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LICENCIATURA EN GESTIÓN AMBIENTAL

Ecología Humana

Docentes: Elsa Marcela Guerrero


Ayelén Hesse
Fernando Ariel Güiñirgo

CLASE 1
Introducción a las relaciones sociedad naturaleza

TEMAS: Introducción a la asignatura. Definición de Conceptos. Visiones históricas


sobre la Naturaleza. Enfoques teóricos sobre de las relaciones Sociedad-naturaleza.

Objetivos y propósitos
Introducir a los principales conceptos de la relación hombre-naturaleza
Distinguir los principales enfoques que abordan las relaciones sociedad-naturaleza
Dar elementos que incentiven la discusión

Resumen de la Clase
Esta primera clase está destinada a introducirlos a la asignatura, definir algunos
conceptos y ofrecer una primera aproximación a la amplitud de formas que abordan
científicamente las relaciones entre sociedad y naturaleza. La clase se estructura en
cuatro partes que incluyen los siguientes tópicos:
Parte 1: Presentación
Parte 2: Ambiente y Sociedad. Principales Conceptos y Relaciones
Parte 3: Miradas Clásicas
Parte 4: Principales Enfoques que abordan las Relaciones Sociedad-Naturaleza

1. PRESENTACIÓN
La asignatura EH está destinada a introducirlos en las complejas relaciones entre
sociedad y naturaleza. Dicho en otras palabras, comprender las interacciones entre el
hombre y los ecosistemas que dan soporte a las actividades humanas.
La primera parte del programa (Unidades I y II) discute algunos conceptos básicos que
permitirán entender y construir un marco conceptual consistente para poder afrontar
sólidamente la segunda parte del programa (Unidades III, V y V). La segunda parte se
estructura a partir de disciplinas contemporáneas que abordan, construyen marcos
teóricos y aportan herramientas metodológicas para el estudio de las relaciones
sociedad-naturaleza.

La complejidad de las relaciones población-naturaleza, y en especial la complejidad


humana en tanto seres sociales, culturales y políticos, embeben y determinan el
abordaje y el estudio de las relaciones entre sociedad y naturaleza. En tal sentido, un
curso de población y ambiente debería estar destinado a cubrir el amplio y complejo
espectro de esas relaciones, acercando consideraciones teóricas, metodológicas y
estudios de caso que den cuenta del estado del arte en la temática, ofreciendo además,
herramientas metodológicas que permitan abordar las poblaciones humanas en
estrecha relación al ambiente y el entendimiento de las interacciones humanas
(sociales, culturales, ecológicas, económicas y políticas).

Como primer aproximación a la asignatura, es importante considerar que el interés por


la relación sociedad-naturaleza en las ciencias sociales ha sido importante en la
segunda mitad del siglo XX, dando lugar a la especialización de muchas ciencias
sociales como la sociología, la geografía, la historia, la ecología, la antropología, la
economía, las ciencias políticas, entre otras.

Víctor Toledo alude a estas disciplinas especializadas de las ciencias clásicas


(naturales o sociales) las denomina disciplinas hibridas:

Toledo, V. M., Alarcón Cháires, P., & Barón, L. (2002). Revisualizar lo rural: un enfoque
socioecológico. Gaceta ecológica, (62). http://www.redalyc.org/html/539/53906201

En tal contexto, los diversos intentos por comprender, explicar e incidir en las relaciones
sociedad-naturaleza se desarrollaron en campos disciplinares incipiente que ha cobrado
mayor interés en las últimas décadas y que se ha nutrido fundamentalmente a partir de
los aportes teóricos y metodológicos de otras disciplinas. Fundamentalmente, se ha
desarrollado a la luz de nuevos enfoques teóricos provenientes de diferentes Escuelas
Contemporáneas en lo que se conoce como Ecología Humana (USA, Brasil, por
ejemplo); Antropología Ecológica (Colombia, Inglaterra, países nórdicos), Sociología
ambiental (USA, Europa), e incluso Ecología Política (España, México e India) y Etno-
Ecología (EHSS de Paris, México). Tal contexto de multiplicidad de perspectivas ha
colaborado en la construcción de un nuevo campo de conocimiento que suma esfuerzos
convergentes e interdependientes que aportan complejidad y riqueza a las relaciones
sociedad-naturaleza. El siguiente esquema rescata algunas de las disciplinas
contemporáneas que abordan esta relación:

En los intersticios entre las ciencias naturales y sociales clásicas surgen están ciencias
híbridas. Responden a la incapacidad de respuesta de las disciplinas tradicionales a los
problemas nuevos (ambientales) a la incapacidad de las teorías para explicar
fenómenos de interacción entre los naturales y lo social y de dar respuestas
metodológicas a esos nuevos problemas

Sugerimos como actividad: leer el texto de Toledo e intercambiar con compañeros en


foro este concepto (no es una actividad obligatoria, sólo una herramienta parta
completar la lectura que cada uno puede utilizar)

**** No obstante, siempre recuerden que quedan abiertos los canales del Foro y
consultas vía mail para evacuar dudas ¡!!!!!

Otro concepto que queremos que introduzcan como parte de los ejes que atraviesan la
asignatura es el de epocalidad. Prestar atención al contexto histórico dónde se
relacionan los conceptos. Que no se mantienen intactos con el tiempo y cambian y no
significan exactamente lo mismo en diferentes épocas. Ejemplo el concepto
DEMOCRACIA de los Griegos y democracia en el siglo XXI tienen elementos comunes
pero también han cambiado otros, como pasa con el concepto DESARROLLO.

Tanto los textos de Reboratti como el de Weeks muestran como el concepto


NATURALEZA/AMBIENTE también cambió y significa diferentes cosas en el tiempo
2. AMBIENTE Y SOCIEDAD. PRINCIPALES CONCEPTOS Y RELACIONES
Durante gran parte de la vida del Planeta, los impactos producidos por las actividades
humanas sobre el ambiente natural pueden ser considerados escasos. Sin embargo,
otro panorama se presenta cuando se evalúa la historia del siglo XX. En la bibliografía
sobre el tema se habla de este siglo como de uno de características peculiares. Y sus
impactos y efectos sobre el ambiente son calificados como de gran magnitud, debido
fundamentalmente, a la creciente aceleración de los procesos que producen cambios
ecológicos importantes. Más allá de estas apreciaciones, debe reconocerse no
obstante, que la mayor parte de los procesos acaecidos durante el pasado siglo no son
nuevos -por muchos siglos, los humanos han talado bosques, extraído minerales,
generado residuos, cultivado, y cazado animales, entre otras actividades que afectan
los ecosistemas terrestres. Aunque en el presente seguimos realizando las mismas
actividades e impactos en el ambiente, los desarrollamos en forma cada vez más
creciente. Desde 1945, y en la mayoría de los casos, los procesos económicos que
presionan e inciden sobre los ecosistemas se han intensificado en magnitud e
intensidad. Sin embargo, hay pocos cambios ambientales que sean genuinamente
nuevos o recientes -el adelgazamiento de la capa de ozono inducida por los humanos-,
la mayoría de las peculiaridades ecológicas del siglo XX, están relacionadas al aumento
de la escala y la magnitud de los impactos ecológicos de las actividades humanas en el
ambiente.

A principios de 1930, la población mundial se componía tan sólo de unos 2.000 millones
de habitantes, sin embargo, en el presente, esa cifra se ha triplicado, alcanzando los
6.000 millones. Nuestra propia especie, el Homo Sapiens; se desarrolló hace
relativamente pocos cientos de miles de años. Y hace aproximadamente unos diez mil
años, cuando se inventó la agricultura, seguramente no más de 5 millones de personas
habitaban la Tierra -menos de la población de la Bahía de San Francisco en la
actualidad. Hace 2 mil años, en la época de Jesucristo, la población mundial era
equivalente a la población total de EE.UU. Para 1650, éramos tan sólo unos 500
millones de habitantes. Ello nos lleva a reflexionar acerca de que la mayor expansión de
la población o “explosión demográfica”, el despegue numérico de la población, se ha
producido en la décima parte del 1% de la historia de la humanidad.

Este hecho supone que el enorme cambio en la cantidad/ número de individuos de una
sola especie ha acaecido fundamentalmente en el último tramo de la historia ambiental
del planeta. Tras un larga etapa de lento crecimiento, la expansión demográfica se
acelera a partir de la Revolución Industrial y disparándose extraordinariamente a partir
de los ’50.

En ese contexto, las preocupaciones vinculadas al crecimiento demográfico o explosión


demográfica, es decir el problema de la población, han venido siendo planteadas en
forma abundante en la literatura de los dos últimos siglos. Muchas escuelas de
pensamiento han incursionado en la cuestión ofreciendo diferentes interpretaciones del
fenómeno y advirtiendo su preocupación por las limitaciones físicas (recursos,
alimentos) que este despegue del número total de la población humana impone (Autores
como R. Malthus, E. Boserup y otros más contemporáneos discuten e interpretan el
fenómeno, aspectos que serán explicados más adelante).

Desde otra perspectiva, y quizás más contemporáneamente, cuestiones vinculadas a la


capacidad humana para influir en el ambiente también han sido sujeto de largos
debates. En términos generales, este proceso está atravesado por un hecho común: la
incertidumbre (o desconocimiento) sobre los efectos ambientales de las actividades
humanas en el ambiente, fundamentalmente, aquellas consecuencias con efectos a
largo plazo; y sobre el hecho de que no es fácil determinar a ciencia cierta cuáles de
ellos han sido producto de ciclos naturales y cuáles producto de acción antrópica
(humana).

Por otra parte, generalmente se entiende al ambiente como un sistema en equilibrio


perpetuo, donde cualquier alteración a ese equilibrio es siempre mala. Sin embargo, el
ambiente ya sea a pequeña o gran escala, es un sistema dinámico, cambiante tanto por
su propia inercia o naturaleza interna, como por los efectos de sucesos a gran escala
que actúan sobre su funcionamiento interno. (Ver para este punto ejemplos en Reboratti,
C. (1999). Pág. 112).

Desde ésta perspectiva, los hombres podemos producir alteraciones o impactos en el


equilibrio de los ecosistemas afectando los componentes naturales del mismo. A lo largo
de la historia este proceso quizás haya sido un fenómeno espontáneo y recurrente
vinculado a los intereses de la sociedad para obtener alimentos y cubrir sus necesidades
de subsistencia (cazando, recolectando, etc.). No obstante, si estos fenómenos se
repiten en el tiempo, o la población aumenta – debido a su doble efecto: extractivo/ uso
y sobre el espacio ambiental (o nicho)-; se pueden producir alteraciones o impactos muy
importantes en los ecosistemas.

Otro estadio o interacción con la naturaleza es la modificación ambiental o simplificación


de los ecosistemas, esto ocurre cuando se eliminan elementos de la naturaleza, ya sea
para dar más espacio a especies de interés humano (evidente en las actividades
agropecuarias: animales, cultivos, etc.) o porque se han sobre-explotado (superando la
capacidad de renovación o tasa de reposición de la especie) otras especies de interés.
En estos casos el costo, ha sido muchas veces la pérdida de Biodiversidad o diversidad
biológica.

La repetición en el tiempo de estos procesos da como resultante una tercera forma de


relación entre sociedad y ambiente, la eliminación de aquellas especies que no se
adecuan a las necesidades del hombre. Si la eliminación se repite y extiende
espacialmente, geográficamente, se llega a la extinción o desaparición absoluta de la
especie. Muchos ejemplos dan cuenta de estos procesos. (Ver en Bibliografía obligatoria
Reboratti, C. (1999) ejemplos).

Paralelamente a los procesos previamente explicados, otros dos cobran relevancia


debido a su magnitud: en primer lugar, la domesticación, actividad por la cual el hombre
se “apropia” de una especie animal o vegetal y modifica sus hábitos con el tiempo
tornándola más útil a sus propósitos. Son ejemplo de ello los cultivos y el ganado
doméstico.

En segundo lugar, puede suceder que la extensión en el tiempo del proceso de


domesticación traiga consigo el proceso de la diversificación, representada por la
expansión inducida por el hombre de una serie de especies que han migrado hacia
lugares muy distantes de su origen.
Estos procesos y otras formas de interacción entre sociedad y naturaleza han dado lugar
a que para principios del siglo XX, la gran mayoría de los ambientes del mundo
estuvieran modificados por el hombre en forma directa (transporte de especies
domesticadas o comercialmente valiosas) o indirecta (transporte conjunto de plagas,
malezas y enfermedades asociadas). En ese sentido, Alfred Crosby (en su libro El
Imperialismo Ecológico) presenta una amplia variedad de ejemplos de especies de
malezas, plagas y enfermedades que colonizaron los nuevos mundos a partir del
desarrollo de las comunicaciones marítimas en los siglos XV, XV y XVII, sobre todo el
transporte y cómo éstas se diversificaron y expandieron geográficamente.

3. MIRADAS CLÁSICAS SOBRE AMBIENTE-SOCIEDAD


Al igual que muchos otros conceptos contemporáneos, el de ambiente, o mejor dicho lo
que nosotros actualmente denominamos ambiente ha ido cambiando a lo largo de la
historia. A continuación retomamos los conceptos principales en cada periodo. Cabe
decir que la forma en que construimos social y simbólicamente el concepto determinará
la forma en que nos apropiamos, usamos y gestionamos el ambiente.

1) El Mundo Clásico
En la Grecia clásica las ideas sobre las relaciones hombre-naturaleza estaban
asociadas a tres ideas básicas: 1) que la naturaleza era un sistema ordenado con signos
de feminidad, como la fecundidad y protección sobre los seres humanos, 2) que el
hombre ejercía su influencia sobre la naturaleza a partir de actividades como la
agricultura o explotación forestal y 3) que la naturaleza también influía en el hombre con
su diversidad de ambientes, climas y geografías.
Muchos pensadores griegos opinaban que el hombre era una especie de creador o
artista que ordenaba los elementos de la naturaleza, lo cual le otorgaba cierta potestad
sobre los recursos: Esta visión particular impulsó el uso ilimitado de los recursos,
produciendo incluso serios impactos en la cuenca del Mediterráneo, de esta forma por
ejemplo, muchos bosques fueron explotados hasta la extinción.

2) El Cristianismo y la Edad Media


El cristianismo significó cierta quietud a nivel intelectual. Todo ya estaba creado, nada
debía explicarse, por lo que cualquier evento natural, bueno o malo, era voluntad divina.
Dios premiaba o castigaba con lluvia o sequías. Algunos interpretan esta filosofía como
una actitud conciliadora con el ambiente. No obstante esta visión no impidió que se
deforestaran en esta época muchos bosques de Europa, mientras se expandían las
áreas de cultivo.

3) El Mundo Moderno
A partir del siglo XIV la actitud hacia la naturaleza comenzó a cambiar. El desarrollo de
la ciencia y el conocimiento de nuevos mundos posibilitaron el cambio, resultando una
nueva visión del mundo y de la naturaleza. La naturaleza fue vista como un sistema
ordenado, que resultaba cómodo pero también “dominado”. Ello posibilitó la separación
entre hombre y naturaleza, enfrentarlos, transformándose en un concepto dominante
que aún prevale en cultura occidental. La díada sociedad-naturaleza como conceptos
enfrentados.
En este tiempo aparecen los primeros trabajos que explican esa relación formulando la
posibilidad de que la población humana crezca y se alimente en forma indefinida. Ello
impulsó la presión sobre los recursos naturales (deforestación, extracción de minerales,
etc.). Algunos pensadores de la época son Linneo (clasificaciones de especies) y
Darwin y la Teoría de la evolución de las especies. Sus teorías y otras más, se apoyan
fuertemente en la etapa de exploración sistemática del mundo que dio origen a la
Escuela de los Naturalistas.

4) Robert Malthus
A fines del siglo XVIII apareció el primer ensayo sobre “Los principios de la población”
escrito por R. Malthus. Sus ideas dieron fundamento a todo una escuela de pensadores
modernos preocupados por el número de humanos que podía soportar la Tierra. Estas
ideas iban en contra del optimismo reinante durante la Ilustración, cuestionando la idea
de un progreso ilimitado. Malthus sostenía que los alimentos (recursos) eran un factor
esencial para el desarrollo humano y que la naturaleza humana fomentaba el
crecimiento numérico de la población. Sin embargo mientras la población crecía en
forma geométrica o exponencial (2, 4, 8, 16,...), los alimentos sólo podían crecer en
forma aritmética (1, 2, 3, 4,...). Para él, el aumento de la población generaba menores
salarios, más trabajo y menos vida familiar, por lo que proponía menos cantidad de hijos
y el decrecimiento de la población. Sus ideas se ubican al comienzo de los grandes
cambios de la revolución industrial-urbana, aunque son anteriores a la Rev. Industrial.
Su obra provocó muchas reacciones en esa época pero estimuló no obstante, el
surgimiento de nuevas corrientes de pensamiento, entre la que se destaca la de Karl
Marx.

5) Marx, la Naturaleza y el Ambiente


A diferencia de las ideas de otros autores y de Malthus referidas a las características
naturales del crecimiento de la población, Marx poseía una visión crítica del modo de
producción dominante (El Capitalismo) al que consideraba el producto de
determinaciones históricas (sociales). Él hablaba de la naturaleza en sus trabajos
refiriéndola no como un elemento concreto, sino más habitualmente como una esencia
original abstracta. En realidad, se refería más a lo natural que a la naturaleza. Aunque
la Naturaleza para él no era externa al hombre, se oponía a la idea de determinismo
ambiental (es decir el hombre sujeto a la naturaleza y sus leyes). Para él los únicos
factores que determinan al hombre son los económicos y sociales. En tal sentido, el
hombre y sus actividades estaban históricamente determinados por sus circunstancias
sociales y económicas prevalecientes. Para él la Naturaleza era una fuente de riqueza
para el hombre generando “valores de uso” de los productos en función de sus utilidad
práctica y directa, pero se negaba a transformar a la naturaleza en una mercancía o
“valores de cambio” determinada por su posibilidad de venta y no de uso. Para él la
Naturaleza no tenía precio, tampoco dueño, sólo uso.

6) El Romanticismo
Durante el siglo XIX se desarrolló este movimiento principalmente en la Literatura y
música, con ideas mecanicistas y fuertemente antropocéntricas resultante de la
urbanización y la Revolución Industrial. Este movimiento pregonaba una vuelta a la
naturaleza, fuente de belleza, pureza e inocencia. Durante este periodo se revalorizaron
los elementos naturales más evidentes como los bosques o las montañas. Aparecieron
las primeras sociedades protectoras de animales, los antecedentes más lejanos del
conservacionismo. Esta visión dio origen a finales del siglo XIX a los movimientos que
derivarían en el ambientalismo actual.

7) Antecedentes fuera de la Cultura Occidental


Algunas sociedades como la hindú, oriental o budista han tenido una forma diferente de
relacionarse con la naturaleza. En términos generales, el budismo, hinduismo y
confucionismo son unicistas, es decir, tienden a considerar al hombre y la naturaleza
como un solo conjunto, incluso puede considerárselos eco-céntricos –en contraposición
al antropocentrismos occidental- porque toman a la naturaleza como punto de inicio.

Estas posiciones tienden a un equilibrio y actitudes que promueven la compasión por


los elementos naturales y el no consumismo. Sin embargo también tienen costados
criticables como explica la historia de hambrunas continuas y explotaciones al ambiente
feroces.
Otros mitos se asocian a cierta “aptitud verde” o ambientalista de ciertos grupos
indígenas de los considerados nuevos territorios. Sin embargo, a la llegada de los
conquistadores occidentales, estos pueblos se caracterizaban por bajas densidades de
población, altas tasas de mortalidad, bajo desarrollo tecnológico, entre otros. No
obstante, es cierto que en las cosmovisiones –formas de relacionarse con la naturaleza
de muchos de estos pueblos recolectores-cazadores reflejaban una relación distinta con
la naturaleza asociada a sus creencias pero también a sus instintos de supervivencia.
Sabían cuando cosechar determinados frutos, que animales matar y la época propicia
para la pesca. Su supervivencia estaba signada por el conocimiento de los ritmos
fluctuantes de la naturaleza.

4. PRINCIPALES ENFOQUES QUE ABORDAN LAS RELACIONES SOCIEDAD-


NATURALEZA

Leer y caracterizar cada perspectiva propuesta por Catherine Marquette y Christian


Michelsen Relaciones entre Población y Ambiente en los Países en Desarrollo. Una
selección de enfoques y métodos. Catherine Marquette. Christian Michelsen
Institute. Noruega. 1997. Editado por Mac Millian. NY. USA.

ACTIVIDADES SUGERIDAS:
Esta actividad es para la autorreflexión, no es obligatoria, no se debe entregar y
sólo es para complementar la lectura de la clase. Les propongo realizar una lectura
reflexiva de la clase y acompañar con la lectura de la bibliografía indicada identificando:
nuevos conceptos que describen las relaciones sociedad-naturaleza. Enfoques o formas
de interpretar la naturaleza a través de la historia y civilizaciones y finalmente detenerse
en las escuelas/ paradigmas o enfoques que abordan la cuestión sociedad-naturaleza.
Se pueden volcar algunas de estas reflexiones en el foro, para discutir dudas y
comentarios.

Cierre de clase:
Espero haber podido trasmitirles al menos cuatro cuestiones. Primero cuál es el objeto
de estudio de disciplina que vamos a aprender en el transcurso del cuatrimestre.
Segundo introducir algunos conceptos asociados a la interacción sociedad-naturaleza.
En tercer lugar que estas relaciones han variado con el tiempo y culturas, y finalmente,
que co-existen una serie de escuelas o enfoques que intentan explicar e interpretar tales
relaciones desde diferentes perspectivas.

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