Está en la página 1de 6

La Nueva Jerusalén

Nueva Jerusalén es una comunidad teocrática, integrada por unas


3000 personas, cerca del pueblo de Puruarán, en el municipio de
Turicato, Michoacán.

El 13 de junio de 1973 la señora Gabina Sánchez viuda de


Romero, buscó entrevistarse con el cura del pueblo de Puruarán,
Nabor Cárdenas Mejorada para informarle que había visto a la
Virgen del Rosario, de quien recibió la orden de buscarlo para que
oficiara una misa en el Cerro del Mirador el lugar de la aparición.

Al principio Gabina Sánchez no logró convencer al sacerdote, pero había algo en el


mensaje que la anciana portaba: “Sacerdote de mi pueblito, de la ermita, ayúdame a salvar
al mundo”, fue el mensaje dado supuestamente por la Virgen del Rosario. El sacerdote
Nabor Cádernas acataba, sin estar de acuerdo, las reglas emanadas del Concilio Vaticano II.
Para un ministro conservador como él debió resultar atractivo aquel mensaje en el que la
virgen advertía del inminente y cercano fin de un mundo cada vez
más inmoral y apartado de la fe, en el que la propia Iglesia parecía
desviarse del camino trazado en el siglo XVI por el Concilio de
Trento.

Comenzó así una historia en la que Nabor Cárdenas se apartó


gradualmente de la Iglesia de Roma: al aceptar como verídica la
aparición antes de que la Iglesia investigara el asunto y emitiera su
opinión (la Iglesia es cuidadosa con las historias de apariciones, ya
que la mayoría resultan fraudulentas); al erigir una ermita para
convertir el lugar se la supuesta aparición en un santuario y, al
permitir que se estableciera una comunidad en torno a esa ermita y
aceptar encabezarla.

Al convertirse en líder de la nueva comunidad, Nabor Cárdenas cambió su nombre por el de


Papá Nabor y estableció su propio sistema de jerarquías. A Gabina Sánchez le reconoció el
carácter de Vidente y le dio un lugar destacado, al frente de las mujeres de la comunidad
con el nombre de Mamá Salomé.

El nombre de la comunidad, Nueva Jerusalén, deriva de la ciudad mencionada en el


Apocalipsis de San Juan. Los habitantes de esta comunidad creen que la suya es la ciudad
mencionada en el Apocalipsis y afirman que cuando suceda el fin del mundo será separada
del resto de la tierra por fuertes terremotos, que abrirán grandes grietas para separarla de los
territorios infieles, a fin de preservarla de la devastación.

El gobierno en Nueva Jerusalén quedó encabezado por Papá Nabor como Patriarca y
un conjunto de videntes a quienes se les atribuye la cualidad de hablar con la Virgen María
en su advocación de Virgen del Rosario. El siguiente eslabón está formado por portavoces,
que son personas que pueden ser poseídas por la divinidad, quien se comunica a través de
ellos. Los vivientes, son la siguiente jerarquía y está conformada por las personas que
creyeron en papá Nabor y Mamá Salomé desde el principio y los acompañaron a fundar la
comunidad. Los vivientes ahora son personas mayores y ancianos. El último escalón, por
debajo de las personas comunes, lo ocupan quienes viven en esta población pero no son
parte de la comunidad religiosa; en general católicos que siguen fieles a la Iglesia de Roma,
quienes fueron expulsados a las afueras de la ciudad.

Esta organización es respaldada por un cuerpo propio


de guardias y vigilantes, quienes cuidan tanto el
ingreso a la pequeña Ciudad como el orden y la moral
entre sus habitantes.

Nueva Jerusalén ha tenido algunos momentos críticos;


el primero ocurrió en 1982 con la muerte de Mamá
Salomé. Papá Nabor transmitió a la comunidad
un mensaje de la Virgen en el que se proponía a dos
candidatas, María de Jesús y María Margarita. Cada
candidata fue apoyada por una parte de la población y
cuando papá Nabor eligió a María de Jesús (Mamá María
de Jesús) María Margarita desconoció el resultados y
formó un convento propio acompañada por 200 monjas y
varios vivientes. A través de Papá Nabor, la Virgen
autorizó la expulsión de los disidentes, lo que derivó en
un éxodo de casi 4 mil personas en noviembre de 1982.

Papá Nabor estableció las características principales de la comunidad: mujeres y hombres


deben vestir con recato, asistir a misa diaria y orar tres veces al día. El rezo del rosario en la
ermita es permanente, con el fin de evitar (o retrasar) el fin del mundo. La educación es
impartida por las madres de familia y se limita a enseñar a leer y escribir, pues se considera
superfluo cualquier otro conocimiento ante la inminencia del Apocalipsis. Se controlan las
publicaciones y se prohíben la radio y la televisión. Se controla también el acceso a la
comunidad, se promueve una moral rigurosa y, en algunas épocas, también se ha prohibido
la procreación. Todas las personas están obligadas a prestar servicios a la Ermita y dar parte
de sus ingresos; también quienes emigran a otras ciudades o a los Estados Unidos. Las
decisiones políticas son tomadas por el patriarca, quien recibe asistencia sobrenatural de
Tata Lázaro (el ex presidente y ex gobernador de Michoacán Lázaro Cárdenas, quien murió
en 1970).
A partir de 1989 el papel de vidente fue desempeñado por Agapito Gómez, quien estableció
eficaces medidas de control moral y de recaudación de diezmos, a pesar de lo cual fue
acusado de los delitos de secuestro y violación por mujeres integrantes de la propia
comunidad, quienes más tarde fueron expulsadas y en algunos casos perseguidas, por lo
que tuvieron que emigrar a ciudades como Guadalajara.

En la primera década del siglo XXI las apariciones de papá Nabor fueron cada vez
más esporádicas por su avanzada edad y precario estado de salud, pues padecía del mal de
Parkinson. Durante esos años se consolidaron dos líderes que disputaron la posibilidad de
sucederlo como patriarca: el vidente Agapito Gómez y el iluminado Martín de Tours.

Martín de Tours intentó forzar a papá Nabor para que le heredara el patriarcado pero
éste rehusó hacerlo y tras su muerte en 2008 fue sucedido por
Agapito Gómez, quien murió en septiembre del mismo año y dejó el
camino abierto a Martín de Tours. Al final de su vida Papá Nabor se
reconcilió con la Iglesia y fue absuelto por un obispo católico.

La relación de Nueva Jerusalén con el gobierno civil siempre ha sido


tensa. En la época de su fundación se determinó (por mandato
divino) que todos votaran por el partido de la bandera (el PRI) lo cual
facilitó las relaciones con los gobernantes de aquel tiempo; sin
embargo, Cuauhtémoc Cárdenas se negó a reconocer a la comunidad
o establecer vínculos con ella cuando fue gobernador del estado. A pesar de que la
comunidad cuenta con sus propias fuerzas del orden, mismas que fueron permitidas por
varios gobiernos, en 2007 el gobernador Lázaro Cárdenas Batel (hijo de Cuahtémoc y nieto
de Lázaro) ordenó investigaciones y cateos en la comunidad, para localizar narcotraficantes
y el presidente Felipe Calderón ordenó la entrada del ejército para combatir el narcotráfico
en la zona. En 2008 también se permitió la reapertura de escuelas oficiales, pero se
determinó que los libros de texto no tendrían ilustraciones.

Como en casi todo grupo social, existe un sector disidente; en la Nueva Jerusalén la
disidencia está encabezada por un individuo identificado como “Padre Obispo Santiago
Mayor”. Esta disidencia está caracterizada principalmente por la intención de contar con
educación básica pública, laica y gratuita, provista por el Estado mexicano.

Los líderes de ambos sectores intercambian acusaciones de “prácticas demoniacas” y


narran historias de abuso sexual, violación, fraude, extorsión, homicidio y otros delitos
cometidos por sus contrapartes.

En julio de 2012 surgieron nuevas tensiones entre el gobierno civil y la autoridad patriarcal
de Nueva Jerusalén: el gobierno teocrático trató de establecer sus propios planes
educativos, distintos a los programas oficiales y, al recibir la negativa del gobierno civil
decidió cerrar y destruir las escuelas.
Durante casi 40 años Nueva Jerusalén ha recibido atención mediática cuando hay
expulsiones, amenazas o muertes. Pero es rápidamente olvidada. Ahora vuelve a ser noticia
y con el renovado interés de los medios resurgen antiguas historias de acuerdos políticos,
violaciones de derechos humanos, crímenes comunes y asesinatos.

La secretaría de Gobernación, la de Educación Pública y el Gobierno del Estado realizan


negociaciones para reanudar las clases, pero no parece importarles reanudar las
investigaciones antiguar, restaurar el estado de derecho en Puruarán y terminar con la
teocracia que ahora encabeza Martín de Tours.

http://www.youtube.com/watch?v=i-dZHRa2kyQ
http://www.youtube.com/watch?v=0JPn7Dpd6oI

El Contexto

Nada de lo que ocurre en la Nueva Jerusalén es inédito ni aislado. Comprender esto ayuda a
conocer mejor las características de esta comunidad pero, por desgracia, también revela que
esta agrupación pertenece a un movimiento mucho mayor de lo que parece.

¿Cuál es el problema con Nueva Jerusalén? ¿Es tan peligrosa una comunidad que quiere
reemplazar la educación oficial por una educación parroquial? En realidad esta
característica es tan sólo un síntoma del verdadero problema, que es es la formación de una
comunidad integrista, a la que el estado mexicano ha prestado escasa atención.

Comencemos por el integrismo. La RAE define el integrismo como "Actitud de


ciertos sectores religiosos, ideológicos o políticos, partidarios de la intangibilidad de la
doctrina tradicional." Lo intangible es lo que no puede tocarse; es decir, lo que no puede
ser cuestionado, revisado, modificado, ni puesto en duda.

Existen diversas comunidades integristas y, aunque generalmente se les relaciona con


un carácter religioso, no siempre es así. Las ideologías
totalitarias son tan integristas como los grupos religiosos
ultra-ortodoxos. Con frecuencia los integristas constituyen
una comunidad que vive y práctica en una ambiente de
tolerancia; sobre todo cuando son minorías religiosas o
ideológicas. Pero otras veces no son grupos minoritarios y
poseen, de hecho autoridad sobre un territorio; por ejemplo,
los Amish gozan de prestigio por su carácter pacífico y
respetuoso de las leyes, por lo que en varios países se les
permite cierto nivel de autogobierno.

Otras veces, el ejercicio de la autoridad sobre un territorio tiene un carácter excluyente; así
ocurre en los regímenes totalitarios y en algunos regímenes teocráticos, como Arabia
Saudita o Irán.
Nueva Jerusalén representa una minoría en un país de mayoría católica, pero es una
comunidad excluyente en su propio territorio, por lo que constituye la mayoría religiosa en
la zona geográfica que se asienta (Puruarán, Michoacán).

La exclusión se manifiesta de maneras no siempre pacíficas, ya sea aislando a quienes no


comparten la identidad predominante o de plano expulsándolos; en Nueva Jerusalén ha
ocurrido y sigue ocurriendo esto.

Nueva Jerusalén es, además, un grupo cismático. La iglesia de Roma ha conocido varios
cismas desde su origen, los más antiguos ocurrieron en los primeros siglos de la era
cristiana, cuando grupos como los gnósticos, los cátaros o los arrianos postularon doctrinas
que, por influencias paganas o esotéricas, en algunas ocasiones se apartaron bastante de la
doctrina reconocida por la iglesia cristiana y en otras fueron rechazadas luego de un
proceso de deliberación dentro de la propia iglesia. Con el tiempo, esas agrupaciones
fueron declaradas heréticas y se convirtieron unas veces en perseguidoras y otras en
perseguidas.

Los cismas han estado presentes en varios momentos de la historia del cristianismo. Al
principio del cristianismo dieron lugar a religiones que en varios casos
terminaron apartándose bastante del cristianismo basado en el Nuevo testamento; durante la
Edad Media el cisma más importante fue el de oriente y occidente, que derivó en la
separación de la Iglesia Ortodoxa y el surgimiento del Imperio Bizantino como un rival del
cristianismo occidental; al final de la edad media los cismas fueron el origen de las iglesias
protestantes (luteranos, calvinistas, anglicanos), en tanto que el cisma de alcance
internacional más reciente ocurrió tras el Concilio Vaticano II con el surgimiento de la
Comunidad Sacerdotal San Pío X (a quienes se llama lefebvristas).

El caso de los lefebvristas es de especial relevancia por tratarse de un cisma generado por
una posición conservadora, probablemente integrista. A diferencia de otros movimientos
conservadores católicos (no es pleonasmo, dentro del catolicismo existe la diversidad)
ellos sostienen un conservadurismo que les hace dudar de la legitimidad del papado, de las
reglas emanadas del Concilio Vaticano II, y hasta de la arquitectura moderna en las
iglesias.

La comunidad integrista de Nueva Jerusalén es, probablemente, aún más


conservadora. Ocurre con frecuencia en los movimientos cismáticos, que afirman defender
el mensaje original y auténtico de Jesús de Nazareth y del Nuevo Testamento, mientras
acusan a su religión de origen de haberse apartado de ese mensaje. Lo que propone Nueva
Jerusalén es un regreso a la iglesia pre-conciliar, pero en algunos aspectos un retorno a la
iglesia pre-moderna.

Mas aún, al afirmar que la autoridad y liderazgo de esta comunidad derivan de mandatos
expresos de la virgen maría, lo que hace es postular una nueva legitimidad y un nuevo
carácter fundacional. La relevancia de esto es que desconoce la legitimidad histórica que
postula la Iglesia católica, al afirmar que es parte de una tradición y una organización que
provienen del apóstol pedro y fueron establecidas por Jesús de Nazareth en persona. Nueva
Jerusalén tiene un argumento para hacer a un lado esa legitimidad y proponer una distinta,
basada en un designio de la Virgen del Rosario. En este punto, Nueva Jerusalén aduce,
además un origen sobrenatural a partir de una aparición milagrosa.

Conviene hacer un paréntesis en este punto: la Iglesia católica es cautelosa en cuanto a dar
validez a los milagros. En todo el mundo abundan los sanadores y visionarios auto-
proclamados que inventan apariciones milagrosas para constituir comunidades que siempre
terminan encabezando y de las que en muchas ocasiones se sirven para enriquecerse y
cometer otros abusos. La iglesia tiene una legitimidad y un prestigio históricos que se
preocupa por preservar, de manera que investiga a profundidad cualquier presunta aparición
y en muy contadas ocasiones las llega a considerar verdaderas.

No es raro que aparezcan comunidades en torno a un presunto milagro, que pocos años
después terminen apartadas de la Iglesia católica. Nueva Jerusalén es un caso así; que a
pesar de tener una organización propia y una historia más o menos larga, comparte
características, les guste o no, con comunidades como los seguidores de Jesús Malverde, la
Santa Muerte, el niño Fidencio o Juan Soldado. La presunta guía espiritual que afirman
recibir de Tata Lázaro da cuenta de ello.

Lázaro Cárdenas fue, por cierto, un gran defensor de la educación laica, científica y
socialista, mientras que Nueva Jerusalén propone una educación parroquial, basada en lo
que la autoridad religiosa considere conveniente enseñar. Esta idea de adaptar el modelo
educativo a los postulados de la religión o la ideología oficial son rasgos comunes a los
estados totalitarios y a las teocracias integristas.

En los regímenes democráticos o al menos no totalitarios, los movimientos que proponen


sujetar la educación a las normas religiosas están bastante extendidos y son noticia
frecuente: la propuesta de enseñar la teoría del diseño inteligente, o la propuesta de enseñar
el génesis en un sentido literalista, a la par o incluso sobre la teoría evolutiva y la física
cuántica son comunes en ciertos estados del centro y sur de los estados
unidos. Movimientos así también existen en países como españa, aunque su influencia es
menor.

Finalmente, Nueva Jerusalén es una comunidad milenarista, esto es, que anuncia y espera
un inminente y cercano fin del mundo. El anuncio del fin del mundo atrae y congrega a
diversas comunidades en todo el mundo; unas veces da lugar a comunidades como la
Iglesia de los Santos de los Últimos Días y otras da origen a movimientos más radicales y,
de vez en cuando a sectas autodestructivas. La idea del fin del mundo es sumamente
impactante y atractiva, en gran medida porque ofrece a sus integrantes la certeza de una
pronta salvación y les anuncia un gran espectáculo (el Apocalipsis).

Nueva Jerusalén no es un fenómeno aislado, sino parte de un conjunto de movimientos


religiosos que acompaña a la humanidad desde hace siglos. Es fundamental identificar ante
qué tipo de movimiento estamos, es decir, si sólo un movimiento pacífico, por más que sea
cismático, conservador y milenarista o si a pesar de su identidad cristiana hay en él
características que revelen un carácter totalitario, violento, o auto-destructivo.

También podría gustarte