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¿Qué son las Opiniones Consultivas?

¿Por qué es importante la función consultiva de la Corte?

Es una tarea bien importante de la Corte Interamericana. Así como cuando tú acudes a un
especialista por una consulta específica, por este medio la Corte IDH responde consultas
que formulan los Estados miembros de la OEA o los órganos de la misma acerca de: a) la
compatibilidad de las normas internas con la Convención; y b) la interpretación de la
Convención o de otros tratados concernientes a la protección de los derechos humanos en
los Estados Americanos.

Mediante las Opiniones Consultivas la Corte Interamericana ha asegurado la protección de


derechos humanos muy importantes para nuestras democracias.

La Convención de Viena contempla dos competencias de la Corte Interamericana de


Derechos Humanos: la competencia contenciosa y la no contenciosa o consultiva. El
ejercicio de la competencia contenciosa de la Corte tiene fuerza vinculante. Las opiniones
consultivas, en cambio, no son obligatorias ni vinculantes. Por esto, lo emitido en ellas no
constituyen propiamente fallos o sentencias aunque tengan su misma forma. Esto no obsta
para que un Estado parte pueda disponer su obligatoriedad dentro de su jurisdicción. Las
opiniones consultivas tienen la función de orientar a los Estados en el cumplimiento y
defensa de los derechos humanos en ellas comprendidas. Independientemente de que una
opinión se emita como fallo tienen un contenido propio, respecto de las sentencias de la
competencia contenciosa de la Corte. Los Estados Partes de la Convención, para este
efecto, conciben ambas competencias como instituciones distintas y peculiares.

1.- Identificación y presentación normativa y/o jurisprudencia internacional que


regula el Instrumento optado.

La Convención Americana sobre Derechos Humanos, que entró en vigor el 18 de julio de


1978, establece en su artículo 33 como órganos de protección competentes para conocer de
los asuntos relacionados con el cumplimiento de los compromisos contraídos por los
Estados Partes en ella, a la Comisión y a la Corte Interamericanas de Derechos Humanos.
La Corte, según el artículo 1 de su Estatuto, "es una institución judicial autónoma cuyo
objetivo es la aplicación e interpretación de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos". Se instaló formalmente en su sede, en San José, Costa Rica, el 3 de setiembre
de 1979. La Convención, denominada también "Pacto de San José de Costa Rica", faculta
al Tribunal Interamericano a ejercer una doble función. Al respecto, el artículo 2 del
Estatuto dispone que: La Corte ejerce función jurisdiccional y consultiva: 1. Su función
jurisdiccional se rige por las disposiciones de los Artículos 61, 62 y 63 de la Convención. 2.
Su función consultiva se rige por las disposiciones de los Artículos 64 de la Convención. La
actividad del Tribunal, en sus primeros años, no estuvo centrada en su competencia
contenciosa o autoridad para decidir casos litigiosos, ya que los primeros fueron sometidos
por la Comisión Interamericana hasta el mes de abril del año 1986 ), sino en su
competencia consultiva. El artículo 64 de la Convención dice textualmente lo siguiente:
Los Estados Miembros de la Organización podrán consultar a la Corte acerca de la
interpretación de esta Convención o de otros tratados concernientes a la protec1. Casos
"Velásquez Rodríguez", "Fairén Garbi y Solís Corrales" y "Godínez Cruz". 160 ción de los
derechos humanos en los Estados Americanos. Asimismo, podrán consultarle, en lo que les
compete, los órganos enumerados en el Capítulo X de la Carta de la Organización de los
Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires. 2. La Corte, a solicitud
de un Estado Miembro de la Organización, podrá darle opiniones acerca de la
compatibilidad entre cualquiera de sus leyes internas y los mencionados instrumentos
internacionales. Efectivamente, entre los años 1982 y 1987, la Corte emitió 9 opiniones
consultivas que revisten una importancia fundamental para la consolidación del sistema
internacional de protección de los derechos humanos en América, no solamente por la
interpretación de la Convención en sí sino, lo que es más importante, por los principios
establecidos y los criterios de interpretación utilizados por el Tribunal en uso de su función
consultiva la que, según la propia Corte lo ha destacado, es la más amplia que se haya
confiado hasta el presente a tribunal internacional alguno. No obstante que existen las
publicaciones oficiales de la Corte Interamericana sobre las opiniones consultivas y
diversos artículos escritos acerca de ellas(2), era necesario hacer un artículo que recogiera,
sistemáticamente organizado, toda esa doctrina establecida por el Tribunal de 1982 a 1987
sobre la naturaleza de su función consultiva. Esta publicación pretende llenar esa laguna y
pone en manos de los profesionales y estudiantes de Derecho así como de todas aquellas
personas interesadas en los Derechos Humanos, un artículo que facilitará enormemente el
estudio y compresión de la naturaleza de la función consultiva de la Corte. Este trabajo es
susceptible de actualizarse cada cierto número de años y de complementarse también con la
sistematización de las opiniones separadas, disidentes, concurrentes y las declaraciones de
los señores jueces, lo que los autores esperamos hacer oportunamente. Cabe destacar que el
sistema empleado en la confecición de este artículo le permite al investigador tener en sus
manos el texto original, aprobado por la Corte, del tema que se estudie sobre la naturaleza
de la función consultiva, con el que podrá trabajar seguro, sin temer interpretaciones
erróneas, y, gracias a la Tabla de Contenido, encontrar el punto objeto de investigación con
facilidad. Para esto se hizo el artículo, por lo que deseamos que quienes lleguen a leerlo
recurran a él con fecuencia como material de referencia en este campo.

2.- Identificación y presentación normativa y/o jurisprudencia nacional que regula el


Instrumento optado.

Para la regulación nacional en cuanto a los Convenios y Tratados Internacionales, se tiene


la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, fundamentalmente en sus
artículos 256 y 410. Que, con relación a la jurisprudencia nacional, se puede señalar que:

El artículo 256 de la CPE, la SCP 0770/2012 indica:

III.4.4.1. (…)En este marco, corresponde recordar que el art. 256.I de la CPE, establece
que: “Los tratados e instrumentos internacionales en materia de derechos humanos que
hayan sido firmados, ratificados o a los que se hubiera adherido el Estado, que declaren
derechos más favorables a los contenidos en la Constitución, se aplicarán de manera
preferente sobre ésta” (el resaltado nos corresponde) y el art. 13.IV de la Norma Suprema,
determina que: “…Los derechos y deberes consagrados en esta Constitución se
interpretarán de conformidad con los Tratados internacionales de derechos humanos
ratificados por Bolivia” (SCP 0770/2012)

Se resalta la importancia de los tratados e instrumentos internacionales en materia de


derechos humanos en el ordenamiento jurídico boliviano, según la Constitución Política del
Estado (CPE). La Sentencia Constitucional Plurinacional SCP 0770/2012 subraya que,
según el artículo 256.I de la CPE, los tratados que declaren derechos más favorables que la
Constitución se aplicarán preferentemente. Además, el artículo 13.IV establece que los
derechos y deberes constitucionales se interpretarán conforme a los tratados internacionales
de derechos humanos ratificados por Bolivia.

El art. 410, la SCP 0445/2013 refiere:

FJ.III.2. (…)El art. 410.II de la CPE, señala que ‘La Constitución es la norma suprema del
ordenamiento jurídico boliviano y goza de primacía frente a cualquier otra disposición
normativa…’, precepto a partir del cual, debe ser desarrollado el principio de interpretación
‘desde y conforme a la constitución’; asimismo, en virtud al art. 14.IV y 256.I y II de la
CPE, se establece la disciplina constitucional de la pauta ‘desde y conforme al bloque de
convencionalidad’, criterios a partir de los cuales, debe operar el fenómeno de
constitucionalización del ordenamiento jurídico (SCP 0445/2013).

Por lo que, la SCP 0445/2013 remarca la primacía de la Constitución en el ordenamiento


jurídico boliviano. Además, señala que la interpretación debe realizarse "desde y conforme
a la constitución" y, en concordancia con el bloque de convencionalidad, destacando la
relevancia de los tratados internacionales en la constitucionalización del orden jurídico.

3.- Naturaleza, alcance y causales de procedencia e improcedencia para la aplicación


del Instrumento optado.

A. El carácter no obligatorio de la función consultiva. - La función consultiva de la


Corte no puede desvincularse de los propósitos de la Convención. Dicha función tiene por
finalidad coadyuvar al cumplimiento de las obligaciones internacionales de los Estados
americanos en lo que concierne a la protección de los derechos humanos, así como al
cumplimiento de las funciones que en este ámbito tienen atribuidas los distintos órganos de
la OEA. Es obvio que toda solicitud de opinión consultiva que se aparte de ese fin
debilitaría el sistema de la Convención y desnaturalizaría la competencia consultiva de la
Corte. (párr. 25, OC-l/82)

B. Diferencia con la competencia contenciosa. - La eventual oposición entre los fines de


la competencia consultiva y los de la competencia contenciosa de los tribunales ha sido
objeto de frecuente polémica. En el ámbito del derecho internacional general, han sido
normalmente los Estados los que han manifestado sus reservas, y hasta su oposición, frente
al ejercicio de la función consultiva en ciertos casos concretos, por ver en ella una fórmula
para evadir el principio según el cual todo procedimiento judicial, referente a una cuestión
jurídica pendiente entre Estados, exige el consentimiento de éstos. En las últimas
situaciones en que se ha producido la referida oposición a la emisión de la opinión
consultiva solicitada conforme a la Carta de las Naciones Unidas, la Corte Internacional de
Justicia, con distintos razonamientos, ha decidido absolver, pese a todo, la consulta
requerida

C. Su carácter único en el Derecho Internacional contemporáneo. - La función


consultiva que el artículo 64 de la Convención confiere a la Corte, es, según las propias
palabras de ésta "la más amplia función consultiva que se haya confiado a tribunal
internacional alguno hasta el presente." (párr. 14, OC-1/82) La función consultiva que
confiere a la Corte el artículo 64 de la Convención es única en el derecho internacional
contemporáneo. Como la Corte ya lo ha expresado en anterior oportunidad, ni la Corte
Internacional de Justicia ni la Corte Europea de Derechos Humanos han sido investidas con
la amplia función consultiva que la Convención ha otorgado a la Corte Interamericana

4. Carácter vinculante y/u obligatorio del Instrumento optado debidamente emitido o


suscrito.

El autor señala que, aunque las opiniones consultivas no son vinculantes desde una
perspectiva formal, sí lo son de hecho. Esto se conecta con otra distinción crucial que se
hace en el escrito, y es que una cosa es pensar en el carácter vinculante de las opiniones
consultivas en relación con las sentencias en casos contenciosos, y otra es pensar en ello en
relación con el objeto de las interpretaciones que contienen dichas opiniones. Así, si los
Estados adecuan su legislación, política pública, interpretaciones judiciales y prácticas a los
parámetros de las opiniones consultivas en los temas específicos materia de
pronunciamiento, es altamente probable que su comportamiento sea conforme a sus
obligaciones internacionales bajo la Convención Americana. De esta manera, las opiniones
consultivas ejercen un rol preventivo de las violaciones de derechos humanos y evitan que
los Estados comprometan su responsabilidad internacional, que puede ser declarada
mediante una condena en un caso contencioso.

Las opiniones consultivas contienen fundamentalmente interpretaciones de tratados


interamericanos -como la Convención Americana- que le atribuyen a la Corte IDH la
condición de intérprete autorizada. De esta manera, se trata de documentos que establecen
el alcance y contenido de las obligaciones internacionales de los Estados parte de dichos
tratados. Estos tratados son vinculantes y por eso, en caso de incumplimiento de una regla
de derecho producto de una interpretación autorizada de la Corte IDH, aun cuando fuera
emitida en el marco de una opinión consultiva, es fuente de responsabilidad internacional.
Por lo anterior, al distinguir entre lo formal y lo material, este escrito permite aclarar el
panorama confuso al que pretenden llevarnos ciertas afirmaciones que, quedándose
exclusivamente en la perspectiva formal, buscan restarles fuerza a los contenidos
normativos de las opiniones consultivas, entendidas como interpretaciones que fijan el
alcance y contenido de las obligaciones internacionales de los Estados. En resumen, las
opiniones consultivas del sistema interamericano son vinculantes, pero no por sí mismas,
sino gracias al control de convencionalidad. De este modo, aunque de iure las opiniones
consultivas de la Corte IDH no son vinculantes, gracias al parámetro de convencionalidad,
de facto poseen hoy tal condición en el Derecho Internacional.

5. Citar un ejemplo del Instrumento optado explicando su estructura y contenido

El trabajo de Carlos Zelada al que nos referimos toma como referencia la Opinión
Consultiva OC-24/17 de la Corte IDH, sobre Identidad de género, e igualdad y no
discriminación a parejas del mismo sexo. Obligaciones estatales en relación con el cambio
de nombre, la identidad de género, y los derechos derivados de un vínculo entre parejas
del mismo sexo. A partir de ello nos introduce en el debate sobre el carácter vinculante de
las opiniones consultivas, ya que en dicha ocasión la Corte IDH se pronunció sobre si los
Estados parte de la Convención Americana tienen una obligación de establecer un régimen
de reconocimiento de derechos a las parejas del mismo sexo en pie de igualdad con las
parejas heterosexuales, analizando además, las obligaciones estatales en materia de
identidad de género y las características que deben tener los mecanismos para que su
reconocimiento sea compatible con la prohibición de discriminación y otros derechos
protegidos por la Convención Americana.

El autor señala que, aunque las opiniones consultivas no son vinculantes desde una
perspectiva formal, sí lo son de hecho. Esto se conecta con otra distinción crucial que se
hace en el escrito, y es que una cosa es pensar en el carácter vinculante de las opiniones
consultivas en relación con las sentencias en casos contenciosos, y otra es pensar en ello en
relación con el objeto de las interpretaciones que contienen dichas opiniones. Así, si los
Estados adecuan su legislación, política pública, interpretaciones judiciales y prácticas a los
parámetros de las opiniones consultivas en los temas específicos materia de
pronunciamiento, es altamente probable que su comportamiento sea conforme a sus
obligaciones internacionales bajo la Convención Americana. De esta manera, las opiniones
consultivas ejercen un rol preventivo de las violaciones de derechos humanos y evitan que
los Estados comprometan su responsabilidad internacional, que puede ser declarada
mediante una condena en un caso contencioso.

Las opiniones consultivas contienen fundamentalmente interpretaciones de tratados


interamericanos -como la Convención Americana- que le atribuyen a la Corte IDH la
condición de intérprete autorizada. De esta manera, se trata de documentos que establecen
el alcance y contenido de las obligaciones internacionales de los Estados parte de dichos
tratados. Estos tratados son vinculantes y por eso, en caso de incumplimiento de una regla
de derecho producto de una interpretación autorizada de la Corte IDH, aun cuando fuera
emitida en el marco de una opinión consultiva, es fuente de responsabilidad internacional.
Por lo anterior, al distinguir entre lo formal y lo material, este escrito permite aclarar el
panorama confuso al que pretenden llevarnos ciertas afirmaciones que, quedándose
exclusivamente en la perspectiva formal, buscan restarles fuerza a los contenidos
normativos de las opiniones consultivas, entendidas como interpretaciones que fijan el
alcance y contenido de las obligaciones internacionales de los Estados. En resumen, las
opiniones consultivas del sistema interamericano son vinculantes, pero no por sí mismas,
sino gracias al control de convencionalidad. De este modo, aunque de iure las opiniones
consultivas de la Corte IDH no son vinculantes, gracias al parámetro de convencionalidad,
de facto poseen hoy tal condición en el Derecho Internacional.
A partir de esta realidad, y en un contexto regional adverso al sistema interamericano por
parte de buena parte de los operadores jurídicos domésticos, el autor se pregunta si es
posible explorar otras opciones para un mejor diálogo institucional que coadyuve a prevenir
la responsabilidad internacional de los Estados. El objetivo de dicho interrogante consiste
en proponer una reforma del sistema interamericano que incluya la interpretación
prejudicial en las competencias de la Corte IDH. Bajo este mecanismo, las autoridades
judiciales nacionales podrían consultar a la Corte IDH sobre la interpretación válida de las
normas internacionales que requieran ser aplicadas en un caso concreto.

Además, la Corte IDH, al interpretar prejudicialmente, puede utilizar todo su acervo


jurisprudencial, indistintamente de su origen contencioso o consultivo. Finalmente, una
competencia prejudicial permitiría uniformizar los parámetros de convencionalidad que
utilizan hoy de manera discrecional los jueces doméstic

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