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Inclusión y calidad

como políticas educativas


de Estado
GABRIEL BRENER - GUSTAVO GALLI
(COMPILADORES)

Inclusión y calidad
como políticas educativas
de Estado

Colección Periferia

LA CRUJÍA EDICIONES
Presentación de la
colección Periferia

La Fundación La Salle se complace en continuar con la Colección Periferia. Y


esto porque la reflexión que contienen estos libros se ubica en lo mejor de su
propia tradición compartida con tantos otros trabajadores de la educación. Las
periferias son el lugar del pensar lasallano desde su origen. Y en esos márgenes
Dirección editorial | María Gabriela Spalla Fuentes nos hemos encontrado, hemos dialogado y nos hemos enriquecido mutuamen-
Diseño de tapa | m&s estudio te con muchos otros.
Diagramación | m&s estudio
Desde esa riqueza que produce el encuentro ofrecemos estas reflexiones
Corrección |
Fotografía de tapa | que son un pilar fundamental del trabajo de la Fundación. Porque, como decía
Martín Digilio en la presentación de los primeros números de la Colección, de
nada sirve colaborar con recursos para la educación si no podemos, al mismo
tiempo, ofrecer caminos para que los educadores modifiquen las condiciones
© Editorial Stella
© La Crujía Ediciones sociales, promuevan situaciones más humanas y, en ese mismo acto, se pro-
Tucumán 1999 – C1050 AAM muevan a sí mismos como parte de ese mismo cambio. “Necesitamos el lápiz y
Ciudad de Buenos Aires – Argentina necesitamos al educador”, decía.
Tel: (011) 4375-0664/0376 Para eso este esfuerzo. Pero, por sobre todo, para los chichos y los grandes
Email: direccioneditorial@parmenia.com.ar que habitan las periferias.
1ª edición,
ISBN Nº SANTIAGO RODRIGUEZ MANCINI
Impreso en la Argentina Presidente de la Fundación La Salle

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723


Impreso en Argentina / Printed in Argentine

Queda expresamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares


del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción
parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, compren-
didos la reprografía y el tratamiento informático.
Índice

Autores........................................................................................................................ 9
Prólogo........................................................................................................................ 15

Capítulo 1 - La educación como derecho. Notas sobre inclusión y calidad


Eduardo Rinesi....................................................................................... 25

Capítulo 2 - Articulaciones y disputas en la trama entre trabajo docente e


igualdad educativa: una aproximación histórica
Myriam Southwell
Alejandro Vassiliades............................................................................. 39

Capítulo 3 - Calidad educativa y políticas públicas


Alberto Sileoni....................................................................................... 59

Capítulo 4 - La calidad educativa y su evaluación: viejos conceptos,


nuevos significados
Liliana Pascual
María Luz Albergucci.............................................................................. 75

Capítulo 5 - Facsímil: algunas notas para analizar el discurso hegemónico


sobre la calidad y la evaluación
Myriam Feldfeber................................................................................... 93

Capítulo 6 - El derecho social a una educación inclusiva y de calidad. La


perspectiva de los trabajadores de la educación
Sonia Alesso.......................................................................................... 115

Capítulo 7 - Inclusión y calidad: cercanía, escucha y horizonte político en


escuelas de gestión social
Graciela Beli
Silvina Fernández
Liliana Kalko.......................................................................................... 123

Capítulo 8 - Los nuevos movimientos sociales y la disputa por el derecho


social a la educación
Luis Rigal............................................................................................... 137
Capítulo 9 - La inclusión digital y la nueva frontera de los derechos en el
siglo XXI. Notas sobre el programa “conectar igualdad” Autores
Inés Dussel............................................................................................. 155

Capítulo 10 - Igualdad, justicia social, conocimiento y currículum


Patricio Bolton....................................................................................... 173

Capítulo 11 - La enseñanza como política de inclusión


Graciela Favilli........................................................................................ 187

Capítulo 12 - La enseñanza y la participación como ejes de la calidad


educativa. Reflexiones en torno a los jóvenes y la educación
secundaria LUZ ALBERGUCCI
Claudia Bracchi...................................................................................... 209
Licenciada en Ciencias de la Educación por la UBA y Profesora Especializada
Capítulo 13 - La meritocracia educativa y el inconsciente colectivo en Discapacitados Visuales. Es especialista en planeamiento y estadística edu-
Carina V. Kaplan .................................................................................... 229 cativa y se ha desempeñado en organismos públicos nacionales y provinciales.
Docente en institutos de formación docente y en la Universidad Nacional de Hur-
Capítulo 14 - Cuerpos sexuados en la escuela secundaria: política lingham. Forma parte del cuerpo docente de la Diplomatura en Conducción de
y políticas en una escuela que deviene otra
las Instituciones Educativas de Nivel Secundario del ISP Joaquín V. González,
Graciela Morgade................................................................................... 251
a cargo de talleres sobre información para la toma de decisiones y evaluación
Capítulo 15 - Notas sobre el análisis de experiencias de inclusión institucional. En organismos públicos, entre otros, fue Directora de Información
en la escuela media y Estadística Educativa y Coordinadora de la Red Federal de Información Educa-
Ricardo Baquero.................................................................................... 265 tiva de la DiNIECE del Ministerio de Educación de la Nación.

SONIA ALESSO
Secretaria General de CTERA, Secretaria General de AMSAFE. Miembro del
Comité Ejecutivo Mundial por América Latina en la Internacional de la Educación.

RICARDO BAQUERO
Profesor Titular Regular de la Universidad Nacional de Quilmes y de la Uni-
versidad de Buenos Aires. Director del Programa de Investigación “Discursos,
prácticas e instituciones educativas” de la UNQ. Investigador responsable del
PICT 2194E1293/12 “La inclusión de las voces de los estudiantes en los proce-
sos de aprendizaje. Variaciones de las formas de participación y apropiación
de la experiencia escolar en el nivel medio”, radicado en la misma universidad.
Docente de diversos posgrados nacionales y del exterior, y autor de numerosas
publicaciones en Psicología Educacional y educación.
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sectores más desfavorecidos la educación superior se percibe como imposible,


para sectores mejor posicionados en el espacio social se torna como posible y Capítulo 14
hasta normal o natural.
La eficacia simbólica de este proceso radica en el ocultamiento del vínculo Cuerpos sexuados en la escuela secundaria:
que existe entre un orden social y el sistema de clasificación escolar. A partir de política y políticas en una escuela que deviene
un lenguaje escolar, que se objetiva en una red de significados, se transmuta otra
una clasificación social en otra puramente escolar que es legítimamente institu-
cionalizada por una escuela que se muestra neutral y propiciadora de igualdad
(Kaplan, 2008).
Las diferencias oficiales que producen las clasificaciones escolares tienden a Graciela Morgade110
engendrar (o a reforzar) unas diferencias reales, al producir en los individuos cla-
sificados la creencia, colectivamente reconocida y sostenida, en las diferencias,
y al producir, asimismo y de esta forma, las conductas destinadas a aproximar el
ser real al ser oficial (Bourdieu, 1991, 23). Introducción
Así, la escuela se erige, de modo no intencional, en productora de habitus En su praxis histórica militante, los movimientos sociosexuales (conceptos
ajustados a las divisiones objetivas que son vividas como comunes y natura- en que incluimos a las diferentes expresiones del movimiento social de mujeres
les. Las taxonomías escolares son incorporadas subjetivamente, de modo no y de los movimientos de la disidencia sexual) fueron indagando críticamente
consciente, por los estudiantes como principios prácticos que atraviesan sus y de manera sistemática al dispositivo escolar en tanto espacio clave en la re-
trayectorias sociales. producción-transformación de su condición de injusticia y exclusión. En ese
proceso, se fue tensando también la propia producción teórico-política de los
movimientos y, en un ida y vuelta, se fueron visibilizando problemas cada vez
Bibliografía
más precisos y complejos para plantear a la escuela.
GIDDENS, A. (2001), Sociología, España, Alianza. Una conclusión en que convergen esos movimientos es que la justicia social
GOULD, S. J. (1997), La falsa medida del hombre, Barcelona, Drakontos. se alcanzará plenamente sólo cuando en las escuelas se garantice que las prác-
KAPLAN, C. V. (2008), Talentos, dones e inteligencias. El fracaso escolar no es un destino, ticas cotidianas estén orientadas por una pedagogía sexuada justa; es decir,
Buenos Aires, Colihue. una pedagogía que visibiliza, respeta y valora a los cuerpos y la experiencia
KREIMER, R. (2000), Historia del mérito. humana en su complejidad histórica, cultural, emocional, ética y material. En
YOUNG, M. (1964), El advenimiento de la meritocracia, Madrid, Tecnos. la mayoría de los casos, también se subraya que no es sino desde las políticas
educativas que esta construcción puede ser habilitada.
En la Argentina, este proyecto político tuvo un hito en la Ley de Educación
Sexual Integral, una apasionante experiencia en la que movimientos sociales,
la política impulsada desde el Gobierno y las políticas públicas institucionali-
zadas dialogaron en torno de una normatividad, y continuaron trabajando en

110 Doctora en Educación (Facultad de Filosofía y Letras, UBA). Profesora Adjunta Regular de Investiga-
ción y Estadística Educacional II y del Seminario Abordajes Socioeducativos de las Problemáticas de
Género y Sexualidades, en el Departamento de Ciencias de la Educación de la citada facultad.
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programas y debates constantes, ampliando el contenido y la densidad del pro- Muy tempranamente en los desarrollos de esta mirada crítica –que podría-
yecto. Haciendo historia en el sentido más pleno del concepto, la Ley 26.150 de mos ubicar en la década del 70, entendiendo que en América Latina sufrió las
Educación Sexual Integral (ESI) sancionada en 2006 recuperó una larga lucha dictaduras militares de la época–, la caracterización de capitalista fue consi-
anterior y, a la vez, contribuyó a su despliegue de manera exponencial, en un derada insuficiente. Diversos grupos y movimientos subrayaron la ausencia
marco político general de ampliación de derechos y de búsqueda obstinada de sistemática de otros sujetos, y estas ausencias no respondían, o no respondían
hacer de la escuela una instancia protagónica en un proyecto de justicia social. solamente, a una cuestión de clase social, sino que articulaban otras desigual-
En este artículo, retomaremos algunos debates, logros y pendientes en la dades y reforzaban, simultáneamente, la exclusión. Concretamente, en el tema
ESI, en particular, acerca de las cuestiones de los saberes que circulan –o no que nos ocupa, el movimiento social de mujeres con su militancia y su produc-
circulan y deberían circular en las escuelas– en dirección a garantizar su enfo- ción académica orientada por el concepto de género encaró el diálogo con la
que, y, sobre todo, en el nivel secundario, que es obligatorio en todo el territorio tradición crítica y produjo una fuerte denuncia en torno de las formas de la ex-
nacional también desde 2006. clusión femenina del ámbito escolar.
Entendemos al proyecto de la ESI como un interesante analizador que pone En las décadas siguientes, y en articulación política y teórica con los movi-
en cuestión a la propia noción de inclusión, la resignifica y la potencia, ya que mientos de las nuevas masculinidades y movimientos de la disidencia sexual,
desde la perspectiva de género y derechos humanos, la única manera de incluir un concepto de género también criticado y ampliado en todas las diferentes
a otrxs en las escuelas es que sea la escuela misma la que devenga otra. direcciones que la categoría queer o, más recientemente, trans habilitan a vi-
sibilizar, permitió ampliar también la mirada y la propuesta para el sistema
Mirada crítica sobre la escuela desde la perspectiva de género educativo.
¿Qué aporta en la actualidad la llamada perspectiva de género y derechos
Después de más de tres décadas de investigaciones y de democracia inin-
humanos a la cuestión educativa de la inclusión? Una primera respuesta muy
terrumpida, ensayos varios y debates vehementes, entendemos que en la
amplia diría que aporta interrogantes respecto de la condición material y sim-
actualidad existe un acuerdo explícito en el sector educativo sensible a las
bólica de los sujetos sexuados que están en las escuelas, y respecto de los que
demandas populares que discute al individualismo de la tradición liberal: la au-
no están y deberían estar; propositivamente, podríamos sostener que aporta
sencia de impedimentos formales o de barreras territoriales no es suficiente
a la construcción de herramientas necesarias para alcanzar una educación se-
para que todos los sectores alcanzados por la obligatoriedad escolar accedan y
xuada justa.
permanezcan en la escuela.
En una síntesis apretada, podríamos establecer tres ejes en torno de los cua-
Aun reconociendo a la escuela pública como el proyecto históricamente más
les se organizan los aportes:
inclusivo en la democracia moderna, la llamada perspectiva crítica exploró di-
versas hipótesis para interpretar la situación de los diferentes grupos que no • Las prácticas escolares. Volviendo a la mirada en perspectiva histórica, al-
podían entrar o no podían permanecer en la escuela, sosteniendo que antes gunos temas se transformaron en clásicos en las investigaciones en educación
que problemas individuales se trata más bien de una cuestión sistemática es- en este campo. En los primeros tiempos, y al calor del movimiento de mujeres,
tructural; es decir, social, institucional e histórica. Básicamente se denunció se indagaron los mensajes sistemáticos acerca de lo femenino y lo masculino
que quienes estaban fuera de la escuela solían pertenecer a sectores socioe- en el currículum y los materiales de trabajo. La hipótesis que en general se
conómicamente vulnerabilizados. Y, más allá de las categorías interpretativas desplegó fue que las escuelas integraban el dispositivo de feminización y de
básicas en las diferentes tradiciones (con énfasis más economicistas o más masculinización en un sentido de género hegemónico. Se indagó, entre otras
culturalistas), la mirada se dirigió a identificar los procesos por los cuales el dimensiones: a) los usos patriarcales del cuerpo en la educación física escolar,
sistema educativo del mundo capitalista tendía a excluir a esos grupos, a veces, en las disciplinas expresivas y en el patio de juegos en el recreo, b) las expecta-
explícitamente, pero, con mayor frecuencia, de manera micropolítica. tivas diferenciales de rendimiento y de comportamiento hacia chicas y chicos,
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c) el refuerzo de los sentidos hegemónicos en la interacción entre pares y en el Ahora bien, más recientemente, y a la luz de los diferentes debates que los
uso de la palabra en situaciones de clase, d) presencias y ausencias masculinas movimientos sociosexuales produjeron dentro del campo académico y político,
y femeninas en libros de texto y manuales, etcétera111. con la noción de construcción social del cuerpo sexuado emergen como objeto
En paralelo, también fue indagada la cuestión de la docencia como trabajo de estudio con más claridad las sexualidades y las diferencias en la orienta-
femenino: dado que la docencia en general y en particular en la educación bá- ción sexual. La investigación tiende a hacerse cargo con mayor profundidad de
sica es ejercida mayoritariamente por mujeres, las temáticas que se indagaron la complejidad multidimensional del discurso hegemónico escolar e, inspirada
giraron en torno a los modos de maternaje y el cuidado que la docencia había en los desarrollos foucaultianos, se vuelca a mapear las diferentes expresiones
desplegado, las formas de precarización económica y material que caracterizan culturales que se dan en las escuelas y que tienden a constituir a ese cuerpo
al trabajo, la subordinación intelectual y organizacional que las mujeres sufren como diferencia sexual. Desde esta perspectiva, una mirada hacia los procesos
en el sistema educativo112. escolares cotidianos permite ver la persistencia de mensajes discriminatorios
Poniendo el énfasis en la reproducción, los estudios mostraron los sesgos que invisibilizan ciertas identidades, restringiendo el espectro de las vidas po-
patriarcales en el currículum explícito (orientado, como veremos en el próximo sibles y deseables114.
punto, por los sesgos de las disciplinas de base), en el currículum oculto y en los
• Los conocimientos disciplinares establecidos para la enseñanza. La teo-
silencios sistemáticos. Sin embargo, analizando los puntos de fuga, se analiza-
ría curricular denomina saberes disciplinares de referencia a los conocimientos
ron también las formas de la resistencia que niños, niñas y jóvenes protagonizan
científicos que nutren las decisiones políticas, técnicas y pedagógicas impli-
en la vida cotidiana escolar113.
cadas en el qué enseñar en la escuela en una determinada materia escolar.
Diferentes trabajos del campo de la didáctica, o en las lecturas socioculturales
111 Entre otros, WELLESLEY COLLEGE FOR RESEARCH ON WOMEN (1992), How schools shortchange girls, de la enseñanza, teorizan también respecto de las posibilidades, limitaciones,
Wellesley, AAUW; CONNELL, R. W. (2001), “Educando a los muchachos: nuevas investigaciones sobre
transformaciones y distorsiones que hacen de cualquier tópico de un deter-
masculinidad y estrategias de género para las escuelas”, en: Nómadas (pp. 156-171), Colombia; LO-
MAS, C. (comp. 2004), Los chicos también lloran. Identidades masculinas, igualdad entre los sexos minado campo científico un objeto bastante diferente del de enseñado en la
y coeducación, Barcelona, Paidós Educador; WALTER, N. (2010), Muñecas vivientes, Madrid, Turner escuela; los conceptos de transposición didáctica o de recontextualización
Publicaciones.
nombran esos procesos y, de alguna manera, también resultan críticos de sus
112 ACKER, S. (1994), Gendered Education: Sociological Reflections on Women, Teaching, and Education,
Buckingham, Philadelphia, Open University Press; ALONSO, G. et al. (2006), “Cuerpos que hablan. resultados últimos.
Representaciones acerca de los cuerpos y las sexualidades en mujeres docentes heterosexuales y Desde la perspectiva de género, la mirada se focalizó tanto en los saberes
lesbianas”, Informe final, Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad Nacional del Comahue;
disciplinares de referencia como en los procesos de transposición o de recon-
CORTINA, R. y SAN ROMÁN, S. (2006), Women and teaching. Global perspectives on the feminization
of a profession, New York, Palgrave Macmillan; FERREIRA, M. O. V. (2004), “Mulheres e homens em textualización.
sindicato docente: um estudo de caso”, Cadernos de Pesquisa, Sao Paulo, v. 34, n.° 122; FISCHMAN,
G. E. (2000), Imagining Teachers: Rethinking Gender Dynamics in Teacher Education, Maryland, Row-
man and Littlefield Publishers, Inc.; LOPES LOURO, G. (1989), Magisterio de 1.° Grau; um trabalho de
mulher, Petropolis, Vozes; MONTOYA RAMOS, M. M. (2004), Recetas de relación. Educar teniendo (2013), Aproximación a los sentidos en torno a la construcción del conocimiento científico-técnico en
en cuenta a la madre, Cuadernos Inacabados 47, Madrid, Ed. Horas y Horas; NODDINGS, N. (1984), escuelas medias desde la perspectiva de género (en prensa).
Caring, a feminine approach to ethics & moral education, Berkeley, University of California Press; 114 BAEZ, J. (2014), La experiencia educativa “trans”. Los modos de vivir el cuerpo sexuado de los/as/xs
MORGADE, G. (1997), Mujeres en la educación: género y docencia en la Argentina 1870-1930, Miño y jóvenes en la escuela secundaria, Tesis de doctorado; GONZÁLEZ DEL CERRO, C. (2014), ¿Información
Dávila Editores; MORGADE, G. (2010), Mujeres que dirigen poniendo el cuerpo, Buenos Aires, Nove- sexual integral?: los desafíos de educar con perspectiva de género en la cultura digital (en prensa);
duc; YANNOULAS, S. (1996), Enseñar ¿una profesión de mujeres?, Buenos Aires, Kapelusz; ZATTARA, MOLINA, G. y MALDONADO, M. (2011), “Interpelaciones a la escuela desde sexualidades diferentes:
S. (2010), Sindicalismo docente y género, Buenos Aires, Confederación de Educadores Argentinos. notas etnográficas con estudiantes secundarios”, en: MILSTEIN, D. et al., Encuentros etnográficos con
113 ALONSO, G. y DÍAZ, R. (2003), Hacia una pedagogía de las experiencias de las mujeres, Buenos Ai- niñ@s y adolescentes, Buenos Aires, Miño y Dávila, pp. 121-141; LOPES LOURO, G. (organiz.) (1999),
res, Miño y Dávila; FAINSOD, P. (2008), “Embarazos y maternidades adolescentes en las escuelas. O Corpo Educado. Pedagogías da sexualidade, Belo Horizonte, Autêntica; LOPES LOURO, G. (2004),
Alcances y desafíos frente a las diversidades”, en: MORGADE, G. y ALONSO, G. (comp.), Cuerpos y Un corpo estranho - ensaios sobre sexualidade e teoria queer, Belo Horizonte, Autêntica; FAINSOD, P.
Sexualidades en la Escuela. De la “normalidad” a la disidencia, Paidós, Buenos Aires; ORTMANN, C. (2006), Embarazo y maternidad adolescente en la escuela media, Buenos Aires, Miño y Dávila.
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La crítica sobre la primera de las dimensiones describió un histórico andro- Las tecnologías de la sexualidad son un ejemplo crítico en este campo. Y las
centrismo heteronormativo en la construcción social del conocimiento en el epistemologías queer, más recientes (Segdwick, 1998)119, proponen una mirada
sistema capitalista y patriarcal. En otras palabras, que en las aulas y la escue- desprejuiciada y no heterosexista habilitando el desocultamiento de la condi-
la, en los niveles intermedios de diseño curricular en el sistema educativo y en ción disidente en la investigación. Preguntémonos, por ejemplo, por qué existen
la academia (universidades y centros de investigación) existen sentidos sexis- tan pocos dispositivos anticonceptivos aplicables sobre el cuerpo masculino,
tas en la identificación de los objetos de estudio, las teorías y las respuestas por qué persiste la definición binaria de los cuerpos humanos (consolidada a
tecnológicas, tendiendo a orientarse a partir de una mirada parcial, masculina, partir del surgimiento de sexuación sesgada por la ciencia positiva), por qué se
heterosexual, de concebir al mundo115. ha omitido sistemáticamente la participación femenina en la producción cien-
Diferentes tradiciones epistemológicas de los feminismos y de las teorías tífica, o por qué se ha silenciado la identidad homosexual en el estudio de la
queer desarrollaron esta cuestión. Interesa, en particular, la epistemología historia de tantos políticos, escritores o militares, o por qué la clásica lectura
del punto de vista femenino, en los trabajos de Sandra Harding116 en Estados del proceso de hominización culmina en un varón caucásico… Es decir que en las
Unidos o de Dorothy Smith117 en Canadá, que también subraya la centralidad diferentes ciencias básicas (naturales, humanas, sociales) y en los diferentes
del sujeto de conocimiento –con sus valores, creencias y su cuerpo construi- campos de la tecnología es posible identificar la presencia de un punto de vista
do culturalmente– y, básicamente, de la relación entre ambos. Discutiendo la y la ausencia de otros.
noción de objetividad positivista, objetan que se niegue en la construcción del
• Los abordajes específicos de la sexualidad como campo temático. Hablar
conocimiento la intervención de la experiencia personal –es decir, histórica y
de la incorporación de la educación sexual puede hacer pensar que antes de la
cultural– producida en un determinado marco de relaciones de género. Tanto
ley esa educación no existía. El marco conceptual que estamos refiriendo remite
para Harding como para Smith, el conocimiento subyugado de las mujeres en
a otra hipótesis: educación sexual ha habido siempre, ya que desde siempre en
función de su papel en la sociedad las habilitaría a disponer de un rango di-
las escuelas se tramitan, validan o censuran ciertas miradas acerca de los suje-
ferencial de posibilidades en los ámbitos científicos118. Desde otra perspectiva
tos sexuados120. En este sentido, lo que no ha habido es una educación sexuada,
no menos sugerente, el posmodernismo feminista (centralmente Judith Butler)
es decir, que se haga cargo de su papel en la construcción social de las identida-
discute que los sujetos de las ciencias tengan identidades estables: el proyecto
des sexuadas. Y, definitivamente, el proyecto de la ESI es tensar esa educación
feminista sería, para esta tradición, identificar estructuraciones inestables de
sexuada en una dirección de justicia.
solidaridades entre sujetos subordinados que, en espacio y tiempos concretos,
No obstante, ha habido también históricamente algunas presencias explí-
pueden plantear una agenda de problemas por investigar y modos alternativos
citas en la instancia de hoy vamos a tener educación sexual, que podríamos
para hacerlo. Más que cuerpos subordinados o modos de conocimiento, se trata
caracterizar o bien como la tradición moralizante o bien como la tradición bio-
de alianzas políticas que potencian la aparición de nuevos interrogantes para la
medicalizante. El discurso moralizante ha tendido a reducir la educación sexual
ciencia y la tecnología.
a la transmisión de un marco de valores (en general religiosos) dirigido a con-
trolar los posibles desbordes de un cuerpo peligroso. Por su parte, el objetivo
central del abordaje biomédico de la sexualidad es la prevención. Es notable un
115 A. LÓPEZ NAVAJAS (2014), “Análisis de la ausencia de las mujeres en los manuales de la ESO: una
punto de convergencia entre ambas tradiciones: tanto la cuestión del desborde
genealogía del conocimiento ocultada”, Revista de Educación, 363, enero-abril 2014.
116 Véase, sobre todo, S. HARDING (1991), Whose science, whose knowledge?, New York, Cornell Univer-
sity Press. 119 E. SEGDWICK (1998), Epistemología del armario, Barcelona, Ediciones de la Tempestad.
117 D. SMITH (1999), Writing the social, Toronto, University of Toronto Press. 120 D. JONES (2009), “¿De qué hablamos cuando hablamos de sexualidad? Educación sexual en las es-
118 Ambas tradiciones suelen remitir, desde sus puntos de vista diferenciales, a la experiencia de Barbara cuelas de nivel secundario antes de la Ley de Educación Sexual Integral de la Argentina”, Argumentos.
McClintock a principios del siglo XX, cuyos aportes a la genética ya forman parte del acervo universal Revista de crítica social, n.° 11, Buenos Aires, Instituto Gino Germani, pp. 63-82; C. WAINERMAN, M.
en el campo y que, con instrumentos muy rudimentarios, anticipó intuitivamente una estructura que DI VIRGILIO, y N. CHAMI (2008), La escuela y la Educación Sexual, Buenos Aires, Universidad de San
sólo décadas más tarde pudo ser visualizada. Andrés.
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como la operación simbólica que encierra la idea de prevención implican que se se vincula sólo con la voluntad de maximización de las ganancias, sino también
trata de que la sexualidad es un problema… negativo, perjudicial o, simplemen- con el control sobre los procesos y las empresas –con lo cual no se puede sos-
te, no deseado. tener que responda solamente a leyes internas–; es imposible ubicar un sujeto
Frente a la hegemonía del discurso biomédico o el discurso moralizante, los homogéneo ni entre los capitalistas, e inclusive tampoco en la clase trabajado-
estudios críticos en el marco de la teoría de género han aportado, desde hace ra, ya que los trabajadores y las trabajadoras también pueden tener intereses
algunas décadas, importantes conceptos para la comprensión de la integralidad económicos no altruistas ni colectivos.
de la sexualidad y la incorporación curricular de la educación sexual. Por una En este sentido, proponen entender a la hegemonía como un proceso sin
parte, evidenciando que los sujetos sexuados se construyen y se despliegan en una determinación última, profundizando la noción de la política como articula-
el diálogo entre una materialidad y un marco de relaciones de poder, un marco ción de elementos disímiles con las siguientes características: 1. La no fijación
histórico, contingente, discutible. de toda identidad social. “(…) en la medida en que la tarea ha cesado de tener
todo vínculo necesario con una clase, su identidad le es dada tan solo por su
Una ley, un proyecto y un camino que se hace al andar articulación en el interior de una formación hegemónica”122; 2. La potencialidad
transformativa de variadas formas de protesta social, aun no obreras (los nue-
La relación entre un movimiento social y el Gobierno del Estado es, en ge-
vos movimientos sociales por ejemplo), entendiendo que ni son marginales ni
neral, un tópico de fuertes debates internos. En el caso de los movimientos,
sustituyen al sujeto fundamental, sino que tendrán su potencia según una arti-
llegan a provocarse rupturas o escisiones políticas internas; en el Gobierno, la
culación hegemónica contextual; 3. La perdurabilidad del proceso hegemónico
desconfianza y tensión pueden llegar a hacer prescindir del enorme potencial de
más allá de los cortes o cambios que cualquier sujeto histórico haya podido
un vínculo colaborativo de trabajo con una organización que haya acumulado en
impulsar y lograr; es decir que no se trata de una configuración transitoria.
una temática determinada.
Así, en La razón populista123, Laclau desarrolla la dinámica de los modos en
El proceso de institucionalización del movimiento social de mujeres fue am-
que las formas de la protesta social pueden ser incorporadas en una agenda ins-
pliamente debatido en todos los países en los que se produjo. Si uno de los ejes
titucional, entendiendo que es posible establecer una cadena de equivalencias
de la lucha feminista fue y es la autonomía en un sentido de liberación colectiva,
que las transforman en populares. Y la lucha de los movimientos sociosexuales
y la mayoría de los grupos feministas entienden a la condición social femenina
tiene el potencial de generar demandas equivalentes. Si bien no pueden ser
como vinculada con un sistema sexogenérico socioeconómicamente sostenido,
lo mismo que el Gobierno o que la política institucional (porque de ese modo
es evidente que la relación con un gobierno del mundo capitalista resulta, por lo
desaparecería la política) es posible –y empíricamente se ha demostrado en el
menos, sospechosa y de dudosos resultados.
caso de la ESI– que exista una tensión óptima que permita el trabajo común y la
No obstante, también es sabido que los recursos con que cuenta un Gobier-
sinergia que potencia a las diferentes partes.
no exceden con creces las posibilidades de las organizaciones. Pero no se trata
Así, numerosos colectivos optaron por articular con el Estado a través de dos
solamente de una cuestión táctica respecto de los recursos. Mouffe y Laclau121
expresiones. Por una parte, intentar incidir en el poder legislativo, aportando al
discuten la postura de Gramsci acerca de la constitutividad de lo económico
debate de leyes y normas más o menos globales, que atendiesen aspectos en
respecto de los sujetos. Ese esencialismo de lo económico se mantuvo, según
que la condición de género resultase motivo de injusticia y exclusión. Al mis-
la autora y el autor, aun en los análisis marxistas más proclives a atribuir mayor
mo tiempo, en muchos casos también se buscó articular con el poder ejecutivo,
peso de la superestructura en el devenir histórico. Sin embargo, encuentran que
directamente en la intervención, colaboración o monitoreo de políticas y pro-
el desarrollo del capitalismo del último cuarto del siglo XX, sumado a la crisis del
gramas.
socialismo real, discute fuertemente esas premisas: la dinámica económica no

122 Ídem, p. 36.


121 E. LACLAU y C. MOUFFE (1987), Hegemonía y estrategia socialista, Barcelona, Ed. Ariel. 123 E. LACLAU (2005), La razón populista, Buenos Aires, FCE de Argentina.
260 · Inclusión y calidad como políticas educativas de Estado capítulo 14 · 261

La Ley 26.150 delegó en el Ministerio de Educación de la Nación las tareas Una política educativa de largo aliento
vinculadas con la reglamentación. Los debates siguieron, entonces, en la co- Documentos de apoyo para los diferentes niveles, que fueron retomando la
misión de especialistas y luego en el Consejo Federal de Educación, donde se producción académica preexistente, espacios presenciales y virtuales de capa-
votaron los lineamientos curriculares para todas las áreas y todos los niveles del citación docente, producción de materiales de sensibilización para las escuelas,
sistema. Se creó así el Programa Nacional de Educación Sexual Integral, tam- y una intensa labor con las autoridades de las diferentes provincias fueron
bién establecido por ley y responsable de la implementación. permitiendo que la letra se transformase en práctica real y, sobre todo, que con-
Ahora bien, si bien la integralidad de la educación sexual está efectivamente tribuyese a transformar las prácticas desde una visión integral de la sexualidad,
enunciada en la ley, en los primeros tiempos siguieron vigentes tanto la mira- una perspectiva de género y derechos.
da biomédica (y, por lo tanto, una interpretación de la política como necesaria La amalgama entre útiles e inspiradores materiales que, desde el Ministerio
para prevenir el embarazo adolescente o las infecciones de transmisión geni- de Educación de la Nación, se han ido produciendo con el aporte militante e in-
tal) como la mirada moralizante (con su visión también preventiva, pero con un telectual de los movimientos sociosexuales, de equipos académicos de centros
sesgo represivo religioso), ambas binarias y heteronormativas. Uno de los ejes y universidades y de organismos internacionales de promoción de los derechos
centrales que hoy caracterizan el enfoque de la ESI, el concepto de género, no a través de la educación han hecho del proyecto ESI una experiencia potente.
aparece nombrado en la ley y su presencia es casi nula en los lineamientos. Una experiencia que, a diez años de la sanción de la ley (este artículo es de
No obstante, los materiales y acciones de la política pública fueron abriendo 2016), se encuentra necesariamente en desarrollo, ya que las políticas comple-
el camino en el sistema, un camino que se potenció desde fuera con los debates jas que establecen interpelaciones culturales han llevado plazos mucho más
alrededor de la Ley de Matrimonio Igualitario y, sobre todo, la Ley de Identidad prolongados que una o dos gestiones de Gobierno, tanto en nuestro país (por
de Género. Se abrieron entonces una serie de sentidos más amplios, que per- ejemplo, las vinculadas con los derechos de niños, niñas y adolescentes) como
mitieron enfocar a los cuerpos sexuados en su carácter de construcción social, en otros países.
es decir, contextualizada e histórica, y habilitaron el respeto por la disidencia Anticipamos algunos de esos temas en desarrollo y que merecen una mirada
sexual en una dimensión más profunda. La ESI fue dejando de ser normativa específica:
para pasar a habilitar voces que hablan de padecimientos diversos y también
de disfrute. a. La incorporación de contenidos curriculares tiende más bien a ser
A mediados de 2015, se produce un nuevo proceso social de resignificación sumativa antes que implicar una crítica epistemológica a los sabe-
de la ESI, ya que, si bien desde los documentos iniciales se establece la incorpo- res académicos de referencia y una integración mediante un enfoque
ración al currículum de las temáticas vinculadas con la violencia de género, los transversal. En el campo de las ciencias biológicas, por ejemplo, ade-
casos de asesinatos de chicas de gran impacto social llevaron la cuestión a una más de incorporarse la cuestión social de la salud o la temática ética
presencia que no había cobrado hasta entonces. del cuidado y respeto del propio cuerpo y del cuerpo del otro/a, aún
La denuncia de la llamada violencia de género, más estrictamente, violencia existen, por ejemplo, escasos desarrollos tendientes a mostrar cómo
basada en relaciones de género patriarcales, retoma las banderas que los mo- las concepciones sociales permean los modos en que la ciencia recor-
vimientos sociosexuales y, en particular, los feminismos habían aportado a la ta y conceptualiza a los cuerpos, cómo la interacción entre materia y
discusión histórica desde el activismo y la academia. Se trata de la visibilización cultura incide en la producción de la edad de un cuerpo, etcétera.
de las relaciones de subordinación y opresión que, mayoritariamente en casos b. La incorporación a la formación docente de base se encuentra en sus
de cuerpos de mujeres, derivan en episodios de violencia física o psicológica. inicios, y sólo en algunas provincias del país. El Programa Nacional ha
realizado importantes esfuerzos presenciales y virtuales para acerca a
las y los docentes a la ESI, pero aún la cobertura es limitada y hacen
falta más espacios formativos y de trabajo conjunto para garantizar su
262 · Inclusión y calidad como políticas educativas de Estado capítulo 14 · 263

incorporación plena en cada escuela. Sin un sector docente compro- “los recursos materiales, subjetivos y simbólicos que las educandas requieren
metido con la temática y confiado en que puede abordar diferentes para transgredir las normas y esquemas que las oprimen, para descautivarse y
dimensiones del tema porque conoce cómo hacerlo o puede recurrir a construir y afirmar su mismidad, por tanto, su punto nodal es la persona, la sujeta,
espacios de contención y apoyo cuando sea necesario, la política de la y como proceso formativo se interesa tanto por los saberes como por los poderes
ESI corre riesgos de extinguirse. de esa sujeta”. En Argentina, Claudia Korol, integrante del colectivo Pañuelos en
c. La asociación entre políticas públicas y militancia social y académica rebeldía (2007)125, lo presenta con claridad y contundencia: “Resultó sorprendente
se reitera en numerosas provincias del país mientras que en otras aún para muchos de sus seguidores que veinticinco años después de editada Pedago-
es insuficiente o casi nula, con fuertes presiones locales dirigidas a gía del Oprimido, Freire la releyera autocríticamente en su libro Pedagogía de la
impedir la circulación de materiales o, más concretamente, la imple- Esperanza. Uno de los temas que pudo revisar, precisamente en los últimos años
mentación de la ley. de su vida, era lo que subyacía de machismo en su concepción de la lucha eman-
cipatoria de los oprimidos. Criticar una y otra vez las propias creencias parece ser
Sin embargo, entendemos que aún queda pendiente la profundización de
el único camino para que nuestras ideas y nociones del mundo puedan ser vitales,
una de las dimensiones más significativas del proyecto político y pedagógico
fértiles, transformadoras (…). Es en esa perspectiva que vamos buscando claves
de la ESI.
de una pedagogía popular feminista. Estas claves que buscamos colectivamente,
Es sabido que las experiencias curriculares que abordan contenidos innova-
en nuestros talleres de educación popular tanto como en nuestras experiencias
dores en el campo de las relaciones de género y las sexualidades interpelan al
de resistencia, no son descifrables sólo por y para las mujeres. Intentan ser de-
orden pedagógico escolar. Uno de los ejes de trabajo tanto de las pedagogías
nuncias de las más diversas opresiones. Sería una manera de pensar la pedagogía
feministas como de los estudios queer viene siendo la validación crítica de la
de los oprimidos, oprimidas, de lxs ofendidxs de diversas maneras por la cultura
experiencia social como fuente de conocimiento; eso no significa necesariamen-
capitalista, patriarcal, racista, homofóbica, imperialista, violenta; una pedagogía
te que en la escuela se deba hablar de la intimidad, sino politizar aquello que
que nos permita volvernos sujetos de nuestra propia marcha, de su rumbo, de la
históricamente ha sido reducido a la esfera de lo privado y colocarlo en foco
renovación de sus metas y de las formas y ritmos que elegimos para caminar” (Pa-
para analizar la discriminación y violencia que con frecuencia padecen niños,
ñuelos en rebeldía, 2007, 12). De alguna manera, la pedagogía feminista que Korol
niñas y jóvenes.
retoma las banderas de la tradición queer (Deborah Britzman126 o Bell Hooks127)
Sin embargo, la relación básica escolar docente que sabe-contenido-alum-
profundizando la crítica del intento escolar de fijar identidades sexogenéricas.
no/a que no sabe obtura con frecuencia esta politización, dejando nuevamente
afuera de los muros una realidad que, leída en clave sociohistórica, puede ope-
rar como una fuente del currículum de altísima vigencia para las vidas de todos Para concluir…
y todas. Aunque no lo desarrollaremos en profundidad, es de subrayar que la pers-
Evidentemente, una redefinición de la clásica tríada de la pedagogía en esa pectiva también plantea cruces e interrogantes hacia otros de los temas que
dirección implicará una fuerte revisión de los cimientos de la escuela moderna. encara este libro: la cuestión de las y los trabajadores de la educación (identidad,
Desde la pedagogía feminista, se establecieron ya algunas de sus notas trabajo y formación permanente y continua), la cuestión de la estigmatización
centrales: según la mexicana Luz Maceira Ochoa, la pedagogía feminista es una de los y las jóvenes o la de su participación en el gobierno escolar, la cuestión
pedagogía que se dirige en el sentido de “la eliminación cultural y política de la
opresión de género, de la transformación de la sociedad, y de la libertad y autono- 125 PAÑUELOS EN REBELDÍA (2007), Hacia una pedagogía feminista. Géneros y educación popular, Bue-
nos Aires, Editorial El colectivo-América Libre Copyleft.
mía individuales y colectivas” (Maceira Ochoa, 2008, 194)124. Trata de identificar
126 D. BRITZMAN (1999), “Curiosidade, sexualidade e curriculo”, en: LOPES LOURO, G. (comp.), O corpo
educado. Pedagogias da sexualidade, Belo Horizonte, Autêntica.
124 L. MACEIRA OCHOA (2008), El sueño y la práctica de sí. Pedagogía feminista, una propuesta, México 127 B. HOOKS (1999), “Eros, erotismo e o processo pedagógico”, en: LOPES LOURO, G. (comp.), O corpo
D. F., El Colegio de México. educado. Pedagogias da sexualidade, Belo Horizonte, Autêntica.
264 · Inclusión y calidad como políticas educativas de Estado

de los movimientos sociales, las nuevas tecnologías y, en general, todas las


dimensiones que integran los procesos educativos. Capítulo 15
Sin embargo, para cerrar este capítulo, vale la pena subrayar la mirada que
la ESI ha construido en torno de la inclusión como orientación de política edu- Notas sobre el análisis de experiencias de
cativa. inclusión en la escuela media
Decíamos al comienzo que la ESI resignifica y potencia el concepto. Habi-
litando las preguntas críticas acerca de cómo están los cuerpos sexuados que
están en la escuela y acerca de quiénes deberían estar y por qué no están, se
produce una operación política en que, utópicamente, no estamos buscando in- Ricardo Baquero128
cluir a otrxs en lo que la escuela es, sino buscar el modo en que la escuela pueda
ser otra para que estén todxs. Si preguntándonos cuál es la voz (o la lengua)
predominante en la pedagogía moderna, es posible hablar de una monoglo-
sia –de clase, de etnia y también patriarcal– desde la perspectiva de género y
derechos; el desafío de la pedagogía sexuada para la justicia es habilitar una En el presente trabajo, se intentará señalar la necesidad de revisar nuestros
pluriglosia en la que tengan lugar diferentes voces en una arena social común. marcos de análisis psicoeducativos usuales, algunos de sus supuestos, tanto
De alguna manera, el proyecto para la escuela no sería estrictamente la en lo que hace a las explicaciones o pseudoexplicaciones del aprender –o no
inclusión, sino más bien habilitar todos los mecanismos posibles para que de- aprender– como a la lógica de los espacios escolares y su formato habitual. Se
venga inclusiva. plantearán, particularmente, algunos problemas encontrados en el análisis de
El camino está marcado, es de largo aliento y requiere de un fuerte compro- experiencias educativas inclusivas, particularmente en escuelas medias públi-
miso gubernamental con la continuidad de la ESI como política educativa. cas del área metropolitana Buenos Aires129.
Dentro de los problemas a presentar, brevemente plantearemos algunos de
época, como la pregnancia de la figura del individuo en detrimento del lazo so-
cial, y la crisis de una concepción del desarrollo ligada al progreso indefinido
basado en la tecnociencia. La crisis del Mito del Individuo (Benasayag, 2013) y
la caída del Mito del Progreso o de la certidumbre sobre el futuro (Augé, 2013,
2015; Abeles, 2008) traerán, precisamente, consecuencias, si se quiere, de tipo
disciplinar, en la medida en que obligan a reflexionar sobre dos problemas cen-
trales tanto del desarrollo humano como de las prácticas de escolarización: la

128 Profesor Titular Regular de la Universidad Nacional de Quilmes y de la Universidad de Buenos Aires.
Director del Programa de Investigación “Discursos, prácticas e instituciones educativas” de la UNQ.
Investigador responsable del PICT 2194E1293/12 “La inclusión de las voces de los estudiantes en los
procesos de aprendizaje. Variaciones de las formas de participación y apropiación de la experiencia
escolar en el nivel medio”, radicado en la misma universidad. Docente de diversos posgrados nacio-
nales y del exterior y autor de numerosas publicaciones en Psicología Educacional y Educación.
129 En general, referiremos a reflexiones y observaciones desarrolladas en el marco del proyecto de
investigación PICT 2194E1293/12, “La inclusión de las voces de los estudiantes en los procesos de
aprendizaje. Variaciones de las formas de participación y apropiación de la experiencia escolar en el
nivel medio”, radicado en la Universidad Nacional de Quilmes.

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