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ACTIVIDAD 3

El gran enigma es ¿Cómo realmente funciona el cerebro? A los profesionales en


medicina, en psicología y demás carreras afines siempre llamo la atención el
funcionamiento cerebral ya que es la base fundamental del aprendizaje, hasta el día de
hoy a pesar de los estudios y los años no es posible saber su funcionamiento exacto ya
que influye muchos factores en el desarrollo neuronal de un individuo, desde cómo fue
concebido, la alimentación que llevo la madre, las emociones que recibió ese pequeño
ser desde la gestación, siendo factores de importancia para un buen desarrollo
neuronal y desenvolvimiento de ese nuevo ser, al nacer ,muchos autores pensaron que
eran hojitas en blanco sin conocimiento a priori de lo que era el exterior, para lo cual
descubrieron que no era así, el cerebro de ese bebe ya llevaba una carga genética y
estímulos que venían de vientre, efectivamente el ser humano es un ser social por
naturaleza y que estas relaciones son importantes durante toda su vida, las cuales
afectan a como conoce el mundo primero desde la perspectiva de la madre luego va
descubriendo el mundo a su manera y de todo esto depende su desarrollo neuronal, el
afecto y la interrelación que tiene con la madre se demostró que es fundamental para
un ser en su aprendizaje, este tipo de afecto es como el que sana todo lo malo que
podría acontecer a su alrededor.

¿En qué consistían los experimentos de Harlow?


El investigador encontró que los monos pequeños, criados en ausencia de su
madre, estrechaban vínculos de apego con cualquier objeto, como un simple trapo.

Parecía haber una necesidad biológica y psíquica innata hacia la dependencia.

Podríamos inferir que a largo plazo existen diferencias significativas entre individuos
criados con y sin afecto.

Sin embargo, por más obvio que parezca, su repercusión en áreas como
la atención, memoria, planificación y conducta, son impresionantes.

https://neuro-class.com/experimento-harlow-del-amor-materno/

Se hicieron diversos estudios para demostrar que el amor es fundamental en el


crecimiento estable emocional e intelectual de un bebe, ya que los primeros años de
vida son cruciales para los seres humanos en estas referencias que adjunto a
continuación también se llega a la misma conclusión ya que se observaba que había
mucha mortandad en los bebes y al principio nadie entendía el motivo ya que creían
que al cumplir la alimentación ya era suficiente pero el ser humano no solo vive de
alimentación sino también de amor de apego emocional no siempre podría ser con la
madre si no con una nodriza o incluso como se observó en el otro experimento de los
monitos que un simple trapo puede afectar emocionalmente a un apego positivo

https://pijamasurf.com/2018/03/
el_estudio_que_mostro_que_bebes_que_no_reciben_amor_corren_riesgo_de_morir/

La importancia del afecto en la salud ha sido demostrada por estudios como este de
Harvard, pero nunca de manera tan radical como fue el caso de la investigación de
Rene Spitz en la década de los años 50 del siglo XX.

Desde antes de Spitz se había notado que los orfanatos tenían un altísimo índice de
mortandad, y a principios del siglo XX se creía que la causa debía de ser las
enfermedades contagiosas producto de la falta de limpieza de estos lugares. Fue
entonces que el doctor austriaco René Spitz propuso una teoría alterna, que quizás
parecería poco científica: los infantes sufrían de falta de amor. Para probar esto, Spitz
comparó un grupo de infantes que eran criados en cunas de hospital aisladas con
infantes criados por madres en prisión. Si el problema eran los patógenos del lugar,
entonces los niños criados en la cárcel debían de tener peores resultados. El estudio
mostró que el 37% de los infantes criados sin madre en un hospital murieron, mientras
que no se registró ninguna muerte entre los bebés encarcelados con sus madres. A su
vez, los bebés de la cárcel crecieron más rápido y mostraron mejores resultados en
diversas pruebas de salud. La investigación siguió algunos años más, y Spitz notó que
los huérfanos que sobrevivieron tuvieron una tendencia mucho más marcada a contraer
enfermedades y a tener problemas psicológicos.

https://es.gizmodo.com/paradojicamente-uno-de-los-experimentos-mas-crueles-de-
1783902243

Experimento 1: el afecto en los monos rhesus

La investigación de Harlow comenzó centrándose en la forma más fundamental de


afecto, el amor maternal. Harlow había ideado un área de estudio en el intento de criar
monos rhesus bajo sus experimentos de aprendizaje. El hombre, con la idea de
protegerlos de enfermedades, separó a los monos de sus madres poco después de su
nacimiento para aislarlos en una serie de jaulas individuales donde les alimentaría con
un biberón.

El psicólogo se sorprendió, sobre todo y como diría, debido a que uno de los principios
básicos de la ciencia de la época era que los bebés, con el fin de tener la mejor de las
oportunidades para desarrollarse normalmente, necesitaban primordialmente comida y
mantenerse limpios. Y estos dos criterios los había cumplido con creces en las pruebas.

Y es que en aquella época y desde el punto de vista de la psicología, el amor de madre


era una emoción de segunda fila, que únicamente entraba en juego una vez que la
madre había cumplido con los requisitos más importantes de la descendencia: la
necesidad de saciar el hambre y la sed. Y no hablamos sólo de los animales, esto
ocurría también con las personas. En aquella época Harlow se apoyaba en los valores y
principios que se inculcaban para la educación de los niños desde la psicología, por
ejemplo, el consejo de no abrazar a los hijos, o al menos, no hacerlo en exceso.
Experimento 2: las madres falsas

Así que en este clima de la época fue como Harlow se embarcó en los experimentos.
Una vez que había observado esa apatía en los bebés monos, el hombre ideó una
vuelta de tuerca. El psicólogo había percibido otro comportamiento inusual; se habían
vuelto locos con los forros de tela que cubrían partes de las jaulas. En las últimas
semanas los monos se habían aferrado a estas telas, incluso trataban de envolverse en
ellas y comenzaban a gritar cuando se mantenían lejos de ellas para la limpieza regular
de la jaula.

Si pasaban más de cinco días en una jaula sin un pedazo de este material, todos se
derrumbaban psicológicamente, apenas sobrevivían. ¿podría ser que ese trozo de paño
suave, quizá cálido, fuera tan importante como la misma leche embotellada con la que
eran alimentados?

Es entonces cuando Harlow introduce en las jaulas una especie de madres sustitutas
con el fin de observar si los monos cambian de actitud. Para dicho experimento se
construye una madre para los monos cuya cabeza estaba hecha de una bola de billar
de madera, ojos que eran realmente unos reflectores de bicicleta, y lo más importante,
un cuerpo cilíndrico que comprendía una toalla envuelta alrededor de un pequeño cojín
mullido.

Experimento 3: sin amor de madre

A partir de aquí la escalada de experimentos comenzaron a ser más crueles. El


experimento de la madre de felpa fue sólo el comienzo de un extenso programa de
investigación que llevó a cabo Harlow sobre el amor y lo que sucede cuando los monos
no reciben ningún tipo de afecto.

Para su siguiente prueba construyó unas madres monstruo. En este caso con la forma
muy similar a las madres de felpa, aunque realmente era un engaño cruel. Una de estas
madres había sido diseñada con un sistema que sacudía al bebe en varias ocasiones,
otra versión estaba diseñada para asustar al bebé enviando ráfagas de aire comprimido
de vez en cuando y otra de ellas estaba equipada con puntas de metal ocultas que se
movían cuando el bebé esta arropado a la figura con el fin de que este se separara.
¿Cuál fue la reacción de los bebés? Tan pronto como la madre se
había calmado volvían a ella y la acariciaban cuando estaban cerca. Esta situación se
repitió una y otra vez, lo que para el propio Harlow fue algo impresionante, mientras las
madres monstruo agredían a los bebés, estos no cesaban en su empeño de la
necesidad de ellas, de su total dependencia hacia su figura.

Experimento 4: el pozo de la desesperación

Llegados a este punto Harlow fue más allá de lo que nunca pensó que iría. En primer
lugar, creando lo que llamó el “pozo de la desesperación”, en esencia unas jaulas de
aislamiento separadas del resto con forma de embudo. En el punto más bajo colocaba
al bebé mono. A los dos o tres días trataría en vano de trepar por las paredes de la
jaula, luego desistiría al darse cuenta de que no podía subir.

Sin ningún tipo de estimulación, allí se les enjaulaba al poco de nacer para permanecer
entre 30 días y un año entero. El resultado fue que en algún punto con el paso de los
días y las semanas los animales quebraban. Renunciaban a todo y simplemente se
quedaban sentados sin hacer nada, solos en un clima de desesperación. Luego,
pasado el tiempo, los monos se convertían en lo que llamaríamos en términos médicos,
un depresivo.

Experimento 5: el potro de las violaciones

El último de los experimentos que el psicólogo llevó a cabo daba cuenta de hasta donde
llegó Harlow en su estudio. Una vez que había comprobado que el aislamiento afectaba
a la propia conducta social, el hombre decide averiguar si estos efectos (el aislamiento)
también se podrían dar en una interacción entre una madre y un bebé.

Para ello aísla a una serie de hembras mono, hembras que debían quedar
embarazadas. Harlow inventa entonces un sistema donde a través de una mesa con
correas podía atar a las hembras, de forma que estas, indefensas, debían esperar a la
entrada de los machos para fecundarlas sin ningún tipo de interacción social. Cuando
estas hembras aisladas quedaban embarazadas y tenían a la cría, eran incapaces de
ofrecer algún cuidado, muy al contrario, depresivas, su actitud era violenta como el
mismo psicólogo comentaría:
Nunca, ni en nuestros sueños más retorcidos, pensamos que seríamos capaces de
designar sustitutos que fueran tan crueles con sus crías como las auténticas madres.
La ausencia de experiencias sociales hace que no sean capaces de interactuar
socialmente con sus crías. Una de las madres aplastó la cara de su cría contra el suelo
y comenzó a comerle los pies y los dedos. Otra machacó la cabeza de la cría. El resto,
simplemente las ignora.

Como también hizo mención en clases la importancia del afecto en los bebes por todos
estos estudios y muchos otros más se demostró la importancia del amor en el
aprendizaje pero no solo el infante se sienta querido si no también la madre o quien
esta a cargo ya que es quien transmitirá emociones al nuevo ser.

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