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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

ESCUELA SUPERIOR DE TURISMO

PREGUNTAS “EL CONSUMIDOR”

EQUIPO: 10

HARRIES

HERNÁNDEZ GARCÍA FERNANDA SAMANTHA


HERNÁNDEZ REYES ALINE MICHELLE
ROJAS MELÉNDEZ DIANA LIZBETH

PROFESORA:
ABOITES MONTOYA MARÍA CRISTINA

GRUPO:

4TM2

VS
Preguntas microeconomía

¿Qué es una cadena de valor?


- Se conoce como cadena de valor a un concepto teórico que describe el modo
en que se desarrollan las acciones y actividades de una empresa. Con base
en la definición de cadena, es posible hallar en ella diferentes "eslabones"
que intervienen en un proceso económico: se inicia con la materia prima y
llega hasta la distribución del producto terminado. En cada eslabón, se añade
valor, que, en términos competitivos, está entendido como la cantidad que
los consumidores están dispuestos a abonar por un determinado producto o
servicio.

¿Cuáles son los principios de la conducta del consumidor?

Principio de eficiencia
Al cerebro no le gusta trabajar. El 3% del peso de la persona es el cerebro, pero consume el
20% de la energía de nuestro cuerpo. Es un glotón energético. En consecuencia, busca formas
de ahorrar a la hora de hacer su trabajo. Ya Kahneman nos descubrió los dos sistemas con los
que funciona el cerebro: el sistema uno es no consciente y hace casi todo el trabajo, y el
sistema dos, el consciente, el racional es muy perezoso.

Principio de novedad
El cerebro es curioso, le gusta la novedad. La novedad atrae la atención de las personas y del
consumidor, pero ¡cuidado!, este gusto por la novedad tiene una cara negativa. La novedad
produce señales de alarma, de desconfianza, de precaución, ¿qué es esto nuevo? Es decir, la
novedad no se ve siempre como algo positivo.
Así se da una paradoja de que nos gusta la novedad y nos asusta la novedad.

Principio de familiaridad
Al cerebro le gusta lo conocido, no quiere sorpresas. La sorpresas son malas para sobrevivir.
Lo familiar es tranquilo, es cómodo, facilita tomar decisiones. Comprar la misma marca es
siempre más cómodo que pensar qué otra marca compramos. Las marcas más conocidas usan
el aspecto de familiaridad de una forma muy potente y esto hace que el consumidor sea más
fiel.
Precisamente porque no busca sorpresas. La publicidad, con su machacona frecuencia para
hacer a la marca más conocida, más familiar, produce la paradoja también de la familiaridad.
Nos gusta la familiaridad pero nos aburre lo familiar y conocido.

Principio de reciprocidad
Siempre tratamos de corresponder a lo que la otra persona nos ha dado, y por esta virtud y
por esta regla, quedamos obligados a un futuro pago de favores que nos han hecho, de
invitaciones que tan siquiera hemos buscado.
Esto implica que quien nos hace un favor espera ser correspondido por nosotros en el futuro,
aunque el favor no lo hayamos solicitado. ¡Así que atención! Si una persona o una empresa
inicia una relación de reciprocidad, y esto puede generar una obligación de correspondencia
por la parte de quien lo ha recibido.

Principio de compromiso
Las personas queremos ser consistentes y coherentes con lo que hemos dicho y hemos hecho
hasta ahora; con las marcas que hemos comprado hasta ahora y con el comportamiento que
hemos tenido hasta ahora. Una vez que hemos tomado una decisión la defendemos, aunque
sea errónea, y buscamos la forma de ser consistentes con ella. El deseo de consistencia, por lo
tanto, es un fuerte motivador de la conducta. La inconsistencia se juzga en nuestra sociedad
como no deseable. El compromiso y la consistencia hacen mantener la actual situación, no
cambiamos de marca para ser consistente.

Principio de prueba social


Para determinar lo que es o no es correcto usamos lo que hacen otras personas. Es una
tendencia, a ver la acción más apropiada cuando otros lo hacen. De igual forma nos
proporciona atajos, no tenemos que pensar en la toma de decisiones. El principio de prueba
social dice que cuanta más gente piensa que una idea es correcta, pues la idea será correcta y
verdadera.
Este principio opera mejor cuando no estamos seguros, cuando estamos inseguros ante
situaciones que no están claras, ambiguas. En estas circunstancias aceptamos mejor seguir la
conducta de otros.
La incertidumbre es la mano derecha de la prueba socia. “Si lo hace todo el mundo, estará
bien”. De aquí esos mensajes de: “el 85% de la gente piensa que”, “la mayoría de la gente
opina que”, “gran parte de los que… dicen que”.

Principio de escasez
Todo lo escaso, todo lo raro es más valorado. La escasez puede propiciarse por el marketing,
por supuesto que sí. Podemos estar en una sociedad llena de cosas, pero podemos propiciar la
escasez. El principio de la escasez saca la fuerza del hecho de que odiamos no tener libertad
de elegir. También ahí hay escasez, cuando no se nos da libertad de elegir. Eso produce una
decisión de reacción, reaccionamos contra la falta de libertad, contra la falta de alternativas, y
entonces queremos poseer el objeto.
Cuanto más restringimos algo, más deseo provocamos en tenerlo y hacerlo. Esto funciona
para cualquier cosa, incluyendo la información, información restringida, comunicación
restringida, conocimiento privilegiado, etc. Así, la información exclusiva es vista como más
información, más persuasiva y más cierta que la generalizada.
Las escasez genera competencia para conseguir esos productos o recursos escasos, y para
evitar que los consigan otros. Ejemplos, ofertas donde se dice “solo los 100 productos en
oferta”, “solo los 20 primeros”, “solo este viernes”, “solo este sábado”.

Principio de relatividad
Las personas raras veces elegimos cosas en términos absolutos, de forma independiente. En
general, nos fijamos en la ventaja relativa de una cosa en relación a otra y estimamos así su
valor, lo ponderamos en función de ello. Es decir, la mayoría de la gente no sabe lo que
quiere si no lo ve en un contexto o en comparación con algo, por lo tanto, todo es relativo. Y
esta es la clave.
Necesitamos señales a cada lado de la pista para poder aterrizar en el medio y poder tomar
una decisión. Por lo tanto, la conclusión es evidente: marketing puede diseñar el contexto,
puede diseñar la pista, puede organizar las cosas para que se establezcan las comparaciones
que sean más fáciles y que favorezcan a la marca, o al producto que nos interesa vender. Así
se puede guiar la decisión.

Principio de relevancia
Para tomar decisiones nos apoyamos en datos y en información. La cuestión es ¿estos datos
son relevantes? ¿tienen que ver con nuestros objetivos? ¿están en conexión con lo que
realmente queremos y buscamos? Esta relevancia se busca que sea cuantificable, para así
establecer relaciones con el precio y con la calidad.
Ejemplo: “En una cámara nos hablan de pixels, ¿es el píxel relevante? ¿No sería mejor la
calidad de la lente? En un coche nos hablan de potencia, ¿es relevante para ir a llevar a los
niños al colegio en coche, la potencia, los caballos? Así vemos muchos datos, mucha
información técnica, que no es relevante pero nos lo parece o hacen que nos lo parezca.

Principio de ancla
Si un producto no vale nada, creo que era Ariely quien pone el ejemplo de la perla negra, y lo
anclamos en un producto que vale mucho, en una joya de oro, pues ya hemos conseguido
anclar el producto, ya todo vale mucho. Esto es el ancla. El ancla es con lo que comparamos,
en lo que nos apoyamos. El anclaje afecta a todo tipo de productos. Nos anclamos en los
precios iniciales, los precios de salida, aunque sean arbitrarios.
Así las primeras decisiones, las primeras impresiones son anclas en la memoria, y no las
preferencias sino son estas anclas las que determinan nuestro comportamiento. Colocar un
ancla en las negociaciones, en los precios es fundamental, para marketing y en cualquier tipo
de negociación y relación de intercambio.

Principio de disponibilidad
La disponibilidad de información, la facilidad de obtener la información, lo rápidamente que
nos viene a la mente afecta a la posibilidad y a la importancia que se da a este hecho y a la
información que tenemos, es decir, si es más fácil, es más relevante, más cierta, más
verdadera. Una información más disponible es más sencilla y más fiable. Nuestro cerebro es
vago, por lo tanto, podemos hacer disponible al consumidor la información que nos interesa
para que él pueda acceder rápidamente y con ese efecto de disponibilidad le de relevancia.
Ganancias y pérdidas. La gente odiamos las pérdidas.

¿Qué es la demanda?
La demanda es la cantidad de dichos bienes y servicios que se desean adquirir, mientras
que oferta, se refiere a la cantidad de bienes y servicios que se ponen en venta.
Según el precio que haya en el mercado de un producto o servicio, los vendedores y
productores fabrican y producen una cantidad limitada del mismo.

¿Qué es la línea de presupuesto?


La línea de presupuesto es el lugar geométrico de los conjuntos de bienes que pueden
comprarse si se gasta todo el ingreso monetario.

Una línea de presupuesto representa las diferentes combina- ciones de dos bienes que un
consumidor puede comprar, a determinados precios y con un ingreso dado.
Al consumidor se le fija una restricción; ésta se relaciona con la escasez. A esto se llama
restricción presupuestal, la cual, para nuestro estudio, se refiere al monto disponible del
consumidor durante un período de tiempo bajo análisis. También se afirma que la línea de
restricción presupuestal muestra todas las distintas combinaciones de los dos artículos que
un consumidor puede comprar, dado su ingreso monetario y el precio de los dos artículos.

¿Qué significa el equilibrio en el consumidor?


El equilibrio del consumidor es aquel punto en el que un consumidor encuentra su mayor
utilidad para unos precios y una renta dada. El consumidor se encuentra en equilibrio cuando
con la renta o presupuesto que dispone cuando puede adquirir los bienes que le reportan la
mayor satisfacción.
El punto de equilibrio del consumidor ocurre cuando una persona encuentra la mayor utilidad
y satisfacción posible en una mercancía según su renta o presupuesto.
Para obtener el equilibrio, el consumidor deberá conocer sus gustos y su restricción
presupuestaria, que va a depender del nivel de renta y de los precios de los bienes, por ello
gráficamente podemos representarlo como el punto de tangencia entre la restricción
presupuestaria y la curva de indiferencia.

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