Las enfermedades periodontales son un grupo de trastornos que afectan los

tejidos que rodean y soportan los dientes. Estos incluyen las encías, el hueso
alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal. Hay dos formas
principales de enfermedad periodontal:

1. Gingivitis: Es la forma más común y menos grave de enfermedad

periodontal. Se caracteriza por la inflamación de las encías causada por la
acumulación de placa bacteriana en la línea de las encías. Los síntomas
incluyen encías rojas, inflamadas y propensas a sangrar durante el
cepillado o el uso del hilo dental. La gingivitis puede revertirse con una
buena higiene oral que incluya cepillado regular, uso de hilo dental y
limpiezas profesionales.
2. Periodontitis: Es una forma más avanzada y grave de enfermedad
periodontal. Se produce cuando la gingivitis no se trata y la infección
bacteriana se extiende más allá de las encías hacia los tejidos y huesos
que soportan los dientes. La periodontitis puede provocar la formación
de bolsas periodontales, pérdida de hueso alveolar, recesión de las encías
y eventualmente la pérdida de dientes. Los síntomas incluyen encías que
retroceden, sensibilidad dental, mal aliento persistente y movilidad
dental.

Los factores de riesgo para desarrollar enfermedades periodontales incluyen

una higiene oral deficiente, tabaquismo, predisposición genética, diabetes,
estrés, malos hábitos alimenticios y ciertas enfermedades sistémicas.

El tratamiento de la enfermedad periodontal puede variar dependiendo de la

gravedad de la condición, pero generalmente incluye la eliminación de la placa
y el sarro mediante limpiezas profesionales, tratamiento de conducto radicular,
cirugía periodontal, y en casos graves, extracción dental. El control de los
factores de riesgo y una buena higiene oral son fundamentales para prevenir y
tratar las enfermedades periodontales. Si sospechas que puedes tener una
enfermedad periodontal, es importante que consultes a un dentista para recibir
un diagnóstico y tratamiento adecuados.