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FICHA PRÁCTICA #6 Que Es La Actitud Filosófica Conceptos
FICHA PRÁCTICA #6 Que Es La Actitud Filosófica Conceptos
Existe mi filosofar que, es original, existe esta persona que filosofa y que hará una
filosofía.
Históricamente la filosofía si comenzó con Tales, pero en sentido personal la filosofía
comienza en cada filósofo el filosofar es tarea inalienable de cada persona, tiene su
origen en cada filósofo nace desde mí dice: Weltanschauung.
Toda filosofía autentica es original. El verdadero filósofo no adopta una filosofía, no se
adhiera a un sistema, sino que se asombra de los entes en el ser. Esto no quiere decir
por supuesto, que sea inútil tener en cuenta lo que han escrito los filósofos, solamente
son una ayuda.
Filosofar nunca ha sido fácil. Todo lo contrario filosofar es causa grave. Ya Platón
decía que hay que volverse con toda el alma, a partir de lo que deviene, hacia la
contemplación de lo que es, hasta lo que se pueda fijar de mirada en lo que hay de
más luminoso en el ser. Significa que filosofar requiere de una preparación, una
ascesis de los entes al ser, una actitud moral.
Esta actitud moral para el auténtico filosofar ya fue puesta de relieve en la antigüedad
por Platón. En nuestro siglo adquirió capital importancia en pensadores de orientación
personalista entre ellos destaca M. Scheler. Para Scheler el objeto de la filosofía
solamente se da y adecuadamente por cierto cuando se le ve desde una determinada
disposición moral. Señala tres actos, el amor, la humillación y el autodominio como
actos morales básicos que hacen posible el conocimiento filosófico.
Nos lleva, por lo tanto, al ente y por encima de los objetos que existen
relativamente respecto de nuestro ser.
(La humildad nos conduce del existir contingente de algo... hacia la esencia)
El autodominio nos conduce de lo inadecuado... desde la magnitud cero, hacia la
plena educación del conocimiento intuitivo.
Estos actos morales básicos eliminan los tres obstáculos que se oponen al recto
filosofar.
M. Buber critica la opinión de Scheler porque se basa en el dualismo y en la oposición
entre espíritu y vida.
Sin embargo, la intención profunda de Scheler es correcta. Puede haber un desorden
existencial en lo moral que el filósofo debe corregir, mediante una actitud moral.
Entonces el ascetismo no consiste eliminar los impulsos sino en orientarlos siempre al
ser. Vivir según el espíritu eso es la filosofía implica lograr la integración de cuerpo y
espíritu.
Filosofar no es negar la pujanza de la vida, sino poner la vida al servicio del espíritu.
En todo caso no filosofa el entendimiento sino el hombre entero desde el espíritu. Por
eso la filosofía es ascesis... no se dirige contra la naturaleza... sino contra sus
miserias, a fin de que el filósofo sea ese hombre que Platón describe magníficamente
en el Teetero liberado de las pasiones y de los engaños sensibles.
El filósofo es el que liberándose de las cadenas vuelve la mirada a la luz el ser es la
luz y se asombra de que haya sombras y comienza a saber que las sombras son
sombras de algo, que los entes son ontofanias. El filósofo es el que al romper las
cadenas entra en desequilibrio y se afana por abandonar la caverna. Para ellos es un
desequilibrio y no saben que el filósofo se aparta de los humanos afanes y se ocupa
de lo divino. El filósofo es tenido por el vulgo como un perturbado, pero el vulgo no
sabe que esta poseído por la divinidad. Así pensaba Platón.
Nada raro, entonces, que quien ha encontrado el ser formule esta decisión
indeclinable, como Sócrates: “pasar mis días en el estudio de la filosofía
estudiándome a mí mismo y estudiando a los demás”. Porque sabe que filosofar es
faena vital.
Porque sabe, en todo caso, que filosofar es someter lo finito al paso al límite infinito
en virtud de una potencia transfinita que descubre y pone de manifiesto (verdad,
aletheia), precisa y únicamente por virtud de esta transfinitud.
1. LA ACTITUD HUMANA
El hombre reacciona ante las cosas de modo diverso. Las quiere y las cuida; las odia
y las destruye; las usa o las consume; o, simplemente, las contempla o goza con
ellas; es decir, asume distintas actitudes cuando se dirige a ellas. La actitud humana
apunta en muchas direcciones, desde la pragmática hasta la filosófica, las más
alejadas la una de la otra.
a) La actitud pragmática
Es la actitud práctica, la más común y de todos los días. Considera las cosas como
objetos de uso y de consumo; las cosas las distingue por su utilidad. Todas son para
algo, para la alimentación, vestido, vivienda, etc. Es la actitud visible en la señora que
va al mercado por ejemplo o el trabajador en la fábrica; pero, también en el filósofo o
el científico, cuando se viste y cuando se alimenta.
b) La actitud estética
Es la actitud que goza con la presencia de las cosas. Es la actitud ante un bello rostro,
un bello cuerpo, una hermosa flor, una hermosa canción, un hermoso cuadro, una
bella página bien escrita, una catedral, un acantilado, un espectáculo o simplemente
un insecto. Para esta actitud, las cosas no son útiles; no son objetos de conocimiento,
son objetos para gozar de su presencia.
c) La actitud religiosa
Es la actitud que ve las cosas como la obra de un ser supremo. Todas las cosas son
obra de Dios; en todas está la presencia divina; no hay una sola cosa que no
obedezca a su poder y a su bondad. La expresión de esta actitud es la devoción.
d) La actitud moral
Es la actitud frente a las acciones humanas, a la conducta humana. Para esta actitud
los actos humanos son buenos o malos. Sus manifestaciones son la aprobación y el
aplauso o el reproche y la censura. La abnegación y la benevolencia son aplaudidas;
la hipocresía y la deslealtad son censuradas.
Esta actitud tiene corno su fuente de origen la actitud filosófica espontánea y resulta
de su cultivo y el aprendizaje académico. A lo largo de la historia, ha perfilado sus
características propias.
La filosofía ha sido siempre una actitud muy original, que ha estrenado métodos y ha
estrenado conceptos y términos, que ha pretendido ver la espalda de las cosas. Por
abordar a las cosas mismas, en su absoluta independencia, ha realizado sucesivos
intentos por comenzar todo de nuevo, desde sus raíces, apartando autoridades y
prejuicios. Ha pretendido hacer a un lado tradicionales creencias solo con el poder de
la razón. Son señeros a este respecto, los ensayos de Descartes y Heidegger. Cada
uno a su turno ha pretendido poner a un lado todo el saber anterior. Descartes, con su
duda metódica, dejó sin piso todo lo aprendido y puso y orientó el pensar en una
nueva dilección. Heidegger se propuso "destruir" dos mil años de metafísica e
instaurar una nueva. A la larga, estos intentos han sido muy fecundos. Aunque no han
logrado cumplir con toda su empresa; sin embargo, han podido poner al descubierto
aspectos inéditos de la realidad, de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento.
La actitud filosófica académica, por eso, está marcada por la búsqueda del
fundamento, por la búsqueda de la claridad, por querer llegar a las cosas mismas. El
estilo de vida del filósofo es la búsqueda de fundamentos, la búsqueda de claridad, el
sometimiento a las cosas. Esa es la actitud que subyace a toda filosofía, al margen de
los resultados diversos, heterogéneos y hasta contradictorios. Esta actitud se traduce
en un estilo de trato con las cosas, en un estilo de conocer o saber, hasta en un estilo
de vivir.
Los problemas personales de cada quien son múltiples. Podrían ser sentimentales,
sociales, económicos. Por ejemplo, un amor apasionado o un amor no correspondido;
la amistad de un amigo o de una amiga, o de un pariente, o de un vecino; la falta de
medios para sostenerse o el exceso de dinero que lo predispone al derroche.
¿Cómo nos sirve la actitud filosófica para enfrentado? Lo primero que nos debe
enseñar la actitud filosófica es a distinguir las diversas actitudes. Esto significa
capacidad de discriminación y análisis. Antes que nada, entonces, la identificación
clara e inteligente del problema. Y esto significa un exhaustivo análisis de los
elementos del problema, hasta encontrar o tratar de encontrar sus raíces.
Por ejemplo, sea el problema del alejamiento de un amigo. Identificar que esto
significa que una amistad se está acabando, que la amistad de un amigo termina.
Tendrá que analizarse a fondo el por qué. ¿Cómo comenzó el distanciamiento? ¿Fue
un suceso casual, un malentendido, una acusación injusta, un acto desconocido, una
deslealtad? La actitud filosófica debe entrenarlo a encontrar, luego de un sereno,
exhaustivo análisis, la causa o las causas fundamentales de tal alejamiento. Aquí se
aplicará un principio filosófico que nada es sin fundamento, nada hay sin un por qué.
Esto podría hacer pensar que la filosofía es un estudio de casos, que es una
casuística. No. Más bien, quiere decir, que la filosofía como que es universal, como
que no se circunscribe a un tema o a un asunto sino a todos, puede o tiene la
competencia para enfrentar críticamente los diversos problemas de la vida. Y aquí
tomamos crítica en su sentido más genuino de distinguir lo más decisivo de lo
decisivo de un asunto.
ACTIVIDADES: