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Historia de La Enfermería
Historia de La Enfermería
Tema 1
Historia de la Enfermería
Desde los inicios de la humanidad la figura del cuidador ha estado presente en
todos los ámbitos de la historia. Desde los primeros colectivos humanos donde
siempre han existido personas incapaces de valerse por sí mismas, éstas ya
recibían cuidados propios de este oficio por parte de otros miembros de la tribu,
principalmente mujeres, las cuales se dedicaban mayormente al cuidado de los
niños y a la recolección. Con el paso del tiempo el papel del cuidador quedó
relevado a las clases bajas, mientras que la medicina estaba reservada a las
clases altas. Así, el cuidado de los enfermos en la antigua Roma era realizado por
esclavos o sirvientes y, a pesar de que tanto hombres como mujeres realizan
estos cuidados, fueron también ellas las que tenían más prestigio y
reconocimiento con motivo de su dedicación y participación en los cuidados del
parto y del recién nacido. Con la llegada del cristianismo, el papel del cuidador
siguió realizándose por las clases bajas y estaba destinada principalmente al
cuidado de los marginados sociales (presos, enfermos de lepra o peste,
deficientes), y más que nunca se trataba de una tarea reservada a la mujer, que,
al quedarse al cuidado del hogar y los hijos, vivía relacionada con otras mujeres
que poseían conocimientos sobre la materia y que transmitían unas a otras.
Desde el punto de vista científico el estudio de los orígenes de la enfermería
como oficio reconocido se divide en dos etapas: la primera, que comprende desde
las primeras culturas existentes hasta el siglo XIX, nos habla del enfermero
entendido como la persona que propicia cuidados a un enfermo o persona incapaz
de valerse por sí misma. De esta etapa se conocen pocos detalles ya que
prácticamente no existen fuentes ni testimonios escritos y, por tanto, los
conocimientos del oficio se realizaban mediante la transmisión oral y el
aprendizaje práctico. Hacia el final de esta primera etapa aparecen los primeros
escritos breves asociados a la enfermería que tienen su origen en mundo
monástico, cuna de la cultura y los primeros escritores. El interés y preocupación
de la iglesia por los enfermos y los marginados sociales se basa en los valores
cristianos de la caridad, la igualdad y la ayuda al desamparado. Además era la
única institución con estos valores que disponía de suficientes recursos para crear
hospitales y asilos.
La segunda etapa de la enfermería se inicia en el siglo XIX con las reflexiones de
los intelectuales sobre las tareas realizadas por esas personas conocidas como
cuidadores. El primer manual conocido de la enfermería como disciplina data de
1617 y recoge una serie de instrucciones para enfermeros donde se describen
técnicas y procedimientos para practicar a los enfermos. Así pues, empiezan a
florecer las enseñanzas teóricas de esta disciplina y se va produciendo de forma
paulatina una institucionalización como profesión. A pesar de estos primeros
manuales, el primer referente que consiguió posicionar la enfermería como un
oficio imprescindible en la sociedad fue Florence Nightingale, una de las primeras
decadencia que acabaría por producirse y que persistía durante un largo y terrible
periodo.
El primer hospital británico fue el de York. También era una casa de caridad y
tenía un pabellón para leprosos. La enfermería de estos hospitales la ejercían
mujeres de noble cuna, que además practicaban la enfermería vecinal en los
hogares de los pobres. La organización de estos incluía ambos tipos de servicio
de enfermería.
Los hospitales y los reformadores
El resultado inmediato de la disolución monástica fue que la gente se quedó sin
hospitales y posadas de los que había dependido durante muchos años. Siguió un
periodo de rápido deterioro en el cuidado de los enfermos y de los pobres. Se
produjo un declive en la calidad del servicio público, en particular para los
enfermos. En esta época de insensibilidad y brutalidad, ni los gobernantes ni los
médicos se preocuparon lo más mínimo por elevar la enfermería o mejorar las
condiciones de los hospitales.
La decadencia de los hospitales
Las pugnas religiosas no tuvieron un efecto directo sobre los hospitales en los
países católicos, como España e Italia. Sin embargo, en los protestantes se
cerraron numerosas instituciones pequeñas al suprimirse las órdenes de la
enfermería. Un utilitarismo austero sustituyó a la belleza que anteriormente había
prevalecido en la construcción de los centros para enfermos.
Las condiciones insalubres predominantes en estos hospitales dieron lugar a
grandes brotes epidémicos. No era extraño que se echara a los enfermos en
camas ya ocupadas por otros pacientes; los muertos y los delirantes,
posiblemente juntos, al lado de los que todavía vivían y conservaban la razón. Las
camas estaban tan próximas entre sí que la limpieza se hacía casi imposible.
Debajo se podía encontrar todo tipo de inmundicias. El aseo de los enfermos ni se
intentaba; las sangrías y las purgas eran los tratamientos habituales para cualquier
dolencia. Las mujeres perdieron el control de la enfermería. Éste fue uno de los
periodos de la historia de la enfermería en que la supremacía masculina fue más
absoluta y generalizada. Las enfermeras típicas eran la escoria de la sociedad,
personas inmorales, alcoholizadas y analfabetas. Se requería ayuda para salir de
la situación en la que se encontraba la enfermería, y el interés público por su
progreso empezó a hacerse patente entre diversos grupos. Esta preocupación de
la sociedad dio como resultado el inicio de una serie de cambios significativos que
llevarían a la reforma estable de la enfermería.
El nacimiento de la enfermería moderna
Las órdenes de las diaconisas que habían existido en la época de Cristo fueron
reavivadas por las iglesias protestantes durante el s. XIX. El cuidado de los
enfermos se convirtió en su principal deber. A Kaiserswerth se le atribuye la
creación de la primera orden moderna de diaconisas. Este instituto dejó una huella
indeleble en toda la enfermería. Influyó a Florence Nightingale. El pastor Fliedner,
en 1828 se casó con Friederike Münster. El matrimonio centró su atención en el
cuidado de los enfermos y abrió un pequeño hospital con una escuela de
formación de diaconisas. Su primera diaconisa, Gertrude Reichardt, hija de un
médico, ingresó en 1836. A finales del primer año otras seis mujeres se le habían
unido para recibir formación. Se las enviaba a cumplir tareas de distrito, hospitales
o privadas, o bien a lejanos campos de misión.
El movimiento del instituto se extendió rápidamente que se tuvieron que adquirir
otras dos casa anexas, e incluso tuvo que reconstruirse el propio instituto, que
resultaba demasiado pequeño para albergar a las diaconisas. El programa de
enfermería incluía una rotación por los servicios clínicos hospitalarios, formación
de enfermería domiciliaria, aprendizaje teórico y práctico del cuidado de los
enfermos, conocimientos de ética y doctrina religiosa y un nivel suficiente de
farmacia para superar los exámenes estatales para farmacéuticos. Duró tres años.
El principio de que las enfermeras debían cumplir exactamente las órdenes del
médico y que éste era el único responsable del resultado. La estructura de
organización evolucionó, se dividieron en cuatro áreas: enfermería, ayuda a los
pobres, cuidado de los niños y trabajo de auxilio a las mujeres presas y las
“Magdalenas”.
La revolución Nightingale
Biografía: Florence Nightingale nació en 1820, en Hampshire, hija de una familia
terrateniente adinerada. A los 23 años, dijo a sus padres que quería convertirse en
una enfermera y se encontró con una sólida oposición de ellos, ya que la
enfermería se asociaba con mujeres de clase trabajadora. En 1851 Florence
recibió permiso para entrenarse como enfermera. Entonces, con treinta y un años
se fue a trabajar al hospital de Kaiserworth en Alemania.
En 1852 escribió, pero nunca publicó:
“Se supone que las mujeres no deben tener una ocupación suficientemente
importante para no ser interrumpida... Ellas se han acostumbrado a considerar la
ocupación intelectual como un pasatiempo egoísta, y es su “deber” dejarlo para
atender a cualquiera más pequeño que ellas”.
Dos años más tarde, fue nombrada directora residente del hospital para mujeres
inválidas en Harley Street, Londres. El año siguiente, Florence Nightingale fue
autorizada para llevar a 38 enfermeras a cuidar a los soldados británicos en la
guerra. Allí encontró que las condiciones del hospital militar Scutari eran
En los años setenta empezó a hacerse realidad la meta combinada del cuidado
de enfermería por parte de enfermeras profesionales y el cuidado integral del
paciente con la aparición de la enfermería primaria. La enfermera primaria es
responsable 24 horas al día, siete días por semana. Los cuidados de enfermería
primaria asumen la responsabilidad de toda la gama de funciones incluyendo la
educación, consultas, cuidados exhaustivos y continuos, planificación y valoración
de los cuidados, documentación del progreso, planificación del alta y remisión a
los servicios e instituciones secundarias. Las enfermeras pueden actuar como
abogadas del paciente, responder de su propia práctica y tomar decisiones
basándose en los datos disponibles. La enfermería primaria ha ido ganando
popularidad, su éxito depende de la existencia de personal suficiente, del apoyo
de la administración y de concurso de enfermeras preparadas técnica y
educativamente. Algunas enfermeras primarias se dedican actualmente a la
práctica privada o comparten una consulta con un médico.
Aunque se han dado grandes pasos en la enfermería, los problemas siguen
vigentes. Las condiciones de trabajo y los entornos siguen siendo fuentes de
conflicto. Las enfermeras están expresando sus preocupaciones por la falta de
personal, los bajos salarios, las largas horas de servicio, las prácticas peligrosas,
la imposibilidad de utilizar los propios conocimientos, juicios y tomas de decisiones
y otras circunstancias que les impiden proporcionar unos cuidados de enfermería
de alta calidad. De las enfermeras actuales se esperan que sean demasiadas
cosas para tanta gente y que funcionen en una gran variedad de contexto. Deben
ser excelentes cuidadoras, investigadoras capacitadas, eruditas y pensadoras
basadas en el razonamiento científico y lógico. Se ven envueltas en avances
científicos y técnicos y en nuevos papeles, que han ampliado sus oportunidades
pero que al mismo tiempo han multiplicado el alcance de sus responsabilidades.
Investigación y teoría de la enfermería
Las escuelas de formación estadounidenses no favorecen el desarrollo del
pensamiento crítico ni la resolución de problemas. No se daba a las mentes
inquietas una disciplina rígida y una obediencia incuestionable. En las escuelas de
enfermería, reducían el individualismo, la creatividad, el pensamiento crítico y la
confianza. Servían para colocar a las estudiantes y enfermeras graduadas en un
papel de sumisión, y así permanecieron durante muchos años. La enfermería no
era propicia para la investigación, como tampoco había enfermeras preparadas
para emprenderla. La necesidad de la investigación de enfermería ya fue
reconocida por las primeras dirigentes, que se comprometieron con el método
científico de recoger e interpretar datos para generar nuevos conocimientos
tendentes a mejorar los cuidados de enfermería.
Una serie de acontecimientos acabaron por conducir al compromiso firme de
incorporar la investigación de enfermería a la estructura global de la profesión. La
del pensamiento. Así, el arte es una forma de interrogación cualitativa que extrae
su sustancia de la intuición estética. Isabel M. Stewart califica a menudo la
enfermera como un arte. Hacía hincapié en que la enfermera, como “verdadera
artista”, era esencial para el progreso de la enfermería hacia algo más que un
oficio altamente cualificado. Miss Stewart comprendió que muchas personas veían
el arte y la técnica como una entidad única, pero siempre explicaba que un trabajo
podía ser técnicamente perfecto y, sin embargo, carecer de arte. La técnica, el
alma, la mente y la imaginación eran esenciales para la formación del verdadero
artista. La herencia de la enfermería es rica. Su historia es un relato de
descubrimientos que reflejan los nuevos avances realizados en cada generación.
La historia de la enfermería que se ha representado a través del arte muestra sus
aspectos más valiosos: cuidado y entrega. El cuidado es la esencia de la
enfermería: cuidado por, cuidado de, cuidado hacia... nadie podrá captar jamás
totalmente el verdadero arte o el espíritu de la enfermería. ¡Ambos desafían a la
expresión!
Conceptos básicos de Enfermería
Enfermería de la Universidad de Moscú, en Rusia, es la «ciencia o disciplina
que se encarga del estudio de las respuestas reales o potenciales de la persona,
familia o comunidad tanto sana como enferma en los aspectos biológico,
psicológico, social y espiritual»
OMS, La enfermería abarca la atención autónoma y en colaboración dispensada a
personas de todas las edades, familias, grupos y comunidades, enfermos o no, y
en todas circunstancias. Comprende la promoción de la salud, la prevención de
enfermedades y la atención dispensada a enfermos, discapacitados y personas en
situación terminal.
Naturaleza de Enfermería
La naturaleza de la profesión de enfermería es brindar cuidados integrales con
calidez y calidad, al individuo, familia y comunidad, ya sea en condición de
enfermo o sano, para lo cual la o el enfermero debe de recibir preparación
científica, tecnológica y humanística, para garantizar un cuidado de calidad y
profesionalismo.