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LAS AVENTURAS DE KUSI LA

LLAMA

CAPÍTULO 1: KUSI SE PIERDE

Había una vez una llama llamada Kusi que vivía en


las montañas de Purmamarca. Kusi era una llama
joven y curiosa que amaba explorar su hogar en las
montañas. Un día, mientras exploraba un nuevo
sendero, Kusi se alejó demasiado de su hogar y se
perdió.
Kusi estaba asustada y no sabía qué hacer. Miró a su
alrededor y no reconoció nada. Todo parecía extraño
y desconocido. Pero entonces, Kusi recordó algo que
su madre le había dicho: “Si alguna vez te pierdes,
no te rindas. Usa tu inteligencia y tu valentía para
encontrar el camino de regreso a casa”.
Con estas palabras en mente, Kusi decidió ser
valiente y encontrar el camino de regreso a casa.
Comenzó a caminar en la dirección que creía que era
la correcta y esperaba encontrar algo familiar en el
camino.
Mientras caminaba, Kusi recordaba su hogar en las
montañas de Purmamarca. Recordaba el cálido sol
en su piel y el viento fresco en su cara. Recordaba a
su familia y amigos y cómo jugaban juntos en los
campos verdes. Estos recuerdos le daban fuerzas a
Kusi para continuar su viaje.
CAPÍTULO 2: EL CÓNDOR GUÍA A
KUSI

Mientras Kusi caminaba por el sendero desconocido,


buscando el camino de regreso a casa, escuchó un
fuerte aleteo en el cielo. Miró hacia arriba y vio un
gran cóndor volando sobre ella. El cóndor era
majestuoso y poderoso, con sus grandes alas
extendidas y su cuerpo cubierto de plumas negras y
blancas.
El cóndor vio que Kusi estaba perdida y decidió
ayudarla. Él voló hacia abajo y se posó en una roca
cerca de Kusi. Con una voz profunda y amable, el
cóndor le dijo a Kusi que podía ver todo el camino
desde el cielo y que la guiaría hacia su hogar.
Kusi estaba muy agradecida y siguió las
instrucciones del cóndor. Juntos, volaron sobre
montañas y valles, ríos y bosques. El cóndor le
mostraba a Kusi los lugares hermosos que había en
su camino y le contaba historias sobre las montañas
y sus habitantes.
Finalmente, después de un largo viaje, llegaron a un
lugar que el cóndor reconoció como el hogar de
Kusi. Era un valle verde rodeado de montañas altas
y nevadas. Kusi estaba emocionada y feliz de estar
cerca de su hogar.
Capítulo 3: El zorro astuto

Después de despedirse del cóndor, Kusi continuó su


camino hacia su hogar en las montañas de
Purmamarca. Mientras caminaba por un bosque
espeso, escuchó un ruido detrás de unos arbustos. Se
acercó con cuidado y vio a un zorro astuto escondido
detrás de las hojas.
El zorro era delgado y ágil, con un pelaje rojizo y
una cola larga y esponjosa. Tenía unos ojos
brillantes y astutos que parecían saber todos los
secretos del bosque. Cuando vio a Kusi, el zorro le
sonrió y le dijo: “Hola, amiga llama. ¿Estás perdida?
Conozco muchos secretos sobre estas montañas y
puedo ayudarte a evitar los peligros en tu camino”.
Kusi estaba un poco desconfiada al principio. Había
oído historias sobre zorros astutos que engañaban a
otros animales para conseguir lo que querían. Pero el
zorro parecía sincero y amable, así que Kusi decidió
confiar en él.
Juntos, caminaron por senderos ocultos y evitaron
trampas peligrosas. El zorro le mostraba a Kusi
cómo encontrar frutas y bayas para comer y cómo
encontrar agua fresca para beber. Gracias a la astucia
del zorro, Kusi pudo continuar su viaje de manera
segura.

Capítulo 4: Las nutrias amigables


Después de despedirse del zorro, Kusi continuó su
camino hacia su hogar en las montañas de
Purmamarca. Un día, llegó a un río caudaloso que
parecía imposible de cruzar. El agua corría rápida y
fuerte y Kusi no podía ver un lugar seguro para
cruzar.
Pero entonces, un grupo de nutrias amigables
apareció en la orilla del río. Las nutrias eran
pequeñas y ágiles, con un pelaje suave y brillante.
Tenían unos ojos grandes y curiosos y unas patas
cortas y fuertes. Cuando vieron a Kusi, las nutrias se
acercaron y le ofrecieron ayudarla a cruzar el río.
Las nutrias formaron un puente con sus cuerpos y
Kusi pudo caminar sobre ellas para llegar al otro
lado del río. Kusi estaba muy agradecida y les dio
las gracias a las nutrias por su ayuda. Las nutrias le
sonrieron y le desearon buena suerte en su viaje.

Capítulo 5: Las vicuñas perseguidas


Después de despedirse de las nutrias, Kusi continuó
su camino hacia su hogar en las montañas de
Purmamarca. Un día, mientras caminaba por una
llanura abierta, escuchó un ruido detrás de ella. Se
dio vuelta y vio a un grupo de vicuñas corriendo
hacia ella. Las vicuñas eran elegantes y gráciles, con
un pelaje suave y brillante y unos ojos grandes y
curiosos.
Cuando las vicuñas llegaron a donde estaba Kusi, se
detuvieron y le contaron que estaban siendo
perseguidas por un cazador. El cazador quería
capturarlas para vender su piel y su carne. Las
vicuñas estaban asustadas y no sabían qué hacer.
Kusi decidió ayudarlas y juntas idearon un plan para
escapar del cazador. Con la ayuda de Kusi, las
vicuñas lograron escapar y estaban muy agradecidas.
Le dieron las gracias a Kusi y le ofrecieron su
amistad.

Capítulo 6: El regreso a casa


Después de despedirse de las vicuñas, Kusi continuó
su camino hacia su hogar en las montañas de
Purmamarca. Había pasado por muchas aventuras y
desafíos en su viaje y había aprendido muchas
lecciones valiosas. Ahora estaba más cerca que
nunca de su hogar y podía sentir la emoción
creciendo en su corazón.
Finalmente, después de un largo viaje, Kusi llegó a
su hogar en las montañas de Purmamarca. Era un
valle verde rodeado de montañas altas y nevadas.
Kusi reconoció el lugar al instante y corrió hacia su
hogar.
Cuando llegó, su familia y amigos la recibieron con
alegría y emoción. Todos estaban felices de verla de
vuelta y le preguntaron sobre sus aventuras. Kusi les
contó todo lo que había pasado en su viaje y todos
escuchaban con atención.
Desde ese día en adelante, Kusi siempre recordó las
lecciones que aprendió en su viaje y se convirtió en
una llama aún más sabia y valiente. Y siempre
estaba agradecida por los amigos que había hecho en
el camino y por la ayuda que había recibido.
MORALEJA
La moraleja de la historia de Kusi es que incluso
cuando enfrentamos desafíos y dificultades en la
vida, nunca estamos solos. Siempre hay amigos y
ayudantes en el camino que están dispuestos a
ayudarnos y guiarnos. Con valentía, determinación y
la ayuda de los demás, podemos superar cualquier
obstáculo y encontrar nuestro camino a casa.

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