Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Final Planificacion Unidad 3
Final Planificacion Unidad 3
SVAMPA
Populismo debería dar expresión política a esta realidad popular, a través de la noción
unificadora de PUEBLO: concepto que designaba tanto a un sujeto colectivo imaginario
homogéneo como a un sector social real heterogéneo, que apuntaba a absorber otras categorías
sociales, entre ellas incorporando al indígena como “campesino”.
MATRICES POLÍTICO-IDEOLÓGICAS
Aquellas líneas directrices que organizan el modelo de pensar la política y el poder, así como
la concepción acerca del cambio social. Cada matriz posee una configuración determinada, los
diferentes contextos nacionales así como las tensiones internas las van dotando de un
dinamismo y una historicidad particulares.
MATRIZ INDÍGENA-CAMPESINA COMUNITARIA: se inserta en el marco de la memoria
larga de los pueblos indígenas, coloca en el centro las ideas de resistencia, derechos
colectivos y poder comunal. En las últimas décadas, ha habido un aumento del
protagonismo de los pueblos indígenas, con oportunidades políticas que incluyen la
declaración universal de sus derechos. Sin embargo, este proceso se desarrolla en un
contexto de tensiones entre el multiculturalismo y la autonomía, consolidando una
ciudadanía étnica que reclama reconocimiento cultural y autodeterminación territorial.
La expansión de los derechos indígenas ha coincidido con la expansión del capital hacia
sus territorios, generando conflictos centrados en la defensa de la autonomía y el
derecho a la consulta previa. En esta narrativa, se destacan conceptos como Derechos
de la Naturaleza, Bienes Comunes y Buen Vivir.
MATRIZ POPULISTA-MOVIMIENTISTA: se arraiga en la memoria histórica asociada a los
movimientos populistas de las décadas de 1930 a 1950 y se basa en la afirmación de la
nación, un Estado redistributivo y conciliador, el liderazgo carismático y las masas
organizadas. Esta tendencia ha llevado a una institucionalización bajo nuevos esquemas,
con un énfasis en el acceso al aparato estatal (estatalización de los movimientos
sociales). El populismo se caracteriza tanto por su movimiento hacia la nacionalización
y ciudadanización de las masas como por su compromiso estatal, adoptando un discurso
industrialista y destacando la importancia de un "proyecto nacional". En su proceso de
estatalización, el populismo genera tensiones con otras corrientes político-ideológicas y
puede absorber o rechazar elementos de estas matrices alternativas.
MATRIZ DE LA IZQUIERDA CLÁSICA TRADICIONAL: se basa en la memoria histórica y está
vinculada a la idea de antagonismo de clases y la construcción del socialismo. Se nutre
del marxismo y se caracteriza por la tensión entre la vía revolucionaria y la vía reformista
institucional. Esta matriz tiende a enfocarse en una construcción obrerista de la
sociedad, lo que limita su comprensión de la diversidad social en las sociedades
periféricas. A lo largo del siglo XX, ha sido cuestionada, especialmente por su conflicto
con otras corrientes como el indianismo. A diferencia de la matriz populista, que se
centra en la forma del Estado, la matriz de la izquierda tradicional destaca la importancia
del partido político, la clase obrera como sujeto de cambio y el socialismo estatal como
objetivo de transformación.
NARRATIVA AUTONOMISTA: arraigada en la memoria corta y con influencias
anarquistas, se centra en la autonomía, la horizontalidad y la democracia por consenso.
Destaca la construcción identitaria basada en experienci as personales en lugar de
pertenencia a una comunidad o clase social, y surge en contraposición a las tradiciones
de izquierda. Ha ido configurando un ethos común que afirma como imperativo la
desburocratización y democratización de las organizaciones y se alimenta de una gran
desconfianza respecto de las estructuras partidarias y sindicales, asi como de toda
instancia articuladora superior. La autonomía aparece no solo como un eje organizativo
sino también como un planteo estratégico, que remite a la autodeterminación.
Este ethos común ha dado lugar al MILITANTE O ACTIVISTA CULTURAL:
Se organiza en grupos de afinidad a través de colectivos que combinan dimensiones
políticas y culturales. Aunque su acción se centra en la experiencia y la acción directa en
lo público, su militancia no siempre alcanza una dimensión política clara. Este tipo de
militancia refleja una inclinación hacia la movilidad social y la pertenencia a múltiples
grupos, desarrollando relaciones de afinidad y solidaridad con otras organizaciones. Se
encuentra presente en movimientos como los feminismos populares, la educación
popular, la intervención artística, entre otros, y representa un elemento novedoso en
las luchas anti-neoliberales contemporáneas.
Las matrices político-ideológicas no se encuentran en estado puro, se dan con diversos
entrecruzamientos y conjunciones, como también procesos de conflicto y colisión.
TRES DIMENSIONES DE LA ACCIÓN COLECTIVA
El Estado social fomento la movilización de la clase trabajadora y desplazo a las elites oligárquicas
del viejo orden.
BARRANCOS
INICIOS DEL FEMINISMO Y LAS LUCHAS POR EL SUFRAGIO FEMENINO EN LA ARGENTINA (1900-
1947)
El feminismo surgió en la Argentina moderna como respuesta a la situación de las mujeres,
quienes a lo largo del tiempo han desempeñado roles más allá de las tareas domésticas. Aunque
participaron en la vida política e influenciaron en ella, no se les reconoció plenamente ni se les
concedió la ciudadanía. Hacia finales del siglo XIX, el Código Civil reforzaba la inferioridad legal
de las mujeres, reflejando una norma común en ese momento.
Las primeras feministas en Argentina, especialmente las mujeres socialistas y librepensadoras,
plantearon cuatro demandas clave: la igualdad civil, mayor acceso a la educación, asistencia para
madres necesitadas y el derecho al voto. Sin embargo, hubo divergencias en la interpretación del
sufragio entre las feministas, evidenciadas en el Primer Congreso Femenino de 1910.
Tras la Primera Guerra Mundial, las feministas se enfocaron en ayudar a las víctimas de la guerra
civil española, brindar apoyo a los refugiados y asistir a quienes eran p erseguidos por el
nazifascismo.
Después de la guerra, las feministas más prominentes abogaron por el sufragio universal en
igualdad de condiciones con los hombres. Se argumentaba la dignidad especial de las mujeres
como madres, adoptando el maternalismo como estrategia central. En los años 1920, hubo un
aumento en las luchas por el sufragio, con más asociaciones de mujeres respaldando la causa.
La llegada del peronismo representó una victoria para las feministas, ya que con el apoyo de Eva
Perón se logró la sanción de la ley del sufragio femenino. En 1951 se llevó a cabo la primera
elección en la que las mujeres pudieron votar, y su participación fue masiva, contribuyendo
significativamente al triunfo del peronismo con la mayoría de sus votos. Esto llevó a que las
mujeres ocuparan aproximadamente el 30% de los escaños en ambas cámaras del Congreso.
Sin embargo, en 1955, el general Perón fue derrocado por un golpe de Estado, y durante el breve
período de interregno democrático que siguió, con el peronismo prohibido, hubo una escasa
presencia de mujeres en el parlamento.
MOVIMIENTO DE MUJERES Y FEMINISMO ENTRE 1976 Y EL PRESENTE
Durante el período de 1976 a 1983, Argentina experimentó la dictadura más brutal de su historia.
En este contexto, un grupo de mujeres lideró la resistencia contra el régimen, exigiendo
información sobre sus familiares desaparecidos. Las Madres de Plaza de Mayo se destacaron por
su valiente lucha, y su movimiento inspiró la formación de las Abuelas de Plaza de Mayo, quienes
buscaban localizar a los nietos que habían sido apropiados por los represores.
Con el retorno a la democracia, se produjo un resurgimiento del movimiento feminista en
Argentina. Este renacimiento estuvo marcado por un cambio significativo en las posturas y
agendas feministas, influenciado en gran medida por las críticas y aportes de la Segunda Ola
feminista, un movimiento que había impulsado importantes transformaciones en Estados Unidos
y Europa durante la década de 1960.
El feminismo argentino se concentró en dos temas principales: la violencia doméstica y el
reconocimiento político de las mujeres. Argentina se destacó al convertirse en el primer país en
aprobar una cuota de participación femenina, estableciendo así un precedente que fue seguido
por otros países latinoamericanos.
Aunque el número de feministas en cargos electivos no ha sido muy alto, hubo una excepción
notable en la primera Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires (1997-2000), donde
aproximadamente un tercio de las diputadas se identificaban como feministas. Esto permitió que
se aprobara una de las leyes más progresistas en materia de derechos sexuales y reproductivos.
A lo largo de las décadas, distintas formas de feminismo han surgido en Argentina, pero todavía
predomina una vertiente "relacional" sobre la "individual". El feminismo relacional se preocupa
no solo por obtener derechos iguales para las mujeres, sino también por solidarizarse con otros
sectores subalternos de la sociedad, mientras que el feminismo "individual" se enfoca
exclusivamente en las mujeres. La persistencia del feminismo relacional ha permitido comprender
mejor las experiencias de opresión de las mujeres, especialmente aquellas agravadas por la clase
y la etnia, y ha promovido alianzas en la lucha por los derechos.
A pesar de las diferencias políticas, las feministas han respaldado dos leyes fundamentales: el
matrimonio igualitario, que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo (2010), y la ley
de identidad de género (2011), que permite que la identidad civil se ajuste a la identidad sexual o
de género subjetiva. Sin embargo, la principal demanda e n la agenda de los movimientos de
mujeres es la legalización del aborto, que unifica a todo el espectro del feminismo. Esta sigue
siendo una asignatura pendiente en los avances logrados en los últimos treinta años de
democracia.
LEVIN
CIUDADANÍA Y DERECHOS
La ciudadanía social se define como un vínculo de integración social que se desarrol la a través
del acceso a los derechos sociales en una comunidad. Este concepto abarca tres elementos
principales:
1. El vínculo de integración social, que se refiere al papel de la ciudadanía como un marco
que fomenta la cohesión social y el desarrollo humano.
2. El acceso a los derechos sociales, que implica tanto el reconocimiento de estos derechos
como relaciones sociales, como su ejercicio efectivo en los diferentes ámbitos necesarios
para experimentarlos.
3. La ciudadanía como una categoría histórica en constante evolución, que adquiere
diversos significados a lo largo del tiempo en la vida cotidiana de las personas.
Los derechos sociales son fundamentales en la ciudadanía social, ya que constituyen relaciones
sociales dinámicas que se desarrollan a través de la interacción entre la participación social y la
intervención estatal. Estos derechos son una extensión de los derechos humanos y tienen como
objetivo garantizar condiciones que permitan el pleno ejercicio de los derechos individuales,
como el acceso a medios de vida y trabajo, así como la participación en el bienestar social.
Los derechos sociales de segunda generación, surgidos en el contexto del estado de bienestar,
son derechos de crédito del individuo en relación con la sociedad. Incluyen el derecho al trabajo,
a la salud y a la educación, entre otros, y buscan asegurar condiciones de vida dignas y la
participación en la sociedad.
En el debate sobre la ciudadanía social, uno de los temas fundamentales es la relación entre el
reconocimiento del derecho y el acceso efectivo a este. Se introduce el concepto de
"titularidades", que representa la relación entre las personas y los bienes de consumo,
legitimando su acceso y control. Las titularidades otorgan a las personas una pretensión legítima
sobre las cosas, y los derechos básicos constituyen titularidades, garantizados
constitucionalmente por la membresía en una sociedad.
La ciudadanía se entiende como un conjunto de titularidades que permiten acceder a bienes
materiales o inmateriales llamados "provisiones", que ofrecen opciones de elección. El desarrollo
de la ciudadanía en un país depende de la relación entre titularidades y provisiones.
En Argentina, el derecho al trabajo es una titularidad que abre las puertas al sistema de
protección social y a la adquisición de bienes y servicios regulados legalmente. Sin embargo, la
flexibilidad laboral ha debilitado las titularidades al reducir la capacidad de las personas para
ejercer el trabajo. Esto ha afectado el equilibrio entre titularidades y provisiones, lo que se refleja
en situaciones de precarización laboral, desempleo y exclusión social.
MODELO SOCIOECONOMICO
El esquema adoptado para organizar la sociedad y el Estado, la modalidad de relacionar
políticamente las clases sociales y los procesos productivos, su forma de inserción en el mercado
mundial y el modo de distribución de la riqueza. A cada modelo le corresponde la aplicación de
una estrategia de intervención e incidencia en la realidad, adecuado para moldear a los actores
y tender a definir la asignación y distribución de la riqueza.
DOS MODELOS:
“Conservador y de Mercado” (neoliberal) que tiende a ser regresivo en la distribución
de la riqueza y concentrar en pocas manos el excedente. La idea que prima es que la
riqueza, una vez acumulada, se filtrará de manera natural hacia el conjunto de la
sociedad debido a la prosperidad general. Esto conduce a una mayor desigualdad y a
una ampliación de la brecha social.
“Progresista y de inclusión social” hace uso de los instrumentos estatales para fomentar
el mercado interno, relacionando la producción interna con las transformaciones que se
registran en el mercado internacional. El Estado diseña e implementa una política social
universal y de alta calidad, lo que amplía y hace más sólida la base social del
conglomerado político que apuntala al gobierno.
POLÍTICA SOCIOECONÓMICA
EL MODELO DISTRIBUCIONISTA
2003-2007 Nestor Kirchner y 2007-2015 Cristina Kirchner. Durante los tres mandatos de la
gestión kirchnerista, se adoptaron diversas estrategias gubernamentales marcadas por un
pragmatismo adaptativo a los cambios de la realidad. Se implementaron medidas para sustituir
importaciones y promover la investigación e innovación, iniciando un proceso de
reindustrialización. Se renegoció y pagó la deuda externa con el FMI, buscando soberanía
económica. Los sectores más dinámicos fueron la construcción y la industria automotriz, aunque
esta última tuvo un persistente déficit comercial con Brasil. La política de vivienda se fortaleció
con programas como el Procrear. En lo social, se implementaron programas para ampliar
derechos ciudadanos, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y mejoras en el sistema
jubilatorio. Sin embargo, persistieron situaciones de vulnerabilidad social y dependencia de los
planes estatales. En el mercado laboral, se revirtieron medidas precarizadoras, reduciendo el
desempleo, pero manteniendo restricciones en la democracia sindical y problemas de
informalidad laboral. La derogación del Impuesto a las Ganancias fue un punto de conflicto. No
se consolidó una estructura estatal eficiente ni se renovó el funcionamiento del Estado. En el
Poder Judicial, se renovó la Corte Suprema y se impulsaron juicios por delitos de lesa humanidad.
A nivel regional, se fortalecieron relaciones con países latinoamericanos y organismos como el
Mercosur y la Unasur.
EL MODELO CONSERVADOR
2015-2019 Macri. La nueva administración adoptó medidas para desmontar las retenciones
impositivas a productos agropecuarios y mineros, buscando aumentar las reservas externas y
favorecer a los sectores concentrados en la producción primaria. El presidente marcó un estilo de
gestión que desafía la legalidad y legitimidad, mediante decretos y vetos que cuestionan la
república. En lo monetario, se produjo una devaluación y eliminación de subsidios, aumentando
las tarifas de servicios públicos. Se abrieron canales financieros hacia el exterior para la entrada
de capitales especulativos, retomando el endeudamiento externo. A nivel local, se observa un
predominio de políticas neoliberales con privatización de servicios y transferencia de recursos
hacia sectores de mayores ingresos. Este modelo conservador y de mercado socava los cimientos
institucionales y el respeto a los derechos humanos, deshaciendo avances en distribución social
y empleo logrados en la década anterior bajo un modelo progresista e inclusivo.
Concluimos en que el camino gubernamental retoma instrumentos de la antigua receta
neoliberal, adoptando las siguientes medidas:
-Desmontar gran parte de los soportes de la política social de transferencia de ingresos destinada
a los segmentos más pobres.
-Achicar el presupuesto y las funciones del Estado.
-Socavar los sostenes institucionales de signos democráticos.
-Desbaratar y reprimir a los movimientos sociales y organizaciones políticas que disienten con la
actual propuesta gubernamental.
-Debilitar y eliminar los controles ambientales.
-Flexibilizar el mercado laboral y tender a la baja del salario real.
-Abrir todas las compuertas legales y autoritarias para extraer las rentas diferenciales agrarias y
urbanas.
-Abrir la entrada a los productos importados.
-Ampliar la porosidad de la salida monetaria; entre otras cosas, trazando la apertura a los fondos
buitres de distinta calaña y origen.
-Concretar acuerdos con organismos internacionales de crédito, cuyos fondos, si vienen, estarán
adosados a la aplicación de sus recetas uniformemente neoliberales.
DANANI
POLITICAS LABORALES
En el ámbito de las políticas laborales, la derogación de la Ley 25 250 en 2004 marcó el inicio de
la contra-reforma en Argentina. Esta ley, que había formalizado el régimen de precariedad
laboral de los años 90, fue derogada en medio de un escándalo político. La nueva Ley 25
877/2004, que la reemplazó, significó una reconstrucción del Sistema de Inspecciones del
Trabajo y la Seguridad Social, estableciendo el Instituto Central para el Plan Nacional de
Regularización del Trabajo (PNRT).
El PNRT se presenta como una política activa de inspección laboral para combatir el trabajo no
registrado. Representa una acción integral para refundar las relaciones laborales y disputar la
legitimidad del control estatal sobre estas relaciones. Al enfocarse en las unidades económicas
en lugar de los individuos, el PNRT reconstruye la institución de la inspección y sanción laboral,
argumentando la pertinencia de la acción estatal directa en este ámbito. En resumen, el PNRT
es la política laboral más importante del período analizado y adopta claros contenidos de contra-
reforma al desafiar la concepción desocializada del trabajo que predominó en los años 90.
POLITICAS PREVISIONALES
El gobierno argentino llevó a cabo un proceso de contra-reforma previsional en noviembre de
2008, destacándose la eliminación del sistema de capitalización y las Administradoras de Fondos
de Pensiones (AFJP), así como la reestatización de los fondos previsionales y la unificación del
sistema en un régimen de reparto único (Sistema Integrado Previsional Argentino, SIPA).
Este proceso se centra en tres temas principales que organizan la discusión política sobre la
reforma de las políticas sociales y el sistema de seguridad social: la modificación de la
distribución del ingreso mediante la acción estatal, el papel igualador atribuido a estas
intervenciones y el deber del Estado de proveer certezas y seguridades a las personas. Estos
temas estuvieron presentes en el mensaje del Poder Ejecutivo al enviar el proyecto de
eliminación del sistema de capitalización y la creación del nuevo sistema de reparto.
POGGIESE
PARTICIPACION
COMO VALOR: La participación como valor político se relaciona estrechamente con la
democracia y la representación política. El redescubrimiento de la participación como un
valor en sí mismo desafía la teoría tradicional de la representación, ya que algunos
aspectos de la acción política pueden no ser delegables. La tecnología, como la
informática, podría ser útil para facilitar la participación directa en procesos políticos,
como las relocalizaciones en masa. Las asociaciones comunitarias y los movimientos
sociales reclaman autonomía, lo que diversifica el sistema representativo y crea nuevos
canales para la actividad política. Además, se argumenta que la satisfacción de las
necesidades básicas del ser humano, incluida la participación en las decisiones que
afectan su vida, es crucial para el desarrollo y la planificación (la salud, educación,
vivienda, entre otros). Debate sobre si la participación es un fin en sí mismo (aunque no
llegue a la obtención final de otros fines, su autosatisfacción resuelve esa necesidad
básica) o un medio para lograr otros fines. En términos históricos, ha habido un cambio
en la percepción de la participación, pasando de ser vista como una forma
descentralizada de gestión de políticas a ser considerada más como un medio para lograr
resultados concretos. En contextos de democratización con crecimiento económico, la
participación social enfatiza aspectos técnicos para respaldar una sociedad más
eficiente.
COMO DECISIÓN INDIVIDUAL: El uso de canales no convencionales para la participación
en políticas o proyectos de desarrollo enfrenta obstáculos que pueden considerarse
como costos. Los costos de la información incluyen gastos monetarios en la compra de
productos informativos y la participación en eventos, lo cual puede ser prohibitivo para
los segmentos sociales más vulnerables. Si la pobreza política se define como la falta de
participación o la imposición de obstáculos para participar, enriquecer la política
requiere abordar las deficiencias en los procesos participativos. La participación se
concibe como una última finalidad (hay que buscarlos como objetivo en un modelo
futuro de sociedad), un medio para resolver otras necesidades, y como un fin en sí mismo
que reduce la pobreza política y enriquece la calidad humana.
COMO INSTRUMENTO: participación como mediadora y su asociación con intereses
parciales o incluso la manipulación. Este carácter instrumental es más evidente en el
discurso político que en otros campos (el técnico, el académico, el no gubernamental, el
popular) pero está presente en todos los ámbitos donde se juega el poder. La
participación popular se reconoce principalmente como colectiva, aunque los individuos
que la integran son autónomos. La participación puede ser un medio para obtener y
divulgar información, acelerando su proceso de obtención y actualización. Entre los
obstáculos se encuentra la apatía hacia la gestión participativa y la falta de integración
colectiva en los ámbitos sociales, lo que lleva a la concentración en reclamos individuales
en lugar de intereses colectivos. Los administradores públicos y los decisores políticos
suelen desalentar la participación, considerándola poco práctica o irracional, lo que
genera impotencia y frustración en la población. A su vez, la desconfianza generada por
los agentes de la administración y los técnicos lleva a un ciclo de desconfianza mutua y
refugio en el tecnicismo.
COMO VARIABLE SOCIAL: La participación se considera un componente crucial para la
equidad en el desarrollo y, por lo tanto, un medio para abordar las desigualdades sociales
desde una perspectiva política amplia y como una conciencia social. Es fundamental en
el planeamiento para democratizar la política y reducir la brecha entre ciudadanos y
planificadores. La función democrática del planeamiento solo es valorada cuando se
facilita la participación ciudadana, especialmente cuando se acerca a las necesidades
básicas de la población. La amplitud de la participación está directamente relacionada
con la influencia en las políticas públicas, la innovación y la legitimidad de los programas.
En los años 80, el surgimiento del planeamiento participativo fue resultado de la
convergencia entre los profesionales del planeamiento y la acción y presión de los
movimientos sociales. La participación se veía como un requisito para ser sujeto activo
de modelos sociales alternativos, requiriendo conciencia de intereses, experiencia
organizativa y autonomía. Sin embargo, esta definición de participación se superpone
con la de autonomía y puede ocultar el verdadero sentido de algunas movilizaciones o
ignorar las participaciones genuinas detrás de decisiones gubernamentales. Los
obstáculos y potencialidades para la participación no solo provienen de las esferas del
poder público manipuladoras o de los grupos sociales postergados, sino también de
sectores intermedios como los técnicos y profesionales, que pueden proteger su saber
acumulado como un status o aceptar su reconocimiento por parte del statu quo. Es
crucial reducir la desigualdad de poder que proviene del conocimiento, promoviendo el
intercambio de saberes y evitando prácticas antidemocráticas.