiosa la medida cautelar que evite la realización de la


audiencia, por los daños que ella ya se encuentra causando y los daños irreparables que
implican su realización.

3. No frustración del interés publico


No nos encontramos ante un caso de frustración del interés público, justamente
porque lo que se encuentra vulnerado es el interés público de quienes de los usuarios que
deberá abonar un aumento tarifario dispuesto en violación a sus derechos y garantías.

SBASE y GCBA han vulnerado una amplia normativa de jerarquía constitucional los
derechos que amparan a los usuarios del SUBTE, así como también principios y garantías
reconocidos en la ley particular que regula dicho servicio, en particular aquella que manda a
garantizar tarifas justas y razonables.

Por lo tanto, sería incoherente invocar que la medida cautelar solicitada frustra el
interés público si el accionar del gobierno local vulnera derechos y garantías que debe
cumplir íntegramente.

4. Contracautela

En virtud de versar el presente sobre un bien colectivo, se ofrece como contracautela


la caución juratoria, la cual solicito se tenga por prestada con la firma del escrito de inicio.

La jurisprudencia de nuestros tribunales ha establecido que “… La contracautela se


presta a las resultas de la medida a que se refiere, la cual –a su vez- descansa en la
verosimilitud del derecho que se aduce. Ambos extremos van de la mano en el sentido de que,
cuanto mayor resulte la credibilidad del derecho en cuya virtud se procede, menos gravosa
será la contracautela, y a la inversa…” (C. Nac. Civ. Sala E. 3/11/89- El albañil SA v.
Amendolara, Ignacio A.).

VII. LEGITIMACIÓN

Las y los peticionantes de la presente acción resultamos ser habitantes de la Ciudad,


cumplimos labores en la misma y somos usuarias y usuarios del servicio de SUBTE.

En particular, el Sr. Dellecarbonara, además de usuario, es operario de la línea B del


SUBTE y miembro del Secretariado Ejecutivo de la Asociación Gremial de Trabajadores del
Subterráneo y Premetro (AGTSyP)

Al respecto, cabe recordar lo dispuesto por la Cámara del fuero en cuanto a que
“(…) por la naturaleza misma del servicio de transporte público, todo habitante de la
Ciudad adquiere carácter de usuario — al menos potencial — del servicio de
subterráneos, condición que resulta suficiente a los fines de considerar que podrían
verse afectados por la medida que en materia tarifaria adopte la autoridad
administrativa” (“Vera, Gustavo Javier y otros c/Subterráneo de Buenos Aires Sociedad del
Estado y otros s/amparo”, Expte. A9704-2014/0, sentencia del 5 de mayo de 2016; y “Del
Gaiso, Juan Facundo c/ Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado s/
incidente de apelación”, Expte. A9112-2016/1, sentencia del 25 de octubre de 2016).

Asimismo, también se ha señalado que “Basta con que los actores se encuentren
domiciliados o realicen actividades en esta Ciudad para que puedan ser usuarios, aunque
sea potenciales, del servicio de subterráneos. Ello les alcanza para demostrar su calidad de
afectados, requerida en el artículo 43 de la Constitución Nacional y 14 de la local para
promover una acción de amparo en los términos en que ha sido deducida, y también para
reconocerles un interés suficientemente concreto, directo e inmediato, merecedor de tutela
judicial (confr. doct. de Sala IV, Contencioso Administrativo Federal, 05/08/97, "Fernández,
Raúl c. Poder Ejecutivo nacional" -La Ley, 1997-E, 535-)”. (sentencia de la Cámara CAyT,
expediente 9704-2014, voto de la Jueza Gabriela Seijas).

En ese sentido, el artículo 61 de la ley 4.472 establece en su primer párrafo que “Todo
aquel que pudiera sufrir un perjuicio inminente o irreparable -en los términos del artículo
177 del Código Contencioso Administrativo y Tributario- relacionado directa o
indirectamente con la regulación, prestación o reestructuración del SUBTE, podrá solicitar
el dictado de una medida cautelar para asegurar los efectos prácticos de una sentencia
definitiva.”

Así mismo, el artículo 177 del CCAyT reconoce, en su segundo párrafo, la


legitimidad procesal a “Quien tuviere fundado motivo para temer que durante el tiempo
anterior al reconocimiento judicial de su derecho, éste pudiere sufrir un perjuicio inminente
o irreparable”.

En el otro extremo, la legitimación pasiva recae en el GCBA en su calidad de


autoridad responsable del decreto impugnado en el presente; y en SBASE, por resultar
Autoridad de Aplicación de la ley 4.472.

VIII. PRUEBA
Ofrecemos la siguiente prueba documental a fin de aportar claridad sobre lo expuesto
en el presente:

1. Copia DNI de los actores. Se solicita que esta documentación sea


reservada sin exponerla en el sistema de consulta pública virtual.
2. Resolución SBASE 17/2022.
3. Contrato de concesión entre SBASE y EMOVA S.A. con Anexo I y
Anexo II incorporado al Expte. EE 2022-21295977-GCABA-SBASE
como IF 2021-26290153-GCABA-SBASE, IF
2021-26058563-GCABA-SBASE e IF
2021-26058767-GCABA-SBASE.
4. Decreto 239/2022
5. Informe Final de Audiencia Pública
6. Nota periodistica de Tiempo Argentino
https://www.tiempoar.com.ar/economia/lapidario-informe-del-banco-m
undial-sobre-la-desinversion-en-el-subte/
7. Informe Coordinación de Costos y Tarifa de SBASE “Determinación
de la Tarifa Técnica” incorporado al Expte. EE
2022-21295977-GCABA-SBASE como IF
2022-24068003-GCABA-PG
8. Resolución Auditoria General de la Ciudad Nº 373/13
https://www.agcba.gov.ar/docs/inf-20131108_1398--Ley-4472.pdf
9. Facturas detalladas en el acápite III.3 del presente.

IX. FORMULA RESERVA DEL CASO FEDERAL

En caso de que V.S. no haga lugar a lo solicitado por esta parte, dejamos planteado el
caso federal previsto en el Art. 14 de la ley 48, toda vez que en el presente están involucradas
garantías constitucionales y derechos protegidos por los instrumentos de derechos humanos
receptados en el 75 inc. 22 de la CN.

X. PETITORIO

1. Se nos tenga por presentados, por parte en el carácter invocado y en el


domicilio electrónico constituido.
2. Se tenga por admitida la prueba ofrecida.

3. Se haga lugar a la presente acción de amparo, declarándose la nulidad de la


Resolución 17/SBASE/22.

4. Se haga lugar a la medida cautelar solicitada con carácter de urgente,


declarándose la suspensión de la Resolución 17/SBASE/22.

Proveer conforme,

ES JUSTO.

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