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El principalísimo se utiliza en enfermería y en otras áreas de la atención médica para

abordar dilemas éticos y tomar decisiones éticas relacionadas con la atención al paciente.
El principalísimo se basa en la aplicación de cuatro principios éticos fundamentales:
1. Autonomía: Se refiere al respeto por la capacidad de los pacientes para tomar
decisiones informadas sobre su atención médica. En enfermería, esto implica la
promoción de la participación activa del paciente en la toma de decisiones relacionadas
con su cuidado, el respeto por sus preferencias y la protección de su derecho a la
privacidad y la confidencialidad.
2. Beneficencia: Se centra en hacer el bien y proporcionar beneficios a los pacientes. En
enfermería, esto significa que los profesionales de la enfermería deben actuar en el mejor
interés del paciente, brindar atención de alta calidad y buscar el bienestar del paciente en
todo momento.
3. No maleficencia: Se refiere a la obligación de no causar daño intencionadamente a los
pacientes y minimizar cualquier posible daño asociado con la atención médica. Los
enfermeros deben tomar medidas para evitar el sufrimiento innecesario y proteger la
seguridad de los pacientes.
4. Justicia: Se relaciona con la distribución equitativa de recursos y la igualdad en el
acceso a la atención médica. En enfermería, esto implica que los profesionales deben
tratar a todos los pacientes de manera justa y equitativa, sin discriminar por motivos de
género, raza, religión, orientación sexual u otros factores.
El principalísimo desempeña un papel fundamental en la ética de enfermería al
proporcionar una base sólida para la toma de decisiones éticas, la autonomía del paciente
y la prestación de atención de alta calidad que respeta los derechos y el bienestar de los
pacientes evitando acciones que puedan generar daño o sufrimiento innecesario en ellos,
pues es fundamental la promoción de tratamiento, rehabilitación y paliación de todos los
pacientes en la atención medica

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