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T10 El Siglo XIX. El Arte de Un Siglo en Transformación
T10 El Siglo XIX. El Arte de Un Siglo en Transformación
Delange
1. Francisco de Goya.
2. Introducción. Romanticismo: Delacroix; Realismo: Courbet.
3. Arquitectura. Historicismos. Edificios de hierro y cristal. El Modernismo.
4. Impresionismo:Monet, Renoir y Degas. Las esculturas de Rodin.
5. Postimpresionismo: Cézanne, Gauguin y VanGogh.
INTRODUCCIÓN.
Los últimos años del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX son la era
revolucionaria por excelencia que pone fin a la Edad Moderna e inicia la
Contemporánea. Europa conoció durante este período la I Revolución Industrial, la
Revolución francesa y las Revoluciones burguesas de 1820, 1830 y 1848. A su vez,
España atravesó el difícil proceso de construcción del Estado liberal burgués, que
puso fin al Antiguo Régimen.
Desde el punto de vista intelectual, el siglo XVIII fue el siglo de la Ilustración o de las
Luces, promoviéndose el pensamiento racional, el orden y el laicismo, frente al
dogmatismo y religiosidad del periodo anterior.
En este contexto surgió una figura de gran personalidad, que rompió con el canon de
la época, Francisco de Goya.
Aunque Goya fue coetáneo del Neoclasicismo, su obra traspasa cualquier encuadre
estilístico. Su misma técnica pictórica está muy lejana del Neoclasicismo, y además
su estilo sufre una evolución personal muy fuerte a lo largo de su dilatada vida, y es
que su obra es un trasunto fiel de su vida: es optimista en su primera época, cuando
la fortuna sonríe al pintor y es pesimista cuando su progresiva sordera, los desastres
de la Guerra de la Independencia y el Absolutismo de Fernando VII convierten el
último período de su vida en un momento triste y dramático.
Se trata de uno de los principales genios de la pintura de todos los tiempos, que
recoge la herencia de Rembrandt y Velázquez y, al mismo tiempo, anuncia la
modernidad y se convierte en el precedente directo de los principales movimientos
pictóricos de los siglos XIX y XX:
● Los románticos admiran su imaginación y colorido.
● Los realistas, su preocupación por las clases más desfavorecidas.
● Los impresionistas, su pincelada libre y suelta.
Desde el punto de vista técnico, Goya utiliza una gran cantidad de soportes y técnicas:
pintura al fresco, cartones para tapices, pintura al óleo, grabados, etc. En la pintura al
óleo y los frescos la pincelada es suelta y vaporosa; a menudo pinta sin dibujo previo,
siendo en ocasiones una auténtica mancha. Para aplicar la pintura, además de pinceles,
utiliza la espátula e incluso los dedos. En el grabado, Goya valora positivamente la
oportunidad de realizar múltiples copias, lo que le permite dar una gran difusión a su
obra, es una manera de entender el arte desde una visión ilustrada y democratizadora.
Para sus composiciones emplea esquemas neoclásicos: las figuras se agrupan formando
triángulos, cuadrados, rectángulos, rombos, etc.
Fue un pintor fecundo, se calcula que pintó más de quinientos cuadros de todos los
tamaños, una enorme cantidad de dibujos, grabados y litografías. Destacamos:
CARTONES PARA TAPICES: realizó una serie importante para la Real Manufactura en
los que las escenas populares y de festejos muestran un gran colorido. Entre ellos
destacamos: El quitasol, La gallina ciega, El columpio o La pradera de San Isidro.
PINTURAS NEGRAS: las realizó en la Quinta del Sordo, una casa que compró cerca del
río Manzanares, donde se retiró asustado ante la represión absolutista de Fernando VII y
dio rienda suelta a su profundo pesimismo. Los colores que emplea son el negro, el
marrón, los verdes oscuros y algunos rojos. El dolor, la desesperación y la muerte son los
temas más representados. Estas pinturas están consideradas como el antecedente del
expresionismo. Entre ellas destacamos: Saturno devorando a su hijo y El Aquelarre.
En sus últimos años vivió exiliado en Burdeos. Allí realizó su última obra maestra: La
lechera de Burdeos.
INTRODUCCIÓN: los últimos años del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX son la
era revolucionaria por excelencia que pone fin a la Edad Moderna y da comienzo a la
Edad Contemporánea. En este período se produce la Primera Revolución Industrial, la
Revolución Francesa y las Revoluciones Burguesas de 1820, 1830 y 1848. Asimismo, en
este tiempo se producen los primeros movimientos nacionalistas, que conduce a los
procesos de unificación de Italia y Alemania. También en esta etapa tiene lugar el
arranque del movimiento obrero. Se trata de un período convulso en el que el Antiguo
Régimen lucha por su supervivencia contra la Revolución liderada por la burguesía.
Desde el punto de vista intelectual, el siglo XVIII es el de la Ilustración o de las Luces,
promoviéndose el pensamiento racional, el orden y el laicismo, frente al dogmatismo y
religiosidad del Antiguo Régimen. En el siglo XIX surgen el Romanticismo, que reivindica
los estados emocionales más exaltados, y el Realismo, movimiento que realiza una dura
crítica social.
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El Romanticismo se define por los siguientes rasgos:
También destaca Theodore Gericault: Su gran óleo La balsa de la Medusa recoge una
escena del naufragio de la fragata francesa Medusa. Casi 150 personas perecieron en
este incidente, excepto 15, que sobrevivieron en una balsa construida de manera
apresurada, y donde se sufrió durante 15 días el hambre, la deshidratación, el
canibalismo y la locura. La pintura es una crítica a la recién restaurada monarquía,
responsable de otorgar la autoridad a un capitán que demostró ser inepto (Luis XVIII). El
tema principal es la esperanza, o la falta de ella. A la izquierda del cuadro se sitúa la
muerte, emocional y biológica, pero a medida que ascendemos por la pirámide de esta
composición aparece la luz, la vida, la esperanza.
En GRAN BRETAÑA, el movimiento se centra en los paisajes, la luz, los colores, si bien
representa una naturaleza que sufre el deterioro de la industrialización. Destaca William
Turner: El temerario remolcado para el desguace; Lluvia, vapor y velocidad.
2.2. REALISMO: frente al deseo de evasión del Romanticismo, este movimiento pictórico
se reafirma en la realidad y refleja las injusticias sociales con el deseo de transformarlas,
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prestando especial atención a los problemas derivados de la industrialización, o los del
campo. Tiene especial arraigo en Francia, aunque irradia a otros países del entorno.
Sus autores más destacados son: Millet, autor de El Ángelus, y Courbet: sin duda la
estrella de este movimiento pictórico. Fue muy polémico por su temática y su activismo
político. Plasma la incomunicación de sus personajes con el espectador. Juega con el
color, combinando partes muy coloristas con otras sin color prácticamente. Los
picapedreros, El estudio del artista, Entierro en Ornans.
La arquitectura europea experimentó a mediados del siglo XIX un conflicto entre dos
tendencias contrapuestas. Por un lado, la conocida como Arquitectura del hierro, que
defiende aplicar los avances de la Revolución Industrial a las nuevas construcciones, el
uso estandarizado de los nuevos materiales y una nueva estética asociada a lo funcional.
Y por otro lado tenemos la corriente tradicional y conservadora del Historicismo, que
efectúa una crítica a los nuevos tiempos, al nuevo orden socio-económico, y a la nueva
estética a la que rechaza tachándola de fealdad, y reclama la continuidad del trabajo
artesanal y los materiales tradicionales. Esta corriente busca su inspiración en corrientes
pasadas, surgiendo diferentes revisiones o “Neos”, como el Neogótico o el Neomudéjar.
Una de las cuestiones fundamentales que se planteó a los arquitectos de la 2ª mitad del
siglo XIX fue la relación entre forma y función. La nueva sociedad industrial requería
construcciones con funciones completamente nuevas e inéditas hasta entonces: fábricas,
estaciones de ferrocarril, puentes, viaductos, etc. Hablamos de un contexto de nuevas
ciudades industriales, en el que habrá que reformar las viejas ciudades, como será el
caso de París, Londres o San Petersburgo, o directamente crear otras nuevas, como
sucedió en Estados Unidos o Canadá.
● En España el Neogótico y el Neomudéjar son los estilos que mejor definen la corriente
historicista. Por citar algunos ejemplos: el Neorrománico de la Colegiata de
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Covadonga, en Asturias; el Neogótico del Palacio Episcopal de Astorga; o el
Neomudéjar de la Plaza de Toros de las Ventas, en Madrid.
● En Francia se vive un momento dorado con la transformación urbanística dirigida por
el Barón Haussmann. La ciudad de París se renueva a partir del Historicismo
Neogótico y Neobarroco, en cuya línea se sitúa el Teatro de la Opera, de Charles
Garnier.
● Eliminar las paredes y abrir grandes ventanales o sustituirlos por cristales, como será
el caso de los rascacielos.
● Libertad a la hora de distribuir los espacios.
● Realizar construcciones más rápidas y baratas.
Entre las obras más destacadas tenemos la Torre Eiffel de París, realizada por el
ingeniero del mismo nombre para la Exposición Universal de 1889. No tiene misión
utilitaria sino decorativa. Fue criticada por la mayoría de sus contemporáneos pero se ha
convertido en el símbolo de la ciudad. En España tenemos el Palacio de Cristal del
Retiro, en Madrid, obra de Ricardo Velázquez.
Entre los arquitectos modernistas destacamos al belga Víctor Horta, autor de la Casa
Tassel, en Bruselas, y al catalán Lluís Domenech i Montaner, autor del Palau de la
Música Catalan, en Barcelona.
Antonio Gaudí es el mayor exponente del modernismo español y la figura más singular
del europeo. Su extraordinaria creatividad le ha permitido rebasar nuestras fronteras.
Creador de un arte total, como arquitecto, diseñador de interiores, mobiliario, etc. Sus
primeras obras se desarrollan bajo la influencia del historicismo. A partir del año 1900
comienza el periodo más creativo de su carrera. Entre sus obras principales destacamos:
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El Palacio Episcopal de Astorga; El Capricho, en Comillas (Santander); El Parque Güell,
La Casa Batlló, La Casa Milá (también conocida como La Pedrera) y El Templo
Expiatorio de La Sagrada Familia (todas ellas en Barcelona), esta última se considera su
obra cumbre aunque sólo pudo ver ejecutada una pequeña parte del proyecto, que está a
punto de rematarse. Tiene grandes influencias del gótico. El interior se concibe como un
enorme bosque de columnas que se ramifican en su parte superior. Las vidrieras,
rosetones, bóvedas y esculturas son de una gran originalidad.
Sin embargo, el realismo llevado hasta sus últimas consecuencias había desembocado
en la reproducción de la naturaleza y las personas sin ninguna creatividad.
Paralelamente, el descubrimiento del daguerrotipo y la fotografía sustituían a la pintura en
esas funciones. La búsqueda de una nueva forma de manifestación artística desemboca
en la aparición del Impresionismo.
El nacimiento de este estilo está ligado a una exposición en París en 1874 en la que un
grupo de artistas rompieron con la pintura tradicional. Un periodista, al burlarse de un
cuadro de Monet, titulado Impresión, sol naciente, dio involuntariamente nombre a
estos artistas, al etiquetarlos con desprecio como “los impresionistas”.
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Teoría de los colores: Existen tres colores primarios (amarillo, rojo y azul) y tres
complementarios (violeta, verde y naranja), pero según la teoría impresionista la
mezcla de color no debe venir dada ya por el pincel, sino que los colores deben
ser toques muy próximos para que sea el ojo del espectador el que los mezcle, por
ejemplo, los azules y amarillos producirán el efecto del verde. Renuncian al negro
porque consideran que no está en la naturaleza, por lo que las sombras son
coloreadas.
Pintura al aire libre: Los pintores impresionistas por primera vez salen del taller
para captar los cambios de luz en la naturaleza, de ahí que todos ellos, excepto
Degas, pintaran directamente del natural, reproduciendo ese momento único y
jamás irrepetible.
El tema: pierde importancia a favor de la luz y el color Hay una preferencia por los
paisajes, interesa la captación de lo fugaz (el humo, el agua, el aire…). Abundan
las escenas sobre temas intrascendentes, de ocio y baile, renunciándose a los
temas de carácter político, social o religioso.
Entre los autores más destacados del impresionismo tenemos a Manet, Monet, Renoir,
Degas, Sisley, Pisarro y el español Joaquín Sorolla.
Edgar Degas, al igual que Édouard Manet, es una especie de bisagra entre la pintura
antigua y el arte moderno. No le apasiona la luz natural, sino la artificial y sentirá pasión
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por el dibujo. Por esto es un impresionista atípico, pero no deja de serlo por su pincelada
suelta y el uso de los colores puros. En sus obras predomina el movimiento, que refleja
muy bien en sus bailarinas y en sus carreras de caballos. Sus principales obras son: Los
bebedores de ajenjo; La clase de danza; Las planchadoras; El baño; En el ballet.
Es uno de los escultores más importantes de la historia del arte. Valora las texturas
inacabadas como una parte esencial de la realidad y de la obra, clara influencia de las
obras de Miguel Ángel, como la Piedad Rondanini, que conoció en un viaje a Italia. A
veces elimina algunas partes del cuerpo para lograr una mayor expresividad. Recrea el
lenguaje escultórico dando una nueva valoración de la superficie, el espacio, la textura y
el volumen. Utiliza mármol y bronce. Entre sus principales obras destacan: El beso; Los
burgueses de Calais; El pensador, Las puertas del infierno (esta última en bronce,
para el Museo de Artes Decorativas de París).
Este movimiento engloba a pintores que, aprovechando los logros del Impresionismo,
abren nuevos caminos que desembocarán en la ruptura con los valores artísticos
tradicionales y conducirán a las vanguardias del siglo XX. Así Cézanne preludia el
cubismo, Gauguin el fauvismo y Van Gogh el expresionismo. Son artistas con
personalidad tan acusada que cada uno crea un estilo nuevo e independiente.
Paul Cézanne: fue un pintor fracasado hasta los 50 años, sufrió duras criticas. Sus
pinceladas son anchas y consistentes. Sus figuras van simplificándose, reduciéndose a
formas geométricas (esferas, conos y cilindros), lo que supone un preludio del cubismo.
No renuncia al color, cuya intensidad prima mediante los contrastes y las sombras
coloreadas. Entre sus obras destacamos: Jugadores de cartas; Bodegón con
manzanas y naranjas, La montaña de Santa Victoria; Autorretrato.
Paul Gauguin fue el artista que hará del color su vehículo de expresión. En sus obras
emplea colores fuertes, vivos, planos y muchas veces arbitrarios, que no responden a la
realidad. Sus obras son una exaltación de lo primitivo, lo salvaje, pero con un tono
poético. Su fascinación por Oceanía y su arte étnico le llevó a instalarse en Tahití. En ese
entorno paradisíaco recrea la atmósfera idílica de sus paisajes, la serenidad de sus
nativos y su vegetación mediante colores planos, puros y contornos muy marcados. Sus
principales obras son: La visión tras el sermón; El Cristo amarillo; ¿De dónde
venimos? ¿Qué somos? ¿A dónde vamos?; Matamúa (Érase una vez); Mujeres de
Tahití.
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Vincent Van Gogh: su obra está ligada a su turbulenta biografía, ya que su pintura es la
expresión de su fuerza espiritual interior. Su carácter depresivo le llevará a pasar
temporadas en hospitales psiquiátricos y a suicidarse a los 37 años, dejando más de 800
cuadros, de los que sólo logro vender uno.
Sus primeras obras están influidas por la pintura holandesa e irá evolucionando hacia
una pincelada corta, gruesa, agitada y vigorosa. Las formas se hacen inestables como
reflejo de su vida interior. Es también un apasionado del color, muchas veces es su
vehículo para expresar las frecuentes depresiones y angustias que padece. Los colores
son a veces agresivos, con contrastes no frecuentes, por ejemplo, amarillo sobre naranja.
Concibe el cuadro como un lugar donde el artista proyecta sus pasiones. Al ser la pintura
un vehículo de autoexpresión, se convierte en el precursor de las corrientes
expresionistas. Realizará un gran número de temas que podríamos resumir en:
autorretratos, paisajes, retratos de personas que le rodean, bodegones. Entre sus
principales obras tenemos: Los comedores de patatas; Autorretrato; Autorretrato con
oreja vendada; Los girasoles; Café nocturno; Mi habitación en Arlés; Iglesia de
Auvers-sur-Oise; Retrato del doctor Gachet; La noche estrellada.
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