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El gobierno en Nueva Jerusalén quedó encabezado por Papá Nabor como Patriarca y
un conjunto de videntes a quienes se les atribuye la cualidad de hablar con la Virgen María
en su advocación de Virgen del Rosario. El siguiente eslabón está formado por portavoces,
que son personas que pueden ser poseídas por la divinidad, quien se comunica a través de
ellos. Los vivientes, son la siguiente jerarquía y está conformada por las personas que
creyeron en papá Nabor y Mamá Salomé desde el principio y los acompañaron a fundar la
comunidad. Los vivientes ahora son personas mayores y ancianos. El último escalón, por
debajo de las personas comunes, lo ocupan quienes viven en esta población pero no son
parte de la comunidad religiosa; en general católicos que siguen fieles a la Iglesia de Roma,
quienes fueron expulsados a las afueras de la ciudad.
En la primera década del siglo XXI las apariciones de papá Nabor fueron cada vez
más esporádicas por su avanzada edad y precario estado de salud, pues padecía del mal de
Parkinson. Durante esos años se consolidaron dos líderes que disputaron la posibilidad de
sucederlo como patriarca: el vidente Agapito Gómez y el iluminado Martín de Tours.
Martín de Tours intentó forzar a papá Nabor para que le heredara el patriarcado pero
éste rehusó hacerlo y tras su muerte en 2008 fue sucedido por
Agapito Gómez, quien murió en septiembre del mismo año y dejó el
camino abierto a Martín de Tours. Al final de su vida Papá Nabor se
reconcilió con la Iglesia y fue absuelto por un obispo católico.
Como en casi todo grupo social, existe un sector disidente; en la Nueva Jerusalén la
disidencia está encabezada por un individuo identificado como “Padre Obispo Santiago
Mayor”. Esta disidencia está caracterizada principalmente por la intención de contar con
educación básica pública, laica y gratuita, provista por el Estado mexicano.
En julio de 2012 surgieron nuevas tensiones entre el gobierno civil y la autoridad patriarcal
de Nueva Jerusalén: el gobierno teocrático trató de establecer sus propios planes
educativos, distintos a los programas oficiales y, al recibir la negativa del gobierno civil
decidió cerrar y destruir las escuelas.
Durante casi 40 años Nueva Jerusalén ha recibido atención mediática cuando hay
expulsiones, amenazas o muertes. Pero es rápidamente olvidada. Ahora vuelve a ser noticia
y con el renovado interés de los medios resurgen antiguas historias de acuerdos políticos,
violaciones de derechos humanos, crímenes comunes y asesinatos.
http://www.youtube.com/watch?v=i-dZHRa2kyQ
http://www.youtube.com/watch?v=0JPn7Dpd6oI
El Contexto
Nada de lo que ocurre en la Nueva Jerusalén es inédito ni aislado. Comprender esto ayuda a
conocer mejor las características de esta comunidad pero, por desgracia, también revela que
esta agrupación pertenece a un movimiento mucho mayor de lo que parece.
¿Cuál es el problema con Nueva Jerusalén? ¿Es tan peligrosa una comunidad que quiere
reemplazar la educación oficial por una educación parroquial? En realidad esta
característica es tan sólo un síntoma del verdadero problema, que es es la formación de una
comunidad integrista, a la que el estado mexicano ha prestado escasa atención.
Otras veces, el ejercicio de la autoridad sobre un territorio tiene un carácter excluyente; así
ocurre en los regímenes totalitarios y en algunos regímenes teocráticos, como Arabia
Saudita o Irán.
Nueva Jerusalén representa una minoría en un país de mayoría católica, pero es una
comunidad excluyente en su propio territorio, por lo que constituye la mayoría religiosa en
la zona geográfica que se asienta (Puruarán, Michoacán).
Nueva Jerusalén es, además, un grupo cismático. La iglesia de Roma ha conocido varios
cismas desde su origen, los más antiguos ocurrieron en los primeros siglos de la era
cristiana, cuando grupos como los gnósticos, los cátaros o los arrianos postularon doctrinas
que, por influencias paganas o esotéricas, en algunas ocasiones se apartaron bastante de la
doctrina reconocida por la iglesia cristiana y en otras fueron rechazadas luego de un
proceso de deliberación dentro de la propia iglesia. Con el tiempo, esas agrupaciones
fueron declaradas heréticas y se convirtieron unas veces en perseguidoras y otras en
perseguidas.
Los cismas han estado presentes en varios momentos de la historia del cristianismo. Al
principio del cristianismo dieron lugar a religiones que en varios casos
terminaron apartándose bastante del cristianismo basado en el Nuevo testamento; durante la
Edad Media el cisma más importante fue el de oriente y occidente, que derivó en la
separación de la Iglesia Ortodoxa y el surgimiento del Imperio Bizantino como un rival del
cristianismo occidental; al final de la edad media los cismas fueron el origen de las iglesias
protestantes (luteranos, calvinistas, anglicanos), en tanto que el cisma de alcance
internacional más reciente ocurrió tras el Concilio Vaticano II con el surgimiento de la
Comunidad Sacerdotal San Pío X (a quienes se llama lefebvristas).
El caso de los lefebvristas es de especial relevancia por tratarse de un cisma generado por
una posición conservadora, probablemente integrista. A diferencia de otros movimientos
conservadores católicos (no es pleonasmo, dentro del catolicismo existe la diversidad)
ellos sostienen un conservadurismo que les hace dudar de la legitimidad del papado, de las
reglas emanadas del Concilio Vaticano II, y hasta de la arquitectura moderna en las
iglesias.
Mas aún, al afirmar que la autoridad y liderazgo de esta comunidad derivan de mandatos
expresos de la virgen maría, lo que hace es postular una nueva legitimidad y un nuevo
carácter fundacional. La relevancia de esto es que desconoce la legitimidad histórica que
postula la Iglesia católica, al afirmar que es parte de una tradición y una organización que
provienen del apóstol pedro y fueron establecidas por Jesús de Nazareth en persona. Nueva
Jerusalén tiene un argumento para hacer a un lado esa legitimidad y proponer una distinta,
basada en un designio de la Virgen del Rosario. En este punto, Nueva Jerusalén aduce,
además un origen sobrenatural a partir de una aparición milagrosa.
Conviene hacer un paréntesis en este punto: la Iglesia católica es cautelosa en cuanto a dar
validez a los milagros. En todo el mundo abundan los sanadores y visionarios auto-
proclamados que inventan apariciones milagrosas para constituir comunidades que siempre
terminan encabezando y de las que en muchas ocasiones se sirven para enriquecerse y
cometer otros abusos. La iglesia tiene una legitimidad y un prestigio históricos que se
preocupa por preservar, de manera que investiga a profundidad cualquier presunta aparición
y en muy contadas ocasiones las llega a considerar verdaderas.
No es raro que aparezcan comunidades en torno a un presunto milagro, que pocos años
después terminen apartadas de la Iglesia católica. Nueva Jerusalén es un caso así; que a
pesar de tener una organización propia y una historia más o menos larga, comparte
características, les guste o no, con comunidades como los seguidores de Jesús Malverde, la
Santa Muerte, el niño Fidencio o Juan Soldado. La presunta guía espiritual que afirman
recibir de Tata Lázaro da cuenta de ello.
Lázaro Cárdenas fue, por cierto, un gran defensor de la educación laica, científica y
socialista, mientras que Nueva Jerusalén propone una educación parroquial, basada en lo
que la autoridad religiosa considere conveniente enseñar. Esta idea de adaptar el modelo
educativo a los postulados de la religión o la ideología oficial son rasgos comunes a los
estados totalitarios y a las teocracias integristas.
Finalmente, Nueva Jerusalén es una comunidad milenarista, esto es, que anuncia y espera
un inminente y cercano fin del mundo. El anuncio del fin del mundo atrae y congrega a
diversas comunidades en todo el mundo; unas veces da lugar a comunidades como la
Iglesia de los Santos de los Últimos Días y otras da origen a movimientos más radicales y,
de vez en cuando a sectas autodestructivas. La idea del fin del mundo es sumamente
impactante y atractiva, en gran medida porque ofrece a sus integrantes la certeza de una
pronta salvación y les anuncia un gran espectáculo (el Apocalipsis).