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Ya sea que se trate de educar o curar siempre estará implícito y operante en la acción un

conjunto de representaciones acerca del hombre, la sociedad la naturaleza y sus relaciones.


Por lo que siempre esta imbricada una ideología y una filosofía en ciencia y en las técnicas a las
que apela. Las ideologías y filosofías implícitas van a aparecer atravesadas por las
determinaciones del poder. Se plantearán en formas hegemónicas, alternativas o marginales.

Alicia stolkiner va a hacer hincapié en 3 diferentes modelos para pensar a la salud siguiendo la
línea ideologica de la historia:

El positivisa, que expresa que la salud, se describe en términos de lo orgánico, biológico e


individual; retomando este último concepto del liberalismo, preponderante de la época, que
hace énfasis en la responsabilidad del individuo de su enfermedad y cura. También en que la
Normalidad, aquello que se repite con mayor frecuencia, termina tiñéndose de una
connotación ética: sera bueno lo que es normal. En estos términos, como la sociedad, buscaba
una armonía y una horizontalidad estricta en la vida humana, todo lo anormal, que causara un
desequilibrio, seria tildado de enfermo; buscando una pronta vuelta al equilibrio, por medio de
fármacos o manicomializacion (crecimiento económico de la mano del capitalismo). Además,
fragmenta al sujeto y a las disciplinas que de él se encargan. Deja de lado el factor socio
histórico, naturalizándolo. Y lo principal, es el poder en el profesional; exponiendo que el saber
académico, más que nada lo que esté relacionado con lo orgánico y biológico, es un sinónimo
de supremacía y autoridad.

En segundo lugar, el modelo tecnocrático normativo: propone fisuras en el positivismo y


plantea una planificación, se abre a la multicausalidad (donde las áreas que no sean de salud
puedan tener un papel importante en la salud, y no solo entenderla como un factor
bieologico), pero el eje sigue siendo el profesional.

Y por ultimo cuestionando a los 2 anteriores, los modelos alternativos: estos expresan que las
personas y la con¿munidad también teien saberes, por lo que quitan el eje y poder de los
saberes disciplinares y lo ponen en la participación comunitaria. Asi rompen la alianza entre el
poder y el saber académico. Se propone un trabajo conjunto, felxible y horizontal, construir
mecanismos de expresión y asi crar planes de acción. Dándole al profesional el papel de
facilitador, donde el trabajo se hace con la comunidad.

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