Trabalenguas

Pablito
clav
un
clavito
en la calva de un calvito.
En la calva de un calvito,
un
clavito
clav
Pablito.

Pollos, patos, gallinas gordas. Patos, pollos, gallinas gordas.

Si Pedro Prieto me aprieta yo tambin aprieto a Pedro Prieto

REFRANES
Camarn que se duerme se lo lleva la corriente

Cuando el ro suena es porque piedras trae

Cuando el gato est ausente, los ratones se divierten.

De tal palo tal astilla

LEYENDA LA TIRANA
Introduccin: La leyenda que expondremos se llama La Tirana. La historia trata de una
princesa Inca que gobern con mano de hierro en la Pampa del Tamarugal hasta que se
enamora del enemigo.

Desarrollo:
Cuentan que en el otoo de 1535, sali del Cusco, rumbo a Chile, el conquistador Diego de
Almagro, con unos 500 espaoles y diez mil indgenas. Entre ellos llevaba, como rehenes, a
Huillac Huma, ltimo sumo sacerdote del culto del sol, con su hermosa hija de 23 aos, la
usta (princesa).La joven logr huir del ejrcito espaol y se refugi con algunos
seguidores en un oasis de la Pampa del Tamarugal. Desde aqu usta lidera una frrea
resistencia contra los espaoles. Domin a sangre y fuego. Ejecutaba sin piedad a todo
extranjero o indgena bautizados que cayera en sus manos. La llamaban la Tirana del
Tamarugal.
Hasta que un da apareci un prisionero, joven minero portugus llamado, Vasco de
Almeida. La usta se enamora de l por eso, convence a los ancianos de la tribu a aplazar
su ejecucin. Peor an, en los meses que siguieron, ella se convirti al cristianismo y Vasco
de Almeida la bautiz. Abandonando sus deberes y el culto al Dios Inti. Cuando sus
seguidores descubrieron su traicin, los mataron a ambos bajo una lluvia de flechas.
Aos ms tarde, un evangelizador espaol descubri entre las ramas de tamarugos una
tosca cruz de madera. Enterado de la tragedia, levant en el lugar una capilla.
En Chile, cada 16 de julio, se celebra la popular Fiesta de la Tirana.

Cierre:
La Tirana no slo habla de nuestras races como nacin, sino que adems reflexiona sobre
temas como la reconciliacin y el amor como la fuerza para aceptar las diferencias
culturales, religiosas o ideolgicas que muchas veces nos llevan a enemistarnos.