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Historia ecológica

y educación ambiental
Antonio Elio Brailovsky *

La verdadera preocupación ambiental intenta cambiar nuestra relación con

el mundo. Una forma de lograrlo es volver a pensar la ciencia de otra manera:

dejar de concebirla como un conjunto de disciplinas separadas unas de otras.

*Licenciado en Economía. ¿Qué nos pasó con la educación ambiental? ¿Por qué todavía
Historiador. Profesor Titular, la educación ambiental parece algo nuevo y con dificultades de
UBA. Profesor de Economía inserción en el sistema educativo formal?
Ambiental, Maestría de Si tomamos como punto de partida la reunión de Naciones
Gestión Ambiental, Escuela Unidas sobre Ambiente Humano, efectuada en Estocolmo en
de Posgrado, UNSAM. 1972, contamos 35 años de instalación del tema ambiental
Ex Defensor del Pueblo en los sistemas políticos y académicos. Se hicieron miles de
Adjunto de la Ciudad reuniones nacionales e internacionales y la cantidad de bi-
Autónoma de Buenos Aires. bliografía sobre educación ambiental es sencillamente impre-
sionante. Sin embargo, para la educación todavía parece algo
nuevo. ¿Por qué no pudimos incorporarlo plenamente?
Todavía hoy, cada vez que hablamos de ambiente dentro de
la educación, alguien llama a “la de Naturales”, e inmediata-
mente se retiran “los de Sociales”. Pero la idea de articular las
llamadas ciencias naturales con las llamadas ciencias sociales
aún aparece como lejana. Hace poco tiempo tuve una presión
inquisitorial por parte de colegas universitarios, que no enten-
dían por qué en una materia de ciencias sociales yo incluía

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artículos

temas ambientales, lo que les parecía un con- A esta altura, algunos científicos empiezan
trabando intelectual escandaloso. a ponerse nerviosos ante la dificultad para ubi-
Podríamos pensar el retraso en armar la car ciertos conocimientos en una disciplina o
transversalidad de la educación ambiental en otra. Pero, ¿qué significa –o qué esconde–
en paralelo con el mismo retraso en definir esta voluntad de catalogar el conocimiento? O
una transversalidad semejante en la gestión si lo preferimos: ¿a qué responden los límites
pública. El sistema escolar que divide la reali- actuales de las disciplinas en las que hemos
dad en compartimentos estancos es análogo al fragmentado el mundo, y que se expresan en
diseño del Estado, que asigna temas en forma las diferentes asignaturas de los colegios?
unívoca a cada repartición pública y les cierra Con la Revolución Industrial, el auge del
la comunicación entre sí. maquinismo impuso la división social del tra-
La preocupación ambiental no se origina bajo. Los antiguos artesanos, capaces de hacer
solamente en el rechazo a determinados por sí solos un producto entero, fueron reem-
impactos, porque un mero aumento de la plazados por obreros que hacen partes cada
contaminación lo único que hubiera logrado vez más pequeñas de un objeto que sienten
sería un movimiento para ponerle filtros a cada vez más ajeno. En el origen de la división
las chimeneas. Y todos estamos de acuerdo social del trabajo está el tema del poder. No es
en que la preocupación ambiental va mucho lo mismo haber hecho una tuerca o una rueda,
más allá que eso. Esta preocupación intenta que haber terminado un automóvil. A medida
cambiar nuestra relación con el mundo. Y una que el poder económico y político se concen-
de las formas de hacerlo es volver a pensar la tra en pocas manos, más se acentúa la división
ciencia de otra manera. social del trabajo.
Esta mirada pone en cuestión una cierta Lo que ocurría en la fábrica era tan evidente
idea de lo que es la ciencia, entendida como y tenía tantas implicaciones sociales que a
un conjunto de disciplinas separadas unas de menudo olvidamos que con la ciencia pasó lo
las otras. El químico estudia el comportamien- mismo. La división social del trabajo científico
to de unas sustancias en el agua. El sociólogo significó cortar el conocimiento en multipli-
estudia la conducta de ciertos grupos huma- cidad de pedazos, cada vez más pequeños. El
nos. Pero la contaminación, ¿es un problema hombre ilustrado del siglo XIX era “poseedor
químico o un problema social? ¿Podría llegar de una vasta cultura”, es decir, era propietario
a ser las dos cosas? ¿Qué decimos cuando ve- de una amplia franja del conocimiento. Al or-
mos que en toda sociedad los más contamina- ganizarse la ciencia como una fábrica, el hom-
dos son invariablemente los más pobres? bre culto es reemplazado por el especialista. El
¿El cambio climático es solo un problema argumento era seductor: hoy la ciencia es tan
meteorológico? Y entonces, ¿qué pasó en Nue- compleja que nadie puede repetir la proeza
va Orleans? ¿Podemos calificar de solamente de Dédalo o de Leonardo da Vinci, de abarcar
meteorológico a un fenómeno que afecta a por sí solo todos los campos del saber huma-
los negros con mayor intensidad que a los no. Pintar madonnas, diseñar máquinas para
blancos? volar, construir fortalezas o inventar telares

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sería, en el futuro, obra de distintas personas. ambientalista sugieren que el problema no es
Así, la respuesta de la ciencia ante la com- solo epistemológico sino que afecta estructu-
plejidad del mundo fue compartimentarse ras de poder.
en disciplinas cada vez más aisladas unas de Han sido las actitudes corporativas de dife-
otras. De este modo se formaron los especia- rentes sectores profesionales las que contri-
listas, definidos a veces como “aquellos que buyeron a mantener la fragmentación de las
saben casi todo acerca de casi nada”, ya que concepciones ambientales. El modo en que or-
para profundizar sus conocimientos tienen ganizamos el conocimiento expresa tanto crite-
que reducir cada vez más su campo de acción. rios epistemológicos como disputas de compe-
Y, generalmente, sin tener ni la menor idea de tencias profesionales. El estado de la educación
lo que estaban haciendo los que se ocupaban ambiental, en todos los niveles, refleja dicha
de otros campos del conocimiento. situación atomizada del conocimiento.
¿Qué ganamos y qué perdimos con la espe- Se hacía necesario encontrar y desarrollar
cialización? un hilo conductor para la comprensión de las
Ganamos una alta tecnología, capaz de relaciones naturaleza-sociedad, que permi-
realizar los productos más sofisticados: sa- tiera organizar conceptualmente al conjunto
télites artificiales, computadoras, productos de la experiencia humana para el desarrollo
de ingeniería genética. Y lo que perdimos es pedagógico de las concepciones ambientales,
la visión del mundo. Porque el mundo no es y en tal sentido la historia ambiental reveló un
un amontonamiento casi infinito de peque- alto potencial integrador.
ños espacios investigables, sino que es una En la medida que la historia es lo que nos
totalidad. La concepción ambiental procura hace humanos, la historia de las relaciones
recuperar esa totalidad. En este camino, hubo naturaleza-sociedad nos permite integrar al
dos episodios del siglo XX que nos marcaron conjunto de la experiencia ambiental huma-
significativamente: na, con independencia de las ciencias particu-
- la bomba atómica nos mostró que no todo lo lares que hayan producido cada información
que es tecnológicamente posible es deseable; utilizada.
- la represa de Assuán nos hizo ver que los La historia ecológica es un campo del
mejores científicos del mundo podían pro- conocimiento relativamente reciente y en
vocar desastres si no eran capaces de inte- continua expansión. Podemos destacar di-
grar sus conocimientos. versos antecedentes que implican diferentes
La articulación de ciencias ha sido siempre aproximaciones metodológicas. Desde el tra-
el núcleo más complejo de la educación am- bajo pionero de Morello y Gligo (en Sunkel
biental. Son demasiados los ámbitos en los y Giglo, 1980), hasta el intento de abarcar
cuales se percibe al ambiente como la suma de en un solo volumen la historia ecológica del
información originada en ciencias diferentes, mundo –aunque obviando sus implicaciones
con escasos vínculos entre sí. Los limitados sociales– (Pointing, 1992), pasando por las
avances producidos en materia de articulación primeras investigaciones realizadas a escala
de ciencias después de tantos años de prédica nacional, y teniendo en cuenta los desarrollos

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El modo en que organizamos el conocimiento

expresa tanto criterios epistemológicos como

disputas de competencias profesionales.

teóricos de Joan Martínez Alier, existe una Al mismo tiempo, el trabajar sobre una
amplia gama de perspectivas sobre la relación escala geográfica muy amplia (Iberoamérica)
entre historia y ecología. Y ante todos nosotros crea un marco general que posibilita dar un
está, por supuesto, el trasfondo de la inmensa contexto a las futuras investigaciones de deta-
obra de Braudel sobre el Mediterráneo (Brau- lle, para que trabajen en otras escalas. La exis-
del, 1953). Los estudios de historia ambiental tencia de procesos ambientales simultáneos,
nos dan una aproximación integradora a pro- convergentes o contrastados en diferentes paí-
cesos ambientales complejos, los que, sin esta ses permite una visión de conjunto que arroja
perspectiva, pueden ser comprendidos de un luz adicional sobre un sinnúmero de hechos
modo incompleto. particulares.
He trabajado en una historia ecológica de La mención a Braudel no está solo relaciona-
la Argentina (Brailovsky y Foguelman, 1992) da con el protagonismo de la naturaleza, sino
y una de Iberoamérica (Brailovsky, 2006; y en también a poner el acento en los fenómenos
prensa), entre otros temas. Ambos han tenido de larga duración. Destacados por Nicolai
un amplio uso pedagógico en la Argentina y Kondratieff al hablar de las ondas largas de
en diversos países latinoamericanos. la economía, fueron un enfoque olvidado y
Una aproximación transdisciplinaria del subestimado por quienes entienden la histo-
largo plazo permite destacar los procesos de ria como una suma de fenómenos del corto
coevolución entre las sociedades humanas y plazo. Pero el ambiente (y con él, la historia
los ecosistemas que las sustentan. La noción ambiental) resulta incomprensible para una
de coevolución está tomada de la biología, y mirada del corto plazo.
ayuda a comprender que la trama de la vida Esto significa analizar la historia ambiental
sigue un proceso conjunto, diferente de la idea en términos de fenómenos de larga duración.
inicial de Darwin, quien pensaba mucho más Llamamos fase de desarrollo al período duran-
en la evolución individual de las especies. Al te el cual se organiza y funciona un cierto mo-
hablar de coevolución estamos diciendo que delo de país. Nos interesa transmitir la noción
las sociedades humanas modifican los ecosis- de fases de desarrollo como herramienta para
temas, y que estos cambios repercuten sobre la la comprensión de los fenómenos sociales, in-
propia organización social. De este modo, se cluyendo especialmente los que ocurren en el
supera la vieja noción de recursos naturales, momento histórico que estamos viviendo.
basada en el positivismo del siglo XIX, y que Una fase de desarrollo es un período en el
refleja solo una parte de la realidad ambiental. que se conforma un cierto modelo de país,

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que es internamente coherente en todos sus mano de obra no calificada, que, por tanto, no
aspectos: la política, la economía, el orden so- necesitaba ser cuidada, ni tratada como una
cial, la estructura del Estado, los aspectos cul- inversión. Por el contrario, las producciones
turales (desde la pintura y la música, hasta las de clima templado requerían mano de obra
modalidades de las relaciones entre los sexos). calificada, lo que hizo ineficiente la esclavitud
Y también tiene una modalidad específica de en el Río de la Plata.
relación con la naturaleza. - El modelo de país de la Generación del 80 no
Si aceptamos este punto de vista, estamos requirió solamente de los procesos sociales e
diciendo simultáneamente que no tiene senti- institucionales que llevaron a la formación de
do adoptar una periodización para la historia nuestro Estado nacional. También fue nece-
económica, otra para la historia de la cultura saria la evolución de los ecosistemas pampea-
y así sucesivamente. Pensamos en una única nos y su incremento de productividad. His-
periodización para el conjunto de hechos que toria que no se comprende si no tenemos en
ocurren en una sociedad humana, ya que cuenta el carácter artificial de los ecosistemas
entendemos que hay interrelaciones que solo pampeanos, tan artificiales como lo es una
se dan en ese período histórico. Quizás una ciudad. La confluencia de las dos evoluciones
buena definición de fase de desarrollo sea el (y otro montón de cosas, claro) produjo el
período en el cual se da una cierta modalidad modelo de “granero del mundo”.
de interacciones entre fenómenos sociales di- Esto nos lleva a que un proyecto pedagógico
versos, y entre estos con el medio natural. significativo puede ser la construcción de la
Nuestra perspectiva epistemológica es que historia ecológica local. Sorprendentemente,
los fenómenos sociales no son autónomos con tenemos muy pocas historias de esa índole en
respecto a los procesos naturales. Por ende, la Argentina, pero innumerables suspiros por
muchos procesos históricos simplemente no su ausencia. Como siempre ocurre, la falta de
se entienden si no tenemos en cuenta el con- información es un dato mucho más relevante
texto natural. Doy un par de ejemplos. que su existencia. Son pocos los docentes con
- La supervivencia de la esclavitud en Brasil una formación integradora que les permita
hasta fines del siglo XIX podría tener mucho encarar un proyecto de historia ecológica lo-
que ver con el hecho de que las tecnologías de cal. Y son pocas las instituciones que puedan
la época para las producciones tropicales (rea- lograr la colaboración de distintos docentes
lizadas en las grandes fazendas) requerían para un proyecto de esa complejidad.

Bibliografía
Brailovsky, Antonio Elio, Historia ecológica de Iberoamérica. Tomo 1: De los mayas al Quijote.
Buenos Aires, Kaicrón- Le Monde Diplomatique, 2006.
— — — , Historia ecológica de Iberoamérica. Tomo 2: De la Independencia a la Globalización.
Buenos Aires, Kaicrón- Le Monde Diplomatique, en prensa.
Brailovsky, Antonio Elio y Foguelman, Dina, Memoria Verde, historia ecológica de la Argentina.
Buenos Aires, Sudamericana, 1992.

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Braudel, Fernand, El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II. México,
Fondo de Cultura Económica, 1953.
Gligo, Nicoló y Morello, Jorge: “Notas sobre la Historia Ecológica de América Latina”, en
Sunkel, Osvaldo y Gligo, Nicoló (eds.), Estilos de Desarrollo y Medio Ambiente en América
Latina. México, Fondo de Cultura Económica, 1980.
Pointing, Clive, Historia verde del mundo. Buenos Aires, Paidós, 1992.

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