Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Coaching, Liderazgo y Deporte Haz de La Excelencia Tu Hábito (Spanish Edition) (Carles Herrero (Herrero, Carles) )
Coaching, Liderazgo y Deporte Haz de La Excelencia Tu Hábito (Spanish Edition) (Carles Herrero (Herrero, Carles) )
PRÓLOGO
posibles áreas, puede que pienses en deporte, familia, amigos, ocio, dinero,
partes iguales a los temas que tienes. Sean cinco, ocho o quince, la tarta o la
pizza debe tener pedazos iguales. No quiero que pienses que la vida va por
partes porque no es así. Si tienes un problema con algún amigo, puede ser
familia.
El objetivo es que, por partes, puntúes del 1 al 10, siendo 1 lo mínimo y 10
lo máximo, como estás o sientes que estás en cada área de tu vida. Debes
ser lo más sincero posible contigo. Por ejemplo, si crees que el dinero es
algo importante en tu vida a día de hoy, no tienes nada pero no te hace falta
porque tus padres te dan paga, no tienes por qué poner mala nota. Evalúa el
un 10, ¿Qué sería diferente? ¿Qué habría en tu vida que no hay ahora? ¿Qué
puntuación.
Cuando trabajes y mejores un área a la que has puntuado baja, el resto de
logres verás cómo eres más feliz en casa, rindes más en los estudios y
disfrutas mucho más. Igualmente, si ves que no vas como querrías en los
estudios y empiezas a trabajar esa área para sacar mayor rendimiento, una
relacionado.
Recuerda que nadie mejor que cada uno de los técnicos que se cruzan en el
camino para aprender, a medida que vamos superando categorías, todos los
conceptos técnicos y tácticos de tu deporte.
Ahora bien, el análisis debe ser siempre responsable pero sobre todo
realista. No conviertas todo lo que haces en un problema o algo negativo.
Es bueno escuchar a los que tienes alrededor para poder tener feedback
(información de quienes te rodean) pero debes conocer a cada uno/una de
los que te da esa información y saber si son críticas constructivas o
excesivas. Las personas críticas con ellas mismas suelen ser críticas con
quienes tienen alrededor y eso no ayuda. Por eso es bueno escucharlas con
mucho respeto y saber interpretarlas. Es bueno que si notas que hay una
crítica excesiva sobre un tema o hacia ti directamente vayas a otras
personas para que te den su opinión. Evidentemente, si las opiniones van en
la misma dirección de la que parecía ser crítica, debes afrontarla y trabajar
para mejorarla.
Es fundamental que tus propias opiniones hacia ti sean siempre realistas y
no excesivamente críticas. Caerás en un pozo donde todo lo que hagas será
malo. El objetivo es justamente el contrario. Saber y valorar qué haces en
cada momento para ir en el camino correcto y si por alguna circunstancia te
desvías, puedas rápidamente enderezar el rumbo para mantener la buena
dirección. Es muy importante que tengas claro que sólo tú puedes pilotar tu
nave. Nadie la va a pilotar por ti. Las decisiones, buenas o malas, las tomas
tú en tu vida y debes ser hábil y rápido para mover el volante en la
dirección correcta.
Es prácticamente imposible llegar a la élite del mundo del deporte sin ser
competitivo. La competitividad consiste en tener una capacidad de
superación que te lleve a mejorar cada día y a buscar el objetivo con ahínco.
Ser competitivo no es ser arrogante, chulo o prepotente. Puedes pensar en
muchísimos grandes deportistas que son tremendamente competitivos y
muy humildes. Su objetivo de ganar y mejorar en su modalidad deportiva
no va reñida con valores como el de esfuerzo, trabajo, sacrificio, humildad
o trabajo en equipo.
Todos sabemos que una rueda tiene que ser completamente redonda, con
sus ejes nivelados e infladas correctamente.... ¿Qué crees que pasaría si
cogieras una bicicleta con dos ejes rotos?
Ahora sabes qué aspecto de tu vida flaquea y debes coger el toro por los
cuernos para mejorar y conseguir el objetivo. Afronta la situación y
pregúntate cómo mejorarlo. Si no puedes por ti mismo, sabes que nos tienes
a tu disposición para mejorar juntos.
EJERCICIO
Para que empieces a entenderlo de forma más sencilla:
¿Qué te aporta tu deporte? ¿Qué te inspira tu deporte?
¿Qué te transmite el FC Barcelona?
¿Qué te trasmite Iker Casillas? ¿Y Cristiano Ronaldo? No sé si lo que te
transmiten Casillas y Ronaldo son sus valores, pero seguro que salen
palabras diferentes para uno y otro.
Hay muchos deportistas y entrenadores a los que admiro pero quiero
destacar a uno: Miguel Indurain. Lo que más me fascinó de uno de los
deportistas más grandes de la historia era su humildad. El ex director de un
periódico de ciclismo, Jorge Quintana, dijo una frase que no olvidaré:
“Indurain ganó cinco Tours y siempre ha vivido como si no los hubiera
ganado”. Honrar sus valores de humildad y respeto por los rivales hizo que
se ganara la admiración de todo el mundo mundo y que yo me sintiera
especialmente identificado con él. A fin de cuentas son dos valores muy
importantes en mi vida.
Podría ser algo como “dime a quién admiras y te diré quién eres”. Piensa en
deportistas o equipos que tengas en la cabeza y comprueba si lo que te gusta
de ellos son valores tuyos.
“Lo de ganar está muy bien, pero no creo que baste con ello cuando tienes
una exposición pública como la nuestra…”. ¿Qué te transmite esta frase de
Iniesta? A mí responsabilidad, humildad y respeto. Y como le vemos actuar
dentro y fuera del terreno de juego, creo que son tres valores que él siente
muy suyos.
El mismo Iniesta en plena Eurocopa de 2012 dijo lo siguiente en una
entrevista respecto a si le afectaba o no la crisis: “Hombre claro, no soy
ajeno a los problemas que hay a mi alrededor… Ves que el de la panadería
del barrio ha de cerrar, que han despedido a un amigo… La sociedad está
perdiendo valores de una manera evidente. Tienes una hija y te da miedo
imaginar el mundo que les estamos dejando a los niños… Ya no es sólo el
problema económico. Detrás de eso hay dramas personales que no puedes
ignorar y que me preocupan, claro que me preocupan”. Una respuesta llena
de humildad y responsabilidad, que puede traducirse en dos valores del
futbolista del FC Barcelona.
Iván Fernández es un joven atleta de gran futuro que tuvo un gesto que
plasma a la perfección lo que significa vivir alineado y honrando nuestros
valores. En los últimos metros del Cross en Burlada (Navarra) en el
invierno de 2012, Abel Mutai, medallista de bronce en los 3.000 metros
obstáculos de los Juegos de Londres, se dirigía en solitario hacia la línea de
meta cuando se equivocó de pancarta y se paró metros antes de cruzar la
meta. Iván Fernández, segundo a una distancia insalvable, no se aprovechó
de esta circunstancia y avisó a su rival para que entrara el primero. “Él era
el justo vencedor. Me sacaba una distancia que ya no podía haber superado
si no se equivoca. Desde que vi que se paraba sabía que no iba a pasarle”.
Con esto no quiero transmitirte que todo debe de ser de color de rosa ni que
ganar es negativo. Ganar es extraordinario y todos tenemos unos valores
que muchas veces por miedo no sacamos a la luz. En el caso de Iván
Fernández, lo fácil hubiera sido seguir corriendo, sumar una nueva victoria
a su currículo deportivo y entrar a formar parte del palmarés de la prueba.
Pero él sabía que esa victoria le hubiese reconcomido por dentro y decidió
ser fiel a sí mismo y no traicionarse.
Ante una situación determinada, actuar en función de nuestros valores nos
ayudará a tomar la mejor decisión. Por ejemplo, si tengo el valor de
compañerismo, en momentos negativos procuraré hacer piña y levantar la
moral del equipo.
Sucede también que cuando no actuamos alineados a nuestros valores,
nuestras decisiones se ven afectadas por una lucha interna que no nos deja
estar a gusto con nosotros mismos. No honrando un valor, sientes tensión o
resistencia interior. ¿Cuántas veces has traicionado algún valor en tu vida?
¿Cómo te has sentido? Volviendo a la situación anterior, si el equipo no
pasa por el mejor momento y yo, en lugar de apoyar y respaldar para honrar
mi valor de compañerismo y vivir acorde a él, me dejo llevar por el mal
ambiente de ese momento y me digo algo así como “para que voy a hacer
algo si el resto no está haciendo nada por cambiar la situación”, no sólo
dejaré de vivir alineado a mis valores sino que además me habré dejado
llevar por la situación. Y a partir de este momento son las circunstancias, el
entorno o los valores de los demás quienes gobiernan tu vida en lugar de ser
tú quien lleve el timón. Te has dejado arrastrar por tus compañeros y el mal
ambiente –personal y global- no va a hacer más que aumentar.
Con unos valores claros, tienes unos pilares personales sólidos que permiten
guiarte en la toma de decisiones para vivir una vida plena, tanto en los
buenos como en los malos momentos.
Por ejemplo, ante momentos difíciles te harán dar un paso al frente y poder
apoyar al equipo, en lugar de querer hacer la guerra cada uno por su lado y
ser un rival fácil para nuestro rival, que jugará como equipo y no como
grupo, tal y como lo estamos haciendo nosotros.
Te pongo el ejemplo del FC Barcelona, donde la consigna en cualquiera de
sus equipos de fútbol, desde los más pequeños hasta el primer equipo, es
siempre la misma: la pelota al suelo desde la propia portería hasta la
contraria. Albert Benaigues, ex coordinador del fútbol base del Barça, lo
explicaba así en un reportaje en EL PAÍS sobre el estilo Barça tras ganar la
Liga en 2009: “El balón es nuestro medio y, por tanto, se necesita inculcar
la solidaridad, la disciplina, la colaboración para que todos puedan juntarse
a su alrededor”. Los valores se pueden inculcar desde el propio juego a
modo de estilo y al igual que una persona, una empresa o un club también
puede tenerlos y cuidarlos. Y en el caso del FC Barcelona, el futbolista que
no tiene esos valores, por mucha calidad que tenga, tiene difícil acoplarse al
estilo.
Te anticipo que no es nada fácil a corto plazo pero te encantará a medio
plazo cuando veas que el esfuerzo ha dado sus frutos. Si la honestidad es
un valor importante para ti, sentirás que hay momentos en los que tienes
que sentirte incómodo para vivir tu valor. Superado ese momento, tu
energía interior te hará sentir que el esfuerzo ha merecido la pena.
Muchas veces tomamos decisiones y nos sentimos mal por dentro. Parece
que las estamos tomando para vivir la vida de otros y no la nuestra propia.
Decir no en ocasiones cuesta y mucho. No te digo que hagas siempre lo que
te plazca. Eso sí es egoísmo. Cuando estás en un grupo, puede gustarte o no
una decisión. Si uno de tus valores es la sinceridad, expresando lo que
piensas te sentirás bien y no haciéndolo, por la causa que sea, te hará sentir
un pequeño retortijón en el estómago. Puede no gustarte la decisión tomada
por mil razones pero sólo habrá una que te impedirá realizarla rindiendo al
100%. Si esa razón viola uno de tus valores.
Trabajé con varios miembros de un equipo de baloncesto que sentían que la
directiva no estaba siendo justa con algunos compañeros. Dos jugadores en
concreto sentían que no estaban viviendo su valor de compañerismo porque
no estaban apoyando al 100% a sus compañeros apartados. Tras un par de
sesiones, decidieron tomar la iniciativa de hablar con el resto de
compañeros y de ahí ir a la directiva para expresarles que sentían una gran
injusticia con lo que estaban haciendo. El problema se solucionó con
algunos cambios y esos jugadores, además de rendir al 100%, sintieron que
habían honrado sus valores.
Si en el próximo entrenamiento consideras una injusticia tener que entrenar
duro, olvídate. Ya sabes que el deporte, como la vida, tiene unos valores y
el esfuerzo, la perseverancia o la dedicación son algunos de ellos.
Recuerda que cada persona tiene sus valores personales. Conozco
deportistas a los que su modalidad les hace honrar el valor de libertad, a
otros éxito, equipo, ilusión, movimiento, chispa, a tope, agresividad...
Algunos de los valores que acabo de escribir pueden estar muy alejados de
los tuyos. No puedo ocultar lo que me sorprendió cuando un judoka me
expresó su valor de agresividad en una sesión, sobre todo apreciando lo
tranquilo que era desde que lo conocí. Pensaba que las artes marciales eran
justo lo contrario. Cuando vimos que significaba para él la agresividad lo
comprendí. Entendía la agresividad como el estar al 100% metido en cada
minuto del entrenamiento. Cuando le vi entrenar lo entendí. Su cara de
concentración, esfuerzo y cansancio expresaba enfado.
¿Qué intento que entiendas? Que cuando hablamos de valores, la
interpretación o significado de la palabra que describe el valor puede ser
muy diferente para una persona y otra. Por ejemplo, amistad para alguien
puede significar tener pocos amigos pero muy buenos y para otra estar
siempre rodeada de personas. Ambas son perfectas si te esfuerzas por ser
fiel a tu propia definición.
Me sobra con que tengas claro lo que cada valor-palabra significa para ti.
Cuando sientas que no estás actuando acorde a tus valores, será fácil para ti
releerlos y recuperar tu propio rumbo.
Los valores no son ni materiales ni tangibles. El deporte no es un valor pero
puedes a través del deporte desarrollar y honrar tus valores: esfuerzo,
perseverancia, compañerismo, fuerza, poder, éxito, juego limpio,
sinceridad, confianza… Y lo mismo con un deporte en concreto. El
ciclismo no es un valor pero cuando lo practico estoy honrando algunos de
mis valores como libertad, esfuerzo en cada pedalada o amistad, ya que
aprovecho cada salida para reunirme con viejos amigos. Si aún no has
contestado a las preguntas del principio, creo que es buen momento de no
dejar pasar, por lo menos, la siguiente cuestión: ¿Qué te inspira o transmite
tu deporte?
Lo normal es que cuando expreses tus valores busques los catalogados
como “positivos”. Los valores no se compran ni se intercambian como los
cromos. Toma mucha conciencia y no te cortes si éxito, individualismo,
reconocimiento, poder personal o triunfar, entre muchos otros, forman parte
de tu lista. Porque si estas son las palabras que te motivan para levantarte
cada día y vivir tu vida al máximo te estarás engañando a ti mismo si no las
reconoces.
He trabajado con algunos deportistas que cuando me expresaban sus valores
sentía que lo hacían mientras pensaban “éste estaría bien tenerlo”, “si tengo
este me aceptarán” o “con este puedo caer mejor”… Lo sé porque me lo
terminaron confesando. Te ayudará más bien poco. No cites ni escojas uno
que no tengas ni descartes otro porque no sean socialmente aceptados. Son
tuyos y es lo que cuenta.
Ejercicio:
Quiero que te pongas cómodo, cierres los ojos y pienses en uno de los
mejores momentos de tu vida. Visualízalo bien. Ten en cuenta que puede
costarte un rato así que cuanto más relajado estés, más fácil te resultará
conectar con ese momento, recordarlo a la perfección y sentirlo como si
volvieras a estar en él. Una vez conectado con el momento, te invito a que
respondas a unas cuantas preguntas que te recomiendo que te haga alguna
persona cercana.
- ¿Qué pasaba?
- ¿Quién estaba contigo?
- ¿Qué sientes?
- ¿Qué es lo que más te llama la atención?
- ¿Recuerdas vistas, olores, sonidos?
Cuéntale todo esto a quien te haya hecho las preguntas y pídele que te diga,
en función de lo que has visualizado, cuáles son los valores que esa persona
ve en ti. Tranquilo, no hace falta que acierte. Esto es como cuando cueces
spaghettis y los lanzas a las baldosas de la pared de la cocina. Si se pegan es
que está cocido y si no hay que seguir invirtiendo tiempo en la cocción.
Dile a esa persona que no tenga miedo en decirte lo que ve. Es una
percepción personal suya que a ti te ayudará a valorarlo cuando oigas esos
valores. Si resuenan en tu interior son tuyos. Si dudas, dedícale unos
segundos a analizar si verdaderamente sientes ese valor como tuyo. No hay
ningún problema si por ejemplo piensas que el esfuerzo es un valor tuyo
personal pero hace dos años que no te esfuerzas. Luego analizaremos qué es
cada valor para ti y como lo están poniendo en práctica en tu vida. Así será
mucho más fácil darte cuenta si verdaderamente es un valor personal y cuál
es la importancia que le estás dando en estos momentos de tu vida.
Objetivo: Saber cuáles son tus valores y conectar con ellos a partir de este
mismo momento. No olvides que son tus cimientos. Si una casa no está bien
fija por sus cimientos, tarde o temprano caerá. En cambio, con buenos
cimientos será sólida y perdurará en el tiempo. Cuando tomamos decisiones
alineadas a nuestros valores, nos saldrán bien o mal, pero raramente nos
arrepentiremos.
Te dejo una lista de valores para que, cuando la persona que te ayude en el
ejercicio te haya nombrado esos valores que ve en ti y tú hayas añadido los
que consideras que tienes, puedas echarle un vistazo y añadirlos a los que
ya tienes.
LISTA DE VALORES:
Alegría Conexión Estabilidad Igualdad Progreso Amistad
Confianza Estética Amor
Independencia Realización Constancia Exactitud Integridad Respeto
Vitalidad
Apoyo Contribución Justicia Éxito Romance Aprendizaje
Cooperación Familia
Lealtad Sabiduría Armonía Creatividad Fidelidad Libertad
Seguridad Autenticidad
Crecimiento Flexibilidad Limpieza Sencillez Aventura Cuidado
Franqueza Madurez
Serenidad Cultivo Belleza Cumplimiento Fuerza Naturaleza
Servicio Bienestar
Desapego Generosidad Nobleza Sinceridad Bondad Desarrollo
Gentileza Paciencia
Solidaridad Claridad Disciplina Gratitud Participación Suavidad
Colaboración
Educación Honestidad Pasión Ternura Compañerismo Empatía
Humildad Paz
Tolerancia Comprensión Entrega Humor Paz interior Tranquilidad
Poder
Tradición Precisión Valentía Productividad Variedad Comprensión
Entusiasmo
Comunicación Equilibrio Comunidad Espiritualidad Integridad
Dales prioridad
¿Qué 10 valores son indispensables en tus entrenamientos y competiciones?
Escribe, por orden de prioridad del 1 al 10, los valores más importantes para
ti. Una vez hecha la lista y establecida la prioridad, que puedes cambiar
siempre que lo desees, debes puntuar del 1 al 10 (1 la puntuación más baja
y 10 la más alta) como está de presente este valor en tu vida.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10
Una vez tengas la lista completa de valores, debes hacerte las siguientes
preguntas con cada valor:
- ¿Qué significa cada uno de estos valores para mí?
- ¿Qué valores paso alguna vez por alto?
- ¿Cómo honro mis valores en el día a día de mi vida?
- ¿Cuáles son los valores que nunca dejaré de honrar?
- ¿Qué mejoraría si tuviera presente este valor en cada
entrenamiento? ¿Y en la competición? ¿Con mi familia? ¿Con
amigos? ¿En los estudios? ¿En mi día a día?
- ¿Cómo es para mí no estar honrando un valor que considero
importante?
- ¿Cuál es el precio que estoy pagando no honrando este valor?
- ¿Qué me está impidiendo honrarlo?
Ya has tomado conciencia y sabes cuáles son tus valores, lo que cada uno de
ellos significa para ti y la prioridad que para ti tiene cada uno. Así vivirás tu
vida, lucharás por lo que te motiva, sabrás lo que quieres y lo que no y si te
sientes perdido sabrás recuperar el rumbo. Como dice un viejo proverbio
escocés: “Sea feliz mientras esté vivo, porque luego vas a pasar mucho
tiempo muerto”.
Saboteador
“He fallado una y otra vez en mi vida, por eso he conseguido el éxito”.
Michael Jordan
¿Cómo estás?
¿Cuál es tu objetivo?
¿Qué quieres lograr?
¿Qué estás haciendo para conseguirlo?
¿Qué te falta?
¿Qué puedes mejorar?
¿Cuál es tu próximo paso?
¿A qué te comprometes a hacer desde ya?
El día a día te impedirá muchísimas veces frenarte y mirar hacia dentro de
ti. Por eso es bueno, igual que en el colegio hay evaluaciones trimestrales o
en tu deporte tests de evaluación en diferentes partes de la temporada, que
tú hagas tus propias evaluaciones personales. Te servirá para valorar si vas
por el camino que quieres, se está cumpliendo tu plan de acción para lograr
tus objetivos, reconocerte lo que estás haciendo bien y decidir cambiar
algún aspecto para seguir creciendo.
La conciencia es la mejor manera para darte cuenta de lo que haces y cómo
lo haces. Imagina que eres un observador de ti mismo que simplemente te
das cuenta de tus acciones y de tu forma de manejarte por la vida. No vale
juzgar ni fustigarte o ser tu peor juez. Simplemente date cuenta de lo que
estás haciendo, bien y mal, entiende tus fallos, qué hay detrás de ese
comportamiento o acción y decide si cambiar algo o no.
1. ¿Estoy haciendo lo que me había propuesto?
2. ¿Qué puedo hacer mejor?
3. ¿Qué más puedo hacer que no estoy haciendo ahora?
4. ¿Qué estoy haciendo y no me aporta nada? Al igual que unas
veces podemos hacer más, otras podemos dejar de hacer algunas
cosas que hacemos por pura rutina y no nos aportan nada. Ver la
tele puede ser un ejemplo.
Hay otras que pueden no gustarte, como entrenar con frío o calor o ir a
clase… Son parte de tu camino y básicas para lograr tus objetivos así que
lamento decirte que para estos temas las preguntas que debes contestarte
son las tres primeras.
En lo referente a lo deportivo: ¿Te has parado a pensar cuáles son tus
estadísticas? ¿Conoces tus porcentajes de acierto en tus pases,
lanzamientos, pérdidas o recuperaciones? Imagina dos jugadores de la
misma posición y que juegan los mismos minutos. Uno falla un pase de seis
por partido y el otro falla cinco de 30. ¿Quién tiene más efectividad? ¿Crees
que la efectividad se puede medir en ambos por igual? Mientras que el
primero deberá marcarse como objetivo buscar más la pelota y mostrarse en
el campo, el segundo deberá centrarse en la precisión viendo en qué
circunstancias falla para mejorar el porcentaje.
Valora cuáles son los aspectos técnico tácticos que puedes mejorar y los
aspectos de tu juego que puedes desarrollar. Quizás te ayude el desarrollar
diferentes ruedas: técnico-táctica, física y / o emocional. (Página 7)
Y, por supuesto, no te olvides de tu juego interior. El autocontrol, la
concentración, el no dejarte arrastrar por alguna emoción, el fluir en el
campo, cualquier miedo o limitación que te está impidiendo rendir al 100%.
Habrás oído o dicho más de una vez aquello de “yo soy así” o “es lo
normal”, pero sabes que en muchos casos no es así. Sólo tienes que fijarte
en los Nadal, Gasol, Contador, Xavi o Casillas y darte cuenta que o bien lo
llevan innato o lo trabajan más que nadie. El ejemplo más conocido es Rafa
Nadal. Su fuerza mental le ha llevado a ser un referente mundial de la
historia del tenis. Su talento es prodigioso pero lo que realmente marca la
diferencia sobre los demás es su constante entrenamiento emocional. Nadal
ha levantado encuentros importantes con dos bolas de partido en contra. Y
eso se consigue a base de entrenar todos los aspectos del juego, esfuerzo y
perseverancia.
Me fascina la historia de Víctor Valdés. No es el jugador más querido
porque detrás de esta gran persona hay una increíble coraza que le impide
mostrar quién realmente es. Valdés se quitó la coraza en uno de los informes
Robinson y regaló una gran dosis de conciencia al deporte. En él, sacó la
ansiedad y miedos que le acompañaron durante su etapa en la Masía, donde
estuvo desde los ocho hasta los 18 años y donde en dos ocasiones quiso
dejar el fútbol.
Un miedo a encajar goles, a ser batido y al fracaso que le llevaba a la
angustia cada fin de semana cuando debía afrontar un partido. “Desde
jovencito me he tenido que ir preparando para hacer algo que no era
cómodo ni positivo para mí. Ese sufrimiento a la hora del partido, de
competir. Por el miedo al fracaso, a no hacerlo bien…”, explicó Valdés al
suplemento EPS en marzo de 2011. Durante diez años, nunca dijo nada a
nadie. Vivió y creció con esta angustia hasta que en Informe Robinson contó
lo que llevaba dentro y muy pocos sabían. Así, pudo quitarse un gran peso
de encima.
Valdés supo reponerse cada fin de semana al gol encajado. A pesar de la
angustia, siguió hacia delante y trabajó como el que más en los
entrenamientos. Podía haber sucumbido en cada una de las dos ocasiones
que decidió dejarlo o cada fin de semana antes de un partido, pero persistió.
Detrás de cada campeón también hay dudas, miedos, inseguridades y
vulnerabilidades. La gran diferencia entre ellos y otros es que actúan a pesar
del miedo, a pesar del qué dirán, a pesar de las dudas o a pesar de sus
vulnerabilidades. Y en base a esfuerzo y perseverancia algunos acaban
venciendo esos miedos y otros simplemente son capaces de domarlo.
Feedback: el desayuno de los campeones
En la vida es importante saber recibir y saber dar. Hay personas que solo
están preparadas para dar y otras para recibir. Como en la vida, en el
feedback es tan importante saber recibir como saber dar.
Al igual que cuando lo recibes, te decía que tengas en cuenta que es una
opinión y no un hecho cierto y es importante que lo filtres, debes hacerlo
también cuando lo das. Empezar con “para mí…” o “me parece…” te
ayudará a dejarle claro desde un principio que es tu observación.
Aportar feedback a algún miembro del equipo o al equipo en su conjunto te
permitirá no solo reducir interferencias sino también colaborar en la
construcción y mejora de la relación. Hazlo siempre con respeto. No olvides
que el hecho de como lo dices es tan o más importante incluso que lo que
dices.
Es primordial que hables de la acción o situación y no de la persona. Por
ejemplo, “para mí, no estás dando lo mejor de ti en estos momentos”, en
lugar de “eres un vago”. Por supuesto, recuerda que sale de ti y va a la otra
persona, por lo que deja las formulaciones impersonales o generalizaciones
de lado. Ni “se dice que…” ni “todos piensan que…”.
El lenguaje debe ser claro, sencillo, específico y aportando hechos
concretos. Y como en los ejemplos para pedir feedback ves que es
importante que te expliquen hechos concretos o lo respalden con ejemplos,
es bueno que también refuerces tu feedback apoyándote en casos concretos
o puntuales. Ayudarás a la persona a entenderlo mejor.
Recuerda que salvo casos excepcionales donde estás teniendo reunión de
equipo o con tu cuerpo técnico, el feedback a una persona concreta es
preferible darlo en privado. Hazlo siempre tranquilo y relajado y nunca
arrastrado por emociones o bajo tensión o presión.
Dar el feedback en presente continuo permitirá que la otra persona vea que
lo que le estás diciendo tiene un periodo de tiempo concreto: “no estás
respetando los valores del club” es mejor que “no respetas los valores del
club”.
Y ya sabes que quien reciba tu feedback no tiene por qué estar de acuerdo.
Habrás empezado con “para mí…” y lo habrás dado con respeto, pero si es
necesario reincide en que es tu opinión o percepción y lo haces porque crees
que puede ayudarle. Ni le juzgues, ni pretendas defender tu postura con las
uñas afiladas o atacarle.
Reconoce
Hazte esta pregunta siempre. Una acción táctica, un aspecto técnico, cambio
de mentalidad o actitud, la relación con un compañero, tu entrenador,
familiares o amigos. Cada día puedes aprender y mejorar algo. Te invito a
que al final del día escribas aquello que has practicado, mejorado o
aprendido. Si por la mañana dedicas los dos minutos a las intenciones del
día, te sorprenderá constatar tu aprendizaje y crecimiento o reflexionar
sobre aquello que pretendías y no has hecho. Y si te sobra un minuto más
por la noche, dedica 60 segundos a dar las gracias por todo tu esfuerzo y
por aquello que haces y tienes. Te ayudará a apreciar cada aspecto de tu
vida, disfrutar de lo que tienes en lugar de pensar en aquello que te falta y
ser mucho más consciente de quién eres en el día a día, tanto como
deportista como persona.
Empieza ahora y échale un vistazo dentro de seis meses. Te sorprenderán
tus avances y progresos y tendrás hambre de más.
Lewis Hamilton, campeón del mundo más joven de la F1, explicaba en una
entrevista a Oriol Puigdemont, de EL PAÍS, que cuando tiene un accidente
analiza lo que ha hecho mal y solo corrige eso. Una manera interesante de
mejorar y no juzgarse constantemente por los fallos.
Hamilton lo explicaba en la entrevista al hilo del consejo que le dio a su
hermano Nicholas (quien sufre una parálisis cerebral) el día que debutó en
una carrera de turismos. El piloto inglés explicaba el consejo que le dio:
“Tuvo un accidente y, cuando te ocurre eso, la primera vez te entra una
inseguridad enorme en el momento que tienes que volver a pasar por ahí.
Intenté apoyarle para que recuperase el ánimo. Al día siguiente, en la
cronometrada, le dije: ”Toma la curva igual que la última vez, cambia solo
esto y lo otro, pero no hagas una trazada distinta ni vayas más despacio.
Tienes que enfrentarte a tus miedos y, al hacerlo, te harás más fuerte”. Y lo
hizo”.
Se responsable
“No preguntes qué pueden hacer tus compañeros por ti. Pregunta qué
puedes hacer tú por tus compañeros”. Magic Johnson
Cada vez que consigas algo por lo que has trabajado duro no dudes en
celebrarlo. La celebración puede ser de mil maneras y eso es cosa tuya.
Suele suceder que cuando tenemos lo que queremos, tanto lo material como
lo inmaterial pierde valor. Y no nos damos cuenta de que hemos trabajado
duro para conseguirlo. Hay gente que no lo hace por vergüenza o porque
piensa que es más una obligación. No le falta razón. A lo mejor es una
obligación hacerlo pero eso no quita mérito al esfuerzo.
Celebrar es una buena manera de frenar, conectar con uno mismo y coger
aire de cara a los próximos acontecimientos. Igual que físicamente hacen
falta los días de descanso para recuperar, regenerar y coger la mejor forma,
a nivel emocional te vendrá muy bien parar y recobrar fuerzas para seguir
haciendo camino.
Y si te pido que celebres tus logros, voy a ser más pesado con que celebres
tus fracasos. El miedo a fracasar es lo que más nos aleja de nuestros
objetivos porque la mayoría de veces nos lleva a no iniciar la acción
necesaria. Puede ir, entre otros factores, disfrazado de la pereza, el “no
tengo tiempo” o “no es el momento”.
Ya sabes que nos solemos centrar en las actividades en las que nos sentimos
más cómodos, tenemos más facilidad o nos vemos más capaces. Si has
interiorizado que el fracaso “es malo” o “vergonzoso” recuerda que es una
creencia que debes soltar.
Como ya has leído en el capítulo de creencias, es hora de cambiar fracaso
por aprendizaje. Porque de hecho es una de las vías más rápidas para
aprender y lograr lo que te propongas. ¿Recuerdas cuando empezaste a
andar o a ir en bicicleta? ¿Sabes cómo aprendiste, verdad? A base de caídas,
desequilibrios y movimientos raros hasta que finalmente lo hacías como si
nada. Lo interiorizaste y hoy no te acuerdas de aquellos momentos. Ni
siquiera piensas en ello cuando andas o corres y aunque haga mucho tiempo
que no montas en bicicleta, en cuanto te subas a ella pedalearás de forma
innata.
Fallar y aprender es la clave. Acción es aprendizaje y aprendizaje es
experiencia. Igual que no tienes que identificarte con el éxito porque es
efímero, fracasar no es ser un fracasado. A lo mejor sí que te sientes un
fracasado si no haces todo lo que está en tu mano.
Cuanta más experiencia tengo en un tema más cómodo me siento. No
siempre fue así. Fue a base de práctica cuando uno va adquiriendo
experiencia. Y para lograrla es innegable hacer y en muchos casos fallar.
Solo así lograrás un nivel infinitamente superior al que tenías cuando
empezaste.
¿Recuerdas tus inicios en el deporte? Hay movimientos y técnicas que has
aprendido casi sin querer. ¿Recuerdas si te ofuscaste en algo concreto?
Seguro que esa parte te costó mucho más y encima pensabas que era
imposible. Pero como era obligatorio hacerlo, aunque te costara más lo
lograste y ahora lo dominas. ¿Imaginas cómo hubiera sido tu aprendizaje si
en lugar de ofuscarte lo hubieras celebrado? Quizás te hubiera costado lo
mismo pero no le tendrías tanta tirria. O quizás nunca lo llegaste a aprender
porque no te esforzaste lo suficiente y te diste cuenta que podías vivir sin
ello.
Celebra cada vez que falles o no te salgan las cosas como esperabas. Te
ayudará a mantenerte en marcha y focalizado en el objetivo en lugar de tirar
la toalla a las primeras de cambio.
Mira desde arriba a través de la metavisión
Espero que este libro te haya servido para reflexionar y darte cuenta que
sacar tu mejor versión depende exclusivamente de ti. Espero que contribuya
en mi misión de ayudarte a sacar tu máximo rendimiento y a que nunca te
arrepientas de lo que pudiste hacer y por cualquier circunstancia dejaste
pasar.
El deporte es un mundo apasionante y estás en él porque así lo decidiste.
Asumir tu responsabilidad marcará una gran diferencia. Al principio no será
fácil pero a medida que pienses en grande, pases a la acción, mejores y
crezcas interiormente le cogerás el gusto y serás capaz de pedalear, correr o
transitar por cada uno de los pequeños momentos que tu camino te depare.
La excelencia se logra con pequeños hábitos diarios y espero que tú hayas
empezado a ello. Me encantará saber de ti y de tu experiencia.
Escríbeme a carles@carlesherrero.
@carlescoach
Todo fue perfecto. Sólo faltaba rematar la faena y dejarla a falta de la
estocada, ésa que sólo el maestro sabe cómo ejecutarla y en la que el resto
duda de la probabilidad.
No había mucho que pensar: ya estaba toda la carne en la parrilla y a mí me
gusta más bien cruda. Sabía que mi momento estaba allí y que debía
intentarlo desde abajo. Estaba muy cansado, pero mi cabeza decía en voz
alta: “Este es el momento, este es el momento, ya, ya, ya”. No lo pensé más
y ataqué desde el inicio. El primer ataque fue duro y todos vieron mis
intenciones. Por un momento pensé que me había vuelto a equivocar, pero
tras un ligero descanso y varias respiraciones, mi cabeza me seguía
invitando a atacar: “Ya, ya, ya, ya, ya…”. Parecía que no había conexión
entre el dolor y mi cabeza, y lo volví a intentar quedándome sólo delante.
Los primeros kilómetros pasaban despacio y parecía que no avanzaba, pero
vaya que sí lo hacía. Sin darme cuenta iban pasando los kilómetros y
aumentando el tiempo. El dolor formaba parte de mí y me ayudaba a seguir
hacia delante. Cada kilómetro que pasaba eran 15 ó 20 segundos más y ese
sufrimiento se convertía en motivación para pisar más fuerte y no dejar ni
un solo gramo de fuerzas dentro de mí. Era mi momento y lo estaba
aprovechando. Era una sensación única en un entorno privilegiado. Estaba
haciendo realidad mi sueño de niño: ganar en Alpe d´Huez. Y encima iba a
conseguir uno de los maillots amarillos del Tour. Era más de lo que nunca
había soñado. Rabia, dolor, alegría… fueron algunas de las emociones que
podría utilizar para describir el momento en el que llegué a la línea de meta.
De regalo, la foto en el podio con Michael Douglas y Parker, dos grandes
del cine y de la NBA. En París, en el podio final estuve con mis hijos, las
dos personas que junto a mi mujer y mis padres me han enseñado el sentido
y la importancia de la vida.
Iván Fernández
Atleta
Bibliografía:
Catalao, JA., Penim, AT.: Herramientas de coaching. LIDEL
Covey, S: Los siete hábitos de las personas altamente efectivas. Espasa,
Madrid
Covey, S: El 8º hábito, de la efectividad a la grandeza. Paidos
Cubeiro, J.C.: Por qué necesitas un coach. Alienta Editorial
Cubeiro, JC., Kaufmann, A.E.: Coaching y diversidad. LID Editorial
Espar, X: Jugar con el corazón. Plataforma
Fernández, S.: Vivir sin miedos. Plataforma Editorial.
Frankl, V.: El hombre en busca de sentido, Herder.
Gallwey, T.: El juego interior del tenis. Editorial Sirio
Gladwell, M.: Fueras de serie. Taurus.
Goleman, D: Inteligencia emocional. Kairós
Harv Eker, T.: Los secretos de la mente millonaria
Mahé, B: Retail Coaching. Profit
Neenan, M., Dryden, w.: Coaching para vivir. Paidos Plural
Pallarés Querol, M.: Coaching mental y fútbol. Inde Publicaciones
Robbins, A.: Poder sin límites. Clave
Ruíz, M: Los cuatro acuerdos. Urano
Sharma, R.: El líder que no tenía cargo
Tolle, E.: El poder del ahora. Gaia Ediciones
Tolle, E.: Practicando el poder del ahora. Gaia Ediciones.
Whitworth,L., Kimsey-House, K., Kimsey-House, H., Sandahl, P.:
Coaching coactivo. LID Editorial
Zeus, P., Skiffington, S.: Coaching práctico en el trabajo. Mc Graw Hill
PERIÓDICOS:
Rodrigálvarez, Eduardo, EL PAÍS, 27-noviembre-2011, p.58.
Martín, Luis, EL PAÍS, 17-mayo-2009, p.63.
Besa, Ramón, EL PAÍS, 17-mayo-2009, p. 60 y 61.
Larrea, Unai, EL PAÍS, 13-noviembre-2008, p.52
Mateo, J.J., EL PAÍS, 24-noviembre-2008, p.56
Viza, Olga, MARCA, 30-noviembre-2008, p.24 y 25.
Martín, Luis, EL PAÍS, 23-junio-2012, p.60 y 61.
Mucha, Martín, EL MUNDO-CRÓNICA, 18-septiembre-2011, p. 1, 2 y 3.
Tronchoni, Nadia, EL PAÍS, 16-enero-2011, p.53.
Martín, Luis, EL PAÍS, 6-enero-2013, p. 50 y 51.
EL PAÍS, 3-julio-2012, p.5.
, “Jorge Lorenzo, ¿Ángel o demonio?”, 12-junio-2011, MAGAZINE EL
MUNDO, p. 24 y 25.
Dallo, Eva, “Lo que cuesta fabricar un ganador”, 6-marzo-2011,
MAGAZINE EL MUNDO, p. 34-38.
Gómez, Luís, “Factor humano al servicio de un estilo”, EL PAÍS-
DOMINGO, 26-diciembre-2012, p. 2-4.
Puigdemont, Oriol, EL PAÍS, 30-mayo-2011, p.61
Abril, Guillermo, “Imbatible Valdés”, EPS, 13-marzo-2011, p.22-29.
Coaching Deportivo
Haz de la excelencia tu hábito
Carles Herrero Bahamontes
This le was downloaded from Z-Library project
Z-Access
https://wikipedia.org/wiki/Z-Library
ffi
fi