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LA CUEVA DE LOS LADRONES:

CONFLICTO Y CONCILIACIÓN
El siguiente experimento psicosocial o sociopsicológico fue llevado a cabo por el matrimonio
Sherif y sus colaboradores en el parque estatal Robber’s Cave de Oklahoma, en 1954. Los
autores presenciaron cómo, en 1919, su provincia fue invadida por tropas extranjeras y desde
entonces quisieron entender el salvajismo que se podía llegar a producir entre grupos. Los
autores presenciaron cómo, en 1919, su provincia fue invadida por tropas extranjeras y desde
entonces quisieron entender el salvajismo que se podía llegar a producir entre grupos.
Para estudiar este fenómeno, asistieron a un campamento de Boys Scouts . Seleccionaron a
22 niños de la ciudad de Oklahoma que no tenían diferencias culturales, físicas o económicas
y estaban completamente integrados en la comunidad. Los dividieron en dos grupos de 11
niños y los llevaron en autobús por separado al campamento. En un momento, estaban a
aproximadamente media milla de distancia sin contacto ni conocimiento. En este punto
comenzó la primera fase de la investigación.

Fase (I): formación de los grupos


Durante la primera semana, cada grupo llevó a cabo una variedad de actividades
colaborativas que incluyeron cocinar, acampar y construir puentes. Cada grupo pronto se unió
y se llamaron "Cascabeles" y "Águilas" respectivamente. Al final de la primera semana, los
Cascabeles encontraron a las Águilas en lo que hasta entonces pensaban que era "su" patio de
recreo. Se han sentado las bases de la segunda etapa.

Fase (II): contacto intergrupal y competición

Con sendas identidades grupales establecidas, todo estaba listo para que surgiera el conflicto.
El personal responsable de la organización organizó un torneo de actividades competitivas
ante las que ambos grupos reaccionaron con entusiasmo. En dichos juegos o actividades, sólo
podía ganar uno y sólo el ganador obtendría los premios (medallas y otros objetos deseables
para los chicos de esa edad y en ese momento). Pronto se pudieron apreciar las evidencias de
que el campamento se tornó de manera gradual en una guerra abierta entre Cascabeles y
Águilas. El conflicto comenzó durante la realización de las actividades, cuando miembros de
un grupo insultaban a los del otro. La escalada de conflicto se extendió a las cenas con
“batallas de basura”, quema de banderas, ataques a las cabañas ‘enemigas’ e incluso peleas y
golpes físicos. Al ser preguntados por su grupo (endogrupo) y el otro (exogrupo) los sujetos
empleaban términos positivos tales como “valientes” o “amigables” para referirse a sí
mismos, mientras que se referían a los ‘Otros’ como “sospechosos”, “apestosos”, etc. Según
el propio Sherif, si hubiéramos visitado el campamento en este punto, nuestras conclusiones
habrían sido que se trataba de, según sus propias palabras, “jóvenes malos, perturbadores y
feroces”
Fase (III): resolución del conflicto o final de la segregación
En la parte final del experimento, Sheriff dividió la tarea competitiva agrupando a los grupos
para actividades como mirar una película, comer o mirar fuegos artificiales. Pero la hostilidad
entre ellos era tan grande que el contacto derivó en ataques e insultos. Es evidente que el fin
de la segregación no puso fin al conflicto.
Para crear armonía entre las fuerzas opuestas, Sheriff introdujo algunos objetivos comunes y
específicos: objetivos elevados. Estos objetivos comunes requieren esfuerzos cooperativos
para superar las diferencias entre las personas (Myers, 2005). Hicieron a los jóvenes las
siguientes preguntas: Faltaba agua en el campamento. Ante esta situación, se solicitó la
cooperación de ambas organizaciones para la búsqueda y recuperación del líquido. A los
niños se les dijo que unos vándalos habían irrumpido previamente en el sistema de suministro
de agua y revelaron que una válvula del tanque principal se había roto. Pronto comenzaron a
explorar y probar estrategias alternativas, y finalmente disolvieron a los miembros de ambos
grupos (Sheriff, Sheriff et al., 1961).
Dennis Kuhn cita a Gaertner diciendo: “La cooperación y los objetivos compartidos ayudan a
mitigar el conflicto al alentar a los miembros de grupos hostiles a verse a sí mismos como
miembros de un grupo más grande” (Kuhn, 2000). Más tarde, se enteraron de una
oportunidad de ver una película que a todos les gustaba, pero era demasiado cara y requería
los recursos de ambos grupos para conseguirla. Entonces los niños vuelven a cooperar. El
camión se averió y el personal sugirió que todos lo pusiéramos en marcha. Una vez hecho
esto, la celebración fue unánime. Luego de esta tarea, la hostilidad desapareció y se formaron
amistades entre los diferentes miembros del grupo. Dejaron de separarse como antes y se
fueron a casa en el mismo autobús cantando juntos. Se puede concluir que las tareas comunes
unen a los grupos a través de la competencia o la búsqueda de objetivos superiores. ¿Pero los
resultados de este experimento son un juego de niños? La verdad demuestra que esto no es
cierto. Basta observar cómo las condiciones que conducen a la creación de nuevos grupos
fomentan la desintegración de los grupos anteriores y el establecimiento de la cooperación
(por ejemplo, Estados Unidos, la Unión Soviética y otros países durante la formación de los
ejércitos aliados durante la Segunda Guerra Mundial). Guerra Mundial) y la unificación del
país, por un lado. ). Por su parte, Robert Blake y Jane Mouton (1979) realizaron un
experimento replicando las condiciones presentadas en Sheriff, en este caso con líderes (más
de 1.000 personas divididas en 150 grupos). Sus resultados mostraron que las respuestas de
los adultos no diferían de las de los sujetos jóvenes (Myers, 2005). Finalmente, como hecho
anecdótico y a menudo poco conocido, ¿cómo fue posible que Muzafer Sherif controlara el
comportamiento de los niños hasta este punto sin influir en ellos? La respuesta es simple. Era
asistente de campamento.

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