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Preces Vocacionales
Preces Vocacionales
ORDEN DE LA MERCED
Tú, que quisiste estar cerca de los pequeños, conserva a nuestros niños y
jóvenes en tu amistad para que escuchen tu llamada a la vida consagrada y
la sigan con docilidad. Roguemos al Señor.
Señor, a los jóvenes que llamas a dejarlo todo por Ti, sostenlos con tu gracia
en su propósito de entrega. Roguemos al Señor.
Tú que por amor abrazaste la cruz por todos los hombres, haz que muchos,
siguiendo tus huellas, entreguen su vida por los hermanos. Roguemos al
Señor.
Fieles a las palabras de Jesús, que nos invita a orar siempre sin
desanimarnos, presentemos al Padre nuestras peticiones.
Señor, aumenta en nosotros la unión contigo, para que nuestra caridad sea
auténtica, alegre y creativa. Roguemos al Señor.
Te pedimos Señor, por todos los jóvenes, y haz que, a quienes invitas a
seguirte de modo especial, te respondan con corazón sincero. Roguemos al
Señor.
Tú que nos diste a san Pedro Nolasco como padre y maestro, haz que
siguiéndolo, sepamos acompañar a los jóvenes por el camino al que los
llamas. Roguemos al Señor.
Danos, Señor, tu luz, para acompañar prudentemente a los jóvenes que han
escuchado tu voz y se disponen a seguirte. Roguemos al Señor.
Señor, Tú que nos envías a ser servidores entre los hombres, especialmente
en medio de los cautivos, haznos testigos vivos de las bienaventuranzas.
Roguemos al Señor.
Señor, Tú que eres la vid verdadera que nos da el fruto de la vida, haz que
junto con los jóvenes que nos confías, permanezcamos siempre en Ti y
demos fruto abundante. Roguemos al Señor.
Por las familias cristianas, para que el Señor Jesús les dé la abundancia de
su vida y sean fervorosas en la fe, favorables en el nacimiento y el
desarrollo de nuevas vocaciones. Roguemos al Señor.
Tú que nos diste por medio de san Pedro Nolasco a María como Madre,
concédenos por su intercesión, valentía y delicadeza para proponer con
claridad el camino de seguimiento a los jóvenes. Roguemos al Señor.
Que, como María, seamos dóciles y valientes para responder con fidelidad a
la vocación que Dios nos llama. Roguemos al Señor.
Tú nos llamas, Señor, a vivir y trabajar juntos: que, como María, seamos
fuente y signos de comunión permanente. Roguemos al Señor.
Oremos a Dios, que quiere salvar a todos los hombres y los llama a la
sincera conversión.
Escucha nuestras súplicas, Señor: mira con clemencia a los que se acercan
a ti con corazón arrepentido y purifícanos de nuestros pecados.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.