las montañas de Purmamarca. Kusi era una llama joven y curiosa que amaba explorar su hogar en las montañas. Un día, mientras exploraba un nuevo sendero, Kusi se alejó demasiado de su hogar y se perdió. Kusi estaba asustada y no sabía qué hacer. Miró a su alrededor y no reconoció nada. Todo parecía extraño y desconocido. Pero entonces, Kusi recordó algo que su madre le había dicho: “Si alguna vez te pierdes, no te rindas. Usa tu inteligencia y tu valentía para encontrar el camino de regreso a casa”. Con estas palabras en mente, Kusi decidió ser valiente y encontrar el camino de regreso a casa. Comenzó a caminar en la dirección que creía que era la correcta y esperaba encontrar algo familiar en el camino. Mientras caminaba, Kusi recordaba su hogar en las montañas de Purmamarca. Recordaba el cálido sol en su piel y el viento fresco en su cara. Recordaba a su familia y amigos y cómo jugaban juntos en los campos verdes. Estos recuerdos le daban fuerzas a Kusi para continuar su viaje. CAPÍTULO 2: EL CÓNDOR GUÍA A KUSI
Mientras Kusi caminaba por el sendero desconocido,
buscando el camino de regreso a casa, escuchó un fuerte aleteo en el cielo. Miró hacia arriba y vio un gran cóndor volando sobre ella. El cóndor era majestuoso y poderoso, con sus grandes alas extendidas y su cuerpo cubierto de plumas negras y blancas. El cóndor vio que Kusi estaba perdida y decidió ayudarla. Él voló hacia abajo y se posó en una roca cerca de Kusi. Con una voz profunda y amable, el cóndor le dijo a Kusi que podía ver todo el camino desde el cielo y que la guiaría hacia su hogar. Kusi estaba muy agradecida y siguió las instrucciones del cóndor. Juntos, volaron sobre montañas y valles, ríos y bosques. El cóndor le mostraba a Kusi los lugares hermosos que había en su camino y le contaba historias sobre las montañas y sus habitantes. Finalmente, después de un largo viaje, llegaron a un lugar que el cóndor reconoció como el hogar de Kusi. Era un valle verde rodeado de montañas altas y nevadas. Kusi estaba emocionada y feliz de estar cerca de su hogar. Capítulo 3: El zorro astuto
Después de despedirse del cóndor, Kusi continuó su
camino hacia su hogar en las montañas de Purmamarca. Mientras caminaba por un bosque espeso, escuchó un ruido detrás de unos arbustos. Se acercó con cuidado y vio a un zorro astuto escondido detrás de las hojas. El zorro era delgado y ágil, con un pelaje rojizo y una cola larga y esponjosa. Tenía unos ojos brillantes y astutos que parecían saber todos los secretos del bosque. Cuando vio a Kusi, el zorro le sonrió y le dijo: “Hola, amiga llama. ¿Estás perdida? Conozco muchos secretos sobre estas montañas y puedo ayudarte a evitar los peligros en tu camino”. Kusi estaba un poco desconfiada al principio. Había oído historias sobre zorros astutos que engañaban a otros animales para conseguir lo que querían. Pero el zorro parecía sincero y amable, así que Kusi decidió confiar en él. Juntos, caminaron por senderos ocultos y evitaron trampas peligrosas. El zorro le mostraba a Kusi cómo encontrar frutas y bayas para comer y cómo encontrar agua fresca para beber. Gracias a la astucia del zorro, Kusi pudo continuar su viaje de manera segura.
Capítulo 4: Las nutrias amigables
Después de despedirse del zorro, Kusi continuó su camino hacia su hogar en las montañas de Purmamarca. Un día, llegó a un río caudaloso que parecía imposible de cruzar. El agua corría rápida y fuerte y Kusi no podía ver un lugar seguro para cruzar. Pero entonces, un grupo de nutrias amigables apareció en la orilla del río. Las nutrias eran pequeñas y ágiles, con un pelaje suave y brillante. Tenían unos ojos grandes y curiosos y unas patas cortas y fuertes. Cuando vieron a Kusi, las nutrias se acercaron y le ofrecieron ayudarla a cruzar el río. Las nutrias formaron un puente con sus cuerpos y Kusi pudo caminar sobre ellas para llegar al otro lado del río. Kusi estaba muy agradecida y les dio las gracias a las nutrias por su ayuda. Las nutrias le sonrieron y le desearon buena suerte en su viaje.
Capítulo 5: Las vicuñas perseguidas
Después de despedirse de las nutrias, Kusi continuó su camino hacia su hogar en las montañas de Purmamarca. Un día, mientras caminaba por una llanura abierta, escuchó un ruido detrás de ella. Se dio vuelta y vio a un grupo de vicuñas corriendo hacia ella. Las vicuñas eran elegantes y gráciles, con un pelaje suave y brillante y unos ojos grandes y curiosos. Cuando las vicuñas llegaron a donde estaba Kusi, se detuvieron y le contaron que estaban siendo perseguidas por un cazador. El cazador quería capturarlas para vender su piel y su carne. Las vicuñas estaban asustadas y no sabían qué hacer. Kusi decidió ayudarlas y juntas idearon un plan para escapar del cazador. Con la ayuda de Kusi, las vicuñas lograron escapar y estaban muy agradecidas. Le dieron las gracias a Kusi y le ofrecieron su amistad.
Capítulo 6: El regreso a casa
Después de despedirse de las vicuñas, Kusi continuó su camino hacia su hogar en las montañas de Purmamarca. Había pasado por muchas aventuras y desafíos en su viaje y había aprendido muchas lecciones valiosas. Ahora estaba más cerca que nunca de su hogar y podía sentir la emoción creciendo en su corazón. Finalmente, después de un largo viaje, Kusi llegó a su hogar en las montañas de Purmamarca. Era un valle verde rodeado de montañas altas y nevadas. Kusi reconoció el lugar al instante y corrió hacia su hogar. Cuando llegó, su familia y amigos la recibieron con alegría y emoción. Todos estaban felices de verla de vuelta y le preguntaron sobre sus aventuras. Kusi les contó todo lo que había pasado en su viaje y todos escuchaban con atención. Desde ese día en adelante, Kusi siempre recordó las lecciones que aprendió en su viaje y se convirtió en una llama aún más sabia y valiente. Y siempre estaba agradecida por los amigos que había hecho en el camino y por la ayuda que había recibido. MORALEJA La moraleja de la historia de Kusi es que incluso cuando enfrentamos desafíos y dificultades en la vida, nunca estamos solos. Siempre hay amigos y ayudantes en el camino que están dispuestos a ayudarnos y guiarnos. Con valentía, determinación y la ayuda de los demás, podemos superar cualquier obstáculo y encontrar nuestro camino a casa.