Editorial

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La cartelera indicaba:
Viernes 19 de agosto, año 2016,
20.30 horas, Taxi driver, cine Madre
Cabrini.
Ese viernes arribe al cine quince mi-
nutos antes del comienzo de la pelí-
cula, hacía frio y cruce a comprar
caramelos al minimarket que estaba
del otro lado de la avenida. En la fila
para sacar la entrada observé con
mucha atención a la mayoría de los
concurrentes de esa noche, todos se
conocían y charlaban cordialmente
entre sí, supuse que ese encuentro
en el cine era habitual.
Ya en la sala elegí una butaca de un
rincón un tanto alejado del resto de
los espectadores.
La película inicia con un recorrido
por las calles de New York, el direc-
tor nos muestra un clima lluvioso
mezclado con mucha luz de neón a la
vez que suena de fondo un blues
compuesto por Bernard Herrmann
para crear el clima de nostalgia per-
fecto. Y hago referencia a esa can-
ción de Hermann tan bella por un
motivo personal, es una canción que
escucho en la radio como apertura
de un programa de cine los domin-
gos por la noche justo cuando la
melancolía de ese día tan especial
nos gana por completo y ese blues
funciona como un imán atrayendo
recuerdos entre los cuales no puedo
obviar la imagen de mi padre que era
taxista, un “taxi driver” pero muy
distinto a “Travis” el personaje inter-
pretado por Robert Deniro en la pelí-
cula. Es que mi viejo era de acá y
andaba por las calles de esta ciudad
que no tienen el glamour de aquella
Manhattan, pero si tienen tantas
historias de vidas, anécdotas y ab-
surdos como la metrópolis yanqui. Al
escuchar esa canción me invade la
imagen de los domingos en invierno
por la tarde cuando regresaba a mi
casa y el viejo se preparaba
para salir a trabajar con su
taxi mientras revisaba el di-
nero que usaba para dar el
cambio y escuchaba partidos
de futbol en la radio.
En la película el taxista lidia
con un problema existencial,
no puede dormir de noche,
pasa mucho tiempo en los
cines pornos de la avenida
42st, consigue ese laburo
nocturno de taxista para so-
brellevar sus problemas de
insomnio, al tiempo que le gusta y
merodea a una joven rubia que tra-
baja de voluntaria para el candidato
demócrata a la presidencia y ese
deambular en las calles con el taxi lo
cruza con una joven Jodi Foster in-
terpretando el papel de Iris una pros-
tituta adolescente.
Paul Schrader quien escribió el guion
de la película en una entrevista co-
mentaba; el argumento de taxi drive
es bastante simple, tenes a este
hombre patológicamente solitario
(Travis) enfrentado con dos ejemplos
de femineidad: uno que desea, pero
no puede tener, y el otro, que puede
tener, pero no desea. Ahora, obvia-
mente, eligió objetos que agravaran
su patología: él realmente no quiere
una chica que lo acepte, y cuando
parece que el personaje de Cybill
Sheperd podría hacerlo, entonces en
esa forma destructiva e inconsciente
la lleva a un medio que le mostrara a
ella su verdadera fealdad para que
ella tenga que rechazarlo, (…) Enton-
ces él decide matar a la figura del
padre de la chica que lo rechazó,
que, por supuesto, es un reflejo de
su propia figura paterna, y cuando
fracasa cambia por el chulo de Iris, la
otra figura del padre”
La peli que dirige Scorsese es un
clásico y como todo buen clásico no
pasa de moda y nunca será una mo-
da. La ciudad donde se filmo ha
cambiado tanto con el tiempo, que
hacen que la actual Manhattan no
despierte en mi ningún interés.
El tiempo pasa rápido el cine Cabrini
ya no existe, la realidad tan dura
como eran sus butacas se lo llevo
imprevistamente casi como una bur-
la a la lógica de Hollywood y sus fina-
les felices. Mi padre ya no recorre
mas las calles con su taxi.
De todos solo nos quedan los re-
cuerdos, las nostalgias y volver a
mirar esta película una y otra vez. <>
“Mi música es la expresión espiritual de aquello que yo soy: Mi
fe, mi conocimiento, mi esencia” John Coltrane
<El sonido nace, crece, se propaga en
la naturaleza del mundo, en la natu-
raleza de las cosas. Todo es sonido,
todo es silencio y contemplación.
Todo nace muere y se regenera>
Así comienza este comic biográfico de
Coltrane del autor Paolo Parisi (en
Argentina editado por La Pinta).
En esta obra Parisi dibuja la vida del
saxofonista en un orden cronológico
desordenado casi como el sonido de la
música divinamente improvisada de
una banda de Jazz, en realidad lo hace
con una estructura, trazo y registro
influenciado completamente por la
obra del protagonista y sobre todo por
su álbum mas extraordinario; A Love
Supreme.
El libro está dividido en cuatro capítu-
los y nos va narrando como dijimos
antes no de una manera ordenada los
aspectos más importantes de la vida
de Coltrane, su infancia pobre en una
ciudad de Carolina del Norte; la afini-
dad con la experimentación musical
mucho más allá de su tiempo; los en-
cuentros con Dizzy Gillespie, Miles
Davis y Eric Dolphy, quienes era sus
amigos; las grabaciones de “A Love
Supreme”; la adicción a la heroína, de
la que salió con una especie de revela-
ción; los músicos con los que tocaba;
las mujeres con las que se casó. La
segregación, el Ku Klux Klan, la lucha
por los derechos civiles, Malcom X, los
disturbios.
Cada capítulo lleva el nombre de una
de sus canciones en concordancia con
los momentos elegidos para retratar.
Integramente en blanco y negro el
comic se compone de trazos suaves y
vibrantes. Lejos de un registro real, el
dibujante busca capturar la simpleza
en los rostros y ademanes de los prin-
cipales músicos de la época dorada del
jazz.
Paolo Parisi nació en 1980, es un his-
torietista italiano más ligado al movi-
miento underground del comic en ese
país y lejos del preciosismo y la finesa
de la escuela de Sergio Bonelli. El au-
tor basa el grueso de su obra en histo-
rietas biográficas de artistas como el
graffitero Jean-Michel Basquiat y la
cantante de jazz Billie Holiday. «» LP
 SOBRE DURRUTI
Y
SPAIN RODRIGUEZ
Libro:
Cadáver exquisito-
Autora:
Agustina Bazterrica
Esta novela es una
nuestra perfecta de
como funciona
nuestro mundo.
Hay personajes muy oscuros que dan
asco pero su lectura provoca una mez-
cla de morbo, culpa, ansiedad. A pesar
de su crudeza es un libro corto que se
lee fácil y rápido.
Es la historia de un virus mortal que
contraen los animales y contagian a los
humanos. Se sacrifican hasta las masco-
tas y se legaliza el canibalismo. El prota-
gonista, quien narra, trabaja en un
frigorífico de carne humana, en parte
de la historia recibe como regalo una
hembra y decide romper algunas reglas.
El final fue perfecto. Me movilizó
muchísimo, no trata de ser una oda al
veganismo pero nos hace re- pregun-
tarnos sobre nuestro papel en este
mundo tan desigual.
Algunas de mis frases favoritas:
"Su cerebro le advierte que hay pala-
bras que encubren el mundo"
"Uno se puede acostumbrar a casi cual-
quier cosa, excepto la muerte de un
hijo"
"Enseñar a matar es peor que matar"
"El ser humano es la causa de todos los
males de este mundo. Somos nuestro
propio virus"
Libro:
La dependienta
Autora:
Sayaka Murata
En esta novela la
protagonista trata
de adaptarse al
mundo "normal",
comportándose como los demás creen
que debe hacerlo y de esa manera ser
aceptada y lograr así que no se metan
en su vida.
Además de aprender un poco de la
cultura japonesa este libro deja en evi-
dencia lo que muchas sociedades exi-
gen a las mujeres, que debemos casar-
nos a determinada edad, tener hijxs,
estudiar o tener determinado trabajo.
Creo que cualquier mujer va a sentirse
identificada con la protagonista, creo
que todas nos sentimos algo fuera de lo
normal cuando tomamos decisiones en
nuestras vidas y sobre nuestro cuerpo.
Me gusto mucho el final y la manera
sencilla con la que está narrada la histo-
ria.
Algunas de mis frases favoritas:
"Yo era uno de aquellos engranajes que
giraban sin parar, una pieza del mundo
encajada en esa franja del día que lla-
mamos <mañana>"
"No tenía idea de cómo ser una persona
normal en un lugar sin manual de ins-
trucciones"
"La gente se cree con derecho a escar-
bar en aquello que considera raro hasta
dar con una explicación""
 ROY FULLER / UN POEMA
EN MEMORIA DE MI GATO DOMINO
Me levanté a primera hora para orinar, y me pareció verte
curvado en una silla, la cabeza vuelta hacia mí,
como hacías cada mañana. Pero casi al instante,
más hecho a la penumbra, solo había una jarra
y una toalla de mano. Tiempo de sobra, sin embargo,
para que recayeran sobre mí las responsabilidades
del amor.

El carácter único de los muertos

es la fuente de nuestro sentimiento de pérdida y de luto;
ya de vuelta en la cama, traté de no evocar
cuanto sé que está intacto en mi mente: tu vida,
sujeta como estaba a mi cuidado.

No puedo concebir que estés muerto; tan sólo

te has ido antes que yo a un mundo que nos envía
indicios decrecientes de sus seres…
al fin y al cabo, seguro que les parecemos
patéticos, valiosos aunque poco importantes.

Fue tanto el tiempo que pasamos juntos

que no se me ocurrió que pudiera quedarme rezagado.
Hasta cuando sostuve el pelo familiar
y te envolvió la ola dulzona del sedante
pensaba que era yo quien viajaría…
Pero al mirar atrás solo hay vacío,
tus viejas medicinas y el retrato
que nos hicieron: triste modo de vida del que te has desprendido.