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Sensibilidad

La sensibilidad sensorial se refiere a cómo el cuerpo humano detecta los estímulos externos
e internos a través de una red compleja de nervios y células sensoriales que transmiten
información al cerebro para su interpretación y respuesta.
La ramificación periférica de la neurona sensitiva termina en los distintos receptores
cutáneos para captar las condiciones exteriores, en los músculos y articulaciones para
reconocer la posición de nuestro cuerpo y sus segmentos, o en las vísceras para regular su
funcionamiento de acuerdo con las circunstancias de cada momento.

Receptores sensoriales
Terminaciones libres
Son terminaciones de fibras delgadas (fibras C) que se ramifican y se distribuyen en
distintos tejidos. Encontramos este tipo de ramificaciones en las vísceras, en las meninges,
en los vasos, en las membranas serosas y en la córnea. Son igualmente numerosas en los
folículos pilosos. Probablemente las terminaciones libres de la piel y la córnea son el origen
de estímulos dolorosos y en el folículo piloso y también en la piel, de sensaciones táctiles
de poca discriminación.
Terminaciones encapsuladas
Son terminaciones nerviosas rodeadas por una cubierta de células especializadas.
Corpúsculo de Pacini (o Valter-Pacini)
Son las terminaciones encapsuladas de mayor tamaño. La fibra nerviosa termina en el
centro del corpúsculo rodeada por una vaina granular. Los corpúsculos de Pacini son
abundantes en la capa profunda de la epidermis, en los músculos, alrededor de los tendones,
en las articulaciones y en el mesenterio. Son receptores de la presión y de la sensibilidad
vibratoria.
Corpúsculos de Golgi-Mazzoni
Son, como los corpúsculos de Pacini, terminaciones laminadas con un centro granular en el
cual se ramifica la terminación nerviosa. Se encuentran en el tejido subcutáneo y alrededor
de los tendones.
Corpúsculos de Meissner
Están situados en la porción más superficial de las papilas dérmicas, en contacto intimo con
la epidermis. Son más numerosos en los sitios de mayor sensibilidad discriminativa, como
los pulpejos de los dedos o los labios. Su forma es ovoide y las células que los forman se
disponen transversalmente a su eje.
Los bulbos de Krause
Son esféricos u ovoides; tienen una capsula dentro de la cual las terminaciones se ramifican
en forma de ovillo; se distribuyen ampliamente en la piel, la conjuntiva, los labios, la boca
y las membranas serosas, y se considera que son receptores del frío. Una variedad de
bulbos presente en el glande y el clítoris recibe el nombre de corpúsculos genitales.
Corpúsculos de Ruffini
Están formados por grandes cápsulas alargadas dentro de las cuales se ramifican
ampliamente varias fibras de calibre delgado. Se considera que los corpúsculos de Ruffini
son terminaciones específicas para la temperatura (discriminación del calor).
Terminaciones sensitivas del músculo y los tendones
Órganos musculo tendinosos de Golgi
Están formados por una rica arborización terminal de fibras nerviosas con vaina gruesa
(fibras Ib) entre los haces del tendón, en las vecindades de la unión músculo tendinosa. Las
ramificaciones, rodeadas por una cubierta de células de Schwann quedan comprimidas por
los haces colágenos del tendón que, al tensarse por la tracción muscular, originan su
estímulo.
Husos neuromusculares (De Khüne)
Están situados en medio de las masas musculares y perciben la elongación de sus fibras.
Constan de:
En la cápsula ahusada de tejido conectivo se distinguen dos capas separadas por un espacio
linfático, una externa más gruesa, que se continúa con el conectivo del músculo, y una
interna o axial, que rodea las fibras musculares.
En fibras intrafusales se distinguen dos tipos que difieren tanto en su forma como en su
inervación (sensitiva y motora). Forma: Una variedad, las fibras de saco nuclear, tienen
una porción central dilatada llena de núcleos, mientras que sus extremos muestran la
estriación característica del músculo esquelético; estas fibras, son por lo general las más
largas del huso y sobrepasan los extremos de la cápsula. Las fibras del segundo tipo son de
menor tamaño y calibre y no tienen saco nuclear, pero en su lugar muestran una hilera de
núcleos, por lo que reciben el nombre de fibras de cadena nuclear, sus extremos también
son estriados.
Inervación sensitiva: Así, las fibras de saco nuclear reciben como rama aferente una fibra
nerviosa (Fibras la) que termina envolviéndola en varias vueltas de espiral en la zona del
saco nuclear; esta terminación se conoce coma fibra anuloespiral o terminación
primaria. Las fibras de cadena nuclear reciben fibras más delgadas (fibras II) , que
también las circundan en varios giros y se denominan terminaciones secundarias o
terminaciones en ramillete.
Inervación motora. Las fibras de saco nuclear reciben por lo general fibras conocidas como
fibras gamma 1, que terminan como placas motoras en sus extremos estriados. Las ramas
motoras para las fibras de cadena nuclear son más delgadas (fibras gamma 2), y terminan
como redes finas o como fibras varicosas en cualquier región de la fibra muscular.
Clasificación de la sensibilidad
Todo conocimiento deriva, en última instancia, de los estímulos captados por las
terminaciones sensitivas del sistema nervioso.
Inicialmente podemos considerar dos grandes tipos de sensibilidad: al exterocepción, que
nos informa del mundo exterior, están representados por los órganos de los sentidos y las
distintas terminaciones nerviosas de la piel; y la interocepción, que constituye información
que recibimos de nuestro propio cuerpo. Esta última se puede dividir en dos: la
viscerocepción, o sensibilidad visceral, es por lo general inconsciente y por media de ella
el sistema nervioso regula el funcionamiento visceral, que tiene múltiples modalidades,
desde el sentido de repleción o vacuidad de las vísceras, hasta la sensación de la presión
arterial o la concentración de CO2 o de glucosa en la sangre, nace/parte de las
ramificaciones nerviosas intrínsecas de cada víscera; y la propiocepción, por medio de la
cual percibimos la posición de nuestro cuerpo en el espacio y la posición relativa de sus
partes, puede ser consciente o inconsciente, y es la base de la regulación y coordinación de
la actividad muscular. Los órganos propioceptivos son el laberinto, los husos
neuromusculares, los órganos musculo tendinosos de Golgi y las terminaciones nerviosas
periarticulares
Dentro de cada tipo de sensibilidad se diferencian distintas modalidades; así, en la
exterocepción se pueden considerar; el tacto, la presión, el dolor, el frío y el calor, y en la
propiocepción se distinguen el sentido del equilibrio, la posición de las articulaciones y el
estado de alargamiento o contracción muscular.
Dentro de cada modalidad de sensación existen también variedades tanto desde el punto de
vista de su origen (receptor) como de las características mismas de la sensación. Hay así un
tacto superficial que reconoce un estímulo vago o general, como un soplo o una presión
discreta sobre la piel, y un tacto discriminativo que puede distinguir la distancia entre dos
estímulos simultáneos, que reconoce los objetos por; su forma (estereognosia), o que
localiza el punto estimulado (topognosia).
En el sentido de la presión, que se integra al sentido del tacto, hay que diferenciar también
una presión superficial, cutánea, y una presión profunda originada en los receptores
musculares y aponeuróticos.
La sensibilidad vibratoria (palestesia) probablemente no es una modalidad diferente de
sensación y corresponde más bien a la sensibilidad del tacto y presión, superficial y
profunda.
Dentro de la sensibilidad dolorosa hay que distinguir el dolor cutáneo, percibido por las
terminaciones libres intraepiteliales, el dolor profundo, de origen vascular o muscular, y el
dolor visceral, característico de cada órgano.
Variedades dentro de las sensaciones: una se refiere a la sensibilidad vaga, general, que no
localiza topográficamente el sitio del estímulo ni informa sobre su grado de intensidad y
recibe el nombre de sensibilidad protopática o paleosensibilidad ; como estos nombres
indican, se trata, más que del conocimiento del objeto, del reconocimiento del individuo
frente al mundo exterior y además tiene como característica un componente afectivo que da
a la sensibilidad el carácter de agradable o desagradable. El otro tipo, por contraste, es una
sensibilidad más elaborada, precisa y discriminativa, que reconoce la posición de las
partes del cuerpo, la forma y el peso de los objetos, y localiza el sitio preciso de origen y la
intensidad de los estímulos; es por tanto una sensibilidad de tipo cognoscitivo, y que recibe
el nombre de sensibilidad epicrítica, discriminativa o neosensibilidad.

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