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Curso:

7°/8° A-B

Leyenda Ñusta Huillac

Objetivo de clase: Leer una leyenda de tiempos anteriores que forman parte de la cultura nortina.

Ñusta Huillac "La Tirana"

La leyenda cuenta que Diego de Almagro vino a Chile en 1520 acompañado de


numerosos incas, entre ellos el Huillacuma o sumo sacerdote del sol y su hija, una bellísima
"Ñusta" (Princesa noble inca) de 23 años. Ambos personajes incas estaban acompañados
de numerosos oficiales, sacerdotes que ocultaban sus deseos de liberarse del dominio
español. El sumo sacerdote y doce oficiales intentaron huir de la expedición de Almagro,
pero fueron recapturados y ajusticiados por los españoles, en presencia de la propia Ñusta.
Inmediatamente después la Ñusta inca huyó, seguida de un centenar de leales guerreros y
servidores y se internó en los bosques de la pampa del tamarugal, como relata la leyenda.
La Ñusta se convirtió en sacerdotisa y jefe militar de sus hombres. A partir de ese momento
ordenó ejecutar a todo español que cayera en manos de sus soldados. La fama de su
belleza y de crueldad traspasó los límites de su campo de operaciones y ya era conocida
como "La Tirana del Tamarugal".
Un apuesto y joven portugués de nombre Vasco de Almeida, soñó con la Virgen del
Carmen, quien le señaló la ruta para llegar a la fabulosa Mina del Sol. Alucinado por su
sueño y desobedeciendo los consejos de sus amigos, Almeida se internó en la Pampa del
Tamarugal, en los territorios de La Tirana cuyos guerreros lo aprisionaron y lo llevaron ante
la Ñusta.
La Ñusta, apenas lo vio, supo de inmediato que no lo podía condenar a muerte. Almeida era
un mozo altivo, hermoso y gallardo.
De acuerdo a lo ordenado por la propia Tirana y ratificado por el Consejo de Ancianos, el
prisionero debía morir. La ñusta recurrió a un ardid para salvar la vida de Almeida: dijo que
la sentencia debía ser confirmada por los astros. La ñusta descuidó todos sus deberes y la
conducción militar de sus hombres. Toda su dedicación estuvo para el prisionero que ella,
personalmente, custodiaba en su casa de piedra. Sus deberes de sacerdotisa también los
descuidó, lo que causó una creciente ira en sus guerreros. En su afán de salvarle la vida, la
"dictadora" trató de llevarlo a su fe en el Inti o Dios Sol, pero todo ocurrió al revés: fue
Almeida el que la convirtió al cristianismo.
La Ñusta se convirtió finalmente y un día los amantes se juntaron en un claro del bosque,
junto a un manantial. Allí Vasco de Almeida bautizó a la ñusta con el nombre de María. Los
guerreros, sin embargo, espiaban toda la ceremonia y apenas había terminado, los hirieron
con cientos de flechas. La ñusta sobrevivió lo suficiente como para rogar a sus guerreros
que la enterrasen junto a su amado y que pusiesen una cruz en el lugar donde yacieran los
dos.
Años después un fraile mercedario halló una cruz toscamente hecha en un claro de la
Pampa del Tamarugal en uno de sus viajes de evangelización por la zona. El cura,
impresionado por su hallazgo y habiendo oído la trágica historia de los amantes del
Tamarugal, ordenó que se construyera un templo en ese lugar y lo bautizó con el nombre
de Nuestra Señora del Carmen de la Tirana.

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