1. Aplicación de principios y prueba del código y procedimiento civil
2. Forma de expresar la voluntad 3. Presunción de solidaridad 4. Computo de plazos. 5. Obligaciones sin termino, moneda extranjera, y en dinero 6. Imputación de los pagos en obligaciones múltiples 7. Intereses corrientes y moratorios, su capitalización y la cláusula penal 8. Contratos celebrados por correspondencia y otros medios de comunicación 9. La resolución del contrato 10. Actos ineficaces: la nulidad y la anulabilidad 11. La inoponibilidad 1. APLICACIÓN DE PRINCIPIOS Y PRUEBA DEL CÓDIGO Y PROCEDIMIENTO CIVIL (Art. 786.-) Se aplican supletoriamente a los negocios comerciales, los principios y normas de los contratos y obligaciones, así como la prueba, regulados, respectivamente, por el Código Civil y Código de Procedimiento Civil. Las obligaciones comerciales, lo mismo que las civiles, son legales y contractuales. Las primeras son las impuestas por la ley, en consideración a la función social importante que cumple el comercio, las segundas, son las que crean la voluntad de las personas dedicadas al comercio, en cuanto el natural ejercicio de esa actividad requiere la continua formación de relaciones jurídicas que se manifiestan en el contrato. 2. FORMA DE EXPRESAR LA VOLUNTAD (Art. 787.-) En materia comercial, la voluntad de contratar y de obligarse se puede expresar verbalmente y por escrito, salvo que la ley exija determinada solemnidad como requisito esencial para la validez del contrato, en cuyo caso éste no se perfecciona sino cuando se llene tal solemnidad. El negocio jurídico implica una declaración de voluntad capaz de producir efectos jurídicos. Aunque algunas veces sea necesario otro elemento que acompañe a esa declaración para formar el negocio jurídico, como, la forma escrita del protesto cambiario (art. 569), como el certificado de depósito bancario para el pago por consignación de letras cambiarias mediante autoridad judicial (art. 568), o, en general, como los requisitos de forma ad probationem o ad solemnitatem que se exige para los contratos, etc. Aun así, el elemento genético e imprescindible de todo negocio jurídico es la declaración de voluntad. 3. PRESUNCIÓN DE SOLIDARIDAD (Art. 788.-) Cuando fueran varios los deudores se presumen que éstos se han obligado solidariamente, salvo estipulación en contrario. Cuando el cumplimiento total de la obligación incumbe indistintamente a cualquiera de dos o más personas, se dice que la obligación es solidaria, en oposición a la que supone el compromiso de satisfacer parte a una y parte a otra de esas personas, caso en el cual se dice que la obligación es mancomunada. El principio general en el derecho común es el de que la solidaridad no se presume y solo existe cuando expresamente la impone una disposición legal o la declaración, también expresa, de la voluntad de las partes, en los negocios jurídicos por cuya virtud asumen la obligación de alguna prestación (art. 435, c.c.). 4. COMPUTO DE PLAZOS. (Art. 791.-) 1) El plazo en horas, se computará a partir del primer segundo de la hora siguiente al de la celebración del acto jurídico y se extenderá hasta el último segundo de la última hora; 2) El plazo en días, se computará a partir del día siguiente al de celebración del negocio jurídico, y 3) En el plazo en meses o en años, su vencimiento tendrá lugar el mismo día del correspondiente mes o año. Si éste no tuviera tal fecha, el vencimiento será el último día del respectivo mes o año. El plazo que venza en día feriado se prorrogará hasta el siguiente hábil, salvo que se desprenda otra cosa de la intención de las partes. 5. OBLIGACIONES SIN TERMINO, MONEDA EXTRANJERA, Y EN DINERO OBLIGACIONES SIN TERMINO. (Art. 794.-) Son inmediatamente exigibles las obligaciones para cuyo cumplimiento no se haya fijado un término de vencimiento en el contrato, previa la presentación del documento al obligado, salvo disposición expresa de la ley. Término es el momento del tiempo en que un negocio jurídico adquiere o pierde eficacia, noción por cuya virtud, según la clase de negocio jurídico se habla de término inicial y de término final. El art. se refiere al término de vencimiento o de cumplimiento de la obligación, es decir, al momento en el cual el acreedor tiene el derecho de exigir la prestación que ella representa y el obligado tiene el deber de satisfacer o cumplirla. En este caso no se trata de la eficacia del negocio jurídico, sino del momento del cumplimiento de la prestación, o sea, el momento ejecutivo. Pero, por lo regular, la expresión término de vencimiento manifiesta la superveniencia del término final. OBLIGACIONES EN MONEDA EXTRANJERA. (Art. 795.-) Las obligaciones contraídas en moneda extranjera se cubrirán en la moneda estipulada cuando fuera legalmente posible. En caso contrario, se cubrirán en moneda nacional boliviana conforme a las regulaciones monetarias y cambiarias vigentes en el momento de hacerse el pago. Ninguna regla particular requiere la prestación que deba cumplirse en moneda nacional, que tenga curso legal en el momento del pago que se efectúa según el principio nominalístico, o sea, el valor nominal u oficial de la moneda. El art. se refiere a las obligaciones que se expresan en moneda extranjera, sea metálica o de papel, y que, consiguientemente, no tiene curso legal en la República, pero que supone una prestación que ha de cumplirse dentro del territorio del Estado, porque los pagos que han de efectuarse fuera de él, es decir, en el extranjero, están sometidos a regulaciones especiales derivadas de la política cambiaria del Estado y de los acuerdos internacionales que rigen la materia. OBLIGACIONES EN DINERO. (Art. 796.-) Las obligaciones de pagar una determinada suma de dinero deben cumplirse en el lugar del domicilio del acreedor a tiempo de su vencimiento, salvo pacto contrario. La regla general, en la materia, dada por el art. 310 del c.c., es que el lugar del cumplimiento de la obligación, se deduce de la determinación del contrato (voluntad de las partes), de los usos o de la naturaleza de la prestación u otras circunstancias. Tratándose de obligaciones pecuniarias, según el mismo precepto del derecho común (art. 310, II, c.c.) el lugar del cumplimiento es, de ordinario, el del domicilio del acreedor, si no se ha pactado diversamente. 6. IMPUTACIÓN DE LOS PAGOS EN OBLIGACIONES MÚLTIPLES (Art. 797.-) Salvo estipulación distinta, en las obligaciones de pagar sumas de dinero, el deudor, si tiene diferentes deudas exigibles sin garantía, podrá imputar el pago a la que elija; pero si una de las deudas exigibles tuviere garantía real o personal no podrá hacerlo a esta sin el consentimiento previo del acreedor. El acreedor de varios créditos exigibles y garantizados específicamente, podrá imputar el pago al que le ofrezca menos seguridades. La imputación del pago, se rige por normas que determinan el modo en que cada cumplimiento parcial debe aplicarse o a que obligación debe referirse el mismo, cuando hay pluralidad de obligaciones entre dos personas en el mismo carácter, esto es, cuando un mismo deudor está obligado frente al mismo acreedor, varias veces por virtud de diversas relaciones obligatorias. Es decisiva desde luego la voluntad de las partes, expresada en el contrato, cuyo acuerdo puede dejar librada la facultad de hacer la imputación al deudor o al acreedor. Ese acuerdo puede manifestarse inclusive a tiempo de efectuarse el pago singular, si una de las partes consiente que la otra haga la imputación, sin observarla. 7. INTERESES CORRIENTES Y MORATORIOS, SU CAPITALIZACIÓN Y LA CLÁUSULA PENAL INTERESES CORRIENTES Y MORATORIOS. (Art. 798.-) En un negocio comercial en el cual se tenga por contraprestación el pago de un rédito por el capital prestado y en cuyo contrato se haya omitido especificar el interés, éste será el bancario corriente, según la naturaleza de la operación, y a partir de su vencimiento correrá también el interés moratorio bancario. El interés bancario corriente y moratorio se prueba mediante certificación del órgano administrativo de fiscalización competente. El art. establece que cuando las partes de un negocio comercial omiten establecer convencionalmente intereses, estos serán fijados según el tipo bancario vigente, tanto para los llamados corrientes como para los moratorios. Téngase muy en cuenta, que producida la mora que hace correr los intereses moratorios, estos no substituyen a los corrientes: corren ambos, a cuyo pago queda sujeto el obligado y moroso. CAPITALIZACION DE INTERESES. (Art. 800.-) No se puede capitalizar intereses devengados y aún no pagados, salvo que ello se haya convenido con posterioridad a la celebración del contrato o cuando el acreedor demande judicialmente su pago. Empero en cualquiera de estos casos deben concurrir las siguientes circunstancias: 1) Que los intereses se adeuden por más de un año; y 2) Que la mora en el pago del capital e intereses no sea imputable al acreedor. Es nulo el pacto en contra de lo dispuesto en este artículo. Las operaciones de los bancos y entidades de crédito, se sujetan además a lo dispuesto en el Título "Contratos y Operaciones Bancarias". El anatocismo se da cuando intereses devengados y no pagados se capitalizan para producir nuevos intereses. Se le conoce también, actualmente, con el nombre de interés compuesto. Esta cuestión ha producido grandes controversias entre los tratadistas, la mayoría de los cuales bajo la influencia del concepto que considera ilícito el simple interés, particularmente en la doctrina canónica, rechaza con mayor razón, como execrable, el interés de intereses, al que también se le ha llamado, por eso, doble usura. Los contradictores de esa teoría, sostienen la licitud del anatocismo reconociendo que el prestamista tiene derecho a cobrar, al vencimiento del plazo, los intereses del capital que ha prestado y una vez cobrados los puede prestar nuevamente como capital a un tercero y obtener del nuevo préstamo el interés correspondiente, no existiendo inconveniente ninguno en que tal nuevo préstamo se haga al mismo deudor de quien ha cobrado los intereses vencidos. CLAUSULA PENAL. (Art. 801.-) En los contratos estipulados con cláusula penal, o sea compromiso de pago de una suma de dinero fija o porcentual, para el caso de incumplimiento, se entiende que las partes no pueden retractarse de la obligación contraída, y la pena en ningún caso puede ser superior al monto de la prestación principal, sea esta determinada o determinable. La cláusula penal es una convención accesoria, que obliga al deudor a efectuar una prestación, a título de pena para el caso de incumplimiento injustificado de la obligación principal, con el objeto de resarcir al acreedor de los daños que le causa tal incumplimiento y de limitar, al mismo tiempo, su medida. En síntesis, obligarse a hacer algo y añadir una estipulación penal en confirmación de la primera obligación. 8. CONTRATOS CELEBRADOS POR CORRESPONDENCIA Y OTROS MEDIOS DE COMUNICACIÓN (Art. 815.) Los contratos celebrados por correspondencia quedarán perfeccionados desde el momento en el cual el proponente reciba respuesta de aceptación de su ofrecimiento. Sin embargo, si en la respuesta se proponen condiciones modificatorias de la propuesta original, el contrato, con estas modificaciones, se perfeccionará cuando se reciba la respuesta del proponente aceptándolas. 9. LA RESOLUCIÓN DEL CONTRATO (Art. 802.-) En los contratos de ejecución continuada periódica o diferida, puede el obligado demandar la resolución del mismo si la prestación a su cargo resulta excesivamente onerosa al sobrevenir factores extraordinarios e imprevisibles debidamente comprobados. No se admitirá demanda alguna si la onerosidad sobreviniente es emergente del riesgo normal del objeto del contrato; tampoco en los de ejecución instantánea. El acreedor puede oponerse a la resolución si ofrece una modificación equitativa de las cláusulas que dieron lugar a tal demanda. La resolución del contrato declarada judicialmente no tendrá efecto retroactivo. Requiere que sea demandada ante el Juez, quien puede deferirla si está debidamente comprobada, o negarla si la onerosidad está comprendida en el riesgo normal del contrato. La resolución puede ser evitada por el demandado, si ofrece las consiguientes modificaciones equitativas, sea conformándose con una disminución de la prestación pactada del demandante o aumentando la propia, según casos y circunstancias. Los efectos de la resolución son los indicados en la última fase del art., esto es, están limitados a las prestaciones del contrato de ejecución continuada o periódica no realizadas todavía. En los contratos a cargo de una sola de las partes, la que resulta perjudicada por la excesiva onerosidad, puede pedir judicialmente, también, la reducción de su prestación u otra modificación en las modalidades de ejecución, que sea suficiente a restablecer la equidad 10. ACTOS INEFICACES: LA NULIDAD Y LA ANULABILIDAD (Art. 821 - 822.-) Cuando en este Código se exprese que un acto no produce efectos, se entiende que el mismo es ineficaz de pleno derecho, sin necesidad de declaración judicial. En los casos de nulidad y anulabilidad no previstos expresamente en este Código se aplicarán las disposiciones pertinentes del Código Civil. CASOS DE NULIDAD DEL CONTRATO. (Art. 549 CC) 1) Por faltar en el contrato, el objeto o la forma prevista por la ley como requisito de validez. 2) Por faltar en el objeto del contrato los requisitos señalados por la ley. 3) Por ilicitud de la causa y por ilicitud del motivo que impulsó a las partes o celebrar el contrato. 4) Por error esencial sobre la naturaleza o sobre el objeto del contrato. 5) En los demás casos determinados por la ley. CASOS DE ANULABILIDAD DEL CONTRATO. (Art. 554 CC) 1) Por falta de consentimiento para su formación. 2) Por incapacidad de una de las partes contratantes. En este caso la persona capaz no podrá reclamar la incapacidad del prohibido con quien ha contratado. 3) Porque una de las partes, aún sin haber sido declarada interdicto, era incapaz de querer o entender en el momento de celebrarse el contrato, siempre que resulte mala fe en la otra parte, apreciada por el perjuicio que se ocasione a la primera, según la naturaleza del acto o por otra circunstancia. 4) Por violencia, dolo o error sustancial sobre la materia o sobre las cualidades de la cosa. 5) Por error sustancial sobre la identidad o las cualidades de la persona cuando ellas hayan sido la razón o motivo principal para la celebración del contrato. 6) En los demás casos determinados por la ley. 11. LA INOPONIBILIDAD (Art. 823.-) El negocio jurídico celebrado sin cumplir con los requisitos de inscripción y publicidad que la ley exige, será inoponible a terceros. El negocio o acto jurídico es eficaz, cuando además de ser valido, es idóneo para producir, sin más, sus efectos normales. Por regla general, los efectos normales tienen lugar para las partes o entre las partes y no aprovechan ni perjudican a terceros. Un acto jurídico ineficaz es aquel que no cumple con todos los requisitos legales para su validez y no produce los efectos jurídicos esperados.
Problemática actual de los productos financieros complejos: Especial referencia a la nulidad por incumplimiento contractual del empresario. A la luz de la jurisprudencia del TS y el TJUE