URGENTE
Señor/a Juez/a:
I. OBJETO
Que venimos a interponer la presente acción de amparo en los términos del artículo 43
de la Constitución Nacional (CN), del artículo 14 de la Constitución de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires (CCABA) y de los artículos 2 y ss. de la ley local 2.145 contra el
GOBIERNO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES (GCBA), con domicilio en Uruguay
458, CABA, y contra SUBTERRÁNEOS DE BUENOS AIRES SOCIEDAD DEL
ESTADO (SBASE), con domicilio en Agüero 48, CABA, a fin de que se declare la nulidad
de la Resolución 17/SBASE/22 (BO N° 6460 - 14/09/2022) que establece el aumento de la
tarifa del servicio del SUBTE y nuevos cuadros tarifarios.
Asimismo, solicitamos que con carácter urgente se dicte medida cautelar en los
términos del artículo 61 de la ley 4.472 y del artículo 177 del CCAyT y se suspenda la
Resolución 17/SBASE/22, ordenándose la suspensión del aumento tarifario allí
dispuesto hasta tanto se dicte sentencia de fondo.
Resulta imperioso que V.S. considere las graves e injustas consecuencias que
conllevan un aumento de este servicio de transporte en las condiciones que a continuación se
detallan. Los aumentos que -insistimos- están amparados en cálculos ilegítimos, impactan en
la economía de millones de usuarios.
En ese marco SBASE, Autoridad de Aplicación del Servicio de SUBTE por ley 4.472,
solicitó la actualización de la Tarifa Técnica y la readecuación del Cuadro Tarifario, por lo
que el 22 de julio de 2022 el GCBA emitió el Decreto 239/22, disponiendo en su artículo
primero la convocatoria a Audiencia Pública para el tratamiento de la tarifa técnica y la
modificación del cuadro tarifario del SUBTE.
Cabe advertir también que en este momento no existen obras ni planes referidos a la
extensión de las líneas. Esto fue advertido por el Banco Mundial en un informe realizado con
motivo del transporte en el Área Metropolitana, publicado este año, donde se destaca la
severa falta de inversión en el subte (“Lapidario informe del Banco Mundial sobre la
desinversión en el Subte”, diario Tiempo Argentino, 28/08/2022 ).
Todo habitante de la Ciudad (en su calidad de usuario actual y/o potencial del
SUBTE, como los suscriptos) deberá abonar una tarifa con un aumento del 40% por cada
viaje que realice durante todo el tiempo que demore el proceso. Esos daños y perjuicios
ocasionados a cada habitante de la Ciudad no tienen ni tendrán reparación ulterior, aun
cuando la sentencia de fondo del amparo colectivo declare nula la resolución cuestionada.
Resulta preocupante entonces que uno de los argumentos principales que SBASE
utiliza para justificar el aumento al afirmar en su informe de la Coordinación de Control de
Costos y Tarifa respecto a que "...considerando los indicios de proyección previstos en el
ámbito nacional para el aumento de tarifas del Sistema de Transporte Público Automotor de
Pasajeros de carácter Urbano y Suburbano de la Región Metropolitana de Buenos Aires y
Jurisdicción Nacional, y del Transporte Ferroviario de Pasajeros de Superficie se estima que
dicho incremento podría rondar el 40% respecto a los cuadros vigentes. De esta forma, se
considera pertinente proponer el mismo aumento para el SERVICIO SUBTE, con el fin de
armonizar la aplicación de la estructura tarifaria en el sector del transporte urbano y
suburbano de pasajeros de la Región Metropolitana de Buenos Aires, a fin de equilibrar las
tarifas de los distintos modos de transporte prestados en el mismo espacio geográfico, a los
fines de evitar migraciones de usuarios de uno a otro modo atribuibles a modificaciones
tarifarias, circunstancia que conspiraría contra la simetría intermodal que debe primar
respecto a la movilidad pública urbana.".
En efecto, si buscara de forma razonable cubrir los costos del Subte, ello debe
hacerse necesariamente contemplando la recuperación de los pasajeros del Subte. Tal
situación permitiría cubrir costos sin aumentar tarifas y también - tal como se verá más
adelante - evitar la expulsión de pasajeros para cumplir con el mandato legal de los servicios
públicos en general y del subte en particular.
De esta manera, entre indigentes, pobres, en situación vulnerable y clase media frágil,
hay 1.413.000 personas, el 40%, que atraviesan por una situación de fragilidad social porque
cuentan con recursos que bordean o están por debajo de la línea de pobreza.
Asimismo, la línea de pobreza para una pareja residente en la Ciudad, compuesta por
una mujer y un varón de 35 años de edad, ambos económicamente activos y propietarios de la
vivienda, con dos hijos varones de 9 y 6 años, en julio último ascendió a $ 112.766, un 41%
más que un año antes.
Por tanto, en términos concretos, una familia con hijos en edad escolar que utiliza el
subterráneo deberá utilizar parte de su presupuesto mensual para afrontar el incremento de la
tarifa vigente propuesta por SBASE, lo que terminará incrementando las tasas de pobreza e
indigencia, quedando desprotegidas además ante la imposibilidad de obtener alguna
reparación ulterior, situación mucho más acuciante en los sectores de bajos recursos.
Los afectados por este proceder ilegal son los millones de usuarios del SUBTE que
deben sufrir un menoscabo en sus patrimonios producto de un aumento tarifario que busca
mantener este entramado de gastos ilegítimos y del vaciamiento del SUBTE.
1. Método de cálculo
De acuerdo a lo previsto en el art. 25 de la Ley 4472, la tarifa técnica “es aquella que
refleja los costos de la explotación del SERVICIO SUBTE”. Como fuere dicho, la falta de
precisión sobre dicho concepto, sumado a la falta de reglamentación ya aludida, permite otra
vez el arbitrio o discrecionalidad de la autoridad de aplicación, que como vemos a lo largo
del presente, ni siquiera utiliza el vacío legal o la duda sobre determinados gastos en
beneficio del usuario.
SBASE emite la Memoria de Cálculo donde pretende realizar un detalle de los gastos
de explotación para luego concluir la tarifa técnica y la tarifa al usuario. De la simple lectura
de dicha Memoria de Cálculo se observa cómo se incluyen gastos que exceden a la propia
explotación.
En primer lugar se incluyen gastos que no corresponde incluir en la tarifa y, por otro
lado, nos encontramos con que en el cálculo de la tarifa se incluyen gastos que de ninguna
manera es posible considerar como correspondientes a la “explotación del servicio”, ya que
nada tienen que ver con la prestación ni funcionamiento del mismo.
Al respecto, la AGCBA indicó que para el año 2013 se “establecería una tarifa
técnica incorrecta. En este caso, se estarían considerando conceptos que se encuentran
ajenos a lo establecido en la Ley 4.472. Esto podría derivar en que el GCBA subsidie Gastos
de Mantenimiento y depreciación de Material Rodante e Infraestructura, y que en el marco
del contexto actual Metrovías S.A. termine aplicando esos montos a la operatividad del
servicio, con el agravante que la depreciación no implica erogación de fondos alguna”.
Asimismo, tal como surge de las constancias del expediente, SBASE vuelve a utilizar
como fundamento el informe realizado por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de
Buenos Aires (UBA) de 2017 para emitir “una opinión técnica respecto a la metodología
utilizada por SBASE para la determinación de la tarifa técnica del servicio Subte”.
Este informe confirma que “el concepto de TT no ha sido reglamentado, como así
tampoco el de CE. Esto hace que su sentido y alcance preciso es materia de interpretación”
y advierte sobre la necesidad de “elaborar al respecto una reglamentación formalizada y
taxativa”. El motivo de dicho planteo es, siempre según la FIUBA, que “los criterios que dan
base al cálculo del CE y de la TT surgen de una interpretación de lo estipulado en la Ley
4472 que, siendo pertinente, demanda ser fortalecida en términos conceptuales”.
Estas definiciones de la FIUBA no dejan lugar a dudas. Por un lado, advierte sobre la
ausencia de criterio para incluir determinados gastos en los Costos de Explotación. Por otro
lado, el pedido de “iluminar” la TT no puede más que interpretarse como la confirmación de
la falta de claridad y transparencia en su cálculo.
Ahora bien, como corolario de lo desarrollado, nos encontramos con un punto a tener
en cuenta, la inclusión en el cálculo de la Tarifa Técnica del gasto de “Mantenimiento y
asbesto”.
Es así que se adicionan al cálculo de la Tarifa Técnica los gastos por “Mantenimiento
y desasbestización” a cargo de SBASE, por un total de $77,87 millones medidos en términos
anuales. Dicho gasto está contemplado “Según Carta Compromiso Plan Plurianual de
Inversiones (PPI) 2022 contenidos en el Presupuesto de Ley N° 6507”, acorde a lo informado
en el documento mencionado ut supra.
Hasta aquí parecería algo menor la inclusión de este gasto a cargo de SBASE como
un elemento más de la Tarifa Técnica, pero verá V.S. que esto resulta a todas luces
inadmisible, conforme a los hechos que a continuación pasaremos a desarrollar.
En el mes de febrero del año 2018, las y los trabajadores del Subte tomaron
conocimiento de la existencia de asbesto en formaciones de varios coches de la línea B, a raíz
de que tomara estado público la presencia de aquel material cancerígeno en trenes “CAF
5000” del Metro de Madrid. En un artículo difundido desde la Asociación Gremial de
Trabajadores del subte y el Premetro (AGTSyP), informaron que “un empleado del Metro de
Madrid enfermó de un tipo de cáncer conocido como Asbestosis, provocado por la exposición
al amianto presente en trenes idénticos a los que circulan en la línea B”, por lo que la empresa
española le reconoció la “enfermedad laboral” al operario.
Es decir que, siete años después de la compra de estas formaciones, las y los
trabajadores del Subte se enteraron de la presencia del material contaminante, a partir de la
denuncia de sus pares españoles.
A raíz de ello, las y los trabajadores resolvieron de manera inmediata dejar de operar
con estas formaciones. Sin embargo, tanto SBASE, como la actual empresa Adjudicataria del
servicio Metrovías y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, desconocieron la presencia
de asbesto en los trenes.
Note V.S. que, a sabiendas de ese estado de las cosas, la operación se concretó.
Negligencia, negociado, como sea, la vida de las y los trabajadores y usuarias y usuarios vale
poco y nada, cuando de ganancias se refiere.
En ese orden de ideas, ese mismo año la AGTSyP promovió un amparo colectivo
contra el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Subterráneos de Buenos Aires, Metrovías
S.A. y Metro de Madrid S.A., en el que además nos presentamos como parte actora, en autos
caratulados “ASOCIACION GREMIAL DE TRABAJADORES del subterráneo y premetro
Y OTROS CONTRA GCBA Y OTROS SOBRE AMPARO - AMBIENTAL”, Expte.
11720/2019-0.
Tal es así, que cabe traer a consideración un hecho de reciente data. En el pasado mes
de agosto, la escuela primaria “Organización de Estados Americanos” y el jardín “El
Tranvía”, del barrio de Caballito, donde asisten alrededor de 400 alumnos y alumnas, fueron
notificados por trabajadores y trabajadoras que integran la Secretaría de Salud Laboral de la
AGTSyP sobre la presencia de asbesto en las inmediaciones de ambos establecimientos
educativos. En el último relevamiento realizado por dicha entidad, denunciaron que en los
talleres Bonifacio y Polvorín, linderos a ambos edificios escolares, “se encuentran materiales
con amianto (asbesto) que contaminan el ambiente y son nocivos para la salud de los
expuestos”. Estos talleres tienen un horno cuya chimenea apunta directamente al patio de la
escuela primaria y del jardín de infantes, poniendo en riesgo la salud de esa comunidad
educativa.
Por todo lo descrito, queda entonces demostrado que la presencia de este material, no
solo afecta la salud de las y los trabajadores del Subte, de los usuarios y las usuarias del
servicio, sino que también se extiende hacia la superficie, llegando a los límites de exponer a
niños y niñas ante el riesgo de inhalación constante de partículas de asbesto mientras juegan
en los patios de sus escuelas.
Los graves hechos hasta aquí relatados evidencian la irrazonabilidad de SBASE, que
al incluir la desasbestización en el cálculo de la Tarifa Técnica, pretende considerar como un
costo de explotación el proceder negligente de la Administración (mediante la adquisición de
vagones con material cancerígeno) y trasladar dicho costo al SUBTE.
En efecto, cabe preguntarse qué pasará con los eventuales y legítimos juicios por
daños y perjuicios frente a las muertes y enfermedades por la exposición al asbesto. Según el
criterio de SBASE, dichos juicios los pagarían los mismos usuarios y trabajadores afectados a
través del aumento de la tarifa. Se trata de una conclusión irrazonable e insólita que
demuestra que la desasbestización no puede considerarse bajo ningún punto de vista como
“gasto de explotación”.
¿En qué medida los cursos de computación y las clases de inglés pueden considerarse
como relacionados a la explotación del SUBTE? ¿Cómo es posible que la compra de
lapiceras con valores unitarios de $6.560 (seis mil quinientos sesenta pesos) más I.V.A. sean
impunemente consideradas como “gastos de operaciones”? ¿Los alquileres de autos, los taxis
y las líneas de celulares de la gerencia de EMOVA le reportan algún beneficio al usuario del
SUBTE?
No existe argumento razonable válido que permita afirmar que tales gastos
corresponden a la explotación del servicio del SUBTE. De esta forma, la gerencia de
EMOVA ha logrado trasladar sus gastos personales, suntuosos y propios de su empresa
a la tarifa de un servicio público. La arbitrariedad e irrazonabilidad de esa operación
tiene como resultado un cálculo tarifario ilegal que implica la nulidad de la resolución
que aprueba la tarifa en cuestión.
La forma de cálculo que utiliza SBASE evita proyectar un mayor número de pasajeros
basados en el precio de la tarifa al usuario (la relación que existe entre tarifas más bajas y
aumento de los pasajeros). En efecto, de acuerdo a lo informado por SBASE en las memorias
de cálculo, en términos anuales al mes de octubre de 2019 habían viajado 389,58 millones de
pasajeros pagos; al mes de octubre de 2020 –producto del aislamiento obligatorio dispuesto
por la pandemia del coronavirus – dicha cifra descendió a 30,26 millones; mientras que al día
30 de abril de 2022 los pasajeros pagos ascienden a 220,79.
De esta forma, las cifras reseñadas previamente demuestran que SBASE no tiene
ninguna intención de aumentar la cantidad de pasajeros para que, de mínima, vuelvan a los
valores del 2019. Al contrario, SBASE demuestra que su gestión del SUBTE consiste en una
política expulsiva del servicio público del SUBTE que se pretende mantener con el aumento
tarifario que se impugna en el presente amparo.
Téngase presente que es la propia SBASE quien confiesa expresamente que la tarifa
técnica sería considerablemente más baja, en concreto, de $87,56 “si se tomara la cantidad de
pasajeros del período 2019 (año pre-Covid, entendida en su oportunidad como una referencia
del uso del Servicio SUBTE utilizada en la última actualización de tarifa)” (páginas 17 y 18).
Ello demuestra lo irrazonable del aumento tarifario, toda vez que el mismo no tiene
intención de aumentar la cantidad de pasajeros sino todo lo contrario: la propia SBASE
reconoce que el objetivo del aumento tarifario es evitar el aumento de pasajeros.
En efecto, se indica que ante el aumento de la tarifas de colectivos y trenes, el
aumento de la tarifa del SUBTE se realiza “a los fines de evitar migraciones de usuarios de
uno a otro modo atribuibles a modificaciones tarifarias, circunstancia que conspiraría contra
la simetría intermodal que debe primar respecto a la movilidad pública urbana” (página 23).
Se trata de un fundamento insólito y a todas luces irrazonable ya que, conforme surge de las
citas de SBASE reseñadas en los párrafos precedentes, la conclusión lógica debería ser la de
mantener más baja la tarifa a los fines de alentar -y no evitar como propone SBASE- las
migraciones de usuarios al SUBTE.
Siendo la tarifa técnica calculada por SBASE de $154,49, calculada a partir del costo
total de 34.110,85 millones de pesos, sobre la cantidad de pasajeros proyectada para 2022 de
220,79 millones. No obstante, solo a modo de ejemplo, si se tomara la demanda del año 2019
de 389,58 millones de pasajeros, se podría reducir un 43.32% la tarifa técnica.
Cabe recordar que el planteo que aquí se realiza ha sido receptado por la CSJN en el
fallo “CEPIS”, donde se estableció entre otras que “el Estado debe velar por la continuidad,
universalidad y accesibilidad de los servicios públicos”. En esta inteligencia, ha quedado
demostrado que la gestión de SBASE en general y la política tarifaria del SUBTE en
particular ha consistido en una expulsión constante de sus pasajeros, es decir, una política
opuesta a garantizar la universalidad y accesibilidad del servicio.
Atento a que en la actualidad la cantidad de pasajeros se encuentra más cerca del año
2020 (el año del aislamiento total) y no de sus valores históricos (previos a la pandemia por
COVID-19), una política tarifaria razonable debería apostar a revertir esa tendencia. No
obstante, ha quedado de manifiesto que la resolución que se cuestiona en el presente amparo
se encuentra en las antípodas de dicha razonabilidad, ya que se pretende aumentar la tarifa
para mantener la expulsión de miles de usuarios del SUBTE.
Esto sin tener en cuenta que la cantidad de viajes puede disminuir por motivos de
fuerza mayor, como suspensiones del servicio o licencias por enfermedad, afectando también
la acumulación de viajes para alcanzar un mayor descuento. Por este motivo, puede definirse
con precisión que la tarifa progresiva es difícilmente aprovechada en su totalidad por aquellos
que utilizan el subte para concurrir a sus trabajos y/o lugares de estudio, lo que la transforma
en un mecanismo que no favorece siquiera a los viajeros frecuentes en la medida que lo
necesitan.
V. DERECHOS VULNERADOS
Tal como se extrae del relato de los hechos, el GCBA y SBASE han vulnerado
derechos y garantías reconocidos en Tratados Internacionales, en la Constitución de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires y en las leyes locales que los regulan.
En su art. 14 dispone que “tendrá por finalidad dar satisfacción a las necesidades de
la población”, para luego definir los PRINCIPIOS GENERALES de la ley 4.472, su artículo
15 inciso 1, establece el objetivo de “Proteger adecuadamente los derechos de los usuarios”.
Asimismo, como criterio rector de las tarifas, la ley 4.472 establece en su art. 24 que
las mismas deberán ser “justas y razonables.”
Al incluir conceptos ajenos a la tarifa se produce una completa distorsión sobre los
verdaderos costos del servicio de SUBTE, lo cual se ve aún más afectado con la exclusión de
pasajeros en los términos definidos. Por lo tanto, mal podrían GCBA y SBASE cumplir con
su obligación de proteger el patrimonio de los usuarios, toda vez que el método de cálculo
resulta viciado de origen. Ello es especialmente grave considerando que se deriva de un
deficitario control sobre el concesionario, que ejerce la concesión del servicio en condiciones
monopólicas.
Los hechos relatados a lo largo del presente evidencian una abierta violación del
GCBA y SBASE al mandato constitucional reseñado. En efecto, la sistemática actividad de
las demandas tendientes a beneficiar y proteger a la empresa concesionaria lo ha sido siempre
en detrimento de los usuarios.
Es categórico entonces que las demandadas lejos han estado de remover obstáculos,
sino que, por el contrario, se han encargado de profundizar y agravar los ya existentes,
afectando la igualdad de los usuarios respecto a EMOVA.
Cabe recordar lo afirmado por la Cámara de este fuero respecto a que “la Ciudad
“promueve la remoción de los obstáculos de cualquier orden” que impidan “la efectiva
participación en la vida política, económica o social de la comunidad” (art. 11, in fine). Se
trata de un principio de participación que impregna todo el articulado de la Constitución
local.” (Expte. Nº 8279/0: “DESPLATS, GUSTAVO MARIA CONTRA GCBA SOBRE
AMPARO (ART. 14 C.C.A.B.A.”).
3. Derechos de los usuarios en su relación de consumo
Esta parte insiste en que, aceptar un método de cálculo viciado, con conceptos y
gastos que no corresponden a la tarifa, implica favorecer en forma escandalosa a la empresa
concesionaria, quien lógicamente ocupa la posición dominante en la relación de consumo
existente en el uso del servicio del SUBTE, posición frente a la cual se adoptó la cláusula
constitucional citada que ha sido violada por parte de las demandadas.
Finalmente, tal como fuere desarrollado in extenso en los acápites que anteceden, al
dictar la Resolución 17/SBASE/22 y al calcular las tarifas técnicas y al usuario, las demandas
han omitido en forma arbitraria la aplicación de la totalidad del marco normativo aplicable a
la materia. Todo ello permite afirmar que un cuadro tarifario que no aplique la totalidad de la
legislación vigente, lejos puede estar de ser “justo y razonable”.
Al respecto, Gordillo ha señalado que “La falta de proporcionalidad entre los medios
que el acto adopta y los fines que persigue la ley que dio al administrador las facultades que
éste ejerce en el caso, o entre los hechos acreditados y la decisión que en base a ellos se
adopta, etc., tornan nulo el acto. En este sentido, la jurisprudencia de la Corte Suprema tiene
establecido “que las medidas utilizadas por la autoridad pública deben ser
proporcionadamente adecuadas a los fines perseguidos por el legislador.” […] Este
principio puede aplicarse a una gran cantidad de supuestos, y así, por ejemplo, se ha dicho
que la fijación de las tarifas por la prestación de los servicios públicos debe guardar “una
razonable equivalencia entre ambas prestaciones (servicio realizado y retribuciones debida),
pues donde no hay proporcionalidad tampoco hay razonabilidad.”
Al respecto, cabe recordar lo dispuesto por la Cámara del fuero en cuanto a que “(…)
por la naturaleza misma del servicio de transporte público, todo habitante de la Ciudad
adquiere carácter de usuario — al menos potencial — del servicio de subterráneos,
condición que resulta suficiente a los fines de considerar que podrían verse afectados por la
medida que en materia tarifaria adopte la autoridad administrativa” (“Vera, Gustavo Javier
y otros c/Subterráneo de Buenos Aires Sociedad del Estado y otros s/amparo”, Expte.
A9704-2014/0, sentencia del 5 de mayo de 2016; y “Del Gaiso, Juan Facundo c/ Subterráneos
de Buenos Aires Sociedad del Estado s/ incidente de apelación”, Expte. A9112-2016/1,
sentencia del 25 de octubre de 2016).
Tal como se ha desarrollado en los acápites referidos a los hechos y derechos que
motivan la presente acción, las omisiones del GCBA y SBASE vulneran derechos y garantías
reconocidos en Tratados Internacionales, en la Constitución de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires y en leyes locales dictadas en su consecuencia.
Ha quedado de manifiesto que GCBA y SBASE han restringido los derechos de los
usuarios en forma arbitraria, puesto que tal restricción ha implicado una aplicación restrictiva
y parcial del texto constitucional y de la ley que regula el servicio de SUBTE, y ha tenido
como correlato el exclusivo beneficio y protección de la empresa concesionaria del servicio.
Por las razones expuestas, solicitamos a V.S. que CON CARÁCTER URGENTE se
ordene MEDIDA CAUTELAR en los términos del artículo 61 de la ley 4.472 y del artículo
177 del CCAyT y se suspenda la Resolución 17/SBASE/22, ordenándose al GCBA y a
SBASE a abstenerse a aplicar el aumento dispuesto en dicha norma.
La medida cautelar que aquí se solicita se justifica en que el aumento dispuesto por el
GCBA implica perjuicios inminentes e irreparable para los miles de usuarios que
próximamente deberán abonar un aumento tarifario realizado en clara violación de derechos y
garantías de los usuarios, tal como fue expuesto a lo largo del presente, por lo que su
suspensión significa salvaguardar aquellos derechos que se verán afectados.
Con todo lo expuesto hasta aquí y de las pruebas que se acompañan ha quedado
verosímilmente acreditado que el aumento pretendido por el GCBA y SBASE afecta
derechos consagrados constitucionalmente, en tratados internacionales y en las normas
locales, además de violar los requisitos y pautas legales que deben reunir la tarifa del
SUBTE, todo lo cual ha sido suficientemente acreditado a lo largo del presente.
Por otra parte, la jurisprudencia del fuero ha señalado que “Estos requisitos se
encuentran de tal modo relacionados que, a mayor verosimilitud del derecho, es menor la
exigencia del peligro del daño, e inversamente cuando existe el riesgo de un daño extremo e
irreparable el rigor del fumus se debe atemperar” (esta sala, in re "Ticketek Argentina SA c/
GCBA", expte. nº 1075, resolución del 17/07/01 y sala II in re "Tecno Sudamericana SA c/
GCBA s/ impugnación de actos administrativos", expte. nº 322/0, del 23/05/01, entre muchos
otros precedentes).
No puede perderse de vista que la finalidad del proceso cautelar consiste en asegurar
la eficacia práctica de la sentencia que debe recaer en el proceso y la fundabilidad de la
pretensión que constituye su objeto depende de la mera probabilidad acerca de la existencia
del derecho discutido, lo que permite da emisión decisión, sin necesidad de un estudio
acabado de las distintas circunstancias que conforman la totalidad de la situación fáctica y
jurídica propias de la cuestión de fondo. Es más, el juicio de verdad en esta materia se
encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no es otra que atender a
aquello que no excede el marco de lo hipotético, dentro del cual, agota su virtualidad (Fallos
317:243; 318:30; 323:1877 y 324:2042, entre otros).
2. Peligro en la demora
De acuerdo con lo previsto en el artículo 177 del CCAyT "Las medidas cautelares son
todas aquellas que tienen por objeto garantizar los efectos del proceso, incluso aquellas de
contenido positivo y la suspensión de la ejecución del acto administrativo impugnado, o del
hecho o contrato implicado en éste, aunque lo peticionado coincida con el objeto sustancial
de la acción promovida".
Por su parte, el artículo 61 de la ley 4.472 establece que “Todo aquel que pudiera
sufrir un perjuicio inminente o irreparable -en los términos del artículo 177 del Código
Contencioso Administrativo y Tributario- relacionado directa o indirectamente con la
regulación, prestación o reestructuración del SUBTE, podrá solicitar el dictado de una
medida cautelar para asegurar los efectos prácticos de una sentencia definitiva.”
SBASE y GCBA han vulnerado una amplia normativa de jerarquía constitucional los
derechos que amparan a los usuarios del SUBTE, así como también principios y garantías
reconocidos en la ley particular que regula dicho servicio, en particular aquella que manda a
garantizar tarifas justas y razonables.
Por lo tanto, sería incoherente invocar que la medida cautelar solicitada frustra el
interés público si el accionar del gobierno local vulnera derechos y garantías que debe
cumplir íntegramente.
4. Contracautela
VII. LEGITIMACIÓN
Al respecto, cabe recordar lo dispuesto por la Cámara del fuero en cuanto a que
“(…) por la naturaleza misma del servicio de transporte público, todo habitante de la
Ciudad adquiere carácter de usuario — al menos potencial — del servicio de
subterráneos, condición que resulta suficiente a los fines de considerar que podrían
verse afectados por la medida que en materia tarifaria adopte la autoridad
administrativa” (“Vera, Gustavo Javier y otros c/Subterráneo de Buenos Aires Sociedad del
Estado y otros s/amparo”, Expte. A9704-2014/0, sentencia del 5 de mayo de 2016; y “Del
Gaiso, Juan Facundo c/ Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado s/
incidente de apelación”, Expte. A9112-2016/1, sentencia del 25 de octubre de 2016).
Asimismo, también se ha señalado que “Basta con que los actores se encuentren
domiciliados o realicen actividades en esta Ciudad para que puedan ser usuarios, aunque
sea potenciales, del servicio de subterráneos. Ello les alcanza para demostrar su calidad de
afectados, requerida en el artículo 43 de la Constitución Nacional y 14 de la local para
promover una acción de amparo en los términos en que ha sido deducida, y también para
reconocerles un interés suficientemente concreto, directo e inmediato, merecedor de tutela
judicial (confr. doct. de Sala IV, Contencioso Administrativo Federal, 05/08/97, "Fernández,
Raúl c. Poder Ejecutivo nacional" -La Ley, 1997-E, 535-)”. (sentencia de la Cámara CAyT,
expediente 9704-2014, voto de la Jueza Gabriela Seijas).
En ese sentido, el artículo 61 de la ley 4.472 establece en su primer párrafo que “Todo
aquel que pudiera sufrir un perjuicio inminente o irreparable -en los términos del artículo
177 del Código Contencioso Administrativo y Tributario- relacionado directa o
indirectamente con la regulación, prestación o reestructuración del SUBTE, podrá solicitar
el dictado de una medida cautelar para asegurar los efectos prácticos de una sentencia
definitiva.”
VIII. PRUEBA
Ofrecemos la siguiente prueba documental a fin de aportar claridad sobre lo expuesto
en el presente:
En caso de que V.S. no haga lugar a lo solicitado por esta parte, dejamos planteado el
caso federal previsto en el Art. 14 de la ley 48, toda vez que en el presente están involucradas
garantías constitucionales y derechos protegidos por los instrumentos de derechos humanos
receptados en el 75 inc. 22 de la CN.
X. PETITORIO
Proveer conforme,
ES JUSTO.