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Paula Andrea Valencia Rivera Gr.

La coeducación
secuestrada
En el texto habla de cúal es el fin de la coeducación, diciendo que es una herramienta clave
para educar a los niños, niñas y adolescentes, es clave para que nuestra sociedad sea más
justa, educar sin tapujos, educar para avanzar, pero esta “herramienta clave” de la que
hablamos, no es una prioridad de los gobiernos, ha sido para ellos más bien una estrategia
para instaurar sus principios y objetivos, la única forma de que la coeducación se ha llevado
a cabo ha sido en manos de mujeres profesionales, profesoras feministas que han querido
un cambio. Somos nosotras las que hemos empezado a buscar el cambio, nadie más lo va
a hacer por nosotras y la educación en los centros educativos es la clave para avanzar y
llegar a esa igualdad absoluta.

Esta coeducación empieza a ser amenazada por la disolución ideológica que suponen las
ideas posmodernas, que tienen la idea principal de progresar, pero invalidan el fin de la
coeducación, ideas que intentan suplantarla, pero en realidad no tienen relación alguna con
ella. Surgió en un punto, una necesidad de una escuela democrática, con el fin de tener
total accesibilidad al conocimiento y mejorar la vida de todos en una perspectiva de libertad
e igualdad.

Las mujeres obtienen un mayor porcentaje en la gran mayoría de estadísticas relacionadas


con los estudios en comparación con los hombres, en todas las etapas educativas, sin
embargo esto cambia cuando se habla se los diferentes campos, hay una gran divergencia
en los campos científicos elegidos por chicas y chicos, constatando una menor valía
intelectual en el caso de las mujeres. Hay más mujeres tituladas en ESO y Bachillerato que
hombres, menor en FP y grado medio pero igualada en grado superior. Además, los
hombres suelen dejar antes los estudios que las mujeres.

El informe Panorama de la educación, posicionaba a España por debajo de la media al


comparar la educación y empleo entre jóvenes de 25 a 34 años, dejando ver que aunque
las mujeres estaban más cualificadas, eran los hombres quienes tenían más acceso al
empleo. Incluso en las universidades, donde las mujeres son mayoría, son los hombres los
que tienen mayor número en categorías académicas y liderazgo de los grupos, esto
realmente es algo que todos sabemos, aunque algunos se hagan los que no sabe nada, no
hace falta realizar estadísticas para ver que uno de los problemas principales es el poco
reconocimiento que obtienen las mujeres en la gran mayoría de ámbitos (por no decir en
todos). Podemos tener los mismos estudios que un hombre e incluso mejores notas en
nuestros estudios u oposición, y aún así no obtener un resultado acorde a ello y que sean
solo los hombres a los que se amerite.

Se observa un aumento del consumo de la pronografía en chicos a edades cada vez más
precoces, por ese deseo de los hombres que está relacionado con el sometimiento y la
violencia contra las mujeres. De hecho, en 2019 unas estadísticas mostraron el aumento de
delitos sexuales por adolescentes de entre 14 y 17 años, hablamos de la inferioridad de las
mujeres, de cómo se las cosifica, son solo un objeto. De hecho, se pretende mantenerlas en
la ignorancia para que no puedan comprender ni cuestionar nada, para que no puedan tener
la intención de cambiar esas injusticias, es por esto que lo primero que buscó el feminismo
fue la igualdad en la educación. Si se aísla la noción del sexo como la razón de la opresión
hacia las mujeres, se pierde el sentido de la lucha feminista a través de la coeducación.

Hoy en día se mezclan una cantidad de temas abrumadora, hablamos del feminismo, de las
feministas, pero se confunde con lo que es una feminazi, hablamos de mujeres trans y se
confunde con ser una TERF (Trans-Exclusionary Radical Feminist). Hablamos de cómo
estas ideas al final terminan confundiendo al resto y se pierde el significado de coeducación,
en esas charlas educativas en el colegio deja de mencionarse hacia quienes se dirigen, con
el fin de no ofender a esas personas cuyo género biológico es diferente al que se
identifican.

Es totalmente comprensible querer sentirse incluido, pero si incluyendo a un grupo


excluimos al otro, no estamos avanzando, al final estamos llegando al mismo punto del que
estábamos huyendo. Para incluir la ideología de la identidad de género, no necesitamos
excluir el feminismo, en esas charlas de sexualidad, de anticonceptivos, de menstruación,
podemos hacer llegar la información necesaria a todas las mujeres a las que debe llegar
esa información sin ofender a nadie, dar charlas informativas que sean útiles y educativas
tanto para las mujeres como para el resto, ese es el fin ¿no?

No queremos un retroceso sino un avance, si dejamos de educar de lo que queríamos


cambiar en un principio se confunden conceptos y se pierde el objetivo principal. Se informa
muy poco sobre la ideología de la identidad de género y cada vez menos del problema que
sufrimos las mujeres día tras día, aunque pensemos a día de hoy que hemos avanzado, en
los colegios no se educa a niños y niñas y adolescentes como se debería. Las instituciones
se centran en los estudios y no prestan atención a los problemas diarios.

En mi opinión, no considero que las ideologías de identidad de género sean una “barrera”
para avanzar con el objetivo principal del feminismo en la coeducación, ambos temas
pueden tratarse en los colegios. Hablamos de informar de lo que es la diversidad de género
e informar del trato que sufre la mujer día a día. Creer que se produce una apropiación de la
coeducación por parte de la ideología de la identidad de género, creer que hablar de esto,
sustituye el objetivo de la igualdad entre hombres y mujeres por una idea de diversidad
definida por percepciones y sentimientos, es un pensamiento erróneo a mi parecer.

No creo que el hecho de que una persona se sienta mujer cambie en algo lo que es la
coeducación, considero que es más una confusión de las personas que tienen que dar a
conocer ambos temas, de las propias autoridades del colegio, por miedo a que un grupo se
sienta excluido, cambian el objetivo principal porque no saben cómo manejar ambos temas.
Es correcto ser cada vez más conocedores y conscientes de las cosas a nuestro alrededor,
pero no anular por completo un tema importante por no saber cómo incluir en
conversaciones del día a día o en charlas, lo que es el feminismo y el transgenerismo.

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